De la mano con Toscano

Japón, ese país donde el turista viene decidido a sacar fotos de gambiteras en minifalda, picopalables haciendo el mamarracho, japoneses durmiendo en el tren, perros vestidos con ropa y jubilados haciendo cola para el Pachinko… hay que ver lo que la gente se está perdiendo por no saber… qué pena me dá y que jirijiri me entra…

Toscano, que es un servidor de vuesas mercedes, se ha decidido a mostrar poco a poco uno de los lugares menos conocidos y menos explotados turísticamente de este país…

¡¡ Los todo a cien !!
¡¡ Inauguramos sección !!

Y es que, amigos que me leéis desde vuestras oficinas con un dedo en el ALT y otro en el TAB, estos establecimientos son el auténtico maná del país, el paraíso del consumidor, el bendecido lugar que nos solventará la papeleta de los regalos para los amigos y la familia. Porque un todo a cien de aquí no tiene nada que ver con el de la esquina de los chinos de vuestro barrio, ¡no señor!, ¡aquí los productos son de calidad y se renuevan que da gusto! uno no sabe qué se llevará en los bolsillos por veinte duritos japoneses hasta que sale de allí con tres bolsas llenas.

Toscano, que es más majo que un Luni callao y que coincide que soy yo, se compromete a llevaros de la mano y enseñaros algún producto de éstos templos de peregrinaje calderillero cada vez.

Inauguramos, pues, el primer de la mano con Toscano con:

¡El cablecico para el iPhone y el USB pilero!

Pues si amigos, por cien yenes me encontré yo el otro día un cable USB para el iPhone/iPod que funciona mejor que el de Apple porque si se te rompe, te compras otro por la mitad de lo que te cuesta un onigiri y hasta risa te entra. Estamos hablando de 0.75€ frente a los 19€ que te clavan en la compañía de la manzanica mordidica. Lo único raro fue que después de sincronizar el iTunes con eso me salió Azuquita, pero pa mi que no tiene mucho que ver…

-08716.jpg

-08712.jpg

Al lado resulta que teníamos un chisme que te prometía que si le metías dos pilas, te echaba corriente por un agujero USB que tenía por arriba, así que pensé yo: copón, con la de veces que me he quedao sieso sin batería para decir tontás por el twitter del iPhone… así que me lo compré y lo he probado junto al cable anterior para certificar que el asunto funciona.

-08717.jpg

-08719.jpg

-08711.jpg

Aunque ayer lo probé quitándole las pilas al reloj de la cocina y aquello no fonaba… o las pilas estaban medio muertas, o el chisme era el timo del mes…

-08714.jpg

Así que ésta mañana me he comprao un paquete pilas y otro chisme porque el de ayer me lo olvidé en casa y total son veinte duros (y se lo voy a endiñar al lorco, si le véis no le digáis nada), y no hace ni medio tris que he hecho una segunda prueba. Pero ya de hacerla, hacerla bien… para saber cuanto hace falta para cargar el teléfono entero, me he calzado toda la batería del iPhone viéndome medio youtube y parte del mío.

-08718.jpg

Al principio la pantalla toda negra… mal rollo, ni carga ni ná… pero justo ha coincidido que tengo aquí el iPod, así que cambiemos de artilugio:

-08721.jpg

-08720.jpg

El iPod se carga sin problema… así que paso a cargar un pelín el iPhone por el medio tradicional, y cuando aquello da señal, cambio el cargador normal por el nuevo invento, ¡¡y funciona!!

-08722.jpg

El chisme ahí sigue cargando, así que no tengo ni idea de si será capaz de cargar el iPhone de una tacada, o habrá que poner otro par de pilas, o simplemente se queda ahí muerto para siempre… en cuanto me entere, actualizo ésto.

En cualquier caso nos hemos gastado 315 yenes (2.3€) por un cable USB-iPhone/iPod, un chisme que da electricidad por el conector USB con dos pilas, y un paquete de cuatro pilas alcalinas. Y lo más importante: ¡hemos echao la mañana!

¡Recordad! Esto lo sabéis porque habéis ido…

¡¡ De la mano con Toscano !!

Actualización de las 15:38: me ha cargao el iphone hasta que se ha encendido y después las pilas han muerto, le he puesto el otro par de pilas y todavía sigue en lo rojo…

Actualización de las 16:46: el otro par de pilas ha muerto y no ha pasao de la raya roja… vamos, que para una emergencia te carga el iPhone tardando un huevo y sólo para un ratico… con el iPod parece que funciona mucho mejor…

Conversaciones de té y seiza

¿Ves a esa chica de ahí? -me dice Yagi sensei
¿La pequeña del kimono rosa?
Si, pues es la hija de los dueños del templo Suitengu. El templo está aquí cerca del hotel, y las mujeres embarazadas van allí a rezar para que el embarazo sea saludable. Ella es de una familia de mucho nivel, y será la dueña del templo algún día, así que está aprendiendo un montón de artes y actividades.
Pero si es muy pequeña todavía, ¿no?, ¿cuántos años tiene?
Se lo puedes preguntar tu mismo en inglés, porque estudia en un colegio internacional.
How old are you? -le digo a la niña de kimono tan rosa como sus mejillas
aaahhh, sorryyyy, I’m too shy -dice mientras se esconde detrás de su profesora
Es muy tímida, pobre. Tiene diez años, y además de ceremonía del té, estudia kendo, aikido, shodo, ikebana, kyudo y sabe montar a caballo.
Increíble, con solo diez años… -pobrecita, pienso yo, tan jóven y quizás ni siquiera sabe lo que es jugar…

Durante la ceremonia, la profesora es especialmente estricta con ella, y ella pide perdón constantemente a pesar de hacerlo con gestos exquisitos, al menos a mis ojos.


¿Español?, ¿y cuanto tiempo llevas en Japón? -me pregunta una señora de unos setenta años que minutos antes hacía de ayudante en la segunda ceremonia
Pues llevo casi tres años.
Hace Karate -vuelve a decir Yagi sensei
¿Ah si?, ¿Karate?, el marido de mi hija también hace Karate, es cinturón marrón, y es un chico francés. Se casaron hace dos años -dice orgullosa
¡Vaya, que casualidad! -digo mientras pienso que vaya panorama eso de tener un franchute en la familia y estar orgulloso… me río por la ocurrencia, y ellas me miran raro, pero se ríen también, por si acaso.


En la primera ceremonia, el chico que está sentado a mi derecha lleva un kimono verde precioso, y me hace una reverencia mientras me habla:

Encantado de conocerte. Me han dicho que llevas un año estudiando, por favor sé paciente conmigo, sólo llevo una semana.
Encantado de conocerte. Huy, tampoco te creas tu que lo hago muy bien, por favor si me equivoco corrígeme.
Lo hace muy bien -nos interrumpe Yagi sensei, sonriendo pero visiblemente indignada
No no, todavía no, pero gracias -digo yo mientras me inclino levemente fingiendo vergüenza

El chico se equivoca unas cuantas veces y no sabe muy bien que hacer cuando le sirven los dulces. Pero actúa con tanta naturalidad preguntando sin cortarse, que me cae muy bien y acabamos cambiándonos los teléfonos al acabar para irnos de izakaya si se tercia.


Mientras se ultiman los preparativos de la segunda ceremonia, esperamos dentro del hotel porque en el jardín hace frío. La mujer de uno de los invitados me habla, es una chica preciosa, todavía más si cabe enfundada en un kimono negro elegantísimo.

