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Primer pedido en Tokyo

Lo que son las cosas… llevé mi camiseta del cienpiés azul clarita a la fiesta de bienvenida de un compañero de curro, y allí a la gente le dió por leerla. Imaginaos la escena, todos los japoneses leyendo «Sienpies», y preguntando «¿qué significa eso?». Y yo diciéndoles «Mukade». Juas juas, el mundo al revés, que diria un australiano!.

¡¡¡Y a pesar de que exportar a Japón no es algo que estuviese en nuestros planes, resulta que Bob, mi jefe, me hizo el primer pedido formal de Ikusuki a Tokyo!!!

Lo de las piñas ya os lo contaré otro día…

Yo me saqué foto con él, pero me tenéis que perdonar porque me puse una camiseta horrorosa. Resulta que tenía todas mis Ikusukis sin planchar (mayormente porque no tenía plancha todavía, jeje)… Si no fijo que habría ligao con la de la botella!!


Aquí con Gertru, una amiga que la primera vez que la veo es en esta foto…


Thank you Bob!

PD: Bea, gracias por aprovechar el envío para mandarme un par de paquetes de pipas!!!!

Mi móvil nuevo

Hoy ha sido un gran día!!!! He visto el Fuji desde Tokyo!!!! es enorme, y toooodo cubierto de nieve, y con nubes por encima!!!!!! Existe!!!!!! yujuuuuu. Le he sacado un par de fotos, pero ahí no se ve ni ostis, aunque no me importa, lo he visto!!

La otra cosa es que hoy hemos tenido 28º, y he hecho un trato con mi jefe. Dejo un traje en la oficina, y si alguna vez tengo que ir a hablar con clientes, me cambio en el baño. Como esto ocurre dos o tres veces al mes, me compensa 1000×1000! que caló, mare mía!!!!

Y ahora que acabo de llegar de Karate y tengo un hambre que me como a Farruquito por las melenas, me he acordado de todos vosotros que aunque no ponéis comentarios ni aunque os peguen, uno es un pedazo de pan…

Así que he grabado un video de mi móvil en pleno funcionamiento!!! Pa que veáis cómo se las gastan aquí:

Puestos de un matsuri en Shinjuku

Dando paseos al azar, de vez en cuando escucho jaleo. Y el jaleo para mi es como una luz en la noche para un bicho: es inevitable que vaya. Esta vez, me encontré un templo donde había un matsuri, que no es ni más ni menos que una verbenilla con un ambiente genial.

Siempre son igual, por todos los lados del templo hay puestos de comida y bebida, juegos para los niños, alguna representación y con el buen tiempo, casi todo el mundo va vestido con yukatas (kimonos de verano).

Si es que como para no ir

Eso si, aplicamos precio de verbenilla. Botellín de agua, 300 Yenes, yujuuu

Jum jum, que hambre!!!!

Jaja, la foto polémica del día. Comentarios quiero!

Aquí te dan una espumadera de papel y si eres capaz de pescar una, te la llevas (normalmente se rompe el papel antes)

Es genial cuando montan los puestecillos estos, todo el mundo gritando bienvenidooo, la peña pimplando, ah! q guay!

Y mientras yo me partía con un niño que era igualito a Shin Chan (con su madre gritona y su padre bebiendo cerveza y pasando de todo), empezó a sonar una música como mística ahí, y la gente se arrejuntó en torno a un escenario. Resulta que había representación de teatro Noh (que sih que sih):

El equivalente al kiosko de los músicos

Estuvo gracioso, aunque fue eterno! no se acababa nunca!

Las máscaras son de madera

Aquí los que dan ambiente

Y aunque me gustó verlo, aquello se estaba haciendo más largo que un día con pan (pero sin jamón), así que enfilé para casita, no sin antes darle un poco de vida a la cámara de fotos, aprovechando que todos estaban viendo la representación:


Por cierto… ¿os he dicho que me he comprado un móvil?

Medina invade Irlanda y Escocia!

Medina se nos hizo carajillo: irlandés y escocés. Aprovechó un descuido del Frijolito de turno de Coritel, y se escapó sin incurrir ni nada. Y como buen colega que es, se llevó la Inocente y volvió torpedetes a sus amigos pa que le sacasen fotos en todos los laos.

