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Máquinas de bolas
Asustao vengo!, que cosa más curiosa!!!. Volvía en bici por la acera, y de repente veo lo que es una especie de control de la policía. Vamos, un par de policías puestos en la acera con una linterna parando de vez en cuando a los que íbamos estilo Periko Delgado.
En mi caso me han dicho que la luz que llevo, que es obligatoria por la noche, es muy débil, que ponga otra más fuerte (en realidad lo que pasa es que se han acabao las pilas y ni me he enterao).
Además, me han pedido los papeles de la bici. Ya os conté que te dan una documentación a la hora de comprarla y queda registrada a tu nombre. El caso es que los papeles los perdí junto con la cartera, y así se lo he dicho al poli, con lo que ha enchufao con la linterna a una pegata de la bici donde pone un número y ha llamado por el walkitalki ese molón a la central, ahí le han dicho mi nombre y al enseñarle el carnet de extranjero, me han dejado seguir dándome las gracias.
En esta ocasión, no me han hablado en portugués ni ha sido tan extraño como la otra vez, es más, han sido super majos.
Bueno, pero yo iba a contaros lo de las máquinas de bolas!!!! que cambio de tema más rápido que Dinio en el confesionario!!!
¿Os acordáis de las máquinas esas que había cuando eramos críos? Hablo de esas donde metías veinte duros, girabas una rueda que solía ser de hierro y salía una bola de plástico con alguna gilipoyez dentro. Me acuerdo que venían muñequillos de algo, y la verdad es que luego se dejaron de ver.
Pues máquinas de estas hay un huevo por Tokyo!!!! Yo alguna vez echo alguna monedilla para ver qué sale porque hay cada cosa que es que te partes!
La palma se la lleva ésta tienda de Odaiba, donde tenemos todo un rincón lleno de máquinas con bolondrios con sorpresa dentro. Hay gente que está super pirada con estas cosas y colecciona todo lo que sale!
Yo, que un poco jarto reconozco que estoy, tengo mi pequeña colección de gilichorreces provenientes de los susodichos aparatejos boliexpendedores:
Una razón para no fumar en la calle
Las máquinas limpia gafas
Aquí el servicio es de lo mejor que hay, en cualquier establecimiento te tratan siempre con muchísima educación y respeto. Sin ir más lejos, el otro día en el Izakaya que os conté no se que pasó que empezó a sonar una sirena, como si fuese la alarma de incendios. Se paró al de un minuto más o menos, pues bien, el camarero fue mesa por mesa pidiendo perdón por el jaleo (que tampoco fue tanto).
También me acuerdo del domingo pasado que me probé unos pantalones y me encontré al dependiente alineando mis zapatos en la entrada del probador (se entra descalzo), y no es porque molestasen, porque estaban en una esquina y por allí no podía pasar nadie.
Pero lo que yo os quería enseñar, aunque sólo tengo dos fotos, son las máquinas limpia gafas que hay en la puerta de las ópticas. Resumiendo: son unas máquinas con un líquido especial en el que sumerges las gafas, le das a un botón y eso hace algo parecido a un centrifugao, ¡¡¡y te deja los cristales que se puede leer hasta la letra pequeña de los préstamos bancarios!!!!
Para mi es el colmo de dar un buen servicio, porque al fin y al cabo en el resto de tiendas estás gastando tu dinero y les interesa que estés contento, pero es que éstas máquinas son gratis y encima ¡¡no tienes ni que entrar en el establecimiento!!!, están en la misma puerta, pero en la calle!
Anda mira!
Una tienda de equipamiento de Kendo!
Que pedazo de setón!!
Qué sencillo, pero que bonito a la vez!
Sólo se puede fumar aquí en la calle!
Estos si que saben!
Los monos de Nikko, pero en versión anuncio en el metro!
Menos mal que nos lo recomiendan!
¿Me lo como? ¿Le saco una foto? ¡Las dos cosas, en distinto orden!
La de botones que tiene mi lavadora!
Pidiendo por wi-fi
En mi oficina somos como el chiste ese: «están un americano, un francés, un japonés y un irlandés y va el americano y dice…». Y ya os conté que a pesar de ser tan diferentes, porque somos muuuuy diferentes, nos llevamos muy bien y funcionamos como equipo.
Además, nuestro jefe es lo bastante… digamos «normal» como para dejarnos hacer nuestro trabajo sin meterse. Cada cual es lo suficientemente maduro para hacer lo suyo, y eso hace que no nos importe quedarnos hasta tarde cuando es realmente necesario, o irnos antes si no hay trabajo que hacer y nos viene bien ese día.
