Origami

Jodé, nos ha costao la vida… aquí ahora me pongo yo a poner que si el año pasao no se qué, que si paquí, que si pallá… ¡ná!, pa que ponerme con excusas baratas si el asunto es que ya tenemos el diseño nuevo enchufao en una cami!!!

Origami según San Iku Bailón

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Origami es el arte de plegar papel y componer figuricas, ‘Papiroplexia’ que dirían en Cuenca.

La grulla, de papel, con sus grullitas, de papel… tormenta por venir… señal de advertencia…

¡¡ Esperemos que pase de largo !!

En japonés pone Origami, ¡tal cual!

Pues eso, año nuevo, cami nueva. Ojo a la pinta:

¿Como? ¿que queréis una?

Jodé y yo también, no te digo, que la he pintao yo y todavía no tengo! Suerte tenéis que vivís más cerca y Bea os la manda en lo que la pedís por la web

¿Ein? ¿que queréis regalar a alguien para reyes?

Copón, me leéis el pensamiento, miedico me dáis!. Pues suerte seguís teniendo porque si pedís dos camisetas, entendiendo que una es para vosotros y otra para vuestra persona amada, querida y venerada, además os metemos en el pack una típica señal japonesa que decorará vuestro hogar con originalidad sin par. Con que pongáis a la hora de hacer cualquiera de los dos pedidos la que os gusta, ahí os la metemos y ya nos encargamos nosotros de que vaya todo en el mismo paquete:

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Esto del regalico vale para cualquier combinación de camis, no hace falta que sea la nueva mientras sean dos, pero eso si, si es pa reyes daros vida que estamos a día cuatro ya y los carteros en España no tienen fama de correcaminos precisamenて!!!

Origami chico
Origami chica
:gustico:

Ah! si vives en Tokyo, o cerca, y te ape tener alguna, cuéntamelo porque Bea está a punto de mandarme la mía y aprovechamos el viaje para meter las vuestras. Después ya os las hago yo llegar como sea, si puede ser en un izakaya con birus de por medio, mejor que mejor.

Ala pues!

Karate, segundo dan

Desde que tenía algo así como quince o dieciséis años empecé a hacer Karate, más por ver como era aquello que por tener ningún interés por las artes marciales o Japón. Después la cosa fue por sí sola a más; de no enterarme de la misa a la media, fui poco a poco aprendiéndome la copla y le pillé el truco al asunto de pegarse disfrazado. No es que fuese de los mejores de la clase, ni falta que hacía, pero me gustaba poder ir al menos tres veces por semana a darle patadas al aire con los amigos.

Millones de risas y recuerdos, como las competiciones entre nosotros en el frontón del pueblo, aunque con lo que mejor me lo pasaba yo era preparando exhibiciones con Dani… más que solamente técnicas de Karate, simulábamos peleas revolcándonos por el suelo y rara vez nos volvíamos a casa sin moratones. Bendita juventud, que me siga durando hasta los 80, por Dios.

httpvh://www.youtube.com/watch?v=hifxWNAsCQs

Las páginas naranjas del suplemento del correo me llevaron a Japón y pude intuir cómo se leía la historia por estos barrios. Me gustó, diría que impresionó, la seriedad con la que se llevaban las clases, me extrañó que se descansara tanto entre técnica y técnica y la ausencia total de combates en los entrenamientos. De repente me vi haciendo katas que sólo había visto en PDFs que conseguíamos Dani y yo por el internet del modem de conectarse después de las seis, y dejé de tirarme la mitad de las clases haciendo flexiones y abdominales lo poco que duró aquello.

Escasos cinco meses, si llegó.

httpvh://www.youtube.com/watch?v=3aqilBlRgN4

Volví a Zalla y aterricé en el dojo de Santoña donde la cosa cambió completamente, en muchos aspectos para bien: había mucho contacto, había que tener respeto por el que se te ponía delante porque sabías que de no cubrirte, era bastante probable que te fueses a casa con la cara de otra manera porque resulta que aunque entre amigos, las hostias siguen doliendo igual. Clases distintas, sin duda, que echo de menos muchas, quizás demasiadas veces. Más físicas, quizás más reales y efectivas.

Pasé después a vivir en Bilbao y de nuevo me mudé con el pijama y el karategi de equipaje, tenía claro que había que seguir con aquello. Y lo intenté, de verdad que lo hice, pero no acabé de cuadrar en aquel lugar donde el entrenamiento estaba completamente enfocado a que dos o tres compañeros ganasen campeonatos y el resto hacíamos poco más que servir de sparrings. No me importan demasiado las metas de los profesores o del resto siempre y cuando yo siga aprendiendo y llevándome algo con cada clase, pero no fue el caso y acabé dejándolo por un gimnasio de fitness donde las patadas que dábamos eran en chandal al ritmo de Beyoncé.

Divertido, pero triste. Mucho de cada aunque lo segundo dolía al hacer balance, sobretodo en los días de resaca.

httpvh://www.youtube.com/watch?v=bGUsrCdK_jU

Durante dos o tres años me olvidé de katas, técnicas, combates y sudores de interior. El karategi pasó a formar parte de mi vida anterior, los cinturones se perdieron en algún trastero entre Zalla y Bilbao, al lado de los tebeos de Mortadelo y las cintas de música TDK de 90.

Luego fue la vida y mira por donde que quiso no quererme, así que me tuve que alquilar otra en otro lugar. Poco tiene el azar que ver con que fuese Tokyo aunque hubo mucho de suerte en que pudiese mudarme aquí. Hubo mucho que solucionar antes de que pudiese volver a pisar un dojo de nuevo y pasaron algunos meses que me hicieron pensar en que poco sentido tendría presentarme en la casa de la figura viva más representativa del arte de la mano vacía, con mi cinturón que era negro sólo por fuera pero repleto de recuerdos olvidados por dentro.

httpvh://www.youtube.com/watch?v=J-Ka15vqBUs

Empecé de nuevo, casi a la vez que a probarme la nueva vida que me había comprado unos meses atrás, y me vi rodeado de japoneses en el dojo de Kugahara con un pantalón de chandal gris y una camiseta de manga corta tratando de destacar menos del 90%.

A fuerza de hostias, desengaños, sudores y mi orgullo por bandera, decidí examinarme y me dieron el cinturón marrón aunque no tuviese ningún carnet detrás. Mi karate eran las patadas mil veces repetidas con Jose con una mano en la barra, los katas aprendidos de Dani que siempre nos llevaba dos por delante al resto, los combates con Carlos a punto de atravesar el cristal de la puerta de la entrada con la espalda… toda una mezcla de estilos y maneras de entender, o liar, lo mismo. Y puliendo más las entendederas que los músculos, conseguí el cinturón negro. Lo celebré en la soledad de mi habitación desahogándome con lágrimas de rabia y alivio, dos a una hasta mil. Ya me iba tocando a mi ser el que mirase por encima del hombro a las horas.

httpvh://www.youtube.com/watch?v=d4PFkHH4yCA

Hoy con una vida asentada y las cosas más cerca de por donde creo que deberían andar, siento, digo… grito que me siento orgulloso de haber conseguido el segundo dan. De haberlo hecho el día de Navidad, vestido con el karategi que me regalaron los AMIGOS que me acompañan en esta etapa de mi vida.

httpvh://www.youtube.com/watch?v=PKMQqBAnk_U

De que haya sido Suzuki Sensei el que me hiciese seguir órdenes, bajo la atenta mirada de Hirokazu Kanazawa, haciendo lo que venía preparando desde antes de verano, desde muchos veranos antes en realidad: movimientos que el cuerpo recuerda más que la mente de tanto desgastar músculos, gritos de perseverancia y tesón, saltos de querer volar, reverencias de gratitud sin límite, de osada y desafiante humildad.

Al saber el resultado, una niña lloró dando las gracias entre sollozos, otro bajó la cabeza y lo hizo de rabia, hubo uno que no pudo evitar un grito de alegría apenas ahogado entre nuestros aplausos.

Yo callé, y no fue hasta que Kanazawa Kancho me felicitó con un apretón de manos que empecé a creer que me había empezado a ganar estar allí.

httpvh://www.youtube.com/watch?v=j_MevfMzAh4

Otra Navidad

El año que más mentira me parece que sea Navidad, quizás porque no se parece en nada a ninguna de las anteriores. Para bien y para mal.

Para bien porque no estoy solo, creo que casi no lo he estado desde que llegué aún sintiéndome así muchas veces porque poco tardaron en adoptarme. Y últimamente no me siento así casi nunca, a pesar del frío.

Para mal porque mi familia está lejos y sólo conozco a mi sobrina de dos años por pixeles que a veces vienen en colores a enseñarme a quien se parece, y otras en forma de letras que su padre junta para contarme cosas de ella que me suenan a cuento, a fábula que odio no estar viviendo.

Para bien porque aquí la vida no se para, y el día de Navidad tengo el examen de segundo dan de Karate con Hirokazu Kanazawa lo que hará que si apruebo, sea, como poco, el día de Navidad más especial y original de mi vida.

Para mal porque nochebuena no se sentirá como tal, ni yo aquí, ni mi familia allí. Y ya van tres.

Para bien porque tengo la agenda llena de noches a compartir con gente de aquí a año nuevo, todas las noches con personas distintas, todos amigos de los de llamar amigo.

Para mal porque no hay paga extra, ni chocolate con churros, ni turrón de Suchard.

Para bien porque tengo con quien comerme las uvas una a una, mano a mano hasta doce, beso a beso hasta mil.

Para mal porque no podré quitárselas a Javi mientras se las come él y me perderé sus carcajadas.

Para bien porque estoy feliz, porque quiero a los míos más que nunca a pesar de la distancia y ya hay planes para volver a verles, porque me salen los sueños y la mayoría de las veces siento que estoy jugando a vivir meciéndome por los meses, riéndome con cada hora.

Para mal porque tardaré un poco más en conocer a Beñat y me pasaré otro año sin volver a ver tantas caras que querría ver, tantas… que sería de mal gusto nombrar sólo algunas.

Para bien porque yo venía a escribir sólo un párrafo para enseñar un vídeo que grabé sobre un espectáculo de luces y música que tienen aquí montado, y me ha salido todo esto que ya el vídeo da igual.

Para mejor porque no se me ocurren más para males.

httpvh://www.youtube.com/watch?v=Wnw4yEuvQCc

Frases de oficina

Una nueva vida, ya enrutinada pero distinta cada vez, mucha gente nueva a la que pillarle el sonsonete cada día. Encuentros fortuitos, o de los otros, ¿cómo distinguirlos con sólo dos meses?, si apenas me sé ningún nombre más allá de un par de mesas desde la mía.

