Acabo de llegar

Algo o alguien me golpea en la espalda. Estoy en mi cama, creo, porque creo que sigo entre sueños, quizás no son golpes, quizás forman parte de ese otro mundo paralelo en el que nuestra mente juega a que creamos que puede que lo otro sea lo que es mentira en vez de lo de ahora. Pero noto otro y otro y otro más y me acabo de despertar. Son patadas de Kota, que duerme en el medio de la cama. Ahora cuando abrazo a Chiaki también entra él de propina porque le queda a mano estar entre los dos. Pero a veces, de alguna manera, consigue ponerse en diagonal de forma que esos dos diminutos pies quedan justo justo a la altura de mi pecho o mi espalda dependiendo de si estoy soñando para la derecha o para la izquierda. Sus piernas son pequeñas y nunca se paran de mover, quizás es que está soñando que corre detrás de un biberón enorme o algo así. Me pregunto qué soñarán los bebés… si apenas han visto nada todavía, ¿a qué juego jugarán sus diminutas mentes cuando esos ojitos deciden cerrar el telón si todavía apenas conocen escenarios ni actores?.

Chiaki se da cuenta y le corrige la postura; le pone otra vez derecho y yo me vuelvo a dormir del todo. Al arigato que le debía se lo ha debido comer el sueño, porque no recuerdo habérmelo escuchado.

Me vuelvo a despertar, también por Kota que esta vez hace mucho ruido. Aunque ya no llora tanto como antes, está claro que tiene hambre y Chiaki se levanta para darle el pecho mientras yo apuro las dos o tres soñiqueras que me quedan. Más o menos por el tercer eructo, suena la alarma del despertador pero yo ya llevaba un rato largo acariciándole la cabeza a mi hijo y hablando con su madre de lo grande que se ha puesto sin llegar a tener todavía ni tres meses.

Les dejo durmiendo y me voy a la cocina. Me preparo un café, el único que me beberé en todo el día y me entero de la actualidad japonesa y española gracias a la televisión e internet respectivamente. Me gusta comparar ambas. Ya no me sorprende tanto ver presidentes de poderosas empresas dar ruedas de prensa en las que piden perdón con reverencias de mil grados y segundos mientras millones de flashes impactan en sus calvas: el gerente de aquella cadena de hoteles que daba langostinos normales aunque en su carta ponía que eran de los caros, el importador de congelados en cuyos paquetes se encontró veneno… aquí también se las traen, como en todas partes, pero al menos parecen dar la cara, o la coronilla en este caso. Sería inconcebible declarar en un plasma o seguir en el poder ante cualquier indicio de que hayan podido estar robando dinero.

Sin embargo cada vez me resulta más difícil alegrarme con las noticias de mi país, hoy hasta el Athletic ha perdido contra el Atlético de Madrid. Me pregunto porqué no se sacan buenas noticias que estoy convencido que habrá, porqué solo salen viejos calvos entrajetados que han provocado la crisis del país robando todo lo que han podido con la complicidad de rancios políticos prepotentes que se supone que nos representan pero que en la realidad no saben ni hablar. Me pregunto cuantos cómplices habrá entre los votantes para que no cambie toda esta farsa de una vez.

Después de la ducha, desayuno un cuenco de quinoa. Como otros experimentos de los míos, últimamente me ha dado por comer alimentos sanos y este aparecía en alguna lista. No sabe prácticamente a nada, pero eso me da igual, los copos de avena tampoco y cuando llegue a la oficina caerá otro cuenco, se trata de ver si me encuentro mejor, con más energía o si la comida simplemente no importa tanto. De momento parece que funciona: ya no tengo esos ardores de estómago que tenía antes, ni me duele la cabeza y a pesar de que no duermo tanto como antes, no me encuentro tan somnoliento y cansado delante del ordenador de la oficina como cuando tenía cinco o diez años menos. O puede que sea que me lo creo y me sugestiono a mi mismo. ¿Qué mas da?, en cualquiera de los casos funciona.

Antes de pasarme por la habitación, decido poner los muñecos de Kota de alguna manera original. Todos los días trato de hacer algo distinto para que a Chiaki se le deslice una pequeña sonrisa. Con ella es muy fácil y como con Kota no se puede salir demasiado lejos todavía, tengo cierto miedo de que se le caiga la casa encima si los días se le vienen pareciendo demasiado unos a otros. Hoy he puesto a la oveja gorda encima de la tele y a Totoro a dormir en la cuna, tapado con la manta que le hizo mi madre. Seguramente cuando se despierte sacará una foto y me dirá algo, así que yo también estoy con la media sonrisa sólo por esperar ese mensaje. Es una forma de invertir en felicidad para mi día también.

Pienso, mientras apelotono peluches encima del lado del sofá donde se sienta ella, que tampoco es tan difícil estar de buen humor con alguien que siempre lo está. Que es fácil no venir con quejas o con reproches y enfados si nunca te han venido a quejarse o reprocharte algo con lo que enfadarse contigo. También sé que lo contrario pasa, que como decía mi abuelo: «dos en un colchón, comparten opinión» y no es raro que acabes poniendo a parir a todo el mundo si la persona con la que estás también lo hace. Si todos los días te gritan, es cuestión de tiempo que acabes gritando tu también.

Ahora ya si, ya abro la puerta de la habitación y escudriño en la oscuridad dos de las tres almohadas que coronan la cama. Chiaki me hace un gesto y así sé que está despierta. Yo me muero de ganas de darle un beso siempre antes de salir, pero tampoco quiero despertarla, de ahí que trate de no hacer ruido y sólo entro en la habitación si sé que se ha despertado. «Jitensha kiwotsukete ne», ten cuidado con la bici, me susurra, «yukkuri ne». A la pequeña cabecita del centro también le toca otro beso aún a riesgo de que se despierte y empiece a llorar.

Hoy no me cruzo con ningún vecino. El edificio es de reciente construcción, todavía no se han vendido todas las viviendas y prácticamente no nos conocemos entre nosotros todavía aunque suelo coincidir con un salary man que lleva a su hija a la guardería. Me gusta cruzarme con ellos porque él me da los buenos días en un japonés solemne y educado «Ohayo gozaimasu» mientras yo contesto y su hija se ríe y responde con un encantador «ohayooo» que no me quita la sonrisa hasta dos o tres kilómetros después.

Cuesta arriba y cuesta abajo, pienso en muchas cosas. Creo, una vez más, que debo estudiar mucho más japonés, que quizás el momento adecuado sea cuando Kota sea un poco más mayor y yo pueda tener un poco más de tiempo libre por las tardes para apuntarme a una academia en serio. O puede que no merezca la pena y que mejor que lo haga por mi cuenta. Sea como fuere debo seguir haciéndolo todos los días porque es importante. Como también es importante que siga hablándole en castellano tanto a él como, poco a poco, a su madre para que puedan entenderse sin problemas con los míos. Sería genial que mi madre y Chiaki se conociesen no sólo por lo que se intuyen, estoy convencido de que serían grandes amigas de verdad.

Aprovecho las paradas en los semáforos para echarme un trago del termo de té y así calentarme un poco desde dentro. Este invierno no parece hacer tanto frío como otros años pero siempre se agradecen los semáforos en rojo, sobretodo los días de viento.

Esta mañana me ha vuelto a parar el mismo policía. En realidad no me para él sino que coincide con un paso de cebra en el que siempre me toca pararme porque siempre cruzan niños camino de una escuela cercana, y su comisaría queda justo al lado. Me hace el gesto de siempre, y yo procedo a quitarme los auriculares otra vez y pedir perdón con una reverencia a la que él responde serio aunque a los dos, por dentro, nos haga gracia el asunto. Un par de pasos de cebra después ya estoy otra vez con la música acompasando mis pedaleos y cuando me quiero dar cuenta ya estoy en Shibuya.

Hoy no está la señora de la limpieza, así que no saludo a nadie mientras abro la puerta de la oficina. Enciendo las luces, abro un poco la ventana para renovar el aire y me siento en mi puesto, en mi ordenador. El turno de trabajo no empieza hasta una hora después así que tengo tiempo para mi, como planeé desde el momento en que sonó la alarma por la mañana. Es un tiempo preciado que es egoistamente mío, como antes lo eran todas las horas del día. Hoy decido emplearlo en escribir un poco.

Total, acabo de llegar y todavía tengo un rato.

Llevo ya bastantes repasos de lo que tengo escrito cuando recibo un mensaje. Es Chiaki. Me manda una foto de Kota riéndose junto a una pila de peluches puestos unos encima de otros ya medio cayéndose. Después de la foto viene algo más:

光太も笑った~!!笑

Y yo me pongo a llorar.

40 comentarios en “Acabo de llegar

    1. Super cierto lo que dice Tio Chiqui. Felicidades Oskar, he disfrutado una vez más muchísimo del texto y de tu sensibilidad. También me has esbozado la sonrisa a mí :-))

    2. Me uno en la apreciación y el comentario, es muy ,pero que muy dificil, expresar las cosas de esa manera. Me quito el sombrero, Maestro.
      :amosahi: :ungusto:

  1. Yo acabo de llegar también. No tengo una hora pero hoy si 20 minutillos.
    De camino a la oficina he visto aun chico hinchando la rueda de la bici. No has pinchado nunca cuando vas a trabajar por las mañanas? Con el frió que hace seria una buena putada.

    Sabes sacar una historia conmovedora de un día de rutinario. El día que te de por escribir un Cincuenta sombras de Grey.

    1. Pues no me ha pasado nunca, pero como me pase a ver que hago que no llevo recambio!!! digo yo que aparcar la bici donde pueda y volver cuando pueda con ella en taxi o algo así…

  2. Tus mejores relatos son como este, cuando cuentas tus cosas del día a día.
    Kota es un bebe pero a veces creo que los bebes sienten lo que hacemos y por que lo hacemos. :cuner:

    1. A mi hay veces que me da esa sensación, que sabe perfectamente lo que está pasando… aunque luego se tire un pedete y eructe al segundo siguiente…
      :ikukuko:

  3. Si bien el relato me gusto de nuevo mi estimado, me ha gustado mucho más ver el nombre tan guapo que le has puesto a tu hijo en kanjis que no lo había pillado antes, :cuner: :parriba seguro de grande te dirá que es un gran nombre de verdad!. Un saludo desde Colombia.

  4. Vaya manera de sacar jugo a una mañana que para muchos sería cuotidiana! Por cierto porque te disculpas con el policía? no se puede llevar auriculares? XD esa parte me he perdido!!

    P.D.: Yo si fuera tu iría estudiando por mi cuenta lo que puedas, además tienes una super profe al lado que es Chiaki! XD que fijo que te ayuda donde tengas problemas… y después si el caso siempre te podrá pulir algún profe por ahí. Pero vamos que estando en Japón de por sí ya irás aprendiendo fijo, fijo ( te lo dice uno que está intentando estudiarlo por aquí y cada vez lo veo mas como un idioma extraterrestre!! pero al no usarlo de normal se me van olvidando cosas ya dadas y eso da rabia, en cambio tu mirando ya carteles prácticas leyendo kanjis y demás! XD ).

    1. Si, en teoría no puedes ir escuchando música con la bici porque es peligroso. Yo además es que voy viendo el intermedio, no te digo más….

      Juas, me hace gracia que me digas cómo estudiar japonés estando aquí, que llevo 8 años ya!! ya sabré yo como está la cosa, ¿no? jajaja

  5. :secretico: Nada como empezar el día con un beso :kiss:
    Pregunta: ¿En Japón a los chorizos, además de disculparse con reverencias parte espinazos, se les juzga y condena, o también es como aquí, que se acosa a los jueces instructores :ostiejas: y se les expulsa de la carrera judicial, por prevaricación? (perdón, perdón, ya me callo, que me caliento :nunchakero: :palizero:)

    1. Sol, no creo que pase lo que esta pasando aquí, y lo peor la pasividad en la que hemos caído. Hagan lo que nos hagan aguantamos con una resignación estoica. Es algo que no entiendo.

    2. Pues la verdad es que todos no lo sé… pero aquí si que suele haber muchas dimisiones, no es raro escucharlo, vaya. Pero para mi que la cosa es cultural, no digo que no roben, como en todos los lados, pero culturalmente es una ofensa acojonante y tienen que pagarlo.

      Digo yo!

  6. Tío, dices unas cosas que me desarmas.
    Me chifla como escribes y lo generoso que eres compartiendo esos momentos tan bonitos y tan privados.

  7. Me deje llevar por tu post y se me paso el dolor de estomago… Si parece que ikublog ademas de todo tiene poderes curativos… :)

    1. Así debe ser… la vida se compone de un 90% de lo que llamamos «rutina», debemos hacer que nunca sea tal… sino, mal vamos.

      Besicos!

  8. Hola Oskar! (con K como Dios manda)

    Tú acabas de llegar y yo de salir. En este ratico que tenemos para nosotros, te leo y me alegras el día pero bien, no al estilo de Harry «el sucio». :gustico: Nos enterneces con tus cosas, con la manera de contarlas y con esa generosidad tuya para compartirlas. Yo sólo me quedo con lo bueno, que es lo más importante. A los chupasangres que les den morcilla :porsaquil: . Gracias! Ezkerrik asko! Domo arigato! :ungusto:

    Sigue así «Killing me softly with your song» y sé feliz con tu mujer y tu Kota que está hecho un morrosko. Agur Ben Hur! :cuner:

  9. La filosofía del hombre bueno. Estoy convencido de que tu ejemplo, Oskar, es de lo poco que nos puede salvar de los hombres grises, de la rabia que crece en la impotencia. Pasé de la sonrisa tierna a la casi lágrima de la emoción gracias a tus palabras. Y ahí no llegan sus sombras. Un abrazo. :ikugracias:

  10. Un post con magia, ¡otro más!
    Con la capacidad de acercarnos a las cosas sencillas, que son las que de verdad nos importan. Gracias, de nuevo por aportarnos esos momentos de lucidez en medio de tus sueños. :ungusto: :ungusto:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

:cuner: :ikukeke: :ikurruku: :ikukuko: :ikurruke: :ikukin:
:parriba :ungusto: :D ;) :yahaaa: :bailongo: :felicianer: :desquiciao: :gusteresque: :descojoner: :vainas: :amosahi: :P :( :oops: :pirata: :kiss: :feliciano: :pabajo :menfadao: :asi-no: :fliper: :flipader: :cry: :malico: :ikullorer: :pirao: :espabilacopon: :otiaya: :palizero: :ostiejas: :nunchakero: :vergonzer: :siono: :romeo: :secretico: :posna: :gambiters: :coleguicas: :comillo: :sobader: :olakease: :cocinicas: :arrozico:
:pelao: :flipanderer: :rascatecler: :gambi: :ahivalaotia: :peneke: :gustico: :pliebre: :copon: :gatostiable: :ikugracias: :bythesegao: :regulero: :ojetepalinvierno: :porsaquil: :censurer: :goku: :viejuno: :cebolleter: :triki: :ikufantasma: :estudier: :chiqui:

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.