A veces cuando uno va dando un paseo por los Tokyos que si voy paquí que si voy pallá, a lo mejor vas y te encuentras a gente haciendo cola para algo. Lo más normal es que haya un restaurante al otro lado del tumulto (¡¡tumulto!!, no te lo pierdas), y la mayoría de las veces es un garito pequeñito que se ha hecho famoso por alguna razón, y como en esta ciudad hay tanta peña por todos los lados, pues en cuanto se corre un poco la voz ya tenemos el dominó montado en la puerta.
El restaurante que nos ocupa ha salido en la tele más de una vez porque debe tener un ramen de chuparse los omoplatos, y por eso se hizo famosico. Yo me imagino el programa de la tele: va un famoso de los cuatro de los cardaos que salen todos los días, se sienta, lo prueba y grita umeee si es tío u oishiiiiiii si es tía poniendo caras de placer y exagerando el lío mientras kanjis de tamaño 120pt te invaden el 60% de la pantalla. El día que uno diga que lo que prueba está malo me rapo la nalga derecha, lo juro.
Pero ojo, que tiene que molar mil eso de que nada más abrir la puerta, haya peña esperando para degustar las viandas que uno tiene a bien ofrecer. Ojalá os encontrase a todos ahí esperando a que abriese la web pa pedir camisetas por las mañanas.
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Estamos hablando de alrededor de 100 personas esperando los fines de semana un ratazo largo: dos horas de promedio pa zamparse un ramenazo. Yo no espero ni diez minutos y ya estoy hasta los webetes, como para estar dos horas, me piro al combini y me pongo de onigiris hasta el oshiri. Así soy yo amigos! un hombre hecho a sí mismo!
Total, que se han quejado los vecinos, que dicen que se forma escandalera, que se monta circo, que hay algarabía con jaleo y trapatiesta con vocerío, que tanta peña en una acera tan pequeña es un engorro porque no dejan pasar ni ná, y que luego se queda todo el suelo lleno de colillas y porquería. Así que la poli ha ido de vez en cuando a hablar con los maeses rameneros para que hagan algo al respecto, pero como no ha habido manera de arreglar el teatro que se forma, pues la tienda ha cerrado porque dicen que lo último que quieren es molestar a los vecinos.
Esta forma de pensar me ha llegado al alma. Yo en mi pueblo vivía encima de dos pubs que hacían esquina y que sólo abrían los fines de semana para los gremlins del pueblo y alrededores. Los sábados sabadetes la cosa era de quedarse fliping: la música del garito, que no ponían precisamente a Bob Dylan, retumbaba las plumas del edredón de todos los vecinos (y eso que yo vivía en un segundo), casi dejas los huevos en el bol encima de la mesa y a la mañana siguiente ya están batidos pa la tortilla al ritmo de la Lady Gaga esa.
La policía no hacía nada por muchas denuncias que se pusieron, y eso por no hablar de la que se montaba en mi portal con la peña llamando a los timbres toda la noche, el cristal roto día sí y día no. También teníamos la mala suerte de que enfrente hay una hamburguesería, y a la chavalería le dio por pedirlas para llevar y sentarse en mi portal a montar allí el gazpacho (Arantxa, no me tomes a mal, las hamburguesas estaban cojonudas!!).
No voy a ser aquí un vinagres, porque yo también las lio pardas-pardaes cuando salgo por ahí y sería más hipócrita que ni sé. Es más, en mi pueblo fui uno de los «enemigos» porque curré poniendo música en uno de estos pubs durante casi un año, y por ley teníamos unos limitadores de sonido que estaban trucados y ni limitaban ni nada. También es verdad que si hacías caso a la ley y no ponías la música más alta de lo permitido, de tanta gente que había ni se oía ni ostias, parecía que no había música y en esos locales la música es el 90% del éxito.
Pero vamos, mi conclusión es: en mi edificio era imposible dormir los sábados por la noche, los domingos por la mañana mi calle era Pearl Harbour y con millones de denuncias de por medio, la cosa sigue igual, por supuesto los dueños de los garitos se descojonaban de todo. Aquí un restaurante hace que se formen colas, los vecinos se quejan, la poli habla con el dueño y él mismo decide cerrar porque lo que menos quiere es molestar a nadie.
Y va el tío y dice «tenemos que tener cuidado cuando elijamos donde vamos a poner el restaurante ahora para no molestar más».
Como diría mi ídolo Arthur: me compraría un sombrero para poder quitármelo ante usted:
Fuente: Daily Yomiuri Online
Regulero: pues si, bastante regulero eso de copiar una noticia de un periódico, pero ¿que queréis?, que es agosto y al blog no entra ni Blas!!!
¡Buen fin de semana!