¿Y eso de Japón…? (II)

Últimamente estoy arreglao con todos los jaleos en los que me meten o me meto, o qué sé yo. Está claro que, bueno, que cada uno es como es, pero me parece que es más importante saber cómo no se es y cómo no se quiere ser.

Yo creo que lo intuyo, más o menos, así que seguiré haciendo lo que yo pienso que está bien aunque de vez en cuando alguien se «quede patrás» que dirían los Celtas Cortos. No se puede caer bien a todo el mundo, ni siquiera pretenderlo y siempre habrá cosas que haga, que escriba o que diga que le sentarán mal a alguien.

Como la solución no creo que sea dejar de hacer, de escribir o de decir, aquí sigo con lo mío, capeando el temporal y tirando por donde no está sembrao, no vayamos a liarla todavía más.

Con esto dicho, que ya iba tocando, vayamos con la segunda parte de la historia de…

¡ Cómo acabé yo en los Tokyos con mi amigo el pastababas y su buen yantar !

Lo habíamos dejado en que Bea y yo aterrizamos en Nakano sin saber ni papa de japonés y que nos había tocado un piso donde tenía pintas de haber cucarachas como el gato Paco de grandes. No tuvimos el placer de ver ninguna, pero tampoco nos quedamos mucho a esperarlas. Cuando aquél día al abrir la persiana apareció un sapo en el mini jardincico que parecía el elefante Manuel, ya hubo consenso en la decisión de huir de allí echando ostias a dos manos.

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Justo enfrente de mi oficina había una agencia inmobiliaria que nos llamaba la atención por el muñecote de la entrada. Así que entramos con nuestro gran conocimiento de la lengua japonesa a ver qué tenían. Total, que llamaron a un indio de la India que hablaba inglés y que se llamaba Khan Feroz. Era un pedazo moreno, alto y fuerte que hablaba un inglés muy raro pero que nos ayudó tanto que nos hicimos amigos y hasta un día fuimos a cenar a su casa con su mujer y su hija, anda que tuvo que aguantar pocas bromas por su apellido, pobre!!

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Duramos en el primer piso entre mes y medio y dos meses, y nos cambiamos a uno cincuenta mil veces mejor, más grande y… más caro. En Vitoria decían que era muy caro y que ellos no me lo pagaban entero, pero llegamos a un acuerdo poniendo algo de nuestro bolsillo y por fin empezamos a vivir en un sitio decente. Nótese que la beca era de seis meses, y ya llevábamos casi la mitad en sólo empezar a establecernos…

Total, que pasamos de esto:

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A esto:

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Antes de la ikumudanza, Bea hizo sus tres entrevistas llegando a los sitios como buenamente pudo. Yo como iba andando a la oficina, no sabía casi ni sacar billete, pero ella espabiló cosa fina y ya se sabía un montón de líneas de Tokyo. Una de las entrevistas las hizo en la empresa en la que yo estoy ahora mismo aquí sentado. Ese día nevaba y yo le acompañé, pero me quedé fuera esperando. Hacía un frío que pelaba, madre del amor hermoso, y ella que no salía. Cuando ya llevaba una hora que yo no sabía donde meterme, me dió por ir a la máquina de bebidas y comprarme latas de café calientes que me iba metiendo en los bolsillos para calentarme. Llegué a juntar cuatro latas de las que no me bebí ninguna.

Ella al final les contó que yo estaba fuera y dejaron entrar al carambanito Toscano que se había quedao pegao a cuatro latas de café y que tenía los labios el doble que Carlos Baute despues de un paquete pipas con sal.

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Allí no había ni un japonés, y aunque no entendí ni jota de lo que me hablaban en inglés, me parecieron gente maja. Bea fue totalmente sincera y ellos sabiendo que sólo ibamos a estar en Tokyo seis meses la cogieron y hasta le pusieron clases de japonés por las mañanas.

Sin ninguna duda, ella estaba viviendo mucho más lo que es el día a día de Tokyo. Yo vivía a cinco minutos de la oficina, me levantaba a las tantas, iba y venía andando, comía en casa, me echaba la siesta… todo hasta que ella volvía y me contaba lo que había visto: que si el tren petao, que si Shinjuku, que si no se qué… y encima la tía ya empezaba a leer hiragana y katakana dejándome a la altura del betún!

