Mi infancia y la de Kota

Han pasado muchas cosas desde finales del 2014 hasta hace muy poco, algunas, como supongo que se intuyen, muy malas, horribles. Ya dije alguna vez que no hablaré de ello; no ahora al menos y de nuevo os pido que, por favor, no me preguntéis jamás, pasemos tres o cuatro páginas para delante.

Comienzo este 2016 con muy pocas fuerzas, y sin embargo muchas ganas. Raro, pero es verdad; tengo tantas tantas ganas, pero tantas ahí escondidas por detrás del alma que he decidido que ya va tocando quitarse del medio de una puta vez y que puedan salir aunque sea de a pocas a pocas.

Escribir, como algunas otras cosas, es algo que nunca pensé que dejaría de lado. Haré por que no vuelva a pasar e intentaré que este blog vuelva a asemejarse siquiera una migaja al que fue.

Me pongo ya a ello con una reflexión que llevo tiempo haciéndome y que finalmente he despedazado y recopilado para publicarlo al fin.

Vamos, pues, con:

Diferencias entre mi infancia y la de Kota

El caso es que no puedo dejar de acordarme de lo que me acuerdo de mi niñez cada vez que veo a Kota corretear con el turbo puesto por el pasillo camino del comedor como si allí fuese a estar, yo que sé, el chupete sabor fresa eterna o algo así. Últimamente me ha dado por pensar en lo diferente que es y va a ser su infancia con respecto a la mía, no ya solo por la cultura y el país, sino por que es otra época totalmente distinta.

Para empezar no hay una cadena de música con su correspondiente armario repleto de cintas de casette con canciones grabadas de la radio que se cortaban justo justo cuando al dichoso locutor le daba por hablar. Cintas con nombres tan originales como «marchosas» o «verano del 89». También llegaron después un huevo de CDs, yo tenía una increíble colección hecha a base de pedidos a la Discoplay y visitas al mercado de los miércoles de la plaza de Zalla. Tenía el CD doble de Duncan Dhu «Autobiografía», no te lo pierdas, menudo tesoro, ¿donde habrán ido a parar?… ¿seguirán en Zalla? ¿se seguirán escuchando?. La música en mi casa ahora es un iPhone, el que esté más a mano y menos maltrecho de todos los que hay por ahí tirados, que se conecta a un altavoz bluetooth de los dos que hay en casa: o el del salón o el del baño, que es donde le pongo a Kota canciones infantiles de mis tiempos mozos. Últimamente con Apple Music, así que ni sincronizar con el ordenador me hace falta ya, un grito al Siri: «oye Siri, ponme canciones de Sabina» y ala.

En cuanto al tema cinematográfico, en casa tampoco hay un vídeo como tampoco existe un armario lleno de películas y programas grabados de la tele estilo aquellos especiales de Martes y 13 que tantas y tantas veces habré visto con mi hermano Javi los sábados por la mañana donde poco más había que hacer entre cafés y migas. Ver la televisión, con todos sus anuncios y horarios, ahora es una perdida de tiempo acojonante.

Lo que tenemos es una AppleTV conectada a una tele el triple de grande y delgadica que la de que teníamos nosotros, tele que le compré a un tipo en Meguro a través de Craigslist, un tío sin cejas más raro que su プタ母 que decía que se iba del país a escape después de todo el Cristo de Fukushima y que me la dejó tirada de precio. Esa AppleTV, que está pirateada, se enchufa a la TimeCapsule que a su vez está enchufada a un disco duro externo de la hostia de gigas, ni sé cuantos, donde están todas las películas que he ido recopilando estos años de vida en Japón, películas que alguna vez espero ver con Kota en castellano: «Los Goonies», «Cazafantasmas», «La princesa prometida»… Las series que voy viendo como Juego de tronos, Los Soprano, Family Guy, poco duran ahí metidas: capítulo que veo, capítulo que borro al momento, la única que ha sobrevivido es Dragon Ball que conseguí íntegramente en japonés y que conservo desde el primer al último capítulo. Toda esta movida se controla también con el primer iPhone al que se llegue porque el mando a distancia desapareció hace meses (fijo que Kota sabe donde está). Las series que veo con Chiaki, como Walking Dead, es a través de Hulu porque ella no pilla el inglés y en Hulu Japan vienen con subtítulos. Hulu también fona con la AppleTV, habrá que echarle un ojo a Netflix ahora que también va.

Pero mira por donde que si que echo de menos un vídeo: que la AppleTV pudiese grabar cosas de la tele. Hay veces que nos enganchamos a algún dorama de estos pero nos caemos de sueño, molaría poder grabarlo para verlo después. La tele japonesa normalmente es un pestuño, pero hay series que están muy bien y que son muy dificiles de conseguir por internet porque aquí no se lleva eso del pirateo y casi nadie sube ni comparte ná. Otras veces hay programas sobre España o de Karate que ve Chiaki y que me grabaría si pudiese.