Primeras frases compartidas con el nuevo que inician la imparable e inevitable cadena de forjar primeras impresiones que le acompañarán a uno hasta mucho tiempo después sin que importe lo acertadas que seguramente no serán.

Uno hace lo que puede por mantener alto el listón. Al fin y al cabo, es todo un arte ostentar el cargo de farolo sin que se le despeine a uno la dignidad.

– Okar
– Jaja, no, no, Oskar, como los de Hollywood
– Orkas
– Oskar, con S después de la O y acabando en R

– ¿Tu mujer es japonesa, verdad?
– ¿Mujer? no no, si yo no estoy casado, ¿tan mayor me ves?
– Pues mujer no tendrás -de repente se pone muy seria-, pero novia tienes que tener seguro. ¿Es americana o española?
– No, es japonesa, pero tengo desde hace cuatro días, no te creas.
Yappari, ya sabía yo. ¿Y porque no te has casado todavía? ¿tienes muchas novias más y no sabes con cual?
– Ehh, pues claro que no, no no, que voy a tener!
– Hai hai

– Osukal
– Casi! sólo que al final es una R. Oskarrr, aunque tampoco importa! RRRR
– RLLLLLL

– Estamos aquí comentando en el equipo… ¿tu eres vasco, no?, vamos que tu no eres Español
– Jodé, ¿hasta aquí va a llegar la gaita?
– Porque Bilbao es España, pero tu no crees que lo sea, ¿no?
– Pues mira, yo nací allí pero mis padres son de Extremadura, el sur de España, así que fíjate tu lo que me importa a mi toda esta historia
– ¿Esto no es como lo de Irlanda?
– Jodé macho, ¿y si nos ponemos con el API de Google Maps?
– Ya sabía yo que tenía razón y tu no eras de España
– Ala pues

– Muzukashii naaaa.
– Ah ya sé, mira, aquí en la tarjeta del banco lo pone en Katakana
– OSUKARU DIASU TOSUKA-NO. O-SU-KA-RU… Osukaru, Osskarr
– Así!! esa última ha sonado muy bien! pero no te preocupes mucho que no importa, eh?
– ¿Pero que es TOSUKA-NO? ¿porqué tienes tres nombres?
– …

– Mesa, silla, cuchara, reloj -en perfecto castellano me dice palabras uno de los compañeros filipinos
– Jodo! ¿pero tu me entiendes cuando hablo?
– No, pero hay muchas palabras que decimos igual, seguro que mi abuelo era pariente de tu abuelo o algo así.
– Vaya historia, que curioso
– Camiseta, Zapatos, Cabrón, Puta
– Jajaja, también te sabes las palabras útiles, ¿eh?
– ¿Cómo se dice tetas? -entiéndase que lo pregunta en inglés
– Pues tetas
– ¿Y tetas grandes?
– Tetas grandes
– «Tetas grandes» «tetas grandes» -y se pira corriendo a contárselo al otro compañero filipino descojonándose por el camino

– Díaz es por parte de mi padre y Toscano por parte de mi madre, en España es así la cosa
– ¿Y para que quieres dos family names?
– No es que los quiera, pero la verdad es que me gustan los dos, es como un poco más de identidad que sólo nombre y apellido, ¿no?, no sé
– ¿Pero Toscano no es italiano? ah vale! tu naciste en Italia y te fuiste a España después.
– …

– Hola buenos dias chingado -me dice el chico alto de Oregon en castellano con acento de México
– Jaja, ¿y eso?, empezamos bien tu y yo
– Hijo de la chingada, cabrón, mi casa tu casa
– No si al final la vamos a tener tu y yo
– Eso es todo lo que sé de español, ahora que estás tu aquí lo mismo me pongo a estudiar otra vez
– Pues ándale

– Tío te vistes que parece que vas a una cena de gala
– Jodo! ¿por llevar camisa?
– Camisa y zapatos, aquí ya sabes que no hace falta ir elegante, ¿no?, que puedes llevar vaqueros
– Si si, ya veo, pero la verdad es que tengo ropa «de oficina» que prefiero ponerme entre semana porque de la otra no tengo tanta, y ahora en invierno con camisa se está mejor
– Ah, ya veo, ya -y se marcha a su sitio. Cada día al entrar me hace un análisis de arriba a abajo y no digo yo que no tenga un RopaOskar.xls creado en su ordenador.

– ¿Qué tal tu primer mes en la ofi? ¿te vas acostumbrando?
– Es muy raro todo, desde levantarme por la mañana pronto, coger el tren lleno de gente… pero me estoy acostumbrando muy rápido
– Ah que tu trabajabas desde casa antes, es verdad, para la empresa de Irlanda, ¿no?
– Jodo, ¿y tu como sabes eso?
– Err, bueno, yo, es que, me tengo que ir que he medio quedao -y así me di cuenta que mi curriculum lo había leído hasta el conserje

– Mi madre y el padre de mi madre tenían el apellido Toscano, y por eso lo tengo yo, pero que se sepa no somos de Italia, aunque vete a saber.
– ¿Pero con tanto nombre, cómo te tenemos que llamar entonces?
– Lo normal siempre es llamar a la persona por el nombre propio, vamos, Oskar
– Okar
– Eso! Okar!

El día que Obama me jodió la marrana

Parto de la base de que seguramente no me creerá nadie, pero hace unos cuantos domingos vi a Obama, el de verdad, el de las Américas, el del hai dekiru.

El caso es que nos fuimos a Kamakura porque se nos había antojado ir al Hasedera, y cuando llegamos a la estación de Hase había montado allí un cristo que el Daibutsu tiritaba. Estaba todo lleno de policías, que no te dejaban pasar prácticamente por ningún lado, yo no he visto tanto policía junto en mi vida, que además no daban abasto con lo del APEC ese que hubo en Yokohama y habían venido grupos desde Kyoto y toda la pesca.

Tenían Kamakura sitiado, partido en dos, la parte de los templos y el Daibutsu por un lado y el resto por el otro. Llamaré Kama a la primera parte y Kura a la segunda siguiendo mi reconocido instinto gramáticodivisor. Total, que en Kura pa ver no hay nada, las cuatro casas donde estaban los vecinos acojonados por ver a tanta gente junta por los alrededores y un restaurante de curry petado hasta las trancas. Haciéndose la Kama estaba Obama (poroporoporoporo-chanchán!, redoble de tambores!!, festival del humor!!, llevaba preparándola todo el párrafo!!, tintirutin chim-pón!).

Como aquello no se movía, nos piramos pa la playa para darnos por lo menos un paseíco viendo la mar salada, pero mira tu que nos la tenían cerrada también!!! No we can’t!!

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Ya decidimos quedarnos para ver si le veíamos, y cuando estaba llegando grabé este vídeo donde NO se le ve, pero casi. Yo si le vi, lo juro, pasó en el segundo cochazo negro ese y estaba mirando a la gente sonriendo, no saludaba ni ná. No perdáis tímpano a la voz de gilipollas que me sale cuando le veo, es gratis:

httpvh://www.youtube.com/watch?v=1emzR59TGaI

Después el tío se piró y vimos por la tele al Daibutsu y a él mano a mano, anda que no. Ahora que por lo menos no nos chustó el domingo del todo porque nos cascamos una comilona chata…

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OJO! REGULERO PART ALERT!!
:regulero:

Ahí va un vídeo que ha hecho otro metiendo mil horas y yo enchufo en 2 segundos. Es la crónica de la visita, tiene huevos que se zampó un helado de té verde (matchá en japonés) y ahora le han cambiado el nombre y lo venden como Obamachá!

httpvh://www.youtube.com/watch?v=XCMZdt92I5I

Un domingo de Kendo

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Me gusta ver que hacen otros que están en situaciones parecidas a mí, curiosear a que se dedican cuando no están currelando… lo que les gusta o deja de gustar, los sitios a donde van… Así saco mis conclusiones, por ejemplo podría decir que la mayoría de los que estamos aquí somos aficionados a la fotografía y más o menos todos tenemos una cámara que no es de las chiquiticas y nos gusta salir por ahí a sacarle los colores saturados a los Tokyos. Cuando digo los que estamos aquí no me refiero a todos los extranjeros del mundo, sino a los que me pillan cerca: amigos y conocidos, del resto ni idea.

El caso es que me ha dado por pensar que resulta curioso que estando donde estamos, sólo un ínfimo porcentaje de los que me rodean se interesan o hacen algo relacionado con la cultura de este país más allá de conocer todos los bares que se pueda (noble y nunca bien ponderado arte, por cierto). Quitando a los tres o cuatro extranjeros que van conmigo a Karate, está David que practica Taiko y toca la flauta Shinobue más bien que bien hasta donde yo he podido escuchar, después estaba el americano de mi anterior empresa que hacía Judo en el famoso Kodokan de Tokyo y Jorge con el que me juntaba yo para ir al Yosakoi. Hasta donde puedo recordar ahora mismo, no hay más que rascar.

Esto no es bueno ni malo, que allá cuidaos cada uno con su vida, ojo no nos equivoquemos que a mí me da igual lo que haga cada uno o deje de hacer. Es más, seguramente si nos ponemos en el caso contrario, no creo yo que todos los japoneses que fuesen a Bilbao se pusiesen a aprender el aurresku, esto va más dentro de los intereses, aficiones o ganas que tenga cada uno de hacer cosas nuevas (aunque mi profesora japonesa iba al Euskaltegi a aprender Euskera con dos tamagos).

Total, que me enrollo, hay que ver lo chapas que me vuelvo con los años… a lo que voy es que es cierto que cuesta acceder de alguna manera a estos mundos, que hay barreras que superar empezando por el idioma y acabando por la vergüenza o miedo que le dé a cada uno ponerse a hacer algo nuevo codo propio con codo ajeno. Así que me alegré muchísimo cuando Guille dijo que se había apuntado a Kendo, de alguna manera sabía que iba a tener oportunidades para ver un poco más en profundidad cómo se practica en Tokyo una de las actividades japonesas más tradicionales.

Y aunque siempre iba dejando lo de ir a verle, que mejor que su examen de cinturón negro para aprovechar y tratar siquiera de intuir de que va eso de las armaduras y las espadas de bambú.

Veo normas de cortesía, saludos, rituales antes, durante y después de cada combate. Mucho y nada que ver con Karate. Escucho gritos, algunos fingidos y otros tan de verdad que parecen multiplicar la dureza de la espada de madera empequeñeciendo al adversario, a los jueces, al mundo.

