Yokohama sin pijama

Yokohama está de aniversario, resulta que hace 150 años que se abrió el puerto para que viniesen barquitos. Esto significa que tienen allí una exposición con fotos del año catapún del sitio y distintos eventos.
Yo fui y la verdad es que como hacía un día buenísimo, me dió pereza meterme en las carpas aquellas donde contaban toda la copla y decidí darme un paseito pasando de todo, vamos que ya volveré a enterarme de todo el lío del aniversario ese…

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Cuando salí de la estación ví la pedazo de escalera mecánica y le saqué unas fotos y estuve un rato haciendo videos. Después salí a la calle y justo allí hay una placita donde artistas callejeros se ponen a hacer actuaciones, pues allí me senté un rato largo hasta que acabaron, tengo un video pero ya lo iré preparando, que es bastante largo y a ver qué se me ocurre para que sea más ameno.

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También estaba mi amigo el picopalable bicefálico multimuñequil:

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Luego fuí andando con el barrio chino en mente porque ya iba siendo hora de manducare, y me crucé pues con lo que hay por el camino: los pedazo de rascacielos, el mini parque de atracciones, los almacenes reconvertidos en centros comerciales, el mar…

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Allí, claro, lo que destaca siempre es la Landmark Tower, que es la segunda construcción más alta de Japón. Aunque no lo parezca, la primera es la Tokyo Tower y esto debe ser verdad porque lo pone en un post del blog de Jordi Hurtado.

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El barrio chino me lo recorrí de arriba a abajo y de izquierda a derecha y hasta alguna diagonal me hice.

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Acabé entrando en un restaurante y pidiendo un menú con el que me puse tibio por unos 1500 yenes. Cuando salí a sacar alguna foto, ya se había hecho de noche:

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Al volver a la estación, la vista de la ciudad era totalmente distinta. Me quedo con la de la noche, sin duda, qué pasada:

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Y por fin subí a la Landmark Tower, que hacía mucho que quería hacerlo y no acababa de encontrar el momento. Lo que no sé es como no subí antes, y mira que Akira me dió la chapa…

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El espectáculo está de ventanas para afuera, aunque dentro hay unos pequeños acuarios con pececicos. En uno había medusitas chiquititas chiquititas que se movían cual paragüitas articuladitos:

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Después de Yokohama… pues a la cama, que uno está viejuno ya pa muchos trotes..

:viejuno:

Ikusuki News

¡Anda que no han pasado cosas de Ikusuki, anda que no! Pero es que resulta que Bea se fue de vacaciones una temporadica, así que me he estado mordiendo los carrillos para no poner noticias de Iku, porque como ella no estaba, no podíamos hacer envíos. Me he callao como un zorro, y he ido acumulando todo el material que nos habéis ido enviando.

Bea ha vuelto. Ikusuki también.

Empiezo el post con un video que ya hace tiempo que pusimos, pero que viene muy a cuento: Ale y Ai de EscuchaJaponés nos hicieron una cuña con una canción que estuvimos cantando Bea y yo hasta ayer mismo:

¡¡ :ikugracias: Ale y Ai, guapísimos salaos !!

Después vino El Capitán Urias que es un gachó más largo que un día sin Ikublog y se curró un pedazo de vídeo promoción que Bea y yo hemos visto ya más o menos las mismas veces que la cabecera del equipo ese que se fugó de la cárcel en un titá (aprende Scofield):

¡¡ :ikugracias: Oriol, oh señor de los stopmotions !!

A la que me quise dar cuenta, Mario que es un colega con el que hago exámenes de Java a medias, me pasó una foto con la Kurosuwado:

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Luego fue y me contó que tenía una guitarra eléctrica que había maqueado, y nos pasó unas fotos donde le da un nuevo uso a lo que al principio fue una pegata creada sólo para los coches. Lo mejor es que queda genial!!!! cómo mola!!!

No se si lo sabéis, y si no os lo dice el menda, pero metemos una pegatina en cada envío que hacemos. Pasadnos fotos de dónde la pegáis y os lleváis ikupuntos, que por cierto tengo preparada otra remesa de ikuomiyages que me he ido encontrando en esta vida de Mambrú que me ha tocado vivir. (Nota: aunque molaría verlo, recomendamos no utilizarla en territorio nalguil)

¡¡ :ikugracias: Mario, campeón . Y estudiame swing, :copon: !!

Mi segundo apellido es Toscano, de ahí lo del tío Tosca. No tengo ni idea de si los agüelos de mis agüelos tienen algo que ver con los Italianinis, lo mismo soy primo del de Los Soprano y sigo aquí haciendo el Pacopil por los japones en vez de ir a reclamar mi trono a la Toscana. Como seguramente coincidirá que ni sangre azul ni ostias en escabeche, mejor nos quedamos con las fotos que nos mandó David liándola parda en la torre reguleramente vertical con la IkuFuji:

¡¡ :ikugracias: David, mozo viajero !!

A ésta zagala la estábamos esperando desde que las camisetas salieron de fábrica. Ikusuki no se puede concebir sin Nagore, esto es así y lo demás será asao. Esta se la sacó en el lugar de Bilbao que más vivo está durante unos días, con la IkuEki:

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¡¡ :ikugracias: Nagore, guapísima !!

No sé si antes, después o entre medias, el tito Fla aterrizó en casa Cristo, como suele hacer, y se acordó de afotarse con la cienpiés clarita:


(En realidad fue en La Casa de China en Tianjin)

Por cierto, que el tito Fla anda enfrascao en un flatinglao (para variar), y resulta que si su post es el más votado en Bitacoras de todos los tiempos, pues va y se lleva un viajecito a la República Dominicana. El caso es que dice que si lo gana, que me manda un reportaje fotográfico con las ikucamisetas por todo el lugar así que aquí le pongo para que todos os enteréis y le votéis, porque tu échale, tu échale, tú echale la que puede preparar el Jedi Gambiter en semejante lugarcico, tú echale…

¡¡ :ikugracias: :ikugracias: :ikugracias: :ikugracias: :ikugracias: !!

Dentro mapa:

Notaca: los pedidos se reanudan! hagan juego!

Tiene tamagos

Blogs sobre Japón, pues sí, estamos arreglaos. Anda que no hay, y la cosa es que no sólo de gente que vivimos aquí, yo he leido posts que me dejan turuchato escritos por personas que no han estado aquí en su vida. Digo turuchato en ambos sentidos: algunos son flipantes y otros son mentiras como manatís de gordas.