– Entonces haces Karate, yo hacía Kendo de pequeña
– Si, hacía en España, luego lo dejé una temporada y cuando vine aquí empecé de nuevo
– Me alegra saber que en el extranjero se tiene afición por la cultura japonesa, últimamente a la gente jóven no le interesa nada de ésto en absoluto. Son muy pocos los que quieren aprender ceremonia del té o artes marciales, ahora se lleva más lo de fuera, como el beisbol o bailar salsa
– Digo yo que en España pasará igual, que nos atrae más lo de fuera, por eso estoy yo aquí, supongo… pero si que es verdad que mis profesores de Karate dicen que cada vez van menos niños, y en las clases de adultos no hay prácticamente ningún adolescente, todos son mayores.
– Quizás esto no tenga futuro… es muy triste
– Si lo es, si

Y ambos bajamos la cabeza y pasamos un par de minutos en silencio reflexionando.


Perdona por haber acabado tan tarde -me dice Yagi sensei- deberíamos haber empezado una hora antes, te he tenido esperando bastante tiempo
No importa, me he entretenido dando vueltas por el hotel, menudo lugar más lujoso, me he sentido como un príncipe
¡El príncipe de España! -dice ella riéndose un montón, yo me río también por cortesía
Si si, un poco más bajito pero si
Porque en España hay reyes, ¿verdad?
Si si que hay, no sé muy bien que hacen a parte de saludar a la gente y salir en las monedas, pero vamos, ahí están en Madrid
Anda, o sea que un poco como los emperadores de Japón que nadie sabe muy bien que hacen… seguro que son amigos
Seguro, o compañeros de trabajo, según se mire…

-08623.jpg

Countdown in Zojoji

¡¡What a title me he cascator, si señor, digno del blog más pejiguero y cancamusil de éste lado del universo!!!

Total, todo pa decir que el 31 me fuí a un templico a eso de comer las uvas sin uvas y ver que se cocía en la puerta del sol de aquí.

Ojo que lo grabé y toda la fish

httpvhd://www.youtube.com/watch?v=BgD-SXz6Jno

Luego pues ya no estuve tan solitario, pero mira ya si eso, me lo guardo pa myself… :secretico:

La ceremonia de año nuevo

El día 9, si tenéis tiempo -empezó a decir Yagi sensei, mi profesora de la ceremonia del té desde hace algo más de un año- vamos a ofrecer una ceremonia especial de año nuevo en el hotel Royal Palace de Suitengu…

Michiko y yo nos miramos a los ojos, como siempre que nos invita a alguno de éstos eventos. No es que no queramos ir, sino que están a otro nivel: son demasiado caros para lo que nosotros pretendemos en este mundo del té en polvo y las reverencias. Pero ella insiste, y los tres sabemos que es porque yo soy extranjero y lo que de verdad quiere es presentarme, exhibirme, a su profesora. He de reconocer que me halaga, aun con cierta sensación de animal de zoológico, que se sienta orgullosa por mi, de que esté enseñando eso tan suyo a alguien tan poco de aquí.

Si, ¿porqué no? -empezamos a decir, como casi siempre.

Entonces es cuando ella habla sin parar de lo especial que va a ser, de los kimonos y los utensilios, del lujo del lugar… del precio… momento en el que Michiko y yo empezamos con el otro ritual, el de poner caras y declinar la invitación de la manera más educada y formal posible.

-08614.jpg

Pero éste no parece ser el caso, por lo visto la ceremonia del sábado va a costar sólo 3000 yenes, que son 97.000 menos que el examen que se empeñó que hiciésemos para un diploma que nos íbamos a sacar en un templo de Kyoto. Y es que el mundo de la ceremonia del té es caro si se toma en serio, muy caro. Pero para Michiko y para mí sólo es un hobby de después del trabajo que nos permite compartir un poco de tiempo a la vez que aprendemos algo, más por curiosidad que por pasión. No nos hacen falta diplomas firmados por monjes de Kyoto, ni kimonos de cien mil yenes… nos conformamos con un par de tés hechos con más cariño que maña y bien contentos que volvemos a casa con la lección un poco mejor aprendida, calambres en las piernas y algún que otro amorío cotilleado.

-08615.jpg

Ésta vez tocaba un hotel de cinco estrellas en pleno centro de Tokyo, que cuenta con un jardín japonés exterior en la quinta planta con su casa de té, de las de verdad, justo al lado del estanque de las carpas. Pero hay que ir bien vestido: las señoras con kimono y los señores o con kimono o con traje. Michiko no tiene kimono y no le interesa alquilar uno sólo para esto, pero yo tengo traje y curiosidad, así que allí me presento el sábado con el mismo que usé para la entrevista de la NHK y para alguna que otra boda.

-0795.jpg

El lujo del hotel me abruma, es increíblemente espacioso, con mil y un detalles aquí y allá, casi el mismo número que empleados que saludan con una sonrisa a ese pueblerino venido a más que pasea altanero pretendiendo ser un poco de ése mundo con su camisa blanca y su traje negro, que es el único que tiene desde hace años, pero que ellos no tienen porque saber.

-0794.jpg

Finalmente aparece la Yagi sensei más radiante que he visto nunca dando pasos condenados a ser de poco más de 30 centímetros debido a un kimono increíblemente bello por lo discreto de sus detalles. Me está llamando por el móvil, lo que hace que el momento sea un poco menos Edo y un poco más Tokyo, pero yo me presento delante de ella antes del tercer tono.

Está radiante, de verdad que lo está. Y leo en sus pequeños ojos sutilmente maquillados que se alegra de que, por fin, haya aceptado una de sus invitaciones… si fuésemos de mi misma nacionalidad, allí habría cuadrado un abrazo. En vez de eso, nos saludamos sin tocarnos, aunque un escalofrío de cariño se me asienta en el pecho por debajo de la corbata negra de Zara comprada más de cinco años antes en Bilbao para alguna entrevista de trabajo.

Ya en la quinta planta, aparecen señoras de muchos, muchos años vestidas con kimonos a cada cual más precioso, que me miran con cierto desdén hasta que soy presentado:

Se llama Oskar, es mi alumno desde hace un año y de verdad que lo hace muy bien. Le gusta mucho Japón, hace Karate también desde pequeño y habla muy bien japonés -repite Yagi sensei una y otra vez

Todavía tengo mucho que aprender -repito yo entre reverencias y el japonés más educado que me sé- encantado de conocerles

Es todo tan japonés, tan cortés, tan formal que sólo alcanzo a mirar al suelo con las manos entrelazadas a la altura de la cintura invitando a que no se me hable demasiado en ese keigo de las películas de samurais que tan poco entiendo.

-08638.jpg

Yagi sensei sigue presentándome a más gente, se la ve realmente orgullosa de que yo esté allí y pienso que ya ha merecido la pena haber ido porque el trago que estoy pasando no es nada comparado con el brillo que tienen sus ojos en ese momento. Así que sigo haciendo reverencias a señoras muy mayores que sonríen y desconfían a partes, gracias a Dios, desiguales.

