Podéis hacer zoom todo lo que queráis, que es gratis. Además si le dáis a la foto que haya puesto, os abrirá el post contando lo que se me pasó por el garbanzo que tengo por cabeza el día que fui allí.
Contadme si os es útil!
Podéis hacer zoom todo lo que queráis, que es gratis. Además si le dáis a la foto que haya puesto, os abrirá el post contando lo que se me pasó por el garbanzo que tengo por cabeza el día que fui allí.
Contadme si os es útil!
Era también agosto, aunque unos años atrás y en un lugar muy diferente.
Estaba esperando en un bar a que Bea acabase su entrevista de trabajo. No era la primera en el mismo sitio, cerca de Zamudio, así que sabía que tenía tiempo para tomarme un café y un pintxo, o dos o tres si hiciese falta.
Periódico del día en mano, me senté en una mesa y me dediqué a lo mío durante una media hora, sorbiendo el café con calma entre página y página. Cuando acabé, dejé el periódico en su sitio y sin pensar, llevé la taza de café y el plato desde la mesa hasta la barra del bar, di las gracias y cuando me iba a ir, el dueño me interrumpió:
– Perdona, oye, no se si te lo habrán dicho alguna vez, pero tu eres una gran persona
Yo sorprendido le miro intentando entender la broma, pero su cara era de amabilidad, de sinceridad, no había rastro de ironía.
– No es sólo -continuó- que hayas tenido el gesto de recoger la mesa, sino que hay algo en ti que te hace especial, intenta que no te cambien.
– Ehh, gracias, me has dejado sin palabras…
Él asintió con la cabeza, satisfecho de haberme soltado semejantes palabras y yo me fui sin darle demasiada importancia. Supuse que no había mucha gente por allí que le recogiese la mesa, o quizás no estaba acostumbrado a que le diesen las gracias, o simplemente igual se lo decía a todo el mundo y así se entretenía el buen señor.
La anécdota se perdió entre los recuerdos.
Este sábado, algo así como 4 años después, entré en un restaurante de sushi que hay en Shinjuku. Es de esos en los que la comida pasa en platos por una cinta transportadora, y que te sirves tu mismo pagando después según el color de los platos que hayas escogido. En este restaurante, además, puedes ver al cocinero que está en el medio preparando el sushi y puedes pedirle alguno de los que está en la carta.
A mi me apetecía de natto, así que con una sonrisa nerviosa por no saber si estaba hablando bien en japonés, se lo hice saber. Él asintió riéndose también, quizás sorprendido y me miró como queriendo decirme algo.
Después de dudar por un instante, mira a una chica que hay a mi lado y señalándome con la cabeza intercambian un par de frases. Ella asiente, y ambos se ríen.
Yo me pongo rojo, y sólo acierto a seguir sonriendo por no saber muy bien cómo actuar. Cuando el cocinero entra a por más arroz a la cocina, ella me habla en inglés y me dice:
– He told me that he feels you are a nice person, he doesn’t know why, but he told me that. I was so surprised that I just said so!
Yo me quedo sin palabras y relaciono inmediatamente ambos sucesos, me viene a la memoria la cara de aquel hombre del bar, su gesto solemne pero amable, el periódico…
Siento miedo. Acabo la comida, pago y me voy.
Pensando sobre lo ocurrido, sé perfectamente que no soy la persona que ellos creen que soy. No voy por ahí haciendo buenas obras, y tengo millones de defectos. No es eso lo que quiero contar hoy aquí.
Lo que me preocupa de verdad es por qué dos personas que no he visto en mi vida, de dos países totalmente distintos, sintieron la necesidad de decirme lo mismo con tan sólo verme durante unos minutos…
Quizás me vean cara de bueno, no lo sé.
Tengo que reconocer que me halaga.
Aunque me de miedo pensar en ello más de lo debido…
¿Os acordáis que os conté que no se yo cómo hacían para llevar el sushi en la moto y que no llegase hecho un revuelto?
Pues ya me he enterao!

De cinco a seis en el programa Graffiti, en Radio Euskadi. Lo podéis escuchar desde aquí.
¿Cómo saldrá la cosa? Ay ay ay!!!
