Geishas en Kyoto

Rodeados de una anciana protestona, un monje nervioso, otra pareja de dos y un señor calvo de gafas, aquella mañana decidimos quedarnos en el Fushimi Inari Taisha a esperar con el resto en vez de ir a por el planeado desayuno en la cafetería de al lado de la estación. Al majestuoso escenario subió una geisha, y luego otra y otras dos, después igual número de maikos y tres ancianas con antiguos instrumentos de cuerda y percusión.

Con exquisita lentitud ensayada, tomaron posiciones y empezaron una danza cuyo propósito parecía querer parecer muñecas de porcelana.

Envueltos en la magnífica y cálida luz que nos regalaba el pomposo sol de aquel mediodía, yo no sabía si seguir juntando tu espalda a mi pecho y rodearte con mis brazos, o sacar más fotos.

No lo voy a saber… solo déjame que saque la última.

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Llevarás mucho en Japón cuando…

  • … te refieres a ti mismo como «gaijin» porque sabes que les da por saco a los gaijines que llevan poco en el país y ponen el grito in the iClouds todo ofendidos.
  • … haces un huevo de reverencias mientras hablas por teléfono.
  • … ofreces tu tarjeta de visita a veces hasta antes de darle la mano a cualquiera que te presenten.
  • … rayas a los tuyos cuando vuelves a tu casa y dejas los zapatos en la puerta entrando descalzo.
  • … te agachas automáticamente al entrar o salir del metro (esta no me pasa a mi ni de lejos, jajaja).
  • … ignoras a otros gaijines, especialmente turistas que establecen contacto visual y te sonríen.
  • … has pretendido que no hablas inglés por lo menos tres veces, como las quince últimas que pasó el de la NHK por casa.
  • … tu talla de ropa es por lo menos una letra más que la que tenías en tu país. Si vienes de yankilandia, hablamos entonces de meterle dos o tres X por delante.
  • … ves un escote prominente cada luna llena como muy seguido, pero te jartas de ver minifaldas cuyo uso es totalmente independiente de lo que marquen el termómetro y las isobaras.
  • … un alto porcentaje de las fotos que sacas son de platos de comida cuando antes te lanzabas estilo espartan al ataque con el tenedor y ni mucho menos te acordabas ni de que llevabas cámara encima.
  • … doblas y redoblas la funda de papel de los palillos para hacer un pequeño soporte para ellos cuando sales fuera a comer.
  • … te rayas cuando ves a gente sacar la moenai gomi en días de moeru gomi.
  • … la palabra «otaku» te da porsacu.
  • … comes natto, y ya no lo haces por integrarte o demostrar valentía, es que encima te gusta y hasta lo echas de menos.
  • … ya te has desengañado con eso de que los condones japoneses no te valen, cuando te han valido con holgura siempre, eso sí, seguirás diciendo que no :ikufantasma:
  • … tienes ya una marca favorita de nihonshu, shochu o cerveza japonesa (juas, esto casi desde el primer día)
  • … no te gusta Roppongi porque no hay más que manadas de gaijines dando voces.
  • … has llevado un omikoshi o has salido a bailar en obon.
  • … te sabes las vending machines más baratas de los alrededores.
  • … eres coleguita de alguna viejica del vecindario, que siempre saluda y te alaba por tu nihongo.
  • … te bañas más del doble de lo que lo hacías en tu país.
  • … tienes por lo menos tres libros en japonés que te compraste y que nunca has leído, aunque algún día…
  • … ya ni te molestas en comentar en blogs cancamuseros monotemers sobre Japón y lo de siempre, que si las puertas de los taxis se abren solas, que si jarají, que si jarajá.
  • … te aburres sobremanera cuando alguien que ha estado de visita te cuenta que alguien le acompañó hasta tal sitio a comprar no se que billete.
  • … te raya quedar con paisanos que te contactan por internet y quieren que les hagas de guía a cambio de «pagarte unas cervezas» cuando no sabes absolutamente nada de ellos.
  • … te quedas sopa en el tren y te despiertas justo 10 segundos antes de la estación en la que te bajas.
  • … te sientes un ser suertudo cuando vas a un baño público y no hay un charco delante del urinario de pared.
  • … no has vuelto a al menos tres izakayas donde sabes que empezaste nomihoudais pero no como acabaron aunque tienes un sexto sentido que te dice que mejor no volver.
  • … te descojonas mucho más cuando en la tele alguno se lleva una hostia o sale disparado por el aire disfrazado raro que con cualquier serie de humor típica de estas de situación.
  • … vuelves a tu país y prácticamente todos los del sector servicios te parecen unos bordes que odian su trabajo, a todos sus clientes y especialmente a ti que estás delante.

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Traducido, editado y completado libremente del post de Invisible Gaijin
Eso si, la foto es mía, ojo.

Ikegami Honmonji Oeshiki

Allá por el 1282 un señor feudal llamado Ikegami Munenaka donó casi 52 acres de tierra para la construcción de un templo cerca de la estación Ikegami en Tokyo, en lo alto de una colina desde donde se divisa el monte Fuji, Yokohama y el oceano pacífico con el actual aeropuerto de Haneda.

Allá por el 2007, un elemento de Zalla llamado Oskar Díaz fue a alquilar una casa a medio camino entre la estación de Ikegami y la de Nishi Magome. Se cuenta que una noche salió a correr divisando una pagoda entre árboles y para allá que trotó descubriendo uno de los templos más majestuosos de Tokyo del que apenas se sabe nada… afortunadamente. Poder pasear en solitario por semejante lugar es un lujo que no ha de durar.

En tamaño emplazamiento, también por la noche, se celebra una ceremonia budista llamada Oeshiki todos los 12 y 13 de Octubre coincidiendo con la muerte del principal representante de la orden budista que rige el templo, Nichiren Shonin. A pesar del carácter religioso de la celebración, lo que allí se ve es una procesión interminable de pagodas decoradas con farolillos y mil ornamentos de los grupos de bomberos del periodo Edo, que van desde la estación de Ikegami hasta el interior del templo para honrar a Nichiren Shonin y, quizás, pedir otro año sin incendios.

Las pagodas de la procesión están decoradas de forma que parezcan cerezos en flor porque según cuenta la leyenda, cuando Nichiren Shonin falleció, los cerezos de la zona florecieron fuera de época.

