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Shibamata

Esto que suena a Dexter cabreao, que «si-vá-mata», es un barriaco de Tokyo en el que estuve un día así de casualidad, y que fue chulo chulo. Pero primero tenéis que entender qué significa la palabreja «Shitamachi» que Ikusuki os lo explica fácil, como lo haría la vecina.

El Shitamachi este es la forma que tienen de llamar aquí a lo que antes eran los barrios del pueblo llano, vamos, del populacho donde estaba toda la vidilla interesante de las ciudades: tiendas, kabuki, el teatro tradicional, mercados… quicir, el intringulis chulo del lugar, como si fuese nuestro casco viejo. Y esto viene a cuento porque Shibamata, el sitio este que os vengo a contar, es un ejemplo del copón para entender de qué estamos hablando.

Uno sale de la estación y el shitamachimamiento ya se ve viendo desde el principio: todo casitas bajas, nada de edificios rascatronchos de esos, y ¡oh sorpresa! hay una estatua de un maromo ahí puesta a la que todo el mundo saca fotos. Se trata, ni más ni menos que de Torajiro Kuruma, que le conocen como «Tora san» y que era un actor super famoso del Japón de los años 70 que vivía aquí. Hay hasta un museo en su memoria, pero la verdad es que yo no entré porque a este hombre no le conocía y me daba perezaca.

Me acaban de dejar un comentario en el blog de El Correo, que me dicen esto:
«perdona que te corrija, Torajiro Kuruma era el personaje que, eso sí, nació y se crió en Shibamata, Katsushika, Tokyo como siempre dice en las películas.
El actor es Kiyoshi Atsumi actuó en las 48 películas realizadas del personaje Tora-san.
«. Así que ahí queda. (gracias Héctor!).

Yo había visto fotos de él antes de ir, y la verdad es que la estatua se le parece mucho. No como esas de los museos de cera que son horribles!

Anda que no estaban orgullosos aquí de Tora. ¿Pasará lo mismo cuando vuelva a Zalla? ¿estará mi cara puesta en la plaza del pueblo? jajaja, ni falta que hace!

Es un sitio pequeño: una calle rodeada de tiendas que lleva al templo Taishakuten que es más cuco que ni se. Lo bueno es que no hay tantísima gente como suele haber en lugares como Asakusa y así, con lo que me di un paseo bien chulo tomándome mi tiempo para otear las tienduquis sin empujones ni empujonas.

Así que pongámonos el sombrero, y tiremos para delante, que la cosa promete

La casa más alta tiene dos pisos en esta calle, es genial

En esa tienda vendían desde sombreros de Tora san, hasta figuras de cacas que brillaban en la oscuridad… las llamaré las cacabrillos!

Eso por no hablar de cómo olía el ramen que hacían aquí los maeses rameros

Y como final perfecto del paseito, aparece el templo que es muy muy, pero que muy cuco:

Aparece casi por sorpresa al doblar una esquinilla de la calle, puertacaaaa

Había unas chiquitas vestidas super guapas y todos sacándoles fotos, más guapas que ni sé

Incienso incienso, curamé, curamé que estoy muy mal de lo mío

A la pobre señora la seguí por todo el templo sacándole fotos…

Y eso que el día estuvo más bien furero, pero mira, me alegró la mañana la excursión

Me senté en una piedrilla y ahí estuve como media hora mirando a la gente, aisss (póngase un suspiro aquí)

Y esto es lo que hay… un sitio perfecto para alejarse de lo típicamente turístico y sentir un poco lo que era el Tokyo de los años catapún. Si queréis venir, tenéis que ir primero hasta Asakusa, coger la línea Oshiage Keisei hasta la estación Takasago y ahí cambiar a la línea Kanamachi Keisei hasta Shibamata. O si hace buen día, lo suyo es bajarse en Ueno y darse un paseo por al lado del río, que se tarda unos 20 minutos.