Aunque parezca mentira, yo de Japón en general y de Tokyo en particular no tenía nizorrer cuando me dieron la beca aquella del Gobierno Vasco para que me viniese seis meses a tratar de ayudar al amigo Takeshi a entenderse con los de Gasteiz. Pero es que nizorrer nizorrer.
No creo que les ayudase mucho, por cierto, porque me pasé el otro día de visita por la oficina y aquello estaba más desierto que el spotify de un sordo.
El caso es que eso creo que fue algo bueno, lo de no saber ni paparraca del lugar, porque las sorpresas venían una detrás de otra, ya os podéis imaginar: seis meses con casi todo pagado y más tiempo libre que el solarium de Iniesta… tu me dirás cuando me veré en otra como aquella.
En una de esas de pasear sin saber muy bien para donde, apareció un barco por allí por el medio que parecía una nave espacial, un cacharraco que molaba mucho ver y que seguro que molará mucho más montarse (no se ha dado, no se ha dado, que ando más agobiado que el dietista de mi jefe el chubi, pero todo se andará).
El bicho en cuestión se llama «Himiko» en honor a la reina de homónimo nombre (sudada aquí: homónimo!! jodé que palabracaaaa) que por lo visto fue la primera reina reconocida de la historia japonesa, y está diseñado, ojo, por un tal Leiji Matsumoto que es un dibujante de cómics japonés.
Vamos, que le dejaron a un creador de historias de ciencia-ficción como la de la peli de Battleship Yamato, que dibujase un barco siguiendo su propio criterio, y este buen señor se cascó semejante alarde de cachivache. Él dice que tratando de emular la imagen de una lágrima, habría que ver cómo llora aquí Matías porque tu me dirás luego cuando veas las fotos.
El barcobús va y viene de Asakusa a Odaiba y no es raro que
se deje ver en algún rincón del cuadro pintado entre olas de mentira sobre el horizonte de rascacielos imposibles en el que se entreteje la realidad Tokyota.
(Toma ya! tiembla Neruda!)
Si cualquier día le saliesen un par de alas y despegase, no te creas tu que me llevaría las manos a la cabeza tampoco.
A ver si lo veis en todas las fotos:
Coño, yo creo que ese cacharro lo vi al ir desde Asakusa a la Sky Tree… Eso o algo muy parecido porque dije «quién cojones ha diseñado ese trasto que parece que vaya a salir volando en cualquier momento?».
Menuda nave espacial JOOODO
Por cierto en la ultima foto me ha costado verlo, pero al final lo he visto
Leches… Eso lo pones al lado del Enterprise con el Capitan Kirk y tampoco noto la diferencia… Le faltan un par de cylones dentro y a jugar a Galactica… Mae mia estos japos…
Vaya bicharraco más sicodélico!! Una lágrima? Menos mal que no ha tomado la inspiración en un pepino…
Parece un transformer!
Un besito
Molaaa….
Parece salido de una peli del «agente 007».
A mi me malaria darme un paseo a toda pastilla 8).
Qué cosa más horrenda de barco.
¡Ni aunque me paguen me monto yo ahí! …Espera; soy catalana, ¿no? Vale, retiro lo dicho
Vaya, si lo llego a saber intento hacer la ruta de Asakusa a Odaiba en ese trasto, que fui en barqueta cutre cuando podía haberme montado ahí, me cagüen…
En eso quiero montarme yo, que por algo la Arcadia es también un diseño de Leiji Matsumoto. Y este barquito es una de sus mayores MATSUMOTADAS!!!
Es una de las cosas que me quedó por hacer en Tokyo (una de muchas), montarme en el artefacto este y visitar Odaiba. Espero hacerlo la próxima vez
Qué buenas fotos las de Od:ahivalaotia:
Od
(que no ha salido bien).
Mola eso de no tener nizorrer de una ciudad, cuantas más sorpresas mejor. Esta del himiko sí que lo había leído en alguna guía, lo del barco digo, porque del nombre ni idea.
Yo quiero ser un himiko boy
Y la de tiempo que tienen que pasarse limpiando cristales…

Igual tiene un montón de años pero menuda pinta de futurista que tiene. Casi parece hasta que no flota
Me gusta mucho tu blog!
Felices fiestas : )