Llega el momento de entrar a la casa de té. La más joven de las señoras, que en la mayoría de contextos podría ser perfectamente el caso contrario, asume el papel de guía porque habla un poco inglés, pero ella no sabe que yo ésto ya me lo sé. Aún así parece disfrutar con ello, así que le dejo reenseñarme modales hace tiempo aprendidos justo hasta el instante en que mi profesora también aparece en la sala y por respeto a ella dejo de dejarme enseñar por otra y actúo por mí mismo, para ella, para que los demás vean que el extranjero de traje negro y ojos inocentes sabe lo que se hace en un mundo que no es el suyo. Entonces me alaban y a mi profesora se le hincha el pecho, que al final es de lo que se trataba mientras yo exagero vergüenza y falseo modestia.

IMG_0800.JPG

Las dos ceremonias de té más formales que he visto, y quizás veré, en mi vida se representan delante de mi. Allí todo es seriedad, todo está medido al milímetro bajo la omnipresente, aunque menuda figura de la profesora de profesoras que corrige movimientos con una mirada inquisitoria únicamente permisiva con los malos modales de los invitados. Yagi sensei comete fallos prácticamente invisibles por los que pide perdón con reverencias a una señora de pasados los ochenta años que cuesta imaginar incluso con una mueca de sonrisa.

Cuando acabo mi sorbo del cuenco y lo paso al siguiente invitado con movimientos ya resabiados, Yagi sensei esboza una sonrisa cómplice desde su puesto de mando, al lado de agua que casi hierve, utensilios de oro y bambú y latidos sosegados de templanza.

Antes de irte, saluda por favor a mi profesora si no te importa y tienes tiempo -me pide, casi suplica, sin saber que yo estoy allí para ella, para lo que me diga que haga porque así saldo, un poco, la cuenta que se desnivela cada vez más con cada detalle de cada martes.

Perdón por interrumpirle en un mal momento -recito en un japonés formal aprendido de Michiko sabiendo que causará buena impresión- muchas gracias por dejarme asistir a la ceremonia, me ha parecido realmente precioso -digo mientras arqueo la espalda y fijo mis ojos en el suelo durante dos o tres segundos. La reverencia es obligada, pero sirve para reafirmar mis palabras, que si que son de verdad.

Muchas gracias por asistir, ha sido todo un honor tener a un extranjero entre nosotros y por favor continúe estudiando, no lo deje jamás -alcanzo a entender de un japonés casi poético recitado por una señora que se olvidó de sonreír.

Y mientras bajo en un ascensor más grande que mi cuarto de baño al lado de una pareja de coreanos vestidos de gala, pienso que no estaría mal eso de ser rico… justo justo hasta que la pareja se baja, y entonces yo me vuelvo para mirarme en el espejo y me hago tanta gracia con ese traje tan impersonal y esos zapatos un número grandes que se me pasan los aires de grandeza con una carcajada.

Ya en el metro veo que tengo la yema del dedo índice manchada de verde, y de repente me pongo muy serio y me emociono pensando en lo sucedido. Me doy cuenta que nadie, más que yo mismo, podrá quitarme nunca de las neuronas que acabo de vivir junto a sólo cuatro invitados más, una ceremonia de té especial de año nuevo en uno de los lugares más lujosos de Japón.

Y que encima sabía lo que me hacía bastante mejor que los otros invitados, aunque, afortunadamente, siga sin ser lo mío eso de la corbata y los zapatos.

-08643.jpg

Año 2009

Casi tres años ya viviendo sólo en otro país, al final va a ser verdad eso de que el tiempo corre más cuando uno no mira… recuerdo que el primer año fue el peor y el mejor de todos, llegué al aeropuerto siendo la mitad de persona y espabilé a la fuerza para que el día a día tuviese más sentido que ver trabajar al reloj. Fue un año de inmensos cambios: de lugares, de personas, de idioma, de manera de llorar.

Después me atreví, poco a poco, a ir poniendo una pieza encima de otra hasta que fuí capaz de construir mis días como yo soñaba, y aunque a veces no se sueña o se convierten en pesadillas, creo que hice un buen trabajo no pensando demasiado en lo que ya estaba tan pensado que costaba saber qué fue real y qué no. Una vida entera de recuerdos que no casan con el presente, y que además están entremezclados con añoranzas ensanchadas e ilusiones del revés.

Y luego llegó el año 2009, el año pasado. Un año de caminar con la cabeza bien alta y sin bastón por los caminos ya andados, y por tanto hechos, los años anteriores. Donde el paisaje es ya conocido, la novedad ya no lo es tanto y todo es más serio, todo tiene más sentido, el sentido de saber que lo que se hace es lo que se quiere hacer y casi no hay decisiones que tomar porque las horas vienen con abrefácil.

Un año en el que me encontré de frente con mi rutina, y mira por donde, nos gustamos de momento.

httpvhd://www.youtube.com/watch?v=Ml1SwF6MgKE

Hasta luego, adios… quizás para siempre.

Apenas un mes después de mirarte mirándome con tus ojos por primera vez en aquellas escaleras, te casaste conmigo por accidente pactado, y en menos de una semana ya nos hemos divorciado a propósito, como dijimos. Y aún sabiéndolo, hoy me he pillado por sorpresa echando tu ausencia de más al preparar un café de menos.

Vuelta al futuro impar, a una taza, un cuenco y un sólo par de palillos por fregar del desayuno, a tres de cuatro agujeros vacíos en el vaso del cepillo de dientes, a la abolición de los turnos del baño, a que sobre cena y falten mantas, a callar después de las diez, a que las velas duren el triple, a las ganas de quererte sin conocerte, a cultivar polvo en las copas de vino, a que el espejo omita tu reflejo y parte del mío, a renovar el contrato de exclusividad con el frío de la mañana, que vuelve a ser mío del todo mientras te busco en otra cara por cada calle.

Venías con fecha de caducidad, como bien daba a entender esa frescura con la que me traías tanto calor. Y te fuiste por donde fuera que viniste, dejándome una cana más en la barba por debajo de estos labios de nuevo huérfanos, y con mil cinco sueños que resoñar, uno por beso y noche.

Le he hecho prometer a la almohada que me guardará tu olor un poco más, e incluso con la tortura de no respirar tu aliento, duermo feliz de haberte podido perder porque eso es que antes tuve el privilegio de encontrarte.

Te veré pronto por última vez, cuando el hasta luego se convierta en el adios que me dejará un quizás tallado en el talle para el más eterno de los siempres.

DSC_0010-2-1.jpg

Gatostiable@Shibuya – The after of the antes

Fin de la saga…

httpvhd://www.youtube.com/watch?v=0GX9TNT8OKk

¡Gracias a todos!

De patrases y palantes
:pirao: El porqué y el pacualo
:jumjum: Tentempié
:secretico: Piscolabis
:comillo: El trailer
:vainas: El video oficial de la Ikupromesa ©®

Maeses grabadores y afotantes, mis respetos
Nere, Guille y el ninja
Zordor
Jordi (y su versión de lo acontecido)
Akira
Midori
Ana
:ungusto:

来年はどうしょうかな-
:nunchakero: :gatostiable: :palizero:

Este año no vuelvo

Y mira que hasta me habían invitado a una alubiada, pero no va a poder ser, aquí me quedo a pasar la nochebuena a lo japonés: haciendo nada y currando el día de Navidad. Bueno, en realidad tengo un plan que es mágico, pero ese me lo guardo para mí y ya lo contaré algún día cuando el ánimo disponga y repose lo que está por sentir.