Me veo dentro de una película con Guillermo de protagonista, único extranjero, aire humilde pero valiente, nervioso a ratos, semblante amable desde el minuto uno en que le conocí, el día que le vea enfadado temblaré porque se acabará el mundo o se caerá la luna.

Por el número adivinamos que le toca salir, pero no sabemos muy bien quien es… Nerea mira los pies porque dice que se los conoce y cuando le identifica a ese es al que seguimos. Yo no las tengo todas conmigo, pero en cuanto suelta su primer grito, se me quitan las dudas. Que fácil parece y todo lo que habrá tenido que sufrir para estar donde está, rodeado de los que está, siendo quien es.

Con dos cojones, y hay tristes que dirán que es suerte.

httpvh://www.youtube.com/watch?v=h_DvsvP0160

Acaban los dos combates y yo no sé si habrá aprobado o no, pero me ha encantado. Le he visto ágil, fuerte, asentado… parecía saber lo que se hacía y aunque se ha llevado más de un golpe, también ha repartido lo suyo. No le haremos enfadar cuando lleve paraguas.

Viene un rato, poco, nos dice que lo ha hecho bien, que está contento, que esa parte la ha pasado, pero que le quedan katas. En mi mente de karateka visualizo a alguien en el medio atrayendo todas las miradas hacia una serie de movimientos aprendidos y repetidos, supongo que con una espada. Pero no, los katas de Kendo son por parejas, uno ataca, el otro defiende y contraataca, como lo nuestro de kumite, quizás puntuando lo mismo: técnica, sensación final…

Vuelve a salir y casi no me da tiempo a grabarle, la cámara hace rato que dice que no puede más pero consigo exprimirle un par de minutos a la batería. Esta vez tengo claro quien es, porque sin nada cubriéndole la cabeza anda que no destaca.

httpvh://www.youtube.com/watch?v=Z0NcTIvW4sU

Ha aprobado, eso nos parecía a todos, pero está bien saberlo oficialmente porque ninguno de los que estábamos allí entendíamos mucho. Toca celebrarlo y ver las fotos y los vídeos con calma, y felicitarle muchas veces para que siga motivado, no lo deje nunca y me siga invitando a verle. Las cervezas aparecerán solas en la mesa, como siempre pasa con este hombre.

¡Enhorabuena de nuevo, campeón!

Hello Gaijin-San

Viernes viernero,
a ver si recupero,
la gran tradición
de echar a traición
un post regulero

:regulero: :regulero: :regulero: :regulero:

Ya iba tocando un post de esos de cortapegar, que es menester hacerlo hasta que no queden ces ni uves visibles en el teclado y quedar como un señor, que no todo va a ser pensar y esforzarse, hombre. Total, que llevo unos cuantos días leyendo gilipolleces supinas sobre que me molesta esto, que me molesta lo otro, que si dicen que todos los japoneses tal, que todos los españoles cual, que si los latinos esto… ¡venga ya, copón!, a veces me da la impresión de que tenemos cuatro años todos, ¿todavía no estáis por encima de tanta payasada?, ¿no tenéis una vida que vivir así como pa vosotros sin preocuparos por las payasadas ajenas?.

Pos se ve que no, hay que ver. Resulta que llevan vendiendo no se cuantos años una tontada de disfraz que me tiene ofendidos a un huevo de extranjeros. Es un kit que se llama «Hello Gaijin-san» donde te venden una nariz grande postiza y unos ojos azules, en plan estereotipo del bárbaro blanco de allende los mares. A mi me parece simpático, coño, somos distintos, tenemos la tocha más grande y los asiáticos no tienen los ojos claros ninguno, esto es así, ¿porqué no hacer un disfraz?, yo si en Halloween hubiese visto alguno me habría descojonado vivo!

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Pues no, como somos medio tontos y no somos capaces más que de ser unos vinagres, pues vamos y nos mosqueamos protestando por semejante producto racista. Así va el mundo, que hasta han puesto un teléfono y un enlace al formulario de contacto de la compañía que lo fabrica para quejarse y que dejen de hacerlo. Madre del amor hermoso.

Ala, buen fin de semana, yo me iré a ver al Guille el domingo dar palos!

:gambi: :ojetepalinvierno: :gambi:

El día que vino la policía a la empresa

Mucho ha pasado desde aquella semana en que se lío pardísima en mi empresa anterior, no me había vuelto a acordar hasta hace un rato que revisando fotos para el ikulibro me he encontrado con las de la tarjeta de visita que dejó uno de los policías en mi mesa.

Que iba a haber lío se veía venir desde que llegó el irlandés, un tipo lleno de complejos acentuados por su propio ego que trataba de ocultar con palabrería vacía. Incomprensiblemente, me lo hicieron jefe del departamento de diseño, lo que tampoco era decir mucho en una empresa tan pequeña. El tío era un borde, con todo el mundo, no era capaz de tener una palabra amable con nadie, su manera de conversar era hablando más alto que el otro en vez de dejar que acabase y no digo yo que no tuviese talento para el diseño, pero yo la verdad es que no se lo acabé de ver.

Por aquél entonces yo cometí uno de los errores más gordos desde que llegué aquí, y es que me eché novia dentro de la empresa. Ella hablaba inglés veinte veces mejor que yo, tenía muchísimo genio y aunque a veces era algo bonito trabajar juntos, lo cierto es que acabamos por no saber distinguir los compañeros de trabajo de dentro de la pareja de novios que éramos fuera. Total, que tampoco viene al caso, porque el caso es la que se lió. Ella fue la primera, mi novia, la primera que se cansó de aguantar a un tarado que parecía estar enfadado siempre y le contestó, le contestó muy mal, le montó un circo que no digo yo que estuviese justificado siendo él su jefe, pero que tenía que acabar montándose de alguna manera. Y la echaron, directamente, sin darle tiempo a disculparse, al día siguiente le dijeron que no volviese.

Ella las pasó putas, esto lo sé yo mejor que nadie porque me tocó muy de cerca, pero bueno, en la empresa pronto le encontraron sustituta, una chica recién salida de la universidad que parecía no enterarse de la misa a la media y que ponía todo su empeño en sacar las cosas adelante.

El otro estaba más calmado, como si el sacrificio de la anterior hubiese aplacado su ira al estilo de los Dioses… poco duró el asunto, día si día no le acabó por hacer la vida imposible a la otra pobre que más de una vez salió a la calle con la lágrima asomando. Así hasta que la vimos un día sacando fotos de la oficina: a su ordenador, al del jefe, a los papeles del presidente… hasta que alguien le preguntó qué andaba haciendo y entonces ella se fue para no volver, así tal cual.

Los que si que volvieron fueron tres sindicalistas que parecían más yakuzas que otra cosa. Entraron en la oficina por las malas exigiendo hablar con el presidente, le llevaron unos papeles por los que decían a gritos que debían darle una indemnización a la chica por maltrato en el trabajo, que hasta que no los firmase de allí no se iban. Y no se iban, no… se dedicaron a pasar por las mesas de cada uno de nosotros en plan provocando, sin llegar a tocarnos ni tocar nada, pero riéndose y hablando entre ellos con un tono despectivo que acojonaba. Yo pensaba que como me tocasen, soltaba una hostia y salía corriendo, por mucha razón que creo que tuviese la chiquita… la cosa estaba muy tensa.

Hasta que llegó el presidente y la tuvieron gorda, gordísima que casi se pegan. A grito limpio en japonés se llamaron de todo, se empujaron, llegaron a las manos y a los pies, pero de allí no se iban. Entonces llamaron a la policía, y llegaron cuatro, dos detectives con traje y dos policías de uniforme y se dedicaron a hacer preguntas a todo Cristo mientras echaban a los semimafiosos. Sacaron fotos de todo y de todos, nos interrogaron uno por uno y a mi me tocó contar en japonés todo lo que supiese sobre la situación, lo cierto es que me explicotee como pude, que seguramente fue poco y mal. A partir del día siguiente por miedo a que volviesen, la puerta de la empresa estaba cerrada y sólo los que teníamos llave podíamos entrar.

Al de unos días llegó una citación judicial y por lo que sé, la empresa tuvo que pagar finalmente indemnización por la forma en que hicieron las cosas con esta pobre mujer, que demostró tener unos huevos como Daibutsus. Yo tuve movida gorda porque comentando la jugada por el messenger con otra compañera de trabajo, resulta que estaban monitorizando todas las conversaciones y el susodicho irlandés llegó a leer poco más o menos que le llamé hijo de la gran puta, merecidamente por cierto. El presidente me «sugirió» que le pidiese perdón, pero yo no lo hice nunca porque me tomé que me espiasen como una ofensa personal. Al de un mes dejé la empresa, al de tres meses cerraron y entonces yo seguí trabajando en el proyecto desde casa, el resto más o menos ya lo sabéis. Ahora estoy felizmente empleado en otro sitio que parece normal, hasta el momento, tocaremos tofu por si acaso.

Hay que ver. Ya es la segunda oficina en la que estoy que pasan movidas gordas, una en Bilbao y otra en Tokyo. ¿Seré yo? madre mía… de momento el messenger no me lo he instalao, no vaya a ser que nos soltemos…

:ojetepalinvierno:

Hitachi Seaside Park

En Ibaraki, a hora y pico de Tokyo, está la ciudad de Hitachi donde desde que se descubrió cobre allá por el año 1600, no se han parado de crear fábricas e industria alrededor del metal. A mi me sonaba el asunto por la empresa de mismo nombre, y es que se fundó en esa ciudad y parece ser que después del gran terremoto de la región de Kanto de 1923, fue de las pocas que quedaron en condiciones así que la ciudad prosperó muchísimo. Luego ya vinieron los americanos que sabían que era un punto importante, y se dedicaron a tirarles bombas durante la segunda guerra mundial, pero bueno eso es otro tema.

Pues en el mismo sitio donde después de la guerra los americanos se quedaron una campa para seguir practicando bombardeos, ahora tenemos un parque enorme que queda al lado del mar. Cuando digo enorme, es enorme, tanto que hay un tren-autobus que te va llevando por los distintos lugares porque no hay tutía de recorrérselo andando. Nosotros fuimos porque nos llamó mucho la atención unas fotos de una especie de colina con unos arbustos rojos que parecían de otro planeta, y para allá que tiramos aprovechando un domingo.