Flautas, taikos, bailes y mucha mucha energía balanceando los Matois, que son los estandartes que se colocaban en los tejados de las casas de al lado de la que ardía para señalar su ubicación. Lo curioso es que cada grupo de bomberos, dependiendo de la zona de Tokyo, tenía uno distinto, a cada cual más vistoso. Hoy en día sólo se utilizan para este tipo de festivales y el que más triunfa es el que menos se está quieto.

No hay mejor plan que llegar a casa después de una insípida jornada de trabajo, dejar las cosas y pasear hasta allí con la misma emoción de la primera vez que lo descubrí hace cuatro años. No te librarás de las bromas de los comerciantes cuando vean tu cara, te dirán cuatro palabras en inglés entre carcajadas que arrancarán la tuya más de una vez y encima te llevarás, de propina, una ración de takoyaki y seguro que dos, o tres, cervezas.

Si ya no te falta con quien brindar, ni te cuento.

Japonian bizi naizけどこれわかって嬉しいです

«Cuidado con el vasco que nos hace kale borroka» decía en bromas un amigo de aquí al poco de conocerme, ahora que también le decimos de todo al catalán cuando llega la hora de pagar la cena… me parece algo muy sano, que nos hayamos juntado de muchos lugares distintos de España y que cada uno sepa reírse de lo suyo sin que haya absolutamente ningún problema.

El caso es que yo soy tan euskaldun-zaharra como mis años, vamos, que soy vasco de casualidad porque nací allí cuando mis padres decidieron que la vida parecía ser mejor por el norte y se fueron a vivir cerca de Bilbao desde cerca de Badajoz. Sé Euskera porque era asignatura obligatoria en mi querido EGB y odiados BUP y COU de entonces. He de decir que me gustaba y se me daba muy bien, no tuve nunca ningún problema en aprobar ningún examen y todavía hoy entiendo prácticamente todo si leo algún periódico o veo la televisión en este idioma, aunque ya no soy capaz de hablarlo; para mi cerebro, todo lo que no es castellano o inglés, es japonés y es prácticamente imposible que hile una frase entera sin meter un par de nes japoneses por el medio. Nire izena Oskar da ね, Japonian bizi naizけどこれわかってうれしいです.

A los que venían a trabajar de fuera de Euskadi les llamaban «maquetos» o «desertores del arado», incluso yo cantaba la canción aquella de Platero sin saber qué significaba… «no eres más que un desertor del arado que has venido aquí a molestar». Lo de maquetos no sé muy bien de donde viene, lo segundo duele, y más sabiendo lo mucho que mis padres se sacrificaron empezando desde cero hasta sacar adelante a tres machotes Toscanos como nosotros. También sé que nunca tuvieron ningún problema por ser de fuera, diría que al contrario, en mi pueblo se les quiere igual o puede que más que en el suyo propio, quizás porque llevan bastante más de la mitad de su vida allí.

Yo tuve amigos de todos los palos: hijos de inmigrantes de distintas zonas de España, hijos de inmigrantes de otras zonas de Euskadi, hijos de nacidos en el mismo pueblo… lo cierto es que nunca se ha diferenciado claramente, nunca nadie me hizo notar que mis padres no eran de allí y por tanto yo era menos vasco que otros. Todos compartíamos el mismo balón en el recreo y si nos peleábamos, era más por chicas que por procedencias o creencias. Sin embargo, fuera no se tenía tanta indiferencia, recuerdo una vez que fuimos a un campamento a un pueblo de Burgos del que tuvimos que salir corriendo esquivando piedras porque «éramos vascos hijos de tal, y de la ETA como poco».

La época adolescente fue bastante más relevante: amigos de la infancia de repente empezaban a vestir prácticamente igual con aquellas camisetas de rayas y los palestinos en el cuello, y ya no quedaban con nosotros como antes. Les veías en la herriko taberna del pueblo, y a veces en manifestaciones en la plaza detrás de pancartas con fotos de presos de ETA que estaban en cárceles lejos de Euskadi. Nunca dejamos de tener trato, o de saludarnos, más bien cada uno iba a lo suyo y si se coincidía, no se hablaba del tema.

«Oir, ver y callar» me dijo muchas veces mi padre cuando le contaba que había visto alguna cosa rara en el instituto o preguntaba sobre los carteles que empapelaban el pueblo día si y día no.

«Tu no te metas y no digas nada, por si acaso».

En mi época de universidad, cuando empecé a ir a Bilbao a ver venir el amanecer entreniéndome por el casco viejo, viví quizás los momentos más crudos. Los beltzas, la Ertzaina con pasamontañas, escudos y escopetas de bolas de goma no dudaban demasiado en disparar contra la gente en cuanto se escuchaban cuatro o cinco gritos en favor de ETA, dando igual si uno estaba allí entre medias por casualidad. Ahora que también llegué a ver a gente de mi misma edad quemando contenedores e incluso arrancando cachos de acera a base de estampar vallas de obra para hacerse con piedras que tirarle a la policía.

Los atentados los veíamos por la tele, como prácticamente todo el mundo. Y al día siguiente nadie comentaba nada. Así estaban las cosas, o así las recuerdo yo, como también recuerdo lo de Miguel Ángel Blanco y como a partir de ese horroroso día todo empezó a cambiar y ya se empezó a callar mucho menos. Supongo que fuera de Euskadi, la imagen que se proyectó, que en mi opinión es la que debería haberse sabido siempre, fue la de que la inmensa mayoría estaba totalmente en contra de lo que venía pasando desde muchos años antes.

Yo me vine para acá, por azares de la vida y aunque nunca he desconectado del todo, si que me he olvidado de los carteles, las manifestaciones y las pintadas, de los atentados, de que había, y sigue habiendo personas que sienten que necesitan escoltas, de los palestinos y las camisetas de manga larga a rayas… y sin embargo, hoy me he alegrado como nunca al saber la noticia. ETA deja definitivamente las armas, o eso dice. Ojalá todo se arregle, y cuando vuelva a Zalla con Chiaki pueda contarle, en pasado, lo que todavía es, por muy poco, casi presente.