Muchachas casaderas, aquí el reportaje del modelo soltero más atractivo y viril de Ikusuki (o por lo menos el más salao!):

En Belfast echándole un ojo a un mural con mensaje. O durmiendo, vete tu a saber…

Un inocentón en el armadillo de Glasgow

En el Condado de Mayo (que no Junio), en Escocia. Haciendo dedo, por si pasa algún monstruo o algo

En realidad no entró al bar, es sólo pa que se vea que estaba en Dublín, ¿eh?, que lo se yo!

En el Lago Ness, vaya peazo viaje que te has cascao! Y vaya paciencia el fotógrafo!

En el castillo de Edimburgo y toda la pesca!

En el Parque Phoenix de Dublín

Esta es en Ben Nevis, la montaña más grande de la Gran Bretaña. Pues tampoco se salvó!!


Jolondros! esta foto es de profesional. Mis respetos al fotógrafo!

¡¡Gracias Medi!!

Mecagüen la sota bastos!!!

Mi madre, que me ha mandado un paquete con todo el kit: jamón, chorizo, salchichón, queso… no estoy en casa, pero me dejan el aviso típico. Michiko llama por mi, les dice que me lo traigan al día siguiente de siete a nueve.
Voy a trabajar pronto para salir pronto. Llevo el dinero preparado y me paso por la panaderia a comprar una baguete de esas. La más larga! (ya que no son gordas).
Llego a casa justo justo a las siete. Como la tarde está super agradable, decido no entrar en casa y quedarme sentado en las escaleras tomando el viento con mi barra de pan.
A las ocho menos cuarto llega el cartero. Yo yo!! aquí! Oskar, el extranjero, yo yo !!!

Cuando veo que el tipo no viene hacía mi con el paquete de Correos, sino con un sobrecillo azul, dejo de saltar y de hacer de cheerleader con la baguette y me empiezo a preocupar.

Me pide que firme. Yo firmo. Se va, no hay nada más, no es una broma…

Mucho chorizo no cabe aquí, no?

Y entonces mis peores sospechas se hicieron realidad… resulta que en el aeropuerto tienen unos perros hijos de perra, que se dedican a olisquear con su hocico de perracos, los paquetillos que nos envían a los pobres extranjerillos.
Si si, ponerme a los perros como dibujos animados también… ¡¡ Rantamplán, quiero mi jamón !!

Y dentro de la carta te meten un panfleto explicándote que lo que vienen siendo los productos provenientes del cerdo marrano, están más prohibidos que prohibidos.

Entiendo bien o me están comparando mi jamón y mi chorizo con meter animales de estrangis?

Mira Gertru que seria se pone. Ay ay que peligroso es el jamón serrano, uy uy uyyyyy

Y dentro tengo una carta en japonés donde me dicen que entre los perros y el Grissom japonés, me han detectado un par de esos productos tan tan peligrosos:


Por lo menos dejadme olerlooooo

Ahí está escrito el kanji de «Cerdo» y después pone «Jamón» y «Salchicha», que es lo que ellos han entendido por el salchichón y chorizo que mis queridos y amados padres me han metido en el alijo del cártel de Extremadura.

Y me dan dos opciones:

  • Quemar lo que está prohibido y que me entreguen lo que quede (creo que una cuña de queso).
  • Devolverlo patrás. No tengo ni idea de si tendría que pagar yo algo, aunque supongo que si.
Seguro que el del mechero al ver lo que es, se lo come y no lo quema!!!

No me daba algo tanta rabia desde aquel bollicao que me vino sin cromo!!!!

Ahhhghhhhhh cagüen!



Qué hacer. Qué decir.

En Japón hay tantas reglas implícitas, que muchas, muchísimas veces, uno se encuentra totalmente fuera de lugar sin saber qué hacer o qué decir. Muchas situaciones se nos perdonan por el hecho de ser extranjeros, pero no creo que sea excusa para no tratar de aprender a ser uno más, al menos en cuanto a maneras y educación se refiere. Yo lo intento!! ya conozco a alguno que pasa de todo…

Ejemplos:
– Cuando uno entra a trabajar dice «buenos días», cosa habitual. Pero cuando uno sale de la oficina, sea donde sea, debe decirlo en voz alta «Me voy al seven eleven», y todo el mundo contesta con un «ten cuidado». Si te marchas sin decir nada, quedas raro, como que ocultas algo.

– Si sales de la oficina para irte a casa y queda alguien dentro, debes decir «perdón por irme primero». Y el resto de la oficina contestará «gracias por tu trabajo». Esta última frase se repite mucho, siempre que alguien hace algo por nosotros en nuestra oficina, se contesta esto. Es más, el otro día al salir de la embajada de España tuvimos que entregar a los de seguridad japoneses de la entrada la acreditación, y nos soltaron un «gracias por tu trabajo». Quizás una traducción más exacta sería «gracias por tu esfuerzo».

– Siguiendo con el tema oficina. Aquí a todo el mundo se le debe aplicar el -san en el nombre (Oskarsan!, eh, mola!). Pero cuando hablas con alguien de otra empresa y te refieres a alguien de tu oficina o a ti mismo, nunca debes utilizarlo. Es una manera de rebajar tu posición con respecto a ellos, que en muchos casos serán -sama (mucho más respeto).

– En un bar o restaurante, siempre se debe brindar antes de comenzar a beber. Es de mala educación empezar a pimplar si no se ha brindado antes.

– Nunca se debe apuntar a nadie con los palillos, ni clavarlos en la comida, ni mucho menos pasarte comida de unos a otros.

Cuidadín con los paliss!

– En los bares o restaurantes nunca se deja el dinero en la mesa, siempre nos darán la cuenta que llevaremos a la entrada que es donde se paga, y nunca nunca se debe dejar propina.

– Las puertas de los taxis se abren y se cierran solas. A mi siempre se me olvida, y al entrar en el taxi pego un portazo, lo que no tiene que venirle nada bien al mecanismo de abrir/cerrar. Alguna mala cara ya me he ganado, pero es inevitable!

Taxiiiii. Al Casco Viejo a tomar unos potes!

– Cuando te dan las vueltas, cuentan el dinero delante de tu cara después de que ellos lo han contado. Mil, dos mil, tres mil, ¿está bien?, y tienes que contestar que si (siempre está bien). Queda raro si no dices nada, o si no miras atentísimo al recuento.

– El intercambio de tarjetas de visita es algo que está arraigado mil por mil en Japón, y no se limita al ámbito laboral. Yo llevo mis tarjetas incluso cuando salgo de juerga, porque siempre siempre se necesitan (tengo una aquí de un tal Chan del viernes, que no se ni quién es). Además es todo un ritual, debes girarla de manera que el que la reciba la pueda leer al derecho directamente, además hay que darla con las dos manos, inclinarse, decir «por favor», coger la suya, decir «gracias» con una nueva inclinación, y después leerla atentamente. Además, si la persona tiene un rango mucho mayor que nosotros, hay que tener cuidado que en el intercambio de tarjetas, la nuestra quede siempre por debajo, nunca tapando la suya.

– Los trenes en horario de entrada/salida de la oficina van petadísimos, tanto que acojona. Pero siempre hay sitio para uno más. Yo perdí más de un tren el primer mes, pero aprendí a base de empujón, que se puede entrar aunque parezca mentira. La táctica más utilizada es darse la vuelta, meter el culo y empujar.

Aquí un tren de la Yamanote, la línea que rodea Tokyo y una de las más petadas

– Al entrar en las tiendas te gritarán un «bienvenidooooo», que a mi siempre me suena a «buenos días», y yo, que me daba palo obviarlo, lo repetía también. Imaginaos la cara de poker del dependiente cuando le contestan a su bienvenido con otro bienvenido.

Menos bienvenidos y más comer!

– En tiendas o escaparates donde quizás no queda más remedio que pasen por delante de ti, te pedirán permiso antes de pasar haciéndote inclinaciones. En teoría se debe hacer lo mismo, pero yo nunca me doy cuenta.

– Al entrar en cualquier sitio que no sea público: una oficina, una casa.. se debe decir «perdón, estoy molestando», y la otra persona dirá algo así como «que va que va, pase por favor».

Menuda chapa os he metido! y eso que estas son las que me han venido a la cabeza ahora mismo, seguro que si las apunto, tengo para escribir siete páginas.
Todas ellas contribuyen a que la sociedad sea extremadamente educada y se guarde un cierto equilibrio… pero, seriamente, ¿a vosotros que os parecen?

