La segunda maleta

Los habituales de aquí seguro que ya sabéis que el año pasado volví tres veces a España: una con Kota y Chiaki y las otros dos yo solo. En todos los viajes, invariablemente, me vuelvo con una maleta de más, una maleta imaginaria llena de un montón de pares de impresiones, historias dobladas y alguna que otra anécdota arrugada que me ha llamado la atención por algún motivo. Hoy me ha dado por abrirla y jodo lo que ha salido, a ver qué os parece:

– En el segundo viaje, al ir Kota con nosotros, cogimos asientos de estos que quedan con una pared por delante para tener más espacio porque estaba bastante claro que no iba a parar mucho tiempo quieto. Tal cual: se pasó la mayor parte del vuelo sentado en el suelo jugando con sus cosas; cuando yo me senté a jugar con él un rato, vino una azafata toda alarmada a echarme una bronca del copón medio gritándome que no podía ir sentado en el suelo del avión, que iba contra cuarenta normas de seguridad aérea. No me senté en el pasillo, sino entre mi asiento y la pared, es decir: donde irían mis pies. Totalmente absurdo.

– Al llegar a Dubai pasamos por una cafetería que vendían bocadillos. Pedimos dos para comer y yo un café porque no podía con mi alma, la tía prácticamente ni nos miró. Llegaron los bocatas pero el café nunca apareció, fui al mostrador a decirle esto mismo de muy buenas maneras y la tía asquerosa lejos de pedir perdón, chascó la lengua como mosqueada, se dio la vuelta y se piró sin contestar ni mú. Al de un rato sacó el café y lo medio tiró encima del mostrador para que fuese a buscarlo, cosa que nunca hice. No me bebo yo eso ni jarto tirititeros aunque me lo hubiese traído a la mesa, que era lo que tenía que haber hecho. Al de un rato vimos que le hizo lo mismo a otra pareja, curiosamente de españoles, pero ella fue menos amable que yo y a grito pelao le reclamó el café de mala hostia. La tía repitió la jugada con cara de mala baba pero esta vez la otra chica le pegó cuatro voces bien pegadas jurando medio en inglés medio en madrileño que menuda educación de sus huevos.

– Ya en España, comprando en un Mercadona me sentí perdidísimo: en la caja la chica me preguntaba si quería bolsas y al contestarle que si, ¡¡ la tía me preguntaba que cuantas !! ¿y yo que coño sé?. Para empezar no tengo ni idea de como son las bolsas de grandes y luego a ojo digo yo que sabrá ella calcular mucho mejor que yo, ¿no?. En Japón también nos preguntan si queremos bolsas, pero es la cajera la que te mete las que ella cree (y normalmente con muy buen criterio).

– La otra del Mercadona fue que el chisme para pagar con tarjeta lo usas tu. Es decir, no te mete la tía la tarjeta y tal, sino que ella se limita a poner el precio y en teoría eres tu el que metes la tarjeta de crédito, esperas a que te pida el número, lo metes y si todo está bien, te recoges la tarjeta tu mismo. Si esto no me lo explican, como pasó la primera vez, ahí me quedé yo con la tarjeta en la mano esperando a que la tía se dignase a mirarme para cogerla (ahora que la tía era más siesa que ni sé, que se me veía a la legua que no sabía que hacer). En sector servicios, amigos, estáis a años luz pero para atrás, menudo soserío y menuda malagana gastáis, la vírgen.

– En cambio, y mira que vivo en Tokio, me encontré muchos más sitios con wifi gratis en Badajoz que aquí. Ahí nos seguís ganando, por alguna razón que no entiendo ni pa Dios, aquí no está extendido el asunto del wifi gratis.

– Yo soy muy de cremas, me creo todas las chorradas que venden: desde exfoliantes hasta los botecicos esos pequeños para las ojeras y bolsas, ahora mismo estoy en condiciones de afirmar que tengo más que Chiaki (hecho nunca suficientemente ponderado, carcajadas mediante, por la susodicha). Pues bien: me llamó mucho la atención la cantidad de cremas que venden en España en los supermercados «normales»: ¡hay de todo!. Aquí en un súper como mucho tienes una hidratante y el aftershave, quizás si te vas a una droguería, que las hay muy buenas y practicamente en cada esquina, puedes encontrar más cremas, pero no venden, por ejemplo, las de bolsas y ojeras, como tampoco hay historias para depilación masculina y así. Aquí si quieres movidas de estas tienes que ir a tiendas «especializadas» dentro de centros comerciales y dejarte, todo sea dicho, un ojo de la cara.

– Y muy relacionado es el tema de la colonia… esto ya lo he mencionado otras veces… ¡la virgen que peste echáis!. Todo Dios se echa un huevo de colonia allí, es acojonante, y eso que yo era uno de los vuestros, ¿eh?, pero como aquí en todo Tokio prácticamente solo se echa el Chiqui, he desarrollado algo parecido al rechazo, ¡hasta me mareo!. Me flipa la cantidad de colonia que venden en todos los lados, empezando también por los supermercados, y los litros que lleváis puestos encima.

