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Kawasaki Kanamara Matsuri

Kawasaki, al igual que Yokohama, es uno de esos sitios que me parecían que estaban super lejos de Tokyo pero que luego estan al lado, tanto, que he ido a los dos en bici desde mi casa. Bibainadas a parte, el caso es que este fin de semana, a parte de estar atento a los cerezos, que les doy una semana como mucho para estar a tope, nos fuimos al Kanamara Matsuri de Kawasaki con el desertor de Albacete, el Guille y la Nere y más gente a cada cual más maja y dicharachera.

Resulta que es un festival dedicado a la fertilidad, que lleva celebrándose desde el periodo Edo con el noble origen de rezar para protegerse de las enfermedades sexuales entre las prostitutas del lugar, después la cosa evolucionó y es normal ver a parejas que van allí a pedir por tener descendencia.

Hay sutiles diferencias con los matsuris a los que estamos acostumbrados asistir, quizás no visibles a ojos no expertos como los nuestros, veamos si sois capaces de encontrar algo que os llame la atención, no es tarea fácil, ya os aviso.

Ya véis… un templo donde los altares que se llevan de procesión son rabos como pinos manchegos, donde se venden dulces con la forma característica de los elementos en cuestión, donde los artistas del lugar aprovechan para mostrar su arte y destreza en el vestir… poesía pura para la vista… poesía pura.

Aquello es una especie de sex-shop al aire libre, pero… ¿sabéis lo mejor de todo?, que da gusto ver que algo tan natural se lleva con tanta naturalidad, pocas caras de verguenza se veían.

La única pega es que no se sacaron tan nobles elementos en procesión por respeto a las víctimas del tsunami. Esto no me queda claro del todo, lo de cancelar eventos por razones éticas… yo creo que sería bastante mejor seguir con lo de siempre y aprovechar este tipo de celebraciones para recaudar dinero de alguna manera para ayudar, en vez de hacer que la gente se pire antes para casa.

En fin, no me quiero mojar mucho que no acabo de tenerlo claro, así que me despido con un monico que se puso allí a hacer moniquerías después de zamparse una naranja.

¡Buen lunes tengan ustedes!

El observatorio de la Sky Tree

Me zampo mi bento entero,
al lado del canadiense atontao,
y na más me sale del coraçao
que echaros un post
:regulero:

Iba a contar la gran odisea del terremoto de ayer que leído lo leído, por lo visto ahora Tokyo debe estar en Korea, pero como yo ni me enteré y además tampoco tengo el sobaco pa bodas, aquí suelto un post de esos de copiar algo que ya ha puesto alguien y creerme más original que un cromo de Arconada.

¿Os acordáis de la Sky Tree? ¿no?, no pasa ná, aquí os lo recuerdo yo: es el pincho moruno que se jinca en Asakusa. Mi abuela diría que no hay mejores fotos en internet que las que saqué yo (y yo a mi abuela no le llevaba la contraria nunca). Bueno, pues el caso es que ya tienen el mondadientes del Daibutsu casi pulido ya y ha salido un reportaje sobre su observatorio, que es el más alto de todo el país: 350 metros, un cacho por encima de la Tokyo Tower y la Landmark de Yokohama!!.

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Dicen que en los días sin niebla se le ve la calva a Berlusconi, no te digo más! Bueno eso no han dicho, no, ellos dicen que se verá por encima el hanabi de Asakusa, y en días claros hasta la costa de Chiba e Ibaraki!!


a bird a plane no a sky tree 投稿者 jentertainments2

Ya tengo ganas de subirme, ya…


Fuente de la que he chupao vilmente del bote: Japan Probe (Migué)
He tardao: medio taper entre que masticaba y que no… échale 10 minutos y porque me ha dao por aprovechar la regulerez pa enchufar a un huevo de entradas mías, que si no en 5 lo tenía!

Disclaimer mer: los comentarios se contestarán sólo si se tercia de los colganderos, no espereis mucha mandanga que hay que ser coherentes con el regulerFlavourStyleRulez

:regulero:

Un ratico enfrente…

Jodé, acabo de encontrar un paquete de pan Bimbo ahí con tres rebanadas dentro que compré hace dos meses, y el caso es que no tenían moho ¡¡¡y eso acojona!!!. Me he comido una pa probar, y sabía igual que el primer día… pero si veis que no doy señales de vida en las próximas horas, llamad a Zapater pa que venga un poco antes a Tokyo a por mi cuerpo o algo.

Weno, ¿sabes de esto que estás todo emocionao porque has tenido una idea del copón que te piensas que eres la ostia y empiezas una sección a la que luego no haces ni puto caso y se nos olvida a todos?. Pues eso, hoy he cocinao al baño María…

¡¡ Un ratico enfrente !!

