Cuatro, exactamente, desde que me pusieron la escayola. Once noches tratando de no dar demasiadas vueltas debajo del edredón para minimizar las punzadas de dolor con las que me despierto a veces por una postura no reglamentaria para las condiciones del juego. El dolor es lo de menos, lo peor sin duda son las sobremesas, las tardes, mis horas que son todas mías cuando se baja el telón de la oficina y ya acabó mi actuación.
El viernes me descubrí en el descanso del mediodía paseando con mi brazo en cabestrillo por Shibuya con una canción sonando una y otra vez en el maltrecho iPhone que tampoco salió ileso del accidente. En el estribillo, gritan «demo akiramenai kara, akirametakunai kara»… pero no me rindo, no me quiero rendir… Hago mías sus palabras que me calan bien adentro y una vez más, aprovechando que estaba solo entre un montón de desconocidos, me dio por llorar. Porque resulta que yo lloro mucho, bueno o lo normal o… no sé, lloro lo que tengo que llorar porque siento que siento y espero que eso nunca cambie. Pero el caso es que apenas veinte minutos más tarde, cuando subía de nuevo la cuesta que separa la estación de mi oficina, lo hacía con una sonrisa desparramándose por las mejillas y el ánimo allá por el piso cuarenta de cualquiera de los rascacielos que me rodean.
¿Sabes que pasa?, que es que últimamente tengo mucho tiempo libre. Ya no voy al gimnasio a la hora de comer, ya no vuelvo corriendo de casa a la oficina ni voy a clases de Karate por las tardes. Ahora me estoy quieto y cojo trenes y me da por pensar que hace tiempo que no me daba por pensar, que eran tantas las cosas que hacía a diario que no era capaz de verme con una perspectiva un poco más allá que la de los kilómetros que me faltan para llegar o aquel kata que se me resiste.
Atrás queda la desorientación de los primeros días en los me sentía tan vendido que parecía que estaba por estar en cualquier situación y lugar, la desidia, la desgana, la inmensa rabia de querer seguir haciendo tanto y no poder hacer nada. Pero es curioso que poco a poco, junto con el dolor, el grado de irritación ha ido disminuyendo hasta toparme de morros con la tesitura de encontrarme conmigo mismo: un tipo que ha esperado a estar cerca de los 40 para partirse un brazo y agrietarse la crisma un par de veces.
Pero también el mismo tipo que ya no vive solo, que se ríe del invierno porque ya no le da miedo su frío. Un fulano que no puede atarse los cordones en condiciones, pero que es capaz todavía de llorar al darse cuenta de que lleva quedando desde hace tiempo todas las noches para soñar a pachas con la chica que nunca deja de sonreír y que ya queda mucho menos para la boda. El mismo gachó que ya no pide hamburguesas porque no se las puede comer con una sola mano y se seca las lágrimas y se ríe, cuesta arriba, pensando en la cara que pondrán sus padres que se vienen a bendecir la boda, cuando vean los rascacielos de Shinjuku o los templos de Kamakura, en cómo se quedarán Javi y su sobrina cuando se los lleve a Disneylandia, en que por fin podrán convencerse los suyos en primera persona de que su hijo está lejos, si, pero también, de lejos, mejor que nunca.
El mismo sujeto que teclea a duras penas en la oficina con un cojín bajo el brazo, que se pone el pijama de verano porque a la manga izquierda del otro no le entra la escayola, el mismo elemento que a nada que le obligaron a estarse quieto, se puso a pensar y se dio cuenta de que a parte de un par de huesos sanos, a su vida no le falta absolutamente nada.
Si acaso, un par de críos armando jaleo alrededor.
Llorar es, a veces, muy bueno. Te lo dice una llorona profesional . En serio, es un desahogo muy grande y va fenomenal para seguir adelante con más fuerza.
Y lo de los dos churumbeles… , hasta que no lleguen os dejo a Yuna, si queréis, de canguro por un día.
Besos !!
jejeje, encantado con Yuna, ¿a que voy a por ella todavía?!??
¡Qué bonico post! Espero que quede mucho menos para que te quiten la escayola. ¡¡Ánimooossss!!
La mitad más o menos!!!! que ganaas!!!!
Yo también soy una llorona, lloro por todo, generalmente de emoción, soy asins.
De todas formas, me encanta esa forma que tienes de sacar partido a todas las situaciones, de ser positivo y de apasionarte con tu vida y con lo que haces. Quizá porque vives y haces lo que quieres apasionadamente. Un abrazo y unos lloros a tu salud
Es más, me preocuparía mucho si pasasen un par de semanas sin llorar… eso no puede ser bueno!
Como es temporal no estamos preocupados en absoluto…jejej…y es que tienes un nervio que no puedes!
abrazos para los dos!
Me subo por las paredes ya, el otro día me tuvieron que bajar a escobazos del tejao!
Antes de curarse tu brazo desintegras la escayola con tu nervio, creeme, lo se. XD
Jajajaja
Mira que post has escrito con una sola mano… La cabeza, eso si que tiene que estar siempre bien, y tú la tienes mejor que bien. El brazo en ná estará como nuevo.
Madre mía, no quiero pensar en el día en que tengas a tu familia ahí eso si que serán emociones…
Besicos de una llorona.
Menudas ganas tengo!!!!!!
Besicos y gracias siempre!
Yo no quería sacar el tema, porque no nos conocemos, no creo yo que haya confianza, pero ya que has sido tú el que lo has mencionado… que sí, que lloras más que el Minakata Jin, que no hay capítulo que no se deshidrate, ni post del Ikusuki sin charco lacrimoso!!! Mientras sea de felicidad, dale, dale!
Las escayolas son así de petardas, las que he tenido las he sobrellevado malamente, cual leona enjaulada. Es lo que hay, pero date cuenta de que un día más es un día menos, eso fijo fijísimo!
No tengo ni zorrer de quien es el tal Jin ese… pero vamos, hay que llorar de vez en cuando, creo yo, porque si no el asunto se inunda por dentro y no hay manera de ver con claridad…
De la escayola estoy hasta los mismisimos soberanos webetes!!!
El tal Minakata Jin es un dorama sobre un médico que, por una caída de lo más tonta, hace un viaje en el tiempo y aparece en el año 1868. Creo que la serie ha sido un exitazo en Japón, y sí, tenéis cierto paralelismo emocional… Sin más, mejor ser sensible, di que sí, y muy sano para los ojos!
Animos! que ya te queda menos para que te quiten el cabestrillo… cuando ya no notes dolor del todo seguro que siendo tan nervioso pensarás que a ver si te pueden quitar eso para estar libre al fin!
Lo de llorar la verdad es que se supone que te deja tranquilo… a mi no me suele pasar o al menos no muy a menudo. Otra cosa que me da la sensación es que contra mas mayor es uno mas le afloran ese tipo de cosas… De todos modos siempre parece ser un poco tabu el echo de llorar en público y la verdad es que no se muy bien a que se debe… pero creo que no debería ser así si el cuerpo te lo pide!
P.D: Y tus padres no tendrán un hueco en la maleta para llevarme? XD aishh cuanto echo de menos estar por esos lares!
Es vergüenza, lo de llorar en público… bueno, yo no te creas que cuando me pasa me pongo ahí a dar pataletas, ¿eh?, lo del otro día fueron un par de lágrimas mientras caminaba y ya, no creo que nadie se diese cuenta…
Jajaja, habla con ellos a ver si te meten! jajaja
Ay amigo mío, ese de los críos es un gran paso, pero te llena, vaya que si te llena.
Danos tiempo, Pa, danos tiempo que montamos el equipo de katas, ya verás
¡Mucho ánimo, Oskar! Yo también estoy seguro de que cuando quieras darte cuenta ya estarás totalmente recuperado… ¡Que el tiempo pasa muy rápido!
Dos semanas más, de momento, veremos… ato mou chottooooooo
ME da que si te durase un poco mas la escayola terminabas tu buscando algo que pudieras hacer haciendo el PINO A UNA MANO!!!