– La segunda vez que fui solo prácticamente hice vida en el hospital. Aprendí que hay todo tipo de personas entre el personal sanitario pero que por ser la situación tan delicada, uno aprecia infinitamente más los buenos modales y gestos y al contrario: cualquier atisbo de desidia será recordado con rabia e impotencia probablemente muchas más veces de lo necesario. Hicimos buenas migas con algunos y enseguida calamos a los que no queríamos ver ni en pintura. Yo creo que hay gente que no debería hacer trabajos en los que tengan trato con otras personas de cara al público, simplemente no valen y no deben. Si eres un tío borde asqueroso, curra delante de un ordenador y a poder ser no hables con nadie.

– Al de poco de llegar yo ingresaron a un gitano. Es un hecho, no es que sea una afirmación racista. En nada se empezó a llenar el hospital de familias enteras montando escandaleras increíbles, y eso que, por norma, solo un familiar podía estar en la habitación con el enfermo cada vez. Uno de los niños pequeños que traían, que era menor que Kota seguro, tenía piojos que la madre se dedicaba a quitarle sentada en la sala de espera. El viejo, que era el que estaba ingresado, se iba a la sala de espera y se tiraba dos horas ahí de risas con cuatro gordacas vestidas con chandals tres tallas menos que sus barrigacas. Y fumando. Les llamaron la atención infinitas veces hasta que finalmente llamaron al de seguridad del hospital que le dijo que o dejaba de fumar allí dentro o le echaban de la habitación. Pues bien: montaron un circo del copón de la baraja a grito pelado. Estamos hablando, insisto, de un hospital con gente muy delicada ingresada. Yo flipaba, no sabía si salir a dar gritos y hostias si fuese menester también o si iba a ser peor el remedio que la enfermedad. Que sean gitanos o no no sé si tendrá que ver, pero en este caso eran gentuza de la peor calaña.

– Al llegar a Madrid tenía el tiempo justo para coger el par de metros que me deja en la estación de autobuses, donde llegué de milagro apenas diez minutos antes de que saliese el autobus de vete a saber qué dársena. Estaba llamando a mi madre por teléfono para decirle que ya estaba en el país cuando vi que un chaval con más o menos pintas se me acercaba y que parecía estar esperando a que acabase de hablar. Tal cual: vino y me empezó a contar que era de Grecia y que llevaba no se cuantos días en España sin comer y sin un sitio donde dormir. Le di algo así como 10 euros que era lo que tenía a mano y el tío insistió medio agarrándome por el brazo que eso no le daba para nada, que le ayudase más. Le quité de un manotazo su mano de mi brazo y le dije que me dejase en paz que estaba yo en una situación personal muy jodida como para aguantar movidas ajenas. El tío se puso violento y empezó a decirme que él me había hablado con educación y que si yo le contestaba así igual tenía que hacerse entender por las malas. Me di la vuelta, me fui sin contestarle y noté que me empezó a seguir, bajé hasta el autobús dispuesto a soltarle una hostia con todas mis ganas porque en ese momento estaba yo al borde ya de todo, pero al ponerme en la cola para subir, se acabó yendo. Ha sido de las pocas veces en los últimos años en los que he estado completamente decidido a dejarme llevar y que pasase lo que tuviese que pasar.

– Volví a coger el coche en España y me sorprendió lo mal que conducís allí, me sorprendió porque aunque lo sabía, ya se me había olvidado. Los límites de velocidad no los respeta nadie, el coche de atrás pegado a ti, nadie da los intermitentes, todo Dios pitándose entre sí… es muy muy acojonante y vosotros lo véis como normal, que es lo más espeluznante de todo. No sé cómo será en Tokio con el coche porque no tengo, pero con la moto no tuve nunca esa sensación tan brutal de estrés. Sin embargo, y esto no pasa en Tokio, paráis en todos los pasos de cebra en cuanto véis a alguien esperando, eso es sagrado. Aquí, tampoco entiendo la razón, no para ni Dios hasta que no hay unas cuantas personas ya acumuladas ahí dispuestas a pasar, es como si fuese el coche el que tiene la prioridad… en serio: los conductores simplemente no paran porque no les sale de los huevos y como todos lo hacen, es «lo normal». Acojona este concepto de «lo normal», en serio.

– Otra cosa que me gustó mucho y que había olvidado es la educación de la gente de a pie: entrar en un ascensor y dar los buenos días, comentar alguna cosilla, cruzarse con alguien por el pasillo y que te salude. En Tokio eso no pasa, ese saludar al entrar en un sitio a la gente que está dentro. Ahora que claro, hay tantísima gente aquí que uno no pararía nunca.