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Ejerciciorilmente hablando yo iba a correr algunas veces por la noche, pero poco más. Hasta que un día nos pusimos a mirar anuncios y vimos un Sayonara Sale de estos en el que un tal Tsuneo vendía una nevera y muchas otras cosas. Quedamos con él una tarde, fuimos a su casa y nos dijo que echásemos un ojo a lo que tenía por si nos interesaba algo más. En esas que vi un corcho con fotos de él haciendo Karate y me dije ¡esta es la mía!. Allí le estuve interrogando sobre dónde y como en mi inglés de Zalla, y al lunes siguiente ya estaba yo pegando pataditas con mi cinturón blanco y un kimono que parecía de papel de fumar de lo cutre que era.

Y así iba el asunto: Bea mucho más integrada que yo que me limitaba a lo mío y a buscar excursiones para hacer los fines de semana. Ella hacía deberes de japonés, me contaba sus días de la oficina y me daba envidia leyéndome los carteles. Los míos eran un poco siempre lo mismo, aunque había días en que lo pasaba mal porque Take me metía una presión ahí medio chantaje sentimental del copón y me tenía que quedar hasta tarde, pero esto pasó muy poco. Hasta tal punto no tenía ni idea de japonés que cuando entraba en una tienda y me gritaban el «irassaimasseeee» yo contestaba «irassaimasse» también pensando que en vez de «bienvenidos» me decían «buenos días». Así me miraban como me miraban…

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Entre excursiones primero por Tokyo y luego un poco más lejos como Nikko o Hakone, fueron pasando los meses hasta que yo me puse enfermo. Empecé tosiendo y con fiebre y el médico decía que era infección de garganta. Aquello iba cada vez a peor, mucha más fiebre en pleno verano Tokyota que me tenían sudando pero tiritando de frío, y después empezaron los vómitos que eran como muy violentos y venían de repente. Dice Bea que deliraba y decía tonterías (más)… Como aquello no iba a mejor, fuimos al hospital y me pusieron suero. Yo todo mareado le decía a la enfermera que era la primera vez que me ponían y ella que no entendía castellano, obviamente, me decía «hai hai» y me acariciaba el pelo, vamos que viendo que me daba la razón como a los locos pensaba que me iba a morir en 0.2 sino estaba muerto ya porque recuerdo que había un japonés que me hablaba en italiano y que se parecía a San Pedro.

Cuando finalmente me salieron granitos, el médico dijo que tenía sarampión (mira que listo el tío) y ya me dieron la medicación adecuada. Aquella fue la vez que peor lo he pasado estando enfermo en mi vida, y seguro que Bea también lo llevó mal que la pobre no podía poner el aire acondicionado en pleno agosto…

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El día que nos tocó coger el avión de vuelta yo estaba como en un sueño todavía y pensaba que aterrizaría en Bilbao para decir hola y volver al de un mes a seguir con esa vida tan pintoresca que no había ni siquiera empezado a vivir.

Pero la cosa fué muy distinta. Aquél otoño del 2001 volvimos a Bilbao para quedarnos.

Continuará…

50 comentarios en “¿Y eso de Japón…? (II)

  1. Muy buen post!! como es habitual!

    Espero con ansia la continuación de la serie, en serio.

    Solo tengo una pequeña duda, que igual es demasiado personal, asi que si no quieres no contestes obviamente.
    ¿Quién es Bea? ¿Tu pareja, compañera, socia… ?

    ENga tio, un saludo.

    :ikugracias: :gambiters:

    1. Bea es la otra mitad de Ikusuki y en aquellos momentos mi parejil parejica pareja que tuvo los santos huevos de venirse conmigo.

      Más maja Bea que ni sé!!

    1. jajaja

      Por aquellos tiempos ya tenía cinturón negro, pero empecé desde cero porque todo era tan distinto que me parecía mucha chulería ponerme ahí a pegar patadas «Zalla Style»

    1. Jajaja, cuando leí tu comentario me puse a buscar en el google al Baute y mira, ya he decorao el post con algo «más gráfico»!!

      jajaja
      :ikugracias:

  2. Me tienes en ascuas :pliebre:, lo estás seriando como el el culebrón de las tardes jejeje

    Molan las aventuras del joven Tosca y esos inicios convulsos. Sarampión, madre mía, qué mal suena eso.

