La fanta mú

No ha mucho que los señores de la Fanta tuvieron a bien crear un nuevo producto llamado «Fanta Moo Moo». Sus motivos vacunos crearon la leyenda: era una fanta de leche….

¡Mentira podrida!

Es una fanta que le han echado calcio y ya, no tiene leche, ni lecha, ni lecho. Y casi mejor, que hace como 5 años que no me bebo yo un vaso de leche y no iba a cambiar eso en los Japones nes.

El vídeo es tan entrañablemente espontáneo que editarlo le habría quitado ternura, así que lo pongo directamente:

Veredicto: es una fanta que huele y sabe a Maskis los sugus esos aplastaos y largos de cuando un servidor era niño tres décadas antes, dulzona como ella sola… nostá mal!

En la morada de los Zordors secundado por los Lorcos.

:peneke:

La mejor foto de Diciembre

Mis segundas navidades lejos de casa, la segunda vez en mi vida sin juntarme con los míos en fechas quizás sobrevaloradas pero que son una buena excusa para volver a ver a las personas que uno quiere y que, en nuestro caso, poco tienen que ver con Jesucristos y Vírgenes Marías.

Otro año en el que yo no iba a hacer lo que todo el mundo, aunque nunca me imaginé que iba a pasar la Nochebuena en la casa antigua de los padres de una amiga en los montes de un pueblo perdido no demasiado lejos de Tokyo.

Cocinamos en el fuego del medio del salón, morimos de frío dos veces cada hora resucitando una a base de té, nos contamos historias de amigotes, de locuras, de amores, de reír y de llorar, nos emborrachamos muchas veces seguidas y tuvimos nuestra resaca del día de Navidad que tratamos de curar yendo a un onsen en medio de un bosque de bambúes.

Cuando el calendario le daba una semana de vida al 2009 yo pasé tres días en las montañas con una chica que era el doble de guapa que la más guapa del mundo. Cambié pavo por nabe, turrón por mochi… uvas por besos, y ya entre cada uno de ellos supe que aquellas Navidades eran las más especiales de toda mi vida.

Con el permiso de los míos.

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A mis queridos

– A T.M. que en lo que yo estoy haciendo ya la digestión de la comida, ella me da los buenos días desde las Hispanias a su puntual, tradicional y exquisita manera. Avatar que me pese.

– A Sokaku que siempre consigue que me descojone y al que tengo unas ganas de conocer que no me las aguanto. En Madrid, en Tokyo o en Bilbao… pero vestidos de blanco en un tatami y a hostia limpia… y sólo si me deja invitarle a los dos o siete piscolabis de después.

– Al Lorco porque es un amigo de los que se conocen cinco en esta vida perra, siempre dispuesto a todo, cervezas mediante. Y a su santa que sé que se pasa de vez en cuando a pasar lista de amoríos de los que salen entrelíneas en los posts.

– Al Pachinko, un tío que osa definir al iPhone como la extensión natural de mis dedos, que se atreve a decir que soy un despistao, y que encima me cae bien porque además de tener un pachinkillo que cuidar y mil viajes que contar, siempre aparta unos granos del reloj de arena para brindar a nuestra salud y a la de todos nuestros compañeros.

– Al Flapy porque no me habría comprado una cámara de fotos de no haber visto las suyas, y porque aunque nos vemos de Pascuas a San Pedro, ya quisiera San Pedro irse de Pascuas con él como yo.

– A Midori que nunca puede ver los vídeos, que le toca de vez en cuando exponer en el japonés de los japoneses, que no le da la vida entre oficinas y despachos, pero que nunca jamás de los jamases la verás enfadada. Ya quisieran los elefantes tener la mitad de grande el corazón. Aquí le entrego mi cheque al portador por valor de dos izakayas, tres karaokes y mil besos a cobrar cuando ella quiera. Y tiene fondos.

– A Javier I. Sampedro porque aunque está ahí, al otro lado de la ría de Bilbao en su Hong Kong coreando el «Vierneeeee» con el Lorco, se acuerda siempre de pasarse a saludar. Si esto estuviese cerrado, él tendría llave.

– A Zordor el arramplador, que le hemos perdido antes de ganarle en una espiral gambitera sin precedentes en la historia de los estudiantes del KAI. De las personas que no conocía a las que más rápido he confesado mis secretos entre futsukayois y ramens. Secretos suyos me sé unos cuantos, pero solo diré que es la única persona del mundo que sólo se come un onigiri si viene sin alga.

– A Quicoto, a cuyo nick todavía estamos buscando significado, que se sabe el WordPress de la W a la segunda S, que entre otear el eBay sección Photography y buscarle los tres pies al Lightroom todavía saca tiempos de exposición al ikublog.

– A Nuria, que me enseñó lo que es tener mecha aguantando porsaquiles, que encaró, con Hideo, el reto de buscarme moza lozana limpia, con estudios y buena familia con la condición de que pasemos los cinco tardes de paella, ribeiro y txakolí en algún txokozakaya riéndonos de los feos.

– A Winnie, mi Helen, que me llamó estirado nada más conocerme. La vida quiso que coincidiésemos de más y se las ha arreglado para seguir pululando cerca, estando siempre al ladito de mi ladito, como lo estaba en Bilbao y en Zamudio. Le debo mil abrazos y un beso mejillero de los de moratón.

– Al Captain, el eterno montador del vídeo de Zipango, tan eterno como el pago por paypal que le debo. Un tío que ha sabido crear todo un mundo que mola alrededor de su arcadia, que me regaló una camiseta talla vela de barco e hizo suya la cruzada gatostiabilítica. Los posts reguleros lo serían menos sin sus contraataques.

– A CristoMc, que tiene nombre del DJ del Vaticano, que consiguió, por fin, ser el primero en comentar a fuerza de darle a las teclas cada vez que salía un post, pero no por ello dejó de hacerlo.