– En Barajas y supongo que en todos los aeropuertos de España, el personal que está ahí revisando los equipajes y haciéndote pasar por el arco no son policías, son de Prosegur. Es decir: una empresa de seguridad privada es la encargada de esta movida, ¿qué coño está pasando?, si un pavo de estos quisiera detenerme estamos hablando de que me cago en su autoridad, ¿no?, ese tío no es un policía, es un currela, ¿no?.

– En Amsterdam eran policías y, sin embargo, me parecieron tremendamente maleducados y prepotentes, ahora que es algo que siempre me pasa en los aeropuertos: salgo de allí con la sensación de ser un delincuente dando gracias a Dios por que me han perdonado la vida una vez más. Yo entiendo que el 90% de los que allí estamos somos buena gente sin malas intenciones, ¿qué cuesta hacernos pasar por el trámite sin tratarnos como cerdos yendo al matadero?

He de reconocer que la gran mayoría de estos puntos son negativos, ya pongo por ahí arriba que no estaba en mi mejor momento personal y es en estos casos cuando a uno se le ensanchan más las afectaderas. Centrando la cosa entre España y Japón, aún a día de hoy y a pesar de que vivo aquí, hipoteca mediante, no sabría quedarme con uno de los dos países. Aquí todo funciona y sin embargo echo de menos la espontaneidad y la simpatía de los míos de allí. Lo resumiría en que molaría seguir teniendo la certeza de que el fontanero te va a arreglar el grifo de la cocina a las cinco como se prometió, truene, llueva o se caiga el sol de canto, pero que te cuente alguna cosa mientras lo hace y que a la hora de despedirse cambie esas frías reverencias a un metro de distancia con mil frases acabadas en masu por un apretón de manos y un «bueno quillo, si se te vuelve a estropear, ya sabes donde estoy, pero coño, ten cuidao y no te lo cargues otra vez!».

Eso si que molaría.

50 comentarios en “La segunda maleta

  1. Bueno, ahora estas mas activo contandonos tus historias!
    La verdad que cuanto mas tiempo pasas fuera de tu pais y ademas has vivido en diferentes paises, cuando vuelves a Espania hay cosas que ya no reconoces. Ademas, siempre tenemos el comparador en la cabeza. Me recuerda al «precio justo» de Matias Prats. :felicianer:
    Respecto al tema familiar, bueno, la vida nos lleva por diferentes caminos y siempre hay que intentar tirar para adelante y quedarse con las cosas positivas. Es duro no tener la cercania familiar pero por otro lado nos enriquecemos de miles de experiencias. Creo que es un sentimiento universal de todo emigrante.
    Un saludo.

    1. Yo le he dado muchas vueltas al asunto… la primera vez que vine a Japón fue de carambola, la segunda mucho más aposta, lo de quedarme supongo que una consecuencia lógica… es duro estar lejos de los tuyos, echo de menos a mi madre y a mi hermano Javi a morir. Pero también sé que no estaría tan a gusto en Bilbao, a mis 39 años creo que he vivido ya el doble que si me hubiese quedado allí, el doble en todos los sentidos.

      En fin… vivir…

  2. Creo que todos a los que nos toca viajar, por el motivo que sea, venimos con esa segunda maleta cargada de historias.

    Azafatas bordes pocas me he encontrado pero aún recuerdo muy bien a la imbecil de ANA que, teniendo que comer con Yuna en las rodillas (tenía año y medio) y con la locura de servir misoshiru en un vuelo (y que acabó derramada encima mío), me dijo que tuviera más cuidado…
    Yo también vengo cargada de cremas, para la cara y el cuerpo, más baratas e igual o más buenas.

    Y habiendo estado ingresada en hospitales de España y en Japón, yo lo siento, en los hospitales españoles hay personal muy capacitado pero nunca falla que también encuentres imbéciles sin sentimientos y que no se dan cuenta que en el hospital no estás por gusto y te hacen la estancia más amarga. En cambio del personal sanitario del hospital que estuve hace un par de meses debo decir que fueron todos (enfermeras, celadores y doctores) 100% humanos.

    Y flipo con la historia de la familia gitana…tela.

    Besos, familia !!

    1. Las azafatas tienen la misión de hacer que los pasajeros de su avión estén lo más quietos posibles, yo creo que en cierto modo están nerviosas también porque hay veces que somos la hostia, esto es así: gente que se levanta cuando pone que no hay que levantarse, los de los asientos reclinados a todo lo que da, el que se tira siete horas en el wc… pero vamos, de ahí a exhibir malas maneras hay un abismo. Tonterías no se aguantan ya ni una, por lo menos yo.

