Esto va por temporadas. Igual es porque estoy yo más al loro ya que estoy tan lejos de casa e intento hacer de todo, pero la verdad es que siempre «toca» algo.
Me explico: cuando llegué hacía biruji y todo el mundo estaba esperando al florecimiento de los cerezos. Un par de meses más tarde, hacía calor y todo el mundo planeaba ir a ver los fuegos artificiales con Yukata. Como era verano, la gente comía anguila que se supone que te da fuerzas para vivir con tanta caló.
Pues ahora lo que toca es vivir el otoño. ¡¡Anda que no hay árboles en mi pueblo y que nunca me haya fijado!!. Aquí se vive todo de una forma diferente, cada época tiene su acontecimiento característico y la mayor parte de las veces tiene que ver con la naturaleza (y con pimplarse!, jeje).
Y como yo no iba a ser menos que aran, me fui al monte Takao que ya me sabía el camino. Esta vez me quise montar en el funicular que tienen preparao y que te evita la parte más chunga del camino (que tengo una edad ya!).
Una vez en la otra parte, la subida se hace bastante corta y amena, y es un paseo muy chulo. Además, había mucha menos gente que la otra vez, con lo que lo disfruté muchísimo más y pude sacar mis fotos a gusto:
Arriba del todo se debería poder ver el Fuji, y ésta vez no se escondió demasiado aunque sólo se podía entrever la silueta. Verlo así le da un aire misterioso que también tiene su encanto…
¡Y nada, recordaos que tenéis hasta el domingo para votar el nuevo diseño de Ikusuki!