Lo primero que vimos fue un parque de rosas, muchos tipos de rosas distintos, la mayoría gabachas, que por lo visto son famosas, no si los gabachos al final van a tener de todo, sólo les falta nacer desencabronaos:

Yo sacando fotos a las flores y a un perro, Dios santo, en qué demonios me he convertido, que alguien venga a darme bofetones ya!!!! en el nombre del padre! en el nombre del padre! sal de mi cuerpo!!

En fin, después había un pequeño parque de atracciones para la chavalería, y menos chavalería también que yo estaba deseando montarme en todo!

Y ya después, por fin, llegamos a la colina marciana, la pequeña montaña llena de gizmos agachaos que te deja con miedo mirando al cielo no vaya a ser que llueva y se líe parda:

La cosa pilla lejos, como hora y media desde Tokyo entre tren y autobús, pero a nosotros nos mereció mucho la pena. Yo en mi vida había visto unos arbustos de este color puestos así, de verdad que parecían animales con pelo ahí recostados. Nosotros llegamos un poco tarde, parece ser que un par de semanas antes estaban todavía más rojos. En cualquier caso, salimos muy muy impresionados de allí, era como estar en otro planeta!

:ojetepalinvierno:

Buscando currelo en Tokyo

Esto del buscamiento de currelo digo yo que dependerá mucho de lo que se mueva y por donde lo haga cada uno, así que no me toméis todo al pie de la letra y luego me vengáis pidiendo cuentas si no sale la cosa. Yo cuento aquí lo que he hecho y lo que yo creo que sería mejor hacer, que lo mismo he conseguido curro de chiripa, o lo mismo no, que el lo mismo lo mismo es lo mismo como lo mismo no es, que para eso está ahí mismamente.

Total, yo tiré al principio por preguntar a los amigos del ramo, que son la gran mayoría (lo que no quiere decir que sean muchos). Por cierto, hay que ver que bonico seria tener amigos cocineros o barmans, pues no, casi todos rascateclas ahi!. Bueno, pues poco más o menos todos me vinieron a decir que en Tokyo la cosa se hace por recruiters. Esto que suena a serie americana, no son más que empresas de selección de personal evolucionadas, normalmente te registras en su web y te llaman para una entrevista en sus oficinas donde vas paso a paso contándoles tu vida laboral, el tipo de trabajo que te gustaría y el sueldo que más o menos te cuadraría. A partir de ahí, ellos te buscan ofertas de trabajo, si hay alguna que pinte bien, lo que hacen es maquearte el Curriculum para dar énfasis en lo que ellos creen que importa en ese caso, y si es menester, pues te concertarán una entrevista con la empresa real, la que está buscando a un rascayú de buena familia como tu para sus filas.

Si la cosa sale bien y te quieren coger éstos últimos, el papeleo lo haces con los recruiters, vamos, que vas a currar a esa oficina pero tu empresa es la otra, aunque no la pises más que para firmar los papeles.

Es una mierda o está muy bien, depende de como se quiera ver. Un vinagres podra empezar aquí a decir que son unos ladrones porque se quedan parte de tu sueldo, que un ojete pa las subcontrataciones y obviedades del pelo. Lo que yo he visto es que he conseguido curro en una empresa grande gracias a ellos, que las condiciones son muy buenas, que me tramitan visado, seguro medico y todo el tinglao, y que me han tratado guay. Si no hubiese sido por esta gente, sería prácticamente imposible que hubiese yo entrado a trabajar donde estoy. Claro está que en un mundo ideal las empresas contratarían directamente a gente dándoles el sueldo que se merecen sin intermediarios, pero en ese mismo mundo perfecto tampoco existiría Sookie, y el que hace de hijo del Águila Roja se habría metido a FP a hacer fontanería en vez de a actor.

A lo que íbamos, que tu no sueltas un duro nunca, todo esto es gratis, aunque claro, ellos le cobran más al cliente de lo que te pagan a ti, pero hay que entender que te buscan curro y te ofrecen asesoramiento y en todo ese periodo no les das nada, ni después tampoco, al menos conscientemente.

Así que el primer paso: traducir el Curriculum al inglés y registrarse con todos los recruiters que se pueda:

Robert Walters
Wall Street
Skillhouse
Hays Recruiting
Bios
East West Consulting
Next Move Japan
Vision Consulting
Tradewinds Consulting
Stoneman Corp
Nexus Corp

Algo importante: la mayoría de las ofertas de trabajo las comparten entre ellos, es decir, que es probable que estemos yendo a por la misma oferta de la misma empresa final a través de dos recruiters distintos, por ello es importante llevar la cuenta de a por cual vamos y con quién. Los recruiters nunca harán nada sin consultarte, siempre te llamarán para contarte lo que han encontrado y te preguntarán que hacer. Además, ellos saben que es normal que uno esté registrado en más de una, así que se puede decir abiertamente que ya se ha echado en tal o cual oferta a través de otros.

Corto aquí el rollo para decir que el 90% de los recruiters que me he topado son unos siesos fríos que han pasado de mi, excepto dos: Skillhouse y Roberts Walters. Uno no espera que le pongan un plato de aceitunas en la puerta, pero al menos un mínimo de interés y trato humano, ha habido un par con los que repasé el Currículum en 2 minutos y luego no he vuelto a saber de ellos.

El segundo paso es ir a lo infojobs estilo Tokyo: tirarse media vida registrándose en webs de empleo rellenando mil millones de campos con lo que has hecho desde que saliste de EGB, recreos incluidos. Es el coñazo mayor del reino de nunca jamás, pero el que algo quiere algo le cuesta mis queridos chatos morenos, que a casa no te van a venir a buscar.

Una vez que lo haces, lo suyo es recorrérselas todas las mañanas viendo lo que hay y apuntándose a todas las que se pueda, se cumplan todos los requisitos o no, que nunca se sabe. Este mundo se solapa con el de recruiters porque muchos ponen las ofertas de empleo ahí directamente, así que no es raro que te contacte un recruiter en vez del cliente final. Es igual, lo importante es no perder oportunidades, y mi currelo lo conseguí así: web de empleo – recruiter me contacta – entrevista con ellos – echamos a otra oferta que no tenía nada que ver y por la que no dábamos dos duros – me cogen y aquí estoy.

Aquí van las que he usado yo, sobretodo y con mucha diferencia, la primera:

Careercross
Daijob
Job Japan
Find Jobs in Japan
Job Dragon

El tercer paso que seguí yo fue ir a por las empresas directamente, es bastante improbable obtener respuesta, pero mejor eso que estar tocándose los colganderos a la hora de comer y luego quejarse de que el mundo está en contra de tu raza de demonio blanco. Uno se va al Google y se pone a buscar empresas de IT, que hay millones, o las mismas que ponen ofertas en las webs de empleo, yendo directamente a por ellas. Practicamente el 90% de las webs de estas empresas tienen una sección de empleo, y si no, mail al canto a la seccion de «Contact Us». Yo así he hecho dos entrevistas, a parte de las tres que hice con Google, aunque sin éxito ninguna, contando las de Google (ellos se lo pierden, anda que no iban a ganar en gambiterismo!).

Lo importante es que siempre hay algo que se puede hacer, o así lo veo yo: el listado de empresas de informática – IT en Tokyo es interminable, me podria tirar enviando CVs hasta mayo, y entremedias a aprender lo que se pide, que teniendo una mínima experiencia programando, es cuestión de acostumbrarse a la sintaxis de los nuevos lenguajes de programación / frameworks.

Hablando de, aquí va lo que me han pedido a mi, lo que se cuece en el nabe currelero:

Java: hay ofertas, bastantes, de programadores senior, todas para el mercado financiero, todas te piden tener experiencia en el sector de los billeticos. Java en Tokyo se usa para tradings y bancos, hasta donde yo puedo leer. Todavía se oyen palabras como Struts / Spring, pero sobretodo movida de trading, transacciones, procesos multihilo en tiempo real y un protocolo llamado FIX o no se qué.

PHP: tambien hay, más de las que yo pensaba, pero con algun framework: Zend y CakePHP los dos que más. Me da rabia porque estoy convencidísimo que está tirao aprender alguno sabiendo ya PHP y mucho de los equivalentes en Java, hubo una oferta en concreto que si me hubiese pispao del Cake, estaría dentro. Es más, llevo en el curro de ahora una semana aprendiendo por mi cuenta y es la chorrada más gorda que ha parido bit.

C++, C#, Objective C: anda que no se nota el asunto iPhone / iPad, había de vez en cuando ofertas orientadas al desarrollo de aplicaciones para estas plataformas donde parece que poco a poco todas las empresas de desarrollo se estan mojando. Y esto ira a mucho mas con la Apple Store de aplicaciones, un ojo puesto dejamos al asunto, aunque ponte a reaprender C después de media vida currando en Java (ojo, que si hay que hacer, se hace, que no estamos para romper nóminas).

Perl, Python, Ruby: hay, es como el kit: te piden los tres, en plan sabes Ruby y alguno de scripting y te ajuntamos. Habia menos que de Java / PHP, pero suficientes como para tener en cuenta aprender en un futuro no demasiado lejano.

JLPT nivel 2: la mayor de las trabas, el mayor obstáculo con el que me he topado, ni con Parkour había manera de saltar este muro en el 90% de las entrevistas que he hecho. Rabia infinita: puedo manejarme con japonés sin demasiado problema dentro de la empresa, pero no es suficiente, hay que saber leer y escribir. Hay que entender, por encima de todo, que estás en Japón, que vas a trabajar en una empresa japonesa, que es algo tremendamente básico que sepas japonés. Uno puede pensar que total, programando da igual que no hables el idioma, pero es que no es así. Un tío al que hay que hablarle en inglés es un problema o lo va a ser en alguna ocasión: no se coscará de una llamada de un cliente, habrá que traducirle emails, cualquier papeleo que tenga que hacer fuera va a tardar el doble…. es de sentido común. No saber japonés hace que el porcentaje de ofertas de empleo al que puedas aspirar se reduzca a un 25%, sin exagerar. Lo entiendo, lo acato, y me enrabieto por no haber espabilado los últimos 4 años para haberme sacado el nivel 2, que es del que se empieza a hablar aquí. El 3 no vale para nada, es así.

Y hasta aquí mi experiencia de búsqueda de curro… desde que me puse en serio hasta que me senté en la silla de la oficina han pasado unos dos meses y medio en los que he podido hacer, sin exagerar, unas veinte entrevistas entre recruiters y empresas. De todas esas no he descartado yo ninguna, y he aceptado la única en la que me han hecho una oferta real. Creo firmemente que si hubiese tenido el nivel de japonés requerido, hubiese podido hasta elegir. Ahora toca hacerlo lo mejor que pueda donde estoy para que dure más tiempo, y de mientras estudiar para el JLPT 2 con toda mi alma.