      Yo nunca he estado ingresado en ningún hospital, siempre que he pasado por semejantes lugares ha sido para visitar a alguien y se ha dado el caso, de momento, que solo ha sido en España, así que tampoco tengo con qué comparar. Pero estoy bastante seguro que aquí en Japón también habrá de todo, fijo que uno acaba echándose a la cara a un sieso amargao tarde o temprano…

      Que no nos toque volver a ningún hospital, Núria!!

      Besicos!!

  3. Buen post, y en este casi me sirve también aunque con alguna modificación lo de la otra vez, lo de los cubre ojos de los burros, porque la gente se comportaria de otra manera. Lo que cuentas del hospital y la gente dando voces lo he vivido y te dan ganas de coger a alguno y darle volquete por la ventana, y lo del personal sanitario tambien gente que es un cielo y te dan la vida en momentos chungos y otros a los que solo les falta empujarte con un palo.

    Lo suyo seria hacer un mundo quedandote solo con lo bueno de los sitios y las personas y lo malo tirarlo por el sumidero.

    :ungusto:

    1. El otro día en Ilustres Ignorantes escuché a Alaska que dijo algo así como que lo que más pereza le da es la gente. A mi últimamente me está pasando lo mismo, tengo escasas tragaderas con cierta gente, no soy capaz de aguantar ná ya… así que esos comportamientos en un hospital, estando la situación como estaba… buff…

      Si que sería eso que dices lo suyo, si, a eso aspiramos!

  4. Ay, esa segunda maleta, siempre viene cargadita.
    Recuerdo que al principio solía venir llena de cosas reguleras (o malas), y que poco a poco se han ido trasformando en curiosidades, cosas que en España se hacen de una forma y en otro sitio (en mi caso Londres) se hacen de otra. Por ejemplo, todavía me sorprende que me pidan el DNI para pagar con una tarjeta con pin.
    Al final, aparte del clásico de la comida, lo que echo de menos como sociedad es esa cercanía que mencionas, ese carácter latino.
    Lo de las cremas debe ser verdad. Yo me traigo una de manos del Mercadona porque aquí hay muchas cremas pero las de marca de supermercado no están muy allá. Pero Ayako se trae un montón, e incluso las envía a Japón como souvenir (la de flor de Japón de Mercadona está siendo todo un éxito, jejeje).

    ¡Gracias por volver a escribir a menudo! :ikugracias:

    1. Siempre me ha hecho gracia lo de «carácter latino». No sé si será porque soy del norte, pero nunca me he sentido identificado con eso… sin embargo al llegar aquí me han puesto esa etiqueta muchas veces, es curioso.

      Jajaja, las cremas que hay en España para hombre así en todos los sitios no las hay aquí tan fácil, y mira que se ven productos para hombre aquí, ¿eh? sobre todo champús especiales y movidas para el pelo.

      Gracias a ti por seguir ahí!
      :gustico:

  5. Es curioso e interesante esto de las «maletas de impresiones», porque no sólo te las traes de un país a otro sino también de una ciudad a otra, de una prefectura a otra de un mismo país. En mi caso, de Tokyo a Okinawa :)
    Yo la tengo todavía sin abrir :P
    Un abrazo a los tres.

  6. Yo no tengo tanta experiencia viviendo en el extranjero, pero mis 6 semanas en Japón dieron para mucho. Nada más llegar, en el narita exprés me deje la mochila con toda la documentación del viaje, iPad, cargadores, bien empezaba yo la experiencia de viajar en solitario.
    De allí me traje el silencio en el móvil (se acabó la vibración), el buen servicio, educacion. El gusto por las cosas sencillas y elegantes. La fusión entre lo antiguo y lo moderno, que funciona perfectamente. No hay cultura perfecta.
    Y estoy completamente de acuerdo contigo en que hay gente que no debería trabajar de cara al público, no valen, y estoy segura de que ni ellos están contentos, entonces ¿porque? :palizero:

    En fin, es un placer leerte, como siempre. :gustico:

    1. Otia, ¿y no lo recuperaste? lo del Narita Express digo, aquí lo más normal es que lo hubieses recuperado si hubieses ido a cualquier oficina como la que hay en Shinjuku, hasta te lo habrían mandado al hotel casi seguro…

      Jajaja, eres un cliché con patas: «la fusión entre lo antiguo y lo moderno», jajaja, tenías que ver a mi suegra intentando entender un smartphone, ya te digo yo donde está ahí la fusión!!! xDD

      Lo de la gente de cara al público es que hay distintas escalas, creo yo: hay gente muy simpática, que son los que más valen, gente sosilla pero que vale con que hagan su trabajo y gente borde que no debería estar de ninguna de las maneras.

      Gracias por leer siempre! a ver si nos encontramos de casualidad otro año!
      ;)

  7. Felicidades. Post bueno, Caótico. Me gusta.
    Yo soy germanófilo. Suelo viajar a Alemania y me encanta la sensación de que allí todo funciona, de que hay más respeto, de que al incívico se le señala y aparta.