Una de las aficiones favoritas de los japoneses es ir todos a tomar algo después del trabajo, y nosotros hemos tomado por costumbre hacerlo los jueves y/o viernes. No solemos ir todos, pero los que se quedan hasta tarde lo hacen. Yo los jueves no tengo Karate y suelo aprovechar para adelantar currelo todo lo posible, así que soy uno de los habituales.
Bueno, todo este rollo viene porque acabo de encontrar unas fotos del sitio al que solemos ir habitualmente. Es un Izakaya, un restaurante donde generalmente estás en una mesa aislada del resto, descalzo, y puedes ir pidiendo bebida y comida según vas. En este que os cuento, han puesto un sistema para pedir las cosas vía wifi. Tu tienes una pantalla táctil y vas eligiendo lo que quieres comer o beber, si al final pulsas en el botón de hacer pedido, te viene el camarero en cinco minutos con la bandeja.
Tal y como lo veo yo, son sitios diseñados para estar a gusto. Al estar aislado, uno puede hablar, tumbarse en el asiento (recordad que estamos descalzos), beber, cantar… sin que nadie te moleste. Ningún camarero va a decirte nada, a no ser que prendas fuego a las cortinas o algo así, y es curioso ver como los salary man, hombres trajeados, pierden los papeles a la segunda cerveza!!!
Y una de las mejores cosas es que no tienes que elegir el menú estrictamente al principio, sino que pides lo que quieres cuando quieres. No tienes que estar pendiente de nada, comes cuando te apetece, y si quieres más, pides más, y si no, te estás ahí toda la noche sin problemas. Sin lugar a dudas, creo que es un modelo de local que triunfaría en España. Lo apunto para mis futuros proyectos! Ikuizakaya!
Haciendo cola
Yo he hecho cola para muchas cosas en mi vida: para comprar una entrada, para entrar a un concierto, para subir a un barco con los de la tele, ¡hasta para subir al monte!
Pero creo que nunca en mi vida haría cola para comprarme un donut…
En Shinjuku, es un sitio famoso, y pases cuando pases, te lo encuentras así:
Y según volvía para casa, a mano derecha, me aparece aquí Michael Knight con su coche fantástico:
La policía de Tokyo
Yo, a parte de verles andar en bici y pedirme la documentación, no les veo hacer otra cosa que esto:
Todavía me acuerdo de mis viajes desde Zalla a Bilbao los sábados a la noche en la Feve… aquello no eran adolescentes, eran los gremlins en celo!
Así que visto lo grande que es Tokyo, los policías se han especializado en dar direcciones, y la foto que os he puesto es la imagen que tendré yo siempre de ellos.
Los minicoches
En Japón hay unos coches que son como versiones mini de coches reales. A ver si soy capaz de explicarlo, es como si cogemos una furgoneta de las de toda la vida y la metemos en una máquina que la deja a un 75% de su tamaño. ¿Qué saldría de la máquina esta del profesor Bacterio?, pues una furgonetilla que igual no sirve para llevar un frigorífico y una lavadora juntos, pero sí que permite hacerlo en dos viajes. No es mal concepto, eh campeón, tu que piensas?
Este concepto de coche existe aquí!!! Y tiene un par de razones de ser: son coches más baratos y se pagan menos impuestos. La manera de distinguirlos es obvia, pero si sois un poco tikismikis, os podéis fijar en que la matrícula es amarilla en vez de blanca.
Anda mira!
Lavadoras en la calle
Si tenemos en cuenta que este es uno de los países más seguros del mundo y que las casas son muy pequeñas, ¿porqué dejar que la lavadora ocupe sitio dentro?
Las sacamos fuera!!
Una gasolinera de Nakano
Carteles
Hace tiempo que se me había pasado la paranoia de las gokiburis (cucarachas). Resulta que en la oficina apareció una, que me negué a ver porque las tengo pánico, y las dos o tres semanas siguientes me parecía ver en todas las esquinas.
No es que me den asco, es que me dan pánico. Es algo psicológico, se que no me van a hacer nada, pero no puedo estar cerca de una, es algo superior a mi. Chillo, salto, corro, hago el ridiculo y no me importa con tal de estar lejos.
Pues mira tu por donde que acabo de encontrarme con algo parecido en casa. La diferencia es que era como muy pequeñita y de color rojo, así que me he armado de valor y de una zapatilla, y le he pegado un ostión que la he dejado tiritando. Eh! ni Braveheart! menudo valor!.
La cosa es que ahora tengo otra vez la paranoia… esta noche me parece a mi que me voy a despertar treinta y cinco o cuarenta y tres veces soñando con mis amigas.
Cagüen!
A lo que iba, ¿qué es eso? ah no, es una mosca. Ay madre.
En fin, que venía a enseñaros unas fotos que he sacado de carteles por ahí por la calle. Aquí son muy dados a incluir dibujos en los avisos, de manera que se consiguen dos objetivos: es muy fácil saber de qué se está hablando sin tener que leer el texto, y a la vez se suaviza un poco el mensaje en el caso de prohibiciones.
Hay millones más, pero aquí va una pequeña muestra:
Sigue el camino de baldosas amarillas
Hoy ya no llueve. Mecagüen sos, ya iba siendo hora. Qué manera de llover, joe, me río yo de la milonga esa de los embalses vacíos, aquí cuando cae, cae!
Pues las baldosillas estas están por todos los lados y resulta que están ahí para que las personas con problemas de visión sepan orientarse por la calle. Así que delimitan cualquier obstáculo como escaleras, aceras o semáforos. Y sorprende que haya en la mayoría de las calles medianamente céntricas de Tokyo.
A mi me parece genial, qué queréis que os diga. Aunque la verdad es que sólo he visto a un señor invidente que vive cerca de mi casa y que se sabe de memoria todo esto, así que anda sin necesidad de bastón ni baldosas ni nada. Me he cruzado alguna vez con él y no parece que no vea, la verdad.
Además, muchos semáforos emiten sonidos cuando cambian de color, y tenemos escrito en Braille muchos de los carteles del centro de Tokyo. A mi estas cosas me parecen geniales, aunque justo ésta mañana venía pensando en ello cuando he visto que no hay manera de acceder a la línea de metro que uso yo todos los días en silla de ruedas. No hay rampas por ningún sitio, sólo un artilugio que permitiría subir y bajar una silla a la vez mecánicamente, vamos, lo menos práctico del mundo. Y ahora que lo pienso, tampoco he visto a ninguna persona en silla de ruedas por la calle… curioso, ¿verdad?
La verdadera razón de mi vuelta a Japan con pan
Venía yo pensando en lo que iba a escribir hoy, que había sacado un montón de fotos el otro día y tal, y de repente se escucha un truenillo. Como ya me conozco cómo se las cascan las nubes de aquí, agarro la bolsa de Karate con las dos manos y empiezo a andar como un bastante más rápidillo. Como si lo viera! se ha puesto a llover estilo Tokyo: pa todos los lados y mucho!!!! jode, es como si coges el mar y le das la vuelta encima de un colador, que calada llevo encima!!!! Y lo peor es la ropa, que está ahí chorreando y mirándome mal como queriendo decir: «a ver si te compras un paragüas de una chunta vez!»…
El trueno me ha recordado al que se escucha en la canción de Sorotan Bele, Zortzi Orduko Ekaitza (Una tormenta de ocho horas), bonita canción, si señor.
Ba, pero a un txirimiriero como yo no le va a achantar una tormentucha de nada (jodé la que está cayendo). Así que paso a lo que os iba a contar, que es
Mucha gente me ha preguntado que qué hago aquí, que por qué me he venido. Y yo siempre decía que si un proyecto web, que si trabajar, karate, japonés…. ¡¡mentira!!. Yo he vuelto porque había una cosa sin la que no he sabido vivir durante todo este tiempo.
No tienen absolutamente nada que ver con los que te puedes encontrar por allí. Podríamos decir que hay como cuatro veces más cosas, y que la mayoría son de primerísima calidad, que ahora mismo cien yenes son cien pesetas (aprovechad para venir que no habrá otra como esta!), y que estamos adaptados a Japón. Esto último viene a decir que si en Bilbao puedes comprar ceniceros con el escudo del Athletic de Bilbao pintao a mano en China, aquí puedes comprar cuencos, vajilla japonesa, palillos, pinceles para caligrafía, té… ¡y por veinte duritos, que diría Pedro Reyes!
Por cierto, que me estoy jugando la vida por vosotros, eh?, no hago más que delinquir. Se supone que no se pueden sacar fotos en estos sitios, pero yo que pongo mi cara de hacer la primera comunión y de no entender ni jota de japonés, le echo un par de webs para hacer la web. Que se valore esto!
Aunque le aplican no se que IVA y te vale 105, pero vamos, que aún así te puedes encontrar cosas super chulas por veinticinco durillos. Por orden, a mi las secciones que más me gustan son:1- vajillas, cuencos, etc., 2-bolis, postits, etc. y 3-cosas de putxiglas, de plastiquillo como los tapers, que tienen desde cajones hasta mesas (lo juro por la gomina de songoku).
Y tenemos comida!!!! Todo buenas marcas, vamos, que esto mismo te lo encuentras en el supermercao de al lado de casa. Así que ya os podéis imaginar que cada vez que hago yo una excursión aquí, pierdo trece kilos camino a casa de todo el peso que llevo encima! Aunque luego lo vuelvo a ganar zampándome los doritos que traigo, peeero, eso es otro tema!
Udón o fideos finos japoneses. Por cierto, que se comen fríos y están super buenos.
