¿Qué no?
A ver que se le ha ocurrido al garramantas este ahora…
Yuka fue mi segunda profesora de japonés en Bilbao. Un día hablando de fútbol me comentó que un amigo suyo japonés era forofo 1000% del Athletic, y que tenía una página que actualizaba muy muy a menudo con las últimas noticias.
Me hizo ilusión y Yuka me pasó su email, así que le escribí preguntándole cómo podía saber desde Japón todo lo que ponía en la web. Él me contestó que todos los días lee la prensa oficial en versión web: Mundo Deportivo, Canal Athletic, Aupa Athletic… y lo más curioso es que no sabe ni jota de castellano.
Echadle un ojo a la página, porque es algo digno de ver:
Qué mundo este!!!
Casi por sorpresa, el jefe nos contó que habían contratado a un chico nuevo para el departamento de diseño. Y dicho y hecho, al de un par de semanas, empezó a venir un tío rubio, alto y con un gorro de un estilo entre medias entre Bob Marley y Eminem que salía a fumar cada hora y volvía con la cara roja frotándose las manos.
Su ojo derecho se desvíaba un poco para un lado, lo que le daba un toque de despistado aunque su manera de actuar denotaba todo lo contrario.
Desde el primer día no entendí ni jota de su inglés de Canadá, y como nuestras conversaciones se limitaban a yo diciendo «¿eh? ¿eh?», supongo que tratábamos de evitarnos mutuamente. Creo que esto es algo que ocurre muy a menudo con los japoneses, que les da pereza hablar con nosotros porque no nos vamos a entender, y mucha gente lo confunde con racismo (que tambien lo habrá).
Nos sorprendimos sabiendo que tenía sólo 22 años, porque, a parte de que físicamente aparentaba más, era callado, trabajador, comedido. Además, empezó a dar clases al resto del departamento de diseño, y ya sabemos que los profesores, por serlos, parecen más mayores.
El caso es que el jefe nos volvió a sorprender diciendo que no había pasado el periodo de prueba. La única razón que nos dió, aunque no tenía porqué hacerlo, era que había visto cosas que no le habían gustado. En la empresa todos nos indignamos, después de tres meses de compartir el día a día, de ver que se esforzaba a la hora de enseñar a los demás, de ver algunos de sus trabajos, no nos parecía justo en absoluto.
Así que nos enfadamos, cual niños. Y durante un par de semanas hemos estado callados, serios, distantes. Todos menos el americanini que vive en su burbuja y no se entera, o no se quiere enterar, de la misa a la media (from the misa to the mediator, men). El jefe llegó incluso a hablar con algunos de nosotros en privado para preguntarnos qué nos pasaba y para justificar, una vez más, que era mejor no contratarle.
Por azares de la vida, esto ha coincidido en el tiempo con la llegada de un nuevo chico, pero esta vez al departamento de ventas. Con un sabor agridulce, el viernes pasado juntamos las fiestas de bienvenida/despedida en una sola, y nos fuimos a cenar con barra libre de comida y bebida, y después a jugar a los bolos.
El chico canadiense era componente del otro equipo. Y en su primera tirada, todos los bolos cayeron y a mi me dio por abuchearle en bromas. Su respuesta fue extender el dedo corazón y un «shut up» que me dejó más cortado que cuando el fundador de Google no encontraba las llaves de casa…
Le resté importancia, aunque para mi la tuvo, y seguimos a lo nuestro. Después de unas cuantas tiradas más, a mi me dio por descolgar un teléfono que había allí y dárselo al americano, el cual lo cogía y decía dos chorradas y colgaba. Era nuestra tontería particular, pero el canadiense no se pudo aguantar y se metió: «Ok, Oskar is an idiot». Yo respondí con un cortado «thank you so much», y me quedé callado todo el resto de la noche.
De toda esta historia he sacado dos conclusiones:
1- O yo me estoy haciendo viejo y me estoy avinagrando dándole importancia a lo que no lo tiene o quizás vivir en Japón, el país de las maneras, hace que cuando se pierdan, parezca que se pierdan el doble. El caso es que me afectó mucho más de lo que debería.
2- Toda la oficina se puso «en contra» de mi jefe, la verdadera víctima de esta historia. Ahora veo claro que seguro que tiene sus razones.
Arroyo, que anda jugando a despistar:
Aunque no te lo creas, el restaurante estaba en Punta Cana !!!
Al final, te saldrán viajeras las camisetas…
Y luego va Goyo que viaja más que una caja negra, y nos manda esto:
Esta vez en Montreal, Quebec, la principal zona francesa de Canadá, y donde aunque no os lo creáis hay reina… la de Inglaterra (yo no tenía ni la más remota idea).