    Pero entiendo que un carácter tan cuadrado y obediente, hace que a veces se les vaya la Pinza. Y los japos a los que se les va la olla se les va de verdad, igual que a los alemanes…

      1. Chorrada chorrada… son opiniones…
        Los índices de Suicidios, Pederastia, yo que sé, cosas así de chungas, mucho tienen que ver con el componente cultural que tengas, con cómo sepas gestionar tus emociones, con la educación de pequeños…
        generalmente, claro, todos los andaluces no son graciosos y todos los catalanes no son agarraos… pero me entiendes, no?
        Los caribeños viven las relaciones personales diferentes a los suecos, por ejemplo.

        1. Seguimos con «opiniones no compartidas»

          ¿índices de suicidio y pederastia? ¿eso concluyes? madre del amor hermoso…

          Y tampoco tienen un carácter cuadrado y obediente. Si quieres quedarte con alguna generalidad, se podría decir que son mucho más educados y reservados, menos espontáneos, pero de ahí a deducir lo tuyo, madre mía.

          Esto te lo dice un tío que lleva viviendo 10 años en Japón y que tiene un hijo autóctono del país («japo» como dirías tu). Podré estar equivocado, perfectamente, ojo aquí.

        2. No quise utilizar «japo» de manera despectiva, mil sorrys por ello.
          Respecto al resto de cosas… pues… no pensamos igual.
          Sigo creyendo que no nos da por las mismas «idioteces y rarezas» a los de un sitio que a los de otro. Clima, Religión, Gobierno del País, trasfondos culturales…

          Pero ahí están los debates, no? Siempre se tratan estos temas mejor con 2 cervezas que en un foro.

          De todas maneras, esto no es un foro de geografía social global sino de tu vida y vivencias en Japón, y eso es TOP. :parriba

        3. No hay problema, no me gusta que se use la palabra «japo», pero entiendo que la mayoría de las veces no lo hacéis como algo despectivo.

          Entiendo lo que dices, entiendo el fondo, quizás los ejemplos que has puesto no acompañan y de ahí mi reacción. Entiendo que si Kota vive en un país donde es costumbre dar las gracias a la hora de comer y la escuela la limpian todos juntos al salir, lo normal es que Kota siga teniendo esa educación porque le ha venido con la sociedad donde vive. Pero de ahí a que sea de cierta manera, hay un mundo, amigo. Chiaki es japonesa y come con palillos y… hasta ahí puedo leer; es más abierta que muchos españoles que conozco, se ríe y se emociona mucho más que nadie… no se pueden colgar etiquetas tan a la ligera, no es solo que no sean ciertas, sino que no es justo.

          Todos somos distintos, la sociedad te moldea en cierta forma, pero cada uno es cada cual.

          Y aquí se puede hablar de lo que sea, faltaría más!!

          Gracias por comentar siempre!

  8. Buenoo, los aeropuertos siempre te dejan alguna anécdota… Y normalmente mala por desgracia.
    Lo de los hospitales aquí es una pena, yo también pasé las navidades de visita en el hospital y tela. Y toda la mala educación o lo que iba mal era culpa de los recortes y eso te lo decían sin que tu le preguntases nada en plan… Es que es lo que hay por los recortes. Uno piensa en plan vale que influye pero la mala leche es cosa tuya… En fin que en ese sentido yo creo que si comparas fijo que salimos perdiendo ( sin conocer como va allí eso sí, y que siga así ).
    Este año vuelvo por esos lares a ver que tal el vuelo y que maleta me llevo yo… Espero que sea buena!

    1. Los aeropuertos son un coñazo insufrible empezando por los precios que en la puta vida entenderé porque están tan hinchados, pasando por inmigración y terminando por los duty frees de los huevos que solo venden perfumes y chocolates de veinte kilos. Es todo absurdísimo y lo que yo quiero siempre es salir rápido de ahí.

      En mi caso en el hospital el tema de los recortes tampoco se notó, o a mi no me lo pareció, la mayoría del personal fue encantador. Por ejemplo el día de nochevieja que lo pasamos mi madre y yo en el hospital, nos trajeron uvas y vinieron las enfermeras a darnos dos besos y felicitarnos el año.

      De todas maneras, como bien dices, que haya recortes, o que llueva y truene, no es excusa suficiente para tratar mal a nadie. Respeto siempre, tus movidas te las comes tu que todos las tenemos, a mi no me jodas con tu mala leche que NO tengo porque aguantar.

      Coño, vienes por aquí? avisa por si coincidiese algo!