¡Mecagüen!

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Campeonato de Otoño de Ota

Aquí va el primer y único combate… a ver que se entiende aquí…

httpvh://www.youtube.com/watch?v=h1E9p_Fb_tw

Pues lo que pasó es que me descalificaron por falta de control, hubo dos patadas que le dí en la cara y reconozco que la segunda fue bastante fuerte aunque no estoy para nada de acuerdo con la primera amonestación. En cualquier caso esto no tiene nada que ver con racismo como han dicho por ahí, eso segurísimo.

Si en la anterior competición parece que faltó un poco más de fuelle, en esta por lo visto me pasé… habrá que intentar dar con un término medio para la siguiente. A pesar de haber perdido tan pronto, hay algo de lo que estoy muy contento: controlé muchísimo los nervios, estuve muy sereno todo el combate. Creo que sigo por el buen camino. ¡Ahora a por el examen de segundo dan, que lo tengo el día 25 de Navidad! Oss!!!

Aquí va otro vídeo del mismo combate grabado desde otro ángulo por Alain, en éste se ve la cosa un poco más clara:

httpvh://www.youtube.com/watch?v=0bP1Pmt4Pow

Marcho, que tengo competi

Menuda semana llevo… desde que he empezado en la oficina no estoy en casa nada más que un ratico a las noches, lo justo para meterme al sobre, y es que como salgo un poco tarde, ando cuadrando mi vida para seguir haciendo lo mismo que hacía antes. Por ahora va la cosa bien, no me quejo ni un poco así, que de amargaos está el mundo a rebosar.

Total, que este fin de semana viene pardo: mañana competición de Karate, el campeonato de Otoño de la ciudad de Ota. Ya iba tocando, hace un huevo que no compito y tengo muchas ganas!. Si en la última salí contento porque me veía más ágil quizás por Capoeira, ésta vez ¿se verá algo distinto por el Parkour?, jaja, si veo que el tío se pone farruco echo a correr gradas arriba!

Encima, estreno Karategi, que los colegas de Tokyo pusieron bote y me compraron el más rechulo que había… ganar no se si ganaré algo, pero voy hecho un San Luis!!

Dicen que se vienen a verme, si a alguno más le apetece y no tiene nada que hacer mañana por Tokyo, que sepáis que se llega en un titá desde la estación de Heiwajima, que queda allá por Shinagawa. El sitio es el «Oomori Sport Center», vamos, un polideportivo de los de toda la vida, ahí va un mapica:


Ver mapa en gordo

Yo tengo que estar desde las nueve de la mañana, pero al principio son las categorías infantiles, y antes de las doce no salgo nunca… eso si, para las cinco de la tarde estarán todas las hostias dadas ya.

¡Deseadme suerte!

En otro orden de cosas (jaja, toma ya frase del telediario, Toscano Prats!), este fin de semana es la Nihon Jaia en Bilbao, un evento donde se han liado la manta a la cabeza organizando un huevo de actividades relacionadas con Japan sin pan que tiene una pinta del copón.

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Pues mira por donde que aunque me lo perdí el año pasado, este me las he ingeniado para aparecer de un par de formas. La primera es por videoconferencia mañana desde la 13:30 hasta las 14:30. Si no me han partido la cara en la competición y todavía puedo hablar, allí apareceré encantado!! seguramente estaré en pijama de cintura para abajo para seguir en plan telediario, pero como me han dicho que participa el Capi, me pondré guapetón para la cámara.

Y la otra está relacionada también con este largo señor, que se vino hace ya milenios a los Tokyos y nos estuvo haciendo preguntas para un proyecto llamado «Crónicas desde Cipango«, pues bien, ya está finiquitado, ya se estrenó en Barcelona, y mañana también lo echan en la Nihon Jaia en Bilbao a las 18:30. ¡Ya nos diréis si os ha gustao!

httpvh://www.youtube.com/watch?v=GOdlSrEwDzI

Y el domingo Parkour en Yokohama… ¿ya pararemos quietos?… no se yo…

Arriando

Izo velas, todas, y tremenda ilusión por bandera y con viento favorable de alegría poniente, parto a casa de Michiko con la noble misión de darle los abrazos que le llevo debiendo desde la última vez que solté amarras en su presencia. Es familia, así que no hacen falta ni avisos ni excusas para arribar a su malecón, ni siquiera mapas, basta con mirar al cielo y seguir el brillo de hospitalidad de su faro para no perderse ni entre la más opaca de las nieblas.

No hacen falta excusas, pero yo tengo una: ayer fue su cumpleaños, así que llevo la bodega cargada con presentes que no veo el momento de entregar. Y setecientas historias que contar entre sueños saldados y deudas cumplidas. De corazón a corazón, como desde hace ya años, sin secretos en la guantera ni vergüenzas escondidas en el trastero.

Navego por el océano de estaciones de Tokyo con un puño apretado dentro de la gabardina, no vaya a ser que aparezca algún pirata, que dicen que los hay con muy mala baba, y fondeo en el puerto más cercano donde con el aire arrogante que me da el ser extranjero de allende los mares, recorro y tuerzo calles y esquinas exagerando andares, por si a alguien le diese por girar la cabeza a mi paso. Que se sepa lo que hay, que hoy pintan bastos.

Dejo el parking de bicicletas a la izquierda, avanzo hasta la farmacia y al pasar la peluquería me meto por la calle estrecha de la derecha hasta que el restaurante de tempura me da la bienvenida al vecindario, a mi otra casa, la que queda a muchos nudos dirección noroeste, más allá del bien y del mal donde naufragar está bien visto sin preguntas de por medio.

Haaaai, está abierto, pasa, sube! – se oye desde la cocina del segundo piso cuando llamo. Ya lo sabía, pero es de los pocos gestos corteses que aún conservo por alguna razón, aunque hace años que dejaron de hacer falta.

Abro la puerta, y me descalzo. Huele a tatami y protección, a café y a cariño, a cobijo.

Se me templa el pecho con una buena sensación, ¿será felicidad?, seguro que se le parece.

Subo las escaleras buscando sus ojos, y los encuentro allá por el penúltimo escalón. Son la mitad de los míos pero brillan el doble, aunque los pierdo de vista pronto porque el hola en esta casa se dice con un abrazo de los de apretar.

¡Muchas felicidades Michiko, que ganas tenía de verte y felicitarte!
Gracias, pero no me felicites, que me hago vieja, no es algo para celebrar. Celebramos que nos hemos juntado otra vez más, pero del cumpleaños no se habla hoy, ¿eh? -y se ríe, casi carcajea mientras sigue preparando algo entre una tortilla y lasagna.

Entonces empieza lo que nunca parece que vaya a acabar: hablamos y hablamos sin parar, de mi nuevo trabajo, de su nueva vida, de mi miedo al invierno, de su rutina, de todo a la vez, de nada por separado.

Ya nos hemos puesto al día cuando llega su madre del hospital, y me habla en japonés, despacio, sin prisa pero con convicción y yo la entiendo a medias, pero no le suelto la mano porque me recuerda a mi abuela, y yo quería mucho a mi abuela aunque no se acordase de mi. Me cuenta como está su marido, nos habla de las enfermeras que le han visitado hoy, y de repente se acuerda del día que fueron a Hakone juntos y vieron el Fuji hace ya más de cuarenta años, y se va para volver con fotos en blanco y negro tan antiguas como los surcos de su frente o el poso de sus palabras. Me cuenta lo que se acuerda de ese día hasta que se cansa y con disculpas y reverencias se va a su habitación, la única que queda con tatami en la casa, digo yo que a dormir un poco la edad.

Entonces le doy la caja con los regalos a Michiko, pero no los abre, nunca los abre si estoy delante. Me da las gracias, y la deja encima del sofá, después seguimos desgranando las horas pasadas durante horas hasta que vuelve su madre y llega su hija, y todos juntos nos vamos al restaurante de yakiniku de al lado de la estación.

Arropado.

Menos solo.

Así está la cosa por dentro.

Cuando llega la hora de pagar, saco la cartera, no por invitar sino por pagar mi parte, pero su madre se enfada un poco pretendiendo un mucho.

¿Has venido hasta aquí y todavía quieres pagar?, no señor, esto lo pago yo en agradecimiento por poder verte
Si, déjala que pague, que tiene mucho dinero -bromea Michiko

Y a mi, que tengo los ojos a punto de desbordarse, sólo se me ocurre agachar la cabeza e imitar sus reverencias.

Y darle las gracias.

De corazón.

Con toda mi alma, que yo vine vendido.

Cuando camino de casa, el móvil encuentra cobertura en alguna estación, recibo un mensaje:

Me ha encantado volverte a ver, ojalá que podamos juntarnos aunque sea una vez al mes siempre. Muchas gracias por los regalos, los guardaré toda mi vida para acordarme siempre de ti. No te digo que te quiero porque ya lo sabes de sobra, pero por favor, cuídate mucho y sigue bien. Muchos besos.
Michiko

Y yo no acierto a escribir siquiera un arigato en todo el trayecto porque no soy capaz de dejar de llorar.

Halloween 2010

Creo que el sábado pasado fue la primera vez en mi vida que celebré yo el Halloween este, y mira que por aquí tiene bastante fama que una semana antes ya está todo lleno de calabazacas sonrisudas y fantasmicos. Pero Alain, que se las sabe todas, ya empezó a remover el asunto un mes antes: que hay que espabilar, que hay que buscar un disfraz guapo, que cuanto antes mejor, que se alquila un bar y nos cascamos una fiesta en donde la Buya dice Shi…

El caso es que venía un tifón a Tokyo que tenía a todo el mundo acojonao, pero ná, eso era txirimiri de entrehoras de los nuestros, aunque yo para ahorrarme subir unas escaleras salté una valla en Harajuku y me pegué una ostia como un nikuman con el paraguas. Pero en fin, eso es otra historia a lo Steve Urkel que no ha lugar ahora mismo. A lo que íbamos: que nos juntamos en casa de Sara para disfrazarnos de vampiricos, y ojo que teníamos un kit acojonante: lentillas de colores y colmillos que se hacen a medida, como la protección de los piños de Karate, que les echas agua caliente.

