Lo mío y de nadie más

Hay momentos de ésos que están señalados en el calendario de la ilusión, que se repiten de vez en cuando y que uno espera que lleguen con ganas, casi fantaseando con revivirlos. Si miramos para dentro, seguro que cada uno de nosotros sabe en qué latidos está echando más leña el corazón haciéndonos vivir de más equilibrando esas otras veces en que se vive de pasada.

Aquí va otra de mis teorías de filósofo de prestado, la de la importancia de lo mío y de nadie más.

Pasa mucho tiempo entremedias dejamos que la almohada descanse. Días enteros con los que pelearse antes de volver a cerrar los ojos entre sábanas. El destino, o el atino al tomar decisiones, nos habrá colocado donde estamos ahora y, elegidas o no, habrá una serie de personas que forman parte de nuestras vidas. Estará la familia, nuestra pareja, nuestros amigos… y los secundarios, como la chica de la tienda de la esquina o el jefe de estación de cuya voz de pito no logramos olvidarnos. La gran mayoría del tiempo haremos lo que se supone que tenemos que hacer en cada caso y cogeremos el coche, o montaremos en un tren que nos llevará hasta la oficina donde los de siempre nos esperarán donde siempre para hacer más o menos lo de siempre.

Claro que habrá novedades, menuda vida sería si de vez en cuando no hubiese algo distinto. Se cambia de trabajo, de casa, de pareja… la situación, la vida cambia pero siempre se vuelve a estabilizar, a enrutinar. Yo diría que al final, muchos momentos del día, si no son la mayoría, nos son robados de alguna manera. Hacemos lo que tenemos que hacer, haya o no ilusión de por medio. Las horas de oficina, por ser mayoría, están arriba del todo en la lista y eso que a mi me encanta mi trabajo.

Después hay otro tipo de momentos, están esos en los que realmente hacemos lo que queremos, o lo que nos dejan, pero con la gran diferencia de que elegimos nosotros. Al día no suele haber muchos de éstos debido a que no queda tiempo libre, aunque yo siempre he sabido encontrarlos. Ahora mismo no me cuadraría un día en el que sólo hubiese trabajado, por ejemplo, e insisto en que me gusta mi trabajo (insisto, y no porque me lea mi jefe, que el hombre no sabe castellano). Y muchos momentos de este tiempo de descuento, serán compartidos con la familia, con la pareja o con los amigos. Una película, un paseo, unas cervezas con sabor a libertad que en compañía son mejores…

Dependiendo de lo afortunados que seamos, llegará un día en que compartiremos vida con otra persona y quizás hasta tengamos hijos. Nuestra rutina ya no será sólo nuestra, sino que será compartida con todos los demás: habrá momentos de felicidad que serán más felices por ser entre más de uno, habrá problemas y habrá muchos momentos sin demasiada relevancia.

Pues aquí va mi teoría: todos necesitamos algo que sea sólo nuestro y de nadie más. Algo que nos guste, que nos llene, que nos rete a nosotros mismos para que peleemos, en solitario, por superarnos de cuando en cuando, algo que nos identifique y que nos haga sentirnos más vivos, más nosotros. Porque creo firmemente que de otra manera la balanza no estará equilibrada y acabará cayendo del lado que no se suponía que debía caer, por muy bien que parezca que estaban las cosas.

O eso me parece a mí.

Y últimamente me lo parece más después de saber que mi ex-jefe ha vuelto a tocar el piano ahora que ha cerrado la empresa, o que una amiga ha vuelto a escribir cuentos para niños ahora que le han echado del trabajo después de diez años. Los dos ya han buscado un nuevo trabajo, pero también se han reencontrado con lo que la rutina les quitó y que ahora ha vuelto a ser suyo e, importante, de nadie más. Aunque en estos dos casos se haya tenido que desmoronar mucho de lo demás para provocar que mirasen a los ojos del que sale en sus espejos a ver que faltaba, o quizás había faltado siempre en realidad.

Pues sí, lo nuestro que es nuestro y debe ser sólo nuestro. Porque luego, a parte, está todo lo demás que puede ser felizmente maravilloso o un completo desastre, pero por si acaso ahí está esa constante de felicidad que hará de múltiplo de lo bueno y de divisor de lo malo en la ecuación del paso de los años en los que la otra constante siempre es la del tiempo, y a esa no hay manera de contrarestarla.

O no, véte a saber… pero mira, el caso es que a mi me viene funcionando desde no sé cuando y me acabo de dar cuenta ahora que no podría tolerar que nada ni nadie me lo quitase porque me convertiría en una versión de mí mismo partida por la mitad. Y lo sé porque ya ha pasado.

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17 comentarios en “Lo mío y de nadie más

  1. Totalmente de acuerdo ! Todos necesitamos nuestro espacio personal y algo interno que nos invite a la autosuperación… y no debemos dejar que la rutina lo mate, aunque a veces ni nos demos cuenta… pero para eso estás tú para recordarnoslo…
    :gambiters:

  2. Hey como hilas de fino chato!!! me das en el clavo totalmente, yo lo mio es pareceido a lo tuyo y ya sabes que si te falta te ves icompleto. He tenidp rachas de dos o tres años que por las dichosas consultoras no podía entrenar y te encuentras cojo de un lado.
    Espero que esta manera de pensar nunca muera en nosotros porque creo a ciencia cierta que es la fuente de la eterna juventud.
    Yo me veo haciendo katas en la residencia, y tu?
    :gustico: :ungusto:

  3. Me ha gustado el post de hoy :ikugracias: . Es cierto que somos, en esencia, «animales de costumbres», pero tambien necesitamos/queremos/buscamos lo novedoso, lo inesperado. Ese espacio propio es, tambien, un lugar al que acudimos para escapar de todos los otros. Por desgracia o por suerte, tambien se que hay temas que hacen que todo lo demas desaparezca, espero que no te pase pero tambien los hay :( . A pesar de todo creo firmemente que de todas las crisis surge una oportunidad, como muy bien demuestras con lo sucedido a algunos de tus amigos.
    Ala pues! :bythesegao: .

  4. no me imagino una vida sin mi momento personal :? si no lo tuviese no podría sentirme yo, es lo que hacemos realmente con satisfaccion y por placer!!!
    Totalmente de acuerdo con tu filosofía, sobretodo en aquello de que siempre cambiará nuestra rutina, así ha sido y asi será.
    Saludos!.

    PD: que nadie piense en dobles sentidos con el principio de mi mensaje, gracias :roll:

  5. Sí, señor… Y añado… Creo que a veces la cuestión de que fracasen las parejas es que muchas se empeñan en compartir todo, siendo necesario, como bien has dicho, ese momento especial que es solamente nuestro…

  6. Completamente de acuerdo, no sé cuantas veces habré dicho lo mismo que tú, que todos necesitamos nuestra propia esfera personal, que no compartamos con nuestra pareja ni familia y Nacho tiene toda la razón del mundo, muchas parejas fracasan porque a fuerza de ir juntas a todas partes, a lo Pin y Pon, se acaban cansando el uno del otro.
    A mí me quitas mi natación, mis momentos con mis amigos (porque hay momentos para compartir con la pareja y los amigos y otros en los que necesitas una charla con tu amigo o amigos x a solas), mis escritos (que no pasan de relatos cortos o reflexiones), etc y me quitas más de media vida. :() :()

  7. Muy bueno el post. No siempre es fácil encontrar lo tuyo, lo que te llena, lo que es especial para ti. Pero cuando lo encuentras lo sabes, te hace sentir algo que lo notas. Otro problema es encontrarle tiempo. Como bien comentas, hoy en día con el trabajo, la familia y demás cosas no siempre se encuentra tiempo para dedicáselo a uno mismo. Tú tienes suerte de poder hacerlo y de disfrutar con ello.
    Un abrazo

  8. Así es, ese tiempo tan nuestro, nos da la vitalidad y la ilusión de seguir con la rutina diaria, que se hace menos rutina.. En mi caso, es díficil poder disfrutarla tanto como me gustaría, por la vida tan ajetreada que llevamos, pero el mero hecho de pensar en hacerla, por lo menos a mí, me motiva como para seguir intentando sacar tiempo de donde no hay…

    Como siempre, txabalote, :ungusto:
    Besitos

  9. :)

    Si, lo que es nuestro y de nadie más es lo mejor de nuestras vidas, y lo bueno de esto es que eso nuestro y de nadie más, cuanto más nuestro y aunténtico es, más cercano a nosotros es, resulta al final, lo mejor que podemos compartir con los demás…

    Me gustó tu post y gracias por compartirlo, me recordó aquella canción ‘In the waiting line’ de Zero 7.

  10. Tienes más razón que un santo!!! Todos necesitamos algo que sea solo nuestro, que nos guste y no llene. Me da envidia la gente que ya sabe lo que es y no como otr@s (entre l@s que me incluyo) que aun lo estamos buscando.

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