A veeeer, ah si!, lo habíamos dejado cuando Aintzane y sus televisivos amigos se habían ido a grabar a los de la orquesta de Bilbao, y nos quedamos cenando Lekesan, Elena, Kota y yo en Ginza.
Empieza la tercera entrega!!!
Viernes, 4 de marzo
Me levanto y no tengo muy claro dónde estoy hasta que no pasa un ratillo. Cuando uno está dentro de casa, es como si te hicieses tu mismo mundo y no importa demasiado lo que haya fuera. Estás con tu internet, y tus colegas al messenger, tu música de siempre…
Es cuando miras por la ventana y ves pasar a viejecitas en bici, o se oye a algún simpático y melodioso cuervo pegar un berrido, cuando te das cuenta que no estás precisamente en Burgos.
Y los días tranquilos como este, que no he quedado con nadie, lo que solía hacer era abrir un libro sobre Tokyo por una página al azar y tirar para ese sitio. No se porqué, muchos de estos días «no-planeados» suelen ser los mejores.
Pero esta vez, me aprovecho del montonazo de blogs que hay de gente que ya lleva tiempo viviendo en Japón, y cuando alguna de las excursiones que han hecho me llama la atención, la repito.
Así que madrugué estilo Toscano (sobre las 11), y a eso de la una me fui para el monte Takao!.
Ba, que es eso para un mendizale como yo?? Por el centro de Tokyo no hay montes para subir, pero como ésta gente tiene trenes que te llevan a cualquier lado, no hay más que sentarse una horilla en uno y te deja justo en el punto de partida.
Bueno, no parece muy difícil… En Bilbao, cuando vas al monte, normalmente estás más solo que la ichi. En Japón, da igual que estés en el medio de Shinjuku, que en medio del monte
¡¡¡ Está todo petado de gente !!!!
Allí no faltaba ni un japonés, estaban todos!!! Te pones a contarlos con una calculadora y se acaban las pilas antes!!!! Yo no me lo explico. ¿Cómo puede ser que haya cola para subir? Uno se para subiendo cuando está cansado, no porque hay atasco en el camino!!! Increible increible increible!!!
Más gente que en una convención de borrachos con degustación de vinos gratis!!! Pero todos organizaditos, los que suben van por la izquierda en fila indiajaponesa, y los que bajan por la derecha. Yo me ponía de los nervios… no puedo subir al monte y estar parándome cada nada, así que hice alarde de mis ojos de extranjero chungo maleducado e iba adelantándoles por cualquier lado. Fue superior a mi, gomen nasai!
Por lo visto hay monos por aquí… pero con el jaleo que íbamos montando tanta peña, como para aparecer. A pesar del gentío, la subida se diferencia de cualquier monte de los nuestros, porque en cualquier esquina se ven estatuas de Buda, árboles atados con unas cuerdas enormes, kanjis tallados en piedra:
Y en la segunda parte del camino, había un templo para descansar y comprar un buen Omamori (amuleto). No puedo dejar de imaginarme cómo sería subir y ver todo esto, pero estando sólo… aquello parecía más irse de rebajas, que subir al monte.
En el templo, me llamó la atención una fila de estatuas de Buda pequeñitos que rodeaban un edificio. La gente iba con yenes, y les iba poniendo uno a cada uno y rezando hasta rodear todos. Qué chulo!
Y arriba del todo lo normal es que haya mesas para sentarse, y como alarde de modernidad, quizás una fuente…. ¡¡¡ Pues no, que estamos en Japón !!!! Arriba del todo hay restaurantes, máquinas de bebidas, tiendas… ¡¡ que me organicen el monte ya es rizar el rizo !!
¿Takao Mountain? parecen las instrucciones del video!!!Que salaoooo
Y cómo no, desde un mirador en días claros se ve el Fuji, pero justo, fíjate tu que casualidad, ese día no se veía. ¡¡ Que no me engañáis más !! ¡¡ Que sé que no existe !!
Ahí en medio se supone que está, todo grande él Para acabar, abajo del todo, un tentempié. Esperando cola, cómo no.Pa la próxima me lo reservo para mi sólo!!!