  9. Así es Oskar, aquí se conduce de culo o peor, por suerte ya no tengo que hacer uso del coche. Cuando lo hacia, para un trayecto de 20 minutos veía entre 2-3 pirulas DIARIAS en carretera con muchos puntos de acabar en accidente importante, vamos, siempre he dicho que el numero de muertos/accidentes no es 10 veces superior por el canto de un duro. A eso se le suma lo de obviar totalmente cualquier normativa vial, coches que no te paran en pasos de cebra o que te esquivan o arrollan si no le esquivas tu (he visto atropellos en directo) y que si dices algo se te enfrentan como si encima tu tuvieses la culpa. Y todo esto se extiende a muchos otros ambitos que nada tienen que ver con la conducción, la falta de empatía, la falta de normas, de educación, de autocrítica, de profesionalidad, etc, para que seguir que me enciendo… sin más.

    Lo de los gitanos si es porque son gitanos, siempre ha sido así, es muy habitual y pasa en todos los hospitales de la geografía española, ya sabes, todos los derechos pero ninguna obligación ni norma a adoptar, y no pasa nada!

    Y si, parece que en cada país se da un extremo, pero no tengo muy claro que es lo que yo preferiría.

    Espero que lo tuyo personal haya sido solo un susto y a disfrutar de la familia, animo!

    1. Pero muy mal, en serio, ¡¡ se conduce muy mal por norma !!, ¡es horroroso!

      Lo de pasos de cebra, allí si que paráis mucho más que aquí, en Tokio no para ni Dios, es algo que me parece acojonante, incluso te ven con el carrito de bebé ahí esperando y tienen que pasar siete coches para que pare el octavo, me da una rabia del copón pero lo hace todo el mundo.

      Lo de los gitanos, no sé, habrá de todo, no sé si generalizar será bueno en este caso tampoco, no sería justo supongo. Pero que en concreto aquellos eran para echarles de comer aparte, seguro, menuda gentuza de mis huevos.

      Lo mío ha sido muchísimo más que un susto, solo queda recuperarse sabiendo que nunca se logrará del todo. Gracias por tus palabras.

  10. Muy fuerte lo del pollo de la estación de autobuses, los que pasan de forma habitual por estos lugares ya se conocen el percal y tratan de pasar olímpicamente de estos elementos que muchas veces son profesionales del asunto.
    Y claro cuando llega un alma cándida hay que estrujar al máximo, que la oportunidad la pintan calva. El tema es que la seguridad de estos recintos no cumple con su obligación y propicia la existencia de estos oficios consentidos. Y además estos sujetos saben que juegan con la ventaja de abordar a la buena gente.
    Con el hospital 100% de acuerdo, una lástima que estas personas llámese pacientes maleducados o profesionales amargados ensucien el, en otros muchos aspectos, envidiable sistema sanitario (que mientras dure tenemos).

    Me alegro de la velocidad de crucero del ikublog ! :gustico:

    1. Fue una situación chunga, si, porque yo tampoco estaba nada bien, de las situaciones más límites de mi vida por las circunstancias. Eso me pasa ahora y seguramente ni le habría contestado directamente.

      Es tal y como tu dices: el segurata viendo el asunto se hacía el longuis el muy hijoputa. Este tipo de situaciones, por ejemplo, en Japón no se darían, o al menos yo no he visto nada infinitesimalmente parecido.

      Gracias por seguir ahí!
      :ungusto:

  11. El de la estación de autobuses puede ser un pedigüeño exigente o que miembro de un grupo que busca robarte.

    Funciona así: estás tan tranquilo a tu rollo en la estación, con tus bultos sujetos y se te acerca alguno a preguntar, pedir o, directamente, insultarte.

    Si pregunta o pide, se pondrá tonto y, antes o después, también pasará a insultarte.

    Lo que busca es que te cabrees y le persigas o te enzarces en una pelea con él, mientras tanto, otro miembro del grupo pasa por detrás tuyo, pilla tu maletas como si fueran suyas y se aleja tan tranquilo y normal.

    Pasa más en las estaciones de autobus que en las de tren porque son las que tienen menos seguridad.

  12. ¡¡Tio toscaaaaaaa!!
    ¡No te agries! Que las cucharadas amargas vienen a ratos, pero el dulce te lo tomas tu cuando quieras, y más con esa alegría que gastas muchas mañanas.
    Me acuerdo la depresión cuando aterricé en Barajas muerto de hambre y me pedí un bocadillo de tortilla, el camarero me provocó tal malestar que se me quitó el hambre.
    Yo después de todo, y de estar un tiempo allí y otro aquí, he llegado a la conclusión de que energúmenos hay en todos lados y que aunque lo normal sea algo aceptado, no tienes porque cumplirlo. Desde que me quité la ira al volante, tardo lo mismo en llegar, me pitan más veces, y a cada pitada que me dan me pongo más feliz.

    Respecto al de la estación, ¡¡¡10€!!! Y encima te pide más, una de karma del bueno para él pronto… maldito hijo de puta.

    Un abrazaco desde Granada a la ikufamily.