    A ver cómo continúa la cosa… cómo conociste a Lorco and cia, qué fue de Bea, el :gatostiable:

    Venga, venga

  3. Que timiniquis tios!!. Pobre ranita, ella que os venia a hacer una visita por la mañana y os pirais, jejejejeje. Tienes más historias que Willy Fog chato!!!
    Un abrazaco :parriba
    Pd: a ver si veo los videos del post Koichá que estoy deseando

    1. Tiquismiquis dice, menudo antro, yo ahí no dejo aparcada ni la bici de noche, fíjate lo que te digo!!!!

      ¿Ya has visto los vídeos o que? Chatuneroooooo

  4. Hombre, las cucarachas no me molan nada, pero huir del sapo Paco…? :cry:
    Yo lo hubiera adoptado de mascota! :o

    Viendo el poco interés que pusiste en Japón en los inicios de tus andadas, nadie llegaría a pensar lo bien que te has acoplao ahora! :pliebre:

    A esperar la siguiente entrega de tu historia por fascículos!
    :bythesegao:

  5. Hola Oskar!!

    Jo, esto tiene pinta de enganchar más que las telenovelas!
    Sigue, sigue con tu crónica, acabas de hacer una nueva lectora habitual.
    Un saludo.

    Margo.

  6. :ahivalaotia: ¡¡Sarampion en Tokyo!! (mira ya tenemos titulo para una pelicula!!)
    Vaya, vaya.. esto es como el culebron de Dinastia… jejeje. Por cierto, pobre Sapito de la boca grande.. seguro que ayudaba a mantener a raya a los bichejos multipatas y voladores que habitaban en ese…bunker!
    Ale! a esperar a la siguiente hornada de las ikusuki aventuras en un pueblo cercano a Bilbao….

    1. Jodé, qué canutacas las pasé con el sarampión… y mi madre que decía por teléfono que si, que había pasado todo, ¡¡no va!!

      El sapo era asquerosooooooo

  7. Momento cumbre con la experiencia cercana a la muerte :evil: La cosa se está poniendo interesante, yo estoy ya enganchada, no nos hagas esperar mucho para la tercera entrega!!

  8. jejeje que crack, como siempre :) ya sabes que me encanta la forma en que cuentas las cosas.

    Y que razón tienen los comentarios… aquí estamos más enganchados que con Beti la fea (la original eh? xDDD)

    Además, hacés unos hangcliffs… ^^’ xDD

  9. Dios, no quisiera verme enfermo de esa manera fuera de casa y eso que estoy en Holanda, que supuestamente tiene el mejor sistema sanitario de Europa (¿y del mundo?) e incluso hablan bien el inglés :)

    Por curiosidad: ¿cómo es el sistema japonés?, ¿funciona bien?.
    Aquí debes tener un seguro médico obligatorio, podríamos decir que es «privado», y el médico de cabecera pasa por ser un semidiós ya que depende de su (riguroso) criterio que te remita a un especialista. Es diferente del modelo español pero hay que reconocer que no existen listas de espera ni las «tensiones» a las que estamos acostumbrados :!:

    Dank je! :ikugracias:

    1. Pues es caro del copón, pero como yo iba con el Gobierno Vasco, me hicieron un seguro privado. Tuvimos que adelantar un montón de dinero pero presentando las facturas nos lo devolvieron sin problema, y eso que estaban en japonés!!. Jaja, a veces pienso que si les presento los tickets del súpermercado habría colao también!!!

      Me cuidaron muy bien y me atendieron muy rápido. Una cosa que me llamó la atención es que te dan la medicina en el mismo hospital y justo la «ración» que te toca. Es decir, si tu tratamiento son 17 aspirinas, te dan 17 aspirinas, no dos cajas de 10. Así sabes que lo acabas cuando no quede nada. Me pareció buena idea!

      Animo por ahí!!!

      Dank je pa tí también!! :ikugracias:

  10. :copon: Pos yo también pensaba que tu habías llegao a tokio sabiendo mas karate que el dani Larusso y haciendo el gambite… digooo el gaviota. En fin, esperamos la continuación en ascuas

    1. En aquellos tiempos ya tenía el cinturón negro y había dado bastantes clases a chavalotes, pero aquí era tan distinto que decidí empezar desde blanco. Al final el cinturón es lo de menos, lo que importa es aprender y yo no tenía ni idea de cómo hacían aquí las cosas.

  11. Hola! Que esta buenisimo tu post, necesito que sigas contando porque nos tenes en ascuas!! Por favor no tardes en seguir con el cuento que me mmueroooo…. Vamos vamos, dale!

  12. Oye:

    ¿Tu y yo coincidimos en Zalla alguna vez en el tatami?