¿De que va esta copla?, pues fácil fácil: planto la cámara con el trípode ese gorilero que se ajusta a cualquier lado enfrente de algún sitio con chicha y la dejo grabando así como que no es mía ni ná.

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De momento me he ido a la máquina de bebidas táctil esa que han plantao en la estación de Shinagawa y ahí me he tirao un ratico enfrente grabando las reacciones de la gente. He de decir que eso de que te pones delante y te recomienda bebidas dependiendo de la jeta que te hayas puesto esa mañana no funcionaba, lo mismo hay que ser un tipo alto o lo mismo se ha estropeao después de recomendarle a un feo, vete a saber.

Total, que ahí va el vídeo:

En el punto de mira ya tengo otros sitios fichaos pa tirarme un ratico enfrente: que si el Hachiko, que si el estudio Alta, que si la puerta un love hotel (noooo, es bromaaaaa, soy un tipo de recursos humorísticos, amigos!)

Ala pues, vamos a por el lunes lunero cascabelero!!

:gustico:

Hanabi en Asakusa

Visto uno, vistos todos. Los hanabis, digo. Aquí tienen fama de que son los mejores del mundo, pero la verdad es que a mi me aburren muchísimo. Será porque en Bilbao duran media hora como mucho y aquí se tiran hora y pico dejando además un montón de tiempo entre cohete y cohete… hasta los de mi pueblo que tiraba el amigo tragapuros tenían más vidilla!!

En fin, que me aburran los fuegos artificiales no significa que no me lo pase yo como un hobbit que cualquier excusa es buena para pimplarse unas cervecicas. Así que me enfundé el Jinbei blanco, que parezco el Luke Skywalker de Rekalde y tiré para Asakusa después de dudar mucho si pasarme por el Eisa Matsuri de Shinjuku, que también fue el sábado.

Tuve muy buena suerte porque me dio por escribirlo en twitter y me contestó Guillermo que avisase cuando llegase, que él andaba por allí. El tío nada más verme me preguntó que porqué había tanta peña, ¡¡resulta que se había ido a Asakusa de compras sin tener ni idea del hanabi del año!!. Y lo segundo que hicimos fue irnos al izakaya ese que te puedes sentar fuera. Ahí, entre cerveza(sss) y tsukune(s), estuvimos contándonos las historias de su Kendo, de mi Karate, de las que son así como pa mi pero que ellas todavía no lo saben… y de vez en cuando, pues foto al canto, y es que se me visten tan guapeteeees…

Al Guille, que estaba de cara a la gente, le saludaba alguno de vez en cuando, si es que entre la cara de majete que traía de casa y las cervezas, estábamos con la sonrisilla puesta todo el rato. Como se estaba allí divinamente y tenía pintas de que al lado del río iba a ver más gente que en el abismo de Helm (Frase hecha by Nerea, todos los derechos reservados), pues decidimos que nos estábamos un rato más y de paso contábamos cuantos melocotones era capaz de vender el de la furgoneta.

Los móviles no andaban muy católicos por el mogollonazo de gente que había…

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Luego ya cuando se hizo de noche y Nerea estaba ya con nosotros, decidimos adentrarnos un poco en el abismo y ver si éramos capaces de encontrar un hueco donde se viese un pelín del asunto. Aquello era como estar en el nivel 27 de los lemmings, pero sin el pelo verde y con cervezas en vez de escaleras en la mochila. Total: no vimos los fuegos ni vimos nada, pero lo que moló fue vivir el ambientillo una vez más: todos con Yukata, las míticas esterillas azules… otra noche mágica de verano. De las mejores: improvisada 1000% y compartida con amigos.

Camino a casa, cuando la cobertura del móvil empezó a medio funcionar de nuevo, tenía un mensaje de Alain para ir de juerga por Shibuya. Pero ya estaba muerto y es que uno no tiene veinte años, por mucho que se quiera pretender… gomen ne, Alain!

Rikugien

Existen lugares donde uno logra olvidarse de que está en Tokyo, incluso en este siglo, y sueña paseando por épocas pasadas en escenarios más propios de películas de las de antes, de esas de colores pálidos y katanas, de traiciones y venganzas donde el honor todavía se protegía por encima de todo y los valores valían.

Dentro del parque Rikugien no existen los salaryman, ni los pachinkos, ni la Yamanote. Uno se convierte en el señor feudal que mira a las carpas del lago mientras medita qué movimiento será el siguiente que permitirá ganar algunos kokus más para la familia y con ellos algo más de poder que llame la atención de los favores del Shogún.