– A Sol que ha hecho suya la rutina de vigilar que la Nere, el Lorco y un servidor seguimos vivos y coleando, unos más que otros, por el país ese donde su nick asoma el primero.

– A Totoro de la que tengo apuntado en una libreta que es más de macramé, que es más «romántica rústica», que es más de morcilla con tomate… vamos, que la conozco un poco «más» con cada comentario y eso mola. También tengo su nombre pegado con postit en una funda de plátano, porque se la ha ganado.

– A Dat, mi rosa de Bilbao, mi prima lejana del otro lado del email, mi ropa de abrigo contra el frío trabajo, una de las tres personas que siento que me entienden casi mejor que yo mismo cuando se trata de sacar a tender la médula. Dolor de muelas, pan de centeno.

– A Mexiñol, al que siempre busco dejes que nunca deja de la primera parte de su nombre en los comentarios. Dice que nació y creció en España, pero yo espero algún día compartir unas chelas en donde está naturalizado.

– A Itarianjin, paisano pasajero que sacó billete hace muy poco, pero que se resiste a volver a pisar el andén y se ha hecho fuerte en el vagón de atrás, pero en un asiento de ventanilla, eso si, para estar atento a las paradas, que si es San Mamés o Avigliana, en esas si que se baja.

– A Toxo que se vino conmigo a la ceremonia del té sin yo saberlo y que, sin ella saberlo, me ha endulzado muchas mañanas al dejarme la palabra «lindo» dentro del café.

– A Cosarara que siempre me sorprende fijándose en las cosas raras de los posts, que se pone a dibujar y no hay quien la pare, que a juzgar por cuando me escribe, vive a horas raras.

– A Memoriadepez que no se si se acordará de volver a Capoeira, pero rara vez pasan dos días sin noticias suyas… ¿será que tiene escrito «Tío Tosca» en un postit en la nevera?

A los caballeros que se dejan caer y tienen el detalle de saludar, a todos los que algún día se pasearon por la ikuplaya y se acordaron de pisar un poco más fuerte y así dejar su huella al barquero del malecón que se pasa todas las mañanas, café en mano, a recorrerlas una a una, a todos mis queridos comentaristas…

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El ochazuke

El otro día me pasé por un todo a cien y arramplé una gaita que os vais a quedar amoqueros, pero como requiere de cierto montaje preparatorio, ya os echo ese post otro día…

Hoy he pensao que después del pedazo de invento del furikake, es menester tener a bien mostrar a sus eminencias la variante sopil:

¡El ochazuke!
お茶づけ
:ikufantasma:

Pongamos que en una de éstas llegamos a casa con más frío en las canillas que una barrita Findus y lo que queremos es entrar rápido en calor con una sopica. Pues no preocuparse que está todo pensao!!!

1- Cogemos un sobre de los amarillos y leemos las instrucciones (vosotros, que yo ya me las sé, no te jiba):

2- Echamos un cancarro de arroz según sale del cocearroces y vacíamos el contenido del sobre todo por encima a lo loco tarareando una bonita tonadilla porque la ocasión bien lo merece:

3- Aquí hay dos variantes, o le echamos té verde o la que yo he elegido que es irse al calientaguas y pulsar el botón expeledor hasta que el agüica cubra la mezcla ochazukearrocera:

4- Nos chupamos los dedos con la sopica de arroz que está más buena que buena y la hemos preparao en un titá!!

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:peneke:

Reflexión parlapuñaica sobre tu blog Ikusuki

El mundo de los blogs es un jaleo del copón. Parece que a todos les pasa lo mismo: uno empieza escribiendo para los amigos y al final acabamos con el ego por las nubes tratando de ser el gurú que todo lo sabe. Yo todavía me sorprendo cuando veo posts reguleros copiados literalmente de la wikipedia, o barbaridades rotundas que no son más que fantasmadas o mentiras cancamuseras con el fin de alimentar la leyenda que se han creado, y creído, sobre ellos mismos. Y eso cuando no centramos el blog en simplemente atacar y desprestigiar a otros blogs, que parece que esto es una competición por ver quien se lleva el mayor número de comentarios, por cierto que parece que es lo que estoy haciendo yo ahora mismo con este post y nada más lejos de Albacete.

Yo creo que esto va por fases. O yo he ido por fases. Al principio sólo ves que gente que conoces de tu vida real son los que te leen y te escriben algo, después de vez en cuando aparece alguno que no conoces y es extraño, aunque hace ilusión. De repente la balanza se desestabiliza y ya son una inmensa mayoría los que no sabes de donde han venido que se convierten en habituales, mientras que, tristemente, los del principio parecen olvidarse de uno. Ahora pienso que seguro que saber que te lee más gente también hace que escribas de otra manera, supongo que uno se piensa que tiene una misión, que hay que cumplir con toda esa gente y ya el tono no es tan cercano quizás por vergüenza, o qué sé yo.

Yo he ido por fases seguro, ahora lo veo:

– Tuve mi fase del menéame donde ponía el elefantito ahí y escribí posts pensando en lo guay que sería que miles de personas supiesen que yo existía y de paso a ver si se vendía alguna camiseta más. Se me pasó pronto, en cuanto me menearon un par de posts donde gente que no conocía de nada me ponía a parir sin, claro, conocerme a mi de nada.

– Tuve mi fase del bitácoras, donde ponía el iconico de votar y trataba de darle publicidad al asunto para ver si ahí, que parece que hay mucho más respeto, triunfaba el ikublog. Esta fase me duró bastante y tocó techo con lo de los premios, que quedé finalista con la chorrada del vídeo del gatostiable con el que me reí más que nadie, mal que le pese a algunos siesos tocahuevos que por alguna razón se tomaron la tontería esta como algo más. Esta fase se me acabó pasando también y no creo que haga nada por el premio de este año, total, hubiese ganado o no me iba a quedar igual.

– Pasé por la fase del ikuagobio, donde todo lo que tenía que ver con el blog me daba una pereza increíble porque me parecía un suplicio innecesario y muy frustrante tener que escribir todos los días, digamos que no me compensaba, no le veía sentido. Esta fase estuvo muy motivada por un par de tipos que vinieron a dar por el saco y a hacer daño… me da rabia confesar que lo consiguieron, ahora que una y no más, Santo Tomás. Gracias al Daibutsu, se me pasó muy pronto también y además me dejó con vacuna contra los cortos de miras pero largos de lengua.

– Ahora tengo la fase del allá cuidaos, y creo que me va a durar mucho porque me va mejor. Mayormente escribo lo que quiero sin mirar el número de comentarios o de visitas, sólo me guío por mi mismo, cuento lo que quiero contar en ese momento que suele definir bastante bien cómo me siento yo. De esta manera, si releo los posts de enero, por ejemplo, reviviré lo mal que lo pasé con el invierno que me tenía a punto de llorar de pena la mitad de las noches, y no me importa demasiado que me entendiesen o no las mil personas que vienen a leerme porque esto, a fin de cuentas, es más mi diario que otra cosa. Un post como el de ayer es impensable que triunfe en el menéame o genere muchos comentarios, pero no por ello voy a dejar de escribirlo porque para mi vale un millón de veces más que cualquiera de los reguleros.

Ojo, no vayamos a pensar que me dais igual porque no es así. Releo los comentarios una y otra vez, los contesto siempre que puedo y con algunos de vosotros tengo muy buena amistad, aunque no os haya visto en mi vida. Digamos que me da igual cuantitativamente lo que se genera después de escribir un post, o en otras palabras: que suban o bajen los numericos. Porque si me comparo cualitativamente con lo que uno se encuentra en otros blogs, soy un privilegiado que les gano por goleada.

O dicho a lo abuela, que es a lo que yo iba: sois unos soles como catedrales de gordos.

Y si no, vosotros me diréis cómo se puede sentir uno después de leer el email que me mandaron el otro día:

Si uno de mis amigos se fuera al polo norte a vivir, me contaría las cosas que
cuentas tu. Porque lo que transmite tu blog es humanidad, tio tienes un blog humano. Ese amigo si me contaria que esta triste por una amiga, una historia de un mendigo, una sonrisa en la ceremonia del te, una señora colgando paraguas, casitas de madera, doncellas de altos vuelos, madrugones karatekas congelados, masajeadores de espalda, orquesta china en la comida, bicipolis con palo, susurros indecentes, trenes rapidos con pegatina de novato, sobrinas pizpiretas, cucarachas y lagartijas con menos cola que la tienda de donuts, gruñones con las costillas incadas en su orgullo, 7 fotos para una casa, futones perezosos y almohadas que abrazar, peluches con paquete en lucha contra ninjas usb en la batalla de los 47 ronin…

En el banco donde el viejo hacia papiroflexia verde,te emocionaste bebiendo una pepsi sabor cinturon negro, te quiso una borracha, Zalla te perdono y el mundo conocio tus camisetas.

Gracias por dejar esas hojas en tu escritorio.

Dónde esta Tío Tosca?
viviendo

Ahí es nada…

:gustico:

Enoshima

Enoshima es el calor de tu mano, la frescura de tu voz.

Tu nariz achatada, tus ojos de ficción, tu pelo infinito. Las cosas que me confesaste, lo que quedamos en no decirnos.

Tu gesto de vergüenza, tu vergüenza fingida, tu desvergüenza. El susurro de tu caminar, el viento de tu sonrisa, el sabor de tu aliento.

Tus recuerdos distraidos, tu cara de pensar, tus labios de callar.

El lunar de tu mejilla, los vaqueros en tu cintura, tu bolso azul marino. Lo suave de tu tacto, tus abrazos escondidos, tu pecho en mi pecho, tus piernas en mis piernas.

Tu collar rojo y gris, la tortura de tu escote, la cobardía de mis manos, la valentía de tu boca.

Los besos que me diste.

Los que me dejaste a deber.

IkuFlapy in the world

El tito Fla que si se queda quieto dos semanas seguidas en el mismo país lo mismo le entra un reconcome, nos manda postales como el de los Fraguel dándonos más envidia que otro poco. Eso sí, luciendo lozanía gambitera allá por donde pasa, porque otra cosa no será el tío, pero jedi gambitero… ¡por el mundo entero!

Yepa Tosca! Aquí te envío algunas fotos que me hice con la IkuEki en la fábrica de Brugal en Puerto Plata (República Dominicana). A ver si nos vemos, que tengo un regalito para ti
;)

¡En la fábrica de Brugal!
¡no te digo más que luego tó lo sabes!
:gambi: :gambiters: :gambi:

(…que ganas tengo de beberme ese regalito…)

¡Dentro fotos!

¡Dentro mapa!


Ver mapa en fokik

Y para celebrar tamaña conquista y de paso que el invierno se ha ido a Parla, Bea y yo hemos decidido que las cinco siguientes camisetas que se pidan de la IkuEki tanto de chico como de chica valen 5 Euracos menos, es decir, que…

¡¡ a 15€ cada una !!
¡ala :bythesegao:!

Quedan
5
4
3
2
1

0 camis!!

:gustico:

¡No le hagáis caso al cartelico de la web que pone 20, que es que me da pereza cambiarlo, hacedme caso a mi!