Actualización:
También me echaron por la radio el
Esto que suena a Boris Izaguirre zampándose una manzana en Shinjuku, es una zona que quizás no sea tan famosa como las tiendas de electrónica con las chicas esas dando voces o los rascayús-cieliles, pero que impresiona mucho más y, desdeluego, tiene infinitamente más encanto.
Dicen por ahí por internet, que es de los pocos sitios donde todavía se puede sentir ese ambiente de los bares de la postguerra donde la señora mayor dueña del local te sirve y te cuida como si estuvieses en su casa, lo que no deja de ser cierto. Y, si tienes suerte, quizás te cuente alguna de las historias de cuando la zona era uno de los mercados negros más florecientes de Tokyo durante el día, y de noche, quizás el germen de todo el desbarajuste de Kabukicho, el llamado barrio rojo.
También cuentan que la clientela es muy habitual, y que un extraño quizás no es bienvenido, o es recibido con desconfianza.
Yo creo que la próxima visita la haré de noche, cuando los bares estén abiertos y haciéndome pasar por un gato, que a esas horas son todos pardos, me atreveré a entrar cámara en mano.
Y puede que ponga todo mi empeño en hablar en japonés para decirles que allá de donde vengo, les haría ilusión que les contase porqué en este rincón tan pequeño, tan especial de Tokyo, hay un tablao flamenco.
Ver mapa en gordo con las ikuexcursiones
¡¡Gracias por el post, señor!!
Ya te hemos metido en la lista, otro orgullo más para Ikusuki…
(ay que me pongo tonto, joooo)
Mi primer video con la nueva cámara… no ha quedado mal, aunque para el siguiente intentaré que no se mueva tanto!
Pues eso, que he podido dar un poco la luz en uno de los videos, y ahora, por lo menos, podéis ver a la gente bailando en vez de sólo imaginaroslo:
Miradas estudiadas que aspiran a parecer espontáneas, movimientos que se convierten en gestos, detalles que de tanto ser atendidos se asumen y se suman para intentar conseguir el más bonito de los momentos.
En mi cuarta clase, yo ya llevaba Yukata y alguien supo encontrar mi cámara mientras yo trataba de averiguar qué tenía que hacer después…
Otras situaciones especiales vividas en:
Érase que se era que Flapy publicó el suyo, después vino Ale/Pepino y el balmasedano Neki tampoco se pudo aguantar.
Ya iba siendo hora de poner yo mi centro de operaciones:
– Canuto Guiding Device 1.0a
– Lápiz de grafito con función de deshacer con sólo invertir su verticalidad y ejercer presión
– Elemento base de color blanco compatible con el lápiz de grafito en todas sus versiones
Además, como podéis ver en las fotos, justo justo he acabado el proyecto que tenía entre manos llamado The O with Canut Advance Guidance, aunque el resultado no ha sido tan bueno (parece ser que el Guiding Device necesita ser calibrado).
¿Qué os parece? Supongo que sabiendo que estoy en Japón, os esperabáis esta tecnología, pero aún así, no quería dejar de mostrarosla.
El domingo, que me fui a dar una vuelta por Shinjuku, como ya sabéis por el edificio ruffleao ese, y llegué tan cansado que me di un baño con agua más bien fría.
Ahí estaba yo remojándome las pantorrillas cuando oigo tambores y música como bastante cerca, casi al lado de casa. Así que salí de la marmita, y me fui camino a Honmonji. Cuando no he andado ni cinco minutos, veo a una madre que lleva a sus dos hijos vestidos con Yukatas todos reguapos por una calle a la derecha donde se intuye que está el lío:
Claro, como era de suponer, la música venía de ahí arriba. Así que allí que me fui, y descubrí un matsuri, una verbenita de barrio con puestos de comida con precios simbólicos como un bol de udón por 50 yenes.
Resulta que mis vecinos más cercanos se juntaron en un templo muy pequeñito, lo llenaron de farolillos, pusieron música y se dedicaron a bailar con sus mejores kimonos.
Por cierto, el sábado me compro cámara de video que espero que tenga modo noche pa torpes, y así le añadimos imágenes a los sonidos nocturnos que tengo a bien mostraros!

Hoy de cinco a seis de la tarde, junto con otros vascos que viven por ahí por el quinto pino (yo estoy en el decimotercero).