No tengo ni la más remota idea de qué voy a hacer el año que viene: si seguiré en Tokyo y saldré en la tele, si a mi empresa la comprará Google o cerrará de todas todas y me vuelvo por donde vine, o me quedo donde estoy, trabajando entrehoras de hosto en Shinjuku.

En toda mi vida no he tenido un futuro más incierto: sin un clavel y sin saber qué pasará al mes siguiente. Ya conté que tampoco me preocupaba mucho, lo que tenga que venir vendrá y de amargaos está el mundo lleno. Yo prefiero aprovechar lo mío, que de poco tiene poco, mientras atesoro pequeños enormes logros en esta vida que me tocó en la rifa de vidas, seguro que amañada, de algún Dios con alma burlona que se lo debe estar pasando como nunca con mis dados.

Aún tiritando, estoy vacunado del invierno y si las noches han de venir a helarme los pies, que sepan que de momento ya no me pillan solo, que de vacíos tenía el pecho lleno. Y de día, los míos están conmigo aquí dentro, más o menos por entre el ojo izquierdo y la oreja derecha, al lado de algunos katas, cuatro o cinco piruetas, cientos de tonterías, miles de amores falsificados y apenas tres de verdad.

Así que no me esperéis a cenar porque me da que no voy a llegar a tiempo. Si acaso acordaos un poquito de mí cuando abráis el turrón de chocolate, que yo aquí seguiré un cachito más hasta que acaben de salir los dos seises que me hagan ganarle la partida al de allá arriba.

Yo también tengo quehacer, y es que me he comprado una botella de champán de las caras y ya le hecho algunas marcas para que quede bien claro con quién de vosotros estaré brindando cada vez.

Y de mientras a sonreír, que esto de seguir respirando en realidad va de eso, por mucho que se empeñen en liarnos.

Honor

Somnolencia…

Sentado en el tren camino de Kugahara me sueño cabeceando o cabeceo soñando, no sabría decir. Algo me toca la pierna y me asusto asustando a la señora de mi derecha que me había rozado con su bolso. Ambos acertamos a duras penas a pedirnos perdón mutuamente por lo que fuera que fuese.

Despiértate… despiértate…

Subo el volumen y paso dos o tres canciones hasta que suena Estopa con Rosario, y con ellos me quedo el resto de paradas hasta llegar a la estación de Tokyo en cuyo subsuelo se enseña el Karate de hace más de 100 años a todo aquél que se atreva a atreverse.

A mi me suena el runrun de mi corazón, que a mi me gusta que se escuche bien…

Un súpermercado, unos baños públicos, un pachinko y una droguería después hago un quiebro a la pereza y bajo las escaleras dejando de ser yo, o siéndolo más que nunca.

Murakami sensei, quizás el profesor más acostumbrado a enseñar en el extranjero nos da la clase este lunes, aunque yo he dejado de ser extranjero hace muchos meses. Lo sé porque hoy tenemos a un chico que está de visita, uno de esos de paso que ahorran para cumplir su sueño de entrenar en el dojo de Hirokazu Kanazawa, aunque sólo sea por dos semanas. Y tantos vecinos que pasan de largo… hay quien dice que los campos de fuera siempre se ven más verdes.

Él es el protagonista de la clase, como lo fuí yo hace casi tres años atrás.

Los ojos rasgados de Murakami están clavados en sus pies, en sus manos, en el cuerpo del chico rubio de ojos azules que habla con extraño acento y sonríe serio. Y le hace repetir los movimientos el doble de veces que a los demás, le pule, le hace enfadar, le grita mucho y le halaga a veces… le motiva a su manera, a la manera del Karate de aquí, del nuestro. Pocas bromas que esto es serio. El doble de serio vivido en japonés.

Él hace reverencias muchas más veces de lo necesario y dice Oss, y exagera el protocolo porque quizás es lo que desde el extranjero pensamos de Japón y eso del honor de las películas. Pero se nota desde que entró por la puerta que es un buen chico, que le honra su sobreactuado comportamiento por dejar bien claro que mejor humilde que altanero. Y más pisando el suelo que estamos pisando, y sabiendo quién lo ha pisado antes.

A mi ya no se me habla en inglés, ya no se me halaga por halagar, ya no se me grita de más ni tampoco de menos. Lo mío me ha costado.

Nos pone juntos, quizás porque los dos somos extranjeros o quizás no, ¿qué mas da?. Y hacemos técnicas por parejas, a veces él lo hace mejor, a veces yo aunque juego con ventaja porque lo he hecho más veces. Pero el profesor sólo le grita a él, y él hace reverencias. Y dice Oss. Y se enfada por dentro y suda por los dos.

Llegamos al descanso y el chico del chándal, gris esta vez, se esfuerza por levantar la rodilla por encima de la espada de Kendo que el profesor Murakami le pone delante. Ahora le grita a él, pero suena de otra manera, con un deje de ternura que se le escapa. El chico a veces lo hace bien y muchas veces no, pero logra quedarse totalmente inmóvil delante del espejo los dos minutos que le obligan. Qué bonito es verlo, el corazón se me pone a la misma temperatura que la piel y suelto una lágrima por cada uno de los minutos de semejante hazaña allí mismo sentado en seiza, rodeado de ocho japoneses y un extranjero que hace reverencias de más.

Se acabó el descanso, no hay más lágrimas que valgan, al menos no en la media hora que sigue, si acaso hay que exhibir algo, que sea rabia. Repetimos movimientos mil veces repetidos que salen distintos cada vez, creo entender un poco más de cada uno cada vez que olvido un poco de cómo los aprendí. Me miro en el espejo y me siento orgulloso de estar ahí, de que me duelan tanto las piernas que tiemblan solas aún estando quieto. Y grito, y levanto la pierna a alturas impensables tiempo atrás, y giro y paro un golpe imaginario al que contraataco con todo mi ser expulsando en el último momento cada centímetro cúbico del oxígeno que había guardado exactamente para ese instante. Esto soy yo, no hay más que pueda dar. Ni menos.

Y se acaba la clase, y en línea saludamos al dojo, al profesor y a los compañeros, y recitamos en japonés frases que se escribieron en Okinawa, a un par de horas de avión de mi casa.

El profesor se retira dejando reverencias a su paso, y nos quedamos sólos con nosotros mismos. Yo estiro y observo en silencio al chico extranjero, que lo es tanto como yo, y le veo practicar delante del espejo algunos de los movimientos de la clase. Entonces el señor mayor va donde él y le echa la bronca por algo en un japonés rudo que suena a cinco veces por encima del pobre chico que sólo acierta a hacer reverencias y pedir perdón sin entender porqué.

Gomen nasai. Shitsureishimashita

El señor le da la espalda sin contestar mientras al chico se le va el alma con cada reverencia. Y yo, testigo mudo de mí mismo no hace mucho tiempo atrás, me siento, de repente y por medio segundo, casi orgulloso de haberle fracturado el orgullo a semejante indeseable.

Entonces me levanto y me pongo entre la espalda de uno y las reverencias del otro, y le ofrezco mi mano, y con ella, todos mis respetos:

Nice to meet you, I’m Oskar from Spain, where are you from?

Y lo que haga falta.

DSC_0007-1.jpg

La audición de la NHK

La NHK, que es la RTVE de aquí, que resulta que tienen un programa en el que enseñan español, que andan buscando caras nuevas, que hay una audición para seleccionar presentadores, actores y locutores. Anda que buena pinta, pero seguro que hay unos requisitos ahí que ni para Shogún. ¡Pues no!, defenderse con el japonés, ser nativo hispanohablante y tener visado de trabajo en condiciones. Que rellenemos una hojica y metamos una foto de carnet y alguna de cuerpo entero, que venga, que total por probar.