Quizás subiendo a la colina desde la que se divisa todo el parque también se tenga una mejor visión sobre la apertura de Japón al mundo, sobre el comercio con los extranjeros sin modales que profesan esa religión cristiana suya… quizás sería bueno ser cautos de momento hasta ver si de verdad aportan algo más que ruido y malas maneras.

Mientras se pasea por caminos exquisitamente definidos como por casualidad, uno es capaz de olvidarse de que existe un mundo alternativo de ordenadores para adentro o de esos teléfonos móviles ya sin botones, y se da cuenta de que siempre ha existido el viento que se deja respirar y nunca deja parar a las nubes, o los pájaros y sus mil casas de veraneo, una por cada árbol.

Todos esos pasos perfectamente estudiados que un día llegué a intuir dentro de la habitación con tatami de un centro cívico, reivindican aquí el prestigio histórico que les corresponde. Casi me puedo imaginar tomando un té con reverencias mirando al cielo rojo del atardecer a través de la pequeña ventana de la casa de té con mi abanico y mi kimono de anchas mangas. Y trataría de distinguir cada uno de mis gestos para no desentonar como invitado mientras se me sosega el alma y se me apaciguan los pulsos ante tanto detalle, tanta finura, tanta delicadeza.

El parque Rikugien está basado en la poesía japonesa Waka propia del periodo Genroku (desde 1688 hasta 1704) y fue creado por Yanagisawa Yoshiyasu, el señor de confianza del shogún Tokugawa Tsunayoshi. En el periodo Meiji el jardín pasó a ser la segunda residencia del fundador de la empresa Mitsubishi, Iwasaki Yataro. Y finalmente en 1938 la familia Iwasaki lo donó a la ciudad de Tokyo, y en 1953 fue designado lugar de belleza excepcional e importante legado cultural.

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Para llegar a tan precioso lugar hay que ir primero a la estación Komagome de la línea Yamanote y salir por la salida sur. Después tenemos un ratillo que andar y aunque no es mucho y está bastante bien indicado por carteles, lo cierto es que la entrada está un poco escondida. Básicamente se trata de andar por la acera de la derecha de la calle grande que nos indican nada más salir de la estación, y estar atento a un poste de madera que señala que hay que girar a la derecha. Cuando yo fui había una moto aparcada justo delante y no se veía tan fácilmente, es más fácil guiarse por el combini, cuando pasemos el Sunkus giramos a la derecha:

La entrada sólo cuesta 300 yenes, tienen mapa en inglés y abren de nueve a cinco de la tarde permitiendo la entrada hasta las cuatro y media. Está cerrado desde el 29 de Diciembre hasta el 1 de Enero. Tan recomendable como el Hamarikyu o el Koishikawa Korakuen.

Rainbow Bridge, una cerveza y una cámara

Bueno, en realidad fueron dos cervezas. Y parejas que miraban al agua anochecer. Y sueños todavía sin abrir. Y las esperanzas que no me dejan estar solo y se empeñan en que no las empeñe. Y una hora, quizás dos, brindando con la luna que era un gajo de una mandarina blanca, que me conoce casi mejor que el sol y por eso me sonríe inclinada desde su caserío del cielo a mano derecha de las nubes. Y el mar que me cuchichea mentiras entre olas, pero yo no me las creo porque los peces ya le tienen calado y me han dicho que no me fíe.

Y yo que me dejo vivir, no vaya a ser que el día que se acabe me pille tirado en un sofá sin hacer nada.

Una hora resumida en algo menos de tres minutos. Incontables susurros con mentiras a cámara rápida entre el sol y la luna. ¿Las olas? no os creáis ninguna, que se las inventa todas.

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Tokyo Genso

Aquí va un post de esos de expresar mi individualidad, mi sensibilidad y mi talento a través del trabajo de otros.

:regulero: :regulero: :regulero:

El caso es que hay un artista japonés que se hace llamar «Tokyo Genso» (Tokyo Fantasy) que le dio por dibujar lugares famosos de Tokyo pero en plan post-apocalipsis como en el after the war del Amstrad CPC. Sale ahí Tokyo todo abandonao en ruinas ya cubierto por la vegetación que da cosica.

Pasemos pues a mi originalidad y espontaneidad expresada en un minuto a través del trabajo de días de otros:

¡Ala pues, pasen vuesas mercedes un bonito fin de semana que a mi ya me han visto el pelo hasta el martes!
:gambi: :gustico: :gambi:

Fuente: Tokyo Genso Deviantart
Tiempo: el ratico de darle al «Save as» de sus imágenes y subirlas a mi Picasa, pero expresar mi originalidad compensa con creces!