    1. No no, si amargamiento cero!! bueno al menos ahora, en la situación del griego de los huevos de la estación de autobuses si que me llevé un rato jodido como hacía tiempo, si…

      Es la hostia, la gente es la hostia, coño, si estás de cara al público sonríe aunque te salgan luego agujetas, coño !!!! si no, vete a tu puta casa!! odio la falta de respeto que supone ese trato, esa desidia, amos no me jodas…

      Lo de conducir, buff, haces bien, si no te queda otra que coger el coche, mejor tomártelo con calma… si te dejan! porque menudo trajín lleváis, la virgen!

      Abrazaco!!!
      :ungusto:

  13. Falta de educación/falta de un sistema escolar continuo y donde la parte alta de la pirámide la ocupe el maestro y no el político que toque. Eso es lo que tenemos por estos lares.

    Con respecto a tu caso en particular yo me pondría de acuerdo con tu gente de allí y montaos un barrio «Quillo qué pasa!». Una aldea gala en Tokyo vamos. Yo pagaría lo que fuera por que existiera un sitio así, porque yo también sentí lo mismo estando allí y luego recuperando mi vida aquí. Ese Educación/contacto humano teniendo que elegir es un fastidio la verdad. Ah y ánimo!!!!!

    1. Coño, ahí yo ya no me meto si es por el maestro o por Rajoy…

      Tampoco es tan exagerado aquí, con la gente que uno conoce suele haber confianza y trato cercano y normal, por ejemplo yo con Akira me he echado más risas que nadie. Pero si que es cierto que con gente desconocida, aunque siempre hay cordialidad, no hay esa apertura de primeras, no hay ese «que pasa quillo» si al quillo no le conoces de ná.

  14. ¡Hola!

    Yo creo que esa segunda maleta es la que más me gusta, porque muchas veces aunque venga llena de recuerdos amargos, se convierten en anécdotas que contar :)

    Al final todo se resume a lo mismo: ser gilipollas no conoce de nacionalidades xD

    ¡Besito!

  15. «Yo creo que hay gente que no debería hacer trabajos en los que tengan trato con otras personas de cara al público, simplemente no valen y no deben. Si eres un tío borde asqueroso, curra delante de un ordenador y a poder ser no hables con nadie».
    Suscribo al cien por cien :copon:

  16. Este tipo de post me encantan. Me recuerdan en cierta medida a mis experiencias en Alemania, y lo mucho que he aprendido de ellas.

    Saludos!

  17. Me parece interesante cómo valora un expatriado que lleva mucho tiempo fuera las cosas de aquí y de allí.

    Yo por ejemplo no conduzco y aunque vivo «aquí» te doy toda la razón. También he tenido movidas en hospitales con gitanos y no por eso soy racista. El personal de los hospitales suele ser en un porcentaje alto muy amable y empático pero como te toque el borde la has cagado.

    En lo de Amsterdam completamente de acuerdo. Nos pasó al volver de Japón en 2009 con Vero embarazada… antipáticos es poco.

    En general cada uno es de su padre y de su madre, pero uno espera que la gente sea al menos igual de educada que lo es uno con el prójimo pero desgraciadamente esa norma no se cumple :ungusto:

    1. ¡¡A ver si es que en Amsterdam van a ser siempre así!!, jodé, con lo majos que fueron los del avión, yo diría que de todas las compañías con las que he volado, que ya son unas cuantas, KLM son los que mejor rollo me llevan!

      Hay que tener respeto con los demás, sean desconocidos o no, es básico, coño!

      Un abrazo, Pachinker!!

  18. Hola Iku, no suelo postear, pero si leerme siempre tus post, quizas te importa un huevo, pero te cuento…. Soy Argento, vivo en Madrid hace 8 años, y llevo 2 casado con Mitsuyo. Por momentos siento que no pertenezco a ningun lado, mi pais natal cambia a pasos acelerados por lo cual las costumbres cambian y ya no me siento argentino actual, y en España , aunque hablemos el mismo idioma, no es lo mismo ( por ejemplo nosotros somos mas toquetones, no se como seran los del norte, pero se extraña eso de saludarse con un beso, o los abrazos). En diciembre fallecio mi padre, y me partió al medio, no se si por buena suerte o no, pude compartir 2 semanas con el… Fallecio el dia que me volvi a España. Me planteo mil cosas, me como la cabeza… A veces hasta siento q soy una mierda. Hace 8 años decidi emigrar y quede atrapado en el limbo. Cuando parti de Argentina mi padre me dijo que no tengo que atar mi futuro a mi familia ascendente, sino formar mi propia familia. No se…. La vida sube y baja, apesta y mola. Pero siempre continua.
    Solo queria compartirlo con vos. Fuerza y adelante como el elefante.

    1. Hola,

      Me siento muy identificado con lo que cuentas, gracias por dejar el mensaje.

