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Fogones Lejanos

Hacía un frío que pelaba cuando se hizo este programa, jajaja, jodo que biruji y que perrenque, que me acuerdo que salí de casa y tres o cuatro veces pensé en darme la vuelta, meterme en la bañera y mandar a tomar cuscús al mundo. Pero como soy un tipo decente y me tocaba a mi llevar el pan, pues cumplí como mandan los cánones. En fin, total, que resulta que los de la tele querían venirse a grabar una clase de cocina de las que damos y nosotros ¿pues como íbamos a estar?, encantados de la vida lerela. Encima es que siempre que nos juntamos aquí el tío Chiqui, el primo Lorco y un servidor nos echamos unas risas bonicas del tó, así que tampoco es que ese día hiciésemos nada especial: solo lo de siempre, que no es poco.

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El sitio si que era diferente, el restaurante Gaudí de Yoyogi nos prestó las instalaciones durante casi una mañana entera, gesto que nunca agradeceremos lo suficiente. Y allí pues nos dedicamos a lo nuestro: hacer que todo el mundo esté a gusto, que disfrute, que se rían y se lo pasen lo mejor posible a la vez que aprenden a cocinar algún que otro plato de los nuestros. Aquella vez no nos complicamos demasiado y tiramos por el camino del medio: una tortilla de patatas de las de toda la vida, de las que mi madre prepara mejor que cualquiera de las vuestras y seguramente la vuestra mejor que cualquiera de las otras madres del mundo.

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Y después Misaki, nuestra estrella invitada, que además es un amigo de los que da gustete ver porque en la vida le he visto yo sin llevar puesta la cara esa de majete que tiene, jodé que tío más simpático que siempre dispuesto a todo, y mira que le liamos, ¿eh?. Bueno, que se me va y se me va y algún día no me volverá. Que el caso es que Misaki después nos cocinó allí mismo su creación estrella con la que ganó un concurso de cocina española en Tokio, el pintxo fusión por escelencia: Takoyaki de tortilla de patatas.

Fíjate lo que son las cosas que comentando la jugada con el Chiqui coincidimos en lo mismo: si es que lo que se ve es como es, como son las clases, ha salido un programa totalmente fiel a la realidad: la gente riéndose, cocinando y disfrutando casi casi tanto como nosotros… ni la bota del Guille faltó!!…

Si si, tenéis razón, que me emociono y le doy a la lengua cosa fina!! mejor me callo ya y pongo el cacho del programa en el que salimos nosotros, ojo mamá que salgo en la tele!!!

El programa entero se puede ver aquí:

Ah! y gracias a los de la tele!! por supuesto!!

:ikugracias: :ungusto: :ikugracias:
:triki:

Viaje a Japón

Ayer vinieron los de la tele a grabar un programa de las clases de cocina para japoneses de los que hacemos. En esta ocasión fue más especial: invitamos a los alumnos que llevan viniendo más veces y nos cedieron todo un restaurante para el tinglado. Por cierto, si estáis en Tokio no dejéis de visitar el restaurante Gaudí de Yoyogi si tenéis morriña de comida de la tierra porque ya os digo yo que allí os la van a quitar a base de platos de los buenos y gente encantadora.

La clase creemos que salió muy bien, al menos hicimos todo lo que solemos hacer siempre: el Chiqui fue contando la historia y las curiosidades de la tortilla de patata, yo iba traduciendo el asunto a japonés añadiendo lo que se me iba ocurriendo según iba viendo y Guillermo no paró, como siempre, de asegurarse que todos los que estaban allí sabían lo que se estaba haciendo (aparte de enseñarles a beber en bota, un clásico).

Como pasa siempre con la tele, no sabes al final como y qué va a salir, pero nosotros pasamos un rato muy muy bueno.

Pues ayer hablando con el Chiqui me estuvo contando que ya casi no quedan plazas del viaje a Japón que lleva organizando ya tres veces con la de este año. Y yo me acordé que algún lector del blog me dijo que le avisase si se volvía a hacer porque se quería apuntar, así que he pensado que qué mejor que anunciar el asunto por el blog aunque sea un poco tarde.