La cita a ciegas

Hará ya más de un año de la primera y única cita a ciegas a la que he ido en mi vida.

Ella era la amiga de un compañero de la oficina que nos lió por separado para intentar liarnos juntos y después de escasos dos o tres mensajes aparecimos en un izakaya en Shibuya un viernes por la tarde, a esa hora en que uno se empieza a acostumbrar a no tener un ordenador delante y te empiezas a hacer a la idea de que al día siguiente ya no hay que madrugar.

Ella era de Fukuoka y había venido a Tokyo a trabajar de diseñadora aunque por el camino le había tocado hacer todo tipo de trabajos temporales hasta dar con su lugar. No era demasiado guapa, pero de verlas venir tengo yo el camino más que andado, y no iba a perder la oportunidad de conocer a alguien sólo porque lo de fuera no me acabase de convencer.

Fumaba mucho y bebía todavía más. Al de una hora ya tenía montada allí la fábrica papelera y ya me llevaba muchas cervezas de ventaja… no tenía yo claro si iba a llegar a la prórroga sin poner las largas para ver mejor. Y como siempre tenía algo en la boca, fuesen cigarros, karaages o jarras, pues no hablaba mucho, claro. Así que me tocó a mi tirar de repertorio y contar las historias que en ese momento decoraban mi vida: que si Karate por aquí, que si oficina por allá, que si Yosakoi…

Yosakoi… menuda lié contándole que estaba apuntado a un grupo de Yosakoi….

– ¿Haces Yosakoi? ¿y por qué?
– Pues no sé, hacía un amigo y me parece algo como muy japonés que me llama la atención y quería intentarlo
– Muy japonés dice… bueno bueno, vale
– ¿Qué? ¿que pasa con el Yosakoi?
– No no, no digo nada, no quiero hablar más de ello

Y su tono cortante me acabó de convencer, todavía más si cabe, que en la vida iba a volver yo a quedar con semejante tipa. Ella siguió bebiendo mucho y fumando más, añadiendo a tan entrañable rutina la bonita actividad de viajar al baño cada poco tiempo mientras yo ya me limitaba a cumplir expediente. No veía la hora de irme, ya ni hacía esfuerzos por mantener ninguna conversación, más bien pretendía que se notase que me quería ir para ver si acababa ya de pedir jarras. Es más, hubo un rato largo en que decidió ignorarme por completo y se puso a mandar mensajes a medio Japón con el móvil mientras yo comía tratando de que el tiempo pasase un poco más rápido.

Hubo un momento en que, por alguna razón, la camarera no acababa de traer el último pedido y mi encantadora cita se puso a llamarla a gritos. Cuando llegó, le montó un jaleo tremendo a la pobre chica, que yo soy ella y dimito, claro está, después de meterle un bofetón a semejante amago de persona y tirarle el sushi a la cara. En vez de eso, nos trajo los platos pidiéndonos perdón con reverencias mientras ella no se dignó ni a mirarle a la cara y yo hacía lo posible por quitarle importancia al asunto.

Cuando volvió de su séptima u octava incursión al servicio, en un alarde de iniciativa sin precedentes en toda la noche, empezó una conversación:

– ¿Quieres que te diga lo que pienso de lo del Yosakoi?
– Si si, claro
– Yosakoi es la actividad a la que se apuntan los frikis de la universidad, los que no saben hacer nada, los que no tienen amigos, los raritos.
– Anda, bueno, a mi me llama la atención porque soy extranjero y me parece algo bonito.
– Además, ¿hombres bailando?, que hagas Karate me parece bien, pero que hagas Yosakoi no es normal. Seguro que tus compañeros son unos otakus de cuidao.
– Pues no, la verdad es que son gente bien maja, y también van señoras mayores y niños, me parece un grupo súper majo y además siempre me están ayudando cuando me lío con los pasos o cuando no entiendo algo.
– Yosakoi es de otakus, de raros y tu puedes decir lo que quieras, pero deberías dejar de ir ya. ¿Yosakoi? ¡lo que tengo que oir!
– Pues a mi no me lo parece y por lo menos voy a seguir yendo este año porque me gusta y porque quiero acabar lo que he empezado. Igual en Fukuoka tiene esa fama, pero aquí no creo que sea así.
– Igual, en Tokyo es igual que en Fukuoka seguro. Deberías dejarlo y hacer kendo, pero no Yosakoi, me da hasta vergüenza pensarlo.

Después acabamos de comer lo que habíamos pedido, pagamos a medias y salimos por la puerta unas dos horas y media después de haber entrado. Mientras bajábamos solos en el ascensor le dio por abrazarme y ya en la calle va y me dice que le he caído muy bien, que si nos vamos a un bar a tomar algo, que si tengo planes para después, que a ver por que zona vivo.