¡Dicho y hecho! Hoja rellenada, foto de carnet sacada con una sonrisa de yunke a caracol, y fotos de cuerpo entero, como cinco o seis: en medio de la ceremonia del té con kimono, en mitad de una clase de Karate, vestido de Yosakoiero, llevando un omikoshi… que si no me cogen que no sea por sosaínas.

Llega mail, que me han preseleccionado, que vaya el domingo para una audición y que lleve una copia del visado. Primero me han invitado a una fiesta en la embajada de México donde voy a hacer de Papá Noel, así que allí que me voy todo entrajetao cual accenturo sieso cancamusero. Coincido con Miguel, que resulta que salió en la NHK hace unos años y me cuenta un poco como fue su entrevista, todo un privilegio hablar con él aunque la mía al final no tuvo nada que ver. La cosa se retrasa, y yo me tengo que marchar, así que le cedo el honor al lorco a traición. El tío va y lo hace genial mientras yo marcho muriéndome de risa.

49278042.jpg

¡Qué bien me lo pasé, Miwa, gracias!
Guille, gomen neeeeee :D

Cuando ya estoy cerca del edificio de la NHK se me cae el teléfono móvil, pero lo cojo antes de que caiga al suelo aunque por el camino arrugo las hojas que llevaba… eso ya ni es copia del visado ni es nada, así que me meto en un combini a resacarlas, menos mal que llevaba el pasaporte encima.

Me viene a buscar una chica con un peto que en mi mente presenta un programa infantil, pero que seguro que coincide que no. Es muy maja, se ríe mucho y además que me dice que conoce Bilbao y todo (¿así como para mi una de la tele? hum, hum… :secretico: ). Me lleva a una sala donde hay dos chicos más, uno con pelos largos y otro con patillas raras, me siento y me dan dos hojas. En una hay un texto sobre el acueducto de Segovia, como unos cuatro párrafos con datos históricos. En la otra un cacho del cuento de la cigarra y la hormiga, pero con un grillo en vez de una cigarra. Los diálogos de las hormigas están subrayados. Me dicen que los voy a tener que leer, que me los prepare y que espere que ya me llamarán.

Finalmente me llaman, entro a un plató enorme con unos focos estilo San Mamés. Me dicen que me ponga ahí en medio, justo delante de dos pedazo de cámaras que me miran de frente muuuuy atentas. Hay dos mesas y cuatro personas sentadas, dos a la izquierda y dos a la derecha. Me hablan en japonés, que me presente primero en castellano y luego en japonés. Lo hago aunque digo el doble de cosas en mi idioma que en el otro. Después me hablan en Español, que si me gusta Bilbao, que si he visitado el Guggenheim, que cuente como es mi ciudad. Yo mientras sea en castellano sin problema, sonrío mucho y cuento que el museo tiene su aquel, pero que las obras de «arte» no las entiende ni Blas, ni Epi, ni Chema el del pan. Después de algunas preguntas más, todo en castellano, pasamos a las preguntas en japonés con las que lidio lo mejor que puedo, que cuente eso de que vine aquí en el 2001 y como es mi trabajo de ahora, y yo lo cuento.

Castellano de nuevo, que lea el texto del acueducto, que lo haga lo más claro posible como si fuese para la radio. Lo leo acordándome del ikupodcast, haciendo pausas deliberadas y entonando lo mejor que sé. Después pasamos al cuento donde hago de las hormigas, ahí ya me suelto más y le pongo distintas entonaciones: la hormiga enfadada, la buenaza… la chica que me da la réplica también pone voces, así que creo que lo estoy haciendo como se pretende.

Llega lo último. Que haga lo que me de la gana delante de la cámara: que cante, o baile o lo que yo quiera. Se me pasan por la cabeza los bailes de Yosakoi, cuatro o cinco canciones del karaoke en japonés y hasta un striptease. Finalmente tiro las hojas al suelo y, con traje y corbata, me dedico a hacer Capoeira y Karate mezclado, poco más o menos que lo mismo que en el vídeo del gatostiable, riéndome mucho. Cuando acabo le hago una reverencia a la cámara y cuando les miro, veo que se están riendo. Lo dicho, si no me cogen que no sea por soso.

Vuelvo a la sala de espera mientras el chico de las patillas en punta entra. Allí me llaman por mi nombre y me dan mi pasaporte. Yo no entiendo nada de primeras. Me lo explican: una chica que fue a sacar una fotocopia al combini y que se lo encontró dentro de la fotocopiadora, y como era de un Español pues que seguramente estaría en la audición… vamos que había perdido el pasaporte con todo el tinglado que eso conllevaría, y lo había recuperado sin darme yo ni cuenta… le doy las gracias mil veces! y hasta besos al pasaporte!!.

Salgo de allí más contento que ni sé. Pienso que si hubiese hecho esta entrevista tres años atrás, hubiera estado tan nervioso y tan bloqueado que hubiese parecido otra persona. De hecho, era otra persona. Resulta que he hablado en japonés, a mi estilo pero me he defendido, he leido textos y he medio bailado en traje delante de cinco o seis personas que no conocía mientras me grababan en la tele.

Como si me cogen me muero, prefiero olvidarme de la entrevista porque a nada que piense lo que significaría, me entra un sinvivir y un comecome que estaría con el móvil en modo vibrador metido por dentro de la camisa para no perder ni una llamada.

Así que nada. A olvidarse y lo que tenga que ser, será. Y de mientras a lo mío.

Onigiri onigiri!

java java!

Mira que si me cogen y dejo las teclas… tiro el ordenador al río!!

De gentes y personas

El Ikublog, un sitio público, nuestro bar, donde cualquiera puede entrar a curiosear lo que aquí se ofrece, sin tener que pagar nada, ni siquiera a Google le dejamos entrar a repartir sus panfletos de publicidad.

Una temática quizás no demasiado clara, Japón por aquí, una pizca de corazón por allá y muchas tonterías por el camino. Una mezcla de vídeos, fotos y letras que conforman el menú del día del Ikublog, el pan y el vino van por cuenta del cliente, el resto es gratis.

Pero no. Ojo que nos estamos equivocando. Cualquiera no puede entrar. Aquel que ha venido a hacer daño no es bienvenido. Porque es mi bar, y a mi bar no vienes a dar rebuznos molestando al resto de los que aquí estamos a lo nuestro. Tu lo llamas censura, y lo es, aunque yo lo veo más como sacar la basura, sanear el ambiente, limpiar la porquería.

Hay otros bares, muchos otros que seguro que te conoces de sobra, a cuyos dueños no les importa que vayan lumbreras como tú con tal de que estén llenos aunque dé vergüenza ajena entrar. A mi si me importa y tu no entras más porque una cosa es que no compartamos opinión y otra que nos faltes al respeto a mi y a la clientela. De toda la vida insultar ha traido consecuencias, no acabo de ver claro por qué internet va a cambiar eso.

En cualquier caso gano yo, porque tengo las llaves y no importa que vengas con mil caretas distintas, porque mil veces pasaré la mopa y te cerraré la puerta.

Luego estáis esos otros. Los que habéis venido y algo de lo que aquí se ha puesto no os ha gustado y entonces os dedicáis a arremeter contra este bar en otros bares. Habéis decidido que este garito no mola, sin importar ya lo que haga o deje de hacer, y tratáis de convencer a todos de ello, asumiendo que no son capaces de juzgar por sí mismos. Con lo bonito que es tener una vida y vivirla, pero en fin, vuestras razones tendréis, allá cuidaos. A mi personalmente me honra vuestro desprecio porque viniendo de gente como vosotros se invierte su significado.

Aquí seguiré subiendo la persiana, como llevo haciendo desde hace tres años: dando los buenos días a los de siempre, la bienvenida a los nuevos y últimamente sacando la basura un par de veces al día.

Las que haga falta, mis queridos porsaquiles, las que haga falta.

Conversaciones con un Gaijin

En el baño de un izakaya, un chico alto y muy jóven me habla mientras los dos ejercemos la actividad miccionante:

Are? Gaijinsan desu. Hellooo (otia un extranjero!! hola!!!)
– Jajaja, hello, konbanwa
– Hoy hay un montón de extranjeros cenando aquï!
– Pues si que hay si, ¿porqué será?
– Jajaja, vete a saber, oye que bien hablas japonés
– Buff, que va que va!… Hasta luegoooo.
– Hasta luego!

Después nos cruzamos dos o tres veces más y nos saludamos riéndonos.


En el combini de la esquina la hija del dueño aparece con un niño pequeño que viene donde mí corriendo, y yo le hago monerías:

– Mira mira, es un gaijin, viene del país del fútbol
– Jajaja, país del fútbol, y dale
– Yo soy su abuelo
– Si? pues es muy majo, se ríe mucho!
– I’m his grandfather
– Si si, si ya lo había pillao
– Pero España es el país del fútbol, ¿no?
– Será, pero a mi no me gusta nada
– Jaja, por eso huiste a Japón, ne?
– Jajajaja


En Honmonji, una niña de unos tres años me mira toda sorprendida y me señala directamente mientras le hace gestos a su padre:

– ¡Mira mira!
– ¿Qué dices hija? ¿Quién es, un profesor tuyo? –
la niña no contesta pero me sigue señalando
– Holaaaa -digo yo
– Holaaa –
me contesta el padre- perdón….
– Jaja, nada nada

Y la niña se esconde detrás de él sin dejar de mirarme asustada y sorprendida a partes iguales…


En el súpermercado de mi barrio, monto en la bici con un par de bolsas mientras dos chicas con uniforme escolar me miran y dicen a gritos:
Kakkoiiiiiii
– Arigato
– Are? ¿hablas japonés? ¿de dónde eres? ?¿como te llamas? ¿vives aquí? ¿qué has comprado? ¿te gusta Japón? –
me asalta una, la otra me saca una foto con su teléfono móvil
– Jajaja, si yo sólo he venido a comprar huevos!, pero sí, vivo ahí al lado, vengo de España y me llamo Oskar
– Oskar!! como el de Berusaiyu no Bara!!! jajajaja
– Eeeeh, siempre me dicen eso, pero el del anime ese es una chica!!!
– Jajajaja, es un nombre muy kakkoii!!
– Arigato, bueno, que voy a ver si ceno
– Ja ne, bye byeeeee

(Kakkoiii siguen diciendo a dúo mientras me voy)


En un restaurante en el barrio chino de Yokohama con una amiga, un señor muy mayor me ve y le habla a mi amiga, que es japonesa:

– Es americano, ¿verdad?, ¿le gusta Japón?
– No no, viene de España

Al hombre le cambia la cara, de repente deja de dar la sensación de estar incómodo y me empieza a hablar a todo meter:
– España, Gaudí, San Fermines, Tomato matsuri, matador ¿te puedo hacer una pregunta?
– Jajaja, si, si, claro
– ¿En España se come el rabo del toro?
– Si que yo sepa, en estofado o así
– Es que yo soy carnicero y estoy muy interesado en saberlo porque creo que es un manjar –
después suelta unas parrafadas sobre el noble arte cárnico y acaba con un…
– ¿Es tu novio? –
le dice a ella
– No no, jaja, es un amigo
– Pues tiene cara de buena persona
Menuda cara tonto tengo que tener
pienso yo.


En el tren, me siento y dos señores mayores entrajetaos que están enfrente, visiblemente borrachos, me miran y ponen cara de mofarse:

– Mira un gaijin, por qué tendrán que venir aquí!!!, seguro que no tiene ni idea de japonés
– Mejor que no aprenda y que se vaya a su país. Kusai (huele mal!)
Les miro directamente para que sepan que les he entendido, me sostienen la mirada y me dice uno envalentonado:
– What?
– Nada nada

Se miran entre ellos y se ríen triunfantes sin darse ni cuenta que les he contestado en japonés. La gente de al lado pasa de todo, finalmente me levanto y cuando voy por el andén y les miro, uno me hace el gesto de levantar el dedo anular desde el tren.


En una cena con los del Yosakoi:

– Figo, siéntate aquí
– Jajaja, ¡que yo no me parezco a Figo en ná! es como si yo digo que tu eres igual que Bruce Lee
– Mukatsuku jan! (será cabrón!)
– Yo creo que se parece a Tom Cruise –
dice una– cuando se ríe, Oskar riete
– Eso Figo, riete
– Jodeee que cruz!! aunque si me dáis a elegir me quedo con Tom Cruise –
me río
– Si si, a Tom Cruise!! –
y hace la música de misión imposible y el gesto de tirar las gafas de sol que explotan
– Claro y como me parezco tanto a Tom Cruise por eso estoy más sólo que la una, ¿no?
– Eso es porque no te gustan las japonesas porque las españolas tienen más caderas y más pecho
– Si, estamos como para discriminar nacionalidades…
– pienso yo


En una cena con los de Capoeira, hablo con un chavalico que no tendrá más de 20 años:

– ¿España? pues yo estuve en Salamanca
– Seguro que llamaste la atención, al ser japonés… ¿fuiste a algún bar?
– Si, y me venían a hablar mucho, ¡se acercaban por mi dinero!
Si, por eso va a ser…
pienso yo mientras me cambio de sitio…


El domingo con una amiga paseando por Shibuya:

– ¿Entonces, ya te has acostumbrado a vivir en Japón?
– Supongo que si, pero a veces me doy cuenta que soy el único extranjero y me siento incómodo, aunque nadie me diga nada ni a nadie le importe. Mira, por ejemplo ahora mismo si paras el tiempo, seguro que sólo estamos aquí mismo dos o tres. Es raro.
– Ya me imagino… tiene que ser duro
– No, no es que sea duro, impresiona un poco, y sólo a veces… encima esto es Tokyo y nunca pasa nada, el caso contrario en España sería mucho peor.
– Pues el caso es que para mi tu no eres un extranjero, eres Oskar, sin más
– Ojalá todos pensásemos de esa manera… tu para mi eres Naoko, y ya.
– Algo tan simple y tan complicado a la vez…
– Cierto, muy cierto

DSC05147-1.jpg

A la izquierda del cero

Cuando el cielo amenaza nostalgia y siempre comunica el teléfono de los sueños porque no se quieren poner.

Cuando lo de fuera es mentira y lo de dentro sólo mío porque nadie llama.

Cuando las pestañas pesan de más lastrando los párpados y uno es la mitad de lo que fue, y ya no hay olores que sepan, ni sabores que huelan, ni sonidos que ver, ni más paisaje que recuerdos de colores claros del pasado superpuestos en un mundo de tonos que caducaron ayer.

Cuando las horas vocean a los cuatro vientos que están limando la vida por real y cruel decreto de los días, y lo que se pone al buen tiempo es mala cara y al mal tiempo, lágrimas.

Cuando ser es nadar en un río revuelto donde ni los pescadores se acercan porque hay un tipo que sólo ve empañado y les mira con la cabeza bien baja.

Cuando sobre las íes ya no importan los puntos y empieza a dar igual que haya íes, llegas tú y vas y lo das todo por posible, y me haces estar a tus anchas, y traes las llevadas que sacan las cuentas haciéndome pasar, de la mano, al otro lado del cero.

Los dos sabemos que te irás pronto, pero, ¿sabes?, da igual porque ya me has vacunado del invierno y sé que podré seguir con esto tan mío de ir apretando mucho más de lo que abarco.

Aquí me quedaré cuando pase, intentando, una vez más, que dejen de salir mis restos en todas las divisiones.

DSC_0002.jpg

El ofurokane

Mientras más veo los cerca de 60 ficheros de vídeo del sábado pasado, más ideas me vienen a la cabeza para montar el definitivo, así que aunque tenía pensado sacarlo hoy, he decidido hacerlo lo mejor que pueda durante el fin de semana para que quede algo lo más ikuniquelao posible y para el lunes lo tenéis como que hay trols porsaquiles en este blog que están baneados de por vida!! palabra!!

:porsaquil: :D

Aquí para las personas, y como tampoco quiero que hoy sea un viernes aposterilero, vengo a presentar el último producto probado por el IkuCSI que he bautizado como:

¡¡ El Ofurokane !!
:copon:

Ofuro es baño en japonés (jaja, me he dejao la o sin enlazar, que gañán!) y okane es dinero, con lo que el elemento que nos ocupa es dinero para el baño. Ojo, no es una subvención para comprar un Cylon MultiCuliFunción, sino unas sales de baño con forma de billete de 10.000 yenes que tienen su guasa tomasa. Atiende que pongo una foto, a la izquierda un billete de verdad, a la derecha la caja con los del baño:

DSC08613-1.jpg

Esto como mejor se entiende, mis queridos zagales obreros y mozas casaderas, es con un vídeo grabao así según llegué a casa el martes y del que asumo nula responsabilidad negando que ese rascayú sea yo hasta que me muera:

httpvhd://www.youtube.com/watch?v=g6AC8SlWCUI
Al final, pues el agua queda con unos grumacos negros que olían muy bien pero que parecía que había pasao el Prestige:

Eso sí, me bañé como Mario Conde, sólo me faltaba el monóculo ahí pa ser el bicho del Monopoly en porretas.

:peneke:

¡Buen fin de semana!
¡Besicos!

The Gatostiable Plan

Lo ikuprometido es videodeuda

Éste sábado 28 de Noviembre del año 2009 de nuestro señor Daibutsu, estaré en Shibuya vestido del gatostiable con txapela, y cantaré «Desde Santurce a Bilbao» comiendo entre estrofa y estrofa una palada de Wasabi.

httpvh://www.youtube.com/watch?v=GQlTB9cZfpo

Lugar de encuentro

Hachiko,
el Perpetuperro

Hora

15:30

Acompañantes confirmados

11

Cámaras de vídeo confirmadas

3

Cervezas postevento confirmadas

¡Ojo!
¡¡ A las 15:30 !!

Es bastante probable que después de tamaño evento nos izakayemos por las bandas y después, si las baterías aguantan, grabar una segunda versión gambitera para comprobar si el gatostiable es pardo de noche como los demás.

Por supuesto, cuanta más gente mejor, así que si estáis por los Tokyos, no dudéis en pasaros por allí. Reservar no hay nada reservao, pero fijo que algo encontramos después, así que apuntaos sin dudar!!


:gatostiable:

Ikulatino

El ser humano tiene una curiosa necesidad de generalizar, de clasificar todo lo que le rodea, especialmente a otros seres humanos. Inconscientemente la mayoría de las veces, metemos a la gente en cajones junto a otros que creemos de sus mismas características y a partir de entonces ya pensamos que sabemos cómo van a actuar, porque les tenemos etiquetados, o por lo menos ya hemos logrado cierto control de la situación.

Los americanos son todos gilipoyas de primeras, los argentinos no callan, los chinos unos maleducados que comen con la boca abierta y eruptan, los japoneses, cuadriculados ellos, se duermen al minuto dos de estar sentados en cualquier lado, los franchutes… bueno los franchutes son de la France, los catalanes unos agarrados que hablan todo secos ahí, los vascos comen como jabatos y se entretienen con la kale borroka, los gallegos se están todo el día quejando carallo paquí carallo pallá…

Esto más o menos es lo que me viene a la cabeza en un momentico y fijo que es mentira en el noventa y nueve por ciento de los casos, gabachos a parte, pero mira, así para empezar yo ya tengo la idea metida en el bolo y si me presentan a un tipo que es chino, ya vengo preparao gracias a mi resabiado inconsciente y sus ruines generalizaciones, y seguro que me fijo en si cierra los morros cuando mastica.

De la misma manera que yo prejuzgo sin quererlo aún a sabiendas de que mis etiquetas son dañinas y falsas, pues yo también soy etiquetado y más viviendo en un sitio donde la inmensa mayoría es diferente a mí. Soy extranjero, así que no sé, ni sabré nunca, ni papa de japonés, no puedo comer natto ni nada que no haya pasado antes un buen rato por una sartén, hablo inglés perfectamente desde que nací, la tengo más larga que Pinocho… en fin, mil tópicos típicos más.

Una vez desmentidos la mayoría, lo de Pinocho me lo guardo para mi, ya pasamos a concretar un poco la generalización (si tamaña frase tiene sentido): vengo de España, así que me vuelve loco el fútbol, me entusiasman las corridas de toros, he vivido alguna vez los San Fermines, bailo, o conozco a alguien que baila o canta flamenco, y me lo paso pipa estampando tomates a la gente en el «Tomato Matsuri» que sacan todos los años por la tele japonesa.

Bueno, es normal, sería de bobos ofenderse y salvo alguna vez que me han dicho que pimplo vino hasta para desayunar, tampoco son cosas malas. Es nada más y nada menos que lo que se ve por la tele, igualito que en España con Japón: los frikis de Harajuku, las yamambas de Shibuya y cuatro o cinco gilipoyeces más que ni de lejos se acercan a lo que es esto, yo todavía ando buscando las máquinas de bragas usadas pa ver si me aceptan calzoncillos y me saco unos cuartos para onigiris.

Pero el caso es que últimamente me han etiquetado como latino, y esto sí que me ha parecido curioso porque yo nunca me he sentido como tal. Por supuesto que tengo una conexión fuerte: hablamos el mismo idioma, pero hasta ahí puedo leer… para mi todo lo demás es diferente: si voy a un restaurante Chileno comeré cosas que no he comido nunca en mi casa, si voy a un bar de salsa me sentiré totalmente fuera de lugar porque aunque entienda lo que dicen las canciones, soy incapaz de dar tres pasos porque nunca en mi vida lo he hecho, ni lo he visto hacer. Cuando ví la exhibición de tango en aquél bar hace tres semanas, me quedé fascinado porque era la primera que había visto en mi vida.

Así que cuando en Capoeira mi profesor, que me habla en castellano con acento Mexicano me dice que «nosotros los latinos», yo no lo acabo de procesar del todo, porque nunca me he considerado como tal. Ojo, esto no significa que yo sea mejor o peor, no trato de ofender a nadie, de hecho mi profesor me cae genial y me encanta que me llame «mi hijo», pero para mi, nuestra cultura es diferente. No sé si esto tendrá que ver con el hecho de que yo sea del norte de España, pero me siento muy diferente a todo este mundo, de hecho me sigue haciendo gracia cuando hablan de Penélope Cruz o Antonio Banderas como iconos latinos allá en los Hollywoods porque para mi nunca lo han sido. Latinos son Juan Luis Guerra, Shakira y Benicio del Toro, pero no Joaquín Sabina, ni Alex de la Iglesia, ni Antonio Resines. Al menos para mi.

Repito: no trato de ofender, por favor no me lo entendáis por ahí. De hecho es todo lo contrario, es un mundo, si me permitís la licencia de meter a todas esas culturas en un mismo saco, que me atrae mucho, que me gusta, con el que me cruzo muy de vez en cuando desde que estoy aquí, pero que siento que es diferente al mío, y me atrevo a decir que muy diferente en algunos aspectos: para mi es igual de distinto comerme un kebab que un taco.

Arturo, mi profe, seguro que se da cuenta pronto en cuanto me lleve al bar ese que dice de Shinjuku y vea que es físicamente imposible que yo mantenga algo mínimamente parecido al ritmo. Por mucha pasión que le ponga, que, mira, de eso si que tengo.

Pero olvidando todo esto que llevo escrito, y teniendo en cuenta el lugar donde estoy… ¿vosotros cómo me véis? ¿diríais que soy latino nada más verme?, y lo que es más… ¿qué implica para vosotros eso de «ser latino»?

IMG_0562.JPG

Ungueando

Grajos no ví y sopas de ajo no tomé, pero doy fé de que el domingo hizo un frío del carajo. Yo me dí el madrugón cincomañanero y tiré para Unga como todo buen mozo casadero haría sin dudar ni un poco asín. Total, que a las ocho y media allí nos presentamos los dos: mi fiel escudera la legaña de kilo y yo.
Tiramos para la uni, que estaba al lado, nos cambiamos y bajo una lluvia de éstas que caen para abajo y mojan si te dan, empezamos a estirar y calentar para acabar ensayando un par de veces el bailecico.
Luego, dejó de llover y ya estaban saliendo grupos por turnos hasta que nos tocó a nosotros. Esto era mucho menos serio que la última vez en Ikebukuro, aquí no había competición (que yo sepa), así que se trataba de salir y pasárselo uno bien bailando más que otro poco. Y eso hicimos: salimos a bailar, nos reímos, chillamos, nos lo pasamos bien y después tiramos para los puesticos de comida a degustar del buen yantar de las gentes del lugar.

Midori se vino y a parte de hacerme compañía todo el día, grabó los dos bailes, aquí va el segundo:

httpvh://www.youtube.com/watch?v=XuTZw7OKL1A

¡ :ikugracias: Midori :ikugracias:!

Después nos retiramos por las bandas hasta Ueno donde un perolo de comida y muchos de bebida nos esperaban. En el baño había un cylon que abría el boquino nada más que entrabas, pero le tenían atado al suelo así que sólo daba sustos y le acabamos cogiendo cariño todos de tanto visitarle.

Y se acabó lo que se daba. Se acabó la coreografía, ya no se baila más. El traje tampoco se vuelve a utilizar, sólo era para éste baile de éste año, así que ahí queda como un bonico pijama para pasar el invierno en casa viendo V con una taza de sopa calentica (¡¡atiende!! ¡¡que Dayana ahora se llama Ana, la mu lagarta!!!).

Así que, una vez más, gracias a todos, chatos, chatunos y chatuelos, por los grandes momentos vividos, como éste de Ikekuburo:

Los recuerdos, las emociones y las amistades… ésos se quedan conmigo y con mi espíritu. Ahora a aprovechar la pausa hasta el año que viene para invertirlo en preparar ese segundo dan de Karate, que tiene que caer pronto, y a ver si en breves empezamos a hacer algo Capoeríticamente hablando a poder ser con el cuello aguantando la cabeza con la misma gracia que hasta ahora.

Entonemos, pues, por última vez un bonito…

それ~ それ~ それ~ それぇ~!!!
:vainas:

… y partamos prestos siguiendo los pasos del sabio Urelio y su hoz…

:bythesegao:

El último del año

Pues ya estamos Toni Kamos, aquí andamos según vamos, que llevo una semanita que no me da la vida ni para sonarme los mocos a deshoras. Entre el currelo, los katas, las pasticas, las volteretas y el libro ya no sé ni en qué pino ando. Así que de mientras me busco en google, aquí doy señales de vida y de paso sugiero un ikuplan de los míos por si alguien en Tokyo se aburre y se quiere venir.

El caso es que por este año se acaban los matsuris, los festivales de Yosakoi, así que el domingo tenemos el último. ¡Qué profesional sueno! tenemos el último, como si hubiese ido a muchos… :ikufantasma: que para mi es el segundo… En fin, que allí iremos pelaos de frío a subirnos a un escenario dando botes y gritando cosas para ver si así caldeamos el ambiente. En esta ocasión es en una universidad, que mola porque allí tiene que haber más hormonas desatadas que en True Blood, cocretamente en la Tokyo University of Science「東京理科大学」 aunque lo del nombre es un farol porque está como a una hora de Shibuya en una estación cuyo nombre pega más por entre Mozambique: Unga 「運河駅」

IMG_0665.JPG

Éstos saraos universitarios son bastante curiosos… a mi me recuerda a las chocolatadas que hacíamos en la escuela: se abren las aulas para que las vean los padres, los chavales hacen sus historias, hay para comer y para beber… si cogemos esto y lo pasamos por la máquina japonizante, pues lo que nos encontramos son puestos de comida típicos de un matsuri con sus takoyakis quemadentros, sus boniatos calenticos, sus yakisobas marroneros… pero atendidos por chavalería dentro del campus. En las aulas suelen hacerse exhibiciones de las actividades extraescolares que tienen, como la ceremonía del té (esa me la sé yo!), shodo, shamisen, etc. Aunque lo que más triunfa siempre son las actuaciones de las animadoras, que mira que me sigue sin pegar a mi esto de que haya cheerleaders como la de héroes!!! (salva a la porrista, salva al mundo!!), pero ¡ay las faldacas! ¡ay las faldacas!.

Es una oportunidad chula morena de ver muchas cosas diferentes en un mismo sitio y a la vez comer por cuatro duros, así que dejaos de tanto hosto Shinjukero, tanta piernaca Shibuyera y tanto bro Roppongiero y venid pa Unga, hombre, que a parte del IkuYosakoi hay muchas más cosas decentes para ver!!!

Fénix, despliega el mapa y véte preparando la leche :comillo: para M.A. ahora que anda soldando sus historias en la otra habitación!

Yossha

Nosotros bailamos a las once y a las tres, ya he adjudicao la cámara de vídeo, pero si alguno se viene que avise que le paso más cámaras!!

Acordarse Mambrús! domingo 22 en la uni de al lado de la estación de Unga!

Ale, parto allende el verde ha sido cercenado …

:bythesegao:

¡Polibesos!