Vamos, que como dijeron una vez en menéame sobre el Ikublog: por 5 duros ponme otro blog de Japón. También es verdad que lo que digan en menéame a mi me idem, pero ahí no les faltaba razón a los dioses puntuadores-comentadores (que normalmente no han escrito un post en su vida, pero esto, amigos, es otro tema).

Aunque supongo que como todo Cristian, yo considero al mío, al ikublog, único en su especia. Allá cuidaos lo que hagan los demás, yo voy a mi aire y me enorgullezco de haber puesto siempre lo que me ha brotado de la pelota esta que tengo por melón sin ser sensacionalista, sin inventarme gaitas para tener más comentarios. Vamos, que lo que pongo o me ha pasado a mi, o son chorradas como pingüinos, pero todas verdad y hechas o vividas por mi. El día que me ponga a escribir cosas como «verdaderamente la tecnología de las conexiones pirolíticas de la megapólis que es Tokyo es de otro planeta», hacedme el favor de darme una ostia con inercia.

Lo cojonudo del tema es que sin tener más criterio que dejar que fluya el arte este que tengo, resulta que el ikublog va ganando en los premios 20blogs en la categoría de los quintopiniles.

¿Tiene o no tiene tamagos el asunto?
:pirao:

El post regulero de la semana

Viernes viernero. Empieza a ser tradición en este último día laboral de la semana plantar un post de esos que cuesta menos escribirlos que abrir el grifo del agua. La filosofía básica de este tipo de posts es plagiar algo que haya puesto alguien y ponerlo aquí sin más, sin tener que pensar, teniendo la cara más larga que Silvester Stallone, exhibiendo tener unos tamagos de avestruz y un respeto revirao por los lectores.

En definitiva: siendo muuuuuy regulero.

Así que sin más, que esto se supone que tiene que ir rápido, ahí va:

¿Os acordáis del Scatman?, era un viejuno con sombrero y pendiente que la gente contaba que era tartamudo pero que cantando lograba poner la cadenilla y tirar de seguido. Aunque la verdad es que el bigotudo este movía la boca ahí a todo meter y decía un montonaco de cosas que no se le entendían, pero que molaba cómo sonaban.

Ahí va el primero de los videos plagiaos donde se le ve cantando una canción con estribillo en japonés: Su Su Su Super Kirei (super chulo)

Pos el post regulero viene inspirado en que hay un video con la canción famosa del bigotesombreril pero cantada por Ultraman:

Es menester que utilicéis mucho la nueva ikucarica en los comentarios, las cosas claras y el colacao a cucharadas que den tos.

:regulero: :regulero: :regulero: :regulero: :regulero: :regulero: :regulero: :regulero:

Fuente: Tokyo Five
Dificultad del post: lo he escrito recien levantao con legañas, no te digo más.
Tiempo medio en escribirlo: empecé a las 9:17 y son y 23, así que echa cuentas

Marcho :bythesegao: , hoy más que nunca

La mejor foto de Junio

Pues si, lo más destacable del mes pasado fue el robot que dejaron aparcao en Odaiba y que decían que se veía super fácil, pero que a mi me costó un huevo encontrarlo.
El bicho es grande como él sólo, y mola cuando le dan al play y se ilumina, echa humaco y mueve la cabezaca pa los laos a lo Eva Nasarre de jóven.
Así que en cuanto yo me enteré del asunto, arramplé la cámara, el trípode regulero que tengo y un kilo onigiris y allí me tiré un rato largo. Después subí las fotos donde el señor Flickr, que tiene nombre de silla de Ikea, y parece que le gustaron porque lo publicó en su blog y se lió parda con todo Cristian diciéndome de repente que mis fotos molaban y queriendo ser mis amigüitos. Y todo porque el señor Flickr lo dijo… en fin, esto da que pensar y lo dejaremos ahí.

Dejémonos de farfolladas y vamos ya acabando la parrafada poniendo la foto que yo creo que mola más de todas las del roboto:

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Mayo
Abril
Marzo
Febrero
Enero
Diciembre
Noviembre
Octubre
Septiembre
Agosto
Julio
Junio
Mayo
Abril
Marzo
Febrero
Enero
Diciembre
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自分の気持ち Jibun no kimochi

El domingo conté la quinta vez que fui al ensayo de Yosakoi. Se trata de bailar, de hacer una coreografía de cerca de cuatro minutos al ritmo de música tradicional. Esto va de sudar, de girar, agacharse, saltar y gritar cosas en japonés a poder ser todos a la vez y siempre con una sonrisa que aparece sola de lo de verdad que es.

Está lejos, como a una hora de viaje, y la clase suele empezar los domingos a las 10 de la mañana. Olvidémonos, pues, de esas noches secretas de sábados sin reloj vigilante ni permiso de no tener que parecer vivo al día siguiente.

«Recibes algo si das algo, es así. Si has recibido sin dar es que has tenido suerte«, me decía una amiga cuando le contaba que últimamente no encontraba tiempo para nada. «Así que aunque ahora no lo veas, estás recibiendo mucho en forma de nuevas personas que entran en tu vida, nuevos retos, nuevas vivencias. Sigue dando más de ti que te merecerá la pena y algún día añorarás no tener estas oportunidades«. Ella es tremendamente alegre pero de vez en cuando saca de algún lugar de su ADN una solemnidad japonesa que asusta y me dice cosas de estas que me dejan pensando por días.

Así que el domingo volví al Yosakoi y aprendí un poquito más del baile que casi todo el mundo se sabe. Reviví esa sensación de torpeza de mis primeras clases de Karate, esa frustración, ese querer y no poder, pero forzándome, a pesar de ello, a seguir queriendo.

Me equivocaba una y otra vez, cuando por fin parecía que me lo sabía, me volvía a equivocar… Me lo pasaba bien intentándolo, pero no del todo lo bien que sé que me lo podría pasar.

Con la camiseta empapada, después de los estiramientos acabó la clase y se formaron algunos grupos en la calle con los que nos resistíamos a irnos. Yo me quejaba, les decía que me veía a mi mismo como un muñeco que miraba a los lados tratando de imitar sin ninguna gracia lo que hacían los demás. Entonces un chico me habló del «Jibun no Kimochi«, que traducido como «sentimiento propio«, tiene un significado que no es tan obvio como parece.