Y yo le digo que si, que tengo planes, que al día siguiente tengo ensayo de Yosakoi con mis compañeros los raritos y que no puedo faltar. Y sin alargar más mi agonía, cojo la cuesta camino de la estación y me marcho a paso ligero mientras le escribo un último mensaje al móvil antes de borrar su número:

– Ha sido la peor cena de mi vida, eres una borde.

– Y tu eres un puto extranjero otaku, vete a tu puto país a hacer perder el tiempo a las chicas de allí. Y deberías haber pagado tu la cena, y… -me contesta entre dos o tres frases poéticas más del estilo, poniendo gaijin tres o cuatro veces por cada una.

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Yabusame en Asakusa

Esto que suena a comer hasta jartarse, porque no me digáis que no suena a una mezcla entre yakitori y shabushabu o algo así, resulta que es el arte marcial ese de tiro con arco a caballo. Yo de esto sé lo que había leido en el blog de Héctor y ya, vamos que no tenía ni idea y tampoco me cuadraba mucho por donde se iban a meter los caballos entre todo el fregao de tiendas de Asakusa.

Pero, ojo, cuidao, que Guille se las sabe todas y bien claro me lo dijo por teléfono: «tira para el mojón dorao, que enfrente se ponen». Mira tú que coincide que ese sí que me destaca al ojo y sé por donde cae:

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Edificio con poderío reluciente a parte, lo que se encuentra uno nada más llegar es a gente vestida toda elegante con trajes chulos de época, más reguapos que un solete primaveral:

Y luego había un señor que hacía movidas con un abanico blanco como dando a entender que ya podía salir un caballo, y entonces salía a todo meter un tío con un arco ahí subido en un corcel que tenía que disparar tres flechas según iba en marcha cada cien metros. Imposible sacarle foto al águila roja en acción… imposible…

También había unas chicas vestidas súper guapas y me fuí a sacarles fotos pero se me asomó Matías a la balconera a ver si llovía:

Cuando acabaron, volvieron en plan desfilando con menos brío y entonces si que fue menester tener a bien retratarles con calma:

También había un extranjero que no se si será el tal Tim Ferris del que habla Héctor, yo por si acaso le metí en la tarjeta de memoria de un botonazazo mientras pasaba vestido todo ufano:

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No hubo ocasión de demostrar maestría en el arte videograbatorio entre la gente que había y lo rápido que iban, pero me las he apañao para hacer un montaje que deja entrever el ambiente del lugar decorado con la bonita melodia que no fuí capaz de quitarme de la cabeza en todo el rato:

Ah! y Matías acabó entrando pa la cocina otra vez y pude retratar la lozanía de la moza antes de partir al cónclave gambiteriano de la medianoche:

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De cerezada por Yoyogi

Todavía hace rasca, pero hay que reconocer que el sábado hizo un día muy bueno, aunque al final se pusiese a llover. Yo me quedo chato cuando todavía hay gente que dice que si los japoneses son como robots, que si son fríos… madre del amor hermoso, la que me lían en los hanamis no tiene nombre, menuda juerga más guapa todo el mundo ahí pimplando y zampando a la vez.

Ojo, que lo de «todo el mundo» no es una forma de hablar, es literal: TODO el mundo, que ni los móviles fonaban de tanta gente junta que había allí!!

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Concretamente éste fué, que lo afotó Alain también

Flamenco en Shinjuku

El domingo nos fuimos a un festival de flamenco en Shinjuku, lo cierto es que no dábamos un duro por él porque para ser sinceros, a mi esto del flamenco me pilla muy a desmano, pero mira, me sorprendió muy gratamente. Se trataba de distintas actuaciones en colaboración con academias de baile de Tokyo, y habían venido bailaores y cantaores desde las Hispanias.

De haber ido comidos, seguro que habríamos durado hasta la segunda parte donde salían los bailaores españoles, pero decidimos escamparnos antes de que el rugido estomaguero maladase el espectáculo.

Aquí va un resumen de las actuaciones que grabé, ya digo que me moló bastante. El cantaor y el guitarreaor son españoles, el resto japonesas floridas, que yo sepa:

Eso sí, a la que nos dimos cuenta teníamos media bañera ramen en la buchaca!

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PD: :ojetepalinvierno:

La mejor foto de Noviembre

Todo empezó en bromas al presentar el blog a los premios de Bitácoras. Prometí que si ganaba, haría un vídeo cantando una canción en medio de Shibuya, y el caso es que me empezaron a votar y estuve en primera posición por bastante tiempo. La cosa se iba concretando cada semana: la canción sería «Desde Santurce a Bilbao» y la iba a cantar comiendo wasabi vestido del gatostiable.