      El mayor problema de alguien que vive en otro país es la gente que deja atrás: las amistades y sobretodo la familia. Saber que no vas a estar allí en los buenos momentos y que en los malos quizás no llegues a tiempo porque te separan docenas de horas de avión. Y al revés: ellos compartirán tus éxitos pero desde la distancia, a través del teléfono o de fríos mensajes. Que Kota no pase tiempo con sus abuelos me consume el alma, yo me quedaba a dormir con los míos y me encantaba, los recuerdos que tengo del padre de mi padre son imborrables e imbatibles, tuve el privilegio de ser su nieto desde que nací hasta que se fue.

      Kota solo les verá de vez en cuando y sin ser mi culpa, es por mi culpa.

      Pero es lo que hay. Tenemos que buscar nuestra felicidad porque nos corresponde tener esa oportunidad al menos solo por haber nacido.

      Me ha gustado mucho la frase de tu padre: «no atar tu futuro a tu familia ascendente, sino a la tuya propia». Es un sabio consejo, difícil de llevar a cabo sin que a uno le duela algo por ahí dentro, pero sin duda valioso por lo realista: es cruel saber que nuestro tiempo se gasta con cada suspiro, nadie puede echarnos en cara que tratemos de ser feliz la mayor parte de los soplidos que queden.

      Fuerza y adelante, sin ninguna duda. Hazme el favor de tratar de ser feliz.
      :ungusto:

  19. Esa maleta que se llena en los viajes y un poquito tambien con el dia a dia; que de repente la miras, esta a reventar y no sabes si revisarla o dejarla como esta. Me suena esa maleta.

    Gracias por todos esos recuerdos que has sacado y menos mal que no le diste dos bofetadas al del bus, por que lo tienen calculado y si haces eso aparecen los amiguitos, la policia y el malo eres tu.

    Ya de las batalitas de aeropuerto y avion no te cuento mucho, pero mi opion en general es que en el avion todo va perfecto, pero en los aeropuertos todo son malas caras.

    1. Es bueno abrirla de vez en cuando, ¿verdad?, la maleta, o la cajica o el corazón o como se quiera llamarle…

      Poco faltó para haberme enzarzado con el griego de los cojones, manda huevos que pasen esas cosas todavía…

      Si que tienes razón, yo normalmente tampoco he tenido ningún problema o trato, digamos, «inapropiado» dentro de un avión, pero en los aeropuertos prácticamente desde que entro hasta que salgo, sea Japón, Barajas, Bilbao, Amsterdam, Frankfurt… todos iguales, la misma sensación mierder!

  20. En estas cosas de comparar digo yo que dependerá del estado de uno y de las personas, hay gente muy maja y competente y otras muy muy desaborias.

    En relación a hospitales llevo ocho meses de hospital. Los dos primeros meses estuve en uno que gente mas desagradable, incompetente y como menos ganas de trabajar no lo había visto, sin embargo en el segundo gente más cariñosa, amable y que se preocupa por el paciente no la hay, pero desde la señora que limpia la habitación y te pregunta si te viene bien en ese momento o vuelve más tarde ( y vuelve, no se hace la loca) hasta médicos, fisios, auxiliares, cafeteria… todos. Dos hospitales en España en la misma provincia y cada uno diferente. Depende de las personas, de lo que les guste su trabajo. No sé, en todos los sitios hay de tó.

    1. Yo solo estuve en uno y me encontré con gente de todo tipo: gente terriblemente encantadora que simplemente hacía que se sintiese mejor tanto el enfermo como los familiares, gente que si podía se escaqueaba y se les pillaba a la legua…

      Me reafirmo en que si tienes que trabajar de cara al público, deberías saber tratar a la gente, debería haber unos mínimos, que en el caso de sitios tan tan sensibles como los hospitales, deberían ser todavía mucho más importantes.

      Recuerdo que el que sacaba sangre todo el mundo decía que era muy bueno en su trabajo y sin embargo era el tío más gilipollas del universo, no le veías no ya reírse, sino esbozar un amago de sonrisa ni pa Dios.

      Ba, en fin.

  21. Iku cuantos años llevare leyendote en silencio sin apenas comentar nunca y el gustiko que me da leerte y ver que sigues adelante aun sin conocerte en persona.

    Yo veo a japon mas tipo robots que hacen casi todo perfectos y en españa bueno lo intentamos, somos muchos mas espontaneos y mucho mas picaros a veces es una ventaja y la mayoria de las veces una desventaja pero asi somos.

  22. Pues lo cierto es que cada vez odio más la conducción
    Todo el mundo con muchas ganas de apretar el pedal a fondo, pero que coño les pasa ? Te comen el culo, se impacientan sin sentido, tienen prisa por sistema.
    Pues que salgan antes de casa , carajo!
    Bueno, y desde que cojo más la bici para ir al curro, más coraje le estoy pillando a los conductores
    Ala, ya me he despachao. Eso, que tienes toda la razón, compadre !
    Un abrazo

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