Mil de nervio!!!
Ya estoy metido en dos jaleos en los que seguramente no me habría metido si no, jajaja
Si señor,
No se como te las arreglas pero siempre consigues que se me salte la lagrimilla, bueno cuando escribes estas entradas tan «kokoriles», pero como siempre
Y a cuidarse!!!
Gomen ne?
Llorar limpia los ojos y el alma, así que:
¿Aún no tienes decorada la escayola? es que anima mucho, mirarse el brazo y ver las tontás de los amigos.
No dejo que se acerque ninguno a menos de medio metro, que me la llenan de soeces!
Otia! Ese niño que conocí hace un cuarto de siglo (o más), se me esta haciendo mayor . Boda… ¿un par de niños?, genial! Me encanta. No cambies. Cuidateme.
Jajaja, Chemaaaaa, jodé, ya hace años, eh???
Un abrazaco!
No viene mal pararse alguna que otra vez, poner todo lo que tienes en la cabeza en un escaparate y reflexionar sobre todo y nada. ¡Aunque para que te pasara has tenido que cascarte un brazo!
Jajaja, ya te digo!
¡Ay mi Oskar y su nervioooo!!! Jajajaja, sí que te hacía falta pararte un poco quizás y mirar las cosas con parsimonia para darte cuenta de lo que tienes, porque como bien dice el amigo Iker Casillas, la potencia sin control no sirve de ná!
Me alegro en parte que te hayas parado a pensar y que veas todo ahora aún mejor que antes!Y ten cuidao con los deseos de toskanitos a ver si Chiaki te va a dar una sorpresa un día de estos!jajajja.
Bueno chacho, nos leemos y nos hablamos por aquí!
Un abrazote y una firmita en tu eskayoleitor!
Bua, sorpresa dice, no pararé hasta tener el equipo toscano de katas!!
Y aún así, no paras.. no paras de sentir, de reír y se seguir más vivo que nunca si cabe..
Sigue disfrutando así de la vida como lo haces, Óskar, ese es el premio que te llevas!!
Un besazo fuerte!!
Qué remedio!
Besicos!
Precioso post, como siempre y si tu lloras, imagínate yo que me he vuelto una sensiblona!!!
Que la escayola te haya llevado a pensar y a encontrarte a ti mismo, pues bienvenida sea, a veces estamos tan metidos en nuestra rutina o tan metidos en mil historias que no nos paramos a pensar un segundo en nosotros, en nuestra vida y lo afortunados que somos, y eso es un gran ejercicio, no físico pero si mental. Ya habrá tiempo para el ejercicio físico, ahora que tienes tiempo dale al mental y al del corazón.
Un besazo y animo… Con ganas de verte y llorar un poco juntos … Jajajaja, espero no provocar inundaciones!!!!
Besicos Helen!! no queda ná!!!
Que rebonito post!…se nota que eres feliz, con brazo roto y todo.
Lo de los niños, será la guinda del pastel, ya lo verás…..
Ya estamos tardando!
jeje
Dale caña Oscar!!! que japon es mu chico pa un tio como tu. Un saludo desde la soleada granada de un exvecino de otaku.
Hacía tiempo que no te veía por aquí!!!
Gracias !!!
ánimo!!! que lo de la escayola pasa en seguida…
no te creas, se me está haciendo eterno!
gracias!!!
El día que te quiten la escayola vas a tener energia para correr conta el shinkansen.
No sé si te lo habrá dicho ya alguien por ahí, pero cuando tengas ese par de críos con el que rematas el post, seguro que será increíble, pero sólo entonces te darás verdadera cuenta de el tiempo que tenías para ti (porque durante muhos años tendrás que hacer malabarismos para hacer la mitad de las cosas que hacías).
Ay… llorar es sano, muy sano. Limpia el alma de sombras y la deja fresca y brillante para seguir adelante.
Quiero verte yo con dos churumbeles berreando, corriendo y jugando por la casa … ¡y tú detrás, claro!
Lindo post y leerlo, señor Tosca.