Lo cierto es que nunca pensé que lo fuese a hacer, pero quedé finalista y me empecé a hacer a la idea hasta que al final resulta que teníamos a un montón de gente apuntada a ayudarme grabando y sacando fotos con sus cámaras. Hasta Akira, con quien había perdido el contacto hacía unos meses, se animó a venir y tan bien nos lo pasamos que después del primer izakaya nos fuimos a otro.

Más que por la actuación en sí, que no dejó de ser una tontería enorme, el momento fue especial por el buen ambiente, por las caras de la gente, por los amigos, por todo lo que nos reímos antes, durante y después de grabar el vídeo.

Si me tuviese que volver a disfrazar de lo que sea por pasar ratos como aquéllos, lo haría sin dudarlo, y ni falta que hace que haya premios de por medio.

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El abuelico del sushi volador

Queridos amigos, hoy toca ponerse delante del ordenador y dedicarle al blog el mínimo tiempo posible para que acabe saliendo un post que nos resuelva la papeleta del jueves y seguir diciendo cuando cumplamos años eso de que el ikublog se actualiza casi a diario. Hoy toca fusilar directamente lo que hayan puesto otros comentando un poco la jugada pero a poder ser sin mucho más que añadir, no vaya a ser que nos salga algo original y se malade el concepto.

Bienvenidos, pues, al

¡¡¡ Post Regulero !!!!
:regulero: :regulero: :regulero: :regulero:

Esta sección se está convirtiendo en semanal, pero es que pintan bastos últimamente con lo del cierre de la oficina y el tiempo escasea como él sólo. Ahora que tampoco me miréis así que mejor es escribir posts reguleros que tener un blog de un amargao de esos que se quejan por todo, no te fá aquí los señoritos!

Hoy en lo que me estoy bebiendo el café, me he encontrao con…

¡¡¡ El abuelico del sushi volador !!!!
:ahivalaotia:

Es un señor de ochenta nardos que tiene un restaurante de sushi cerca de la estación de Shimbashi que está en la Yamanote y no doy más datos que entonces el post gana en calidad. Resulta que el tío tiene una forma muy cañera de prepararlo tirando el tinglao por el aire antes de cortarlo… no perdamos detalle a la presentadora que me encanta como se destamaga viéndolo y luego a la embolada en la que le meten los de la tele al buen señor:

El caso es que igual un día de éstos me paso por el lugar en cuestión, que no me pilla muy lejos, pruebo el sushi y aporto algo al mundo de internet con crónica y alguna foto, pero por ahora así nos quedamos que se me enfría el café.

– Copiao casi tal cual de: Japan Probe
– Tiempo empleado: unos 5 minutos y porque me he comprao el magic mouse ese y no le tengo pillao el truco
– Reguleranking: como hay vídeo y un par de párrafos, yo creo que sólo le damos 3 reguletronchos

:regulero: :regulero: :regulero:

:ojetepalinvierno:

¡Por cierto, por si os da por preguntar alguna cosa, aquí andamios!

Los dulces del trueno de Asakusa

¡Qué de deporte estoy haciendo últimamente! ¡qué de deporte!, entre Karate y Capoeira me estoy metiendo más tralla que como siga así me van a tener que levantar de la cama por las mañanas con una carretilla. Lo peor es que me hago un lío tremendo, en Karate no me pasa, pero en Capoeira no hay manera y me tiro haciendo cosas de Karate la mitad de las clases, así me va, que ellos se están moviendo todo el rato y yo me quedo más tieso ahí que ni sé.

Pero vamos, que nosotros tres, mis agujetas, mis legañas y yo, os veníamos a contar ésta mañana la parte que falta de la excursión aquella con los del Tokyo Gas. Lo primero que hicimos fue ir a su edificio donde nos soltaron charla, luego nos llevaron a comer al Hotel Hyatt en Shinjuku, y después fuimos a Asakusa a hacer los dulces, que es lo que os voy a contar hoy, y ya para acabar pasamos por la Tokyo Sky Tree que también os lo he contado.

En Asakusa entramos en una tienda, bastante cerca del Sensoji, y en la parte de arriba tenían una planta enorme llena de fogoncillos eléctricos. Resulta que hacen talleres donde te enseñan a cocinar los dulces que venden, así que lo que hicimos nosotros fue cocinarnos nuestros propios dulces, meterlos en una caja, cerrarla y llevárnoslo. ¿Os he dicho que por toda la excursión sólo pagué 2000 Yenes? pues eso, panconqueso.

Los dulces están hechos de arroz inflado, cacahuetes, mantequilla y caramelo aunque le puedes echar lo que te de la gana, claro. Allí nos lo estuvo contando una chica que hizo una tacada despacito para que nos coscásemos bien, y luego hizo una a «velocidad normal», como lo llamó ella, que se cascó una caja de dulces en dos minutos escasos…

¡¡¡qué máquina aquí Doña Dulcinea!!!
:cocinicas:

Y después de la demostración de la Dulcinea para que quede bien claro quién manda en el lugar, nos puso a cada uno en un fogón y nos iba diciendo cómo teníamos que hacer, más o menos. La verdad es que a mi no me quedaron mal, pero había cada desastre que pa qué y la chica se partía de risa ahí viéndonos, mu maja, si señor. Aunque yo no podría currar en algo así, estaría todo el día metiéndome las cucharadas de caramelo dobladas y me pondría como un manatí !

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También os conté que nos dieron un kit para hacer los dulces en casa y por fin ayer me puse a ello y grabé un vídeo. El dolcekit contiene una cazuelilla y todos los ingredientes necesarios, que la verdad es que se pueden comprar en cualquier tienda siempre y cuando no sea un videoclub: caramelo, azúcar, cacahuetes y arroz inflado:

Y monté el estudio de grabación en casa… atención a la intendencia, conviene no quitar ojo primero a la camafutón sin hacer, segundo a la bola de hacer abdominales y por último al trípode haciendo equilibrios encima de la silla de ruedas con la cámara enchufando para abajo en un alarde de estabilidad sin precedentes en el mundo de lo estable:

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La habitación se ha tirao con aroma a algodón de azúcar toda la noche, que parece que he dormido en el parque de atracciones, aquí faltaba el gitan dándole al balancé… en fin!, dentro vídeo!

Cocinando Kaminari okoshi from ikusuki on Vimeo.

¡Y éste sábado nos llevan a Narita! ¡Gracias señores de Tokyo Gas! ¡Y vuestro logotipo mola mil!

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La nevada

Me despierto con un ataque de tos traicionero que me recuerda que no hace tanto que estuve encerrado entre éstas cuatro paredes una semana entera, lo que me empuja a levantarme y vivir el día lo más vivo que pueda.

Pero tengo sueño, mucho sueño… y últimamente cuesta sacarle un poco de brillo a los días que vienen con una capa de incertidumbre y nervios, de poder y no querer. Todo está girando en torno al cierre de la oficina, que parece inevitable, y a cada uno de nosotros nos afecta de manera distinta. El presidente parece aliviado de deshacerse, por fin, de algo que no parecía motivarle desde hace tiempo, los otros dos empleados que quedan pasan el tiempo entre risas que camuflan preocupación y diluyen incertidumbre. Y mi única amiga dentro de la oficina y yo compartimos tés con posos de congoja cómplice que hace tiempo que hemos dejado de disimular.

Pienso en qué pasará hoy mientras me tomo un café amargo porque se me olvidó comprar azúcar. Me olvido del mundo debajo de un chorro de agua caliente que me templa el ánima y me anima el ánimo, y de repente me acuerdo que cuando ayer dije adios a la noche apagando la luz, estaba nevando. Salgo de la ducha corriendo a mirar por la ventana. Voy dejando un rastro de agua por el tatami, y la estufa protesta cuando la salpico al pasar por encima.

Abro la ventana y todo está blanco ahí fuera. Sonrío al cielo con una mueca de ironía… quizás el invierno quiere reconciliarse conmigo regalándome un día distinto… olvidaré que le odio por hoy. De repente me doy cuenta que estoy desnudo mirando por la ventana y cierro la cortina de golpe.

Hoy todo giraba en torno a la clase de Capoeira, pero las reglas han cambiado, saco la ropa de la bolsa pequeña y meto todo en una bolsa más grande que deja espacio para las cámaras. Y con un termo de té verde bien caliente salgo andando hacía Honmonji olvidándome de que tengo mucho frío.

Las tablas de las tumbas del cementerio que rodea a todo el templo suenan al chocar unas con otras por el viento, es un sonido tétrico por el contexto, que se funde con el de mis pisadas encima de la nieve que cubre el camino. De vez en cuando algún cuervo irrumpe en la melodía de la mañana con sus protestas bajo un sol cobarde que se rindió de calentar en Noviembre.

Hay unos veinte estudiantes en manga corta que corren guiados por su profesor de gimnasia. Les está cronometrando el tiempo que tardan en dar diez vueltas a la pagoda, y ellos se aplican el cuento del frío y corren con ganas mientras sus compañeros les animan, y ríen, y gritan sin importarles que miles de almas están descansando a su alrededor. Pienso en que si yo descansase aquí, no me importaría que de vez en cuando viniesen jóvenes a recordarme, con sus risas, que yo una vez lo fuí.