Hoy ha llovido la de Noé

Soy un tópico andante

Pues si señores. Resulta que me entero en Japón que soy latino!!! ale! como Antonio Flags! Además, me tiro todo el santo día durmiendo siestas y bebiendo sangría. Eso por no hablar de bailar salsa, que la primera vez que me dijeron que lo llevaba en las venas me hizo gracia, pero ya vamos por la sexta vez que me lo sueltan!!! Yo de salsa lo único que entiendo es cómo abrir los botes de ketchup!

Aunque la guinda la puso una amiga de un compañero de trabajo a la que le había hablado él de mi. Al verme va y me suelta la tía: «anda, pero si no eres alto! y no tienes la piel morena!! y el pelo lo llevas corto!!!» ¿a quién te esperabas? ¿a Farruquito?!!! Ahí tenía que haber contraatacado yo con un «y tu? donde has dejado la espada de samurai? y la cámara de fotos colgando del cuello? y el bocata de ballena?». En fin…

Y por no hablar del flamenco… ese mítico arte en el que el cantaor berrea como si le hubiesen pisado un callo con unas catiuscas. Que si seguro que alguien de mi familia canta, que si se tocar la guitarra, que si nos lo enseñan en la escuela (<-- esto me llegó al alma).Aunque tengo que reconocer que hay una canción de flamenco que me gusta:

Berzas – Hala pué

Bueno, me voy a afilar las banderillas que se me hace tarde.

Hasta luego chatos!!

Cascando japonés en mis ratos libres

Hoy me he propuesto haceros una pequeña introducción sobre el idioma japonés. Aquí Kos, mi compañero del curro anterior, os podría dar una lección sobre como decir cuatro cosas dadas las chapas que le metí! Kos, si me lees, puedes saltarte esta parte que ya te la sabes! jaja, ya te aviso para el siguiente nivel!

Bueno, al lío que diría Nuria Bermudez. El japonés es un idioma como cualquier otro y no sería especialmente difícil de no ser por la escritura. Si comparamos la complejidad de, por ejemplo, las formas verbales que tenemos nosotros en castellano, podríamos decir que es hasta más fácil. Además, contamos con una ventaja, y es que los sonidos son exactamente iguales que en castellano. Por ejemplo, uno de mis compañeros de la oficina, que es francés, lleva más años estudiando japonés que yo, peeeeero a mi se me entiende mil veces mejor a pesar de que tengo menos conocimientos gramaticales. Toma ya, franchute! jajaja, esto por las baguettes esas delgadas que hacéis!!! jajaja

Cagüen, que en vez de bocadillos, parece que uno esté tocando la flauta!

Y no sólo eso, sino que tenemos ciertas similitudes con el euskera, lo que mi amigo Lekesan os puede confirmar perfectamente (no dejéis de leer su post, que es interesantísimo).

Yo hoy os voy a contar cómo va lo de la escritura, que es lo difícil, y a la vez, lo fascinante del idioma este que cascan los nativos de aquí. Seguramente, si váis al Petete del siglo 21 (léase Google), os contará toda una historia sobre el origen del japonés, pero como hemos quedado que yo os cuento lo que mis entendederas perciben, aquí va la ikusukihistoria del porqué de los chirimbolos.

Kanjis con el nombre de la obra de teatro. Si si, preguntadme lo que pone!!!

Los japoneses hace un huevo de años que hablaban en japonés, pero resulta que no se les había ocurrido el tema de escribir, cosa que a sus vecinos los chinos si. Así que adaptaron la escritura china a su idioma japonés, dando origen a un jaleo del copón que nos tiene a todos los extranjeros mirando pa Cuenca. Es como si de repente se nos ocurre escribir castellano utilizando el alfabeto griego…

Así que después de muchos años de evolución, el idioma japonés se compone de tres tipos de escritura distintos (aunque todos se basan en los kanjis chinos):

  • Silabario Hiragana: compuesto por unos 46 chirimbolos que se leen siempre igual, y que, normalmente, se utilizan como complementos de oraciones o palabras típicamente japonesas (eh! recordad que esto es una definición basada en mis entendederas, así que no me critiquéis mucho!!!). Los trazos son curvos, y podéis ver un ejemplo en la Kotoba.
  • Silabario Katakana: nuevamente tenemos una serie de 46 garabatos que también se leen siempre igual, y que se utilizan para escribir extranjerismos, o para adaptar cualquier palabra/nombre que venga de cualquier otro idioma. El ejemplo más típico lo tenemos en los nombres extranjeros, como el mío que lo podéis ver en la entrada sobre Karate, o en la nueva camiseta-sensación del verano que es Kurosuwado. A nada que le echéis un ojo (si compráis la camiseta, lo veréis mejor, jajaja), os daréis cuenta que los trazos son más rectos.
  • Kanjis: aquí es cuando la liaron parda. Resulta que tenemos de 2000 a 3000 de uso «cotidiano», cada uno de los cuales puede tener alrededor de cuatro o cinco lecturas diferentes. Un ejemplo, por seguir con la promoción encubierta de nuestras camisetas, lo podéis ver en los tres kanjis que significan inocente. En los diccionarios se pueden buscar por pronunciación o por número de trazos.
Kanjis por trazos.

¿Porqué silabarios?, pues es fácil de explicar. Nosotros tenemos letras, y ellos tienen sílabas, así de simple. En cualquiera de los dos silabarios, las únicas letras que están «sueltas» son las cinco vocales y la N, el resto están «atadas», es decir, no existe la T pelada, pero si TA, TI, TU, etc.. Mi nombre es «Oskar» pero la S y la R no existen por si solas. ¿Cómo lo hacemos?, pues resulta que como el sonido de la U es el que menos se aprecia, pues lo tomamos como neutro y escríbimos O-SU-KA-RU.
Cualquier nombre que no sea japonés se puede escribir utilizando Katakana y siguiendo esa regla, Matías se escribiría MATIASU, Alfredo –> ARUFUREDO, Chiquito de la calzada –> CHI-KI-TO-DE-RA-CA-RU-ZA-DA.

Ehhhhh? no os cuadra lo de Chiquito, eh?. Eso es porque no tenemos sílabas que empiecen por L, pero de todos es sabido que los olientales plonuncian la R como la L!!! (de verdad de la buena!)

Así que en una misma frase, aquí nuestros amigos nos mezclan los tres tipos de escritura y se quedan más panchos que panchos. Por ejemplo, para decir «Mi nombre es Oskar», ellos escribirían:

En rojo tenemos los kanjis, en negro hiragana, y en verde katakana….

¿Tengo o no tengo mérito viviendo aquí?

Pasar trapo, secar trapo


Pues si señores, vengo de mi séptima clase de Karate en Japón (de ésta tanda, que la otra vez también estuve, cuidao conmigo que soy peligroso!, jaja).

Y creo que puede ser curioso contar cómo es una clase típica para un extranjero en uno de los Dojos más famosos de todo el mundo.

Os pongo en antecedentes, porque no creo que mucha ikusukigente sepa sobre Karate. Resulta que existía desde hacía muuuucho tiempo, pero un tal Gichin Funakoshi (japonés de pura cepa), fundó el estilo Shotokan. Este buen hombre hace mucho tiempo que dejó de pegar patadas, pero su foto no puede faltar en los gimnasios de todo el mundo:

Gichin Funakoshi (1868 – 1957). En esta foto yo creo que ya estaba mirando obras con los jubilaos…

El caso es que murió en 1957, por lo que todavía quedan discípulos directos de él que están vivos. Uno de ellos es Hirokazu Kanazawa, que, mira tu por donde, es el presidente del Dojo al que estoy yendo yo a poner poses. Eh, a que acojona?!?!?

Pero vamos a lo que pasa un día normal: salgo de currelar pronto, y cojo un metro que me lleva a Kugahara en unos 20 minutos. Hay clases todos los días de la semana, menos los jueves, incluyendo sábados y domingos. Yo, por salud mental y física, intento ir tres días a la semana (no siempre lo consigo).

Aquí mi Doogui (decid Kimono aquí y ya veréis cómo se descojonan). Todo arrugao, por cierto (lo sientooo).

Entonces, nada más llegar, es cuando empiezan las «normas/reglas/más vale que lo hagas si no quieres ser el raro»:

  • Si hay alguien en la puerta, o ya cambiado, tienes que ir donde él, hacer una reverencia y decir «Osss». Cuanto más baje uno la cabeza y más alarguesss la esssse (estilo Gollum), mejor!
  • Entonces uno se quita los zapatos, como en todos lo sitios aquí. Esto puede parecer una tontería, pero tiene sus implicaciones:
    • Los calcetines no pueden tener tomates, así que a las mañanas hay que tener muuucho cuidado de despegarse las legañas antes de elegir.
    • El factor «ir-de-traje» trae consigo que uno lleva zapatones, y los zapatones no se caracterizan precisamente por su elevada transpiración. Aquí Axe ayuda mucho, sobretodo antes de salir de la oficina.
    • En la entrada hay casilleros para dejar los zapatos. Pero en todos hay un nombre puesto y yo, que soy un poco extranjerillo, no tengo ni idea de donde dejar los míos y tampoco quiero ocupar el sitio de algún tipo importante, así que los dejo en el suelo. Esto hace que me miren pensando «tío raro!» pero no me importa demasiado… mejor «tío raro!» que «roba casilleros!»

Anda que no molo con él puesto!
  • Ahí es cuando ya, por fin, entramos en los vestuarios. Yo siempre suelo ser el primero porque me hice un tatuaje con dos kanjis cuando era jóven e inexperto, y sobretodo cuando no pensaba que iba a volver a Japón. Y como me da mucha verguenza que me lo vean, trato de cambiarme lo más sólo posible. Aquí también funciona el asunto del «osss», así que si estás a mitad de ponerte los pantalones y entra un tío, tienes que hacerle la reverencia… cuanto menos ropa, más graciosa la situación.
  • Y ya salimos al tatami, que no es tatami, que es un suelo de madera propicio 100% para criar ampollas tamaño melocotón (las acciones de la empresa de tiritas han tenido que subir conmigo).
  • En una clase típica de Zalla o Bilbao, uno espera al profesor sentado hablando con algún compañero o, en un alarde de deportista, estirando un poco. Pero aquí no!!! aquí resulta que tienes que ir donde unos trapos que hay y hacer como que limpias el suelo de lado a lado!!! Cuanto más bajo sea tu cinturón, más pasadas hay que hacer. Y es una comedia, porque el suelo siempre está limpio, pero ¡hay que hacerlo!. Así que vas viendo a la gente que según va entrando coge un trapillo y hace el paseillo (después de ir uno por uno con el «oss», claro).
Eh, mi nombre bordao!!!! que guayyy!!!
  • Y empieza la clase! nos ordenamos todos por colorines cinturoniles, saludamos tres veces (una al profesor, otra a la foto de Funakoshi y la otra no preguntéis porque todavía no lo he pillado), y entonces el alumno con cinturón más alto empieza la parte de calentamiento. Hoy ha sido especialmente curioso, porque nos ha dado la clase una niña de unos diez años, que es cinturón negro. Ha estado muy seria y lo ha hecho genial!! Me miraba mucho y decía lo que había que hacer mucho más alto como para que yo lo entendiese (parece el chiste del taxista y el español hablando despacio en inglés, jaja).
  • Por alguna extraña razón del ADN japonés, no se ha dado la situación en que un profesor de Karate me llame por mi nombre. En el 2001 yo era «Michael» (jaja, como el del coche fantástico), y ahora soy «Carlos». En fin…
Cera no doy, pero cubo si lleno!
  • No os voy a contar el resto de la clase (dura hora y media), porque bastante me estoy enrollando. Sólo un par de detalles: es entera en japonés, se aprende muchísimo, se hace ejercicio y se tiene la eterna sensación de ser extranjero allá donde vaya uno.
  • Acaba la clase! vuelta al ordenamiento cinturonil y al trisaludo. Aquí hay una variante, que es recitar de memoria el Dojo Kun (una serie de «mandamientos» del practicante de Karate). Menudo playback me casco yo aquí!!! muevo los labios y no digo nada, jajaja. Pero juro y prometo aprendermelo para el mes que viene!.
  • Y ahora viene el momento cubo!!! Los que tenemos «oficialmente» el cinturón más bajo, tenemos que coger un cubo, ir al vestuario y llenarlo de agua, para hacer la misma comedia de los trapos, pero en versión húmeda. Después hay que dar un par de vueltas al ruedo con un trapo, enjuagarlo, ponerlo a secar y vaciar el agua negra negra que queda! nunca me acostumbraré a esto!.

Puede que todo esto que hayáis leido os parezca un suplicio, pero la verdad es que se quedan en meras anécdotas ante todo lo que estoy aprendiendo. Y poco a poco voy conociendo a mis compañeros, que ya se dignan a hablarme, y hoy mi triunfo ha sido que el profesor se ha enterado que no soy Americano (y además el tío ha estado en Bilbao), así que ya me tiene hasta medio pelota!

Ossss!!!!

El pueblo ha hablado

Con 122 votos, a 28 del Caracol y a 96 del Oso, la nueva camiseta que empezaremos a imprimir hoy mismo es:

¡Felicidades Kurosuwado!


Ya tenemos todo montado, junto con alguna sorpresa más (como el terremoto que acabo de sentir aquí mientras escribía esto… ¿será una señal? ¿será ésta camiseta el terremoto del verano?)

¡Gracias por vuestros votos y vuestros mensajes!
¡Sois más salaos que salaos!

No dejéis de visitar el blog si queréis saber lo último de lo último de Ikusuki (tanto en Bilbao como en Japón!).


Mañana se acaban las votaciones

Se acaba el plazo.

Una vez más, Ikusuki volverá a poner en marcha la maquinaria para marcar la tendencia más exclusiva. Tenemos a todo el mundo expectante: Llongueras ha dejado de cortar las puntas a las modelos, Custo está acojonao con sus camisas floripondias, ¡hasta Armani se está tiñendo las canas de los nervios!

Si es que están todos caninos! Pero resulta que el diseño lo eliges tu, ¡¡¡¡ jodé cuando te verás en otra parecida !!!! Dale un poco de vidilla al ratón y vota por el diseño que más te guste, no me seas sosainas!!

Va ganando Kurosuwado. A un par de babas tenemos al Caracol, y cuarenta pelos más allá está el Oso.



¡¡Date vida, que mañana se acaba el plazo!!!

Bicicletas con batería

Ya me extrañó a mi que me adelantara la viejecilla aquella subiendo la cuesta!!!! jodé que frustrao me sentí!

Lleva una batería que se carga en casa y te permite mantener la misma velocidad sin demasiado esfuerzo

Eso si, al pagar vete preparándote. Y no es la chorrada del año, porque por la calle se ven mucho, eh?

La idea no es mala, sobretodo para gente mayor que usa la bici para todo y no están ya para hacer el Indurain

Esto ya es para la gente chic. De hecho no se ni si se vendía…

Más tortillas de patata que en toda mi vida

Si señores! Aunque Kos no se lo crea, desde que me he venido a vivir al quinto pino japonés, estoy haciendo más tortillas de patata que en toda mi vida.
Recapitulemos:
1- Para los dueños del piso donde vivo de alquiler
2- Para los de la oficina
3- Para Noriko y sus amigos que me llevaron de Hanami al parque Ueno (hanami = pimplarse bajo los cerezos en flor)
4- Para Michiko por arreglarme siempre todos los papeles de todo: móvil, piso, luz, gas, etc…
5- Cuando Michiko me invitó a su casa a comer con algunos compañeros de la ofi

Total, que lo curioso viene por el punto 4. Sin comerlo ni beberlo… o mejor, comiéndolo pero no bebiéndolo, Michiko y yo empezamos un intercambio de comida internacional del copón bendito.
Yo le llevaba una tortilla de patatas. Y ella me traía un taper con Oden:

Comida japonesa casera. Esto hay que valorarlo!

Unos Oden Don Cámilo?. Toma, claro!

Entonces yo iba y contrataacaba con un taper de alubias, que tenían hasta chorizo:

Un par de guindillas, y perfecto me habría quedao!

Y entonces va ella y saca su sartén de samurai de vivir de aquí de toda la vida e incluso más, y me trae esto (que no se muy bien lo que es, pero estaba buenísimo):

De sabor era parecido al Oden, es decir, patata y carne cocida. Bueno bueno!

Y yo, ya sin ideas y con menos ingredientes que Arguiñano en la isla de Lost, voy y le llevo unos spaguettis a lo Toscano:

Menú infantil: spaguettis con tomate (pero ella no lo sabe, jejeje, no se lo digáis!)

Y este intercambio gastronómicocultural continua hasta nuestros días… entre otros yo he podido degustar sushi, ramen, noodles, natto (si, me gusta, ¿qué pasa?!)… y ella se ha podido comer sus buenos platos de lentejas, alubias, patatas en salsa verde y hasta una especie de marmitako con un bonito raro que encontré en el super.

Curioso el asunto, ¿que no?