Otra bien gorda: aquí es de noche a las cuatro y media de la tarde, en verano la cosa no va mucho más alla de las seis o seis y media. Esto traducido al tema que nos ocupa significa que yo salía de la escuela a las cinco y ahí teníamos al menos cuatro horas para andar de parranda sin que fuese de noche: partidos de futbito, coger la bici, incluso había tiempo y sol para ir a la piscina. Aquí olvídate: amanece a eso de las cinco y media de la mañana, lo que es un disparate inaprovechable en todo caso y después de la escuela si eres un niño pequeño no te queda otra que volverte a casa. Yo intentaré ir con Kota a clases de Karate, pero irá conmigo porque no le dejaré ir solo de noche hasta que sea mayor. En Extremadura había niños pequeños en el parque jugando hasta prácticamente las diez de la noche, eso mola.

Podría contar con los dedos de una mano las veces que me monto al año en un coche aquí en Tokio. A la oficina voy en bici, a Kota le llevo a la guardería en bici, los fines de semana si vamos a algún lado lo hacemos en tren o, en muy raras ocasiones, en autobus. No es de extrañar, pues, que Kota devolviese al de cinco minutos de montarnos en aquel coche que alquilamos en Madrid para ir a Badajoz. No estaba, no está, acostumbrado de ninguna de las maneras. Si salimos de Tokio para conocer algún sitio de Japón más allá de la capital o nos vamos en el Shinkansen o en avión. Todo lo que conlleva tener o ir en coche, es muy probable que Kota no lo viva en su infancia: las caravanas, cantar durante el viaje, preparar y llevar el maletero hasta arriba, parar para estirar las piernas y tomarse un café en Fonda Cadiós, montarse en esa sauna después de dejarlo aparcado al sol… No descarto comprarme un coche algún día si las cosas siguen yendo bien, sobretodo cuando lleguen los otros dos hermanos que tengo apalabrados con Chiaki, pero de momento no hace falta ni se echa de menos.

Los domingos y los fines de semana, especialmente en verano, eran nulos: se paraba todo en España y para los críos más. Son los típicos días para pasar en familia y si no hay plan pues estamos arreglados. Aquí también es más familiar porque es cuando los padres no trabajamos, pero con la diferencia de que Tokyo un domingo es exactamente igual a un miércoles: sigue funcionando todo normalmente, sigue habiendo las mismas cosas, sigue habiendo centros comerciales abiertos, gimnasios, piscinas, tiendas. Es más: suele haber eventos especiales para motivarte a hacer más cosas como las clases de Karate de los domingos por la mañana orientadas a competir que tenemos nosotros y que luego dejan el dojo abierto para que hagas lo que quieras. Esto es tremendamente positivo si haces alguna actividad porque tu decides cuando descansar; en agosto me acuerdo que en Zalla, aparte de que no había ni Dios, te morías de asco y al volver oxidado a Karate después de tres meses se te había olvidado todo y las agujetas te duraban otros tres meses.

En Tokio hay muchos restaurantes, bueno, en esta ciudad hay mucho de todo porque entre otras cosas hay más gente que en el Primark de rebajas con buen tiempo. Pero a lo que voy es que hay muchos restaurantes en los que puedes comer mucho más que bien por unos 1000 yenes. Es comida muy decente y sale muy muy barato comer fuera, así que no es raro que los fines de semana comamos o cenemos allá donde estemos sin mirar la cartera dos veces. Kota ha estado ya en mas restaurantes en sus dos años de vida, que yo cuando tenía treinta, pero seguro además (y en más países también). Así que Kota cuando se suelte un poco más hablando podrá decir que ha probado comida india, coreana, japonesa, española, china, italiana, tailandesa, francesa… buff, ni sé ya.

Y siguiendo con el tema de comida: aquí en Tokio no se encuentra fácil embutido y el pan es caro, tampoco hay casi tiendas de chuches sin rebuscar mucho. La conclusión es que la comida del recreo o las meriendas de Kota no van a ser bocatas de chorizo de Pamplona ni un paquete de gusanitos. De momento lo que come en plan amaiketako son galletas de arroz que venden para críos sin sal u onigiris (las bolas de arroz) que le suele preparar Chiaki con algas, semillas de sésamo o trozos de pollo o atún dentro. Esto es una ventaja, yo devoraba paquetes de mierdas hasta límites absurdos de dolor de tripas. Lo que come y comerá Kota, de momento, es infinitamente más sano por lo menos mientras decidamos nosotros; cuando le demos la paga si decide irse a un McDonalds de vez en cuando será cosa suya (aunque le miraré de malas maneras fijo, también te lo digo).

Las actividades extraescolares, otra movida. Yo en mis tiempos mozos y hasta que empecé karate, jugué a futbito, estuve apuntado a un club de ajedrez, a ciclismo y hasta a fútbol fui a entrenar un día y al ir a darle de cabeza a un balón me caí al suelo medio desmayado… no volví más. Aquí también hay futbito y baloncesto y tal, pero estamos hablando de que seguramente Kota jugará a beisbol, el deporte más popular de cuyas reglas no tengo pero es que ni idea, algún arte marcial o imagínate si se pone a hacer shodo, caligrafía japonesa, o la ceremonia del té… ¡anda que no va a molar el tío!

La comunicación. Es que te cagas: en mi infancia no había internet y el primer móvil yo creo que lo tuve allá por los 20 años. Chiaki y yo nos comunicamos por Line, que es el Whatsapp de aquí, yo creo que en los años que llevamos juntos habremos hablado por teléfono diez veces contadas. Con Kota pasará igual, cuando sea un poco más mayor tendrá un smartphone y podré mandarle en cualquier momento un mensaje que recibirá al instante, incluso podré saber donde está con alguna aplicación de esas de familia. Algo impensable en mis tiempos, aunque también es verdad que viviendo en Zalla o estabas en la plaza o en el banco de al lado del Batzoki, tampoco había mucho margen de maniobrer.

Siguiendo con el punto anterior de internet, que es una diferencia acojonante, yo recuerdo que en la universidad te peleabas con los libros que había y era muy muy difícil encontrar ayuda más allá de esos libros. Ahora te vas a internet y encuentras cinco mil páginas con, pongamos, mil ejemplos y explicaciones de ese problema de física que no entendías ni pa Dios, seguro que lo acababas entendiendo de una manera o de otra. Yo me imagino estudiar ahora con el ordenador o el iPad al lado, en realidad es que creo que no hacen falta ni libros, no deberían existir ya, como mucho imprimir lo que toque esa semana y fuera. Y de la misma manera: si querías profundizar en algo, o había alguien que supiese y pudieses preguntarle o comprabas algún libro… ahora puedes aprender cualquier cosa por tu cuenta, a Kota solo le hará falta la voluntad porque material ya tiene de sobra: lenguajes de programación, katas, recetas y vídeos de cocina…

¿Y que me decís de la vida entre dos mundos? Mi familia está en España y es mi deber que Kota les vea cuantas veces sea posible, no quiero arrepentirme de no haberlo intentado lo suficiente cuando ya no pueda ser. Kota estará acostumbrado a coger aviones, a vivir un tiempo al año en otro país cuyo idioma y constumbres deberá conocer, por mis huevos morenos, otro país que también es el suyo aún sin vivir allí. Esta diversidad cultural, este ensanchamiento a todo lo que den las miras, esta lección de perspectiva es algo que yo no pude ni intuir hasta que vine aquí por primera vez con mis bonicos 25 años. Creedme si os digo que a uno le moldea las entendederas conocer otros lugares, otros países, otras gentes, sobretodo si son de culturas tan diferentes. Por no hablar de que en mi casa hay cena de nochebuena, se comen las uvas, Kota tendrá regalos de reyes y a la vez se vestirá de kimono cuando haga tres años, le tirará semillas de soja a un tío vestido de demonio en febrero y se sentará con sus colegas debajo de un cerezo cuando le toque.

Y aquí lo dejo de momento.

Pasad un muy buen fin de semana,
¡hacedme el favor!
:gustico:

77 comentarios en “Mi infancia y la de Kota

  1. Ya tenía ganas de que volvieras a escribir. Me ha encantado tu reflexión, aunque yo no tenga hijos (todavía), creo que es una reflexión que me he planteado más de una vez. Espero que todo os vaya genial y mucha energía positiva para 2016.

    ¡Un abrazo, Oskar!

  2. Ya se extrañaba leerte. Gracias por compartir, es lindo leer un texto tan agradable y que se nota que viene del alma. Kota esta muy guapo. Saludos mexicanos..

  3. :cuner: Bueno, esta reflexion es mas positiva que la anterior! Arriba ese 2016!
    Como somos de una edad parecida entiendo todo lo que comentas y me da buenos recuerdos (en Getxo las cosas no eran muy diferentes). Por supuesto que las cosas han cambiado y yo creo que a mejor. Kota tendra un mundo de oportunidades a sus manos desde una temprana edad, cosa que a nosotros nos costo un poco mas. Disfruta tu vida con el y hazle entender tus origines culturales que son unicos!

    1. Hay cosas mejores, pero también cosas peores. A mi me da mucho miedo el aislamiento en el que es fácil que caigan los chavales ahora con los smartphones… y la culpa en muchos casos la tienen los padres que van en plan «toma el móvil y deja de dar por culo» en vez de jugar con ellos y motivarles.

      Aquí lo guay de vivir en la zona de Tokyo en la que vivimos es que Kota podrá estar en la calle sin ningún problema correteando paquí y pallá porque no hay peligro alguno, bastante parecido a Zalla donde yo estaba todo el día por ahí de parranda.

  4. 久しぶり!!

    Hacía muchísimo que no comentaba por aquí. Me alegra verte de vuelta.

    Desde luego sí que han cambiado las cosas desde que éramos pequeños y de forma vertiginosa. También el cómo se crían a los niños en España y en otros paises.

    Yo por poner un ejemplo, me llama la atención que mi sobrina japonesa lleve utilizando su propio móvil desde los 8 años aproximadamente (y toda su clase), y sin embargo mis sobrinos españoles aún con 12 años se resisten (sus compañeros apenas tienen).

    ¡Menuda aventura que tienes y tendrás por delante!

    ¡Mucho ánimo para este 2016!

    1. Yepa Dani!!! También hacía un huevo que no escribía nada, así que uno por otro, jajaja. Gracias por el email con los enlaces, por cierto!

      Si que ha cambiado el asunto… como decía por ahí arriba, y siguiendo con tu ejemplo del móvil, a mi me da un poco de miedo. Por una parte es una herramienta excelente tanto de aprendizaje como de comunicación y como recurso para ver horarios de trenes – saber donde estás en Tokio es impagable. Pero por otro me acojona que malgaste parte de su infancia en facebook, por ejemplo, en vez de estar por ahí correteando detrás de un balón que es lo que tiene que hacer! Habrá que tratar de encontrar un balance…

      A ver si nos vemos pronto!!

  5. Un placer volver a leerte :-) le tengo un poco de envidia a Kota ahora mismo, la experiencia de crecer entre dos culturas es algo que siempre he lamentado no haber tenido (Ni por asomo) durante mi niñez. ¿Escribirás un post sobre como piensas que será su adolescencia? (Para mi, una de las fases mas duras).

    Saludos, y mucho ánimo para este 2016!

    1. Yo tampoco he tenido esa experiencia de vivir en un entorno multicultural, pero tampoco lo eché de menos porque simplemente no me lo planteaba. Pero me parece un desperdicio que Kota no aprenda castellano estando yo aquí con él todos los días.

      En cuanto a la adolescencia, buff, baiss baiss, no menciones a la bicha!! jajaja

      Aunque en mi adolescencia lo que se llevaba era fumar porros y emborracharse sin conocimiento todos los sábados por la noche. Espero que Kota no haga lo mismo, o por lo menos no demasiado… veremos!!

      Un abrazo!!

  6. Buenos días :)
    Antes que nada, comentar lo guapo que está el peque, si es que está para comérselo!
    Sobre las diferencias en infancias, me pregunto si pesa más que viváis en un país taaaaaan diferente o las décadas de distancia.
    Una cosa que encuentro que ha cambiado mucho con los años es que en nuestra infancia había 2 canales de tv, y en verano todo el mundo veía series como V o El coche fantástico… cómo pegaron! Eso hoy día, imposible.
    Y lo efímero que es todo, todo pasa y todo queda, pero es que ahora pasa muy rápido…

    3 niños dices? Ánimo, valientes!

    1. Muy buenas!! Guapo guapo, eh? jajaja, hombre claro!

      Pues casi pesa más lo segundo, ¿verdad?, la época tan distinta en la que vivimos, porque anda que no ha cambiado la copla, ¿eh?. Hombre, vivir en Japón también hace que sea bastante diferente en tema de alimentación, actividades y tal, pero toda la movida de internet y el acceso ilimitado y gratis a toda la información del mundo a mi me parece algo acojonante.

      ¡Tienes razón con V y El coche fantástico!, pero también es verdad que aunque ahora se vean series de otra manera, las que están de moda siguen siendo las mismas!! Por ejemplo: Juego de tronos, todo Dios habla de esa serie aunque prácticamente nadie la habrá visto por la tele, sino a través de internet (bajada o streaming o lo que sea).

      Y si, pasa todo muy muy rápido, demasiado… no sé si es bueno o malo, la verdad…

      3 críos, hombre claro!! tres toscaners, a ver si sale alguna niña que molaría!!

  7. Permiteme que corrija…
    KOTA no tendrá Smartphone, Y LO SABES!!1
    A saber qué invento maligno existe de aquí a 7 u 8 años para comunicarnos…
    Todo eso dicho pensando que en 2008 no teníamos SMARTPHONES, ni WHATSAPPS, ni ná. Y como la cinética del progreso se acelera cada día más…

    Por otro lado, a mi hija de 4 años le gustan los dibujos de ahora, pero también he hecho que se trague WILLY FOG, y ERASE UNA VEZ EL CUERPO HUMANO, y… le encantan!!! Cuando canta solita la canción de, SON, 80 días SON!!…
    BABAS Falling sin parar…

    1. Ná, eso no cambiará tanto, tendrá un smartphone seguro. Otra cosa es las gilipolleces con las que vendrá: que si touch 80D y pijadas más. Si te fijas, aparte de la velocidad de proceso y cámaras mejores, en los últimos años no se ha innovado prácticamente nada, eso no creo que cambie tanto ya, es algo ya establecido (como las teles, por ejemplo, ahora son más delgadas y tienes TDT y tal, pero el concepto lleva sin cambiar décadas). El cambio fue de no haber smartphones a haber, a partir de ahí no cambiará más o no tanto, ya verás.

      Yo le pongo Willy Fog también a Kota, la hemos visto entera un par de veces, pero Anpanman sigue ganando por goleada, no sé yo…

  8. La de veces que habremos hablado Hideo y yo de lo diferentes que son nuestras infancias a las de nuestros gremlins… Pero mientras sean infancias felices y llenas de experiencias, que vivan los cambios.

    Besos, familia !!

  9. Bonita reflexión. Con lo del coche me has tocado la fibra. La de horas que me pasé yo peleándome con mi hermano en el asiento de atrás!
    Un abrazo y feliz 2016!

    1. Yo tampoco es que lo usáramos mucho pero si que me iba con mis padres a la playa de vez en cuando (en lo que era una auténtica odisea de viaje con la carreteraca aquella que había, bua!!!). Eso Kota no lo vivirá…

      Abrazaco!

  10. Me alegro de tu vuelta a los ruedos macho, se te echaba en falta. De hecho ayer miré tu blog en plan, «no veas si tienes que estar liado Óskar para dejar esto parado tantos meses».

    La verdad es que hoy día la infancia de cualquier niño no tiene nada que ver. Yo recuerdo en la guardería donde trabajaba en Pekín que no dejaban que los niños se cayeran al suelo. Por dios! Tendrán que aprender digo yo! Que no deben hacer, que es malo… pero que va. Pues no aprendí yo que los radiadores queman? jajaja.

    Aparte de eso, la información fluye que da gusto, igualito que en nuestros tiempos que había que esperar para alquilar una peli una semana, o un juego de la megadrive, o incluso un libro de la biblioteca.

    Todo esto y como bien dices, se acentúa con Kota y su vida entre dos mundos. Aun así, creo que será un gran beneficio en su vida (sabrá zallero/zallense/zallino, japonés y fijo que inglés), para mil cosas.

    Un gran abrazo y me alegro de verte por aquí!

    1. Hostias, pues eso tampoco es!! un crío tiene que darse un cabezazo de vez en cuando para aprender que igual no era tan buena idea eso de correr contra la pared e intentar frenar en el último momento. Coño, hay que estar atentos, pero dejarles también libertad !! es como los carteles esos de «prohibido jugar a la pelota» que ponen en los parques, amos no me jodas.

      Lo de la información es un salto acojonante, ¿verdad?, hoy en día solo es tener un mínimo de curiosidad por algo y chas, ¡ya es accesible!. Gracias a esto quiero pensar que las siguientes generaciones avanzarán a mucho más ritmo que la nuestra y anteriores… aunque bueno, viendo Gran Hermano y programas del estilo, no sé yo…

      Kota con su zallense-extremeño del padre y japonés castizo de la madre va a ser la hostia, jajaja.

      Abrazaco!

      1. Cabezazos y rodillas raspadas pero con precaución eh? Como el alcohol jajaja. Ya veras que peaso de tío te sale. Información para parar un carro va a tener de sobra.

        Mil abrazos tío

  11. ¡Ya teníamos ganas de volverte a ver!

    Tenemos unos añitos y se nos nota. Yo no tengo hijos, pero desde el 2006 mi trabajo se a realizado principalmente en colegios, desde los peques mas pequeñajos hasta los que van a entrar en la universidad, así que se bastante de verles cambiar y la verdad es que en ese tiempo todo ha cambiado mucho.

    La infancia de Kota no se parecerá en nada a la nuestra, y la nuestra no se pareció nada a la de nuestros padres y eso es ley de vida.

    Lo único que debe importarte es que os cuidéis bien entre todos.

    ¡Un abrazo!

    1. Se te notará a ti lo de los años, que yo uso cremas, jajaja.
      Jodé, pues si que tu tienes que ver las diferencias que digo yo en el día a día, sería interesante que contaras las que más te han llamado la atención!! molaría!!

      Eso es cierto, mi infancia no creo que se pareciese en nada a la de mis padres!! en mi caso yo además iba por la diferencia de cultura y de país, pero es verdad que al final me he dado cuenta yo también que es la época lo que más cuenta…

      Un abrazo!

  12. Aúpa Oskar!

    Qué alegría volverte a ver con ganas de escribir y compartir tus experiencias.

    Sobre la infancia de Kota, cómo no va a ser tan diferente a las nuestras… «Derrigor». Lo importante es lo que han apuntado por aquí y es que sea feliz y le puedas dar la maravillosa oportunidad de conocer más mundo que nosotros a su edad. Y que lo disfrutéis.

    Solo le falta una actividad extra escolar , junto al Karate unas clases de aurresku y espatadantza . Un saludo majete! :ungusto:

  13. Me alegro de que vuelvas a escribir, muchas gracias.
    Sobre este tema andaba yo pensando hace unas semanas, que nos pusimos todos malos y al no tener familia aquí fue muy muy complicado.
    Aparte de lo que ha cambiado la sociedad y la tecnología, que es verdad que es un montón, yo creo que lo que más va a notar Kota es la mezcla de culturas y el bilingüismo. Eso le va a dar una apertura de mente y una forma de entender el mundo que nosotros no tuvimos ni de lejos, y potenciado por lo que hablabas del acceso a la información.

    Muchas gracias por tus reflexiones y mucho ánimo con este año.

    1. Gracias a ti, a vosotros por seguir leyendo y comentando a pesar de mi ausencia.

      La mezcla de culturas… yo creo que ya se le nota, no solo en el aspecto que es más que evidente aquí, pero en la manera de ser, de hablar lo poco que habla, aunque también es verdad que tiene un lío de tres pares de huevos. Por ejemplo: «tren» lo dice en castellano pero a todo el mundo, así que en la guardería no le entienden un carajo!! otro ejemplo es «dame» que en japonés significa algo así como «no, no hagas eso», y cuando yo le digo «dame eso» me mira raro como pensando que le estoy echando la bronba…

      Un abrazo!

  14. Como siempre es grato leerte… gracias por volver y mas hablarnos tan bonito de algo tan bonito. Disfruta de tu hijito porque crece muy rápido. Saludos…!!!!!

  15. Ya se te echaba de menos, y mucho.

    La verdad es que esas reflexiones sobre la diferencia de infancias, excepto las de vivir en otro pais, las he tenido yo con mis primas que como la diferencia de edad era amplia se podian ver contrastes, no tan salvajes como por ejemplo el tema de internet y las comunicaciones, pero importantes al fin y al cabo.

    Pues nada, a ver si te vemos mas a menudo por aqui con novedades.

    Animo!!!

  16. Buen año Oscar!
    La verdad que cuando comparo mi infancia con la de los sobrinos, tengo la sensación que son de mundos distintos, ufff, mayor me siento :D

  17. Gran noticia y mucha alegría volver a leer un nuevo post. Si ! Te haremos caso y procuraremos pasar un buen fin de semana.
    Tocas un tema muy interesante, de hecho creo que si hay algo que distingue a las últimas generaciones, de cualquier otra de las que han pasado por este planeta es el ritmo vertiginoso de cambios a todos los niveles, tantos y tan capaces de modificar el modo de vida que conviene no perder de vista de dónde venimos.

    Un abrazo y que disfrutes al máximo de esa maravillosa familia.

    1. Pero tampoco cambiará mucho a partir de ahora creo yo!! quiero decir, que si, que la revolución acojonante fue internet y después los móviles accediendo a eso, pero ya está, no creo que haya un salto tan grande después de este… digo yo, no sé!

      Abrazaco!

  18. Un gustazo leerte de nuevo.
    Sí señor, un montón de diferencias, y las que están por llegar, que el futuro creo que nos dará cosas que ahora pensamos de ciencia ficción. Pero no soy demasiado optimista de cara a ese futuro, a pesar de todos los avances tecnológicos. Creo que el planeta nos devolverá, más pronto que tarde, todo lo que le estamos haciendo…
    Así que mientras tanto, a disfrutar de la familia mientras se pueda…

    1. Ba, no creo que se líe demasiado parda tampoco, las cosas últimamente se están «revirtiendo» con todo el tema de coches eléctricos y las renovables, yo creo que vamos por mucho mejor camino que hace, por ejemplo, veinte años… no sé…

  19. Vaya que si se te hechaba de menos!!

    Con lo del principio, no sabes como empatizo con eso del inicio de año… pero disfruta del cambio y las fuerzas que necesites para ir hacia adelante!

    Sobre las infancias, no se por qué, pero aunque entre nosotros dos haya también una brecha generacional mas o menos grande, viví casi las mismas cosas de la infancia, entre parques, cintas, viajes eternos… ains que recuerdos!! :ikullorer:

    Gran post, creo que todos esperabamos que volvieras :D

  20. Cuanto tiempo, ya pensé que dejarías el blog del todo, me alegro que no sea así. Está bien que no quieras dejarlo pero escribe cuando realmente tengas ganas no por obligación.
    En cuanto lo que has escrito los tiempos cambian, pero donde más se notará la diferencia es en las edades que comentas sobre cosas tuyas que son algo más avanzadas que las de Kota. El hoy en día se lo pasará teta jugando y viviendo bien, quien fuera niño!
    Lo que más me ha llamado la atención y no había caído es lo de las horas de sol… Cuando sea más grandecito a ver donde juega! Aunque ahora aquí los nenes también están todo el día metidos en casa y juegan con cosas electrónicas y no sólo porque les gusten más si no porque los padres no quieren que andén por la calle no sea que les pase algo. Yo creo que es una pena porque el jugar con los amigos estaba bien y está bien el relacionarse con más personas.
    P.D. Ánimos y abre la llave para que salgan esas ganas en 2016!

    1. No escribo por obligación nunca. Ganas, como he dicho al principio, tengo de sobra. Lo que ha pasado es que no se ha podido.

      Lo de las horas de sol es algo bastante relevante, yo no me había dado cuenta hasta que la segunda vez que volvimos a España el año pasado, resulta que a Kota lo llevábamos al parque a partir de las cinco de la tarde después de la siesta. A esa hora aquí es más de noche que la hostia ya y el día ya se da por perdido. Bueno por perdido, vamos, que a la calle no sales con un crío de dos años.

      Gracias por seguir ahí y comentar!

  21. Anda, qué agradable sorpresa verte activo de nuevo. Ya pensaba que eras una víctima más de este internet 3.0 en el que los blogs parecen ir hacia abajo.

    La infancia de un niño de hoy es completamente diferente a la nuestra, sin duda. Mejor en algunos aspectos pero peor en otros.

    Este texto tuyo me ha hecho recordar cuando mi padre me criticaba por ver la televisión, diciendo que en sus tiempo no había TV y era mucho mejor así, que los niños de ahora (entonces) nos pasábamos el día pegados a la caja boba en ver de andar por ahí tirándoles piedras a los gatos.

    Y ahora somos nosotros los que decimos lo mismo respecto a los móviles ;)

    1. Ná, a mi lo que haga internet me da bastante igual!! jeje, mientras siga habiendo gente que venga y deje comentarios, yo seguiré escribiendo, el parón ha sido por otros motivos bastante gordos.

      Bueno, total, es cierto lo que dices de la tele, jajaja. Pero es cierto que el móvil es una herramienta cojonuda también si no se usa en exceso, a mi el miedo que me da es que Kota se tire todo el santo día con el facebook palante y patrás sin sentido dejando de lado otras cosas…

  22. ¡Un gustico muy grato volver a leerte!

    Leyendo tu post, he recordado las tardes de verano tirado sin hacer nada en especial o bajando con mi hermano a la playa para reunirnos allí con todos los chavales del barrio. Pienso que ahora lo diferente, quizá, es que todo es como más vertiginoso y parece que si los chavales no están activos están perdiendo el tiempo. No sé qué opinas sobre eso. Claro, que hay que hacer cosas y no ser un cojín más del sofá, pero a veces parece que hay que estar activo todas las épocas del año. A mí lo que me gustaba de estos veranos de la infancia era precisamente eso, tener la libertad de elegir qué quería hacer cada día y olvidarme de la rutina escolar.

    Nada, que estoy muy contento de leerte de nuevo. ¡Muchos ánimos con todo! :ungusto:

    1. Pues tienes razón en lo de estar a tu aire sin «tener» que hacer algo too el rato. A mi ahora me parece perder el tiempo, no puedo estar sin hacer nada en condiciones, me entra urticaria, pero cada uno es cada cual y en el caso de los críos además si que creo que es importante no presionar… esos padres que meten a sus hijos a sietemil actividades extraescolares…

      Yo creo que un crío tiene que tener tiempo para ser un crío, para jugar, para correr de aquí pallá. Ya tendrá tiempo después para buscar y encontrar lo que le motive por su cuenta (o con indicaciones de los padres, pero sin imponer…)

      Muchas gracias a ti por comentar después de todo este tiempo!

  23. Que alegría volver a leerte :ungusto:

    Espero que todo vaya muy bien por allí y que la familia esté fenomenal. Yo sigo flipando con las fotos que cuelgas de Kota en redes sociales, mira que está grandote y guapetón.

    La reflexión sobre la infancia es interesante, yo intento que mis peques también tengan algunos retales de la mía en forma de música, audiovisuales, juegos… pero cómo ha cambiado la película.

    Dragon Ball no falla, eso sí :goku:

    1. Kota es mucho Kota, el gachó!!!

      Si que ha cambiado la copla, si… ba, lo importante es que sean felices, yo no hay día que no haga alguna gilipollez para que Kota se ría, y de momento funciona!!

  24. Estoy feliz de volver a leerte, ya te echaba de menos!
    He disfrutado con cada cosa que decías. Yo soy colombiana, pero vivo en Málaga, hoy es domingo y efectivamente, la cosa no ha cambiado mucho, esta todo muertisimo y eso que hace un día espectacular.

    Me he partido de risa con tu frase del Primark, la vuelvo a recordar y no pato de reír! jajajaj

    Sabes, tu infancia no fue muy diferente a la mia. Vivíamos en diferentes países pero pero lo que hacíamos era prácticamente igual! El súper cajón con los cassettes y ni q decirte que aun tengo en mi haber el LP de Locomia.

    Me has hecho volver a mi Infancia con tu post! Muchas gracias!

    Y muchísimo ánimo! No te preguntare nada, porque ya ha pasado lo q te haya pasado. Importante es seguir adelante y para eso te deseo todo lo mejor y entre eso seguir leyéndote mas a menudo! :feliciano:

    1. Jodo, pues entre dos países tan distantes como Colombia y España me esperaba muchas más diferencias!!!

      Gracias por tu comentario!! esas casettes que se rebobinaban con un lápiz!!

      :cebolleter:

  25. Los tiempos cambian. Una frase recurrente, pero es la verdad. Las infancias de ahora con las que tuvimos nosotros no se pueden comparar por todos los cambios que han habido, sobre todo tecnológicos.
    Lo que hay que intentar es que nuestros hijos sean lo más felices posibles, tengan la mejor educación y que hayamos hecho por ellos todo lo que esté en nuestra mano. Como hicieron nuestros padres dentro de sus posibilidades y de sus conocimientos. Está claro que ahora, desde otra perspectiva, puedes pensar que se podría haber hecho muchas cosas que no hicimos cuando éramos niños. Pero eran otros tiempos…

    1. Claro que si, que sean felices y fuera.

      Yo lo que creo es que ahora son los que mas recursos tienen de la historia, no económicos, sino de información, los avances deberían ser exponenciales para con las nuevas generaciones. Ya veremos que va pasando.

      Como decía por ahí arriba: yo no pienso presionar a Kota para que haga esto o lo otro, sugeriré muchas cosas, trataré de servir de ejemplo (no puedo parar quieto, sentarme en el sofá me parece una perdida de tiempo acojonante) y trataré que nunca deje de tener inquietudes, pero será él el que sea como quiera ser…

      Gracias por comentar a pesar de tanto tiempo sin posts!

  26. Para mi también ha sido un año 2015 un tanto diferente y he notado ese bajón a la hora de escribir en el blog, no porque no tuviese ganas sino que el tiempo se me ha pasado más rápido de lo que esperaba entre una cosa y otra. Esperemos que este recién estrenado año nos lo podamos tomar con mejor ritmo.

    A los ojos de la infancia, si que he tenido bastante presente cómo ha ido evolucionando la de mi sobrino que a pesar de la distancia uno puede mantener el contacto mejor. Apenas tenía 1 añito y poco cuando me vine para HK, y han pasado 8 años ya casi. Una diferencia tremenda entre su tiempo y el que nos tocó vivir a nosotros. Como factor principal, la tecnología que ha metido su mano no sólo en el ocio sino también en la educación, para bien o para mal. La cantidad de información que pasa ante los ojos de las nuevas generaciones es tremenda y también un potencial enorme para que sepan valorarlo más pero sin olvidar el lado humano, seguir interactuando con la gente y aprender de las experiencias de la vida.

    Seguro que tu hijo crecerá valorando todo esto porque se lo harás ver y te emocionará el poder recordar cómo se hacían las cosas en tu tiempo y lo mucho que ha cambiado hasta nuestros días.

    Disfruta de este comienzo de año y espero que sea todo lo bueno que te mereces junto a los tuyos.

    Un saludo!

  27. Un gustico leerte tras tanto tiempo, no soy un ejemplo de la puntualidad y rapidez en el seguimiento pero aquí estoy jajajaja.

    Preciosas palabras y reflexiones. Aun con sus inconvenientes de las infancias de ahora con las de los niños de los 80 y primeros de los 90, estoy seguro que la de Kota va a ser bastante única, mamar dos culturas desde chiquitín tiene que ser de lo más enriquecedor.

    Lo dicho un placer y feliz 2016.

    PD. este año me voy de turismo a japón. :feliciano:

  28. ¡Hola, Oskar!
    Qué ganas tenía de leerte ya de nuevo y veo que no soy la única. Espero que el ritmo no decaiga, me encanta conocer la vida entre dos países a través de tus letras.
    Alguna vez me había pasado a comentar, pero ya era tarde porque tu ritmo había bajado (cosa normal y comprensible). Pero ya me tendrás por aquí siempre :) adquirí tu libro y puedo decir que me he leído el blog entero de arriba a abajo y con muuucho gustico .
    En referencia a la entrada de hoy, diferencias culturales haylas ya no solo por estar en países distintos, es que el mundo entero ha avanzado a pasos agigantados en la tecnología. Yo misma lo veo con la criaturica de mi hermana (10 años), que por su culpa siento mucha nostalgia. Creo que mi generación (1990) fue de las últimas que tuvo el placer de jugar en la calle, volver a casa cuando mi padre sacaba medio cuerpo al balcón y se desgallitaba gritando mi nombre para que subiera a la de YA; poder ir al kiosko a comprar chuches, patatillas o valorar el inmenso poder de las 500 pesetas. Todo cambia, todo avanza… Y la verdad es que hace la vida mucho más fácil. Que viejos nos hacen sentirnos estos chiquillos, copón …
    Lo dicho, un placer tenerte de vuelta por la Net.

    ¡Un besico!

    1. Ostras, pues muchísimas gracias por seguir viniendo por aquí a pesar de no haber posts nuevos!!

      Es cierto… yo estaba todo el día en la calle, aunque he de reconocer que abrieron un centro de ordenadores en mi barrio y acabé encerrado ahí todas las tardes… pero mi madre saliendo al balcón gritando que ya estaba la cena no faltaba nunca!! jejeje

      Si que nos hacen sentirnos mayores, si, hace tan poco de aquello y sin embargo tanto…

      Besicos!

  29. Es que cuando entras en otra dinámica familiar tienes que cambiar muchas cosas, entre ellas lo del blog, yo también lo dejé un poco de lado, a pesar de que ya tenía hijos cuando lo empecé a escribir, porque no solo son los hijos sino otras cosas las que te llevan a escribir o a no hacerlo

    En cuanto a los hijos, por mas que te empeñas, ellos aprenden lo que quieren y toman la cultura que mas les apetece, yo tengo la ventaja que el idioma es casi el mismo, pero las costumbres son mucho mas diferentes de lo que pudiera pensarse, y a pesar de tus esfuerzos por mostrarles e inculcarles tus costumbres, ellos las medio sabrán pero no las usarán porque sus costumbres son las que viven día con día, las otras son costumbres de su padre, que están bien, pero no son las suyas.

    Un abrazo y disfruta a tu hijo ahora, que cuando cumple 12 a 14 años ya no quiere salir contigo, a los ya no son pequeños para llevarlos al parque ni grandes para llevarlos a esas comidas con colegas

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