El cielo está despejado a veces, pero no tanto como para que se pueda ver el Fuji. Aún así voy al lugar desde el que mejor se vé pasando por al lado de tres estudiantes que me miran sonriendo. Una dice a gritos «es un extranjero» y las otras se ríen, «que mono» dice otra, sin importar que yo les entienda o deje de entender.

El Fuji no se vé más que en mi mente…

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Avanzo en dirección al templo donde obreros, quizás monjes debajo de los monos, recogen la nieve con prisa, como si no supieran que va a desaparecer por sí misma. Otros acaban de montar el escenario que presidirá la ceremonia del Setsubun, que casi olvido que será mañana, y yo parezco no estar.

Mejor así.

El cuervo, quizás el mismo de antes, vuelve a protestar subido en algún poste. La nieve se derrite. Los estudiantes corren. Un anciano limpia una tumba. Pasa un gato.

El sol sigue sin calentar.

Y yo me voy a la oficina.

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Tokyo Sky Tree

Érase que se era que en el país del onigiri, las teles decidieron que se acabó eso de emitir por el aire en ondas de cualquier manera a partir de Julio del 2011, que en unos y ceros se van a ver mejor los programas de comida donde salen famosos yendo a restaurantes y diciendo que todo lo que prueban está más oishii que otro poco.

Y para tal menester se juntaron los mandamases en un izakaya con nomihodai y quedaron en que había que construir una torre más alta que el Corte Inglés de Bilbao (que la planta de las rebajas da un vértigo que pa qué) y emitir desde ahí toda la pesca a Tokyo y parte de Rekalde. Ojo, que no iban de farol, que se pusieron manos a la obra y ya llevan construidos 281 metros de lo que se llama «Tokyo Sky Tree», pero atiende que

¡ Todavía faltan casi 400 metros más !
:ikufantasma: :ahivalaotia: :peneke: :ikufantasma:

La Tokyo Tower mide 332 metros y no era suficiente para el tinglao éste de emitir en terrestre, así que la Sky Tree va a ser como poner la torre de Tokyo encima de la Torre Gabacha: 634 m, pasando a ser, si los de Dubai no se pican y no respiran, la torre más alta del mundo. Por cierto, que construir una torre ahí súper alta para emitir en terrestre no deja de tener sus tamagos morenos

Bueno, el mostrenco este me lo están haciendo al ladito de Asakusa, y el caso es que el sábado me llevaron ahí en bus a parte de a hacer otras cosicas que ya os iré contando. Y aunque sólo llevan un cacho hecho, la cosa ya impresiona, ya:

Iba a ponerme a traducir la página web en plan como que yo me he informado y me sé todos los datos y tal, pero mira, mejor la enlazo y así no me tiro el moquetis, que la tenéis en inglés y pa pejiguero el jilguero. Lo que sí que cuadra aquí es poner que tienen planeado finiquitar el tente pa la primavera del año que viene, con la cerezada… yo iré de vez en cuando para tener fotos de cuando la estaban construyendo y luego volver cuando sea viejuno y vendérselas.

El caso es que en las maquetas esas que tienen hechas, anda que casi que no se va a ver!

Después para quitarme el dolor de cuello, y como mi línea de tren es la Asakusa sen, pues ya tiré andando hasta el Sensoji dándome un paseo más cuco que ni sé, que llegué a casa con un gustico en el cuerpo más majoooo que daba gloria verme y todo de lo lozano que iba!!

Lo que sí que nos contó la guía del autobús es que habían decidido no hacerla de color rojo como la Tokyo Tower, porque al ser tan alta iba a dar demasiado el cante… yo lo que digo es que a ver en qué color no va a dar el cante semejante mostrenco!!! Pero bueno, todo sea por tener todas las rayas en el móvil, que no se diga que en Asakusa no va a haber cobertura!!

Huy, me hace ilusión acabar con un párrafo cancamusil fantasma de estos que están de moda por ahí, ¿me dejáis? ¿me dejáis?, venga baaaa, sólo unooooooo :ikufantasma:

Una vez más, Tokyo se redefine a sí misma como el paradigma de la fusión entre lo tradicional y lo moderno con una nueva infraestructura de comunicaciones que no sólo va a ser el punto más cercano al cielo de la megápolis, sino que cada uno de sus pilares es un desafío a las placas tectónicas que viven amenazantes en el subsuelo del país nipón.

jajaja, yo no valgo pa esto del cancamuseo, me entra la risa!!! jajaja
ale majos! que vaya bien el lunes, yo marcho
:bythesegao: !