Las 20 fotos

Una vez un amigo me pidió que seleccionase 20 fotos, las que más me gustasen, para hacer algo que me pareció muy interesante con ellas, y de alguna manera salíamos beneficiados los dos (yo más que él, según mi punto de vista). Esto hizo que me recorriese las más de 20.000 que tengo en el disco duro en busca de las que más me gustaron, y no sabía yo que esto iba a ser tan dificil…

El caso es que ya se las envié y como tiene que ver con el blog, no las pondré aquí de nuevo. Las que van ahora son algunas de las que quedaron finalistas que llevarán tiempo en la web de nombre de mesita de estar de Ikea, o ya han salido en algún post, así que seguro que os sonarán:

La chica de Enoshima (II)

Continuación de La chica de Enoshima


Pensé que sería bonito que me reconociese y se sentase a mi lado para hablar un rato sobre cualquier tema, aunque fuese irrelevante como los gatos de Enoshima o de lo distintos que somos, y que, como pasa en las películas, acabásemos apoyados en el muro abrazados en silencio mirando al mar.

Lo que habría dado en aquél momento por un abrazo…

Pero pasó de largo, claro, creo que ni siquiera me vió y si lo hubiese hecho, desdeluego no iba a querer acercarse a un tío que está en medio de la nada rodeado de latas de cervezas ya más vacías que por vaciar.

Menuda estampa, vaya una manera de hacer amigos… daba igual, total, el día ya vino así de roto desde casa, más bien se trataba de desescombrar lo que alguien abandonó dentro de mi corazón porque de seguir acumulándose, lo iba a quebrar todavía más y aunque maltrecho, era el único que tenía y ya iba siendo hora de que me sentase delante de él y averiguasemos entre los dos para que iba a valer que siguiese latiendo.

De repente, mientras la espalda de la chica se alejaba diciéndome adios, empecé a llorar. Lloré mucho y de muchas maneras, lloré a veces con rabia apoyando la cabeza en los brazos y haciendo más ruido del que querría y también lloré despacio, con calma y en silencio mirando al mar. Me vacié por los ojos de tal manera que sentí que me ardían, que me ardía toda la cara, que me ardía el alma como si no fuesen a quedar más que las brasas de mi.

Eran lágrimas de derrota, porque así me sentía: vencido, sin fuerzas y lo que era mucho peor, sin ganas de tenerlas.

Ya era totalmente de noche, pero yo seguía allí sentado tratando de que la brisa marina me recompusiese el gesto, de que no se notase que acababa de morir de pena unas veinte olas antes. Estaba borracho, no demasiado, pero si lo suficiente como para tener la brillante idea de querer fumarme un cigarro y de alguna manera me encontré caminando hacia el pueblo. Tiré las seis latas, una a una, al contenedor correspondiente y compré dos más, de las grandes esta vez, un paquete de cigarros mentolados, un mechero de plástico de color naranja que todavía conservo y un cenicero portátil que parecía más una pequeña cartera.

Y empecé a caminar hacia la playa de nuevo, aunque no tenía intención de bajar a la arena, sino de quedarme en uno de los bancos de al lado de la carretera. Me hice fuerte en el de más a la derecha, me descalcé y empecé a intentar acordarme de cómo se fumaba cuando vi una espalda que me resultó familiar… parece que yo no era el único que se resistía a dar por terminada aquella noche.

Continua aquí…

Bonyushu en concierto

El jueves pasado Miguel me invitó al concierto que daba con su grupo Bonyushu en la sala CCO en Shimokitazawa, y yo fuí encantado, claro, que además se apuntaron Michiko y su madre y todo.

Siempre es un placer verles en directo y yo siento cierto orgullo viéndole allí delante del micrófono hablando y bromeando en ese japonés que a mi me suena tan bien. A veces pienso que si uno ya es capaz de hacer chistes en japonés, es que ya se domina como se tiene que dominar y a juzgar por las carcajadas de la gente, este señor lo consigue aunque yo no pille ni la mitad.

Escuché buena música, buenas canciones cantadas en castellano y japonés por un amigo en el mejor de los ambientes, saqué fotos, grabé vídeos y bebí cerveza en buena compañía… sería arrogante pedirle más a una velada.

Bonyushu son:

Miguel

Ban

Toko Chii

Y una vez más, contaron con la colaboración a la percusión de

Masakazu Tangiku

La última vez que fuí grabé prácticamente todo el concierto, pero la tarjeta de memoria se rompió y no hubo manera de recuperarlos. Ésta vez me he aplicado el cuento y los he guardado como oro en paño, que esto no puede volver a pasar.

Bonyushu en concierto por ikusuki en el Vimeo ese.

Miguel, ya estoy esperando al siguiente!

El KarAtillo

En Karate sólo hay dos duchas para un montón de gente que vamos a las clases, así que lo que solemos hacer es irnos sin ducharnos y luego darnos un baño tan típico de los japoneses en casa antes de dormir. Yo confieso que este invierno en el dojo me he duchado cuatro veces, porque me congelo de frío y mi casa pilla bastante cerca.

Hay muchos, además, que viven en el mismo barrio, así que bajan de casa con el traje ya puesto y una chaqueta por encima para disimular. Otros lo traen en la primera bolsa que se encuentran y hoy ha habido uno que lo ha traído ahí en plan hatillo:

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Pues se lo ha echao al hombro y para casa que ha tirao, me ha parecido genial!

El furikake

Esto que suena feo no es ni más ni menos que una zurpia para echarle al arroz y darle algo de saborcillo en vez de comérselo pelao. Básicamente son unos polvillos de algo resecado y los hay de distintos sabores, como el que nos ocupa hoy, mis queridos lectores luneros, que era de pescadico:

Yo que al principio cuando me compré la máquina de hacer arroz pensé que la iba a usar tres veces, resulta que ahora si no me como un perolo todos los días, no soy persona… como es tan fácil de preparar y el cacharro te lo mantiene caliente, siempre hay arroz listo para comer en el ikuhogar!

Normalmente me cocino algo un poco más elaborado para llevarme a la oficina (pocos días me quedan ya), pero si andamos con prisa, tiramos de sobrecico de furikake y ale, a correr!

