Ay majos, que pensabáis que no lo iba a conseguir, ¿ein?, que mi cuerpo no iba a resistir tamaño desafío, que me iba a convertir en un CamiPicha, ¡¡pues no!!, de hecho lo peor no fue el frío sino las agujetacas de hacer tanto ejercicio durante tres días seguidos. El último día tenía las piernas y el culo que parecían algarrobos.
Como ya os hice un resumen del primer día, podemos decir que el segundo fue muy parecido pero doblando el tamaño de las legañas y cambiando la segunda parte por una clase de Karate normal. Es decir, que el madrugón, calentar un poco al principio y correr una media horita por la calle se mantuvo.
El tercer día fue el mejor sin duda. Fuimos corriendo hasta el río Tamagawa, que resulta que no estaba tan lejos de allí, y cuando llegamos estuvimos echando carreras. ¡¡Fue divertidísimo!! que si corriendo de espaldas, que si a saltos, que si de lao, que si por equipos… me recordó muchísimo al campamento del verano pasado y pienso que es genial volver a hacer estas cosas que uno deja olvidadas en las clases de gimnasia de la escuela. Yo por lo menos, me lo pasé como un cuis, y gané un pilón de carreras, la cosa sea dicha con dicha.
Así que volvimos, nos enkaratekamos otro ratillo más y nos dieron los diplomas. Resulta que había gente que había estado yendo a esto 10 años seguidos y toda la pesca lerela!!
¿Y os podéis imaginar qué vino después?, pues las madres de los chavales prepararon unos perolos con sopa miso, onigiris, sandwhiches… y, como por arte de magia por allí aparecieron más botellas de cerveza y de sake que ni sé. Estamos hablando, amigos míos, de las ocho de la mañana. Con lo que ya puedo tachar de la lista que un día fui a correr con un grupo de japoneses durante media hora, eché carreras en kimono y playeras al lado de un río mientras pasaba un Shinkansen cada cinco minutos (que corría más que yo), hice una clase de Karate después y me pillé un moco de los históricos a las ocho de la mañana de un domingo a base de sake de Okinawa.
– Ir a correr con un grupo de japoneses durante media hora, echar carreras en kimono y playeras al lado de un río mientras pasa un Shinkansen cada cinco minutos (que corra más que yo), hacer una clase de Karate después y pillarme un moco de los históricos a las ocho de la mañana de un domingo a base de sake de Okinawa.
Felicidades!
estaba seguro que lo conseguirias, la recompensa después del trabajo duro siempre sabe mucho mejor.
Las madres son iguales tanto en Japón como en España XD
Saludos!
jeje Omdeteto! xD que bien te fue =9
Enorabuera,ya has subido otro escalon de la escalera de tu sueño,cambare animo
felicidades por el frigodiploma
Felicidades tio!!!
Me alegro mucho que la esperiencia haya sido tan grata.Me gusta mucho la idea del entrenamiento, me quedo con ella y tal vez la lleve a cabo.
Un saludo frigo Karateca!!!
Es que las mamás, ya sea en Japón, en España o en la Polinesia, nos saben cuidar bien bien
Muchas felicidades, guapo !! Te mereces mil como ése !!
Besos**
Felicidades Toscano! Ya andaba preguntándome yo si lo habrías conseguido! (^-^)
Un pasito más, un pasito más, jeje
¡Felicidades!
Y ahora una pregunta y espero que no me mal interpretes (ni tú, ni nadie) ¿Por qué y para qué sirve y dan un diploma por algo así? Repito que la pregunta es desde mi mas
pura ignorancia.
La firma con el volcán Fujiyama me encanta.
Un ikubeso.
¡Enhorabuena txapeldun!
Curiosa forma de celebrar la obtención de tan merecido diploma. Ya veo que te estás apuntando a otro entrenamiento, todo sea por la celebración posterior, no? jeje.
Saludos.
«El último día tenía las piernas y el culo que parecían algarrobos.» seguro que estabas en un curso de Karate? mandrill!!!
Fuera de coñas enhorabuena, picha, mucha suerte y sake!!!
Gracias!!!
Enhorabuena!!
Que buena forma de empezar el domingo por la mañana, ahí ensakeandote.
Y como choca tu nombre en la lista, en katakana e incompleto!
Saludos
Solo por el esfuerzo, habría que enmarcarlo.