Desde hace algunas semanas, si hace buen tiempo me voy a un parque cercano a comer. A veces voy sólo y otras veces se anima alguien más de la oficina, aunque lo primero suele ser lo normal.
Y sentado en un banco, palillos en mano, me dedico a observar lo que pasa en un parque cualquiera de Tokyo entre la una y las dos del mediodía: veo madres que juegan con sus hijos en los columpios cercanos, algún que otro barrendero, otros empleados de empresas cercanas haciendo lo mismo que yo… pienso que no se diferencia mucho de lo que se podría encontrar en cualquier parque de cualquier ciudad del mundo a la misma hora.
Pero de un tiempo a esta parte, y de forma ocasional, he encontrado en el banco en el que me suelo sentar unos insectos hechos de hojas. Es como si fuese origami, pero utilizando hojas de árboles en lugar de papel. Una día aparece uno, después puede pasar una semana y aparecer otro con distinta forma. Siempre en el mismo banco, y siempre insectos hechos de hojas.
Los dos primeros me hicieron gracia y no les dí importancia, pero cuando apareció el tercero, empecé a coleccionarlos.
Hoy he salido a comer una hora antes, cerca de las doce, y he ido al parque andando muy rápido, corriendo en ocasiones, poseido por una emoción infantil como hacía tiempo que no sentía. Y le he visto: un señor con traje y corbata, de unos 60 años estaba sentado en el mismo banco. Se pudiera decir que es su turno, como si yo fuese el relevo.
Y me he sentado enfrente, a unos dos metros. El hombre había acabado ya de comer, el recipiente vacío de comida estaba perfectamente recogido a su lado, envuelto por una tela de color verde. Curiosamente del mismo verde que se dejaba asomar entre sus manos que no se paraban quietas. Un doblado aquí, un corte allá… entretejiendo, dando forma, esculpiendo las hojas con gesto experto, con movimientos repetidos quizás durante años.
No había comido ni siquiera la mitad de mi plato cuando me doy cuenta que es el segundo insecto que está haciendo hoy. Puedo ver el primero desde mi sitio y de repente una ráfaga de viento lo tira al suelo. El hombre lo recoge, casi sin levantar la vista del que tiene a medio hacer, y lo vuelve a poner en su sitio. Y un par de minutos después, veo que examina con cuidado su segunda obra, lo mira, lo remira y le da unos últimos retoques.
Después, coge ambos insectos y los coloca con cuidado en el reposabrazos del banco, recoge su bolsa y se va como si no hubiese estado nunca. Por el camino se va ajustando la corbata quizás pensando en las reuniones de trabajo que le esperan. Pero antes de doblar la esquina se gira para comprobar que todavía siguen allí.
Y creo verle mirarme y sonreir, como si supiera de sobra que soy yo.
WOW! Me ha encantado la historia, parece de película! Que bueno y los animales muy bien hechos, impresionante.
Gracias por compartirlo con nosotros
Un saludo
No me lo puedo creer, es sorprendente :-O Y «adorable» en cierto modo. ¡Qué maravilla, un artista misterioso!
¡Artistazo! A este hombre le tendrías que hacer una entrevista, aunque le diera por salir como anónimo.
Qué bonita historia :-) yo no he visto que alguien se esmere en hacer cosas como estas, es una suerte. A veces los japoneses me sorprenden gratamente por cosas como estas.
Excelente ikunarración!
Saludos!
Qué historia más bonita!
Otro día anímate e intenta hablar con él.
Un abrazo!!
Creo que es el «sentimiento» japonés reducido a su mínima expresión.
¡que aburrida es la vida en Europa, leñe!
Que lindos que son. Se siente como una especie de grafitti, o cosa por el estilo. Algo que dejas para que otro lo agarre. O lo admire. De chico hacía algo así, con largos pastos que había adentro de una planta, y era muy gracioso ver como la gente que pasaba al lado de mi «pequeña obra» se quedaba mirando…
La historia parece sacada de algún libro…una historia tan sencilla y humana que se hace muy bonita.
Menudo artista desde luego el señor. Yo del origami (si fuera con hojas ya me moría) me quedé en hacer la «Rana» que es el basicazo.
que pasada de bichos q hace.
Ahora tienes que devolversela. Tendrias q ir algun dia antes que el, y dejarle tu algo, y empezar asi un ciclo interminable
que bonito! y que suerte la tuya
Oye claro y por que no le hablas? a lo mejor te enseña a hacer cualquier cosa,…
a mi me flipan estas cosas!! me parece imposible hacer lo que hacen… son artistas en toda regla.
S2 from Galicia!
Qué sorrpresa me he llevado. Yo al principio creia que estabas hablando de insectos-hoja pero de estos.
Precioso post Oskar
ei! que bonito! le gustará saber a ese hombre que hay gente que le gusta su «trabajo» si siempre los deja allí ^^ es curiosa la investigación
Ay… eso es lo más cercano al mito nipón (tal como lo veo yo desde mi cortedad) que has escrito en mucho tiempo, la convivencia entre el mundo laboral moderno y la pura reflexión, el arte (con orgullosísima minúscula) por sí mismo… abuelo, esa batalla se la contarás a tus nietos!
Las pequeñas cosas como esa son las que hacen la vida feliz ^^
Eso que has escrito ha sido como… no sé, magia.
Me ha encantado.
Hola Oskar,
También esta entrada me ha gustado muchísimo… Da cierta impresión de haberte encontrado, en ese parque, con un «duende»… «gnomo»…, algo con un poco de magia!
Saludos
Quicoto, gracias a ti!! ¿verdad que están bien hechos? parece mentira!
C. Clavo, ayer me dio por pensar que por su edad bien pudiera ser el presidente de alguna empresa de algún rascacielos cercano… sería curiosísimo.
Ale/pepino, no es mala idea… entrevista no se yo, pero desdeluego que algo le digo algún día.
Alan, gracias, me alegro que te haya gustado!
Nuria, gracias!!, si si, tengo que decirle algo, a ver si me hago amigo de él y me enseña a hacer algo más básico. Besotes!
Elessar, jaja, estoy seguro que en España también hay gente que sabe hacer cosas igual o mejores!
Pedro, anda! si resulta que estás hecho un artista tu!, pues nada nada, eso se demuestra con fotos!
Txaritxu, jaja, el ikucuentacuentos soy aquí ya!, jeje. Yo estoy igual que tu, de la rana no paso… me compré un libro titulado «Origami fácil» y ni con esas, de fácil no tiene nada.
Neki, esa es buena! pero como no le deje un collar hecho con macarrones…
Issss, gracias!!
Tonio, si si, le tengo que hablar cualquier día. Tienen mucho detalle, ¿verdad?.
Josecrem, jodé con el bicho ese, que nombre más apropiao!
Palcraft, tu que me lees con buenos ojos, jajjaa. Mil gracias por decírmelo!
Silverchaos2k, yo creo que se dio cuenta de que le miraba y que sabía que estaba esperando a que acabase para agenciármelos…
Jorge Uriarte, alaaaaa, ¿qué estamos aquí, con la regla?, jaja. Yo no se si diría tanto: es un señor que seguro que sabe hacer esto desde pequeño y bajar al parque a la hora de comer igual es lo que más le gusta de todo el día. Me sigue pareciendo algo precioso, sin duda.
Davigimon, los pequeños momentos como ese…
ポケットakira, mil gracias!
Cris, gracias Cris!! por cierto que recibí la publicación y el chocolate!!!! eres un sol!
感動しました・・・ありがとう・・・
Sabes como le daría las gracias si no te atreves a hablarle: Le dejaría una nota agradeciendo sus animales.
Así sabría que a alguien le gusta su trabajo
Como molan esas cosas…
Pero no me refiero a lo de los… que ahora que recuerdo… que me devuelvan el verdadero Oskar, que al que yo conocía le replían (casi hasta en foto)
Bueno, que no me refiero a los bichos, aunque también molan…
A mí lo que me mola es la manera de actuar de la gente. Un señor se dedica a hacer «folia-flexia» y despues de su trabajo, lo deja en un banco para que la persona que vaya despues lo pueda contemplar (o incluso llevarse)
Qué preciosa historia! Que pasens cosas así hoy en día es hasta mágico, como un hada madrina que te deja regalos… yo también te animo a que hables con él, aunque por otra parte, quizás perdería algo el encanto…
Me ha gustado tanto tu historia que la voy a linkar en mi blog. ¿Me dejas? ¿Me dejas?
Una preciosa historia. Esa persona, la cual espero que algún día conozcas personalmente y te atrevas a intercambiar unas palabras, es fascinante.
Esas pequeñas obras de arte son tesoros. ¡No pierdas ningún insecto de hojas!
Pues si que es una bonita historia. Yo me animaría no se si a hablar con el,pero a deajrle algun detalle o algo para que sepa que hay alguien a quien le gusta lo que hace si. Ya me gustaria encontrarme algo asi un dia por estos lares.
PD Ya tengo la ikucamiseta que esperaba, pena de que no me hubiese tocado la promoción de kitkat de té verde pero muy contento de tenerla.
Preciosa historia, me ha encantado y alegrado el día
Y la pregunta es ¿Te llevaste estos también? ¿Y cuántos tienes ya?
Pon una foto de tu colección cuando puedas
Saludos
Eva
Nora, 言ってくれてありがとう
Almu, si le veo, le hablo y le doy las gracias personalmente!, ahora la cosa es que le vuelva a encontrar! Y si no, pues la nota, como tu dices!
Lupin, yo les odio, pero hombre, tanto como en foto… y estos no pican!. Justo has puesto lo que yo quería transmitir: un señor que sabe hacer estas cosas, y las hace a la hora de comer para entretenerse y después los deja allí.
Pata, no hace falta que pidas permiso!! lo único que cuando lo publiques me avises para leerlo, que me hará ilusión!
Sirius, pues ya he perdido dos… los dejé en la mesa de la oficina y me han desaparecido!! cagüen!, yo creo que al que le tocó turno de limpiar, los ha tirao a la basura!
Bruce W. , como le dije a Neki: un collar de macarrones!, jajaja. Espero que te quede bien la cami!
Eva, me alegro por ello, gracias por decírmelo!. Pues tenía cuatro con estos dos, pero como he puesto por ahí, dos me han desaparecido… pondré foto!
Lástima que no tenga tanto tiempo para visitar el blog a diario, porque me encuentro con historias estupendas y siempre me quedo el último en comentar.
Que bonita historia ^^ Sería interesante saber si esa manualidad tiene algún nombre y aprender a hacerla claro.
Ala! que historia más bonita jope. Parece que un hado te sigue con su barita y te hace ser capaz de ver y darte cuenta de esos pequeños detalles que pasan a tu alrededor y mucha gente no se daría ni cuenta.
Es precioso.
Me encantan esas cosas! así, con gente que no conoces de nada. Son las que hacen que «esto» sea especial. Pero también hay que saber verlo, es decir, que otra gente en la misma situación quizá no le prestase mucha atención. Me alegro que tú sí y así nos llegue a todos los que te leemos de vez en cuando