NHK
Reuters
Yahoo Japan
Asahi.com
CNN Japan

Tokyo Marathon 2012

En mi lista de cosas por hacer, tengo apuntado «Correr una maratón». Nunca pensé que llegaría a hacerlo, y mucho menos en Tokyo aunque he de reconocer que siempre que veía los carteles que lo anunciaban, me daba cosica de la buena. Este año me apunté pensando en que no me iban a seleccionar porque las plazas son limitadas y una cosa no, pero gente en Tokyo hay para exportar y regalar, más peña que en el dormitorio de la marquesa de Santillana, no te digo más. Fíjate que se han inscrito unos 280.000 y sólo hay plazas para unos 30.000…

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Y mira por donde…
¡¡ que me han cogido a mi!
¡¡ a uno de Zalla!!
¡¡ ojo aquí !!
:gustico:

La primera reacción fue entrar en panic mode: Tosca, macho, ¿ya estamos liándola?, ¿¡¿¡¿¡en que te estás enfrascando otra vez!?!?!? ¡¿¡¿una maratón!?!?!?, buff 42 Km así a pelo pecholober… si las distancias a las que yo estoy acostumbrado, cuando me da por correr que no suele ser tan a menudo, son cuatro veces menos. Así que lo consulté en twitter, y como muchos tocapeloters que seguramente no han hecho deporte en su vida se mofaron diciendo que era imposible que lo preparase en los cuatro meses que quedan, pues ya tenía toda la motivación que necesitaba. Nada más que por zasquearos el boquino, liendres! (BattoMogli, no va por ti, eh?). Gracias por estar ahí recordándome que no soy como vosotros!! ¡¡amargaos!!

Karate sigue siendo lo primero, además que tengo competición en tres semanas, así que he adaptado planes de entrenamiento que he encontrado por aquí y por allí. Estoy yendo a correr por las mañanas antes de ir a trabajar, si al día siguiente toca Karate, corro sin hacer series hora u hora y media. Si no hay clase, entonces me meto más tralla, sobretodo cuestas y cambios de ritmo, y luego ya los fines de semana que hay más tiempo, a correr la mayor distancia que me de el cuerpo. De momento he llegado a los 18 Km, que es lo más que he corrido nunca, y si casi casi he sido capaz de correr una media maratón la primera semana de entrenamiento, yo creo que haré un papel digno.

Es en febrero, sé que me voy a pelar de frío y las voy a pasar tan pardas que me arrepentiré siete veces por kilómetro, pero me siento motivadísimo, y no veo el momento de plantarme junto a los otros chorromil participantes en el Tocho de Shinjuku para trotarme de una vez la ciudad que me he pateado entera en veces desde hace casi cinco años.

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Desde Shinjuku a rodear una vez más el palacio imperial… para cuando pasemos la segunda vez por la Tokyo Tower sólo iremos por la mitad del recorrido. Shinagawa, Tokyo, Ginza, Asakusa, Tsukiji… para acabar en Odaiba. No me puedo imaginar otros escenarios donde sentir cada kilómetro, cada gota de sudor. Y más este año con la que ha caído.

[…] los he visto muchas veces, están mal de la cabeza […] nunca pude calcularles la edad, pero seguramente tienen entre 15 y 85 años. Son hombres y mujeres. No están bien. […]

Estiran, se miran, giran, respiran, suspiran y se tiran. Pican, frenan y vuelven a picar. Me parece que quieren ganarle a la muerte, ellos dicen que quieren ganarle a la vida…
Están completamente locos.

Marciano Durán

:malico:

Alcohol, sushi y besos por docenas

Era de Osaka la princesa que atinó a birlarme la voluntad sobornándome con besos que de tanto que duraban, hasta me llegué a creer uno o dos de cada doce. Así era la letra pequeña del contrato: si le daba la gana de venir a darlos, lo hacía por docenas.

– Y tu no me llamas, y bajo ningún concepto se te ocurra tener «un crush on me» que no estoy para dramas, que ya sabes que yo aquí voy a durar poco.

Que no me enamorase decía, pídeme que no respire tampoco si ves que así se te sigue sintiendo íntegra la integridad esa tuya que se te tambalea desde lejos. Ahora que las cosas las tenía claras, y nada mejor que achuchar al corazón asumiendo el desengaño desde el principio para que vaya doliendo desde ya mismo y así, cuando acabe, solo haya de escocer.

Dos veces la fuí a buscar a la estación, a partir de la tercera ya se presentaba en casa ella solita y a la que me descuidaba, ya tenía una de mis camisetas por pijama y mi alma a su merced a la que no miraba. Si algo había de respetar, eran mis clases de Karate, después cualquier momento era bueno para aparecerse sin avisar.

Y yo encantado.

La mayoría de las veces traía botellas de alcohol de colores y países que ni sabía que existían; eso sí, rara vez hacíamos prisioneros entre los frutos secos y el sushi de oferta de última hora del súpermercado desde ésta, nuestra trinchera.

No dejaba de hacer preguntas, apenas acababa de responder una cuando ya tenía dos más preparadas que disparaba a bocajarro mezclando inglés y japonés en una proporción directamente proporcional a la distancia que quedase entre la superficie del líquido y el fondo de la botella. Tenía curiosidad por todo lo mío, por mi país, mis costumbres, mi idioma, mi vida… quizás, ahora lo veo un poco más claro, para que no tuviese tiempo yo de hacer pregunta alguna. Cuando ya no nos entendíamos, o las palabras no se querían hacer entender más, pasábamos a los hechos, que según disponía su señoría, solían durar hasta justo justo el inicio de las resacas.

Después desaparecía porque tenía que trabajar, o arreglar la bici, o comprar maquillaje o cualquier carajo que fuese lo que se le ocurriese para evitar enfrentarse con cualquier indicio de que al que se quedaba durmiendo le diese por decir chorradas de esas de amores y quereres.

Huía. Literalmente.

Un día antes de volver a Osaka, si es que de verdad era de allí, me mandó un mensaje de línea y media diciéndome que se iba, que me cuidase mucho y que si alguna vez volvía a Tokyo, me llamaría. Yo le dije que no lo hiciese, alegrándome y entristeciéndome a la vez, con una especie de escozor en el corazón.

やっぱり

Tardé más de un mes en dejar de escuchar entre sueños el timbre de la puerta, ése que anunciaba alcohol, sushi y docenas de docenas de besos.

El sonido de sus zapatos de tacón subiendo las escaleras lo sigo escuchando a veces, aunque ya cada vez menos siento el escalofrío aquél que se me enzarzaba entre las vértebras desde la segunda vez que se presentó sin avisar.

Rascatecling

Conté que escribía muy rápido delante del ordenador. Desde crío estuve metido entre ordenatas y llegué a currar con doce o trece años pasando textos que me daban escritos a mano para un periódico local. No sigo, ni mucho menos, ningún método de mecanografía, escribo a mi pedo, a veces cruzo dedos, a veces hay palabras para las que sólo uso un dedo todo el rato… es el toscamethod!!