Yo no me había puesto una lentilla en mi vida, menuda llorera… tardé un cuarto de hora en ponerme una y dejé pasar un rato hasta la otra…

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¡¡Anda que no molaron las lentillas!!
:gustico:

Después tiramos pa’l Hachiko, o Jashiiiiii como dice el Pretty Womon, donde habíamos quedado con el resto de gente…

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httpvh://www.youtube.com/watch?v=wh113heQhlA

Y ya para la fiestica donde teníamos barra libre por tres horas o algo así, yo me acuerdo de estar haciendo el chorralaire todo el rato ahí con la colmillada, que bien me lo pasé, madre mía, fue bonito ser un no-muerto-si-borracho!!!

Y luego pues al Camelotto que si ibas disfrazado entrabas gratis, yo ahí aguanté poco, a mitad de la noche no podía con mi alma ya. Digo yo que entre volver a madrugar para ir a la oficina y la clase de Karate de esa mañana me pasaron factura, bueno, eso y que estoy viejuno ya!!! agüelooooo, eso si, el momento entrar en el taxi vestido de vampiro con los ojos rojos y decirle todo serio la dirección, o el camino andando a casa envuelto en la capa porque hacía biruji no tiene precio, lo que daría por verme ahora mismo desde arriba!! jajaja

¡En plan hermandad!
:gambiters:



Trabajo

La historia es larga aunque la verdad es que no ha sido tan difícil como pintaba… menudo jaleo de búsqueda de ofertas, entrevistas, recruiters, trajes y gaitas moras. He acabado hasta los mismísimos colganderos. Por lo menos me he coscado de lo que se pide ahora mismo en temas de tecnología en Tokyo, de lo que se valora más, de como está un poco el mercado para los informáticos de la fauna del lugar, si supiese hace un par de meses lo que sé ahora no habría perdido el tiempo en según que cosas. A ver si lo cuento en condiciones por si pudiera ayudarle a alguien.

Tampoco tengo muy claro que quiero contar aquí, de un tiempo a esta parte me da un poco de miedo poner según que cosas en el blog porque aunque posteo menos que nunca, me llegan mensajes y veo movidas por ahí que Buda tirita. No sé si dan más miedo los que me perdonan la vida siete veces al día o los que me ponen en un altar pretendiendo que yo soy lo que ni de lejos soy en realidad…

Bueno, si diré que han cambiado mucho las cosas, que aunque sólo llevo desde el lunes parece que he ido a la oficina toda mi vida ya. Atrás quedaron los días esos en los que uno era esclavo de ese tiempo que sólo es libre en apariencia. Estamos contentos, sienta bien tener una rutina que exija cumplir ciertas normas sociales… vamos, que ya no parezco el Yeti de resaca: voy bien preparadito por las mañanas y en unos cuarenta minutos desde que salgo por la puerta de casa, estoy ya sentado en el ordenador de la oficina. Me han puesto clases de japonés, me pagan desplazamientos, no tengo que llevar traje, tenemos café, té y snacks gratis, y lo que más me gusta es que el trabajo está siendo empollarme la versión 3 del Google Maps API haciendo un prototipo para enseñar a un cliente, vamos que vuelan las horas delante del ordenador como hacía tiempo que no lo hacían.

Quitando a un par de figuras, la gente es maja. Somos unas cincuenta personas, de las que sólo diez somos extranjeros y eso mola. Las condiciones tienen muy buena pinta, el visado ya no es un problema… la inseguridad con la que he vivido el último año de repente se ha evaporado y se nota muchísimo en el ánimo, no pensaba que tanto. La idea de que quizás tendría que volver me llevaba rondando bastante tiempo y todavía tengo muchas cosas que quiero hacer por aquí. Ahora estoy mas desahogado, soy más yo mismo, disfruto más de las cosas por no tener esa capa de incertidumbre rondándome la nuca. Si algo malo he de decir, será que el horario no me cuadra porque no me da tiempo a ir a Karate. No se meten horas, pero se entra tarde y se sale tarde, prefiero mil veces madrugar y salir antes que perder el tiempo durmiendo un par de horas más. Pero bueno, todo se andará, hay clases de Karate a primera hora de la mañana y luego están los sábados. Vamos, que las prioridades siguen sin haber cambiado: Karate/Capoeira y luego el trabajo que me permita seguir con ello, nunca al revés, sea en Google o en un McDonalds.

Hablando de prioridades… cuando vienen mal dadas, que tampoco han sido tan terribles ni mucho menos, uno se da cuenta de golpe de los que importan. Hay un campo ahí delante de gente conocida, amistades viejas y nuevas, familiares, personas de tu entorno tanto físico como, digamos, virtual. Y de repente florecen tres o cuatro, no más. Uno se da cuenta de quien se da cuenta de uno de verdad, y esos son los que cuentan. No los que de repente son el triple de amigos cuando se enteran de mi affair con Google Japan, quedo en no se qué puesto de no se qué concurso o me han visto con no sé quien no sé donde… que cosa más triste, por el amor de Dios. Es de sentido común: me quedo con las llamadas muchas veces perdidas por mi culpa y con los mensajes de sólo-que-tal-estás, que uno no tiene edad ya para apariencias ni hipocresías de gente triste que no sabe que lo es.

En fin, es tiempo de reflexión, de que llegue el fin de semana, pararse y darse la vuelta para mirar a ésta primera semana de la nueva vida que me estoy probando y ver cómo me queda. Tiempo de ser más amigo de mis amigos, de pensar en lo que está por venir y planear en consecuencia: la competición de Karate, más Capoeira, más Parkour, más japonés, más fotografía, más viajes…

La cosa está clara: es tiempo de seguir amortizando cada latido sin hipotecar ni una sola respiración.

Un domingo de Parkour

Fresquete, pelete, biruji al mediodía de un domingo gris. Los tres mosqueteros y la reina del lugar, que también se ha animado, esperan en el punto señalado. Se ve a chavalería estirando, ¿nos acercamos?, ¿nos dejarán ir con ellos?, para cuando el Lorco y yo nos lo tenemos ya medio decidido, el Chiqui ya está parlamentando con ellos, no se sabe muy bien si les está engatusando dándoles tabaco o es que han sucumbido a sus dotes sociales amigueras, no es la primera vez del día que le vemos con nuevas amistades hechas esa mañana. Mucho que aprender de Albacete todavía, mucho.

Un profesor con pintas de estar pasándoselo igual que mi nevera de casa toma el timón: estiramientos, un poco de trote para acá y para allá, ejercicios de calentamiento… todo sin reírse ni una sola vez, porque ya lo hizo allá por el 72 cuando le salió aquella llaga y ya no puede quitársela de la cabeza que todavía tiene pesadillas con el Oraldine.

El resto: chavalería del instituto, la mayoría flacos como ellos solos que lo mismo te saltan una barandilla que te dan una voltereta para atrás. Un par de extranjeros más con los que poco tardamos en llevarnos bien por la cosa del envoltorio, y gente medio loca pero sana. Majísima, si quitamos al amargado que hace de profe, ¿quién habrá puesto a este tío aquí?. Ahora que el percal lo calamos pronto: hacemos lo que nos cuenta el caraflautas, y después nos adosamos a uno que sepa y que tenga más gracia y le damos la chapa hasta que nos explique las cosas. El método, que bautizaré como «tenemos el culo pelao de amargaos» funciona, y ya nos ponemos a hacer historias por nuestra cuenta a costa de los que saben y no les sale una úlcera por reírse.

Cambiamos de sitio un par de veces y acabamos en unas barandillas, la peña se sube y anda por encima de ellas, salta de unas a otras, van corriendo contra un muro, lo pisan y dan la voltereta para atrás como quien se rasca el ombligo. Hasta hubo uno que fue capaz de subir una pared de más de dos metros corriendo desde abajo.

¿Nosotros? pues no nos cortamos un pelo tampoco y algo ya hicimos también. ¿Las agujetas?, las peores de mi vida.

Pero ¿y lo bien que nos lo pasamos? ¿eso no cuenta, o qué?, yo no sé mis dos escuderos y la doncella, pero deseando estoy volver!

httpvh://www.youtube.com/watch?v=Nxi5CWeqKz4

:gustico:

PD: Que ganas tenía de estar en una oficina normal, con mi horario normal, compañeros no inanimados, vida social… buff, ya os contaré, ya…

Marcho, que tengo Parkour!

Primero, y como objetivo y motivo fundamental de venir aquí, marchaba porque tenía Karate. Después la cosa se complementó yéndome porque había quedao con la profesora de la ceremonia del té, luego seguimos con esto de ocupar el tiempo y nos pusimos con el Yosakoi. Para acabar de liarla parda, empezamos a dar volteretas en Capoeira, y ahora… pues ahora marcho que tengo Parkour.

¿Que qué es Parkour?, pues es esa gente que se lía a pegar saltos por la ciudad subiéndose a todo haciendo mil volteretas y cabriolas para esquivar los «obstáculos urbanos». Después de poner el vídeo de Capoeira, más de uno me sugirió que lo hiciese, me dio por buscar en internet y resulta que hay un grupo en Tokyo que te enseñan por la patilla!!. Así que este domingo me voy a Parkour con el LorcoNinja y el Chiqui que también se han animado. Veremos si volvemos con todos los huesos del derecho.

Un vídeo de estos señores, no veo el momento de empezar:

httpvh://www.youtube.com/watch?v=58Jljo1TTXg&feature=player_embedded

Ala pues, que tengan ustedes un maravilloso fin de semana, el mío viene chato…

PD: ¡Tengo currelo!, buff, currelo y mucho más… ya os contaré, ya…

Se abre el telón

Yo no tenía estas ojeras antes… ni esto que está entre un lunar y una mancha que me ha salido debajo del ojo derecho, como si fuese una lágrima negra que llorase el alma por añorar la juventud.

Pero me siento bien. Ahora que casi siempre me siento bien, tampoco viene de nuevas, es como si hubiese aprendido a que de de verdad igual lo que se sabe que da igual.

… por la ciudad camino, no preguntéis a donde, busco, acaso, un encuentro que me ilumine el día y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden…

Con Sabina sonando en el cada vez más maltrecho iPhone que se desgañita por hacerse oir entre grifos y duchas, me vuelvo a mirar al espejo con la cara medio blanca esta vez, y cuchilla cual goma de borrar en mano, elimino todo rastro de sombra de la faz del de enfrente. La máquina de afeitar parece un quitanieves abriendo la autopista entre la oreja y la barbilla, tomando ahora el desvío al sur que lleva a la nuez, desbloqueando la rotonda que bordea los labios…

I have climbed the highest mountains, I have run through the fields, only to be with you… only to be with you…

Toca traje. Toca volver a coger tarjetas de visita con las dos manos, pintan reverencias de corbatas colgando. La cosa va de que se abra el telón y a uno le de por decir cosas en idiomas de otros, de repetir la historia de uno maquillando esto o lo otro según quien haga de público. Que presuntuoso, que prepotente es pretender que es posible que se llegue siquiera a intuir a una persona con apenas una hora de compartir oxígeno.