Hablamos de que al principio todos estamos en esa fase en la que tratamos de aprendernos los movimientos y los repetimos mecánicamente. Primero nos esforzamos en hacerlos una y otra vez, encadenarlos en el orden correcto para ser capaces de aprendernos todos. Después entra el jibun no kimochi. A cada movimiento le añadimos nuestro toque personal, ya no hace falta que miremos al compañero para imitarle, sino que ya nos lo sabemos y lo hacemos nuestro, lo interiorizamos, lo entendemos de una manera y lo exteriorizamos. Y esto es lo que hace que sea bonito, que brille, que ese movimiento transmita un sentimiento que es único en cada uno aún pareciendo igual a los de los demás.

De tan verdad que me pareció, me di cuenta que no es sólo con el Yosakoi o cualquier otro baile, sino que es con todo. Una vez que uno se sabe un kata en Karate, lo que hace que deslumbre es que la persona consiga transmitir su propio sentimiento más allá de la repetición mecánica de movimientos.

Y cuando pensé que lo mismo ocurre con la ceremonia del té, me dio por creer que es una muy buena manera de entender la vida. Que cada uno es como es y no tiene sentido intentar parecerse a nadie ni limitarse a repetir mecánicamente lo que hacen los demás. Que la rutina quizás no lo sea tanto si soy capaz de poner un poco más de corazón entre este hacer y deshacer que es la vida. Y que si ese día consigo relucir siquiera un poquito aún en la más pequeña de las cosas que haga, entonces lo podré apuntar en la lista de los días que significó algo haberlos vivido.

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Nihon Minkaen 日本民家園

Hacía mucho que no me iba yo por ahí de picospardos a algún lugar nuevo. Así que aprovechando que el domingo me desperté más fresco que un cogollo Tudelano, cogí Internet, lo agité, lo puse del revés y me quedé con la primera excursión que cayó de pies:

Nihon Minkaen 日本民家園

¿Eto qué é lo que é? preguntaréis ávidos de sabiduría y yo raúdo y veloz cual correcaminos que va a las rebajas os lo cuento según el recuerdo me viene viniendo a la mente antes de que se pase de largo:

Échale que hay un monte con un senderillo a seguir y que según vas andando te vas encontrando con casas tradicionales japonesas del año catapún-leré puestas aquí y allá. La copla es que desde 1965 se han dedicado a rescatar, restaurar y traerse a este lugar todas aquellas construcciones cuyo valor histórico merecía conservar, así que tenemos la nada gañanable cifra de 23 edificaciones para disfrute y jolgorio del visitante.

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Y todo eso mientras uno anda por una especie de bosque que tiene mil y un detalles!

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Son casas tradicionales japonesas a las que se puede entrar y darse uno cuenta de cómo era eso de vivir en aquellos años. Además todo viene explicado también en inglés y así nos cuentan cómo se cocinaba en la época pudiendo ver de primera mano utensilios y herramientas reales. Muchas de las casas pertenecían a familias de granjeros con lo que también habemus aperos de labranza (¡ikumomento histórico!: la palabra apero ha sido utilizada!!, dentro violines!).

 

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Lo mejor, sin duda, es que casi no había nadie a pesar de que era un domingo. No sé si es que el lugar no es muy conocido o qué, pero era una gozada estar ahí metido dentro de una de las casas sacando fotos con calma más solo que la una. Por ejemplo, estos tres estaban dibujando el molino de agua ahí tranquilamente sin que tuviesen que imaginárselo detrás de hordas de gente como en Nikko:

 

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A mitad de camino hay un restaurante de soba, que el menda se comió un cancarro como estaba mandado. La señora maese hacedora de los fideos me estuvo dando conversación un rato y ahí estuve yo practicando mi japonés aguantando el tipo más resabiao que resabiao! anda que no!

 

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También me contó la señora lo del cartel de la entrada… anda que!

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Y luego al final hay un escenario de Kabuki y un taller de teñir con la flor de indigo, que llegué tarde y ya habían teñido lo que tenían que teñir… qué pena, me quedé con ganas de ver cómo se hacía el asunto!

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Esto está cerquita de Tokyo: la estación se llama «Mukogaokayuen» y se llega desde Shinjuku en menos de media hora pillando la línea Odakyu. Lo único que al llegar a la estación hay que andar un poquito, como unos diez minutos, aunque es un paseo bien agradable y bien chulo. Y luego a la vuelta os podéis parar perfectamente en Shimokitazawa a comprar zapatos, porque otra cosa no, pero tiendas de zapatos hay a moles.

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Ikudiccionario

De vez en cuando me mandan mensajes preguntándome por términos y palabras utilizadas en este humilde diario que por lo visto no se entienden muy allá. Algunos son de algún país latinoamericano aunque también es verdad que hay muchos que no viven mucho más lejos de Huesca.

Como no queremos que nadie se quede sin entender plenamente el sentimiento adyacente de nuestra lírica, aquí va una revisión de los vocablos creados y utilizados por el Departamento de Voces y Expresiones de Ikusuki:

Pastababas: dícese del ciudadano de la República Popular China afincado en Japón con el cual el Tío Tosca comparte oficina en Tokyo. A pesar de la milenaria cultura del país natal del elemento que nos ocupa, este rascayú (ver término siguiente) acostumbra a comer con la boca abierta poniendo a prueba la paciencia de los de su alrededor que aguantan estoicos la bonita melodía y la panorámica acuosa del deguste y paladeo del alimento. Aunque el tío tiene una piñata que se necesitaría licencia de obras para arreglar, es simpático y amable siempre y cuando se eviten las horas de comida.

Rascayú: expresión popular que designa a un elemento peculiar dentro de un conjunto de individuos. Normalmente más feo que el sobaco un ñú mojao.

Parlapuñaos: teniendo California como lugar de nacimiento, este elemento decidió emigrar a Japón y el azar también quiso que compartiese oficina con el Tío Tosca y el yantar diario del Pastababas. Lo que el Pastababas es a la comida, el Parlapuñaos lo es al hablar: le da una nueva perspectiva. El tío no se calla ni pegándole, y lo que sale por su boca son o tonterías como trombones o quejas. Si no se le ocurre cómo seguir, erupta. Nótese que el Tío Tosca está realmente encantado con la banda sonora original de su oficina. Gracias a Dios, Buda, las estrellas, el espíritu santo, nintendo y los hermanos Calatrava, el Parlapuñaos hace una semana que ha dejado la empresa.

Pataliebre: el símil con la velocidad de actuación de la pata de una liebre nos revela otra expresión popular que en las entendederas reviradas del Tío Tosca viene a significar una persona que se pasa de listo, que actúa sin pensar, que se las quiere saber todas aunque normalmente no se cosca de la misa a la mitad. Se puede decir que alguien pataliebrea cuando está liando alguna parda.