Hace mucho tiempo, cuando el programa «¿Qué apostamos?» de Ramón García, propuse que podía escribir la canción de 19 días y 500 noches de Sabina empezando cuando empezaba él a cantar y acabando a la vez o incluso antes que él. Esa canción empieza muy despacio, pero cuando se embala suelta muchas parrafadas seguidas casi hablando, así que no tiene nada de fácil. Ramontxu no me llegó a llamar nunca, y eso que es de un pueblo de al lado del mío, pero mira, aquí queda un vídeo que grabé ayer para matar la curiosidad de si podía seguir haciéndolo.

Puedo puedo!!

¡Buen finde!
:gambi:

Yo me piro a Kyoto, mwahwahahaha

iSad 5-10

Here’s to the crazy ones, the misfits, the rebels, the troublemakers, the round pegs in the square holes… the ones who see things differently — they’re not fond of rules… You can quote them, disagree with them, glorify or vilify them, but the only thing you can’t do is ignore them because they change things… they push the human race forward, and while some may see them as the crazy ones, we see genius, because the ones who are crazy enough to think that they can change the world, are the ones who do.

Aquí para los locos, los inadaptados, los rebeldes, los problemáticos, los palos redondos en los agujeros cuadrados… los que ven las cosas diferentes — los que no se basan en las reglas de siempre… puedes citarles, estar en desacuerdo con ellos, glorificarles o despreciarles, pero lo único que no podrás hacer será ignorarles porque cambian las cosas… empujan a la humanidad hacia adelante y mientras habrá quien los vea como locos, nosotros vemos genios porque sólo los que están suficientemente locos como para creer que pueden cambiar el mundo, son los que lo están cambiando de verdad.

Archivos y rebuscamientos

Resulta que en el último mes y medio me he dedicado en el curro a programar plugins y themes para WordPress, lo que ha tenido una parte buena y otra mala. La buena es que he aprendido mucho como va el asunto… y la mala es que ahora al ikublog me parece que le falta de todo!!!

¡¡horreur y terreur!!
:copon:

Así que aprovechando los escasos huecos libres que puedo saquearle al día, estoy añadiendo todo lo que debería haber estado desde el principio. Mira, visto así, son las dos cosas buenas!

De momento vamos con la búsqueda y las páginas de archivos, que ya están en su sitio (borra caché si no te aparecen!!!):

Claro, después de que por fin salgan en condiciones los archivos, resulta que las categorías cobran importancia, así que me he dedicado a recorrerme los más de 1200 posts que tiene este mostrenco y metiéndole categorías a saquer. Así, por ejemplo, ya se pueden ver más en condiciones los posts de:

Kokoro
Karate
Mother of Peneke
Excursiones
Fotos
Comida
Curiosidades
Chorradas

O directamente en la barra lateral pinchando en alguna de las de la nube de categorías (etiqueterEnchuferClouder featuring Resopler), ya sale el listado de los posts enchufaos en la correspondiente. Ahora ya solo me falta acabar de categorizar los 300 restantes, hacer que salga alguna imagen genérica cuando el post no tiene fotos y ya pasar a maquear la web de las camisetas de cara a los nuevos diseños de primavera…

¿Se os ocurre que más le vendría bien al ikublog?

:gustico:

El tercer personaje

No tenía pensado exponer al que nos ocupa a la opinión pública hasta pasados unos días, pero ayer Kirai se curró otra viñeta donde se le menciona, así que me veo en la obligación moral de desclasificarle. Vamos a ello.

Estábamos planeando el regalo de la despedida de nuestra Observer aún a riesgo de saber que quizás estaba leyendo nuestros emails desde algún rincón, y lo que habíamos decidido regalarle no parecía que iba a llegar a tiempo para su fiesta. Alguien propuso entonces comprarle un ramo de flores y entregárselo allí mismo. Todos estuvimos de acuerdo, nos parecía muy buena idea que seguro que le haría ilusión y nos salvaba la situación con un regalo que seguro le iba a gustar. Después de un par de días preocupadísimos, finalmente estábamos entusiasmados

Un momento… ¿todos?
¡¡ No amigos, todos no !!!

Rodrigo tenía su veredicto:

Por cierto, las flores van a ser el mejor regalo ever, súper cómodas para andar con ellas de arriba a abajo, xD

El xD del final no bastó para evitar el proceso memetizante. De un mundo paralelo vino el Rodrigolternate para quedarse…

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Pasemos a la viñeta que hizo Kirai:

Aguafiester featuring Tocaweber




Los memes

Desde hace unos meses, soy fan absoluto de las viñetas de CuantoCabrón. Me hizo especial gracia el meme del Observer, que convirtió al tal Francesc Satorra en el personaje que todo lo ha visto y todo lo ve. ¡¡ Es que es buenísimo !! el tío estaba ahí en medio de la bronca dedil del Mourinho y el otro sin inmutarse, jajaja.

Bueno, total, que al día siguiente de la excursión al pueblo fantasma de Nichitsu, me puse a revisar fotos y apareció nuestra querida Sara en una de ellas así como escondida. Yo le quería sacar la foto al coche en el que fuimos, pero ella estaba allí… me vino a la cabeza inmediatamente el observer y le hice una viñeta que mandé a todos los del grupo:

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Después Héctor la metió en el vídeo de los zombies, y a partir de ahí me dediqué a memetizar a todos los del grupo… Había pensado que estaría chulo contar la historia de cada uno de los personajes que han ido saliendo, aunque es bastante probable que sólo nos haga gracia a nosotros…

De todas maneras, hoy, a parte de nuestra Observer particular, que seguro que sabe todo lo que hacemos desde Nueva York, permitidme ya narrar la historia del segundo meme:

Aunque hay días que apenas hay ningún email, muchas veces pasa que uno empieza un mensaje que manda al resto del grupo, y se empieza a liar la cosa acabando con cuarenta o cincuenta respuestas. Como todos curramos delante de un ordenador, es bastante habitual que vayamos siguiendo el hilo según llegan y añadiendo más y más emails; es una bola que cuesta parar. Pero claro, hay algunos que no siempre pueden o no tienen tiempo de consultar el correo y cuando lo hacen, se encuentran con cadenas de millones de respuestas que llevaría un rato largo descifrar.

