Érase que se era que la profesora del té nos invitó a su casa el sábado pasado para despedirme, así que el día anterior, como buen invitado docto en las artes culinarias freitiles,
¡Me curré una tortilla de patatas del copón!
Y allí que la llevé y nos pusimos todos como el Toshikiko, pero esto, oh amigos, es otro acontecido que otrora será narrado.
Andaba yo oteando el súpermercado con la cesta llena de huevos, patatas y cebollas cuando me encontré ahí un productaco digno de ser portada de la sección de la madre de Peneke:
A simple vista, parece un mejunje para hacerse ahí tortitas o algo
Pero, queridos lectores, dejadme que os cuente qué es exactamente este nuevo producto que hemos bautizado como
El pastaceites©Ikusuki Names
Al acabar de hacer la tortilla, la sartén quedó llena de aceitaco ahí todo guarro que no es menester tirar por el desagüe, y uno la verdad es que nunca sabe qué hacer con él porque en teoría se puede reciclar pero nunca se sabe dónde. O por lo menos yo no lo sé (seguro que Jonathan si).
Así que uno se compra un paquete de pastaceites, abre una de las bolsillas y echa el polvillo que viene en el aceite:
El aceite tiene que estar todavía caliente, a unos 40ºC (que digo yo… ¿cómo se mide esto? ¿se mete el termómetro rebozao dentro?)
Los polvillos se disuelven cual colacao y ya sólo queda esperar a verlas venir
Y en un cuarto de hora, aquello se vuelve sólido!! o mejor dicho, se pastaceita!!
Lo último que queda es coger con la mano la pastaceitez y tirarla a la bolsa de la basura…
¿Y tú? ¿Ya pastaceitas?