¿De qué va esta copla? pues es un viaje a Japón desde España pensado y organizado para que puedas llevarte un trozo de este país en tu corazón con el avión de vuelta. Fernando lleva viviendo en Tokio unos años ya y a lo mejor le pones un ordenador delante y al angelico le falta olerlo, pero de organizar historias sabe mucho. Como este año además estoy yo metido en el ajo porque me he currado la página web os puedo decir que no se me ocurre qué más se le podría meter al itinerario… en esa semana aquí no os vais a quedar sólo con los cuatro rascacielos de siempre de Tokio, sino que os van a llevar por hoteles tradicionales japoneses, aguas termales naturales en montañas donde los monos son los dueños por derecho del lugar, castillos japoneses, habitaciones a los pies del monte Fuji con vistas de quitar el habla y, por supuesto, raticos inolvidables en el pedazo de Tokio de mis amores.

El asunto cuesta menos de 2000€, cuenta con guías en vuestro idioma para todas y cada una de las excursiones que se hacen y está respaldado por la agencia de viajes de Albacete «ViajesFlexibles» así que si hay algún problema, que no debería, el seguro de viaje está ahí para venir al rescate.

Si todavía tenéis dudas, yo creo que no hay mejor manera de sentir el espíritu del viaje que con este vídeo:

En este apartado de la magnífica web :flipanderer: hay fotos de otros años también.

Si te das prisa, todavía llegas a tiempo para amarrar una de esas últimas plazas que quedan para la semana del 12 de abril de este año. Yo probablemente me apunte a alguna de las cenas que se hacen en Tokio, así que mira, igual hasta resulta que con la cosa nos tomamos un par de cervezas y todo!

Echadle un ojer! por cierto, cualquiera puede ir desde cualquier parte de España, no hace falta que sea desde Albacete!!

Clase de corte de jamón

Es raro echarle un ojo a mi calendario y que haya fines de semana con el cuadradito conteniendo sólo el número. Ahora mismo acabo de abrir el de este mes que ya termina y aparecen allí mensajes del estilo de «preparar disfraz para Halloween», «correr 12km», «aprender kata Sochin»… si consigues aislarte del ruido de a los que les chirría el alma, el calendario es tu aliado encargado de gritarte que hay cosas que sabes que quieres hacer y que ya va tocando.

En la hoja del domingo pasado pone «Jamón Chiqui». Podría bien significar que tan excelso manchego me iba a regalar un patanegra, pero no fue así la cosa, no, estariamos más equivocados que el que fue de turismo a Francia por las sonrisas de sus gentes.

El asunto iba de organizar algo parecido a las clases de cocina española para japoneses… lo mismo… pero no: esta vez pretendíamos enseñar a cortar un jamón. Que diréis: para cortar un jamón hace falta un jamón, ¿no?. Efectivamente mis queridos Jordis Hurtados, de 9 kilos y pico sin ir más lejos:

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Y continuareis diciendo: pero para enseñar habrá que saber antes, ¿no?. Pues si, listos relistos que todo lo sabís y nada os callís. Nada más ni nada menos que Raúl, el protagonista principal (con permiso de la pata de bellota) de los hanamones, esa sublime ocurrencia de comprar un jamonaco y zampárselo a la sombra de los cerezos en flor:

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Ya sólo os falta decir, requetes, porque anda que sois requetes eh!?: entonces tu, mi gallardo garboso a la par que atractivo y viril Tosca, ¿qué pintas en todo este vodevil, opereta y/o/u sainete?. Pues pinto pinto, claro que pinto, pinto más que cuando le regalaron las plastidecor a la tía Ceci, no os digo más. Bueno si, os digo más, os diré lo que pinté ya que he empezado: resulta que también iba de traductor, pero como ésta vez había asistentes españoles y Raúl casca japonés como dos o trescientas veces mejor que yo, mi misión sería traducir lo que él dijese al castellano. La verdad es que lo tuve bastante fácil, el mayor percal lo tuvo Raúl pero no hubo ni medio problema, lo tenía todo preparadísimo.

Primero: explicación histórica de de donde viene esto del jamón, los tipos de cerdos, los tipos de jamones ibéricos, el proceso de curación, tipos de cuchillos, tipos de jamoneros… vamos, que salimos todos de allí con la lección aprendida… yo el primero, claro.