Ese día estábamos especialmente sembrados escribiendo chorrada tras chorrada a cada cual peor prácticamente al instante, cuando de repente Pablo mira el correo y contesta:

Y luego os quejáis de que no leo nada, 24 Correos en el tiempo que me tome un café!!

De repente se hizo el silencio y pasamos de recibir/escribir un par de emails por minuto a no recibir o escribir nada. Por alguna razón nos quedamos calladísimos todo cortados aunque su respuesta no fue para nada en plan mal!!

Estaba claro que tenía un superpoder…

Señores, así nació…

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Casi tres veces doce

No sé ni la mitad de lo que quisiera saber de muchísimo, pero sé que hay muchas cosas que me esfuerzo en olvidar y no soy capaz.

Sé que soy la persona que conozco que más rápido escribe delante de un ordenador y que eso hace parecer que programo mejor que otros cuando en realidad lo que ocurre es que pruebo más código en el mismo tiempo.

Sé unas quince katas de Karate Shotokan aunque también sé que no hago perfecta ninguna por mucho que haya pasado noches ensayando delante del espejo, especialmente la Gankaku, que me entusiasma. No me sé ni la mitad de las técnicas que debería, las confundo, si aprobé los exámenes fue porque las practiqué hasta la saciedad la semana anterior, ahora esa parte de los de primer y segundo dan la suspendería.

Sé que al verte se me lustran las pupilas. No sabría no saberte cerca, se me ha olvidado.

Supe hacer integrales, logaritmos, senos y cosenos, ahora no tengo claro que pudiese terminar una división complicada. Saqué el título de ingeniería informática, por lo tanto soy ingeniero, pero no sé prácticamente nada de análisis matemático, estadística o física, eso sí, lo mismo te hago una aplicación para el iPad que un plugin para el WordPress o una tortilla de patatas a la vascoextremeña.

No sé prácticamente nada de videojuegos, ni de mangas o anime y cada vez que voy a Akihabara salgo espantado porque hay algo en ese lugar que me aterra aunque no sé muy bien que es. Sé hablar y defenderme en japonés aunque todavía me queda muchísimo por aprender, soy capaz de llevar a cabo dos versiones diferentes del estilo omosenke de la ceremonia del té y no se me olvida, sin ni siquiera proponérmelo, la coreografía de Yosakoi que me aprendí hace dos o tres años.

No me gusta que se use «japo» o «japa» aunque sé que muchas veces se hace sin ánimo de ofender.

Sé a que sabes aunque tú no sepas que lo sé.

Sé que soy capaz de reaccionar bien ante casi cualquier situación, gracias en parte a que estoy en buena forma, que no me pongo nervioso y actúo la mayoría de las veces con la cabeza fría, aún así siempre me pierdo cuando trato de salir de la estación de Ikebukuro y me paso muchos desvíos con la moto. Soy despistado hasta el absurdo a la hora de orientarme.

Entiendo, sé y asumo que no soy capaz de quedarme tranquilo ante personas que me sacan de quicio con su estupidez, soberbia o egoísmo. Suelo responder y después me arrepiento y lo paso mal.

Sé que tengo cierta soltura a la hora de escribir en castellano, lo que unido a la rapidez con la que escribo delante de un ordenador, me permite tener textos más o menos decentes en poco tiempo. Sin embargo, no tengo ni idea de gramática española, pongo la mayoría de los acentos mecánicamente sin pensar y sería prácticamente imposible que fuese capaz de darte la conjugación correcta de una forma verbal. Desistí de tratar de ganar yenes dando clases de español casi desde que llegué porque sería un horroroso profesor.

Sé que de morirme a tu lado, me moriría menos.

Sé que las fotos que saco no serían nada sin el retoque de después, que es donde realmente he sabido avanzar algo. No sé nada de cámaras, lentes, filtros ni nada por el estilo que no sean la D40, los dos objetivos y el Lightroom de casa. Ignoro hasta el tuétano a los que solo critican asumiendo el rol de fotógrafos expertos cuando sus fotos suelen no decir nada, pero respeto y admiro con pasión a los que no dejan de darme lecciones magistrales cada día con sus trabajos. Este principio lo aplico a las personas de cada contexto en el que estoy metido, sea dentro de un dojo, detrás de un trípode o en una sala llena de entrajetados de reunión.

Sé que desde el domingo me queda un año para las tres docenas de vida y que, con suerte, probablemente no me queden más de otras cuatro. No sé que va a pasar hasta entonces, ni las que de verdad me quedan, pero si sé que seguiré ganando el tiempo siendo feliz.

Sé que el domingo cumplí diez años más de los que siento que tengo cuando estoy contigo.

Yamanashi

En realidad queríamos ir a Gunma, pero lo de ponerse a última hora a buscar algún viaje cuando es fiesta nacional es algo que sólo se nos ocurre a nosotros. Pero mira por donde que nos salió el asunto redonder, pillamos alojamiento en un ryokan de uno de los pocos sitios que todavía quedaban libres: Yamanashi. No tenía ni idea de nada, pero de absolutamente nada de lo que había allí, sólo que quedaba cerca del Fuji y que las vistas, decía el tipo de la agencia de viajes, eran únicas.

Pues vale, tren y para allá que fuimos de madrugón. Primera parada: un campo de girasoles, mira tú que cosas, me recordó a los viajes a Extremadura con mis padres por carreteras entre estos generadores de pipas, que una vez incluso mangamos uno y lo dejamos secar ahí al sol a ver si salían como las de Facundo, pero que va, aquello estaba blandengue blandengue, habrá que tostarlas o algo, digo yo…

También resulta que Yamanashi es famoso por sus viñedos, y nos fuimos a uno pero la verdad es que poco había que ver allí y nosotros lo que teníamos era más hambre que ni sé, así que tiramos para el ryokan que nos pillaba cerquita de la estación. Un sitio precioso, con un onsen de vino tinto y toda la pesca, no hay fotos porque no es menester meter una cámara donde hay culos ventrescos sin que quede la cosa de gayer stalker.

Al día siguiente alquilamos un coche y tiramos para los lagos de Kawaguchiko donde, efectivamente, estaba el monte Fuji pero entre nubes. Se nos hizo de rogar bastante, pero teníamos todo el día, así que subimos tranquilamente a una montaña cercana en funicular y allí nos quedamos esperando. Desde allí se intuía el volcán, que era inmenso, y también se veía claramente el parque de atracciones FujiQ (al que va a ir Cristo, por cierto, menudo miedo).

Este coche estaba aparcado por allí, que de gente lleva siempre!

Efectivamente, las mejores vistas del Fuji, aunque desde Hakone también tuvimos suerte, en Yamanashi está mucho mucho más cerca. Desdeluego, de las mejores excursiones que hemos hecho, al final va a haber que hacer eso, abrir un catálogo de viajes al azar y tirar para allá, el factor sorpresa es el factor sorpresa!

¡Buen fin de semana!
:gambi:



Al béisbol con la fresca

La fresca es la Yoshiko, porque la media de temperatura esa tarde sería de 35 grados a la sombra de la sombra de mi sombra.

Yo no tengo criterio para hablar de béisbol, bueno, en realidad no tengo criterio para hablar de prácticamente nada, pero en fin, pongamos que de béisbol y de fútbol todavía menos. He estado en San Mamés dos o tres veces porque me dejaron un pase, y he de decir que me impresionó mucho el ambiente y me lo pasé muy bien, pero no cambiaría ningún plan por ir, y mucho mucho menos pagando. Bastante tengo yo con mi vida como para preocuparme por una manada de endiosados rascayúes trotadores.

Lo del béisbol en Japón era otra cosa, por lo menos había que vivir la experiencia al menos una vez y nuestra corresponsal de Osaka en Tokyo, Yoshikochan, se ofreció a comprarnos las entradas y hacernos de guía espiritual. Dicen que los de Osaka son más gambiteros que los de Tokyo, que las lían más, bueno, yo creo que es lo mismo que se puede decir de un vasco y de un andaluz, que en general puede que quizás la fama sea válida, pero te digo yo que conozco a un par de andaluces más secos que un carro cal. Esto de las famas hay que cogerlo con pinzas… menos la de los gabachos que todos sabemos que son así por genética y no hay todavía cura descubierta.

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En este caso se cumple el tópico, la Yoshiko es un descojono de mujer de la cabeza a los pies y viendo que la experiencia del maestro hacedor de viandas salió bien, aprovechamos la oportunidad el catalán sombrericos y yo para experimentar de primera mano el asunto. Nada más entrar sentí ese rikitriski de cuando entré en San Mamés por primera vez, coño, que impresiona el asunto!

Los de Osaka a un lado, los de Tokyo al otro. Entre medias de los primeros, cuatro japonesas, un chileno, un catalán y un zalluco bebiendo cervezas ya. A la que nos quisimos dar cuenta, iban ganando los de la Yamanote y ya no dejaron de hacerlo hasta el final. Por lo visto, porque yo lo que veía era a individuos de pijamas blancos o grises parados la mayoría del tiempo que se cambiaban de lugar cada media hora, más o menos, menos o más.

Menudo circo, y la pena es que a las cheerleaders casi no las jipiábamos desde allá arriba…

El público sólo animaba cuando su equipo bateaba, si lo hacía el contrario, no decían ni mú, más callaos que el observer. Allí nadie insultaba, nadie se salía de lo establecido, aunque la gente parecía disfrutar igual cantando cuando tocaba y callando cuando no. Formas de ser, digo yo, en cualquier otro país del mundo sería impensable, quizás. Nosotros por el efecto del extracto de cebada ya llevábamos un rato animando a Julen Guerrero e Iniesta cuando se hizo de noche.

Entendí la mitad de lo que vi, pero vi mucho más de lo que pensaba. Saqué fotos y me reí como siempre que me junto con esta gente, antes, durante y después del partido, mereció la pena haber pagado los 4000 pepinos de la entrada.

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Eso si, esta gaita, este jirijuri yanki, sobrio no lo aguanta na-di-e. Avisaos estáis.

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La clase de gazpacho y tortilla de patatas

Se hizo, se hizo, y he de decir que cada vez nos sale mejor. Ya no hay tantos nervios por hablar en público en japonés, no se tiene todavía el nivel que uno quisiera pero se lidia con el idioma con más o menos destreza y casi casi ya no hay pausas entre lo que dice el chef Chiqui en manchego y la explicación japonesa con acento vasco. Nos vamos especializando, si señor.

Esta vez estuvimos muchos pinches acompañando al gran cocinillas: Guille, Xavi y Silvia no pararon en todo momento de asegurarse que las tortillas tenían el doble de sal de la que le hubiesen echado los japoneses.

Fuimos un poco antes para tener todo preparado porque otra cosa no sé, pero puntuales nuestros alumnos lo son un rato (y bien largo!).

El gazpacho fue lo primero para que reposase bien fresquete en la nevera mientras se hacían las tortillas. Y venga a trocear tomates y pepinos, y venga a echarle aceite, y venga a darle a la batidora!!

Después todo el mundo a pelar patatas y batir huevos como campeones, que eso lo sabemos hacer todos…

…pero eso sí, el noble y nunca bien ponderado arte de darle la vuelta a la tortilla hubo de ser explicado con más detalle…

Vídeo del Xavi sombrerecos

¡Hay que decir que no tuvieron ningún problema y todos le dieron la vuelta a la tortilla sin despeinarse!

Luego apareció por allí no se como todavía una jartá de embutido, pan, cervezas, vino… y bueno, pues ya se sabe la alegría morena que le entra a uno, que eso de las sobremesas typicals también hay que enseñarlo, también.

Llevé la bota pero esta vez no triunfó tanto aunque también tuvo su par de minutos de gloria!

Como la otra vez, una magnífica experiencia que hay que repetir las veces que se pueda!!!!!

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:gustico:
:cocinicas:
(¡¡Y eso que a mi no me gusta el gazpacho!!)
:D


Así lo vivieron el Guille y el Xavi.

Otra de Getty

Otra tanda de fotos que me han seleccionado para vender en Getty Images!!! ole ole y ole.

Ahora toca currele porque resulta que cuando te las jipian, te piden que se las subas con la mayor resolución que tengas, que rellenes una serie de datos de cada una y si salen personas, un documento firmado por cada uno de ellos autorizando el uso de su imagen.

Yo me tiro un rato buscándolas por el disco duro, releyendo los posts donde las enchufé… y fíjate, como que me gusta la sensación que se me queda… es una especie de inicio de nostalgia por tiempos no demasiado pasados pero sin llegar a ser morriña todavía… las del Fuji desde abajo, por ejemplo, no tienen un mes todavía!!! (jodé, ese día fue de lo más romanticón!!! aisssss)

Subida al Fuji

Fotos de un restaurante de sushi de Meguro

Haciendo el gilipollas con la matrícula de la moto!!!!

