Artes marciales hay muchísimas, esto es así. Tenemos las más conocidas como Kendo, Capoeira, Aikido, Karate, Judo… y luego hay un montonazo más que se saben los que las practican y poco más. No tengo ni idea de cual es mejor, supongo que lo perfecto sería tener el tiempo suficiente como para profundizar medianamente en cada una de ellas y que así se complementen en uno mismo.
Por ejemplo: Judo se basa en agarrar, derribar e inmovilizar al contrincante aprovechando, a poder ser, su propia fuerza. Vamos, que si me empuja, yo no empujo, sino que tiro y así añado mi fuerza a su fuerza en mi beneficio. En Karate, simplificando mucho, nos dedicamos a pegar puñetazos y patadas y a aprender cómo parar. Sería perfecto que un Judoka aprendiese a parar o a soltar una patada bien dada por si eso del agarre se complica, y por otra parte yo rezaría para que el Judoka no me enganchase porque a partir de ahí no sabría que hacer.
Partiendo de esta Toscareflexión que seguro que no saldrá en ningún libro, a mi siempre me ha llamado la atención ver a algunos policías con palos en vez de porras. Son varas que miden de un metro a metro y medio y que provienen de un arte marcial llamado «Joudou» cuyo origen está en saber manejar el palo que utilizaban los caminantes para defensa y ataque. Por supuesto, los polis también llevan pistola por si te viene un malo con una, pero creo que sabiendo utilizarlo, un palo de esas características debería ser un arma muy práctica para reducir a alguien, desdeluego mucho más que una porra.
De buenas a primeras, ver a un policía apoyado en un palo así de largo como que ya acojona. Y es curioso porque una pistola es mucho más peligrosa, pero me imagino que estamos todos demasiado acostumbrados a verlas…