Esto lo venden en todos los lados donde haya comida: combinis, todos a cien, súpermercados… y no viene mal tener un par de sobres metidos en el armario por si viene una tarde de galbana con hambre. Ojo, no es ningún manjar, pero hay que reconocer que le da vidilla al arrocico.

:peneke:

Tirando la silla vieja

No os creáis que sólo el Zordor y el Lorco han arramplao cosas de mi oficina, que el que parte y reparte se lleva la mejor parte y yo me he montao un tinglao digno de ver con calma, menudo puesto de mandos, manos me faltan para controlar todo, ¡¡manos me faltan!!

Así para empezar he teletransportao tal cual mi mesa de la oficina a casa, cajonera y silla de ruedas incluidas, y claro me sobraba lo que ya tenía… pero ojo que aquí no se pueden tirar las cosas tan alegremente, hay que pagar para que se las lleven, y tiene su aquél y su queseyó a tener en cuenta.

Para empezar, tienes que llamar por teléfono al distrito al que perteneces para decirles que tienes algo para tirar y ellos te dicen qué pegatina tienes que comprar dependiendo de lo que sea y de lo grande que sea. También te preguntan dirección y teléfono, y te cuentan el día en que pasarán por tu casa a arramplarlo.

Después te tienes que ir a un combini de la zona a comprar la pegata, ojo que no vale cualquiera, tiene que estar dentro del mismo distrito… yo me fuí al que está cerca de la oficina y la señora, que es colega y sabe que no vivo aquí, me dijo que no me la daba, que no valía (también me dijo que ya que estaba que me llevase unos vales de descuento que tenían, jaja, que maja es ésta también!)

Así que tu compras la pegata, le pones tu nombre y se la plantas al elemento en cuestión después de escribir también tu dirección. Esto se tiene que sacar el día de autos antes de las ocho de la mañana a la puerta de casa, intentando que no estorbe mucho, y ya si eso se lo llevan si tienen a bien los señores empleados recogedores de estorbos ajenos.


En mi casa ya hay una silla de verdad, y no la cosa esa que tenía un muelle o algo que se me clavaba en la pierna derecha a la que me giraba!

Ahí va lo que tiraron el otro día al lado de la ofi:


¡¡ Buen fin de semana !!
¡besicos!
:gustico: :gambi: :gustico:

La Roda

Cada vez me está gustando más ir a las clases de Capoeira, poco a poco voy cogiendo un poquito más de agilidad y ya me sale algún que otro movimiento sin tener que estar pensándolo demasiado. Sigo moviéndome menos de lo que debería, herencia del Karate, apenas sé un par de nombres de golpes, no me he aprendido ninguna canción y las volteretas, que es quizás lo que más hacemos, me salen mejor aunque sigo haciendo mucho ruido al acabar. Pero tengo claro que es cuestión de tiempo, yo sé que puedo hacerlo mucho mejor y solo necesito entrenar y entrenar… y pasármelo todo lo bien que me lo paso entre medias!!

En Karate veo como estoy mucho más suelto, sobretodo a la hora de hacer combates, me cuesta mucho menos moverme y lo hago bastante más rápido. Veremos si esto tiene algún efecto en la competición del mes que viene, pero yo ya estoy mucho más que satisfecho de haber empezado a hacer algo completamente distinto que lo complemente, creo que ha sido una muy buena decisión que ya está dando sus frutos.

Bua, vaya rollo de pequeño saltamontes he soltado… y yo que lo que quería era poner un vídeo de mis compañeros haciendo Roda!!!

Vamos a ello: esto se trata de hacer un círculo no demasiado amplio dentro del cual dos participantes hacen Capoeira al ritmo de la música. Raramente hay contacto, se toca pero no se pega y las acrobacias están a la orden del día siendo importante no salirse del círculo. En nuestras clases siempre hacemos una al menos, y aunque empiezan dos, cualquiera puede entrar en cualquier momento haciendo que uno salga y continuando el combate. Yo ya he empezado a entrar de vez en cuando aunque no sepa hacer demasiadas cosas, pero está claro que esto va de practicar y si no se hace, no se avanza.

Este vídeo lo grabé el otro día, son dos de mis compañeros haciendo Roda en la academia de Magome, que está muy cerca de mi casa:

Hoy toca clase otra vez, pero como a la tarde voy a ir al concierto de Miguel en Shimokitazawa, he pensado en ir a la clase del mediodía. ¡Ventajas de trabajar desde casa!

Inodoro con manguera de bomberos

Este lo tengo que poner, el post es regulero como él sólo, de éstos de copiar con el mínimo esfuerzo lo que ha hecho otro y quedar como un chulapo. Mira que no tenía pensao reincidir en regulerías, pero es que llevo llorando de risa como diez minutos… madre del amor hermoso…

:regulero: :D :regulero:

Es un vídeo de un programa de la tele en el que la gente pide cosas y ellos, si les pega la venada, lo hacen. En este caso un gachó preguntó qué pasaría si se cambiase el chorrillo ese de los baños japoneses que te limpia la bajera por una manguera de un camión de bomberos, y a Nara que se fueron a hacer el experimento en medio de una explanada!!!

Madre mía, no puedo parar de reirme todavía…. ojo a la celebración de la mascota de Nara que se pone toda contenta de los 13 metros alcanzados !!!

El mando a distancia del baño me ha recordao al que tiene Rodri en su nueva casa, espero que la presión sea un poco menor, que como le de al botón lo mismo aparece en Kyoto!!!

Ahí va el making of:

Fuente: Japan Probe (para variar)
Tiempo empleado: 15 minutos riéndome, y en escribir esto ni cuatro
Reguleranking: vamos a darle sólo 3 que el vídeo es buenísimo!!!

:regulero: :regulero: :regulero:

El edificio Toyotires

Hay semanas en que vengo los cinco días a trabajar a la oficina en bici, no es lo normal porque si voy a Karate tengo que coger un tren porque me pilla lejos, así que la bici duerme en la oficina y vuelvo con ella al día siguiente que toca Capoeira. Vamos, que empiezo los lunes con mucha alegría y cuando va llegando el viernes subo las cuestas tres veces más despacio porque mis piernas no dan más de sí.

Ayer, que fué lunes, era un día de esos de ir rápido , y coincidió que me puse el pantalón de muchos bolsillos. Este dato es importante, ojo, porque si llevo ese pantalón, me meto la cámara de fotos pequeña ahí en una pierna y me da por sacar fotos a todo lo que me encuentro por el camino.

Estaba parado en un semáforo enfrente del edificio ese de las letras Toyotires cuando me dió por sacarle una foto. Es un edificio de estos de mil viviendas con la fachada llena de balcones que más parece una colmena que una casa, no se porqué es la imagen que tengo yo de Benidorm y eso que no he estado nunca. Las letras que decía están arriba del todo y pone «Toyotires», que yo supongo que serán ruedas fabricadas por Toyota, pero que igual no tiene nada que ver. Son antiguas, de las que ya no se ven que cuando se iluminan por la noche parece que estemos diez años atrás.

Pues bien, estaba sacando fotos desde el arcén de la carretera aprovechando la pausa del semáforo cuando alguien me habla desde la acera, me giro y era un señor bastante mayor que llevaba una curiosa gorra de beisbol:

– ¿A que estás sacando? -me dice sonriendo
– Ah, al edificio ese grande de las letras de publicidad
– ¿Entonces ya sabes la historia?
– Eh, no, ni idea
– Pues resulta que ese edificio es el de viviendas de ese estilo más antiguo de Shinagawa, que tiene más de 50 años y que lo van a derruir para construir uno nuevo. Si te fijas, son dos bloques de cien apartamentos cada uno ¿los ves?, son diez balcones de alto por diez de ancho a cada lado.
– Anda, es verdad, pues no tenía ni idea
– Si, pues ya les han dicho que tienen que desalojar y casi no queda nadie viviendo, todo el mundo se ha movido ya. Por eso te he visto haciendo fotos y he pensado que sabías que lo iban a tirar y que querías tener un recuerdo. Fíjate que casi no hay ropa tendida, sólo en unos pocos balcones.
– Es verdad! pues, no sabía nada, pero me parece curioso sobretodo por las letras y por eso…
– Pues menos mal que le has sacado, porque dentro de poco no lo veremos nunca más
– Si, menos mal, vaya casualidad…
– Oh, perdona, te estoy entreteniendo y el semáforo ya está en verde
– No no, nada nada, me ha parecido muy interesante, muchas gracias
– De nada, ve con cuidado



Y pienso que es un edificio de viviendas sin más, que la historia no es tampoco nada del otro mundo pero que he vivido un momento tan de la vida diaria, tan común, que me resultó gratificante precisamente por eso, por lo ordinario. Porque el hombre no me preguntó de donde venía, ni que hacía en su país, ni donde vivía… sólo quiso contarme la historia del edificio de Toyotires.

Ya estoy echando de menos…

Mirar al cielo por la ventana para elegir la ropa y decidir si ir o no en bici, preparar un termo con té verde que calentará mi cuerpo en los semáforos, la adrenalina refrescada por el viento al bajar la última cuesta esquivando coches con las piernas doloridas y los labios agrietados.

Los onigiris con conversación de la señora del combini, el cartero interrumpiendo nuestro trabajo a media mañana, la banda sonora del abrir y cerrar de puertas, del aire acondicionado, del microondas y la cafetera, de los cada vez más silenciosos teléfonos y la ya muda impresora.

El parpadeo de la fluorescente de la esquina, el tictac del reloj de la pared, las zapatillas de estar por casa para estar en la oficina, los tés del descanso, el contar los minutos de la última hora y salir en busca del sol que nunca está.

Pero, sobretodo, echo ya de menos, a morir, verte nada más abrir la puerta y mirar tus ojos risueños que a veces, cuando te ríes, parecen desaparecer. Darte los buenos días que son mejores porque tu estás, escuchar tu voz que no sería tuya si no sonase una risa que se intercala, cariñosa, entre frase y frase. Saberte a dos metros detrás de mí dispuesta a mirar dentro de mis palabras que pocas veces son tan bien escuchadas, haciendo tuyas mis preocupaciones, alegrando mis alegrías.

Todo lo que nos decimos sin hablarnos, todo lo que nos abrazamos sin tocarnos.

Ya te echo tanto de menos y todavía estás…

No puedo más que guardarte todos los buenos días que ya no te daré a partir de Abril, y juro, desde ahora mismo, no dejar nunca que se junten más de una docena sin que vaya a llevártelos donde quiera que estés.

Y poder seguir sintiendo, de vez en cuando, lo que siento ahora cuando te siento cerca.

La mejor foto de Noviembre

Todo empezó en bromas al presentar el blog a los premios de Bitácoras. Prometí que si ganaba, haría un vídeo cantando una canción en medio de Shibuya, y el caso es que me empezaron a votar y estuve en primera posición por bastante tiempo. La cosa se iba concretando cada semana: la canción sería «Desde Santurce a Bilbao» y la iba a cantar comiendo wasabi vestido del gatostiable.

Lo cierto es que nunca pensé que lo fuese a hacer, pero quedé finalista y me empecé a hacer a la idea hasta que al final resulta que teníamos a un montón de gente apuntada a ayudarme grabando y sacando fotos con sus cámaras. Hasta Akira, con quien había perdido el contacto hacía unos meses, se animó a venir y tan bien nos lo pasamos que después del primer izakaya nos fuimos a otro.

Más que por la actuación en sí, que no dejó de ser una tontería enorme, el momento fue especial por el buen ambiente, por las caras de la gente, por los amigos, por todo lo que nos reímos antes, durante y después de grabar el vídeo.

Si me tuviese que volver a disfrazar de lo que sea por pasar ratos como aquéllos, lo haría sin dudarlo, y ni falta que hace que haya premios de por medio.

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La excursión a Narita

El sábado pasado los del Tokyo Gas nos volvieron a llevar de excursión, aunque esta vez nos fuimos un poco más lejos, ni más ni menos que a Narita. Menudo recuerdo tengo yo de ese lugar… allí fue donde nos presentamos Neki, Pau, Vero, Guille y después Nerea un día que había un festival de Taikos, que acabamos todos encantados, quizás porque ninguno sabíamos muy bien lo que nos íbamos a encontrar pero por mi parte, sobretodo, por la compañía. Y eso por no hablar de como nos pusimos de ibéricos gracias a Pau y a Vero…

Así que el sábado nos montamos en un bus y el conductor enfiló para allá mientras un señor nos iba contando cómo estaba organizada la excursión. Mi amigo Rufus, la mascotilla de Tokyo Gas en posición kawaii de la muerte, estuvo muuuuuy presente:

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Nos dividieron en grupos porque teníamos asignado a un responsable que se encargaba de vigilarnos para que no se perdiese nadie. En el cartelito que llevaba estaba la mascota que yo se la enseñaba a la gente muriéndome de risa, pero parece que era sólo yo el que le veía el intringulis al asunto… y bien claro que lo veo…

El lugar es impresionante, tal y como lo recordaba, aunque la última vez que estuve allí estaban los cerezos en flor y había mucho más jaleo por ser el festival. Esta excursión la recomiendo mucho, aunque esté un poco lejos de Tokyo, sobretodo con los sakura… y que Narita sólo sea famoso por el aeropuerto, qué raro que no se hayan encargado de promocionarlo ¡si debe ser súper fácil pasarse por aquí después de bajarse del avión!

La actividad principal de la excursión era practicar un poco de shodo (書道), caligrafía japonesa, y para ello nos fuimos al edificio quizás más impresionante de todos los del recinto del templo:

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Y una vez dentro, un monje nos estuvo contando un poco como iba el asunto. Se trataba de trazar kanjis en una hoja que nos daban, para después poner la fecha, tu nombre y dirección y finalmente un deseo. La hoja ya completada la dejabas en un soporte que había a los pies de un altar donde hacías un par de reverencias y rezabas para que se cumpliese.

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Lo cierto es que hicimos la versión corta, que consistía en leer los rezos sosteniendo el libro de una manera determinada, y copiamos en la hoja parte de ellos. Se supone que en la versión tradicional hay que copiar todo ese libro con el pincel, y el monje nos contó que ésto se tarda hora y media en hacer aproximadamente… a mi la verdad es que me gustó mucho aunque era la primera vez que lo hacía, y en cierto modo me recordó a la ceremonia del té porque hay una manera correcta de hacer todo: coger el pincel, empaparlo en tinta, por supuesto el orden de trazos de los kanjis… estuvo chulo, si señor! a ver si se me cumple el deseo!

Al acabar casi no tuvimos tiempo para darnos una vueltilla por el sitio, me habría gustado estar un poco más a mi aire, pero bueno, es lo que tiene esto de las excursiones organizadas. Así que tocó ir a comer, y en esta ocasión nos dieron un obento para que nos lo comiésemos en la calle si queríamos. Que chulada de comida, por cierto…

Y ya sólo quedaba volver a Shinjuku y aguantar la charla de los del gas. Ésta vez nos hablaron de sistemas de calefacción por el suelo, que tienen una tarima con tubitos por dentro que el suelo está caliente y es capaz de mantener caliente toda la habitación, y después nos enseñaron distintas formas de tener sauna en casa…

Esta vez me pareció más chapa porque repitieron la parte de las cocinas, pero mereció la pena sobretodo por lo de la caligrafía dentro del templo. ¡Que buenos recuerdos tengo de Narita siempre!

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¡Buen fin de semana!
¡Besicos!
:gambi:

El abuelico del sushi volador

Queridos amigos, hoy toca ponerse delante del ordenador y dedicarle al blog el mínimo tiempo posible para que acabe saliendo un post que nos resuelva la papeleta del jueves y seguir diciendo cuando cumplamos años eso de que el ikublog se actualiza casi a diario. Hoy toca fusilar directamente lo que hayan puesto otros comentando un poco la jugada pero a poder ser sin mucho más que añadir, no vaya a ser que nos salga algo original y se malade el concepto.

Bienvenidos, pues, al

¡¡¡ Post Regulero !!!!
:regulero: :regulero: :regulero: :regulero:

Esta sección se está convirtiendo en semanal, pero es que pintan bastos últimamente con lo del cierre de la oficina y el tiempo escasea como él sólo. Ahora que tampoco me miréis así que mejor es escribir posts reguleros que tener un blog de un amargao de esos que se quejan por todo, no te fá aquí los señoritos!

Hoy en lo que me estoy bebiendo el café, me he encontrao con…

¡¡¡ El abuelico del sushi volador !!!!
:ahivalaotia:

Es un señor de ochenta nardos que tiene un restaurante de sushi cerca de la estación de Shimbashi que está en la Yamanote y no doy más datos que entonces el post gana en calidad. Resulta que el tío tiene una forma muy cañera de prepararlo tirando el tinglao por el aire antes de cortarlo… no perdamos detalle a la presentadora que me encanta como se destamaga viéndolo y luego a la embolada en la que le meten los de la tele al buen señor:

El caso es que igual un día de éstos me paso por el lugar en cuestión, que no me pilla muy lejos, pruebo el sushi y aporto algo al mundo de internet con crónica y alguna foto, pero por ahora así nos quedamos que se me enfría el café.

– Copiao casi tal cual de: Japan Probe
– Tiempo empleado: unos 5 minutos y porque me he comprao el magic mouse ese y no le tengo pillao el truco
– Reguleranking: como hay vídeo y un par de párrafos, yo creo que sólo le damos 3 reguletronchos

:regulero: :regulero: :regulero:

:ojetepalinvierno:

¡Por cierto, por si os da por preguntar alguna cosa, aquí andamios!

Máquina expendedora de libros

El domingo nos fuimos a un onsen, menudo plan teníamos que aparecimos en una estación a tomar por saco del lugar en cuestión… y ni eso lo hicimos bien que llegamos todos tarde y hubo uno que se confundió de estación.

Bueno, al final después de trescientos cambios de tren y un ratico en bus llegamos y nos cocimos, y cuando nos quedamos en tamagos, todos los habitantes del lugar experimentaron una nueva dimensión en lo que a pelos en el cuerpo se refiere: íbamos con el abrigo puesto, en el pecho teníamos todos un monte quemao, las piernas llevaban calentadores de serie, los culos venían acolchados… aquello era el cuarteto’l mechón descuadrao, porque eran mayoría en el grupo los que llevaban las ideas descapotadas, salíamos de las máquinas de chorros con tirabuzones en la espalda, si nos diese por donar material, Flex se declara en quiebra mañana mismo…si es que nos hacen falta dos manos para rascarnos: una para apartar la espesura y la otra para llegar a la piel, esa piel que ha visto menos el sol que los Fraguel, que si fuésemos un bicho de los de Avatar podríamos enchufarnos al dragón que vuela de cualquier manera porque coletas salen hasta de los rincones más recónditos de la selva amazónica ésta que lucimos todo frondosos.

Total, que del onsen no tengo fotos porque la rosaleda todavía no me da para cubrir la cámara, pero resulta que de camino a la estación que no era, me encontré una máquina expendedora de libros en Ebisu (toma giro argumental!!!, aprende John Locke!!!!)

También había una de periódicos, pero eso ya es más normal.

¿Habíais visto máquinas de estas donde vivís vosotros?

Y lo que es infinitamente más importante,
¿estáis de acuerdo con el dicho de …

:comillo:
hombre sin pelo en el pecho
no es un hombre,
¡es un deshecho!
:comillo: ?

:ojetepalinvierno:

Fiesta de año nuevo en el Chinatown de Yokohama

¿A que mola el título? ¿a que mola el plan?
¡Pues os váis a quedar con las ganas!

Resulta que yo arranqué para Yokohama el otro día porque decían que se iba a liar la del Daibutsu en el barrio chino, y no digo yo que no se liase, pero allí había más gente que ni sé y lo único que otee yo fue el humo de los petardacos que estaban tirando. Al treceavo empujón ya decidí tomar la senda cuya vegetación ha sido eliminada artificialmente

:bythesegao:

Y ya que estaba, de lo malo malo, amorticé el billete. Primero vi un edificio de la NTT con una pedazo de antena que si le das la vuelta parece un popeye:

Luego me fuí para los almacenes rojos esos de cuando la guerra que han reconvertido en tienduquis, y como era el día de San Walantains habían hecho unos corazones con velas que no había manera de afotar enteros:






También había una pista de patinaje sobre hielo con gente patinando sobre hielo y toda la pesca:

Y ya cuando volví del barrio chinítico pasé por debajo del edificio con nombre en castellano,


y me tiré un ratillo sacando fotos al panorama nocturnero:




Luego entré en el metro y saqué una foto a un póster que no se si será verdad o no… ¡yo creo que sí!

Y ya me fuí para casa a pasar la noche de San Valentín con mis amigas las cortinas y mi inseparable y fiel futón.

La mejor foto de Octubre

Me junté, gracias a Jorge, con un montón de gente a los que llevaba, en los peores casos, una década de diferencia. Aquello no iba sólo de aprenderse un baile, en realidad la cosa trataba de ser uno más dentro del grupo, de ganarse la confianza de los demás, de que estar allí no desentonase más de lo que era inevitable por lo diferente del envoltorio.

La mayoría estaban intentando dejar eso de ser adolescente, aunque todavía se podían notar pequeños restos en algunas conversaciones, en la manera de hablar, en el vestir. Gente que en la segunda docena de su vida decidió que los sábados y los domingos mandaba el despertador, y sacrificaban noches que a su edad cuadraba más que acabasen por la mañana por mañanas que cuadraba más que empezasen de día.

Diría, con cierta vergüenza, que dejé de ir a la mitad de las clases a las que podría haber ido. Pero también digo, con orgullo, que aprendí mucho en cada una de ellas que iba más allá de un mero baile: conocí a personas que no me reprocharon ni una vez que hubiese faltado el día anterior y se esforzaban por enseñarme lo que me perdí, hubo otros que me trataron de igual a igual y también los hubo que no quisieron tratarme más de lo necesario.

Como era de esperar, yo me acabé enamorando de casi todas mis compañeras, pero eso me lo guardé para mí.

Sólo viví un gran festival, el de Ikebukuro. Y ese fue uno de los cuatro o cinco días que están arriba del todo en mi lista de días. La intensidad de lo que sentí durante prácticamente 24 horas fue de tal magnitud que no creo que pueda volver a llegar ahí porque para las siguientes veces, si las hubiera, ya estaré advertido.

El domingo 11 de Octubre del 2009 me puse el traje de Yosakoi, me peinaron, me maquillaron y salí a bailar con mis cerca de cuarenta compañeros enfrente de la estación de Ikebukuro durante los cuatro minutos vividos con más vida de toda mi vida.

Al acabar, lloré.

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