:pliebre:

Tontoalastres: tomando como referencia las agujas del reloj, diremos que hay un tonto a las tres cuando exista un individuo con cuyo carácter no concordamos a la derecha de nuestro emplazamiento actual. Hoy en día ha perdido su matiz orientativo, y no importa demasiado el enclave del sujeto en cuestión. Esta expresión es muy combinable con Rascayú y es sinónimo del Parlapuñaos. Derivados del mismo son tontoalasseis y tontolnardo.

Picopalable: diremos que estamos delante de un picopalable cuando veamos a una persona que no da un palo al agua y, además, decide llamar la atención de la manera más inverosimil y mamarrachante que se le ocurre. El Tío Tosca les quitaba los piercings, la siniestrez y los cardaos de los pelos de siete bofetones a rodabrazo y les daría un pico, una pala y trece zanjas que cavar hasta que les salgan ampollas como higos chumbos.

Gatostiable: término ya popular entre gente con criterio, este vocablo hace referencia a la característica intrínseca que tiene Hello Kitty por la que provoca querer meterle una ostia bien dada por ser como es, vestir como viste y hacer las majaderías que hace. La que dibujó a semejante icono de la tarambana y el adefesio hereda per se la misma naturaleza multipoliostiable de su creación, o más.

:gatostiable:

Gambitero: palabra, expresión, voz utilizada en la España rural por la que se definía a aquél aldeano que tenía muchas novias en los pueblos de alrededor y se gustaba de las verbenas, las chanzas y cuchufletas, el jolgorio, la parranda y la jarana. Actualmente el término define a todo aquél que realiza actos de pilluelo y golfillo como irse de juerga, pimplarse medio bar y actuar de manera bribona y truhanesca especialmente con las mujeres. El Tío Tosca utiliza el término en su versión femenina para referirse a aquéllas cuando visten mundanamente vislumbrándose más carne que tela.

Por lo segao: locución indicadora del camino de salida, normalmente utilizada cuando se quiere instar a algún pataliebre o rascayú a que será mejor que se vaya si no quiere recibir una ondonada en todo el jerol que le pondrá la cara más roja que el que confundió la fanta con el oraldine.

:bythesegao:

Ondonada: ostia

Jerol: morros

Y hasta aquí la primera entrega del Ikudiccionario. Por favor, no duden en dejar sus preguntas en los comentarios y nuestro departamento les atenderá gustosos.


Aclaración: como hay alguno que no le ha parecido bien que venga yo a decir que me he inventado estas palabras, aquí va una explicación. Gambitero y Pataliebre las uso porque las decían mucho en el programa de TVE Muchachada Nui, yo las uso a mi aire aunque el significado será parecido a lo que yo he escrito aquí, pero vamos que esas no me las he inventado yo. Creo que esto lo sabía todo el mundo, pero ya por si acaso que sepáis que yo tampoco me he inventado lo de Por lo segao, que lo decía un vecino mío de Zalla y me hacía mucha gracia. Tontoalastres y Rascayú son de dominio público, Parlapuñaos lo dice la madre de una amiga mía y se refiere a gente que no se calla ni haciendo largos a mariposa.
Mira tu, gatostiable, picopalable y pastababas si con mías. Eso si, usadlas mucho mucho sin problema, que esto no es la SGAE.


Pagando a una modelo

¿De esto que un grupo de señores mayores ponen bote pa pagar a una chiquita pa que ponga morricos y sacarle fotos?

Pues eso

 

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Hazme el Michael Jackson chata!… nótese al currela del fondo que es el que hace posible el término indicador de dirección allá por donde él ha pasado
:bythesegao:

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El caso es que estábamos el tío Fla, Guille y yo ahí aprovechando la coyuntura y entre pose y pose, se nos ponía a posar a nosotros. Gracias chata!

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El porlosegador de la derecha está pensándose cobrar comisión por salir en la mitá las fotos él también

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¡Anda, pues ahora me doy cuenta que no había tanto viejuno!
¡Si también había mozos casaderos!

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La chica no es que fuese especialmente guapa pero tenía desparpajo con o (que con a suena feo)

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Esto iba a tiempo, y la señora ésta gastó su turno en moverla ahí cual maniquí pa sacarle un par de foticas como mucho

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El rascayú de las gafas es el cuentatiempos, y a la que caducaba el turno mandaba cambiar y entonces se acercaba otro

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No sé si ponerme el sombrero o quitártelo a ti de una ostia

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Parecerá muy pueril pero yo ahora pongo la pose del morrito sombreril

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Estará pensando el de la gorra: estos pataliebres no han puesto bote y están sacando más fotos que yo… efectivamente, amigo, esto es así
:pliebre:

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No sé si ponerme el sombrero o torear un miura… ba, mejor me decoloro un poquico

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Total, que yo no pagaría por esto… aunque me han contado que por Barcelona también se hace… ¡allá cuidaos cada uno con sus dineros!

El barrio donde vivo

El barrio donde vivo no tiene casas con escaleras que se puedan subir más allá de tres pisos y los coches se ceden el paso unos a otros porque la carretera no tiene una raya que la parta por la mitad.

Viven a mi alrededor ancianos que me triplican en edad y que hace tiempo que me dejaron de mirar curiosos porque ya se han acostumbrado a que yo les mire curioso.

 

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En el barrio donde vivo también viven cuervos y gatos seguro que desde hace mucho más que yo, y seguirán graznando y maullando mucho después de que yo me vaya, aunque yo les seguiré escuchando allá donde me toque dormir, como ahora sigo escuchando la voz de los míos.

 

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Hay cinco cerezos por cada farola y tocamos a mil flores por vecino que se reparten en primavera. Yo ya he guardado dos mil novecientas noventa y nueve en el saco que tengo entre los dos ventrículos. La que falta se la regalé a la quinta chica de la que me enamoré aquella tarde de lluvia donde sólo tocó sentir eso tan raro de ser feliz.

 

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El barrio donde vivo me ha guardado siempre el secreto de todas esas noches en las que no dormí en él y me recibe con un guiño al verme llegar al amanecer sin preguntar de dónde vengo o qué he hecho sin él.

Uno sólo sabe que está en una ciudad al llegar a la parte de arriba de cualquiera de los caminos, porque todos se hacen subir, y desde allí se ve a esos otros que viven en casas de muchas más escaleras y neones y ruidos.