¿Para cuando nos pasáis una foto con la Tokei?
Al primero que lo haga le regalamos una camiseta que no tenga!!!
Echando un ojo al buzón, el otro día me encontré una promoción de NTT Docomo para tratar de venderles a los padres móviles para sus hijitos del alma.
Lo que en un principio me pareció una giliflautez más, resulta que al final resultó ser bastante interesante. Así que aquí os pongo el resultado de mi investigación (previo paso por ikusuki traducciones):
1- Ande anda mi hijo
Resulta que junto con el móvil del chaval, a los padres se les da un mando a distancia conectado con el móvil. Si se quiere saber donde anda, se pulsa el botón y el móvil mete un bocinazo que los padres, si están por allí cerca, escucharán.
2- Tira de la cuerda si ves algo raro
Yo esto ya lo he visto en los chavalillos que van a la escuela. Resulta que el móvil tiene como una cuerdilla que si el niño ve que algo raro está pasando, tira de ahí y automáticamente se envía un mensaje a los móviles de los dos padres con un mapa de donde se ha activado y encima el móvil se pone a pegar bocinazos para ahuyentar a todo kiski con malas intenciones.
3- No preocuparse que resiste
El terminal está fabricado a prueba de agua, así que si al niño le da por jugar en un charco, no pasa ná que sigue funcionando.
4- Protección contra apagado
Como hoy en día está muy de moda Jack Bauer, al chaval le puede dar por apagar el móvil en plan «a mi no me rastrea ni mi champiñón padre». ¡Es igual!, en NTT seguro que hay una Chloe pensando en todo!. Se puede configurar el móvil para que mande un mensaje cada cierto tiempo con un mapa con la situación exacta, y esto funciona aunque el móvil esté apagado (o el chaval se piense que está burlando así los protocolos setiles).
5- Consulta por web
El servicio «Ima Doko» (ahora ¿donde?), incluye una página web donde se puede ver de forma gráfica la situación del terminal contratado, previo pago de no se qué tarifa. Por situación quiero decir que puedes ver un mapa con un chirimbolo de donde anda el chaval, no la batería que le queda al móvil!
6- Censurando
Los padres también tienen la oportunidad de bloquear el acceso a servicios o webs que no quieran que los chavales visiten, como esa de ikusuki de un colgao que vive en Tokyo y vende camisetas.
Al principio me parecieron tonterías, pero la verdad es que el tema del mapa puede ser muy útil y no hablo sólo de niños… ¿Que sus parece a vosotros? ¿Lo compraríais para tener a vuestros hijos gepeseados?
«Manner mode»… Esto de manner, lo podríamos traducir como «maneras» o «educación» y aquí en Japón se estila bastante que te enseñen a tenerlas mediante carteles. Por ejemplo, en el metro te piden que pongas el «manner mode» en el móvil, por la calle hay carteles que invitan a recoger los chocopremios que dejan tus perros en la acera…
En fin, delfín. Que hoy me he comprado una cajilla de caramelos, y venía con «Manner pocketto», que ikutraducido a mi bola sería «El bolsillo de la educación».
Aquí os echo las fotos, ya veréis que cosa:
En las cajas de chicles vienen una especie de minipostits que yo pensaba que eran chicles patrocinados por 3M o así, pero no! resulta que te vienen para que envuelvas los chicles y te los metas al bolsillo!
Cuando me acuerdo de las noches de verano en mi pueblo con el Pirri devorando pipas y dejando las torres gemelas echas con las cáscaras ahí en el suelo, me descojono vivo!.
Encima resulta que el barrendero de mi pueblo es mi tío, jajaja
El domingo pasado me di un paseo por Ginza. En estas que pasé por delante de la Apple Store, y en el escaparate tenían el nuevo Mac portátil, ese que es más fino que una loncha de jamón york.
Así que me acerqué, pero no me di cuenta de que el escaparate tenía una especie de doble cristal, y me pegué una ostia en toda la jeta que todavía me dura el huevo encima del ojo. El ostión se repartió un 70% en la frente, y un 30% en la nariz que se me puso roja como un tomate. El único consuelo que me quedó fue ver que un poco más a la izquierda había más babas en el cristal, así que no fui el único pardillo atontao paleto.
El caso es que acabo de venir de un bar de yakitoris en Ebisu con algunos compañeros de la empresa. De repente se ha oido un «bum» que ha retumbado en el lugar. Al mirar hacia atrás resulta que un japonés se había estampao contra la puerta de cristal al estilo MacToscano. Los de la empresa nos hemos descojonado a lágrima viva, pero nuestra sorpresa ha sido que nadie más se ha reído en todo el bar.
No se si será que los japoneses son así, o casualidad que los que estaban en el bar eran unos cortados… el caso es que hemos quedado de tontosalastres, pero ha sido inevitable!
El chinchón de la frente se ha resentido un poco… como solidarizándose con el estampao…
Si en el Instituto Cervantes me encontré un libro en el que se enseñaba castellano, pero bien enseñado, el otro día me encontré el equivalente para inglés:
Yo iba a ser menos que Earl, así que me he echo otra lista. En esta ocasión no se trata de las cosas que se que echaré de menos cuando vuelva de los Japones, sino cosas que extraño de mi vida de antes.
Me dejaré mil… pero bueno, aquí va mi primera entrega!
Ay ay ay que emoción más emocionativa!!!
Como siempre, disponibles en la web
Menos mal que no hemos cambiado la dirección, eh?. Imaginaos que ponemos esta!! chirimbolos.com!
Las de chica estarán disponibles muy pronto….
En segundo de BUP mi letra era un poco desviadilla, vamos que escribía como si le pinchas un lápiz al capitán garfío en el gancho. Así que mi profesora de literatura, la caracaballo, harta de tanto descifrar kanjis improvisaos, me «recomendó» que comprase una pluma para mejorar mi letra. Así que no me quedó más remedio que hacerle caso aquí a la equina, que tenía los dientes como fichas de dominó, y encima que siempre los tenía al sol, vamos, que se le superponían al labio inferior de por si. Que no es que tuviese los dientes grandes, es que le faltaba boca.
Bueno, a lo que iba, que me veno. El tema es que me acostumbré a escribir con pluma, y me la traje aquí. Pero lo que no sabía era lo chungo que resultaba comprar cartuchos, que se me acabaron y ya parecía google de tanto buscar. Así que me fui al Tokyu Hands, el Corte Inglés autóctono. Encontré los cartuchos en la planta sexta, pero como el ascensor tardaba un huevo , me puse a bajar por las escaleras planta por planta. De repente me topo con toda una planta decorada con corazones. «Ya estamos con San Valentín otra vez«, pensé enfrascao en mi mismo.
Ostias!
Ostias!
Esto no es bisutería, ni chorradas del pelo.
Es toda una planta llena de chocolate!!!!
Resulta que en Japón es tradición regalarse chocolate en este día.
Así que si los todos a 100 era lo más parecido a la felicidad que me había encontrado en Japan, el sábado me topé con el paraíso en la tierra. Toda una planta llena de mil tipos de chocolate, de mil formas y sabores, de mil tamaños. Lleno de chocolate. Todo.
Pero todo todo. Chocolate.
Jo que estoy hasta llorando.
Por cierto, que viendo las fechas en las que estamos, si todavía queréis regalarle una camiseta de Ikusuki a vuestra pareja, ya podéis espabilar, que si no lo hacéis antes del lunes, ya no llega a tiempo!!! Venga, que es fácil, pasaros por la web, dadle al botón de comprar y decidnos el nombre de vuestro amodcito del alma!
En el edificio de la oficina hay que pagar una cuota de unos 4€ al año por dejar la bici aparcada allí. Aquí el tema de las bicis es serio, porque hay tantas, que si no se controlase, habría una en cada baldosa de la acera!
Total, que como ha empezado el nuevo año, hay mucha gente a la que se le ha pasao apoquinar la cuota.
Pero el encargado del edificio no se anda con ostias:
Andaba yo preparando todo el fin de semana en torno al Setsubun, que Nora lo cuenta en condiciones, pero yo os lo resumo: el caso es que un tío se disfraza poniéndose una careta roja ahí y con una porra le da leña a la gente estilo los cabezudos, peeero se le tiran unas alubias secas gritándole «los diablos fuera! la suerte dentro!». Además, uno se supone que se zampa tantas alubias secas como años se tienen, y si eso, la suerte ya va viniendo el resto del año.
En fin, que la cosa prometía y hasta me había comprao el pack en el super de al lado. Pero resulta que abro la cortina para ver si me metía el niki por dentro de los calzoncillos o qué, y estaba cayendo una nevada de la ostia. Toooodo blanco y unos copos gordos que ni los de Kellocks!!!
Así que se cambió el plan de tirarle frutos secos al bicho rojo por sacar fotos a cascoporro del templo de al lado de casa donde se suponía que iba a ser el ritual apedreativo. Vamos, que cogí el paragüas, cuatro o cinco nikis de ikusuki uno encima de otro, la cámara, y me fui a Honmonji, que es el sitio más bonito que se me ocurría para ver nevado.