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El Kiyomizudera de Kyoto

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Un currela limpiando ventanas en abril

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El Daibutsu tsu tsu

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Vistas desde arribotas del todo del Roppongi Hills

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De la estación de Ueno parriba

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Ahora imagínate que van y compran la que me hice en pijama recién levantao con barba de tres días y la matrícula de la moto y cogen y la publican por ahí en alguna revista, me puedo estar riendo hasta que me muera ya!!

Aho Aho Zombies 2

El día que nos fuimos al pueblo abandonado en casa Dios no nos dedicamos solo a sacar fotos, que también salió de ahí un peazo vídeo que cada vez que lo veo me entra la risa floja y ya no puedo parar en todo el día.

Héctor tenía todo en su cabeza, se llevó el material para casa y lo ha montado con muuuucho arte!!! ojo:

:D :D :D

¡¡¡Jodé, que bien me lo pasé ese día!!!

Nichitsu Ghost Town
Foto-zombi family de Kirai

>70%

Desde que me registré en la embajada en el año 2001 cuando vine aquí por primera vez, supe de la alta probabilidad de que hubiese un terremoto de gran escala en el área de Tokyo en los próximos años. Allí nos dieron una fotocopia donde nos contaban la copla y lo que deberíamos hacer si se diese el caso de ese u otros terremotos.

Recuerdo algo así como una mochila con alguna linterna con pilas, comida y agua. Ah! y meterse debajo de la primera mesa que encuentres. Lo cierto es que cuando pasó el de marzo, yo no tenía ni linterna ni me acordé de meterme debajo de nada porque al segundo dos ya estaba corriendo como un poseso y no llegué a Kyoto de milagro. Luego, pues bueno, que si un no parar de temblar todos los días durante mes y pico, que si la que se lió con el tsunami y la central nuclear, buff…

El caso es que después de eso, uno tiene la idea de que peor que aquello no va a ser lo que tenga que venir, pero la movida es que aquel no fue en el área de Tokyo, mi mucho menos, así que en teoría, todavía estamos esperando que ocurra la de Dios es Cristo en la ciudad de la Yamanote.

Aprovechando que mis padres no leen el blog, contaré que hoy, coincidiendo con el 88 aniversario del gran terremoto que arrasó Tokyo en 1923, es el día de prevención de desastres donde nos vienen a recordar que el que nos atañe todavía no ha sucedido, y que la reciente actividad sísmica creciente cuestiona el pronóstico del 70% de probabilidad de que ocurra en los próximos 30 años, que probablemente, nunca mejor dicho, sea más alto.

Y para acabar de conciencojonarnos, han hecho un vídeo simulando lo que pasaría en Tokyo…

¡Alegría alegría!
:roll: :roll: :roll:

En fin, no nos queda otra que estar preparados, si es que uno puede estar preparado para semejante historia. Nos quedaremos con que estamos en el lugar probablemente más seguro del mundo para que pase tamaña barbaridad, y de mientras, a no pensarlo demasiado…


Más información:
Daily Yomiuri Online
The Telegraph

Buen viaje, emperatriz

Te conocí una noche, diría que era otoño porque viendo ahora las fotos, no llevábamos demasiado ropa de abrigo todavía. Digo que te conocí, porque esa noche no te cuenta como la que me conociste tu a mi. Pero insisto en que coincidimos y recuerdo claramente que me hablaste con familiaridad, con mucha cercanía aunque no tenías claro quién era o qué hacía allí en aquel, ya vuestro bar. Tuve esa rara sensación que pocas veces pasa de encontrarme a gusto con alguien recién conocido, con alguien extraño. Aunque también es cierto que pronto dejaste de serlo, en cuanto te alcancé a tequilas.

Te pregunté si eras argentina, todavía me avergüenza acordarme y casi riéndote de mí me dijiste de donde venías, con gesto de enfado fingido arrugando el hocico. Sólo te faltó un «carajo pinche güey» para dejármelo claro. Ignorante de mi, créeme que nunca se me volverá a pasar un acento como el de los tuyos en la vida, que lo llevo aquí bien adentro entre los pulsos.

Creo que yo también olvidé, sin querer, el resto de la noche aunque fíjate si me dejaste buena impresión que tu no te me borraste.

No recuerdo bien la siguiente vez en que nos volvimos a ver, lo cierto es que no tengo ni la más remota idea porque hace bastante tiempo desde entonces, pero me fascina acordarme de tantas otras, de tantos mágicos momentos que fue una delicia vivir contigo alrededor… porque mira que no hemos parado quietos, ¿eh?. Esta misma noche me decías que todos teníamos mucha energía, yo creo que es cuando estamos todos juntos que es que se entrelazan las que llevamos dentro y nos sale la suma con llevadas. ¡Menudo desperdicio no habernos conocido antes!. Y es que cuando uno va andando adrede los días, no se da cuenta que el camino se convierte en años y a veces duele un poco no haber sido capaz de tomar tal o cual desvío, y claro, al llegar al peaje ya no te dejan hacer un cambio de sentido…

Te me vienes a la memoria entre autobuses nocturnos con nuestros chismes chismosos entre onigiris al whisky, infinitos pasos entre senderos y templos sudando la vida por los poros, noches de mentira con el mundo a oscuras sin dejar de temblar, ferris que atravesaban mares y nos llevaban a montañas mágicas de docemil recovecos donde disimularse entre bambúes y budas, pueblos detenidos en vidas pasadas desafiando ser profanados por eso tan nuestro de las isos y las efes…

Yo creo que me quedo con los momentos más íntimos de la familia Tokyota en tu casa, esa que nunca has dudado en hacer de todos siempre que nos hemos sacado de la manga alguna excusa para juntarnos. Esos son los recuerdos grabados a fuego de mezcal que tendré siempre tan frescos como tu cara de reír. La promesa de ayer también me la guardo aquí del esternón para adentro a mano izquierda, será todo un privilegio contar contigo en Japón, en España o en los dos, no dejo de emocionarme pensándolo.

Y ahí te me vas a inaugurar tu nuevo año de vida a otro país, mira que te ha gustado siempre celebrarlo a lo grande, ¿eh?. Pero bueno, que mira, que nos vemos pronto, no tengo ninguna duda, sea en Japón, España, México, Nueva York o en la luna lunera cascabelera, ¿qué mas da?. De mientras, hágame usted el favor de ser feliz, o por lo menos de reírse de todo lo que pueda, que es de lo que se trata esta copla desde el cabo hasta el fin. ¡Y que se mueran los feos!.