Algas para sushi. Eh! esto está bueno también una vez que te acostumbras!
Sembei, las galletas saladas japonesas. Están buenas también!! (¿me estoy volviendo mu raro?)
Buaa, yo he acabado de escribir (tengo unas ganas de volver al todo a cien que no meo en tres días!), y sigue lloviendo, menudos truenos!! Es curioso las tormentonas que se tiran aquí y nunca se va la luz…
Bueno señores, hasta mañanita! Aio!
Parkings
Hola gentecilla!
Nada, aquí viéndolas venir. Y de mientras pues sacando fotos. Me he dado cuenta de que tengo unas cuantas de parkings de coches de estos estratosféricos que se cascan aquí, así que pasemos a ello mientras me termino un bocata de jamón serrano (toma ya, perracos asquerosos!!).
Estas fotos de aquí son de un mini parking de dos pisillos, pero con el mismo sistema:
Las elecciones
Según nos cuenta Chie en su blog, el 29 de este mes son las elecciones. Yo no tengo ni idea de si son para el senado, el parlamento o para el kiosko de yakitoris de mi barrio, pero lo que si que tengo más claro que la agüita es que los carteles que me han elegido aquí los Aznares japoneses son para verlos!!!!
Una de aparcar
Yo me quedo chato viendo donde es capaz esta gente de aparcar el coche!!
Bicicletas con batería
Ya me extrañó a mi que me adelantara la viejecilla aquella subiendo la cuesta!!!! jodé que frustrao me sentí!
Un cartel del metro de Tokyo
Idea original y útil!
A parte de los baños que se ven por aquí, con calefacción en el asiento y sus chorros de agua «estratégicamente» situados, he grabado un video de una idea mucho más simple, pero que siempre me ha parecido muy original:
Tu tiras de la cadena, y la cisterna no se llena internamente, sino a través de ese grifo que podéis ver. Así, ese agua es aprovechable para lavarse las manos. Aunque el agua es la misma que la del grifo normal, yo no me lavaría los dientes con ella… ¡no se! ¡me da un poco de yuyu!
Basuraaa
Una de las cosas más típicas de aquí, y de lo que no me acordaba, es de lo especialitos que son con el tema de la basura.
Habrá quien piense: «seguro que tienen ahí un sistema de basura wifi con robots que además suben escaleras y bailan…»
Nasti de plasti!! Para empezar, no hay ni una papelera por la calle, así que si te suenas los mocos, ya te puedes llevar el kleenex en el bolsillito hasta que llegues a casa. A pesar de no haber papeleras y por extraño que parezca, no se ve nunca ni un papel por la calle.
Hablando de kleenex… aquí todos los días hay una legión de gente dando publicidad por la calle. Lo original es que te dan un paquetillo con cuatro pañuelillos de papel y con propaganda en la parte de arriba. De diez personas a las que les ofrecen, igual coge uno. He aquí uno que me dieron ayer (jaja, yo los cojo todos!!):
Pos el asunto de la basura es que no es tan fácil como lo hacemos nosotros, que cuando te da el punto bajas a los contenedores y dejas ahí tu «material sobrante» mayormente cuando te viene dando la gana.
Aqui noooooooo. Aqui no hay contenedores, aunque si que hay sitios donde dejar las bolsas en el suelo en la calle. Y además la cosa se complica ya que hay un día para cada tipo de basura, y no toca precisamente todos los días, y le dan mucha importancia a que se haga precisamente como te dicen.
Este es el temario para el máster basuril japonés:
- Martes: se pueden tirar periódicos (atados con una cuerda), botellas, latas y cajas de cartón (atadas también con una cuerda)
- Miércoles y Sábados: comida, vamos, la orgánica de toda la vida que se puede quemar.
- Jueves: plásticos
¿Qué? ¿Cómo os habéis quedao?. Pues échale que si a eso le sumas que hay que dejar las bolsas antes de las ocho y media de la mañana, ya puedes espabilar. Yo tengo tres cubos de basura, y el cartel que me ha dado el dueño del piso puesto en la entrada de casa (traducido por Michiko, eso sí), porque si no, no hay manera!!!
La verdad es que no es complicado una vez que sabes como va, pero joe, hay veces en que se te pasa, y, por ejemplo en el caso de la orgánica, si no la tiras el sábado a la mañana, tienes que esperar hasta el miércoles y aquello puede ser un auténtico desastre…
Y no hablemos de si tienes que tirar algo grande… resulta que tienes que comprar una pegata, que no se cuanto vale, por cada bulto que quieras tirar. El resto es igual que en Bilbao: llamar por teléfono y concertar una cita y después dejarlo donde te digan.
Baaaaa, yo me quedo con nuestro peazo de contenedores de toda la vida!!! esto es un embolao!!!