Como la estación de tren está lejos, para salir del barrio donde vivo existe un indispensable y maravilloso requisito: dar un paseo. Al estar todos obligados a ello, es inevitable cruzarnos cada día. Las sonrisas parecen impuestas por ley, y los vecinos nos encargamos de ejercerlas la mayor parte de las veces sin conocernos.

 

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A veces alguien me pregunta por el lugar donde vivía antes. Y entonces hablo sin parar de casas, personas, olores, sabores y lugares que poco tienen que ver con éste en apariencia, pero siendo en esencia tan iguales que asusta cerciorarse de ello. Lo hago en voz baja, para que el barrio donde vivo no se entere que no he vivido aquí siempre, no vaya a ser que deje de guiñarme el ojo cuando llego.

Si alguna vez uno de los cerezos del barrio donde vivo sigue desnudo a pesar de que todos los demás hace tiempo que han florecido, es que ya no viviré allí y habrá decidido guardarme las flores que me tocaban esa primavera.

Eso es que sabe que volveré a por más cuando ya no me queden, y eso será porque las habré regalado todas. Porque yo sé que mientras el saco donde las guardo siga latiendo, no se marchitarán.

 

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Muy relacionado con este post: La ciudad donde vivo

Cenando con la autoridad

Estamos muy cerca de acabar la primera fase del proyecto que tenemos entre dedos (que están entre teclas). El jefe, desde Alemania, nos pide que le demos un último empujón y dejarlo lo mejor posible antes de que podamos descansar algún que otro día. La verdad es que me gusta mucho este trabajo, se me pasan los días volando y tengo la suficiente libertad como para intentar hacer cosas nuevas de vez en cuando.

Así que no es de extrañar que muchos días durante la semana pasada haya salido tarde de trabajar aprovechando que tengo la bici fuera y que no dependo de horarios de trenes y sólo unos veinte minutos me separan de casa.

El otro día me moría de hambre al salir, así que me compré un par de sandwhiches y alguna cosilla más en el combini y enfilé con la bici para casa. Cuando iba subiendo la cuestaca, ví un control de la policía. Uno de ellos me hacía señas con la linterna para que aparcase allí y yo aparqué, claro. Me pidio el carnet, comprobó que la bici está registrada a mi nombre y cuando yo suponía que me iba a dejar irme, me echó una especie de bronca en plan padre preocupado:

– No deberías ir comiendo y andando en bici a la vez
– Ah si si, es cierto, es peligroso, ¿verdad?, vale, guardo el sandwhich

Lo cierto es que no tenía donde guardar el sandwhich más que en una bolsa de plástico que colgaba del manillar y que tampoco creo que cumpliese el ISO de seguridad vial, así que la conversación siguió:

– Por favor, cómete la comida antes de seguir tu camino
– Jajaja, si
– Después -el policía no se reía- nosotros te recogemos los envoltorios y entonces te puedes ir
– Ehh… vale, entendido

Y en algún lugar de Tokyo entre Gotanda y Magome a una hora más allá de las doce de la noche, un Zalluco se comió dos sandwhiches y un kitkat, bajo la atenta mirada de dos policías japoneses que le sostenían la bici. El momento cumbre fue cuando haciendo alarde de lo mal que nos llevamos yo y los «abrefáciles», me tiré un rato peleándome con el segundo sandwhich para abrirlo y el policía me tuvo que ayudar.

Gracias a la técnica aprendida del maestro pastababas, exhibí mi arte masticador delante de la ley esperando que me puntuasen o algo, que aquello parecía más una prueba del qué apostamos, pero no, el poli seguía con su cara de bicho palo:

– Muchas gracias, por favor, deme la bolsa, vaya con cuidado y procure no comer y andar en bici a la vez
– Entendido, muchas gracias y buenas noches

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Otros encuentros con los capitanes Furilos de aquí:

El policía y el extranjero
De quedarme chato vengo

Buya en Shibuya

Iba yo andando tranquilamente después de trasquilarme medio Uniqlo de Shibuya, cuando aparecieron por allí un quintal de rascayús dando voceríos. Era una manifestación de la ultraderecha junto a lo que parecía un desfile de modelos de la policía, porque la proporción era de un poli por cada dos ultraderechostiables. La pena es que en el lote no les cayesen un par de palos por metro recorrido.

Tipos con cara de cabrones gritaban que Japón estaba mejor siendo sólo Japón y que había que cerrar las fronteras y dejar de hacer negocios con el extranjero, especialmente con los yankis (ahora que mira, si todos son como el parlapuñaos yo también dejaría de extraperlar para no tener que oir extraparlares)

Alguno iba dando panfletos a la gente, y la gente no se los cogía. Un chico de más o menos mi edad (que siendo japonés, serán 10 años más), lo cogió, lo arrugó con las dos manos sin leerlo y se lo tiró a los pies del pavo gritándole algo que sonó a indicarle la dirección de salida un poco más explícitamente que por donde la hierba ha sido cortada.

:bythesegao:

Entre tanto ultraderechismo yo no me dejaba de ver a mi mismo como un potencial objetivo al que darle una somanta palos en cuanto me parase a rascarme la nariz, así que anduve con treinta ojos. Yo para estas cosas soy más fantasma que ni sé, el Bruce Willis en el sexto sentido se queda en un amago de movedor de ouija a mi lado, así que ya iba planeando mi manera de defenderme: «si me viene alguno de frente, le meto una patada en los huevos y echo a correr hasta donde Tokyo pierde su nombre (que ya es decir), y si alguno se me planta delante, más deconstrucción de los óvalos que provoco y más pa Yokohama que tiro»

Por fortuna, allí lo único que pasó fuí yo desapercibido entre tanto policía y tanto cabrón, así que llegué sano y salvo a mi casita con una ondonada de ropa recién comprada que me probé delante del espejo descojonándome pensando en que será la única vez que la vea tan planchada.

Eso sí, todo aquél que siga pensando que los policías no dan miedo porque han visto un video en el youtube, que le echen un vistazo a las fotos:

Homenaje a Michael Jackson en Yoyogi

El viernes cuando me puse a leer las noticias y ví que se había muerto este hombre, me quedé flipao. Siendo sinceros, me quedaría igual de flipao si me enterase que se ha muerto Bud Spencer o Murdock el del Equipo A. Es decir, que no he sido nunca un admirador compulsivo y la verdad es que ni me va ni me viene demasiado, pero forma parte de los recuerdos de mi infancia y adolescencia gambitera.

Si entró en mi vida es porque los medios se encargaron de que yo supiese quien es, poniendo a todas horas sus videos musicales, que me flipaban de pequeño. De sus canciones, ni fú ni fá… seré raro por decir esto, pero me da igual, el que escribió sobre gustos es un prepotente, tampoco me gusta el fútbol y soy muy feliz así. Los insultos los podéis dejar en los comentarios, que con wordpress es facilísimo borrarlos.

Bueno, pues esos mismos medios que metieron al zombi de thriller en mis pesadillas, se encargaron después de ponerle a parir diciendo mil barbaridades y al final teníamos todos una imagen de un señor con la cara blanca, la nariz deformada y mascarilla que enseñaba a un niño que casi se le caía desde un balcón.

Yo ni me creía lo que decían ni me lo dejaba de creer. Igual que si me dijesen que Murdock o Bud Spencer son gays (aunque lo de éste último sí que me costaría creérmelo). Vamos, que yo eso de idolatrar no lo llevo muy allá, si acaso al señor Morinaga y sus tabletas de chocolate.

Ese mismo viernes yo fui a la oficina como siempre, esperando que pasase el día lo más rápido posible. Enchufé cadena 100 en el iPhone y ale, a programar. Mar Amate me mandó un mensaje, que si me podían llamar para hablar de cómo se ha vivido la muerte de Michael en Japón, yo le contesté que no tenía ni idea porque ni siquiera había puesto la tele, y por la calle camino de la ofi no había visto a nadie haciendo el moonwalker, pero me dijo que les seguía valiendo que les dijese esto porque es lo que yo ví, así que me llamaron y eso dije.

Desde ese día pues supongo que lo mismo que en cualquier país del mundo: la tele totalmente monopolizada sobre la noticia con fragmentos de sus videos musicales y a poder ser la mayor cantidad de fotos posible con el pobre hombre entubado medio inventándose rumores sobre su muerte.

En Tokyo todo normal… menos el sábado por la noche que me encontré a un montón de gente en Yoyogi, con camisetas y fotos de Michael y velas puestas en su honor. Había gente que sobreactuaba llorando delante de cámaras de televisión, y gente que lloraba de verdad al abrigo de la oscuridad quizás con lágrimas provocadas por la luz de las velas.
Otros imitaban sus bailes mientras un corro de gente cantaba alguna de sus canciones, y muchos reían y disfrutaban de aquel sencillo y espontáneo homenaje.

Aquello me pareció la forma más humilde, preciosa y sincera de honrar la memoria de Michael. Hasta yo volviendo a casa iba silbando la de Billy Jean, y la habría tatareado más allá del estribillo de haber sabido como sigue.

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El post regulero de la semana

Esta semana me he tirado delante del ordenador más tiempo que ni sé, entre el trabajo y lo de las nuevas camisetas, se me ha quedao una carapixel que riete de Mario Bros, me peino con escuadra y cartabón, no os digo más.

Así que ¿qué mejor que despedir la semana con un post de esos de los de sin pensar?

Efectivamente, vuelvo con otra entrega del culto a la huevez, narrando la hazaña de la estatua del Coronel Sanders que han encontrado en el fondo del río. Cuento la historia a lo ikusuki: resulta que hace 24 años el equipo de Beisbol de Osaka, los Hanshin Tigers, ganó la liga por primera vez en su historia, así que la gente salió toda pataliebreada a liarla parda y al pasar cerca de un Kentucky Fried Chicken de esos, arramplaron con la estatua y la tiraron al río. Y el caso es que no se ha vuelto a saber nada hasta el otro día que la encontraron toda regulera, como el post este.

Aprovechando un ritual que celebran los del Kentucky Fried Chicken este todos los años para «honrar» a los pollos que han cocinao, han hecho una especie de exorcismo con la estatua y hay un monje que dice que «está destinada a salvar al equipo que últimamente anda regulero».

Dentro videos!

Fuente: Japan Probe
Tiempo destinado: 6 minutos (se va notando que le voy pillando el truco a wordpress)
Orientación del camino de salida:

:bythesegao:

Buen finde!

母乳酒 – Bonyushu, el grupo de Miguel

Por aquello del internet, uno no tiene demasiada dificultad en buscar y familiarizarse con los paisanos que viven por aquí. Cuando volví a Bilbao después de vivir seis meses en Tokyo, le cogí afición a esto de los blogs de Japón así que puedo decir que ya conocía bastante bien las vivencias de Héctor, el tito Fla, Alan, Ale… cuando volví aquí por esta segunda vez.

Lo cierto es que a veces daba la sensación de que sólo había unos pocos viviendo en Japón, aunque se me quitó de un plumazo el día de la recepción del que imita a Fuentes, que aquello parecía la estación de Shinjuku pero dándole la vuelta a la proporción japoneses-extranjeros, allí había más gañanes ibéricos que ni sé (ciudadanos, porque ibéricos de los del cerdo más bien pocos).

Vamos, que había vida más allá de los cuatro o cinco blogs que yo conocía. Aunque también es cierto que al margen de los que he comentado antes, sí que había algunos otros que me sonaban, que aunque no sabía muy bien qué hacían o dejaban de hacer, sí que les ubicaba en algún pino cercano entre el quinto y el séptimo donde vivo yo. Sin ir más lejos, el chico con el que voy a Yosakoi (que sólo he ido una vez, por cierto, ya me vale) le conocía de su cuenta de flickr y un amago de twitter que hace mucho tiempo ya que dejó.

Del que vengo a hablar hoy también sabía algo. A este hombre le recuerdo de verle vestido de la tuna con un acordeón, y a veces con un sombrero negro, patillas y gafas. También sabía que tenía un blog que se actualiza de hanamis a setsubunes, y una vez me contaron que en sus actuaciones utilizaba muchos juegos de palabras en japonés y que la gente se descojonaba con él. En esa conversación no me quedó nada claro qué tipo de actuaciones eran esas, aunque yo me imaginaba que tendrían algo que ver con clavelitos y acordeones y no me dejaba de parecer gracioso el asunto de ver una tuna por Tokyo.

El otro día recibí una invitación suya para ir a un concierto que daba en una sala no muy lejos de donde yo trabajo, y allí que me fuí. No tenía ni idea de qué me iba a encontrar, pero me gustaba mucho la idea de poder verle en directo, así que metí todas las cámaras en la mochila de llevar las cámaras y me planté con una amiga en el bar.

Nada más entrar nos encontramos con Héctor y ya nos quedamos con él todo el rato. No se puede decir que seamos amigos porque la verdad es que sólo hemos coincidido dos o tres veces y poca frases hemos intercambiado, pero sí puedo decir que es un tío majo, abierto y mucho más campechano y normal de lo que algunos comentarios de su blog pretenden. Allí estaba con su cámara colgando del hombro y cuando nos quisimos dar cuenta, ya estaba sacándole fotos a un tipo con peluca, con el permiso y la colaboración del tipo en cuestión. A mi me sacó alguna también.

En el escenario había un grupo de japoneses que hablaban más que cantar, y cuando por fin se callaron, apareció Miguel. Sombrero negro, patillas, gafas y un micrófono cerca. No llevaba el traje de la tuna, pero su imagen me cuadraba.

 

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Lo que no me cuadró tanto es que hablaba en castellano y en japonés más o menos a partes iguales, y lo mismo pasaba con las canciones del grupo: la mitad en castellano y la mitad en japonés.

Me gustó el sonido que nada tenía que ver con una tuna, me gustó lo que decía en castellano y lo japonés que sonaba en japonés. Me gustó comprobar que era cierto eso de que la gente se reía con sus frases y que diese las gracias diciendo gracias las mismas veces que arigato.

Saqué fotos, muchas, pero la oscuridad no me dejó acertar a sacarlas nítidas, las mejores por aquí estarán. Eso si, aprovechando una mesa que estaba justo delante de él, pude grabar un video decente con la cámara que dejé ahí puesta encima de un minitrípode que vigilaban dos chicas majísimas.

Si váis a ver los vídeos, por favor, no dejéis de pensar que sólo había tres personas españolas dentro de aquél bar de Yotsuya en Tokyo, y que una de ellas era el que cantaba. El grupo se llama Bonyushu (母乳酒), el cantante es Miguel y es mentira eso que dice de que predica en el desierto:

Miguel, fué todo un placer, si señor. Al siguiente, si me dejas, también me apunto como está mandado.

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Un martes de té

Con los ojos todavía entrecerrados enciendo el ordenador y muevo la flecha esa blanca que sale inclinada hasta ponerla sobre el icono que me dice el número de personas que se han acordado de mí mientras yo dormía. Hoy hay pocos, pero me conformo mientras haya uno sólo. Y con él y sus noticias que son malas y trato de digerir junto a un café que quema, doy por inaugurado un nuevo martes de esta vida tan extraña que alguien quiso que viviera.

Es raro el día en el que no me plantee quedarme a trabajar en casa, pero el sentido común y yo sabemos que basta algo medianamente interesante para distraerme de mi trabajo, y resulta que Internet está lleno de ese tipo de cosas. Así que cojo la bici y enfilo el camino que me llevará a la oficina pasando por calles con legañas y avenidas remolonas que todavía no han acertado a despertarse.

Entro por la puerta y saludo en japonés. Sólo Michiko me contesta, pero ya no me extraña. Desde que no trabajo para ellos es como si yo no existiese, aunque lo realmente raro es que de vez en cuando me prestan atención preguntándome cosas que se le preguntarían a compañeros de trabajo “normales” como qué hice el fin de semana….

Pero ellos y yo sabemos que mi situación no es normal , y no sé si por envidia o por desinterés, hemos llegado a un acuerdo no escrito por el que nos ignoramos mutuamente lo más que podemos, y ya llevamos así más de un año.

La misma flecha del ordenador de casa aparece en el de la oficina, y también la apunto al icono que, esta vez, me suele decir qué hacer durante las ocho horas siguientes. El primer mensaje es de Michiko, dice que me ha dejado un postre japonés en la nevera, que está dentro de una lata y que me lo coma frío que está muy bueno. Sonrío y la miro, pero resulta que ella hace rato que estaba haciendo lo mismo. Mientras escribo la respuesta más amable y sincera que se me ocurre, pienso que hoy ya ha merecido la pena no haberme quedado a trabajar en casa.

Últimamente la hora de salir llega muy pronto y este martes, además, está muy bien señalada porque la profesora de la ceremonia del té va a estar esperándome a una media hora de viaje de allí. En Tokyo es mentir decir que se llega tarde por culpa de un tren, así que pongo especial atención en salir lo más pronto posible después de las seis.

Hoy Michiko no puede venir por temas de trabajo con lo que es la primera vez que voy sólo a la clase. Me siento nervioso, me da vergüenza y por el camino me voy inventando excusas para no ir, a pesar de lo cual me monto en el tren correcto. Menos mal que ni a mí mismo soy capaz de convencerme.

Entro y saludo en japonés mientras me quito los zapatos. La profesora me recibe con una sonrisa enorme. Pienso en que siempre la recordaré así, con esa sonrisa eterna que nos regala al llegar, y me apunto en un rincón que eso de sonreír tengo que hacerlo más para ver si alguien me recuerda a mi algún día de la misma manera.

Me habla en japonés todo el rato, aunque a veces se da cuenta de ello y trata de hablar en inglés aunque no va más allá de dos o tres palabras. Yo casi no tengo problemas para entenderla en japonés y me gusta mucho más que hable en ese idioma porque es lo suyo, pero en lo que ella considera un gesto hacia mí, de vez en cuando cambia a inglés y lo mantiene hasta donde puede que, gracias a Dios, no suele ser mucho.

Tiene onigiris preparados para Michiko y para mí. Siempre nos dice que como vamos directos desde el trabajo, que tendremos hambre y siempre nos tiene algo preparado. Me como el mío mientras ella última los preparativos de la clase, aunque no deja de hablarme quitándome de un plumazo esa estúpida sensación de nervios que tenía hace un rato.

Entonces empezamos. Repito los mismos pasos una y otra vez, pero siempre hay algo que corregir: el brazo está muy elevado, no mires al invitado directamente, el dedo meñique lo has separado al soltar el cazo, has echado demasiado té, el natsume es un dedo más a la derecha…

Todo lo dice de forma que no resulta ofensivo y además yo sé que se calla muchos de mi fallos de los que yo mismo me doy cuenta. Es todo un arte cómo es capaz de enseñar y corregir sin que el ego de uno se dé por aludido.

Pasan las dos horas como dos sorbos, y nos dedicamos a recoger los utensilios en silencio. La solemnidad sigue presente justo hasta el momento en que todo se ha recogido y nos saludamos con una reverencia de rodillas manteniendo la distancia entre alumno y profesor hasta ese instante. De repente vuelve la sonrisa, la jovialidad, la amabilidad, la ternura de la señora que prepara meriendas y pregunta por las novias que no tengo.

Trenes y pedaleos después vuelvo a casa, me quito el pantalón y veo que está manchado de verde. Algunos de mis dedos tienen todavía el mismo tono, y no estoy seguro si es en el paladar o en mi cabeza, pero yo noto el gusto del té por ahí dentro.

El sábado me preguntaron sobre el significado de la ceremonia y no supe qué contestar. Creo que hoy tampoco sabría describirlo, pero sé que tiene que ver con hacer de la calma el sentimiento mayoritario, de apaciguarse, de alimentarse de sosiego respirando templanza. De concentrar cuerpo, mente y alma en un pequeño ritual que es precioso si se sabe mirar, pero lo es más si se sabe escuchar.

Y lo mejor es que ese sentimiento no se va al cerrar la puerta de la sala, sino que sigue con uno hasta mucho tiempo después.

No sé… es como si alguien no me hubiese dejado de acariciar la nuca desde hace más de dos horas.

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¡Otra camiseta! ¡IkuFuji!

Este año nos ha costado muchísimo sacar los nuevos diseños. La historia es larga y los obstáculos muchos, pero después de tanto jaleo por fin hemos encontrado la mejor manera para hacerlas. Dejadme que os cuente un poco cómo hemos hecho éstas últimas y así aprendéis un poco más del ikuproceso.

Está claretis que yo vivo en Tokyo, y me imagino que ya sabréis que Bea está en Bilbao, es decir, una ikumitad allí y la otra en el sexto pino, o al revés según se mire.
En esta ocasión los diseños se me han ocurrido a mi, pero esto no significa que siempre los haga yo, la Kurosuwado y la Kotoba son de ella, y el logo también.  Así que esta vez, que han tocado dos míos, primero le conté la idea por email, y después le mandé un primer boceto.

Ella me los da vuelta a todos, que si esto más parriba, que si esto pabajo, que si el color así, que si el trazo asao… y yo me mosqueo un huevo!!! pero siempre acabo haciendo lo que dice porque pasa que yo estoy tan metido en el dibujo que no me doy cuenta de muchas cosas. Así que preparo dos o tres versiones del original, uno con los cambios que ella pide, otro con algunos que se me ocurren a mi, y otro con todo mezclado. Y ahí es cuando los mandamos a los amigos y les pedimos que voten el que más les guste, todo esto sin decirles cual es el que nos gusta a nosotros claro. Esta lista de amigos cada vez es más grande, es todo un orgullo contar con opiniones como la de Núria, Ale, Guille, el tío Fla… os podéis imaginar.

Después toca elegir prenda. No es tarea nada fácil porque hay muchísimas diferentes, y además las de chica y las de chico también lo son. Así que empezamos otro toma y daca: que si quedaría mejor con esta, que si no hay de chica que sea igual, que si que me cuentas chato, que lo que oyes chata…

Y entonces pedimos presupuesto. Últimamente afinamos más con las tallas porque por ejemplo, por experiencia ahora sabemos que casi nadie pide una S de chico (a pesar de que es la que mejor me suele quedar a mi), aunque si que se piden muchas XL.

Entonces a Bea le mandan una prueba de las camisetas, ella le saca fotos y me las manda y si ambos estamos de acuerdo, las imprimimos. Yo la verdad es que aquí siempre estoy de acuerdo, porque además me fio 1000% de lo que ella opine.

Cuando por fin llegan las camisetas, toca revisión, ella va mirando una por una que todas tengan todo correcto: la etiqueta cosida en el lugar que debe, que el diseño esté centrado, que la impresión no esté borrosa, que la prenda no esté defectuosa… Y devuelve las que no pasan el Beafiltro que podéis creerme cuando digo que es muy estricto, y que ¡menudos disgustos se lleva cuando desecha muchas!

Una vez que las tenemos, ella mete los datos de las tallas en una base de datos que nos hemos currado, se saca fotos ella misma y a amigos y me las manda, y yo me encargo de actualizar la web y el blog.

Con estas dos últimas camisetas hemos incluido fotos de colegas que nos han dado su permiso para sacarles, pulsando sobre la imagen de la camiseta les veréis, y además hemos puesto un botón «nuclear» que mostrará de una vez a los mejores modelos que podíamos tener, dadle, dadle que seguro que conocéis a alguno.

Entonces llegan los pedidos, que a efectos prácticos es un email que contestamos pidiendoos la dirección postal y que nos confirméis la talla y el modelo. Yo ahí no hago nada más que sonreir de oreja a oreja cuando el gtalk me saca el mensajito de «Pedido desde la web!». Bea se encarga de ellos: imprime las etiquetas con el nombre personalizado, envasa la camiseta al vacío, mete algún ikudetalle (si queréis saber qué es, pedid una!), y se va para correos a enviarla. Allí le dan un código que os manda, y con el que podéis saber por donde está el pedido introduciéndolo en la web de correos.

De manera espontánea últimamente nos contestáis y nos decís que ya os ha llegado, incluso nos mandáis fotos del pedido y todo. Eso nos encanta, esa idea de saber que nos consideráis tan cercanos como para escribirnos en ese plan… yo no me imagino escribiéndole al corte inglés después de haberles comprado algo. Y todo unido a las fotos por ahí por el mundo que nos mandáis con una sonrisa en la cara, hace que esto merezca la pena hacerlo, se vendan camisetas o no.

¡Aunque lleve sin ir a Karate dos semanas!

Bueno, corto el pedazo de rollaco y paso al nuevo diseño:

Fuji Curvas Version 11 (Fonts embedded).jpg

La explicación:

El Fuji a lo Ikusuki

Al principio no había manera de ver el Fuji, así que nos lo tuvimos que imaginar…

¡Y nos salió con txapela!

Después, por fin, lo acabamos viendo ahí todo digno él, pero… ¿qué queréis que os digamos?, ¡¡¡nos quedamos con el nuestro!!!

富士山 (Fujisan) significa ni más ni menos que Monte Fuji

Ojo, que Fujiyama está mal dicho, ¿eh?

Las fotos:

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Los enlaces:

IkuFuji Chico
IkuFuji Chica

Las gracias:

:ikugracias:

PD: Si alguno que esté en Japón está interesado, decídmelo lo antes posible porque Bea me va a mandar las dos nuevas camis en un titá y así os las puedo dar en persona (o enviaroslas desde aquí si no vivís en los Tokyos)…