    Aparte de seguir con el serial, tienes también pendiente las clases de japonés… je je je

    Cuidado con los Tsunamis,.. ¿has tenido terrrreeemmmmoottototototo hoy?

    un abrazo

    1. Alguna que otra, tampoco muchas que tu te escaqueabas mucho!!! jajaja

      Pues por aquí ni terremoto, ni tsunami ni ná de ná, hoy llueve pero ná del otro mundo…

      Un abrazo señor!!!

  13. Je, je, je. Menos mal que no ví la rana porque era de noche, y yo escarbando en el «jardín» para plantar mis plantitas…

    Y por cierto:
    DELIRABAS! creedme todos! ;)
    Besos.

    1. Jajaja
      Esa historia está un poco oscura para mi, eh?, porque también me salvaste la vida por el suero o no se qué… jajaja

      Besoooos Beeeaaaa!!!

  14. Kaixo! :)
    El «enorme árbol navideño» si se ve :D
    pero los «bonsais» y o plantitas del jardincito japones no se aprecían en la foto 8)
    se nota que no esta Bea para cuidarlo.

    Qué bien que no se contagió Bea y te pudo cuidar, siempre es mejor estar acompañado de alguien de confianza :)
    y qué bien superaste el Sarampión, que puede ser letal cuando se complica.
    Hoy en día, no como en mi niñez, por suerte ya hay vacuna que se les pone a los niños, evitando desgracias.

    Gero arte! :)

    1. Kaixoooo
      Jaja, yo no te entiendo muchas cosas!!! ¿qué es lo del árbol navideño y los bonsais y eso?

      Si no llega a estar Bea cuando el sarampión yo me muero, madre mía qué mal lo pasé.

      Hoy se ponen vacunas? no es mejor pasarlo de crío y ya? yo es que por lo visto no lo pasé y no lo sabía…

      Aguuur!
      :ikugracias:

    2. :)
      El arte del cultivo del Bonsai nació en China, y la palabra Bonsái es japonesa, bon=bandeja, sai=naturaleza (según Wikipedia).
      Hace unos años tube un arbolito bonsai en casa, me duro no recuerdo bien si dos años. Como nombras la afición de Bea a las plantas, por el espacio que había alrededor de la casa, a un lado donde esta la bici, al otro el árbol, ¿cual de ellos es el jardin japones al que te refieres?, veo
      que aúnque poco sitio, te da hasta para un bosque de bonsais. :D :D

      Me acordé de que en las pelis americanas a la hora de decorar la casa por Navidad, decoran fachada, jadín y tejado incluido.

      Hay Naturalistas que opinan que eso de introducir «algo» en el organismo
      no es adecuado para la vida.
      El Sarampión lo pase de pequeña, y si se te hubiera muerto un ser querido, como me paso a mi, por no superar la enfermedad, porque se le «complico», opinarias lo mismo que yo, que la vacuna esta muy bien poderla recibir.

      «Edad de vacunación: a los 15 meses de vida, en la vacuna triple vírica que
      incluye la de la rubéola y la de la parotiditis, con revacunación a los 12 años de edad. (Información sacada de Internet: tuotromedico.com)»

      ¡Saludos, y que vaya todo bien! :)

  15. Jajajaja, pedazo de rana tenía que ser!! Me encanta como lo cuentas. Mira que coger sarampión en Japón. Venga hombre a seguir con tu historia.

    Saludos^^

  16. jajajaja eres gracioso hasta contando que creías que te morías :cry: (un japonés que se parecía a San Pedro JAJAJAJAJA).
    por cierto, ¿cómo se hace para coger el sarampión a los veintitantos? ¿te metiste por error en alguna fiesta del sarampión, varicela o algo por el estilo? Como dices que de japonés poco…
    Saludines!!!!

    1. Juro que había un japonés que me hablaba en italiano mientras yo devolvía en el cuarto de baño agarrado a la barra esa de sujetar el suero, lo juro!!!! si no era San Pedro, ¿quién era ese señor que no me dejaba devolver y morir a gusto?

      Lo del sarampión dijo el médico que había una epidemia entre los chavales, y que era muy raro que no lo hubiese pasado yo de pequeño (ni idea tenía yo de eso)… menudas dos semanas más chungas que pasé, buf…

      :ikugracias: !

  17. «es más importante saber como no se es y cómo no se quiere ser», gran verdad que te sirve para ser mejor persona. :)
    La verdad es que tus comienzos en Japón son de lo más atípico, :?: quién iba a decir que un tío, que hasta da clases de ceremonia del té, ni cogía un tren, ni sabía, ni estudiaba japonés.
    Tendrás que ponerle un nombre a este «dorama». :kiss: :kiss:

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