Todos tenemos un pasado

Efectivamente, seguro que para llegar donde estamos hemos hecho muchas cosas que ahora nos parecen mentira.

Y si no, a ver qué véis aquí:

Esto apareció haciendo limpieza en la oficina, un curso de inglés del año de María Castaña la salá


Efectivamente, el Dr. House!!!!! míralo que cara de bueno tiene el pedazo de perro, a ver si va a resultar que antes era un pedazo de pan!!!

Digo yo que no enseñará a dar diagnósticos diferenciales o diferencialiator diagnostics in the street (o algo así)

Por cierto, si yo os contara las chorradas que he hecho en mi vida…

En fin, dejemoslo, que bastante mala imagen ando dando últimamente y luego no me compráis camis!!

La mejor foto de Mayo


Estaba en casa viendo la tele, aunque con los ojos más cerrados que abiertos. De repente, se escuchan tambores, flautas, risas, voces… como si fuese una película.

Me asomo a la ventana y veo una especie de procesión. Me visto lo más rápido que puedo y los nervios casi no me dejan encontrar la cámara de fotos.

Esta imagen es la única que le pude robar a tan preciado momento. Pasaron por la puerta de mi casa, sin avisar. Y yo soñé con ellos.


Otras imágenes robadas a otros momentos:

Abril
Marzo
Febrero
Enero
Diciembre
Noviembre
Octubre
Septiembre
Agosto
Julio

El policía y el extranjero

«La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida» estaba sonando en mi iPod cuando me cruzo con un policía en bici. Me mira desde el otro lado de la calle, y en ese momento se que va a venir donde mi, pero como para hacerlo tiene que esperar a que el semáforo cambie, yo aprovecho y ando más rápido. No se lo voy a poner fácil.

Como el que no quiere la cosa, el hombre me alcanza y me hace gestos para que me quite los auriculares. Le doy las buenas noches, y entonces empieza un interrogatorio que ha sido más largo y más serio de lo habitual:

– Buenas noches, como es usted extranjero (tal cual), quisiera hacerle unas preguntas, no se lo tome a mal
– Entendido, adelante
– ¿Puede enseñarme su carnet de extranjero? (literalmente: gaijin card), ¿lo lleva encima?
– Si, un momento por favor (se lo doy, lo coge con cierto desdén y lo examina con cuidado).
– ¿Por qué está andando por esta zona?
– Pues porque vivo aquí y he salido a dar una vuelta (son las doce de la noche y ya que he bajado a tirar la basura, me ha dado por ahí)
– Ah, entiendo, ¿y donde vive?

Tomando el Seven Eleven como referencia, le explico el camino a mi casa aunque él no levanta la vista del carnet. Yo, mosqueado por la falta de respeto, le señalo mi dirección en el carnet con mi dedazo.

– Ah, entiendo, ¿qué hace en Japón?
– Trabajo como informático en una empresa en Gotanda (y de nuevo le vuelvo a señalar el dato en el carnet, que para eso me hacen llevarlo encima todo el rato)
– ¿Viene de trabajar ahora?
– No, he salido a dar una vuelta (por segunda vez)
– ¿Es una empresa grande?
– No, unos 15 empleados
– ¿Cual es el nombre de la empresa? ¿A qué se dedican? … y cuatro o cinco preguntas más igual de relevantes para la seguridad del país.

Entonces saca una hoja y se dedica a copiar lo que pone en el carneto. Todo está en japonés, menos mi nombre que está en caracteres románicos, con lo que me pide sopitas: «Osukaru Diazu Tosucano». Quiero reseñar que todo lo hace con cierto desdén, con una clara actitud de desconfianza, como intentando pillarme mintiendo o rectificando.

– ¿Está todo bien? es tarde y mañana tengo que madrugar, quisiera irme a mi casa

La iniciativa de mi pregunta parece no hacerle demasiada gracia, así que me devuelve el carnet de extranjero y me dice algo en japonés que no entiendo. Pero él se hace entender: me empieza a cachear en medio de la calle. Me mete la mano en los bolsillos y saca lo que llevo: la Nintendo DS que estaba en la cazadora, el móvil, el ipod, la cartera, las llaves… y después lo vuelve a dejar en su sitio. Unas manos de un completo extraño manoseándome. Todo mientras pasan mis vecinos por la calle curiosos por la situación.

Yo ya no se si darle una ostia o dejarle hacer, está claro que no le caigo bien. Pero por sensatez, mejor lo segundo.

Cuando acaba me da las buenas noches y me pide perdón de manera muy sútil. Casi parece darle rabia no haber encontrado un cuchillo o algo.

Es la segunda vez en un año y algunos meses que me he visto en una situación tan incómoda por ser extranjero. La primera fue casi una comedia. En esta ocasión no me ha hecho tanta gracia, aunque me queda el consuelo de saber que el policía, a parte de racista, era gilipoyas.

En fin, nos lo tomaremos con alegría, poco puedo hacer por cambiar mi careto…

Nueva promoción

Bueno bueno, hoy me he levantado bastante católico después de todo… así que para celebrarlo, tenemos nueva promoción:


Como la vez anterior…

¡¡¡ Las siguiente 5 camisetas que se pidan incluirán en el paquete un sakura kit kat de cereza by the face !!!!


Va por orden, según llegan los pedidos, voy tachando!

Quedan 5 kitkatses
Quedan 4 kitkatses

Quedan 3 kitkatses
Quedan 2 kitkatses
¡¡¡ Sólo queda uno !!! Corre corre, dale al botón!!!

Se acabaron!, ah, haber andado vivo!

Estoy borracho


Lo reconozco. Es lunes, son las doce y veinte de la noche, mañana trabajo, pero yo estoy doblao. Pero la culpa no es mía, es de Murakami sensei que «me ha invitado» a la cena que había hoy porque era el último día de un alumno irlandés. A mi el San Patricks este ni me iba ni me venía, pero no me ha quedado más remedio que ir, y he venido con las largas puestas, vamos, que estoy neke.

Y como estoy torpedo, me saco fotos con carteles de «no tirar la basura aquí».

Así que el post que tenía pensado para hoy no va a poder ser, y lo cambio por este. Creo que soy el primer bloguero sobre Japón que escribe un post doblao y encima lo dice.

Tiene huevos, además en la cena he comido intestino de cerdo y de pollo a la brasa, en sus dos variedades: grueso y delgado. El amigo Murakami, que será todo lo famoso que quieras, pero es un cachondo del copón, ha pedido tó lo raro y yo me lo he comido como un campeón (mamá, hazme alubias!!!!)

Esta es la sexta de las fotos que he intentado sacarme yo sólo con Matías en el templo camino a casa a las doce de la noche mientras llovía.

Nada, si tengo fuerzas, mañana publicaré el post que esperaba, de mientras voy a dormirla… esto no se lo contéis a mi familia, ¿eh?.

Una bici mojándose, jajaja

Por la rajaaaa de tu faldaaa yoooo

glups!

buenas noches chatos!!

Reflexión sobre menéame

Seguro que muchos ya sabéis lo que es eso de «Menéame«. Viene a ser una página web donde la gente propone posts u noticias que consideran interesantes, el resto de usuarios los valora y los más votados aparecen en portada.

El caso es que lo sigue un montón de gente, y cada vez que alguien ha nominado alguno de mis posts, las visitas al blog se multiplican por mucho.


Al igual que nos planteamos con la publicidad, ando reflexionando sobre qué es lo que en realidad nos aporta que nos nominen y si seguir facilitándolo a través del link del elefante naranjito este o no.

En este portal hay lo que yo denominaría como «nominadores profesionales», que se dedican a buscar noticias y enviarlas casi a diario. Estos mismos usuarios no dudan en dar votos negativos a cualquier cosa que no consideran interesante, es decir, no se conforman con no votar, sino que califican posts como irrelevantes, amarillistas o simplemente spam. Tal y como yo lo veo, es como una especie de competición en el que gana el que más votos consigue en sus nominaciones, aunque ellos no hayan escrito el post ni la noticia, y os sorprendería ver cómo se ceban algunos.

Aún así, este sistema de votos permite que las noticias se filtren de alguna manera, consiguiendo ver en portada lo que la mayoría considera como de calidad, que es lo que finalmente se pretende, así que se puede decir que funciona.

Además, la filosofía del portal es enlazar directamente a las entradas originales, con lo que las visitas siempre van a la fuente, lo que es justo. Sin embargo los comentarios se dejan en el propio portal. Es curioso ver cómo mi post sobre «Aprendiendo Español en Japón» tiene 30 comentarios en Menéame, no llegando ni a la mitad en el blog. Además, resulta que a raíz de esa entrada, han surgido otras que «se han hecho eco» como ésta o ésta y como cuatro más que ahora mismo no encuentro. Es como si fuese el Zapping de internet, que si apareces en uno, de repente estás en muchos sitios.

No me gusta que voten negativamente alguno de mis posts, como supongo que no le gustará a nadie, pero es algo que respeto. Tampoco me gusta que, siendo el blog de Ikusuki, califiquen como spam que hable de las camisetas, aunque dentro del contexto de Menéame se pueda ver como tal. Y tampoco me gusta ver que los comentarios no se dejan en mi blog.

No escribo, ni escribiré los posts con el objetivo de que «me los meneen», el camino a seguir lo sigo teniendo claro. Pero tengo que confesar que me encanta que tantísima gente nueva se pase por aquí, así que creo que voy a dejar el elefante drogao este naranja aquí puesto. Dejo a vuestro criterio el que lo utilicéis o no, y os lo agradeceré si lo hacéis, pero tampoco me quitará el sueño.

Aunque si se os ocurre algún comentario, hombre, dejádmelo a mi que me lo merezco más!

Tokyu Hands

Y eso que sólo fui a dar una vuelta y no me dio por fijarme mucho!

Tiene huevos el Spiderman!! Concretamente, ataos con un hilo….

Si es que no sé ni que poner!!! jajajaja

Versión casa… más privado, más íntimo…

El clásico de Ghibli, tanto o más que el Mitsubishi que todos sabéis

Mira Totoro cómo se arrima a la caja, miralo que listo anda!! Totorooooo que estás tó toro!

Caspa TV, Twitter, Tokyo

¿Os acordáis de una quedada que os conté hace unos meses? Allí había bastante gente de los que yo sólo conocía a Flapy y a Ale y Ai, pero nos lo pasamos bastante bien. El caso es que entre medias había un chico con una cámara grabando todo el rato, y mira tu que al final resultó que es el cherif de Caspa.tv, y que se ha currao un pedazo de video super chulo:


[Ipod | Apple TV | HD | Flash]

Por cierto, lo mío no es una cabeza, lo mío es un cabezón!!

Carta a casa

Hola familia,

¿Cómo estáis? ¿Cómo van las cosas por el sur de España?, me imagino que empezará a hacer mucho más calor y que dentro de nada empezaréis a vegetar durante el día al fresco del salón con las persianas bajadas.

Yo estoy bien, aquí llevamos unos días de mucho calor y aunque a veces es demasiado, lo prefiero mucho más que al frío. Ya sabéis que soy un friolero y que nunca hay mantas suficientes para que yo duerma bien en diciembre. Este invierno ha sido especialmente duro en ese sentido.

Pero insisto en que estoy bien, es importante para mi que lo sepáis. Tenéis que perdonarme que no llame muy a menudo, tanto estoy tratando de absorber esta experiencia, que el día a día me deja exhausto. Siempre digo que tengo que hacerlo más, pero la mayoría de las veces llego a casa tan cansado que sólo quiero dormir.

Espero que no creáis que me olvido de vosotros… ¡si cada día os echo de menos!. Depende de qué situación se trate, me venís siempre alguno a la cabeza, incluso hay veces en que simplemente escuchando una canción, como la del pirata cojo de Sabina que cantaba con Javi, y siempre conseguís hacerme sonreir al venir de repente a mi cabeza.

Tengo tanto que contaros… cuando vuelva, vamos a necesitar muchas cenas juntos para que podáis llegar a intuir todo lo que estoy viviendo. Madre mía, yo de vosotros iría comprando aspirinas, jejeje.

Es una pena que no tengáis internet. Es curioso que unas trescientas personas, en su mayoría desconocidas, hayan visto más fotos mías últimamente que vosotros. Ellos saben de casi todo lo que hago, aunque me guarde mucho para mí mismo. Se me ocurre que podré utilizar la página web como guión y casi me puedo imaginar ahora contándoos una a una cada una de las entradas. Aunque será muy distinto a la web, porque podré saber al instante vuestra reacción con sólo miraros a la cara: si os reís, si os emociona…

Últimamente Ikusuki, ya sabéis, lo de las camisetas que hicimos Bea y yo, está gustando bastante y tenemos algún que otro proyecto en mente que puede salir muy bien. Pero claro, como no tenéis internet, pues no os enteráis de nada. Hay muchas personas que nos apoyan y con los que estamos trabajando juntos, de todo esto sólo puede salir algo bueno. Ya se que vosotros pensáis que nos dejemos de tonterías y nos busquemos un buen trabajo, pero lo que siempre os digo: somos jóvenes y es ahora cuando podemos arriesgarnos! si sale mal, siempre tendremos tiempo de echar curriculums, ¿no?.

Y no se que más… bueno si, mamá que sepas que como muy bien y que hasta me cocino lentejas de vez en cuando!!

Muchos besos,
Oskar

PD: Todavía no me acabo de creer que vaya a ser tío! ¡¡y vosotros abuelos!! jaja

Ikusuki Ikusuki

¡¡ Pon más fotos de alguna historia que hayas contado antes !!

Vengaaa, vengaaa, di que sí tío Toscano, di que siiiiii que si no, no me duermo, jooo

Vaaaaleeee

Pues mira, estas son de la casita de madera

¿Ves ves las pinzas para colgar la ropa? Es como si fuese una casa de pueblo, pero en medio de Tokyo

Y tiene su jardincito y todo, pero es pequeñita pequeñita

Como está en un recoveco, es muy difícil sacar los rascacielos, pero aquí lo intenté. ¿Ves el de la derecha?. ¿Sabes lo que es un recoveco?, ¿si?, si es que eres un relisto!

Y estas de aquí las saqué cuando subí a la terracilla del Roppongi Hills, a ver si te gustan

Mira, esto es Shinjuku, donde los rascacielos esos tan grandes. Fíjate en las nubes! no están tan lejos, ¿verdad?

Y por la noche, los edificios se ponen a dormir, pero por fuera se iluminan para que sepamos que todavía están allí

¿Te acuerdas que te conté que fuí al barrio chino de Yokohama?, mira que curioso:

No se si era una pintada de alguien, o los dueños del edificio que querían decorarlo y andaban mal de presupuesto

¿Ves que Chino es todo? Colorido, decorado… y siempre dorao, muy dorao. Pero no es oro, no te vayas a creer, ¿eh?

Nikko, mira mira que cosa!

Ya te dije que era la Golden Week y había mucha gente. Fíjate fíjate

Pero es un lugar mágico… podría estar horas mirando estas fotos

¿Ves lo que te quiero decir?

Y las últimas que te enseño hoy son las de Kyoto

Aunque casi no lo conté, Kyoto tiene un río que lo atraviesa por el medio. Y los barquitos no podían faltar

Y al lado de la estación hay un jardín japonés que no se conoce mucho, pero mira que bonito es

El puente era todo de madera y muy antiguo, me dio un poco de miedo pasar por él

Esta foto me gusta mucho… estos señores estaban encantados admirando el lago

Bueno, venga, que tienes que dormir y después tus padres me echan la bronca. Otro día más, ¿vale?
Vaaaleeeee, jo, es que son tan bonitas…

Ceto, Arantxa, esto va por vosotros. No os podéis hacer a la idea de la ilusión que me hace.

Un día malo

Ayer el profesor de Karate decidió que era un buen día para poner a prueba el físico de sus alumnos, así que llegué a casa mucho más cansado que de costumbre. Cansado, pero con esa sensación de saber que estoy haciendo lo que quiero, de satisfacción porque he podido robarle unas horas a la rutina para mí mismo.

Bea me contó que había recibido el paquete con las tabletas de chocolate de té verde y además Ale y Ai nos sorprendieron dedicándonos su podcast, con lo que entre todos me pusieron muy difícil seguir con mis intenciones de tirarme en el futón a dormir para siempre.

Compré un pepino en el súpermercado, el más grande que había, y ya en casa actualicé el blog sacando fuerzas de la ilusión.

Así que esta noche he dormido poco y mal, y hoy me he levantado con todo el cuerpo dolorido y con dolor de cabeza. He desayunado lo que he podido y he ido a Kamata, que es algo así como el centro administrativo de mi barrio, a hacer unos papeles. Con tan mala suerte, o más bien como casi siempre, que me he perdido. He llegado una hora y media más tarde de lo que pensaba, empapado en sudor de tanto pedalear, con un dolor de cabeza más fuerte y, encima, con acidez de estómago por la aspirina que me he tomado con el café.

Inesperadamente, el papeleo ha ido rápido y sin problemas, y la casualidad ha querido que en el camino de vuelta haya visto la pagoda del templo que queda al lado de mi casa con lo que el tiempo de pedaleo se ha visto reducido a unos escasos veinte minutos.

Al llegar a la oficina, mucho más tarde de lo que avisé ayer, mis compañeros estaban ya comiendo. He salido a comprar algo y al ir a pagar, me he dado cuenta de que me había dejado la cartera en la oficina. Se lo explico al dependiente, pero no me entiende. Me siento impotente, triste. El dolor de cabeza no remite y yo quiero salir corriendo y no parar hasta encontrarme sólo y gritar, o llorar… o un poco de cada.

Resuelvo la situación diciéndole simplemente que espere y casi salgo huyendo dejándole con las bolsas en el mostrador. Vuelvo al de diez minutos y el buen hombre todavía me estaba esperando. Me pide perdón por no entenderme. Aún así me siento como un completo imbécil.

Estoy comiendo en la oficina y mi jefe me mira raro, resulta que hacía veinte minutos que había programada una reunión. Dejo la comida a medias y voy, cuaderno en mano, a la sala de reuniones. Nos presentan al nuevo jefe de ventas cuyo inglés no entiendo. Cuando me toca hablar lo hago de manera torpe, me pongo nervioso, me acaloro, no se ni lo que quiero decir. Hacía mucho tiempo que no me pasaba esto, pero está claro que hoy no es mi día.

Me hace preguntas, y yo no le entiendo, así que respondo con un ¿eh? ¿eh?, así hasta cuatro veces seguidas hasta que mi jefe decide ayudarme con su buena intención y me habla muy despacio consiguiendo que me sienta todavía más imbécil.

Acabada la reunión, tiro el resto de la comida porque hace rato que se me han quitado las ganas de comer. Pero el día sigue, así que me enfrento con cientos de líneas de código Java que, hoy especialmente, se me antojan absurdas.

Me planteo qué hago aquí, qué hago dentro de una oficina cuyas ventanas dan a un muro que no deja ver el maravilloso día que hace hoy. Pienso que si no trabajase delante de un ordenador, si tuviese una tienda, podría salir de vez en cuando y ver la luz del sol. Podría ser menos mecánico, menos robótico, más humano.

Entonces llega la profesora de japonés y me hace su examen de kanjis semanal. Como esperaba, no acierto ni uno, ni por casualidad.

No hace ni una hora que he comprado la cena en el seven eleven. Para acabar de rematar el día, el dependiente me ha hecho una serie de preguntas de las que no he entendido nada. Parece que están promocionando algo. O no.

No sé.

No quiero saberlo. Hoy ha sido un día malo.

Ya lo he contado. Ya me he desahogado.

Ahora, a dormir.

Nos hemos apepinao!

Ikusuki apepinándose para la ocasión

Ale y Ai lanzaron no hace mucho un podcasts para acostumbrar el oído al japonés. Se trata de conversaciones en japonés y castellano, pero con la chispa habitual de Ale y Ai, vamos que yo creo que de la gracia que te hacen, no se te olvidan!

El podcast se llama Escucha Japonés y todas las semanas tenemos conversación nueva que no os podéis perder, incluso si el japonés ni os va ni os viene, seguro que os echáis unas risas.

El caso es que les enviamos unas camisetas, y…

Más guapos que guapos!!

Ale/Pepino y la Inocente… ¿El Pepicente?

Ai y la Mujaki… ¿La AiJaki?

¡¡Mil gracias Ale y Ai!!

Esperamos poder colaborar en todo lo que podamos con EscuchaJaponés, de verdad…

Y para compartir con todos vosotros la ilusión que nos ha hecho, hemos decidido que os vamos a regalar algo…

¡¡¡ Las siguientes 5 camisetas que se pidan incluirán en el paquete una tableta de Chocolate de Té Verde gratis !!!
Aprovechad, que de esto en los Eroskis no hay.. No perdáis la oportunidad de probarlo!

Y como no andéis vivos, no se si va a quedar alguna, eh? jeje

Quedan:

5 tabletas
4 tabletas
3 tabletas
2 tabletas
1 y sólo una!!! corre corre!!

Se acabó… gracias a todos y ¡¡que aproveche!!

Oye oye!!

Pon más fotos del tren pato ese!!

Vaaaaleee
Para una vez que lo pillo parao… anda que no es chungo sacarle cuando va a toda leche!

El tren con más morro del mundo!! Tio jeta!!

Encima es super silencioso, parece mentira que vaya a más de 200 kilómetros por hora


Aquí la familia pato al completo

Es curioso coincidir con una autopista y ver cómo uno va mucho más rápido que los coches

En el de Kyoto preguntaron a ver si había algún médico a bordo, como en las películas! Nadie necesita a un informático, snif, snif

Ahí en el suelo tiene como un pincho. Dejo a los listillos de siempre que digan que es «para cortar el viento» o alguna de esas

Aunque por muy rápido que vaya, hay que esperar para montar, como en todo!

La ceremonia del té y mi dilema

Hola chatos! Este sábado anduve más que el probador de las plantillas devorolor!!, ¿pues no fui desde Shibuya hasta Gotanda andando, y luego hasta mi casa en bici?. Esto que os sonará a japonés (jaja), viene a ser como dos horas andando y media hora en bici. Al llegar en casa, me preparé un baño, y nada más meter los pies, aquello empezó a hervir…

Madre mía!

Bueno, yo os vengo a contar la ceremonia del té que me regalaron. Os pongo en antevicentes. Michiko, que sabe que siempre ando husmeando en historias japonesas, me dijo que una de sus amigas es profesora de la ceremonía del té, y que si yo estaba interesado, que nos preparaba té mientras nos explicaba los pasos.

Así que dicho y hecho. Fuimos los dos, y la profesora nos recibió en su casa con el kimono puesto y una sonrisa enorme, así da gusto.

Hablamos un rato, que si España y olé, que si Bilbao ande queda, que si hago Karate que bien… bueno, después de conocernos, pasamos a la habitación que tiene preparada para tan noble evento. Menudo cambio! de estar en una casa parecida a la de Los Serrano, nos hemos mudao de repente al Japón de las películas: suelo de tatami, puertas de madera y papel, utensilios para el té perfectamente alineados en una esquina, puertas de los armarios decoradas con flores de cerezo… precioso!

A partir de aquí todo han sido normas. Todo, absolutamente todo, está preconcebido, desde donde te tienes que sentar, hasta la manera de beber el té. Aunque no me acuerde todo, voy a intentar contaros paso a paso en qué consiste:

1- Uno va y se sienta sobre las rodillas (posición seiza), encima de un cojin pequeñito que hay. En nuestro caso había dos cojines que estaban puestos exactamente a la misma distancia desde el límite del tatami.

2- La profesora se pone en la misma posición antes de entrar a la habitación y hace una reverencia, entonces se levanta, entra, se sienta a su vez sobre las rodillas y nos saluda con otra reverencia dándonos las gracias por venir.

3- Saludamos, y entonces ella nos señala la composición que ha preparado para ese día, y en un japonés tremendamente formal, nos lo explica. Se trata de un lienzo con cuatro kanjis colgado sobre la pared, y en la parte de debajo un jarrón con flores, una figurita de un ratón que resulta ser un quemador de incienso y algo parecido a una montaña. Estamos en primavera, pero cerca del verano, con lo que las flores de los árboles se han caido, y ahora sólo quedan hojas. Los kanjis dicen esto mismo, y a su vez se representa también con el color verde del fondo del lienzo. Increible!

Nos contó que tuvo que hacer obras en casa para conseguir este hueco

4- Entonces nos pone dos platos pequeños con dos dulces. El fondo de los platos es verde, y en la parte superior del dulce, una tarta de bizcocho, hay algo confitado que recuerda a una hoja de un árbol. Lo cogemos, con la mano izquierda lo sujetamos algo por debajo de la altura de la boca, y partimos la tarta en cuatro trozos. Antes de comer, damos las gracias por ello. La profesora nos cuenta que la razón de comer el dulce al principio es para descubrir matices del té al contrastar con su sabor amargo.

La olla donde hierve el agua. Aunque no lo parezca, es eléctrica


5-La profesora, con gestos elegantes, coge el cazo, lo sumerge en la especie de olla de hierro que calienta el agua, y lo llena hasta tres cuartas partes de su capacidad. Vacia el agua en el cuenco donde va a preparar el té, pero sólo con el objetivo de calentar el recipiente y purificarlo. Desecha el agua en otro recipiente.

6- Abre el recipiente con el té en polvo y vuelca una cucharadita y media en el cuenco anterior. El té es de un color verde intenso. Entonces vuelve a llenar el cazo con la misma cantidad de agua, pero esta vez lo vierte sobre el té que tiñe el agua.

7- Con un utensilio de bambú bate el té hasta que se hace uno con el agua, después deja el utensilio en el suelo y deposita el cuenco de té en su diagonal, a una distancia exacta del borde del tatami y me hace una reverencia. El cuenco está decorado con dos motivos de ratones en honor al año actual. Uno de ellos queda exactamente enfrente de mi.

Bonito por su sencillez

8- Me levanto, avanzo unos pasos, y me vuelvo a arrodillar sin pisar los límites del tatami. Hago una reverencia y cojo el cuento con mi mano izquierda mientras lo sujeto con la mano derecha. Vuelvo a mi sitio sin pasar por delante del otro invitado y me siento sin darle la espalda en ningún momento, y deposito el cuenco en el suelo delante de mi.

9- Hago una reverencia al otro invitado y le pido perdón por beber primero. Michiko me contesta que adelante, así que cojo el cuenco con mi mano izquierda y lo giro dos veces de manera que el dibujo del ratón quede ésta vez orientado hacia la profesora. Nunca se debe beber por donde está decorado.

El cuenco a utilizar cambia con cada estación del año, según lo que se quiera transmitir

10- Levanto el cuenco por encima de mi cabeza en señal de agradecimiento y bebo el té en tres sorbos. Después lo deposito en el suelo, me levanto y lo vuelvo a colocar delante de la profesora

11- Ella lo coge, y lo limpia de nuevo con agua caliente que vierte con el cazo. Después saca un pañuelo de dentro de su kimono y lo dobla de una manera increiblemente elegante. Con él, limpia la cucharita de té en tres movimientos. Deja todo en el suelo y repite todos los pasos pero esta vez para el otro invitado.

Antes de limpiar los utensilios

¿Cómo os habéis quedao?. Estoy seguro de que se me han olvidado muchísimas cosas y que habré contado otras mal, pero esto es lo que viví yo el sábado.

Es mucho más que preparar el té, se trata de aprender una serie de movimientos y tratar de llevarlos a cabo con la mayor elegancia posible. Se trata de ser capaz de ser consciente de la importancia de los detalles. Se trata de pulir cada gesto, cada mirada, cada palabra para conseguir un momento perfecto.

Se trata de regalarle a una persona lo mejor de ti mismo.

Y, la verdad, no creo que importe demasiado que le gusté el té.