Estaba esperando al tren el otro día y de repente se pone delante de mi un tío vestido de gala, desde la pajarita hasta la chistera, que llevaba atadas por una cuerda dos tortugas de juguete con luces de colores ahí arrastrándolas por el suelo. El elemento al que intuyo que de pequeño no le pegaron lo suficiente, se montó en el tren asegurándose de que sus dos mascotas luminosas entraban también sin problema en el vagón. Yo diría que hasta les hablaba.
Me sorprendí, pero tampoco como se merecía la situación. Quiero decir que miré dos veces a las tortugas de juguete, se me escoró un poco el ciruelo hacia la derecha y después seguí a lo mío como si no acabase de ver al mayor tarado del universo coger sitio en el tren hablándole a dos putos moñecos roídos.
Y en ese momento me di cuenta de que tengo el culo pelao de ver movidas raras. Bueno, en realidad yo tengo el culo acolcher, que me siento encima de unas zapatillas de velcro y me las llevo colgando, pero este ojete-chewbacca-way-of-life será otro tema a tratar cuando llegue el momento oportuno que será jodido que llegue por otra parte.
Total, que me he puesto a pensar en las movidas raras con las que me he topado de un tiempo a esta parte, y me he acordado de la señora del restaurante de ramen.
Vamos ahí:
Una vez entré en un restaurante de ramen yo solo. Es raro: quiero decir que si estoy solo casi prefiero la mitad de las veces comprarme un onigiri o algo y seguir paseando por ahí, pero ese día llovía y hacía un frío del copón.
La camarera del restaurante, una señora más vieja que ni sé que seguramente cuando sale de los museos suena la alarma de robo de momias, se asustó al verme y me dijo que no aceptaban extranjeros. A mi estas cosas me la chuzan bastante; más que racismo normalmente es porque no entendemos japonés y es un engorro para todos, pero vamos, que a mi plim, yo voy a lo práctico: huye de ahí cuanto antes.
Total, que dije algo así como «anda pues» y me piré. En ese momento me llamó Chiaki por teléfono y estuve un rato largo ahí cascando al lado de la misma puerta que había una tienda con toldo y así no me mojaba este melón que Dios me dio en su infinita sabiduría y luego decidió descapotarlo por los lados en su infinita saladuría. El caso es que acabé de contar mentiras por teléfono y enfilaba ya hacia otro restaurante, cuando me encuentro a la señora corriendo detrás de mi que me coge del brazo y me hace una reverencia de un ángulo imposible quedándose ahí quieta mirándose los cordones. Yo no sabía si era la pausa para publicidad o que se había quedado moñeca allí mismo que parecía la pieza larga del tetris.
No tenía claro si pegarle una hostia o rezarle.
Estaba por irme cuando de repente revive, devuelve sus riñones a la posición habitual y sin mediar palabra me lleva al restaurante prácticamente a rastras tirándome del brazo para acabar sentándome una mesa donde había tres cuencos de ramen ya puestos humeando.
«Ramen one, ramen two, ramen three, which?» me dice más contenta que la hostia por haber solucionado su enorme problema. Anda coño, ahí lo vi claro y a la vez confirmé mi teoría de que el racismo es en realidad un sentimiento mendokusai de libro. La buena mujer se sentía horriblemente mal por haberme rechazado y como si le fuese la vida en ello decidió que su misión era que yo comiese ramen como había Dios.
Y lo comí, lo comí, además me regalaron un plataco de gyozas de esas que vienen pegadas con requemequeme que está más bueno que ni sé. Por supuesto contesté «one» en inglés para que no se le quedase cara de búho si le hablo en japonés ya que probablemente no lo asimilaría y a esa edad mejor no forzar lipotimias.
Salí de allí con la panza llena de sopica, un aliento a ajo que esa noche el cepillo de dientes se santiguaba nada más verme y el recuerdo de una señora de doscientos mil años disculpándose nivel he matado a tu madre.
Has mantenido la intriga hasta el «one, two….» Yo pensé que te había oído hablar en japonés!!!
Y al final que maja, era más por el problema del idioma más que por el hecho en sí de ser extranjero. Esta muy bien dónde tienen fotos o la comida artificial esa tan chula para saber que pedir . Cuando estuve en Tokyo, en los baños del antiguo edo que recomendabas, pedí casi al azar, no lo entendía todo. Y cuando la chica me dio el tazón con el ramen, me debió de ver la cara de «y exactamente como lo como?» Y me señaló con la mano que lo removiese todo junto y……todavía me acuerdo de lo rico que estaba!!!
Gracias por todas estas buenas historias!!!
Pues si, en este caso la tienda era pequeñica y no tenían platos de esos de plástico puestos, tampoco era muy céntrico el asunto, yo creo que no estaban muy acostumbrados a ver extranjeros o igual tuvieron alguna mala experiencia…
No es lo normal, lo normal es que se desvivan por atenderte!
Gracias a ti por leer y comentar siempre!!
Narrativa en modo descriptivo nivel Tosca: «no sabía si era la pausa para publicidad o que se había quedado moñeca allí mismo que parecía la pieza larga del tetris»
Jajaja, muy buena la historia y muy simpatica la moza. Seguro que se quedó ampliamente satisfecha con su buena obra.
Un saludo.