Así que haremos la jugada de la otra vez, a ver si puedo grabarlo y luego os pongo las tontás que tenga yo a bien decir con mi habitual sabiduría. Con un poco de suerte no se me mete un grillo en el teléfono como la última vez.
Desde aquí también se podrá escuchar online.
Ay que nervioss!!
Actualización: grabao!!! Os lo podéis bajar de aquí:
Tardes de verano sin mucho que hacer, ilusiones, dibujos, bocetos, encuestas con los amigos, cervezas por la noche delante del ordenador, muchas veces a solas.
Problemas, disgustos, apoyo, nuevas ideas, primeras ventas, alegrías, locuras. Momentos plasmados en fotos que sólo dejan intuirlos, aunque los definen a los ojos de los que los vivimos.
Más problemas, muchas lágrimas, palabras dichas sin pensar, sentimientos obligados a ser callados.
Un viaje largo, mucho, tan largo que se sigue alargando. Pena y emoción al mismo tiempo. Redescubrir un mundo olvidado, quizás demasiado idealizado. Frustración.
Dolor.
Cartas escritas pero nunca enviadas.
Soledad.
Desamparo.
Luchar por el día a día, encontrar retazos de felicidad entre la rutina, tratar de buscar un sitio en un lugar en el que estás fuera de lugar.
Sentimientos que se escriben para personas desconocidas. Esperanzas que no se pueden cumplir, sueños que se evaporan.
Encuentros. Amigos. Personas nuevas añadidas a una vida que se siente a veces demasiado vieja, y a veces demasiado jóven. Difícil encontrar la edad que corresponde con la mente tan nublada.
Nuevos proyectos, nuevos problemas, más emociones. A veces lágrimas, muchas veces sonrisas, siempre nostalgia encallada en algún lugar entre la garganta y los ojos.
Muchas ideas, muchas ilusiones. Una luz en el horizonte que siempre ha estado ahí, como el deseo de ser feliz mientras los dibujos y las prendas se van sucediendo, mientras este diario mío lo van leyendo más y más personas.
Experiencias que se viven a costa de no vivir las que hubiesen correspondido, que son ya momentos que se han perdido.
Todo esto es Ikusuki. La historia de dos personas que crearon este mundo uniendo sus ilusiones, a veces a destiempo, y que han sabido llenarlo de vida a pesar de la distancia. Aunque a veces el mar de sentimientos de este, nuestro mundo, se tenga que desbordar y tardemos un poco en arreglarlo.
Para ello, a mi ahora sólo se me ocurre, Bea, darte las gracias. No sólo por todo lo que haces por Ikusuki, sino por ser la persona que más me apoya, que más me ayuda, que mejor me entiende aunque a veces no nos entendamos.
Que está en Shinjuku, donde me he ido hoy a dar una vuelta, por cierto, qué poco me gusta a mi este sitio, es como sucio, insano… no sé, no me gusta ná.
Bueno, aquí van las fotacos:
Myriam que se pasó por la Euskal Encounter, y aunque hubo una boda de por medio, no se olvidó de llevarse la cámara y regalarnos esta foto con el cienpiés:
Pero es que luego Txaritxu, la que acuñó el término Chupabolsa y con la que compartí experiencias como ir al Ikea de Tokyo, fue y se sacó también un par de fotacos desde los Madriles también con el cienpiés:
Y Nagore, la chata más chata de todo el chatomundo, se nos fue a Amsterdam y Toledo (esperamos que no en el mismo día) y se nos afotó con la Tokei y el cienpiés:
Estáis fichadas, a ver si os encontráis!
…de la que recorté el careto para Twitter y El Correo Digital!
¿No os parece una idea súper buena?
Que lo vendían, cómo no, en Don Quijote:

Andaba yo pensando en inventarme que hay webs 2.0 y hablar de ello cuando de repente me di cuenta que ya llevaba tiempo haciéndolo, así que hoy, para variar, voy a hablar de la inadaptación de la SGAE al mundo digital binario de dígitos puestos en fila. Estos señores arcaicos viven de rentas pasadas, persisten en su endemonamiento del usuario que se descarga música con el gobierno como aliado empuñando un canon absurdo como arma. No lo repetiré más de 537 veces este mes.
