A Nara me llevó el tío Fla un domingo piringo, y aunque sólo estuve un día, tengo que decir que es el sitio que más me ha encantado de todos los que he estado en Japón, hasta más que Inari y todo.
Yo creo que ya tengo el culo pelao de templos y rascacielos, así que aunque me siguen gustando, es como si ya me hubiese acostumbrado. Es algo así como las catedrales, que si que te impresionan, pero ya no tanto como cuando ves una por primera vez. Ahora que lo pienso, pocas catedrales he visto yo… panaderías si, ¿pero catedrales?, jodé…
Tacha el post!
Que noooo, venga, sigo con este que me da perezaca volver a empezar. Bueno pues eso, que el ver ciervillos por la calle, todo lleno de bambis ahí por cualquier lado campando a sus anchas, me pareció algo genial:
Tenían montao negocio: maeses galleteros te venden galletacas para que les des a los bichos, que no es que se te acerquen para preguntar la hora no, allí hay interés que te quiero Andrés. Y si tienes una en la mano y no se las das, ojo que te amochan!!!, que como diría mi amigo Akira: con la comida pocas bromas!! (también dice que las verduras te las comes tu, pero eso es otro tema).
Aunque la mascota que se han buscao para el lugar da más repelús que el bigote de Mauricio Colmenero. Mirad mirad que budostiable es:
Después de un paseillo en el que yo buscaba a Pedro el de Heidi, que yo sé que no tiene nada que ver pero en mi cabeza por lo visto si, Fla me llevó al Todaiji, que es un templaco del copón de la baraja donde tienen metido, atiende, al segundo buda más grande de todo el mundo mundial y parte de Albacete!!!. El edificio, además, es la construcción en madera más grande del mundo, hecho certificado por el de Bricomanía y su sierra de calar:
Bueno, ya sabéis que entre medias grabamos algún video en gambitermascope con lo de pasar por la columnaca del templo, que por lo visto tiene su aquel y su queseyó: resulta que el hueco ese es del mismo tamaño que un agujero tochil del Buda, así que si cabes por ahí es como si cupieses, cual raya de cocaína, por la nariz y entrases en su cerebro alcanzando su sabiduría.
Yo lo que alcancé fueron unas rozaduras en los codos que me estuve acordando del «ahora tú» de Flapy dos semanas!
Es igual, porque las risas y el video que salió bien valen un par de postillas. Además que llevaba la Tokei de Ikusuki, y ya se sabe que nuestras camisetas son antisépticas además de bimanguiles (que no me entere yo que volvéis a desayunar sin tener una puesta!).
Y más o menos ya está todo el pescao vendido. Luego a la noche subimos a un templo en el que había no se qué historias de fuego pero llegamos un poco tarde y tampoco es que viésemos mucha copla, aunque tuvo su cosilla también. Fotos hay, pero como se iban a ver cuatro manchas mal puestas, me despido con un par de ellas del templo de día y sin fuego.






