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Fuurin – 風鈴

«Campanilla de viento» me dice un diccionario por ahí que significan estos dos kanjis:

風鈴

La verdad es que el poético nombre le cae bastante bien. Básicamente son campanitas de hierro de cuyo badajo cuelga una cuerda con un papel que al ser movido por el viento, hace que la campanita tintinee.


Pues bien, el otro día volviendo de Kárate, vi que en el templo de al lado de casa han colgado unas cuerdas de árbol en árbol e infinidad de campanillas de viento están allí haciendo su trabajo:

Honmonji… un templo tan bonito, tan grande, pero en el que nunca hay gente. Un lujo!

Estoy seguro de que había más de 100… os podéis imaginar el sonido que hacían todas juntas

Eso unido a que era de noche y que el sitio es increíble

Las vi el año pasado por estas fechas, pero nunca pensé que las volvería a ver

Además coincidía que era una noche de bastante viento

Este gato está siempre ahí, desde el año pasado lo llevo viendo casi todos los días, más majo que majo!

¿Os volveré a ver algún otro año? espero que si…

Concesionario Audi en Tokyo

Esto es un concesionario y lo demás son gaitas moras!

¿ein? ¿qué es ese edificio todo tronchao del color de las gafas de Paco Clavel?

Pues si que tiene una forma curiosa, si, si es todo rayas rectas!!

Anda que no llama la atención!!

Las dos columnas esas son ascensores, y luego a la izquierda del todo hay otro para coches

¿No os lo creiáis eh? pues ahí que me quedé un rato hasta que se metió un coche…

Y Matías que no me quitaba ojo ahí debajo del sombrero ese que le han puesto

Este no tiene nada que envidiar al edificio roto!!

El conazo

No, no es que mi teclado no tenga ñ, ni tampoco es lo que me está dando siempre el americano del trabajo, que es más pesao que darle a uno de Accenture un powerpoint y un proyector.

El conazo, o más bien los conazos son lo que me encontré el otro día por Shibuya:

Vale que la señora no tenía el ADN de Gasol, pero ya se va intuyendo la cónicoaltura

Aquí diréis: eso es que estás muy cerca y parece más grande, y la chica parece un foskitos por eso

¿Y de esta? ¿Qué me decís de esta? que el cono es más alto que el motorista y que el coche!

Medían más de metro y medio!!

Más productos ikuprobaos!

Cocacola con vitaminas y toda la pesca, no si al final va a valer para curar resfriaos! Sabe como a limón, pero del quimicefa

Una vez mi madre aflojó los tornillos de la rueda del coche echándole cocacola… yo, por comentar

Y una chupabolsa de Aquarius congelado!!! digo yo que te la llevas si vas a correr o algo y pa cuando acabes, te bebes un Aquarius bien frío!

Los insectos de hojas

Desde hace algunas semanas, si hace buen tiempo me voy a un parque cercano a comer. A veces voy sólo y otras veces se anima alguien más de la oficina, aunque lo primero suele ser lo normal.

Y sentado en un banco, palillos en mano, me dedico a observar lo que pasa en un parque cualquiera de Tokyo entre la una y las dos del mediodía: veo madres que juegan con sus hijos en los columpios cercanos, algún que otro barrendero, otros empleados de empresas cercanas haciendo lo mismo que yo… pienso que no se diferencia mucho de lo que se podría encontrar en cualquier parque de cualquier ciudad del mundo a la misma hora.

Pero de un tiempo a esta parte, y de forma ocasional, he encontrado en el banco en el que me suelo sentar unos insectos hechos de hojas. Es como si fuese origami, pero utilizando hojas de árboles en lugar de papel. Una día aparece uno, después puede pasar una semana y aparecer otro con distinta forma. Siempre en el mismo banco, y siempre insectos hechos de hojas.

Los dos primeros me hicieron gracia y no les dí importancia, pero cuando apareció el tercero, empecé a coleccionarlos.

Hoy he salido a comer una hora antes, cerca de las doce, y he ido al parque andando muy rápido, corriendo en ocasiones, poseido por una emoción infantil como hacía tiempo que no sentía. Y le he visto: un señor con traje y corbata, de unos 60 años estaba sentado en el mismo banco. Se pudiera decir que es su turno, como si yo fuese el relevo.

Y me he sentado enfrente, a unos dos metros. El hombre había acabado ya de comer, el recipiente vacío de comida estaba perfectamente recogido a su lado, envuelto por una tela de color verde. Curiosamente del mismo verde que se dejaba asomar entre sus manos que no se paraban quietas. Un doblado aquí, un corte allá… entretejiendo, dando forma, esculpiendo las hojas con gesto experto, con movimientos repetidos quizás durante años.

