Se repite. A las cuatro y media de la mañana se mueve un poco la casa, suenan cuervos como medio locos, y después se para.
Hoy llevo todo el día en casa, recogiendo, limpiando, ordenando mis cosas y pensando en qué hacer. Acabo de notar el quinto o sexto temblor en lo que llevo aquí.
No me acostumbro. No me gusta.
Me voy a Ikea, que me he enterado que no está muy lejos de aquí. Quizás andando por la calle no me entere de los temblores.
Joe, entre lo tuyo y lo de Peru, me acojona pensar como se vive en el mundo: esperando al famoso Big One!
Que tension!
La verdad que el mundo parece que se va a acabar dentro de poco… Si hay hasta terremotos en la peninsula o.oUUU
Vaya…. que mal royo lo de los terremotos.
Cruzaremos los dedos para siempre sean «leves»…
«Padre nuestro que estás en los cielos…»
Un saludo