Cuídate mucho pendeja que bien sabes de sobra que se te quiere.


Nichitsu ghost town

En verano hago como el triple de cosas que en cualquier otra época del año, y eso que este nos han cancelado un montón de matsuris y hanabis por respeto a las víctimas del tsunami. No sé, es como si viviese al 150%, me faltan horas y días para hacer todo lo que quiero… en cambio en invierno estoy ahí todo tristaco encerrado en casa sin ganas de hacer ná…

:ojetepalinvierno:

Aprovechando mientras podemos, el domingo pasado nos fuimos a un pueblo abandonado en las montañas de Saitama, «Nichitsu town». Antonio preparó el viaje: a tal hora en tal sitio, después alquilamos coche desde allí que ya lo tengo reservao y para allá que tiramos, traed todas las cámaras que tengáis.

El pueblo surgió debido a la explotación minera cercana, que por lo visto sacaban oro allá por el año 1600 y después hierro y zinc. En el año 1937 las minas fueron compradas por la «Nichitsu Corporation» y de ahí el nombre del pueblo, o lo que queda de él porque sobre 1978 los trabajadores y sus familias empezaron a abandonar el lugar debido a que la mina empezó a escasear y ya no se sostenía el tinglado.

Esa información la he encontrao yo por internet, seguro que si buscáis encontráis más en condiciones que esto de escribir posts pensando que se es periodista o algo así me da rollo. Yo contaré que después de casi dos horas por una carretera que enseguida empezó a seguir a un río y a meterse debajo de túneles a cada cual más del año catapún, pasamos por al lado de lo que parecía una mina. No podíamos estar muy lejos, así que tiramos un poco más mirando a ambos lados de aquella carreterucha con atención hasta que después de algunas vueltas y pasarnos el pueblo, nos acabamos parando cerca de una especie de taller.

La verdad es que no impresionaba demasiado…

Menos mal que la cosa mejoró, y no sabéis cuanto, cuando un poco más abajo nos metimos en una especie de ryokan de dos plantas. Tablas que cedían y suelos de un tatami ya blando por años de humedad nos daban la bienvenida. Nosotros nos dedicábamos a inmiscuirnos sin permiso en la vida de los que allí se hospedaban sacando fotos de lo que allí abandonaron. Había tantas cosas que era como si hubiesen huido de algo sin tiempo a recoger… mejor no pensarlo…

Discos de música, tableros de go, televisiones, máquinas de karaoke… incluso futones dentro de los armarios. En algún momento entre la primera y la segunda planta dieron las doce y empezó a sonar una música a todo volumen, una de esas melodías al estilo del Yuyake Koyake de Tokyo. No os podéis hacer a la idea de ese momento, el de estar todos dentro de semejante lugar y que suene una canción infantil de repente… todavía me acuerdo de las caras que pusimos…

Detalles como la cabeza de la muñeca colgando o la hoz clavada en la pared nos hacen saber que algunos graciosillos se han pasado por aquí antes, y eso que la regla esencial a la hora de difundir este tipo de lugares es que no se toque nada, que se deje todo como está. Yo he de confesar que intenté romper un cristal de una patada, no pude aguantarme aunque no lo conseguí…

Pasamos por algunas casas más y dimos con lo que parecía una residencia de estudiantes, con un ambiente algo más personal que el ryokan anterior. No me acaba de cuadrar la razón de este tipo de residencia cuando en el pueblo en teoría solo hay una escuela para los hijos de los mineros, ¿quizás trabajadores temporales de la mina?

Dimos, ya por fin, con la ansiada clínica o casa del médico donde dicen que había incluso un frasco con un cerebro dentro. El susodicho no lo encontramos, pero para mi fue sin duda el lugar más acojonante de todos con radiografías por el suelo, utensilios médicos e incluso una especie de mesa de operaciones que daba mucha mucha grima.

Cerca de ahí estaba el teatro o salón de actos o algo parecido donde haciendo el cabra bajando del escenario cedieron las tablas y me hundí hasta la rodilla. Menos mal que no me clavé ninguna movida, que seguro que allí de desinfectada tendría poca!!

Buscando la escuela, nos encontramos con lo que parecía ser el supermercado y un poco más allá unos baños municipales.

No dimos con la escuela y como empezaba a ponerse oscuro, decidimos coger ya el coche rumbo a Tokyo. Si las fotos pesasen, hubiésemos llevado las cámaras arrastrando, menudo festival.

Gracias a Sara, Héctor, Pablo, Antonio y Carlos me reí mucho ese día, pero creo que ha sido sin duda de las excursiones más acojonantes de mi vida… llega a salir un tío de un armario y llego a Yokohama corriendo!!


Así lo cuenta Carlos, y así lo cuenta Héctor

Mañana, el nacional de Karate

La cosa se pone seria. Mañana en el estadio olímpico de Yoyogi sobre las cuatro de la tarde dirán algo así como «Diaz senshu» y entonces saldré yo con mis guantillas a ver que me cuenta el de enfrente con las suyas.

Desde Harajuku no se tarda ná, si alguien se aburre mañana a eso de las cuatro de la tarde, que se venga que la entrada es gratis (it’s freeeee).

Ojo que es el estadio pequeño, ¿eh?, este:

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Me he dado cuenta de que ya llevo bastantes competiciones desde que me vine a Tokyo a vivir, y que la verdad es que no ha habido resultados regulares, uno nunca sabe lo que va a pasar…

Ganar combates sin tener claro como…

Que me dejen KO de una jibia y no expulsen al otro…

IkuKarate from (más) Historias de un abstracto on Vimeo.

Ganar combates en condiciones….

Karate segundo combate from ikusuki on Vimeo.

Que me descalifiquen por falta de control…

Perder por salirme del tatami por culpa de un miura que se cree karateka….

En cualquier caso, he de decir que siempre he salido muy contento de mi papel, no se me quitan las ganas de seguir presentándome. No sé, uno se toma los entrenamientos de otra manera si se tiene la meta de tal o cual competición, no deja de tener su aquel pensar que te vas a poner a pegarte delante de un desconocido, por muchas reglas que haya.

¡enough chapa!
¡buen finde a todos!
:gustico: