Ternura

Probablemente aquella fue la historia más bonita que me haya pasado nunca.

En el vuelo de vuelta a Tokyo desde Frankfurt trabé amistad con mi compañera de avión y en lo que volábamos por la mitad de Rusia resulta que íbamos cogidos de la mano por debajo de las mantas. Recuerdo esa historia, la recuerdo a ella con especial cariño como si no hubiese sobrado o faltado nada. Recuerdo su sonrisa, sus ojos cerrados mientras dormía sobre mi hombro, su pelo haciéndome cosquillas en el cuello, su aliento a los snacks del avión.

Es curioso, me acuerdo de todo lo referente a ella, incluso de algunas de las fotos que me enseñó de España, todas de grupo y todas haciendo la V con los dedos. Hasta me viene a la memoria la ropa que llevaba ella en ese momento aunque no tengo ni idea de que llevaba yo ni que había de menú. Del viaje sólo sé que hubo turbulencias, después besos y que el avión pareció llegar en la mitad de tiempo.

Nos separamos en el aeropuerto como si nunca nos hubiésemos conocido, ella con sus padres y yo con mis maletas. El adios nos lo dijimos justo después de soltarnos las manos cuando el avión acabó de aterrizar, y luego sólo hubo miradas que se cruzaron aquí y allá por la ruta semiseñalada de la terminal, ahora en la cinta transportadora de equipajes, luego en el control de pasaportes, después en la estación.

Más que un sayonara, fue un hasta luego, porque los dos teníamos el teléfono del otro y sólo hacía falta esperar a que alguien se atreviese a sacar fuera del avión una historia tan perfecta para tratar de rodarla en la vida real. Mismos protagonistas, distinto escenario, guión por escribir.

Fue ella la que mandó el primer mensaje.

Vivía lejos, pero venía dos veces al mes a Tokyo a un curso de algo relacionado con Ikebana, aunque nunca lo tuve claro del todo. Y algo así como un mes después de perdernos entre equipajes y azafatas, volvimos a vernos sin cinturones de seguridad de por medio. Fuimos a cenar a un izakaya en Shibuya y la primera media hora fue horrorosa. No teníamos absolutamente nada de que hablar, cada vez que uno hablaba de algo, el otro se quedaba bloqueado. Risas tensas, fuera de lugar, incómodos silencios, conversaciones sin punto y seguido. La novedad, la frescura del avión pareció no existir y cuando la despedí en la terminal de autobuses, no fui capaz de quitarme el vaho de tristeza del alma que se quedó allí por unos días empañando el recuerdo de una historia preciosa.

Pero lo volvimos a intentar porque nos lo merecíamos con creces, teníamos que hacerlo.

Al de dos semanas volvió y quedamos de nuevo. Estrenaban la película del Ché y quizás porque no tuvimos que hablar demasiado, la cosa fue a mejor. Casi creí que de haber luz de por medio, nunca íbamos a saber que hacer. No es que sobraran besos cual adolescentes en celo, sino que parecía que sentirnos uno al lado del otro era más que suficiente para los dos, o más bien que no había más remedio dado que no éramos capaces de mantener dos conversaciones seguidas coherentes. Resultó que más allá de los tópicos sobre España y Japón, estábamos vendidos como los perfectos desconocidos que habíamos sido siempre.

El vaho no se acababa de ir; no parecíamos los mismos que deseábamos que el avión tardase tres horas más en aterrizar en Narita. Y nosotros no acababamos de despegar.

Como en la canción de Mecano, la siguiente vez fuimos a un concierto, el de Coldplay en Saitama. Ella consiguió las entradas, todavía no sé como porque estaban agotadas desde hacía tiempo, y por lo menos esa vez parecía que compartíamos gustos musicales. Después me confesó que nunca había escuchado Coldplay, pero ya no importó. De nuevo las manos se unían en la oscuridad, y sólo en la oscuridad. Cuando nos fuimos a cenar esa noche, supongo que por la emoción de lo vivido, acertamos a hilar una buena conversación que acabamos al amanecer. Si hubiese que ponerle un sentimiento a la despedida en la estación, sería esperanza.

Volvimos a quedar dos veces más. Pero, casi como temía, fueron los dos días más aburridos de la historia de los días aburridos. Tardes incómodas, sin saber que hacer ni donde ir, sin saber cómo actuar con la chica con la que viví la historia probablemente más preciosa de mi vida.

Y de mutuo acuerdo, aún sin decirnos nada, decidimos no volver a llamarnos más.

Hasta hace unos días, año y medio después de nuestro último desastre, cuando en un mensaje me contó que se ha vuelto a su pueblo natal a unos cuatrocientos kilómetros de Tokyo, que vio que había perdido España y se acordó de mí. Dice que se acuerda mucho de la comida de Andalucía, de las gentes… del viaje de vuelta conmigo. Me pregunta si todavía tengo las zapatillas de la goma blanca que tanta gracia le hicieron, que si he aprendido a manejar la cámara de fotos, que si he vuelto a coger un avión.

Y yo, ya sin vaho, le contesto que no, que no he vuelto a coger ninguno desde entonces. Y mientras sigo escribiendo, rememoro todo a la vez: las horas de vuelo abrazados y los paseos por Tokyo sin saber que decir, los besos en el asiento de ventanilla a escondidas de sus padres y mis conversaciones de Karate que sólo me interesaban a mi… y si agito un poco el baúl de los recuerdos y lo vuelco en busca de un sentimiento, seguro que cae el de ternura. Fue la historia más romántica que haya vivido nunca y ahora, con la perspectiva del tiempo, creo que fue infinitamente tierno que intentásemos una y otra vez repetir aquella magia, que tratásemos de dar, sin éxito, con la receta que nos hiciese llegar a algún lado mientras nos aburríamos, a morir, el uno con el otro en cada intento.

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47 comentarios en “Ternura

  1. Vaya… Qué bonito! :cry:
    Si es que te pasa cada aventura que ya me gustaría a mí que me pasaran ya… Terminen mejor o peor al menos tienes recuerdos muy bonitos en la aventura de tu vida y probablemente, con todo lo que nos cuentas que haces, seguro que te vendrán todavía más aún más increíbles.
    Y hablando de historias, no nos tienes que contar la siguiente parte de lo de la señora del conbini? Que nos dejaste en un final que ni el final de perdidos :copon:

    1. Bueno, hay historias que me las guardo para mi hasta que las he madurado lo bastante como para que no me importe compartirlas… todo se andará, supongo…

  2. Hay cosas que tienen que fluir, no se pueden forzar los sentimientos. Quizás los dos estabais en un momento en el que os hacia falta a alguien a vuestro lado, o más bien deseabais tener a alguien a vuestro lado.
    De todas maneras es una historia preciosa aun sin final feliz, o si, quien sabe…

    La señal de que no amamos a alguien es que no le damos todo lo mejor que hay en
    nosotros.

    Un :gustico: y un placer leerte.

    Un beso.

  3. :() es la primera vez que me atrevo a comentar en tu blog, me encantan las historias de amor que publicas…son tan dulces…es la forma en que las cuentas que la hace mas facil de imaginar…de casualidad estaba escuchando musica instrumental japonesa y leyendo tu historia le termino de dar un toque magico asombroso!! :ikugracias: por relatarnos esos pedacitos unicos de tu vida!

  4. Es tan hermoso como lo cuentas!! Porque no es sólo la experiencia del avión, que es mágica… sino también la manera de narrarlo.

    Me emociona… me alcanza de pleno al corazón… me recuerda algunas experiencias todavia muy cercanas y reales. Y tengo la piel en un escalofrío!

    Gracias por darme esto! :ikugracias: :gustico: :gustico: :gustico: :gustico:

  5. Cuando leo tus historias me da envidia, porque no he vivido cosas así, tal como las cuentas. Pero las cuentas tan bien, q al acabar de leerlas me da= y solo pienso q kiero leer más… :gustico:

  6. Pobrecica, se ve que quiere dar la mejor impresión y viene hablando del mundial :cry:

    Esperemos que todo vaya bien. Es un poco lo que dic Ale, carpe diem!

    Un brazo, maestro!

    :bythesegao:

  7. Enero del 2009, cuanto tiempo!!!!!
    Recuerdo que Guille y Nerea fueron los me comentaron de tu blog , fue asi que comence a leerte.
    Me acuerdo muy bien de esta historia, fue la primera que lei , despues de eso te seguia todos los dias, en silencio, sin dejar comentario alguno.
    Asi que antes de conocernos en persona yo ya tenia un par de meses leyendote, lo que no recuerdo es que…. si te lo comente alguna vez ?! :!:
    Para mi, esta historia tambien tiene recuerdos, que ya habia olvidado casi por completo!

    Besitos.(^3^)~☆

  8. Hacia tiempo que no comentaba nada, pero te he leido todos los dias eh¡¡¡…, una historia preciosa y super bien contada da :gustico: , suelen decir que segundas partes nunca fueron buenas…., por suerte esto tampoco es cierto.

    Un placer leerte como siempre

    :ikugracias: :ungusto:

  9. Preciosa historia, ciertamente debemos aprovechar todos los momentos de nuestra vida, sobre todo si son tan especiales como este que relatas. Yo también hubiera intentado que fuese algo más que un momento, si no lo hubiéseis intentado os habría quedado esa duda eterna, imposible de resolver. :kiss:

  10. Amigo Tosca sigo de acuerdo contigo y se agradece leer tus historias, y chimes que todos tenemos y no somos capaces de narrar con la buena letra que tu despliegas. :ungusto:

    Si, y llevas toda la razón. Las historias de amor, muchas veces creemos que son las que duran toda la vida, pero la realidad las que duran toda la vida son “Las historias inacabadas…”, siempre estarás dispuesto a continuar, algo dentro de ti esperará esa llamada, ese pequeño empuje que os vuelva a unir. Siempre habrá esa incógnita de que lo que pudo, puede o podrá ser.

    Por ello no des nunca por terminada, dala por “INACABADA”. Ya verás como algún día esto continua como la peli de Terminaitor.

    UN FUERTE ABRAZO.

    1. Que no hombre, que no, que esto no continua ni puede continuar… que hace mucho tiempo ya de aquello y está claro que no…

  11. ¡Qué bonita historia! Una vez más te tengo que decir que este blog tiene que acabar publicado. Tienes un gran estilo contando tu vida con esa sensibilidad que caracteriza este blog.
    Un besote desde un caluroso Madrid.

  12. Siento no poder escribir mas amenudo y tampoco poderte leer, pero es que estoy atope…

    En cuanto a esta historia… que pena, pero es cierto que muchas veces nos empeñamos en que funcionen cierto tipo de relaciones, de amistad, de amor, de lo que sea… y nos empeñamos y empeñamos y la cosa no sale bien. No se tiene nada en común.

    Yo creo que en ese momento lo unico que os unio fueron esas circusntancias que estabais viviendo en ese momento en el avión, tu estabas sensible porque te volvias de tu tierra y ella volvia a su tierra… no habia nada mas, fue bonito mientras duro el viaje y el destino queria que vuestros sentimientos se quedasen alli, en ese avion.

    Besazos

  13. La verdad es que es una historia amarga, pero muy, muy bonita. Como todas las historias bonitas quizá.

    Ánimo y a seguir viviendo historias bonitas, que seguro alguna acaba bien, con una sonrisa de oreja a oreja y sobrepeso en el corazón ;)

  14. Ternura hay en cada línea que tú nos desgranas y que compartes con nosotros. Ternura es poder hacer llegar a tanta gente, los sentimientos tan tuyos, de la forma que lo haces..

    Tierno homenaje a esa compañera de vuelo.. :)
    ..» y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido»..

    Un lujazo leerte y :ungusto:
    Besitos

  15. La historia de «Calor humano» continua pareciendome como una película romántica americana,
    en la que chico encuentra a chica, ambos desconocidos hasta ese momento, y después parece que surge algo entre ellos, como dos tortolitos que ha unido por casualidad el avión y el destino.
    La vida esta llena de circunstancias, momentos que nos cambia la vida, y parecía que a través de esta paloma mensajera que es Internet, nos contabas ese cambio que se había dado en tu vida.
    La continuación de la historia es por lo menos desconcertante, la vida también.
    Saludos

  16. Ya se que esto puede parecer un poco animal pero todo va mejor despues de haberos acostado juntos. Despues de esto como que la relacion es mas abierta y se habla de cualquier cosa sin miedos, asi que deduzco que no mojaste. hahha.

    Hazme caso y pegale un repaso y todo ira mejor, te lo digo yo.

    1. Que va, que no merece la pena, encima se ha ido a vivir a tomar por cleta, que no hombre!

      Esto es agua pasada, lo que no quita para que me siga pareciendo una historia bonita.

  17. Para ser la primera vez que entro a tu blog, encontrarme con esta historia ha sido algo casi mágico. Me declaro fan absoluta. Es la historia de amor más bonita que he leído. Algún día viviré algo similar… o eso espero :malico:

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