Segundo: Raúl pasó a la parte práctica donde ya el jamón fue cortado por el profesor primero y por los alumnos después. Allí se puso prácticamente todo el mundo a darle al cuchillo, hasta yo me animé aunque he de confesar que la lié pardísima… la «loncha» que salió de allí parecía más el tacón de unas catiuscas.

Pero te no creas que se acabó la cosa aquí, ya te estás volviendo a equivocar, como el proctólogo de Bruce Banner que insistía en seguir haciendo pruebas. Resulta que Chema, al que seguro que conocéis como «El niño cagao» porque ha salido más de una vez por la tele, se trajo la guitarra y allí se lió la de Dios es Cristo junto a Yui a la percusión: flamenquito del bueno en el corazón del barrio koreano de Tokyo co-presentado por un vasco, ahora me vienes a hablar de nacionalidades y nacionalismos si ves que eso.

Y a pesar de que se estaba formando allí una película de Almodovar, Raúl no dejó en ningún momento de cortar jamón, aunque Yoshiko, Gami y Sachiko se animasen a bailar, aunque Pili y Nerea nos dejaran pericueters con sus sevillanas… Raúl no paró hasta tener cuatro o cinco platos llenos de jamón. Y los demás tampoco pararon hasta tener los cuatro o cinco platos vacíos, no tengo todavía claro quien se esforzó más…

Otro lio más a añadir a la lista de gusticos gusticados… si señor! Ojo que el Chiqui lo contó también aquí, ¿eh?.

:gustico:

Clases de cocina para japoneses, el vídeo

Un día se nos ocurrió llevar a Carlos a las clases de cocina para japoneses que organiza el tío Chiqui conmigo a los mandos de la traducción simultánea albacetoshibuyense. De ahí estaba claro que tenía que salir algo bueno, la espera ha merecido la pena…

:gustico:

Clases Cocina Española[ JP] del CaDs en el Vimeo.

¡Actualización!
:felicianer:
¡la versión con textos en castellano!

¡¡ Gracias Carlos !!
:gusteresque: :cocinicas: :gusteresque:

La clase de marmitako y pan

A ver si poco a poco vamos retomando el ritmo, que ya va la cosa encaminada…

Total, que hace ya bastante que hicimos la última clase de cocina para japoneses el Chiqui y yo, pero todavía no lo había contado y ya iba siendo hora. El Ferpi siempre me anda diciendo que me anime yo a hacer algo y esta vez me atreví a pelearme con una de las recetas de mi tierra que más me han gustado desde siempre: el marmitako. El reto vendría porque en la misma clase, el tito Chiqui enseñaría a hacer pan y de alguna manera tendría que dar el tiempo para poder hacer todo, lo que no iba a ser fácil dado el tiempo de reposo y cocción de los panes.

Me tiré dos o tres tardes buscando cazuelas por Tokyo, me recorrí la calle Kappabashi de Asakusa, que es donde uno puede comprar prácticamente cualquier cosa relacionada con la hostelería, pero no hubo manera. Finalmente las encontramos por internet; en una tienda tenían exactamente las cazuelas nuestras de toda la vida, y no veas la ilusión que me hizo cuando llegaron a casa!

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Después tocó, por mi parte, perfeccionar y adaptar la receta contando con los ingredientes que tenemos aquí: no hubo manera de encontrar pimientos choriceros, el caldo de pescado se hace más fácil con dashi, para el atún quizás convendría utilizar el que te ponen en el supermercado preparado para sashimi, mejor usamos dos pimientos que aquí son más pequeños…

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Y ya nos pusimos manos a la obra. Lo primero de todo: amasar el pan. No, miento, lo primero de todo es echarse una cerveza para empezar el asunto con alegría, porque como dice Arguiñano: en la cocina hay que disfrutar!

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Después ya si, empezar con el pan. Normalmente quedamos con Chiqui para que me cuente lo que va a decir más o menos en la clase, y con la ayuda de Chiaki yo me lo preparo más o menos en japonés. No es que lleve una hoja y lea la explicación, sino que me apunto sólo las palabras clave que seguramente no me sabría de ir con lo puesto: harina, levadura, amasar… y así, con la chuleta en la mano, estuvimos contando a pachas Fernando y yo cómo se hacía pan antiguamente en los pueblos de España mientras dejábamos reposar ya la masa.

En ese tiempo de reposado, que acortamos porque andábamos bastante justos, pasamos a la receta de marmitako. Mi debut en las clases como chef. El asunto es bastante distinto: cuando lleva el Chiqui el timón, es bastante fácil simplemente hacer de traductor, sólo te tienes que preocupar por que se entienda lo que se dice, pero cocinar y explicar a la vez en japonés me imponía bastante… Sin ningún motivo, no hubo ningún problema y todo salió mucho mejor de lo esperado. Y es que, como siempre digo y siempre es verdad, la gente que viene es un lujo. Más majos que ni sé!

Mención especial merece la ayuda que siempre nos brinda Guillermo

En serio, esto no sería lo mismo ni mucho menos, sin la ayuda del de Lorca explicando aquí y allí los secretos de nuestra cocina: ajustando de sal, subiendo o bajando fuegos… regalando su buen hacer y mejor humor a todos los presentes. Gracias Guille por venir siempre!!

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El marmitako salió espectacular, mejor si cabe dentro de las cazuelas de las de verdad que me recordaron a tardes de domingo en Zalla con mi madre a los mandos del fogón. Aunque en aquellas ocasiones en casa no contábamos con el excelente pan cortesía de la madre del Chiqui, que te alimentas ya solo del olor a recién hecho.

Ahora así pensándolo… igual lo suyo sería juntarlas a las dos una tarde y que cocinasen cada una lo suyo? el marmitako de mi madre y el pan de la madre del Chiqui… ahí lo dejo!

かんぱーい〜
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:cocinicas:

IV Clase de cocina: Marmitako y Pan

Las clases de cocina para japoneses se las inventó el tío Chiqui. Todo empezó con alquilar un local en un centro social de Ikebukuro con cocinas y probar a enseñar a cocinar Paella. Chiqui me propuso hacer de traductor y aunque al principio la cosa me impuso muchísimo, la experiencia mereció mucho la pena, tanto que la segunda clase no se hizo esperar demasiado, la de Tortilla de patatas y Gazpacho andaluz.

Pillamos carrerilla, ya le teníamos pillado el truco a los preparativos previos, a organizar los equipos, a controlar el tiempo y ya fluía la traducción albaceteño-japonés aunque para la tercera clase no hizo demasiada falta, porque Mireia, nuestra profesora invitada, habla japonés bastante mejor que yo. Allí se hicieron Croquetas y Moje manchego.

Tras el parón navideño, volvemos con una nueva edición. Esta vez me he animado yo a hacer de chef preparando Marmitako y el tito Chiqui nos enseñará los secretos con los que entre fogones cocina ese pedazo de Pan que tan bien le sale:

La clase será en lkebukuro el 4 de marzo, un plan como pocos para pasar la tarde del domingo: juntarse con gente majísima, cocinar, aprender y luego comérselo todo junto regado con algún vino de nuestra tierra.

¡Y es el domingo siguiente a la maratón de Tokyo, así que no habrá prisa!
:cocinicas:

III Clase de cocina: croquetas y moje manchego

Hace un par de domingos ya que se celebró la tercera edición de las clases de cocina para japoneses que el tío Chiqui organiza con la colaboración de un servidor a los mandos de la traducción simultánea manchego-ikebukurense. En esta ocasión contábamos con una profesora de lujo: la tita Mireia se comprometió a enseñar a todo aquel que viniese el secreto de esas espectaculares croquetas que siempre suele traer cuando nos juntamos en casa de alguien. Como de japonés pilota infinitamente más que yo, aproveché ese tiempo libre para sacar fotos y ver como lidian los de aquí con una receta nuestra de toda la vida: las croquetas de jamón.

Estuvo todo bien organizado: la masa de las croquetas hay que dejarla reposar, pero Mireia ya se trajo preparada de casa para cada uno de los equipos y que así se pudiese hacer todo en el mismo rato. Nos hizo mucha gracia el momento en que preparamos espumaderas para todos para que pudiesen freírlas, y a la que nos quisimos dar cuenta ya estaban cocinando con los palillos largos!! pocas bromas aquí, ojo, que estamos donde estamos!!