No había comido ni siquiera la mitad de mi plato cuando me doy cuenta que es el segundo insecto que está haciendo hoy. Puedo ver el primero desde mi sitio y de repente una ráfaga de viento lo tira al suelo. El hombre lo recoge, casi sin levantar la vista del que tiene a medio hacer, y lo vuelve a poner en su sitio. Y un par de minutos después, veo que examina con cuidado su segunda obra, lo mira, lo remira y le da unos últimos retoques.

Después, coge ambos insectos y los coloca con cuidado en el reposabrazos del banco, recoge su bolsa y se va como si no hubiese estado nunca. Por el camino se va ajustando la corbata quizás pensando en las reuniones de trabajo que le esperan. Pero antes de doblar la esquina se gira para comprobar que todavía siguen allí.

Y creo verle mirarme y sonreir, como si supiera de sobra que soy yo.



Una máquina expendedora

El otro día que estuve en la feria del juguetillo para la nena y el chiquillo, ví ésta máquina expendedora:

Comida de la de toda la vida congelada (Ikusuki traducciones a mi pedo S.A.)

Bolas de pulpo (takoyaki), karaage (pollo rebozao), hot-dogs, onigiri (triángulos de arroz)…

Y todo más congelao que los mocos de Walt Disney!! No es mala idea, aunque no se cómo andará esto de sabor…

El policía y el extranjero

«La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida» estaba sonando en mi iPod cuando me cruzo con un policía en bici. Me mira desde el otro lado de la calle, y en ese momento se que va a venir donde mi, pero como para hacerlo tiene que esperar a que el semáforo cambie, yo aprovecho y ando más rápido. No se lo voy a poner fácil.

Como el que no quiere la cosa, el hombre me alcanza y me hace gestos para que me quite los auriculares. Le doy las buenas noches, y entonces empieza un interrogatorio que ha sido más largo y más serio de lo habitual:

– Buenas noches, como es usted extranjero (tal cual), quisiera hacerle unas preguntas, no se lo tome a mal
– Entendido, adelante
– ¿Puede enseñarme su carnet de extranjero? (literalmente: gaijin card), ¿lo lleva encima?
– Si, un momento por favor (se lo doy, lo coge con cierto desdén y lo examina con cuidado).
– ¿Por qué está andando por esta zona?
– Pues porque vivo aquí y he salido a dar una vuelta (son las doce de la noche y ya que he bajado a tirar la basura, me ha dado por ahí)
– Ah, entiendo, ¿y donde vive?

Tomando el Seven Eleven como referencia, le explico el camino a mi casa aunque él no levanta la vista del carnet. Yo, mosqueado por la falta de respeto, le señalo mi dirección en el carnet con mi dedazo.

– Ah, entiendo, ¿qué hace en Japón?
– Trabajo como informático en una empresa en Gotanda (y de nuevo le vuelvo a señalar el dato en el carnet, que para eso me hacen llevarlo encima todo el rato)
– ¿Viene de trabajar ahora?
– No, he salido a dar una vuelta (por segunda vez)
– ¿Es una empresa grande?
– No, unos 15 empleados
– ¿Cual es el nombre de la empresa? ¿A qué se dedican? … y cuatro o cinco preguntas más igual de relevantes para la seguridad del país.

Entonces saca una hoja y se dedica a copiar lo que pone en el carneto. Todo está en japonés, menos mi nombre que está en caracteres románicos, con lo que me pide sopitas: «Osukaru Diazu Tosucano». Quiero reseñar que todo lo hace con cierto desdén, con una clara actitud de desconfianza, como intentando pillarme mintiendo o rectificando.

– ¿Está todo bien? es tarde y mañana tengo que madrugar, quisiera irme a mi casa

La iniciativa de mi pregunta parece no hacerle demasiada gracia, así que me devuelve el carnet de extranjero y me dice algo en japonés que no entiendo. Pero él se hace entender: me empieza a cachear en medio de la calle. Me mete la mano en los bolsillos y saca lo que llevo: la Nintendo DS que estaba en la cazadora, el móvil, el ipod, la cartera, las llaves… y después lo vuelve a dejar en su sitio. Unas manos de un completo extraño manoseándome. Todo mientras pasan mis vecinos por la calle curiosos por la situación.

Yo ya no se si darle una ostia o dejarle hacer, está claro que no le caigo bien. Pero por sensatez, mejor lo segundo.

Cuando acaba me da las buenas noches y me pide perdón de manera muy sútil. Casi parece darle rabia no haber encontrado un cuchillo o algo.

Es la segunda vez en un año y algunos meses que me he visto en una situación tan incómoda por ser extranjero. La primera fue casi una comedia. En esta ocasión no me ha hecho tanta gracia, aunque me queda el consuelo de saber que el policía, a parte de racista, era gilipoyas.

En fin, nos lo tomaremos con alegría, poco puedo hacer por cambiar mi careto…

Oye oye!!

Pon más fotos del tren pato ese!!

Vaaaaleee
Para una vez que lo pillo parao… anda que no es chungo sacarle cuando va a toda leche!

El tren con más morro del mundo!! Tio jeta!!

Encima es super silencioso, parece mentira que vaya a más de 200 kilómetros por hora


Aquí la familia pato al completo

Es curioso coincidir con una autopista y ver cómo uno va mucho más rápido que los coches

En el de Kyoto preguntaron a ver si había algún médico a bordo, como en las películas! Nadie necesita a un informático, snif, snif

Ahí en el suelo tiene como un pincho. Dejo a los listillos de siempre que digan que es «para cortar el viento» o alguna de esas

Aunque por muy rápido que vaya, hay que esperar para montar, como en todo!

Los Elvises

Hoy el americano de la oficina me ha dado el día, la madre que le parió, dice lo que se le pasa por la cabeza (que no son más que trilipoyeces y gilitontás), pero todo el rato. ¿Cómo se puede estar todo el santo día diciendo lo que le sale del garbanzo?, es que no se calla ni debajo del agua, me ha puesto la cabeza like a bombo.

En fin. Lo prometido es deuda, que diría un banquero. Aunque os voy a decepcionar, porque por los comentarios me da a mi que estáis esperando que os ponga yo aquí a los típicos figuras de Harajuku que están ahí vestidos de siniestros dando miedo hasta a las arañas y yo me he centrado más bien en otro tipo de gente.

Antes una ikuintroducción: el parque de Yoyogi es inmenso, con mucha campa y mucho paseo. Pero lo que lo hace más inmenso todavía es que uno se encuentra todo tipo de gente haciendo todo tipo de cosas. Sin ir más lejos, este domingo estaban los siniestros con su correspondiente legión de turistas con cámaras, unos haciendo coreografías de kendo, otros haciendo malabarismos con botellas, hasta había un grupo de gente que estaban ahí simplemente meditando con los ojos cerraos.

Los kendotarras ahí haciendo Kill Bill 3. En Bilbao les habría detenido la Ertzaintza hace tres horas

Este era un artista del copón, le daba trece mil vueltas y un rodeo a Tom Cruise en Cocktail, qué campeón!!

Yo me centré en el lugar de Japón desde el que se emana más CFCs por tupé cuadrado. Programé el condensador de fluzo un par de décadas patrás, y me encontré, como cualquier fin de semana, a los… ¿cómo llamarlos?….

¡Elvises de Tokyo!

No no, no son fotos del año catapún, sino de éste mismo domingo después de comer

Yo me esperaba ahí a la otra banda y que se diesen pa’l pelo (nunca mejor dicho), pero nones, cachis!

Agat chuuuuuu, kin churu preieeeer (la canción de Grease, hombre, que en mi pueblo se canta así)


Y es que menuda pasión, menudo ritmo, menuda nostalgia sesentera… el video baila por si sólo!:

Alquila un perro

Iba yo paseando por la playa de Odaiba, cuando me encontré este local:

Ya siento la foto que no se ve muy allá, pero pone «Let’s enjoy rental dog!!!» jaja

Resulta que si tienes envidia, puedes alquilar un perrillo ahí un par de horas y pasearlo como si fuese tuyo!!. La leche, pobre perro!. Yo si alquilase uno, le pondría el nombre que a mi me diese la gana, como Ikusuko o algo así. Y claro, si todos hacemos lo mismo, el perro tiene que tener un jaleo en su cabeza del copón!!, no sabe ni como se llama, ni a quien tiene que seguir, ni ná de ná.

Así que se limitará a correr por ahí y dejar su marca de la casa en las esquinas, porque por mucho de alquiler que sea, digo yo que tendrá que hacer sus cosas, ¿no?. Esto me hace plantearme otra cosa: ¿te vendrá con kit recoge premios?, o igual es un extra. Lo mismo si pagas un poco más te entran en el kit una rama de árbol y dos metros más de correa extensible…

Como bañarte, es mejor que no te bañes, pues mira, si no sabes que hacer… ¡alquila un chucho!

Qué cosas!