Besos, ternura, ¡que derroche de amor!, ¡cuanta locura!

Una señora con un carrito me habla mientras voy camino de la estación. Me suena su cara, creo que no es la primera vez que la veo por el barrio. Me quito los auriculares y digo adios a Ana Belén por un rato, y trato de entender a esta personita con la cara llena de arrugas que me habla, risueña, sin darse quizás cuenta de que vengo de lejos. Y que mas dará si ahora estamos aquí los dos.

Buenos días, mira, tengo aquí a Pichan, es muy pequeñito, lo estoy cuidando -creo entender en el idioma de las abuelas, ese que se habla despacito, haciéndose querer, como si todos fuésemos nietos por decreto.
Buenos días -contesto con mi mayor sonrisa que no le llega ni a la mitad a la suya- ¿Pichan? ¿es un perro?
Mira mira -dice, y por la manera de decirlo intuyo a la niña de la que viene esta mujer- es Pichan, lo encontré ayer en el suelo y no puede casi moverse.

Retira la manta del carrito y unos ojos casi sin abrir me miran desde allí dentro. Es un pájaro, un bebé recién nacido que sólo sabe volar lo que duran los saltitos que logra dar, como si todavía nadie le hubiese enseñado que si mueve las alas entremedias, no hace falta volver a caer tan pronto. Alargo la mano para tocarle, porque dan ganas de hacerlo, pero la niña se vuelve anciana de repente y se hace respetar de nuevo poniendo la manta entre mi mano y Pichan.

Lo estoy cuidando yo -repite, muy seria esta vez, y sigue andando dando por terminada la conversación con una reverencia.

Sigo mi camino pero no igual, el corazón pesa menos, se ha reblandecido, está un poquito más tierno y aunque Ana Belén hace tiempo que se fué, Robe me hace compañía el rato que queda entre Pichan y la estación.

Quedamos cerca del suelo, a la altura de tu cintura… quedamos cerca del suelo, donde se refleje la luna…

Repaso mentalmente lo que está por venir y me descubro pensando en inglés. Preparo las coplas que voy a cantar aunque la mayoría serán verdades a cachos, mentiras con que regalar los oídos de los que se pondrán delante que oirán lo que más o menos esperan que diga. El tren es mi camerino, y en un rato se subirá el telón. No hay pánico escénico, de momento.

You only get one shot, do not miss your chance to blow, this opportunity comes once in a lifetime…

Sigo instrucciones. Salida este, Starbucks a la derecha, Family Mart a la izquierda, recto un par de bloques. Una chica me sonríe y sus hoyuelos me agujerean el corazón ese que ya venía a punto de nieve desde hace un rato, le devuelvo la sonrisa sin hoyuelos, con ojeras, pero con gratitud. A tus pies, preciosa.

Como siempre que se cambian los papeles, voy a quedarme dormido en tu cintura…

Acaba el primer acto, no ha pintado demasiado bien… un público difícil tenemos este lunes, bueno, perder tampoco hemos perdido nada, es más, de no haber madrugado no habríamos conocido a Pichan, ni a la chica de los hoyuelos. Es lo que importa, lo demás sólo da igual. Es así como he reaprendido a vivir de un tiempo a esta parte, flotando de la mitad del vaso para arriba, que por debajo no hay aire.

Que dulce era hablar si te hacía sonreír, sentados en cualquier bar… tuve que marchar porque soy un músico loco…

En algo parecido a una cafetería me hago fuerte. Bueno en realidad no soy yo del todo, sólo una copia venida a más a base de traje y zapatos. Así que pongamos que esta versión seria del que no soy es el que se sienta en una mesa y le arranca una sonrisa a la chica del mostrador al señalar el plato de pasta diciendo «kore» pretendiendo ser todavía más extranjero de lo que ya se siente. Saco el ordenador, creo que es la primera vez que lo saco de casa desde que lo compré, y abro el entorno de programación…

Pero no lo toco porque tengo el alma tocada. Yo lo que necesito es desahogarme, achicar sentimientos, endurecer de nuevo el corazón para afrontar el siguiente acto un poco más entero. Y así vuelvo a empezar, mientras borro líneas, escribo párrafos y me seco las lágrimas en la manga del traje de Zara que me traje de Bilbao. El nudo de la garganta bloquea el arigato que le quería dar a la camarera cuando me rellena el vaso de agua, y mientras carraspeo para el siguiente me doy cuenta que más vale que me vaya acercando a la estación, que la comedia está por volver a empezar y el protagonista sigue sin llegar.

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Ikuteletrabajo

Amigos, amigas, chatos todos, hoy vengo aquí a hablaros sobre el teletrabajo, palabra soñada por muchos y ansiada por otros, quimera casi imposible de conseguir, la tierra prometida del informático, la grandísima mierda pinchada en un palo que me ha estado dando por el saco más de medio año.

He de reconocer que empecé esta nueva aventura pletórico de ilusión, motivado hasta las trancas, deseando decirle adios al despertador y al sieso carapán del acomplejado medio pirao de mi antiguo jefe que lo mismo ni te miraba a la cara durante dos semanas que te traía un regalo al día siguiente. Estaba hasta los huevos del aire acondicionado de la oficina que ni un sólo día acondicionó en condiciones, de ver la luz del sol un ratito sólo por las mañanas, de tener que hacer cola para expeler los tés que tengo a bien tomarme porque sólo había un baño para quince personas.

¡¡¡¡ Ay Toscanito, no sabías de que te quejabas,
pero es que no tenías ni puta idea !!!!

Peleé por no convertirme en un ermitaño, todos los días pasaba religiosamente por la ducha y ponía a la Gilette a currelar antes de sentarme delante del ordenador. Me preparaba casi casi como si fuese a la oficina: desayunaba temprano y cumplía mi horario a rajatabla. Por cierto, ¿de donde coño vendrá la expresión esta de cumplir a rajatabla?, ¿había un rascayú que rajaba las tablas más puntual que nadie?, ¿y pa qué tamagos vale una tabla rajada?.

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Bueno, total, que era como estar en una oficina pero sin jefes ni chorradas del estilo de por medio: estaba yo y un trabajo por hacer, y sólo tenía que sentarme y tenerlo hecho para el viernes que es cuando toca actualizar el servidor y mandar un email contando lo que mis dedos han tenido a bien teclear durante la semana.

Bien, pinta bien: no gasto dinero en trenes, cumplo mis horas y al acabar me piro a Capoeira o a Karate en bici sin tener que andar pensando si al resto de los de la oficina les importa o no que me pire yo antes. Esto se sostiene algunas semanas y parece funcionar, te sientes afortunado cuando ves entrajetados pasando por la calle a través de la ventana, estás como un nivel por encima de la masa aborregada, has hecho la de Darwin y ellos no, eres el puto amo de tu vida.

Si si puto amo…

Se empiezan a dar momentos raros… la cosa empieza a fallar… se perturba la fuerza y ya a veces te entra pereza y pasa como cuando tienes exámenes en la universidad: que haces de todo menos estudiar. Yo tengo hasta las legumbres ordenadas alfabéticamente en la cocina ya: Alubias, Arroz, Lentejas… de izquierda a derecha y de grano grande a pequeño (ya sé que el arroz es un cereal, Jordis Hurtados!!), hasta plancho los calzoncillos, no os digo más, que anda que no da gustico ponérselos cuando están todavía calenticos.

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De repente empiezas a darte cuenta, de alguna manera, que tus obligaciones están un poco diluidas, que no pasa nada porque un día te pires a ver un matsuri a Asakusa porque ya recuperarás el tiempo a la noche, que te vas a sacar fotos con el día que hace… y así, como si nada, una mañana te descubres a ti mismo levantándote a las doce de la mañana todos los días porque te has acostumbrado a hacer el trabajo hasta las tantas por las noches y ya no hay Dios que te haga dormirte antes de las dos. Eres Bill Compton, cara palo incluida pero sin la Sookie (gracias a Dios!!).

Te conviertes en una ojera con cuerpo debajo, te sientes cansado, somnoliento todo el puto día. Como te levantas tarde, incluso aunque al final del día hayas trabajado más horas de las que harías en una oficina, te sientes mal, tienes la sensación de no estar cumpliendo tus responsabilidades. El mismo ordenador que antes tenía la misión principal de entretenerte y servirte para hacer tus cosas, ahora es el que casi te grita que deberías estar trabajando, que cierres el Facebook, que dejes de procesar fotos, que te olvides de editar vídeos… prácticamente olvídate de lo que hacías en tu tiempo libre, porque ya no se sabe lo que es tiempo libre y lo que no, apenas eres consciente de que llueve o hace sol porque lo mismo da que da lo mismo.

Y mucho ojo, que esto es Tokyo. En términos teletrabajiles significa que tu ecosistema es una misma habitación que ahora resulta que es una oficina con futón. Eres un hikikomori como la copa de un sakura: duermes, te vistes, desayunas, trabajas, comes y te cortas las uñas de los pies entre las mismas putas cuatro paredes. El mismo puto sitio, todo el puto rato, estando solo… día tras día, semana tras semana, mes tras mes… Las cortinas son el equivalente al coco del Robison Crusoe, no les he pintado ojos por no tener que lavarlas después, pero yo creo que les hablo más, ¡menudas discusiones tenemos sobre el final de Inception!, cuando suena el móvil te asustas y te abrazas las rodillas balanceándote contra la pared deseando que se calle… la vez aquella que me descubrí poniéndome caras a mi mismo delante del espejo y riéndome, ya decidí que iba siendo hora de actualizar el curriculum y salir de este pozo antes de acabar tarao del todo.

Un día te da por pararte y mirarte con calma y resulta que eres un ser del que cuesta creer que tuviese piel debajo de semejante mata de pelambrera, tu cara es el culo de un koala, que hay que apartar la maleza para encontrarse la boca y meter elementos ingeribles dentro, en la lavadora sólo entran los dos pantalones de pijama y las camisetas de propaganda del súper de mi barrio, porque es tu uniforme de trabajo. En Karate y en Capoeira me llevan viendo con el mismo pantalón de chandal desde Junio, chandal que hace maratón de horas porque cuando conviene también es pijama y últimamente acojona darse cuenta que conviene mucho… hasta la chica del combini yo creo que está haciendo una colecta con sus compañeras para comprarme champú y un peine antes de que vengan los de sanidad a despiojarme…

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Pero lo peor de todo es la conciencia.

Menuda hijadeputa es la conciencia, que parece que le das esquinazo, pero no. Esta ahí… te habla… te susurra…. te putea la vida dándote martillazos en la sien a nada que te pones a hacer algo mínimamente personal, que te cuesta más levantarte e irte a Karate que si estuvieses rodeado de compañeros ponecaras en la oficina, que cuando vuelves de entrenar hecho polvo, los remordimientos todavía te empujan a sacar adelante dos o tres cosas más antes de dormir porque has estado perdiendo el tiempo viviendo un par de horas de la vida en vez de trabajar.

Parece que, por fin, he dado con un trabajo que me saque de esta tortura autoimpuesta, de esta muerte social, de esta mierda tan gorda en la que me metí antes de verano. Me costará tiempo recuperarme, puede que hasta que no tire las cortinas y me compre otras que no hablen no volveré a ser el que era antes, pero es un inicio.

Si me dais un poco de tiempo, seguramente seré capaz de volver a hablarle a la gente y dejar de hacer ruidos con la garganta. De mientras, tened un poco de paciencia conmigo e ignorarme si veis que me pongo a llorar y al minuto después estoy descojonándome dando palmas.

Es parte del proceso. Todo se andará.

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Por cierto, ya que estamos ahí sin pretenderlo, si veis que eso, votadme en el bitácoras a ver si me dan el premio ese y se me arregla un poco más el mes… aquí Flapy cuenta como se vota, digo yo que será lo mismo pero cambiando japoneando por el ikublog, y blog de viajes por personal en ataque… Pero vamos, tampoco os herniéis mucho, si os cuadra bien, y si no también.

Voy a ver si compila esto que llevo entre manos desde el martes… rezad por mi alma para que deje de ponerles nombre a los calcetines.

La Cotova

Mail de Bea del otro día:

Impresionante!

Mira!

Estoy ayer tomando unos potes en el casco viejo y de repente veo un tío que se mete a un bar con la cami de kotoba, pero no la nuestra, es decir no estaba impresa en nuestra cami con el borde blanco, pero eran las letras nuestras haciendo un circulo, solo que le faltaba el circulo.

Me quede tan flipada que dije, no puede ser, somos ya famosos y nos copian! somos como Loreak Mendian que los de Guru les choraron la flor!

Así que entre al bar, les dije a los que estaban conmigo, si tardo venis a buscarme que era un tío tocho e igual me parte la cara. Entro y le pregunto a ver donde la ha comprado y me dice que en el mercadillo de Madrid pero ya hace 2 3 o 4 años.

Vamos que nos copian, porque la nuestra tiene más tiempo.

Y la impresión es mala, esta también estropeada eh? pero la cami es negra y las letras son un poco más grandes, pero son nuestros hiraganas, me dice el tío que es profe de japones, me dice entiendes lo que pone y le digo, joder que ese diseño lo he hecho yo!!!!

Se queda flipado, nada hablamos un poco le digo que hacemos camis y le dejo la dirección de la web, así que igual nos dice algo algún día de estos…

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Tiene huevos el asunto… aunque tengo que reconocer que me ha hecho hasta ilusión y todo… pero bueno, da cosica que a la vez que uno compra pimientos se lleve también una cami nuestra plagiada, no, eso no hombre, maaaal, maaaaal.

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Comprádnoslas a nosotros y de paso os lleváis…

¡ Un peazo kitkat de té verde
estilo chocolatinaca única pero gorda!
:cocinicas: :gustico:

Eso si, hay que andar rápido porque a Bea le quedan sólo 5 de los que le mandé desde los Tokyos, y ella no me acaba de garantizar que me los va a respetar mucho tiempo…

Da igual que modelo de camiseta, mientras la pidáis por la web y no a la vez que compráis una cabeza de ajos y el nuevo de Shakira en el top manta!

:palizero:

Quedan
5
4
3
2
1

0
kitkases

Tatuaje

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Tengo un tatuaje. A veces me gusta mucho y a veces me gustaría no habérmelo hecho nunca. Es lo que tiene el a veces, que a veces.

De cualquier manera, es una marca llena de recuerdos, un hito en mi vida, algo así como apuntarse algo en la mano para que no se te olvide, solo que en la espalda, que no se borra con el sudor y que en vez de la lista de la compra, lo que no se me olvida son dos montañas de vivencias y una cordillera de sentimientos. A veces me encanta recordar unos y a veces no me gusta sentir otros, y al revés según haga tormenta o sol allá en las cumbres de ambos.

A veces…

Ese día fui con un amiga a un onsen nuevo que habían inaugurado a las afueras de Tokyo. Eran unos baños que tenían zona mixta, así que podríamos estar juntos en una especie de mini-piscina del centro lo que hacía el plan bastante atractivo. Siempre he pensado que es una pena que no haya más de estos, es una gozada ir a un onsen pero siempre toca separar los pitos de la maleza, y luego esperarse a la salida sin acabar de disfrutar el asunto del todo pensando en que igual nos están esperando ya. Vamos, que uno no pone los huevos a remojo con la tranquilidad que se merecen estos respetables atributos.

En fin, que nos fuimos a un onsen y quedamos en la piscina del medio. Yo me duché, me quité la roña hasta de los codos, y partí presto a la zona compartida donde vi que mi amiga estaba ya en proceso de arrugamiento dedil. Cuando iba más o menos con el agua por la zona cero, me viene una chica del local gritando cosas:

-Okyakusama, okyakusama! señor cliente, señor cliente!!

Hombre, yo soy un tipo atractivo que no deja indiferente a nadie, sobretodo cuando estoy en bolas y se hace más evidente mi parentesco con Alf, que llevo los calentadores de las piernas y el cojín ya puestos. Pero de ahí a que vengas corriendo hacia mí…

– Que mire, que lo siento mucho, pero que no puede usted estar aquí. Que tiene un tatuaje ahí como la copa de un momiji y están prohibidos.

– Huy, perdone usted, no lo sabía, pero si es muy pequeño que casi ni se ve, ni destiñe ni nada. Y yo como que de yakuza no doy el pego, ¿no?, tengo algún amigo borroka pero poco más…

– Ya, pero de verdad que lo siento, por favor vaya a la salida y le devolvemos el dinero. Si eso para la próxima vez se pone una gasa, o una tirita un poco grande que lo tape, y ya está.

– Hombre, pues ya que hemos venido hasta aquí, que nos pilla lejos, pues voy al primer combini que vea, me compro una, y vuelvo. Perdón, ¿eh?, que no lo sabía, ahora vuelvo!

– Pues es que hoy ya no puede volver… el problema es que el resto de clientes ya le han visto, así que hoy ya no se puede. El próximo día si lo trae tapado desde el principio, sin problema, señor.

Mucho he leido yo por ahí de las razones por las que no se permiten los tatuajes, y seguro que vosotros también, así que no me voy a poner aquí a hablar de lo que no sé. Quedó demostrado que es cuestión de imagen, no es por higiene, sino que se trata de no incomodar al resto de clientes. Me supo mal por mi amiga que se tuvo que salir también, aunque me supo requetebien el quintal de cervezas que nos bebimos después con el dinero que nos devolvieron en un restaurante cercano.

Ahora siempre llevo una tiritaca enorme metida en la bolsa en caso de hacer alguna excursión, para que si se da el plan onsen, pueda taparme la calcomanía y remojar los tamagos colganderos con el gustico que se merecen.

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Al salir me dice mi amiga algo así como:

-Hostia macho, lo que tu tienes ahí no es pelo, es una manifestación de gatos pidiendo whiskas!

Eso pensaba yo… que me tenga que tapar el tatuaje para no dar el cante con el calzoncillo de felpa Toscana de pata larga que traigo de serie…

Avanzamos, avanzamos

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Hace un par de fines de semana fue el evento de Capoeira del año: vinieron compañeros de Okinawa y tuvimos el lujo de contar con profesores muy distintos que nos enseñaron un montón de cosas durante tres días.

Yo fui el fotógrafo oficial y también me dediqué a grabar las clases dejando la cámara en un lugar estratégico todo el rato. Ayer viendo algunos vídeos me di cuenta que salgo dando botes, y me alegro de ver que he mejorado bastante en agilidad, aunque anda que no me queda nada!!!

Lo digo y lo repito: sin haber dejado Karate, me alegro una barbaridad de haber empezado Capoeira… se complementan ambos perfectamente, las técnicas rígidas de uno, con el movimiento y la agilidad del otro…

Aquí va un mini vídeo del menda dando botes, o como me dijeron en el blog de Alain «haciendo el chimpancé», jajaja, lo cierto es que el primer movimiento que se ve se llama «macaco», jaja.

httpvh://www.youtube.com/watch?v=xDWzfOVoVWI

¡¡ Buen fin de semana !!
:gambi: :gambi: :gambi:


La bonita canción del pedete

Últimamente me da por preguntar a amigos que me enseñen palabras raras en japonés. He aprendido a decir cojoncillos, moquera, cerilla orejera, pelotilla ombliguense… jajaja, mola mucho!!. El otro día me enseñaron cómo se decía pedo, que es «onara» por cierto, y me ha dado por ponerlo en youtube y va y me sale ahí una canción infantil que se titula algo así como «Entrenando para peerte», con su coreografía y toda la pesca… es chica la que me llevo riendo!!!!

httpvh://www.youtube.com/watch?v=E3ooduawmAs

DO-RE-MI-FA-PUPUPUUU dice!!! jajaja, Dios, sólo ha faltao que lo hiciesen en Nara con los ciervicos y dijesen que se tiran onaras en Nara, hacen eso y me matan ya! (Otia que idea, tito Fla, apunta!)

Aquí está el vídeo también de la chica que la canta cuando la grabó, que me descojono de lo feliz que parece, ahora que anda que no tiene mérito… yo del primer puuuuuu no paso, estaría llorando de risa ya!!!!

httpvh://www.youtube.com/watch?v=oE77XwEdMIw&feature=related

Jodo que post más regulero!!! tiene huevos, ponte un blog pa luego coger y enchufar cosas que hacen otros, jajaja!! ten cuidao no te vaya a dar un jamacuco de tanto esforzarte, ¿eh?, que a ver si le vas a dar a la neurona y te sube la fiebre o algo!!! jajaja, luego encima quéjate de que nadie comenta y échales la culpa por ser un soso moruno!!! si es que te obligan a cerrar el blog!!! hay que ver!!!! jajajaja, ahora ves y preséntate al bitacoras!!!

:regulero: