De como Kota llegó para quedarse (4 y fin)

Si la noche anterior fue un flashback continuo, aquella noche fue al revés: no recuerdo los momentos en los que dormí, si es que lo hice. Chiaki no hacía más que dar paseos por la habitación, parándose cuando tocaban las contracciones fuertes que se pasaban en poco tiempo, pero que tenían pinta ya de doler muchísimo. Yo le daba masajes en la espalda, como me había enseñado la impasible sin sonreír en ningún momento, y cuando se le pasaba volvía ella al paseo y yo al sofá.

Así hasta que ya por fin por la mañana nos llevaron de nuevo a… la sala….

Yo pensaba que la cosa iba a ir rápido, pero no fue así. En el purgatorio estuvimos cuatro horas en total en las que Chiaki era, en esta ocasión, de las que más dolores tenía ya asustando, supongo, a las que acabasen de llegar como nos pasó a nosotros el día anterior. La revoluciones venía, a toda hostia, de vez en cuando a mirar el papel lleno de rayas en el que se veían las pulsaciones de Kota y la intensidad de las contracciones de Chiaki. Si me hubiesen enchufado ese chisme a mi, seguro que hubiesen salido también los Pirineos porque aquello me tenía a mi en un sinvivir.

La vírgen.

La madre de Chiaki se vino allá por el mediodía, lo que me permitió distraerme un poco haciendo viajes a la máquina expendedora a por zumos o tés. He de decir que es ver una cajica de zumo de moras como la de esa máquina y todavía me pongo nervioso… Mi suegra le hablaba a su hija, pero su hija ni contestaba. Estaba sentada en una especie de cómoda balancín que le hacía estar inclinada hacia delante, lo que, por lo visto, era bueno para la situación en la que nos encontrábamos. Entonces vino el médico y se la llevó, como pudo, a una sala que había al lado. Yo me quedé solo con mi suegra. Ese fue uno de los momentos más emotivos, con el permiso del nacimiento de Kota, de esos días. A mi suegra, supongo que por la emoción del momento, le dio por decirme un montón de cosas bonicas sobre que me hubiese casado con su hija y lo que significaba para ella tener un nieto y que fuese conmigo y…. me dijo un montón de cosas que nos tuvo a los dos llorando un rato largo. Nunca se me olvidarán sus palabras… muchas gracias Tokuko, de corazón, como bien sabes.

Cuando volvió Chiaki y nos vio llorando se empezó a reír. ¿Qué está pasando aquí? alcanzó a decir justo antes de que una contracción acallase del todo su voz. Y ahí fue cuando el médico volvió, de nuevo, y dijo que se la llevaba otra vez a la sala, que era mejor por no sé qué razón que no entendí. Lo que si supe cuando volvió es que había roto aguas ya y que el parto era inminente. Que si quería estar presente, me dijeron. Por supuesto, dije yo millones de veces muerto de miedo mientras se la llevaban en silla de ruedas.

Entré en el quirófano un rato después que ella con una bata de esas que se atan por detrás y un gorro para el pelo. Ella estaba en una camilla iluminada por unos focos enormes que, sin embargo, no alcanzaban a deslumbrar. A mi me subieron en un taburete que quedaba en la cabecera de manera que la veía del revés pero no lo que estaba pasando por ahí debajo porque una sábana hacía de telón.

Bendita sábana.

Entonces empezó a empujar ya con cada contracción. Yo le secaba el sudor y le alcanzaba la botella de té verde a la que le habíamos puesto una pajita para poder beber mejor. Se me ocurrió la broma de que parecía el entrenador de Rocky Balboa ahí con la toallita y que solo faltaba el cubo para que escupiera, y tuve la absurda idea de contársela a ella que no le hizo, por supuesto, ni un poco así de gracia. Me quedé calladito unas cuantas contracciones más. Básicamente el proceso se repetía: ella empujaba, la enfermera decía que ya se le veía la cabeza, pero no acababa de salir. Tampoco te creas que a la enfermera aquella parecía importarle mucho el asunto.

Después de una hora y media así, decidieron que era mejor un descanso y le pusieron una inyección para parar las contracciones un poco. Yo me moría de pena por ver a mi mujer pasándolo tan tan mal y en ese momento empecé a pensar que igual le tenían que hacer la cesárea porque Kota no parecía tenerlo fácil para salir.