Y, aunque tenía los dedos que parecían palitos de Pescanova por lo congelao, saqué más fotos que el becario de CSI. Aquí van las pruebas, a ver si no os aburrís:
Normalmente se supone que aquí se arrejunta más gente que cuando abrieron el todo a cien de mi pueblo, pero claro, como estaba cayendo como para que Noé no saliese de casa, lo que había eran muchos preparativos, pero sólo cuatro locos como yo con la cámara de fotos. Ah! y policía, mucha mucha policía, mucha mucha(voz de Sabina aquí):
Y después me fui para Shibuya, pero claro, estamos hablando de todo asfalto, así que la nieve estaba en las esquinillas de las calles. Vamos, que nada que ver con Honmonji. Aunque tenía que ir para comprobarlo, claro.
La nevada más curiosa de mi vida. Hoy ya estaba todo derretido. Pero mira, aunque me quedé cadambanito, aunque hacía más frío que ni se, me hizo mucha ilusión ver nevando en Tokyo en condiciones!
Pues nada, que la primera vez que he cocinao una paella en mi vida fue el fin de semana pasao.
¿Tiene o no tiene huevos?
Jorge, Cosme, venga, que estáis deseando decir algo!!!
Era un verano en mi empresa anterior, donde la jornada intensiva duraba tres meses. Hacía calor y también mucho aburrimiento, así que Bea y yo decidimos hacer unas camisetas y tratar de venderlas por ahí.
Así empezó más o menos todo este lío que todavía sigue. Yo ahora vivo en Tokyo, pero gracias a Internet podemos seguir con ello. En esta ocasión ha sido un diseño mío el que habéis elegido, así que se lo pasé a Bea y ella le pegó el empujón a la rueda que acabará de girar muy pronto dejándonos a la Tokei en las baldas.
Os cuento esto porque hoy ha pasado una de esas cosas que me hacen ver que todo está mereciendo la pena. Y ha sido una tontería, pero es quizás la que ha colmado mi emocionómetro.
Resulta que en la oficina en la que estoy trabajando, todo el mundo sabe de las camisetas que diseñamos, y en estas que a Eri, una compañera, la llamaron para hacerle una entrevista para una revista sobre bicis. Me dijo que si quería, que ponía una pegatina de Iku en la mochila…
He salido en la tele con el jerol que mis santos padres han tenido a bien dejarme, he hablao en la radio con un acento que ni sabía que tenía, y hasta más de cinco mil personas me oyeron cantando en youtube (aunque luego borraron el video). Pero hoy, he visto el logotipo que Bea y yo diseñamos una tarde en Bilbao en una revista japonesa.
Y ha podido conmigo, aunque casi no se vea, aunque nadie repare en él.
Hola, mis fieles (y generalmente parcos en comentarios) amigos! ¿cómo va la cosa?. Mira que podría hablaros de soseces, eh? como lo de la Miss Japón esta que acaban de elegir, pero como para eso ya están los demás blogs, aquí vengo yo con las historias del tío Toscano. Aunque hoy tengo panorama, mira que está difícil el asunto… ¡¡a ver si soy capaz de contaros lo que es «Don Quijote» aquí en los Tokyos!!.
«Pues que va a ser, el flaco ese de la armadura». Pues no! listo, que eres el listo que tienes que dar el dato!! espabilao!! ale, quitad el cartel que ya tenemos al historiador!! si es que no te puedes estar callao!! Jordi Hurtado que eres un Jordi Hurtado!
Voy a intentar describirlo, aunque es el colmo de lo absurdo. Ya sé! Imaginaos una tienda enorme de dos o tres plantas cuyo logotipo es un pingüino con pijama. Pensad en un todo a cien de pasillos muy estrechos, multiplicad su tamaño por 20 y cambiadme los productos por de todo (porque literalmente hay de-todo). Y ponerle a esta cadena de tiendas el nombre de Don Quijote.
Ale, ya está!, no ha sido tan difícil!!. Es el típico sitio donde ir cuando no sabes qué hacer, te puedes tirar perfectamente dos horas dando vueltas entre calzoncillos, pijamas, disfraces, objetos eróticofestivosexualesmarranenses, comida, cacharros electrónicos, lavadoras, bicis… a que si? a que estáis flipando?
Ya véis, el sábado me aburrí bastante y me llevé la cámara de fotos…
Yo, como siempre, probando productos nuevos. Esto ya lo había visto yo en algún reportaje de esos de España Directo o así, pero que resulta que hay tés que se hacen con las hojas de los olivos.
No es normal, ojo, no vayáis a pensar que lo bebe aquí todo el mundo, que este no es un blog de esos sensacionalistas sobre Japón que tanto se estilan exagerando todo!. Es raro raro raro!!! tanto que sólo lo he encontrao en una tienda.