Archivo por meses: marzo 2016

¡Los lunes a la oficina!

¡Ya tengo currelo!
:feliciano:

¡Atiende aquí!

Esta tarde firmo el contrato y empiezo el viernes. Ayer mismo me hicieron elegir ordenador y dos monitores y toda la pesca; ha salido la cosa niquelada, desde luego, podemos decir aquello de:

Estamos contentos, Tosca, joder que si lo estamos

Ahora que me lo he ganado, no me jodas, al que me venga ahora a decir que he tenido suerte le meto los zapatones de hacer entrevistas por la boca. He hecho, espera que mire… 37 entrevistas, ojo cuidao. Casi cuarenta entrevistas en tres semanas y media que han dado sus frutos: el viernes pasado tenía ya cuatro ofertas encima de la mesa y lo cierto es que me habría ido a cualquiera de las cuatro porque todas tenían una pinta estupenda; pero no nos enrollemos más y pasemos a resumir la situación, que ha sido muy emocionante:

– Empresa 1: todo un edificio solo para ellos, servicio consolidado, mayormente un Netflix a la japonesa con gran mayoría de dramas y películas del país, pero también con derechos de bastantes series americanas típicas: Big Bang Theory, Arrow, Walking Dead, etc. El pero: sería para «volver» a programar en Java y PHP, cosa que me apetece lo mismo que a Charlie Sheen volver a la Fanta limón. Lo bueno: muy buen sueldo, por encima de la media (hasta donde yo sé). Llamaré a esta empresa: JapanFlix

– Empresa 2: tres plantas de un rascacielos en pleno Shibuya solo para ellos, el interior de la oficina le da mil vueltas al de Google Japón (he estado tres veces haciendo entrevistas también y me las enseñaron, sé de lo que hablo). Lo bueno: se programa en Ruby y Matsumoto-san, el que inventó el lenguaje, es consejero de la empresa con lo que se organizan cursos de programación cada semana, el nivel es muy alto, además la gente es muy muy maja y a partir de la segunda entrevista prácticamente decían directamente que les encantaría que trabajase con ellos, hasta me hacían regalos. Lo malo: es una startup, con lo que no se sabe que va a pasar aunque a primera vista es bastante estable. Lo segundo malo: el sueldo lo tienen estipulado por grados y al entrar es bastante bajo, cobraría menos que en mi empresa anterior (ahora que sin trabajo como estaba, pues tampoco vamos a ser señoritingos). Esta se queda con: Cariñosers

– Empresa 3: una planta en un edificio discreto pero moderno de Shibuya, el producto es una aplicación para chicas donde mezclan recopilación y redacción de artículos con comercio electrónico, es decir, una modelo famosa escribe un artículo sobre tal bolso y aparte de leerlo, puedes comprar el bolso directamente. Era una startup pero tienen tal volumen de usuarios que las ha comprado un famoso grupo japonés. Gente muy maja, un montón de ToscaGirls que son las que escriben los artículos y ambiente bonico del tó con modelos yendo y viniendo a sacarse foticas. Lo bueno: Ruby, mucha flexibilidad, posibilidad de hacer desde diseño hasta meterle mano a la aplicación de iOS. Lo malo: no se sabe nada del sueldo. A estos los llamare: Chiquillas SA

– Empresa 4: una planta entera en un rascacielos de Nishi Shinjuku. El producto: algo que en teoría va a tener mucho futuro en Japón, tener atención médica sin necesidad de ir a la consulta. Una aplicación de pago donde tienes un médico asignado y un kit de accesorios para medir y enviar a través de la aplicación datos relevantes como la temperatura, la presión arterial, el pulso… si tienes un crío, te viene el médico a casa. Esto no se podía hacer hasta el año pasado que Japón aprobó una ley en Agosto que abría la posibilidad y hay bastantes empresas batallando ahí por hacerse con el mercado, mayormente reclutando médicos y personal sanitario que podrían dedicarse exclusivamente a esto. Lo bueno: sueldo aparente, programación en Ruby y ofrecimiento de puesto de jefe de equipo, además queda al lado de donde vive el Chiqui con lo que probablemente le gorronearía bentos. Lo malo: el jefe un echao palante de 25 años que no me da ninguna seguridad y que en realidad me viene mejor el entorno de Shibuya para ir con la bici. A esta empresa la llamaré Matasaneitors Associates.

Total, todo se decidía el viernes pasado, fue un día muy emocionante. El jueves, Cariñosers me hizo una oferta que fue muy cariñosa, vinieron todos los jefes de equipo a estrecharme la mano y darme una pequeña charla en plan que si me iba con ellos, lo iba a flipar. Todo con mucho amor, pero la cifra ahí puesta estaba muy por debajo de mis expectativas. Aún así, no la descartaba porque, en serio, el sitio mola mucho. El mismo jueves también hice la última con el presidente de Matasaneitors que me dijo que no me decía oferta hasta que le contase lo que me ofrecían las otras empresas, que estaba dispuesto a mejorar la mejor. Toma ya.

El viernes por la mañana iba a la última entrevista de los JapanFlix. Pero no fue así, resulta que era a recoger la oferta directamente, sorpresa matutina muy grata. Un señor con el pelo más engominado al oeste del río Sumida me puso ahí una oferta muy muy, pero que muy sabrosona y de nuevo la charla convencedora: si te vienes con nosotros te vamos a cuidar, porque además sabemos que tienes familia y respetamos mucho eso con horarios flexibles, también te dejamos elegir el ordenador que quieras e incluso la silla si quieres una ergonómica, no se qué. Salí de allí con una sonrisa de la hostia de grande, llamé a Chiaki y partí presto a la última entrevista de Chiquillas SA que tenía esa tarde, pero vamos, bastante convencido de que nadie podría igualar al gominas.

Me di un paseo del copón de la baraja y finalmente entré en Chiquillas SA, donde una de ellas me llevó a la sala de reuniones y allí apareció un tipo que tenía la curiosa habilidad de no tener que respirar en ningún momento porque perdería la oportunidad de seguir soltando palabras. Hablaba más que un argentino jarto cafés subido en un escenario, no tengo muy claro que me sacase nada de información porque en realidad solo hablaba él. Pero era simpático, las dos o tres veces que hablé yo para decir algo, se reía. No tengo claro que entendiese lo que quería decir yo. A destacar que nunca en esa empresa había trabajado un extranjero y estaban bastante acojonados por el papeleo que tendrían que hacer por el visado y eso o por si había alguna movida cultural que les iba a dejar paticuescos. Yo muy normal no soy, pero tampoco es pa tanto.

Y así me fui pa casa el viernes: con una oferta regulera, otra bastante buena, un mail a un echao palante que decía que me mejoraba el asunto y una oficina llena de Chiquillas pensando si metían ahí a un garrulo caucásico o se dejaban de experimentos.

El sábado me desperté con el email del Matasaneitors que decía que era mucho eso, que se plantaba en un término medio entre las dos ofertas. Razonable, pero a esas alturas de la película pocas hostias.

Estaba ya resuelto a pagarle unas cervezas al Lorco para que me enseñase qué se lleva en el Java estos años (lo mismo hace 7 que no toco eso ni con un palo) cuando llegó ya bien entrada la tarde un email del recruiter que estaba llevando lo de Chiquillas SA. Que me querían, que mejoraban la oferta pero tenía que aceptarla ya, que no valía eso de coger ahora e irme donde JapanFlix a seguir negociando. Yo estudié la situación con mucho cuidado valorando cada detalle aproximadamente un segundo y medio: Java/PHP/Tíos feos en un lado y Ruby/Toscagirls en otro… amos no me jodas.

Y aquí estoy, un martes por la mañana quedando para comer con el recruiter al que no le cogía el teléfono nunca y que resulta que me ha dado la vida y luego a la tarde firmo el contrato definitivo con las Chiquillas SA que pasará a llamarse a partir de ahora algo así como Chiquillas+1Zalluco SA. Iré con un libro de Murakami o algo para que se sientan más cómodos.

Resumiendo: ¿sabes eso que dicen que todo cambio es para mejor?, ¡pues mis huevos!, si vas andando y por lo que sea se te cae la picha y se la come un perro, ya me vas a decir a mi que mejoría ahí le sacas a tu vida, si acaso la del perro que estaría alimentado por dos meses como poco.

Pero mira, en este caso y visto lo visto, ojalá hubiese cerrado mi empresa antes, así te lo digo. No ha sido fácil, pero el hecho de poder dedicarte full time a buscar trabajo ha sido lo mejor que me ha podido pasar. Las he pasado canuters, ha habido oficinas que eran auténticos antros, gente más rara que ni sé, me han dicho que no unas cuantas y eso tampoco gusta aunque es parte del juego, pero el resultado ha sido mucho mejor del esperado.

Estoy hasta dispuesto a quedar con gente para celebrarlo, no te digo más.

Los lunes al sol

Bueno, si hiciese sol, claro.

Pues nada, todo empezó hace exactamente dos semanas cuando nuestro jefe nos juntó en una sala y nos dijo, más o menos:

– Chachos, la empresa no tiene dinero, este teatro no se sostiene, el viernes de la semana siguiente a la que viene es vuestro último día. Podéis llamarme lo que queráis, he intentado conseguir más financiación, pero no hay manera. Este tiempo que queda, dedicarlo por favor a buscar otro trabajo.

Así, con dos cojones: tenéis dos semanas para que empecéis a pasar los lunes al sol viéndolas venir.

La primera reacción: un HOSTIAS como un piano de grande, esta si que no me la esperaba.

En la segunda vinieron imágenes: el crédito, Kota, la guardería, el crédito, Kota… Kota… Kota…

A la tercera no la dejé llegar: me pilló ya mandando curriculums con el gesto serio y los puños apretados.

Quitando cuando acabé la universidad, que además me lo tomé con mucha calma, nunca había dedicado todo mi tiempo libre a buscar trabajo y mucho menos en Tokio. Desde la semana pasada llevo hechas once entrevistas y esta semana tengo tres por día menos el miércoles que son cuatro. Algunas son ya segundas entrevistas, otras ya me han descartado y otras he descartado yo, pero me he propuesto hacer el máximo posible para tratar de que haya más de una oferta donde elegir. Además he hecho un par de tests online, uno de los cuales, si saliese bien, me hace plantearme seriamente meterme a freelance que sería, quizás, la mejor solución de todas. Veamos que sale al final, por alguna razón estoy convencido de que mejorará con creces la situación anterior.

Es un trabajo en si mismo lo de buscar trabajo: hay que coordinar horarios, tener en cuenta a qué barrio de Tokio hay que ir al acabar la siguiente (la de esta mañana estaba entre Burgos y Mordor, no había ni cuervos). Hay que tener preparadas respuestas en el japonés formal que se debe usar (gracias Chiaki, una y mil veces), hay que contar con camisas planchadas, hay que coordinar todo con seguir llevando y trayendo a Kota a la guardería y sobretodo hacer que no decaiga el desánimo.

De momento no es el caso. Mecagüen la puta de oros, me como Tokio caminando a paso rápido entre estación y estación con la música a tope apalizándome el alma y es que el despido este ha sido un bofetón con la mano abierta de par en par, de repente se acabaron las bromas: no se juega con el arroz del onigiri de Kota, no señor.

Hablo en japonés; me sale cada vez mejor contar mi farsa y creo conseguir que se la crean. Sé cuando hacer bromas y cuando no, sé de lo que es mejor que no hable demasiado y sé donde girar el destornillador para apretar más el tornillo. Me han entrevistado chavales diez años más jóvenes y señores diez años mayores y en los dos casos he conseguido pasar la entrevista. He mandado a la mierda a una empresa que pretendía que trabajase gratis una semana, he hecho pruebas de código en pizarras blancas, de momento con éxito, he enseñado y explicado como está hecha la web de Yoitabi, he contado lo de que venía para un año y de repente me desperté un día casado, con un hijo y con una hipoteca y todas las veces se han descojonado.

Llevo tantas calles recorridas con los zapatones, que se me han hecho durezas allá donde el Karate no pudo.

Unos me dijeron que mi curriculum estaba escrito en un tono demasiado informal y yo les dije que si a una empresa no le hace gracia lo que ahí está escrito, a lo mejor es que a mi tampoco me interesa esa empresa porque no cuadramos, porque esta relación es cosa de dos. Otros me dijeron que me habían llamado exclusivamente por lo que ponía en la sección «Sobre la vida» y me pidieron que les llevase el ikulibro, que querían verlo. La tercera entrevista con estos será pronto.

Siempre que he buscado trabajo ha sido yendo a otras empresas después del trabajo; una al día, como mucho, ya de noche. Ahora todas las mañanas tengo un sitio distinto al que presentarme encamisado al menos una hora antes que dedicaré en la cafetería más cercana a analizar la oferta de empleo y preparar algunas preguntas para que no me pillen desprevenido. Y apretar mucho los puños mirándome a los ojos en el espejo del baño diez minutos antes de entrar.

Llego y me presento, subo, me meten en una sala, me traen una botella de té y me dicen que espere al entrevistador. Para cuando llega, yo tengo ya el curriculum en inglés abierto por la página que pone «Analista Funcional en Iberdrola» y el cuaderno con la pluma encima. Y ahí empieza la farsa, que es más farsa que nunca, pero que jamás podrá volver a ser tan seria:

– Me llamo Oskar Díaz, en el año 2000 acabé la Universidad en España e inmediatamente me dieron una beca del Gobierno Vasco por la que vine a Tokio seis meses. Así empezó todo, ahí ya volviendo a España sabía que estaría aquí de nuevo pronto…