Entonces llegó la revoluciones y fue acojonante. Cual señor Lobo, llegó a toda hostia, apartó a la enfermera aquella que tenía la mitad de sangre y se puso los dos guantes de látex. Mientras se echaba un chorro de yodo en uno de ellos, ojeaba el asunto y dijo un «Wakarimashita», «ah, vale, ya lo entiendo». Acto seguido empezó a decirle un montón de cosas a Chiaki en japonés que no tengo yo muy claro que las hubiese entendido ni ella: a mi me parecía que era Ozores con bata el que hablaba. Después pegó cuatro gritos a las enfermeras que había por allí al lado: tu llama al doctor no se quién, tu alcánzame no se cual, tu llama a no se qué enfermera y tu apaga eso de los latidos que me está volviendo loca («¿más? pensé yo, por Dios que alguien lo apague o sale volando). En aquella situación, la revoluciones causó el efecto contrario: en vez de poner nervioso a todo Cristo, nosotros nos sentimos tremendamente arropados por ver que alguien en la sala parecía saberse lo que se hacía.

Llegó el médico que había pedido que se puso a los mandos inmediatamente y llegó la enfermera que había pedido, que resultó ser una tía más bruta que un bocadillo de bellotas con cecina. El médico, por orden de la revoluciones, cortó por allí abajo. La aldeana con gorro de enfermera se subió de rodillas en la camilla y apoyó todo su peso en la tripa de Chiaki que a su vez empujó más que nunca hasta que, de repente, Kota apareció ante nosotros de color morado. Chiaki no dejaba de apretarme el brazo con la mayor fuerza que le he sabido nunca mientras los dos llorábamos al unísono. «Ya está» decía yo en perfecto castellano, «ya está Chiaki, gracias gracias gracias» y seguía llorando aunque lo que yo quería era ver llorar a mi hijo porque, como en las películas, uno cree que hasta que no llora no sabes que está bien.

Y lloró, vaya si lloró…

La revoluciones, que no podía parar en ningún momento, limpió a Kota en dos o tres décimas de segundo y ya lo tenía Chiaki puesto en su pecho. Después me dejaron cogerle en brazos y recuerdo que estaba completamente sereno y me miraba, aunque por lo visto no veía todavía, y que estornudó. Y luego la bocata bellotas se lo llevó a una pequeña incubadora que había allí para hacerle todo tipo de animaladas como meterle un tubo por la garganta y por la nariz para aspirar la sangre que quedase. No entiendo de partos, pero me dieron ganas de decirle cuatro cosas porque aunque sé que era necesario y por el bien de Kota, me pareció que hacía todo sin ninguna delicadeza, ¡menudos meneos le metía la vacaburra!.

Total, que a Kota se lo llevaron y nosotros nos quedamos un rato más con el médico que se aseguraba de que Chiaki estuviese bien. Yo la veía y estaba exhausta, pero había recuperado la sonrisa y con ella yo a mi Chiaki y de propina me llevo a su hijo que también es mío.

Kota, en efecto, ya había llegado.

¡Eh! ¡y para quedarse!, total, ya que estaba… とりあえず。。。


63 comentarios en “De como Kota llegó para quedarse (4 y fin)

  1. Menudo parto épico, Chiaki es una campeona y tú un valiente tratando de no perder la compostura con la teniente Onil…hahaha.
    Me he emocionado cuando lo de tu suegra (me puedo imaginar cómo te sentiste :) :gustico: ) y , por supuesto, cuando nació Kotiña, qué bonito que es el condenado!

    Un besazo a los tres.

  2. Vaya momento emotivo cuando finalmente salió y lo tuvieron en sus brazos, un mar de sensaciones. Me alegro que saliese todo bien a pesar de que la espera se haya hecho larga. Y ahora toca disfrutar de él, ya se ve en las fotos :) :ikukeke:

  3. Cuanto amor hacia Chiaki y Kota en tus palabras! Vaya nino deseado por parte de los dos. Ojala hubiera mas padres como vosotros. Pobre Chiaki la que tuvo que pasar. Y pobre tu tambien por todos esos nervios. Ole por tu suegra. Se nota que se da cuenta de como eres. Tienes un nene HERMOSO. Esta para comerselo, nam nam! Gracias por compartir este momento magico de la llegada de Kota.

    1. Jajajaja hombre, digo yo que la mayoría de los padres estarán esperando con ilusión la llegada de su hijo, ¿no?
      :ikurruku:

      Mi suegra muy maja, si que supo sorprenderme, si…

      Gracias por lo de Kota!! es guapo, eh!?!? jejeje
      :ikukuko:

  4. Nos has tenido enganchados a tus relatos del parto!! Emocionados y riendo a la vez ;)

    Se os ve muy bien!!! Enhorabuena ;)

    Por cierto, lo de la «bocadillo de bellota» también lo hacen aquí jeje madre mía, que se te suba una tía así encima… O.O pero en fin, todo sea por que acabe bien el tema ^_^

    1. Jajaja, me alegro me alegro, ya siento haberos tenido esperando!!

      Igual es que los padres también estamos muy sensibles con los recién nacidos y las enfermeras están hartas de tratar con ellos… pero aún así…. la madre que la fue a parir!!
      :espabilacopon:

  5. Bueno, sólo 4 post, pero lo hemos conseguido!!!!!! Supongo que a vosotros se os habrá hecho un poquitín más largo.

    Eres todo sensibilidad, qué hombre :ikullorer: :ikullorer: :ikullorer: :ikullorer:

    Os lo dirá todo el mundo, pero vaya mofletes que tiene ese niño, será por las bellotas :D

  6. Por fin el desenlace. Aunque todos sabíamos cómo acababa esta película en la que el mayordomo no es el asesino, sino que tiene un final mucho más feliz. Aunque bueno, igual no ha terminado la película todavía. Simplemente ha sido él primer capítulo de la serie de la vida de Kota. Que espero que sea lo más feliz posible. Por lo menos, con los padres que tiene, estoy seguro que lo intentarán con todas sus fuerzas.
    Me ha gustado mucho.

  7. Te veo en unos treinta o cuarenta años hablando de «la revoluciones» como tal mismo ahora…igual con los nietos, jejeje.

    Que grande es ese tipo de personas que hacen que todo funcione, ¿verdad? :amosahi:

    (todavía me quito una lagrimilla, es que emocionas ¡coño!)

    1. ¡¡En serio en serio!!, la tía pone nervioso al mismísimo hombre Micro Machines, pero jodé si se sabía lo que se hacía… ¡¡ menos mal que vino !!

      :ungusto:

  8. Que de lagrimillas según iba leyendo.
    Ese momento con tu suegra tuvo que ser muy muy emotivo y lo que te debió ayudar al no tener a nadie de tu familia allí contigo. Pienso en tu madre…debe de ser duro no poder estar en esos momentos y no poder tocar a esa criaturita.
    Chiaki fue muy valiente, una campeona.
    Al final la «revoluciones» hizo muy bien su trabajo, aunque las apariencias pudiera dar a pensar que no, y la bocata bellotas también, que eso de subirse encima ayuda tanto a la hora de nacer el niño como a la hora de expulsar la placenta.

    Como siempre haces que lo que escribes me lleve a vivirlo como si estuviera dentro de esa historia, pero sin ser protagonista ( no sé si me explico). Un placer leerte como siempre.

    Besicosss a los tres!!

    PD. Me dan ganas de ponerle unos calcetines o patucos a Kota cuando lo veo sin ellos en las fotos. ¿ Sera que me da la sensación de que se le enfrían?

    1. Si que fue emotivo, si… desde el principio hasta el final. Lo de mi suegra fue una gozada escucharlo, menuda situación además…

      Que no esté aquí mi familia fue duro entonces y lo sigue siendo ahora, me parece mentira que Kota todavía no les haya conocido, me duele en el alma… pero en fin, es lo que hay.

      La revoluciones si que hizo muy bien su trabajo, si, nos alegramos en el alma que viniese al final porque aquello no parecía que fuese a seguir adelante de ninguna de las maneras porque la otra enfermera que estaba era una sinsorga.

      Jajaja, ya le ponemos calcetines ya, no te preocupes, jajaja

      Besicos!
      :ikukuko:

  9. Menuda epopeya! la verdad es que «la sala» no la veo tampoco muy lógica… supongo que sus razones tendrán… igual es que se sincronizan mas como los animales? ( y que no ofenda esto a nadie!! XD k es por buscar alguna razón! ).
    La verdad que Chiaki lo hizo estoicamente… con el tema de no ponerse la epidural ni querer adelantar el parto ( porque madre mía si duro!! ).
    En fins que nos queda claro que eso ya pasó y que cada día andas babeando con Kota :p.

    P.D. como está Kota de grande con la oveja redonda? XD Es nuestra única medida de referencia fiable :D

    1. Yo no le pillo el asunto a la sala… igual es que es la única manera porque el hospital no tiene otra infraestructura? vamos, que lo hicieron pensando que igual no se juntaban muchas embarazadas a la vez y al final se les fue la cosa de las manos!?!?! yo que sé!

      Chiaki se portó como la campeona que es, ni más ni menos!!

      Jajaja, es verdad! la ovejoreferencia!! a ver si le saco otra foto que ahora no tengo yo muy claro quien ganaría!!
      :gustico:

  10. Que bonito!…gracias por el relato, que si duda a las que somos madres, nos trae muchos recuerdos. … y sobre la «brutalidad» de las enfermeras, creo que es igual en todás partes, aunque a ellas no les parece (perdón señoras enfermeras).Pues aqui para bañarlos, los cogen con UNA mano y los pasan por debajo del grifo, como si fueran una lechuga!!. Muerta me quedé… :fliper:

    1. Jodé, pues no me parece nada bien!! coño, está bien que sea su trabajo y que estén hasta el ojetier de tratar con bebés, pero un poco de sensibilidad, por favor!!

      Ahora que aquí no eran todas iguales, ni mucho menos, ¿eh?, solo aquella animal, el resto eran encantadoras!!

      :ikurruku:

  11. ¡¡Es guapísimo!! ¡Qué preciosidad de bebé! :ikukeke: :gusteresque:

    Soy una de tus lectores en la sombra pero ante estas grandes cosas hay que salir a la luz. Me alegro muchísimo por los dos. Ser padre es una gran aventura y estoy segura de que la estás disfrutando con intensidad. :gustico:

    Un abrazo.

  12. Zorionak!, enhorabuena, nuevamente.
    Qué tensión narrativa, chacho, menos mal que el desenlace ha sido tan bonito como Kota. Leyendo el pasaje de tu suegra, «madre adoptiva en japones», me han salido dos lagrimones, ay, ay, ay…que bonico (oso polita).
    Por cierto, que mofletes tiene el churumbel, tienes un Perurena en ciernes, esta potxolisimo. Gracias a dios se parece más a la madre, je, je, je… :ikurruku: :ikurruku:

  13. ¡UAAAAAAAH! ¡Madre mía y qué barbaridad!
    Sin duda toda una aventura y una experiencia MARAVILLOSA, aún con sus momentos de estrés y todo… Qué maravilla, cuánta envidia despiertas.
    Qué afortunados sois, qué afortunado es Kota.
    ¡Bienvenido de nuevo!

  14. Por fin asomó la cabezita….
    Qué momento más feliz y «tenso» a la vez, Óskar. Qué bonito lo de tu suegra, y que suerte poder contar con ella..
    Qué grande la «revoluciones», gente que sabe lo que se hace.. :parriba
    Enhorabuena familia!!
    Vaya potxalada que es Kota!! Dale un mordisquito a mi «sobri» de mi parte!! :ikurruke: Qué guapo, leñe!!! y un besazo para vosotros!!!
    Qué disfrutéis!!!! :ungusto:

  15. Ese momento suegra ¡qué bonicoooo!. :ikullorer: :malico:
    Mira, si al final la revoluciones, ha resultado ser la mejor. :yahaaa:
    :ikukin: Kota preguntándose «¿pero qué hago yo aquí?, con lo a gustito que estaba flotando áhí dentro!» :ikukeke:

  16. Madre mia, Chiaki es toda una campeona, menudo parto tuvo la pobre!!! Aunque con verle la carita a Kota se le tuvieron que pasar los males..teneis un bebé precioso, es para comerselo!!
    Además tiene la suerte de tener unos padrazo como vosotros, disfrutadlo mucho!

    1. Pero campeona campeona!!!!
      A Chiaki se le han olvidado todas las contracciones ya, bueno, desde el momento en que ya nació y le vimos la cara… ahora no se separa de él para ná!!

      :ikurruku:

  17. Gracias por tan hermosa historia de la vida real!!! Cuanto amor cuanta dulzura se puede sentir en tus palabras, disfruta a tu bebe que te aseguro crecen mas rapido de lo uno se puede imaginar, y siempre siempre conserva ese amor que tienes por Chiaki !!!

  18. Pues acabo de terminar de leer tu blog. Si, lees bien, me lo he leído desde la primera pagina hasta la ultima.

    Voy a ir a Japón y buscando información di con el hace 3 o 4 semanas. He hecho un poco de trampa, hay entradas que directamente he pasado de ellas, las menos, o que simplemente he visto las fotos, que sin ser yo tampoco un experto, me han gustado.

    No soy yo de escribir comentarios :regulero: pero quiero decirte cuatro cosillas:

    Empece buscando información para un viaje y antes de darme cuenta estaba metido hasta el cuello en la vida de un tipo que no conozco.

    Dice el Loco «Un hombre puede llorar si una lagrima un fuego puede apagar». Yo no lloro, pero he sentido congoja hoy, con tus lagrimas de ayer, cercanía con gente a miles de kilómetros a través de tus historias, me he reído con las definiciones de tus protagonistas, motes puestos con esa dosis a partes iguales entre comprensión y resignación.

    Eres un valiente. Hay que tener valor para mostrarse vulnerable, sensible, solo. He aprendido cosas leyéndote del tirón que ya mismo estoy aplicando. Realmente hay pocas cosas en la vida que merezcan la pena, y algunos nos las perdemos por despistarnos con tonterÍas y sainetes.

    Hay mil cosas mas que quiero decirte y no me salen, en definitiva esto es un gracias, gracias por compartir tu experiencia conmigo, gracias por ser honesto, gracias por hacerme ver que la vida es mas agradable a poco que uno intente un poco que lo sea, gracias por hacerme ver que se puede ser feliz «ordenando» paraguas, gracias, en definitiva GRACIAS.

    P.D.- Yo no acercaría mucho Totoro a Kota, ese bicho tiene mucho mundo y te va a torcer al niño… ;)

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