En el moje manchego del tío Chiqui ya me tocó currar un poco. Empecé con la presentación formal en japonés que llevaba ensayada desde casa, y después la verdad es que todo va fluyendo. Seguramente meteré gambas porque como la cortesía japonesa siempre hace que acaben halagándome, es difícil saber hasta que punto sueno natural. De todas maneras, aquello funciona y la gente sigue lo que les vamos diciendo sin problemas, ya ni nervios hay!

Con pan de Meguro y después del duro trabajo en el que prácticamente nadie paró de reír, degustamos lo que allí se había cocinado hasta que no quedaron ni las migas. Todo regado con un Rioja Siglo y cervezas del lugar.

Una vez más, nos quedamos con un gran sabor de boca…

…concretamente a croquetas y unte mojil.

:cocinicas:

La clase de gazpacho y tortilla de patatas

Se hizo, se hizo, y he de decir que cada vez nos sale mejor. Ya no hay tantos nervios por hablar en público en japonés, no se tiene todavía el nivel que uno quisiera pero se lidia con el idioma con más o menos destreza y casi casi ya no hay pausas entre lo que dice el chef Chiqui en manchego y la explicación japonesa con acento vasco. Nos vamos especializando, si señor.

Esta vez estuvimos muchos pinches acompañando al gran cocinillas: Guille, Xavi y Silvia no pararon en todo momento de asegurarse que las tortillas tenían el doble de sal de la que le hubiesen echado los japoneses.

Fuimos un poco antes para tener todo preparado porque otra cosa no sé, pero puntuales nuestros alumnos lo son un rato (y bien largo!).

El gazpacho fue lo primero para que reposase bien fresquete en la nevera mientras se hacían las tortillas. Y venga a trocear tomates y pepinos, y venga a echarle aceite, y venga a darle a la batidora!!

Después todo el mundo a pelar patatas y batir huevos como campeones, que eso lo sabemos hacer todos…

…pero eso sí, el noble y nunca bien ponderado arte de darle la vuelta a la tortilla hubo de ser explicado con más detalle…

Vídeo del Xavi sombrerecos

¡Hay que decir que no tuvieron ningún problema y todos le dieron la vuelta a la tortilla sin despeinarse!

Luego apareció por allí no se como todavía una jartá de embutido, pan, cervezas, vino… y bueno, pues ya se sabe la alegría morena que le entra a uno, que eso de las sobremesas typicals también hay que enseñarlo, también.

Llevé la bota pero esta vez no triunfó tanto aunque también tuvo su par de minutos de gloria!

Como la otra vez, una magnífica experiencia que hay que repetir las veces que se pueda!!!!!

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:gustico:
:cocinicas:
(¡¡Y eso que a mi no me gusta el gazpacho!!)
:D


Así lo vivieron el Guille y el Xavi.

La clase de Paella

Mientras unos andan recomendando que la peña no venga a Japón que hay radiación hasta en la miso, nosotros aquí seguimos pasando un verano atamagantemente chulo ajenos al proceso de transformación en hombres binárdicos (según algunos, cuatrinárdicos desde hace un mes ya).

Ayer sin ir más lejos estuvimos en el rocódromo donde un tío raro nos sacó fotos porque andan buscando modelos para ropa deportiva, no os digo más en las que estamos metidos. Bueno si, diré que para celebrar que a pocas a pocas nos vamos puliendo todas las rutas rocodrómiles, nos fuimos a ponernos hasta el jarenore de carne al izakaya de siempre. EdanoBeef la llaman ya. The man, the legend.

Total, a lo que iba, que si sigo por aquí no voy por allá. El sábado, como estaba anunciado desde tiempos facebookriales, tuvo lugar el primer seminario gastronómico internacional intercultural interparedes:

¡¡ La paella del tío Txiki !!
:cocinicas:

Pero empecemos por el empiece para que dure más el post antes de que finalice por el final. El viernes por la noche me casqué tres tortillacas de patata como tres soles. Gracias a los callos que me han salido por ir al rocoplace, pelar tantas patatas no supuso ningún reto en absoluto.

El sábado por la mañana salí de casa cargado con cuatro botellas de vino, tres tortillas, un plato lleno de pintxos del libro del Arguiñano y una paellera a la espalda que parecía el duende tortuga en Benidorm. Fiel al espíritu Tosca, al salir del tren se rompió una de las bolsas de papel y la mitad de los pintxos se esparcieron por el suelo montando un cristo del copón, del copín y del copete en la Yamanote que recogí como pude mientras el tío que iba atrás del todo mantenía las puertas abiertas para que no me pillasen porque estaba en el medio…

¡¡ Tío saborío rancio calandrero
que me veías ahí pasándolas chungas con la paellera a la espalda
y no te dignaste a ayudarme ni un poco asín!!!!!
:otiaya:

En Ikebukuro esperaban ya el maese hacedor Txiki y sus tres fieles pinches: la Nere, el Guille y la Gami. Ya estamos todos, ya podéis decir lo que estáis pensando, venga va, desahogaros que sino no se ven las fotos a gusto:

¡¡¡¡ un manchego,
una gaditana,
un lorquiano
y un zalluco !!!!

enseñando a hacer paella valenciana…

¡¡¡¡ tócate los tamangueños !!!!

Bien. Ya pasooo ya pasooo.

Ala, ya estamos frescos. Pasemos a la puerta del lugar donde veremos que, por una vez, parece que la de Shiodome ha hecho algo correcto:

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Una vez dentro, lo primero fue presentar en condiciones los aperitivos pensados para ser deglutidos después de echar el arroz y el agua a las paellas. El Txiki trajo chorizaco e hizo pan del de hacer la trompetilla al panadero de enfrente y el Guille y la Nere se cascaron unas empanadillas de esas de comerse una y no poder parar hasta el mokuyobi que viene:

Después nos aseguramos que cada mesa tenía todos los ingredientes puestos en condiciones, hecho que constató uno de los dos del Nerelorco.com con una instantánea hecha en el momento instantáneo justo:

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Y ya empezamos con el lío arrocero. Txiki-sensei se encargó de explicar lo que íbamos a hacer a partir de entonces, y también contó amenas, entrañables a la par que próximas y cercanas historias suyas como el origen de la paella o los ingredientes que se suelen usar en España (incluyendo conejico para horreur y terreur de los aprendices allí presentes). Yo trataba de traducir como podía ayudándome de una chuleta que me curré dos semanas antes que hicimos un ensayo general enseñándole a Chiaki lo mismo (y menos mal!).

Me puse nervioso… los cinco primeros minutos, después yo creo que todo el mundo se descojonaba sobretodo cuando intentaba decir alguna palabra y como no me salía pues me ponía a explicarla. Por ejemplo, yo decía «la cosa esa blanca que sale cuando lavas el arroz y que vale para enderezar las corbatas» y todos contestaban «el almidón!!!».

Planeado, dicho y hecho el trecho: mientras el arroz se iba cocinando, empezamos a zampar lo que los senseis hispanos habían tenido a bien traer y he de decir que la bota de vino, la misma que llevé al Fuji y al Koyasan, allá donde va, triunfa (a mi ni puto caso, eso sí)

Llegados este punto, sé de buena tinta («de buena tinta» no te lo pierdas!! #cancamusaFlavour), que estáis todos deseosos de ver las tres pedazo de paellas que allí se cocinaron. Pues os vais a quedar con más ganas que ni sé porque entre pitos y flautas, cuando me dio por ponerme a sacar fotos allí no quedaba ná:

La del Txiki fue una inmensa idea, el rato que pasamos fue genial, la gente respondió mejor que bien y encima nos fuimos para casa con la tripa tonta y la risa llena. Txiki decía que se conformaba con que alguno de los que fueron al curso les diese por intentar hacer la paella en casa, ayer me contó que ya sabe de una que compró paellera y les cocinó una a sus padres que quedaron encantados. Si esto no es gustico del bueno, a ver que lo es.

Por mi parte diré que ya estoy esperando a la siguiente. Paella, pintxos, tortilla de patatas… importa bien poco en que pisto nos metamos mientras se haga entre Txikis, Guilles y Neres.

Si señor.

Ah! que aquí lo contó el Guille, y aquí el Txiki-sensei, no olvidarse de mirar, que por allí salgo más!! :D

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:ungusto: