Olores

El del café, telonero de 13 horas fuera de casa.
Champú, jabón, crema de afeitar, aftershave. Un gesto de suavizante en la toalla.

Aceite de sésamo con el que el vecino se hace el desayuno cada mañana.
Olor de la nueva panadería del barrio, lejanamente familiar, extrañamente cercano de nuevo.

Aire cálido y cargado de la estación de metro.
Otra vez champú, del pelo recién lavado de alguna chica que está cerca en el tren. Alientos de café. Colonias.
Vuelve el café, de la cafetería de dentro de la estación.

Aire fresco.
Oden del combini.

Colonias mezcladas en un espacio cerrado. Té verde. Sopa miso. Más café, ambiente cargándose del calor de los ordenadores, de calor humano, de oficina.
Sushi, jengibre, salsa de soja, wasabi.

Aire fresco, revitalizador, se siente más fresco al salir de la oficina.

Detergente del dojo de Karate. Sudor. Muchas veces olor a pies.
Jabón del vestuario, siempre el mismo desde hace un año.

Olor a alcohol en el tren, alientos impregnados de cerveza de los salary men.

Incienso al pasar por el templo… agradable, solemne.

De nuevo aceite de sésamo del mismo vecino.
Olor de mi casa, del tatami, que me envuelve, me da la bienvenida. Invita a dormir, anuncia 7 u 8 horas de sueño.

Pasta de dientes, enjuague bucal.

Futón.

Aroma de los sueños por venir.

Ale, Ai boda!

Hoy es fiesta en Japón, el día del deporte (lo que tiene huevos porque hoy no había karate, jaja). En fin, que no he parado, menudo fin de semana más majo!. He ido a la boda de Ale y de Ai que ha sido super bonita!!!!! pero como estoy muy cansado, hoy sólo os enseño las primeras fotos.

Mañana os cuento muuuucho más!



¡¡Enhorabuena Ale y Ai!!
¡Y mil gracias por invitarme, fue todo un lujo, un placer y un honor!

Crisis crisis crisiiiiis

Que me han llamao otra vez de la radio, si es que son más majos que los toblerones!
El caso es que era para hablar de la crisis y cómo se ve el asunto en Japón. Yo la verdad es que no tengo mucha idea porque notar no noto nada y las noticias no las sigo, pero por si acaso le he preguntado a Akira esta mañana.

Así que aquí tenéis el cacho en el que salgo yo contando lo que Akira me ha contao:

Y se me ha ocurrido que sería gracioso, o por lo menos curioso, grabarme en video para que veáis cómo se vive eso de salir por la radio!! atención que estreno pijama!!!

Chawan

Esto que suena al sobrino pequeño del bicho ese peludo de la guerra de las galaxias, es el nombre que se le da a los cuencos que se utilizan para la ceremonia del té. Tienen un motivo siempre acorde con la época del año en que se van a utilizar, y a la hora de beber, nunca debes posar tus labios sobre la decoración, de ahí lo de girarlo dos veces antes.

Bueno, que parezco la wikipedia, el caso es que Cris, que es la responsable de haber publicado dos de mis historias en una revista, me envió un paquete para mi cumpleaños y por el cinturón negro, y cuando lo abrí me quedé pasmao:





Precioso, simplemente me parece precioso…

¡¡¡ Muchas gracias Cris !!!


Kdd de blogüereros en Bilbao

Neki que es de Balmaseda, pero se lo perdono porque me trajo pipas, ha organizado una quedada de blogüereros en la capital de la vía lactea, y me ha pedido que avise a todo el universo por si alguien más quiere apuntarse.

Así que ya sabéis, si queréis echaros unas riseras mientras coméis como los jugadores del Athletic, avisad a Neki, pero hacedlo antes del 17 de octubre para que pueda hacer la reserva el 18, ahí va pues.

Otia, menos mal que Nuria me ha avisao!! Ojo!!! que la quedada es el 25!!! pero que Neki quiere saber la gente una semana antes!!! gracias Nuria!!!

A mi, aunque todo el mundo sabe que Tokyo es el barrio de Bilbao que queda a la izquierda de Rekalde, me pilla un poco a desmano pues…

Los que estéis más cerca, no lo dudéis y enfilad para allá, mecagüen la madre que parió a Peneke!!!

(eso si, llevad paragüas)

Los ikupuntos!

¿Que qué es esto de los ikupuntos?, aquí os lo explica el tío Toscano, no alarmarse que es más fácil que hacer popitas!

Según lo que hagas sobre Ikusuki, te vamos dando puntos:

Comprar camiseta: 10 puntos
Enviar foto para ikusuki in the world: 5 puntos
Publicar un post en tu blog con alguna foto sobre Ikusuki: 5 puntos
Hacer un video con alguna cami y subirlo a internet: 5 puntos
Hacer algo original que tenga que ver con Ikusuki: 5 puntos

Y por cada 30 puntos que acumules, te llevas algo de Japón de lo que ya le he mandado a Bea, además te dejamos elegir:

Fuurins
– Calcetines tabis de esos de dos dedos
– Pack ninja y llaveros sushi
– Lo que se me ocurra que vaya viendo por aquí

Esto empieza desde cero, es decir, que si diésemos los regalos con caracter retroactivo (hablo como los abogaos ya) nos quedaríamos hasta sin casa, así que el lío empieza a partir de ahora!!

Corre corre!!


Ojo!

– No vale coger y mandar ahora trece fotos con la misma camiseta mirando para distinto sitio, no se acumula a no ser que sean muy diferentes!
– Tampoco vale publicar diecisiete posts así del tirón
– Lo único que es acumulable es pedir más de una camiseta, es decir, si alguien pide tres, le irá en el pedido el regalo que elija porque ya tendrá 30 puntos
– Y esto es valido mientras queden regalos, cuando se acaben, ya me diréis qué queréis que os demos, como no sean plátanos de Canarias!. Os iremos informando de lo que va quedando!.

Conversación de McDonalds

(en japonés)

– Hola, big mac setto, por favor
– (intentando aguantarse la risa sin éxito) Big Mac Setto? entendido, ¿es para llevar?
– (yo riéndome también) no, no, para comer aquí
– (algo más seria) ah, vale, entendido, algo más?
– Si, una cheeseburguer pero tal cual
– Entendido, hablas muy bien japonés, eres americano, ¿verdad?
– Jaja, no no, todavía no hablo nada bien. No, vengo de España
– Ah, entendido, en España hay mucho pescado y marisco, ¿no?
– Si si, además yo vengo del norte donde se come mucho, pero ya ves, me vengo a un McDonalds a cenar
– Bueno, siempre puedes pedir la hamburguesa de gambas
– Pues si, eso si…
– Son 790 yenes, por favor
– Ah si, espera que tengo justo
– Gracias, oye, tienes cara de español, muy característica, latino
– Claro claro, jaja, por eso me has preguntado si era americano
– Jaja, es verdad, perdón

El proyecto de los helados

Fue mi primer trabajo serio en Japón, tanto que a veces creo que es la aplicación web más difícil que he hecho en mi vida. Lo que no es mucho decir porque no llevo tantas.

El cliente era la sede japonesa de una empresa italiana que fabrica máquinas de helados que tienen mucho éxito en Japón. El problema era que tenían toda la información de clientes, incluyendo visitas por reparaciones o nuevas instalaciones, en diferentes hojas excel con miles de registros. Mi trabajo consistía en hacerme cargo de todas esas filas en japonés, tratar de eliminar duplicados, corregir errores y crear una base de datos más o menos coherente que permitiese gestionar tanta información de una manera sencilla a través de la web.

No quiero entrar en demasiados detalles, pero me costó muchísimo, de verdad que ha sido uno de los trabajos más difíciles de mi vida. Sin embargo, cada nueva reunión con el cliente era peor: cada vez pedían más y más, y ya hacía bastante que había empleado el tiempo estimado en el presupuesto. Mi jefe no estaba contento con el proyecto que me anulaba para cualquier otro nuevo trabajo, el cliente no parecía estar nada satisfecho con lo que le ofrecíamos y yo no levantaba cabeza a pesar de casi no meter ninguna hora de más. Esto último es algo que he tenido claro desde el primer día en que aterricé en Tokyo.

En la oficina de la empresa italiana había algunos italianos, pero la mayoría eran empleados japoneses. Nosotros tratábamos siempre con dos: la secretaria del jefe y el jefe de los técnicos. La primera siempre tenía una sonrisa que ofrecer lo que sumado al gracejo con el que hablaba inglés hacía que uno también sonriera sin querer. El segundo, como si fuese el poli malo, siempre estaba serio y nunca hablaba de nada que no fuese trabajo. Ahora, desde meses de distancia, entiendo que la cantidad de trabajo que tendría que hacer a partir de entonces iba a depender directamente de cómo nosotros programásemos la aplicación, así que se jugaba mucho más que quedar bien con aquel francés y aquél español que se empeñaban en hacerle firmar una hoja de requisitos en inglés.

Aún así, nunca era amable y a veces cruzaba la frontera de la educación con alguna frase demasiado directa que ponía en duda nuestra profesionalidad, especialmente la mía. Ahora creo que era simplemente por la manera en que hablaba inglés… en japonés nunca sonaba tan mal.

Hace un mes quise ir yo sólo a presentarles la aplicación. Me puse mi traje, preparé un CD y estuve un buen rato configurando todo en el ordenador que me dejaron. Ella venía de vez en cuando y me traía agua, él me vigilaba desde su sitio dándose momentos de esos en los que las miradas se cruzan pero ambos tratamos de aparentar que no.

Con la franqueza y la tranquilidad que me daba el saber que iba a dejar la empresa y que pasase lo que pasase no iba a ser responsabilidad mía, les expliqué una por una todas las pantallas de la aplicación cuya programación tan en serio me tomé. Respondí a cada una de sus preguntas con respuestas claras y convincentes y poco a poco pude ver que él cambiaba su actitud defensiva por una más amigable aún sin perder su seriedad.

Al acabar, les confesé que era mi último mes en la empresa, que si tenían cualquier problema con la aplicación, que contactasen conmigo directamente lo antes posible ya que me iba a ser más fácil lidiar con ello que la nueva persona que me sustituyese. A ella pareció darle pena, tanto que casi me lo creí, mientras que él sólo se preocupaba por averiguar quién iba a ser responsable a partir de ahora.

Y aunque mi último día en esta empresa fue el lunes, hoy he ido a hacer la última instalación junto con la persona que me sustituye desde hace dos semanas. He creído necesario hacerlo tanto por el cliente como por mi sustituto, que lo iba a tener bastante difícil para hacerlo por su cuenta y porque, aunque es una larga historia que ya contaré algún día, yo sigo ligado a esta empresa.

Así que esta mañana tenía la sensación de estar jugando a informático más que serlo, quizás sabiendo que no pertenezco ya a esta comedia en la que me he visto envuelto el último año, y he ido entrajetado disfrutando de lo que iba a hacer, motivado, contento, haciéndome pasar por uno más de los salary mans que iban de aquí para allá por Tokyo maletín en mano. O mejor dicho: siéndolo por última vez.

Hemos acabado la instalación y ella ha probado la aplicación en su ordenador. Después de ver que todo funcionaba, ha venido él. Me ha preguntado si no nos vamos a volver a ver, y yo le he dicho que no. Entonces me ha dado la mano y me ha dicho «Thank you very much for your hard work all this months».

Tanto me ha sorprendido que me ha dejado sin palabras, sólo he sabido dar las gracias yo también. Después, hemos ido los cuatro hasta la puerta. Ella, siempre con su sonrisa, me ha deseado buena suerte. Él, siempre serio, me ha hecho una reverencia que ha parecido durar horas, y casi me ha gritado «Arigato gozaimashita» y ha seguido haciendo reverencias hasta que la puerta se ha cerrado.

No se si es significativo, si esta es la manera habitual de trabajar entre empresas japonesas porque he tenido otros clientes y nunca ha sido así, aunque es cierto que los proyectos nunca han sido tan importantes.

Me puso el listón alto, mucho, tanto que este proyecto ha sido una de las razones por las que he dejado la empresa. Recuerdo todas las reuniones, siempre tensas, el tono de los emails, las llamadas de teléfono con exigencias imposibles de cumplir la mayoría de las veces. Pero hace apenas tres horas que me he dado cuenta de que él realmente ha sabido apreciar mi esfuerzo, mi trabajo, mi actitud… como nadie nunca antes lo había hecho.

Y, de alguna manera, ha conseguido que me sienta totalmente satisfecho eliminando todo rastro de frustración de este, mi proyecto estrella, que a partir de ahora ya no será más mío.

Tengo claro que no podría aguantarlo una segunda vez.

La mejor foto de Septiembre


Viendo un video de Gila se me ocurrió que sería gracioso que saliese con un iPhone. Cuando me quise dar cuenta, me había comprado la peluca de Samurai y la Katana de madera y estaba delante de la cámara diciendo tonterías.
Espero que no sea el último vídeo, porque eso significará que sigo disfrutando riéndome de mí mismo.


Otros meses de mi vida en Japón:

Clasificación provisional

Anda!, yo que puse lo de los calzoncillos medio en bromas, y ahora va y resulta que estoy sexto en la clasificación provisional de mejor blog de viajes!!!

1. Flapy in Japan

2. El pachinko

3. Genjutsu – Ilusiones diarias

4. Diario de un HombreLobo

5. Chicharrero por Hong Kong

6. Ikusuki

7. Viajar y Viajes

8. Martín Varsavsky

9. Viaje Volando: Guia de Viaje – Ofertas – Turismo – Actualidad

10. Triple Malta

Buff, teniendo por delante a Flapy y al Pachinko, lo veo chungo, pero bueno, todavía estáis a tiempo de que grabe el video ese bailando en gayumbos!!! Así que si me votáis, estaréis más cerca de tenerlo en vuestros monitores (y yo de tener una excusa para no volver jamás a España).

Además, aunque yo ya había elegido uno, os dejo elegir calzoncillo:


Luego, si no votáis, no me vengáis con reclamaciones, eh?

Yo no pego

Pues eso, que yo no pego. Quiero decir que estoy viviendo en Japón, como muchos otros, pero que no encajo con la imagen que parece que debería tener. Me explico: no soy un geek o technofriki o eso, vamos, que mayormente me da bastante igual todo lo que ocurre por ahí por el mundo de los cacharros electrónicos. Es cierto, tengo un iPhone, una PSP y una NDS porque sí que me gustan, pero nunca haría cola para ir a ver una presentación de una Playstation o un videojuego o algo parecido. En Akihabara he estado tres veces contadas en lo que llevo aquí, es más, la PSP la uso para ver pelis y la NDS para estudiar kanjis. No me habléis de juegos porque no tengo ni idea.


Tampoco soy un fan del anime y del manga, mucha gente me pregunta sobre series que ni se que existen. Yo he visto Goku, como casi cualquier niño de mi quinta, y ahora lo estoy reviendo otra vez en japonés porque me ayuda con el idioma y me hace mucha ilusión. También tengo los tebeos, y también me los estoy comprando en japonés, pero a parte de ver como a Krilin le sale pelo y de Naruto no tengo ni idea de nada.

Las tribus urbanas, las gothic lolitas y toda esa gente que se visten de falleros mayores para que los gaijines les saquen fotos. Les respeto, me parece muy bien que cada cual haga lo que quiera, pero ni me se los nombres de los grupos, ni me interesa sabérmelos, y tampoco me obsesiono con sacarles fotos o hablar de ellos porque me dan igual. Me quedo con la gente normal.

JPop y tal y cual: yo sólo escucho a Utada Hikaru y a Chara, si me suenan otros grupos será de estar viviendo aquí y oirlos de vez en cuando, pero también es un tipo de música que no me gusta. Me sigo quedando con Sabina que, por cierto, me gusta mucho más con la voz de Colombo cazallero que tiene ahora.


Sin embargo, me gusta Japón, pero otros aspectos que yo considero más normales, más alejado de los tópicos a los que todo el mundo está acostumbrado. Me gusta conocer a la gente y descubrir que no somos tan distintos después de todo. Soy fan de su cultura, pero no tanto de la de ahora, sino de la de antes que, si uno sabe mirar, todavía está ahí.

Me gusta meterme por calles desconocidas de Tokyo en vez de ir siempre a Shibuya a sacar fotos de las pantallas esas gigantes, me encanta ver tiendas pequeñas, restaurantes de familias, parquecitos.

Me gusta que en las clases de Karate tengamos que saludar tres veces antes de empezar y al acabar, que tengamos un momento para cerrar los ojos y meditar sobre lo que vamos a hacer o hemos hecho ya. Considero importante que si entras tarde, tengas que ponerte de rodillas y pedir perdón, y que cuando llegue la pausa de mitad de la clase, vayas donde el profesor a disculparte de nuevo con una reverencia.

Me encanta llegar los miércoles cuando la clase anterior de los chavales se acaba y ver cómo niños de 4, 5 o 6 años dejan sus juegos y sus risas durante 5 segundos para hacerme una reverencia como si yo fuese uno más de ellos, y lo hacen con seriedad porque así se lo han inculcado. Y todavía me impresiona ver como todas las madres que están esperando a sus hijos se ponen de pies al final de la clase y todas en fila le hacen una reverencia al profesor y le dan las gracias.


No hace mucho, perdí las llaves de un pequeño candado que había puesto en el buzón, así que compré una lima y a eso de las once de la mañana de un sábado me dediqué a limarlo. El vecino entreabrió la puerta, me miró y después volvió a entrar, le había despertado por todo el ruido que estaba haciendo. Paré inmediatamente, subí a casa y le escribí una nota pidiéndole perdón. Al día siguiente cuando me oyó llegar con la bici abrió la puerta de nuevo con mi nota en la mano y poniéndola a la altura de sus ojos me dijo que gracias, y me hizo una reverencia y me dijo que no hacía falta que me disculpase, que pensaba que era alguien intentando robar, y pidiéndome perdón por haberme incomodado, me regaló una caja de osembe.

Todos estos detalles, gestos que para algunos serán totalmente innecesarios, es lo que me viene a la cabeza cuando pienso en Japón.

Y espero seguir contando estas pequeñas pero enormes historias que me van pasando antes que sacar fotos a las chicas esas que se visten de Gracita Morales o escribir posts sobre el éxito o fracaso del iPhone en Japón. Ni lo primero me interesa lo más mínimo, ni de lo segundo tengo ni idea, ni falta que me hace inventármelo.

Anda mira!


El ninja tiene un boligrafo ahí en la muñeca en vez de shurikens!!


Un cuadro de Daruma, qué cara de simpático tiene con los ojos puestos y con barba!


La de comida que me ponen para llevar por menos de 500 yenes!!


Qué bicicleta más curiosa con la cesta y las dos ruedas de atrás!!


Aunque nada comparado con cómo las aprovechan para modernizarse algunos!!

Parece un trabajo super divertido !! subooo, bajooooo, empujo al de al lado y se balanceaaaa


Aunque esta versión ya no tiene tanta gracia…

Un señor mirando cómo despegan los aviones de Haneda, que está rodeado de mar!!

Aunque las vallas de cerca del aeropuerto son muy monas, también!! anda anda!!

En Enoshima tienen su propia marca de cervezas!! Las que bebía el maestro tortuga pa tirar Kaa meee haaa meeeessss


Otros anda miras:

Anda mira octubre
Anda mira agosto
Anda mira junio
Anda mira abril

Un pequeño apunte

Por cierto, fvalenciano tuvo el detalle de venir y grabar el examen, desdeluego que ese video será uno de los que más veré y enseñaré de todos los que tengo de Japón.

Así que de mientras me lo pasa, os dejo otro que también se curró él de un miércoles en el que se vino a la clase, y además tuvimos suerte y estuvo Kanazawa:

También escribió una entrada donde cuenta lo que él vio:

fvalenciano, aquí obilbao te ha metido ya en la lista por segunda vez, gracias señor!

¡Gracias a todos por vuestros mensajes de ánimo y las felicitaciones por el cumple!

Paro el blog

Porque después de grabar lo de Gila no puedo pensar en otra cosa que no sea el examen del sábado. Porque aún andando por la calle, en mi mente se agolpan movimientos, giros, posiciones, ataques, gritos. Porque estoy, pero no estoy porque pienso en lo que tendré que repetir, una vez más y por todas, el sábado delante de los que probablemente más sepan de Karate del mundo.

Así que paro el blog mientras intento que esta noche la pesadilla en la que pierdo el equilibrio en medio de la Bassai Dai se convierta en un sueño. Y si el domingo la libreta negra esa en la que se acredita el sudor de mis 99 clases de Karate tiene un tercer sello, entonces es que el sueño se habrá convertido en realidad. Y no puedo imaginar mejor regalo de cumpleaños.

Yuyake Koyake

En el video digo el título mal, en realidad es «Yuyake Koyake» que resulta que es el nombre de la parada de autobús del pueblo donde vivió el autor, un profesor de escuela que la compuso hace un porrón de años, algo así como setenta y pico.

Si ponéis el nombre en google, os saldrán un webo de versiones, a cada cual más pegadiza!. Eso si, yo con los cuervos no es que no vuelva a casa, sino que no voy ni a coger billetes de 10.000. Que feos son!! agh!

Nuestro orgullo

De vez en cuando miro las estadísticas del blog, vamos, la gente que entra, los posts que más se leen y así. Y el Google Analytics este, que parece que suena a que te van a mirar si tienes piedras en el riñón, tiene una opción en la que te enseña, todo gallardo él, una lista de las páginas que enlazan a ésta. Yo algunas veces me entero porque me pedís permiso, o me avisáis de alguna manera, y otras ni me cosco ni nada así que nos llevamos sorpresa cuando lo vemos.

Detrás de cada enlace que ponéis, para nosotros hay una persona que le gustó lo que vió, sean camisetas, posts, fotos, videos, historias… y decidió usar una parte de su tiempo para hablar de ello, de nosotros. Así que ahora cada vez que voy a ver las estadísticas del blog, ya no me interesa tanto saber el número de visitas, sino que me dedico a recorrer la lista de los que nos enlazan, y pulso en vuestros enlaces, y os visito por un ratillo.

Y después de conoceros un poco mejor, me aseguro de apuntaros en una lista que he llamado Post’N Blogs, como si fuese ese libro de visitas de las casas rurales donde, el que quiere, deja su pequeña huella después de compartir tiempo y espacio.

Y estoy seguro que, como los dueños de la casa, las recorreremos una y otra vez con una sonrisa de esas que uno esboza sin darse cuenta, porque son de verdad.

La chica de Okinawa

Fue mi primera quedada con el resto de españoles que estaban viviendo por aquí. Algunos siguen, los de siempre, aunque la mayoría ya volvieron a sus vidas anteriores con mil anécdotas que contar.

Me doy cuenta que es algo por lo que yo ya he pasado, y que lo volveré a vivir algún día quizás no demasiado lejano aunque mis anécdotas ya se han convertido en rutina y la mayor parte de las historias que tengo que contar, ya están contadas. Era impensable, entonces, adivinar que lo iba a hacer a través de la radio, o que algún japonés las iba a poder leer porque alguien creyó que eran lo suficientemente interesantes como para traducirlas y publicarlas. El alma se airea, se refresca con momentos como esos.

En aquél bar, un quinto piso de uno de tantos edificios de Shibuya, había gente famosa. Puse cara a las personas que estaban detrás de todos esos blogs con los que soñaba, por un momento, que estaba de nuevo en Japón. Luego habrá quién diga que la vida no da vueltas.

Héctor, Kirai, lo organizaba y es cierto que me impuso verle en persona. Flapy, Un Español en Japón, derrochó simpatía a todo aquel que se cruzó con él, y, sorpresa, se acordaba de mi: aquel chico con aires de empresario que casi le suplicó un enlace al Ikusuki de los viajes en su blog. Hasta me dió un abrazo y todo.

Alejandro, Ale/Pepino, vino con su gameboy y el resto quedábamos un poco en segundo plano quizás eclipsados por los veteranos que sabían pedirle al camarero sin tener que señalar ninguna foto.

Muchas copas y risas después fuimos a un bar en el que se podía estar en la calle, lo que equivalía a sentirnos, más o menos, como en cualquiera de nuestras ciudades. Y ya para acabar, nos metimos en una de las discotecas más famosas de Shibuya. Creo recordar que Ale rodó por el suelo alguna que otra vez mientras bailaba, y viendo las fotos me doy cuenta de que las cervezas que bebíamos eran Heineken y que venían en lata.

Cambiamos varias veces de planta, y con ello, de ambiente. Y finalmente nos quedamos en una. Me hizo gracia ver que alguno había conseguido ligar, aunque yo me acabé apalancando en una silla pensando más en la hora del primer tren que en establecer relaciones internacionales.

Uno de los que ligó vino donde mi y me dijo que él tenía novia y que no quería tener que arrepentirse de nada, pero que la chica parecía insistir, así que se le ocurrió que yo podía ser su sustituto. Y me la presentó, y ella se puso a bailar delante de mi, y yo, con más pena que gloria, trataba de encontrarle significado a la situación. Así que mientras ella buscaba al otro chico que parecía haberse disipado, yo decidí que allí no pintaba nada y que mejor me iba a mi casa a dormir que uno tiene ya una edad para andar jugando a ser lo que no es.

En la entrada de la discoteca me advirtieron que si salía no podía volver a entrar, decisión que no me tuve que pensar demasiado. Ya en la calle intenté contactar con algunos de dentro, pero los teléfonos no tenían cobertura, así que decidí irme sin más y ya daríamos las explicaciones otro día.

Cuando iba camino de la estación me encontré a la chica de antes sentada en una acera, la cabeza sujeta entre sus manos y con pintas de estar más muerta que viva. Le compré un botellín de agua y se lo dejé al lado de los zapatos, y sin mediar palabra seguí mi camino hasta la estación. Allí, cerca de las cinco de la mañana, había mucha gente esperando para volver a sus casas, y yo me uní a ellos. Pensé que estaba viviendo algo muy diferente al Tokyo que yo conocía de tiendas, excursiones y templos, y recuerdo que tenía una extraña sensación de satisfacción, como si ya pudiese tachar de la lista que una noche volví a casa en el primer tren, aunque el espectáculo que tenía delante no casaba demasiado.

Entonces ella vino, la chica de antes, con el botellín en la mano. Y señalándolo me dio las gracias. Se notaba que estaba esforzándose por parecer menos borracha de lo que estaba, que era mucho, y poniéndose muy seria se sentó a mi lado y empezó una retahíla de frases en japonés que a veces sonaban a enfado, a veces a tristeza y alguna que otra vez a niña de 6 años. Siempre parando, de vez en cuando, para dar pequeños sorbos de agua hasta que mi botellín quedó vacío. En ese rato pareció serenarse, como si hubiese echado fuera todo el alcohol de su cuerpo a la par que sus palabras.

Se levantó, me cogió de la mano y tiró de mí hasta que consiguió que yo también me levantase. Y, siempre en japonés, me dijo que fuésemos hasta Ebisu andando, que no estaba muy lejos y que como estaba amaneciendo, que sería un paseo agradable. Era la siguiente estación y tampoco es que tuviese nada que hacer, así que para allá que nos fuimos.

No calló en todo el camino, me contó mil cosas de las que entendí veinte y contesté a siete con mi japonés artificial de libro que estaba recién estrenado. Y cuando no se le ocurría qué más contar, inclinaba la cabeza y me soltaba un «yasashii» que viene a ser algo así como decirme que qué majo era, supongo que porque yo no paraba de sonreir que era lo único que se me ocurría al no entender casi nada.

Al de una media hora andando, hablando y escuchando, llegamos a Ebisu. Nos intercambiamos los teléfonos, y nos dijimos adios mientras cada uno cogía su tren. Al día siguiente intenté llamarla para intentar preguntar qué tal estaba, pero no me cogió, ni tampoco lo hizo al de dos días, así que no lo intenté más.

Después de aquello, de vez en cuando, aparece una llamada perdida en mi teléfono que sé que es de ella. A veces tengo el teléfono delante cuando ocurre: no deja sonar más que un tono y cuelga. Es como si aquella noche ya me hubiese contado todo lo que me tendría que contar y no hubiese más que añadir, pero que se sigue acordando. La última creo que fue hace tres meses, antes de verano.

Lo que ella no sabe es que ahora, después de un año, hubiese entendido un poco más de todo lo que me contó y no me hubiese quedado sólo con que era de Okinawa y que, creo, vino a Tokyo de vacaciones.


Trípode botellil o botella tripodense o …

Me he tirao un rato para decidirme por el título, no os penséis, que es que el invento de hoy me ha hecho quitarme el sombrero ante semejante derroche de originalidad.

Primero el envase. Si vosotros véis esto en una tienda de electrónica, ¿qué os pensáis que es?:

Sale un tío ahí con su careto todo contento, y se ve un botellín de té verde y….

A la izquierda el tío señalando el botellín, y a la derecha unas maromas ahí como posando para una foto…

Uff, la cosa no está nada clara!! Mejor que abramos el paquete y le demos la vuelta para ver qué se cuece por el anverso tenebroso:

Las instrucciones están clarísimas, como siempre!

Efectivamente!! Se trata de un tapón de botella que encaja perfectamente en cualquier botellín de los que salen de los millones de máquinas expendedoras que hay por Japón y que te permite enganchar la cámara de fotos:

Vale, pues yo creo que tengo todo lo necesario para hacer la Ikusuki prueba

Jajaja, me parto!! Más vale que la botella esté llena!! Y si no tiene burbujas, mejor que pesará más!

Está claro que está diseñado para cámaras compactas y para que lo lleves en el bolsillo, así si necesitas un trípode, te lo fabricas a base de botellín!

Bandeja de entrada

Tienes 3 mensajes:

De: Medina

Las dos primeras son de laponia sueca, saxnas se llama el pueblo, y en la que se ve civilizcion es de Estocolmo, me faltan mas fotos que igual estan mas wapas, mira a ver si te gustan.

Un saludo

Adjuntos:




De: Tosca middle

Hola txato,

Ya estamos de vuelta de vacaciones, aqui te mando unas fotos de ikusuki en Estambul e ikusuki en Capadocia pa que promociones.

¿Cuando vendrás?

Adjuntos:


De: J0843

Buenas Oskar! Cómo va la humedad? Ah! perdona! que no te acuerdas de mi? claro, he estado un poco ausente últimamente. j08433, sí sí, el pesao de los resúmenes. Y como lo prometido es deuda… aquí te dejo un par de fotos con la Kuro. Ala! elige tú mismo! no sabía cual elegir y me he dicho… pues que lo haga él! que coño! (con perdón), como si las quieres poner las dos. Por cierto, la primera foto está tomada en Cambrils (Tarragona), en una cena de verano con los amigos y jugando a lo Star Wars con el sable láser del iPhone. En la segunda foto estoy en Sevilla donde pasé unos días y lo típico que te sacas fotos por los lavabos. Sí, lo sé, un poco raras si que son, pero bueno, será el reflejo del alma…
Pues nada, que nos vemos por el superblog!
Un saludo.

Adjuntos:



Respuesta de Ikusuki:

¡¡¡ MIL GRACIAS !!!

Estáis fichaos!


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