El día que estuve con Lekesan, estuve jugando un rato con su hijo y de repente me vi rodeado de japonesas diciendo «kawaiiii»… Así que igual el futuro pasa por ahí, por alquilar niños para ligar!!! (la verdad es que el hijo de Leke es mucho hijo de Leke!)

El nuevo vecino

En las series americanas se estila eso de que uno abra la puerta y te salga una señora con una tarta que te dice «Hola, soy la nueva vecina, he preparado una sabrosa tarta de manzana para presentarme en el barrio«. Jaja, a mi me pasa eso y me estoy riendo un mes.

Pues aquí es costumbre regalar algo también, aunque yo la verdad es que no lo hice, y por lo que me cuentan, ya no se sigue tanto, al menos en Tokyo donde parece ser frecuente el cambio de casa. Es más, yo no conozco a ninguno de mis vecinos, ni siquiera de vista, vaya vida más rara que me llevan!!

El asunto es que el otro día me encontré ésto encajao en el buzón:

Envuelto en un papel con el nombre de la familia

La vecinotoalla!!! si señor!!! no tengo claro si tengo que decir algo, o quedármela sin más o devolver el gesto …

Cerveza para niños

En mi barrio hay un Kitamura, que es como decir que un Eroski pero con nombre autóctononativo. El amigo Kita tiene que estar forrao, porque a parte del súper, tiene una inmobiliaria enfrente, y una tienda enoooorme con de todo al otro lado. Y viendo el dineral que me estoy gastando yo a costa de Ikusuki Investigación, seguro que abre un kiosko dentro de poco a mi costa! (comprad camisetas, que se me acaba el presupuestoooo!!!)

En fin, que ayer comprando en el Kita #1 una barra de pan para zamparme un paquetillo de salchichón que me mandó Bea (Empates! Bea-Maper-Mis padres 3, Perros del aeropuerto 3), cuando me encuentro con una cerveza para niños. Si tenemos en cuenta que es la bebida alcoholica que más se pimpla aquí con diferencia, es una buena idea para que los niños no tengan envidia!

Por supuesto, sin alcohol. Pero tiene su espumilla, y su color igual igual que una cerveza normal!

Los niños pueden ver la espumilla, brindar… sentirse mayores por un rato!. Aunque el sabor era a kas de limón!!!

Conversación

Entro en el Seven Eleven.

– Bienvenido, buenas noches! (cuatro voces a la vez)

Voy a la caja, me atienden directamente, no hay cola.

– Perdón por hacerle esperar.

Pasa los productos por el código de barras, entre ellos hay dos cajas de chocolate preparados para regalo.

– ¿Le pongo una bolsa con los regalos a parte?
– Ah, si, por favor
– Perdone, le molesto de nuevo. ¿Le quito el precio?
– Oh, si, no me he dado cuenta, gracias
– Perdón

Saca una bolsa super chula de no se donde, me mete las cajas en la bolsa.

Perdón, le voy a cobrar de los 3403 yenes.

Me cobra, y me va a dar las vueltas

– Perdón por hacerle esperar, el cambio son 300 yenes

Le doy las gracias y me dirijo a la puerta, por el camino voy escuchando:

– Muchas gracias. Vuelva otra vez, por favor.

Y al «muchas gracias» le hacen eco otros tres del resto de empleados de la tienda.

Manner mode!

«Manner mode»… Esto de manner, lo podríamos traducir como «maneras» o «educación» y aquí en Japón se estila bastante que te enseñen a tenerlas mediante carteles. Por ejemplo, en el metro te piden que pongas el «manner mode» en el móvil, por la calle hay carteles que invitan a recoger los chocopremios que dejan tus perros en la acera…

En fin, delfín. Que hoy me he comprado una cajilla de caramelos, y venía con «Manner pocketto», que ikutraducido a mi bola sería «El bolsillo de la educación».

Aquí os echo las fotos, ya veréis que cosa:

Caramelos buenos para la garganta, pa que los gorgojos no lo sean tanto!

Si lo deslizas, a la izquierda están los caramelos, y una flecha que pone lo del «bolsillo de las maneras» o algo así


Que no es, ni más ni menos, que un apartao en la caja pa meter los envoltorios de los caramelos en vez de tirarlos por ahí

En las cajas de chicles vienen una especie de minipostits que yo pensaba que eran chicles patrocinados por 3M o así, pero no! resulta que te vienen para que envuelvas los chicles y te los metas al bolsillo!

Cuando me acuerdo de las noches de verano en mi pueblo con el Pirri devorando pipas y dejando las torres gemelas echas con las cáscaras ahí en el suelo, me descojono vivo!.

Encima resulta que el barrendero de mi pueblo es mi tío, jajaja