Pos bueno, fue un momento bastante jodido entrar en un restaurante y que te echen porque eres extranjero… pero mira, al final salió bien la cosa, juas
Lo curioso es que te fueras con un «anda pues»… Yo creo que le hubiera dicho en correcto japonés algo así como… «los extranjeros compramos los productos electrónicos que Japón fabrica» o… «Ya encontraré alguna señora más amable que me sirva Ramen… » algo asíN.
Tela tu primera frase, juas!
Ná, ni me dejó abrir la boca, así que yo pasé de líos y me piré
Qué bueno sería si algunas personas entendieran como tú ese «mendokusai racismo japonés»
Un abrazo, familia
Hombre me tendrás que reconocer que normal no es que te echen de un sitio nada más entrar… lo normal es que al menos intenten comunicarse contigo, no?
Has visto este vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=oLt5qSm9U80
Por otro lado ¿no crees que ya va siendo hora de que te hagas youtuber? Igual es mi sensación pero me da que los blogs se están quedando prehistóricos… no sé.. es mi sensación…
Ondo izan!!
Lo vi hace tiempo y no me pareció real, sí que es cierto que lo normal es que le hablen al asiático de primeras pero si hablas en japonés lo normal es que te hablen en japonés sin problema… en mi caso es que me echó del sitio sin siquiera dejarme decir ni mú!
Lo de YouTuber lo he pensado pero hay que tener tiempo y sitio pa ponerse a grabar y editar vídeo y ahora con Kota es imposible…
La verdad es que al final da pena la pobre mujer pero he de reconocer que cuando te dicen only Japan te da una rabia del 15 y te piras en plan o me voy o la lío parda. Y que conste que sólo me pasó una vez, pero si llego a saber japonés le dejo fino xD ( recalcar que el sitio tenía platos de éstos falsos, así que el pedir algo no hubiese sido complicado pero el hombre vió que ibamos a la puerta y salió corriendo a decir que nanai ). En fins lo bonito de la historia es el hombre con sus rana pelucheras xD
Hombre, ya digo que no suele pasar, pero si que es un momento jodido…
Buen post, entretenido y bonito!!! y no lo digo por el mono de llevarte tiempo sin leer
jeje, gracias!
Sí, al parecer ser extranjero tiene sus pegas entre los ojirazgados. Siempre me hacen gracia tus entradas.
Saludos.
«ojirazgados»… atiende….
Se ve que les sobra la pasta a estos japos…
Yo desde luego no rechazaría a un cliente aunque mi nivel de inglés sea albaceteño
«japos»… menuda palabreja…
Acabo de caer en que puede ser ofensiva, la usaba para acortar »japoneses»
Mis disculpas, no llevaba mala intención! :cry:
Sin problema!!
Menuda crack la señora del ramen.
Yo ante ese tipo de situaciones me guío por una noma muy sencilla: «Yo no voy a obligarte a ganar dinero». ¿Que no quieres atenderme o te la suda venderme lo que estes vendiendo?… Sin problemas, como clientes que somos nuestro voto es nuestra cartera y ya está
Por cierto, seguro que como gaijinaco las has visto de todos los colores, así que tal vez estaría bien un Top 5 de momentazos como este.
Un placer leerte, como siempre.
No estaría mal, no, alguna historia hay!
Le hubiera soltado MAGI-DE?! indignado y me hubiera largado. deadlock en el cerebro de la señora mayor xD
Imagino que me hubiera hecho sentar de nuevo y me hubiera servido…
Ba, estaba con tal cara de pánico que prácticamente lo mejor que se podía hacer era pirarse de allí, además que no sabes si es porque no te entienden, como se pensó que fue el caso, o fue porque simplemente odiaba a los extranjeros, que también hay…
¿El cliente tiene siempre la razón aunque no le entienda? Yo creo que la señora, se dio cuenta de lo brusca que había sido y salió corriendo a remediarlo.
Muy normal no fue, no…
pero luego arregló la situación a su manera, jaja
Pues eso, más vale ramen en mano que cien volando
Con 13 entradas en un año (o 14 porque hay una del 10 de junio de 2015) yo le cambiaba el título a Walking dead blog pero ya, la hostia. (Críticas con mala baba de ayer y de hoy patrocinan esta tocadura de huevamen) …pero con cariño
Me iba a pasar a leer tu blog, pero ¡¡ oh wait !!
Sin problema. Mensaje mal recibido. Que yo tenga o no blog no es relevante. Que te aprecio ya he dejado constancias anteriores. Que lo que pueda decir o dejar de decir sobre tu blog y tu vida en general también se que no te importa un carajo (como debe ser, por cierto). Y que mi mensaje es porque me da rabia que alguien que disfruta narrando sus vivencias como es tu caso…pues por eso el mensaje. Las hostias que me quieras dar serán bien recibidas. Tus silencios también. Que deberías seguir escribiendo ya sea aquí o en tu intimidad (que igual es el caso y me he pasao de listo tal cual) pues ese era el meneo del mensaje.
Que la verdad es que esto de las redes parece que nos da derecho sobre los demás y no es eso. Bueno, me lío y no pinto na, como ya he dicho. Siento y te pido perdón por mi mensaje y no lo siento y no tengo porqué pedirte perdón a la vez. Espero que me entiendas.
P.D: sentí lo de tu padre cuando lo deduje en su momento. Ahora te digo que ánimo y que él ahora eres más tú, ahora que eres padre.
Ja, ja, ja . . . que majicas son las señoras mayores japonesas.
Yo tampoco creo que haya un gran racismo en Japón, aunque por lo que me ha tocado, a veces, prefieren esquivarte a complicarse.