Así que mientras contrato a otro fotógrafo que me saque en una pose un poco más endiosada, voy a ver si sigo viviendo a costa de escribir y dar conferencias sobre los que viven del cuento (lo que no deja de ser una redundancia).
Os paso un apunte para que tengan algo que decir todos aquellos blogs sin personalidad que sólo saben copiar lo que yo cuento: la tendencia de Internet, la ya denominada web 12.0 es que se va a regionalizar dependiendo desde donde se conecte uno: si estás en Galicia, se adaptarán automáticamente los contenidos añadiendo «carallo» de vez en cuando para así proporcionar una más enriquecedora experiencia al usuario. Todavía no queda claro cómo se verán las páginas de Bilbao, aunque todo indica a que la resolución de los monitores cambiará automáticamente a trescientos mil pixeles.
¿Sabrá Microsoft adaptarse a este nuevo concepto territorial?
En Tokyo hay un montón de parques, estoy seguro de que a los que vengan por primera vez les sorprenderá esto mismo: la gran cantidad de árboles que te puedes encontrar en cualquier sitio. Aquí al lado de mi casa hay una montañita con su bosque y todo, y vivo bastance cerca del centro. Bosque que, por cierto, está lleno de cuervos que me ponen la cabeza loca.
Pues hay unos jardines que yo nunca había visto y de cuya existencia me enteré el otro día de casualidad. Son los Jardines «Hamarikyu», que resulta que pertenecieron a la familia del Shogún Ieyasu Tokugawa y que ahora se pueden visitar apoquinando los 300 yenes de la entrada.
Para ir, se coge el monorail elevado Yurikamome desde la estación Shimbashi, y uno se baja en la parada Shiodome. Esto os sonará… ¿os acordáis del reloj de Miyazaki?, pues desde ahí se tardará como cinco minutillos a pata:
Lo primero que impresiona de esta zona son los pedazo de rascacielos que hay. En Shiodome se pueden ver los edificios más nuevos de todo Tokyo:
Y claro, aunque el parque estaba ahí desde mucho antes, lo que de verdad impresiona, la imagen con la que se queda uno es la del contraste: los edificios forman un muro inmenso en comparación con los árboles…
Destaca que está rodeado por canales de agua de mar, y que hay un estanque que fue diseñado para tener pequeñas olas procedentes de las mareas. Por lo que pone en la guía, resulta que es el único de este tipo que existe en Tokyo.
Es un parque muy grande, muy bonito, donde uno se puede dar un paseo como Buda manda. Además no suele haber mucha gente, con lo que si queréis alejaros de todo el jaleo de los sitios habituales de esta locura de ciudad, yo os recomiendo que os paséis por aquí, que entréis en la casa de Té del medio del lago y que os toméis uno mientras os imagináis a la familia del Shogún paseando por entre los árboles. Y, os guste o no el té, no dejéis de dar las gracias a quién os lo sirva, que no es nada fácil.
La cosa fue que Goyo, el tío que sale más veces en Ikusuki in the world, me mandó un mail avisándome de que en El Correo Digital andaban intentando reunir a los vascos que andan por el mundo. Así que fui allí y me apunté con la primera foto que encontré no dándole mucha importancia.
Después se pusieron en contacto conmigo y me dijeron que hiciese un blog, pero claro, yo ya tengo uno, así que les pregunté si era posible que simplemente copiara las entradas de uno en otro. Ellos contestaron que vale, que no era el único que lo estaba haciendo y que no había ningún problema.
Así que empecé a copiar las entradas que más me habían gustado del blog, publicando una al día, intercalando viejas historias con nuevas.
Y después de publicar la de los Elvises, me mandaron un PDF que habían hecho para publicitar estos blogs de vascos en el extranjero, pidiéndome permiso para utilizar una de mis fotos y haciendo mención a mi entrada.
Después se fue apuntando más gente que vive por ahí, y empezamos a salir en portada. No se de que depende, pero creo que siguen algún tipo de orden: cada dos días hay uno nuevo más o menos.
Hoy estoy yo otra vez…
¿yo?
¡Más contento que unas castañuelas!
Patrocinado por Biodramina…
En este caso una de las hijas del bipadre, que le llamamos así porque tuvo dos de golpe, que se puso la Kotoba para protegerse del sol de la playa de Gorliz: