
![]()
Me gusta ver que hacen otros que están en situaciones parecidas a mí, curiosear a que se dedican cuando no están currelando… lo que les gusta o deja de gustar, los sitios a donde van… Así saco mis conclusiones, por ejemplo podría decir que la mayoría de los que estamos aquí somos aficionados a la fotografía y más o menos todos tenemos una cámara que no es de las chiquiticas y nos gusta salir por ahí a sacarle los colores saturados a los Tokyos. Cuando digo los que estamos aquí no me refiero a todos los extranjeros del mundo, sino a los que me pillan cerca: amigos y conocidos, del resto ni idea.
El caso es que me ha dado por pensar que resulta curioso que estando donde estamos, sólo un ínfimo porcentaje de los que me rodean se interesan o hacen algo relacionado con la cultura de este país más allá de conocer todos los bares que se pueda (noble y nunca bien ponderado arte, por cierto). Quitando a los tres o cuatro extranjeros que van conmigo a Karate, está David que practica Taiko y toca la flauta Shinobue más bien que bien hasta donde yo he podido escuchar, después estaba el americano de mi anterior empresa que hacía Judo en el famoso Kodokan de Tokyo y Jorge con el que me juntaba yo para ir al Yosakoi. Hasta donde puedo recordar ahora mismo, no hay más que rascar.
Esto no es bueno ni malo, que allá cuidaos cada uno con su vida, ojo no nos equivoquemos que a mí me da igual lo que haga cada uno o deje de hacer. Es más, seguramente si nos ponemos en el caso contrario, no creo yo que todos los japoneses que fuesen a Bilbao se pusiesen a aprender el aurresku, esto va más dentro de los intereses, aficiones o ganas que tenga cada uno de hacer cosas nuevas (aunque mi profesora japonesa iba al Euskaltegi a aprender Euskera con dos tamagos).
Total, que me enrollo, hay que ver lo chapas que me vuelvo con los años… a lo que voy es que es cierto que cuesta acceder de alguna manera a estos mundos, que hay barreras que superar empezando por el idioma y acabando por la vergüenza o miedo que le dé a cada uno ponerse a hacer algo nuevo codo propio con codo ajeno. Así que me alegré muchísimo cuando Guille dijo que se había apuntado a Kendo, de alguna manera sabía que iba a tener oportunidades para ver un poco más en profundidad cómo se practica en Tokyo una de las actividades japonesas más tradicionales.
Y aunque siempre iba dejando lo de ir a verle, que mejor que su examen de cinturón negro para aprovechar y tratar siquiera de intuir de que va eso de las armaduras y las espadas de bambú.
Veo normas de cortesía, saludos, rituales antes, durante y después de cada combate. Mucho y nada que ver con Karate. Escucho gritos, algunos fingidos y otros tan de verdad que parecen multiplicar la dureza de la espada de madera empequeñeciendo al adversario, a los jueces, al mundo.
Me veo dentro de una película con Guillermo de protagonista, único extranjero, aire humilde pero valiente, nervioso a ratos, semblante amable desde el minuto uno en que le conocí, el día que le vea enfadado temblaré porque se acabará el mundo o se caerá la luna.
Por el número adivinamos que le toca salir, pero no sabemos muy bien quien es… Nerea mira los pies porque dice que se los conoce y cuando le identifica a ese es al que seguimos. Yo no las tengo todas conmigo, pero en cuanto suelta su primer grito, se me quitan las dudas. Que fácil parece y todo lo que habrá tenido que sufrir para estar donde está, rodeado de los que está, siendo quien es.
Con dos cojones, y hay tristes que dirán que es suerte.
httpvh://www.youtube.com/watch?v=h_DvsvP0160
Acaban los dos combates y yo no sé si habrá aprobado o no, pero me ha encantado. Le he visto ágil, fuerte, asentado… parecía saber lo que se hacía y aunque se ha llevado más de un golpe, también ha repartido lo suyo. No le haremos enfadar cuando lleve paraguas.
Viene un rato, poco, nos dice que lo ha hecho bien, que está contento, que esa parte la ha pasado, pero que le quedan katas. En mi mente de karateka visualizo a alguien en el medio atrayendo todas las miradas hacia una serie de movimientos aprendidos y repetidos, supongo que con una espada. Pero no, los katas de Kendo son por parejas, uno ataca, el otro defiende y contraataca, como lo nuestro de kumite, quizás puntuando lo mismo: técnica, sensación final…
Vuelve a salir y casi no me da tiempo a grabarle, la cámara hace rato que dice que no puede más pero consigo exprimirle un par de minutos a la batería. Esta vez tengo claro quien es, porque sin nada cubriéndole la cabeza anda que no destaca.
httpvh://www.youtube.com/watch?v=Z0NcTIvW4sU
Ha aprobado, eso nos parecía a todos, pero está bien saberlo oficialmente porque ninguno de los que estábamos allí entendíamos mucho. Toca celebrarlo y ver las fotos y los vídeos con calma, y felicitarle muchas veces para que siga motivado, no lo deje nunca y me siga invitando a verle. Las cervezas aparecerán solas en la mesa, como siempre pasa con este hombre.
¡Enhorabuena de nuevo, campeón!