En un centro comercial muy cerca del Palacio Imperial de Tokyo…
¿Qué fue de …
… la señora de los paraguas?
La he visto esta mañana con tres paraguas colgando del brazo y se me ha quedado mirando desde lejos. Creo que me ha reconocido y justo cuando iba a saludarla con la mano, ha mirado para otro lado.
… el señor de Karate?
El lunes me dio un golpe en la espalda y me dijo que mi traje tenía un montón de arrugas, que así no podía ir. Yo me miré en el espejo y si que había alguna, pero no tanto como para eso. Creo que de verdad se preocupa por mi.
… la agencia de modelos?
Me apunté y desde aquel día no he vuelto a saber absolutamente nada más de ellos. Al yanki de mi empresa le han llamado un par de veces, pero yo y mi careto no parece que demos el tipo, jajaja
… subir al Fuji?
Es algo que ya no me obsesiona tanto. La temporada está cerrada, así que debería esperar hasta el año que viene. Pero todo el mundo me dice que la experiencia no es tanto como parece. De todas formas, si sigo aquí, desdeluego que planeo una excursión!
… el chico que se ganaba a la gente?
No he vuelto a tener noticias suyas. Supongo que volvió a España después de vivir esta locura. Digamos que la rutina es algo que nos acaba absorbiendo a todos… una pena, porque en su cámara había muchas fotos que me he hubiese gustado tener.
… el ikumonólogo?
Aún no sabiendo si hizo o no gracia, un chico me pasó la dirección de la secretaria de Buenafuente y me recomendó que lo enviase allí. Yo lo hice, pero ya sabía yo que no iba a llegar a ningún lado. Si os hizo gracia, decídmelo para que me curre otro!
… la encuesta sobre las bombas atómicas?
La verdad es que lo tengo siempre en la cabeza, pero nunca me he atrevido a preguntar en mi oficina cómo lo vivieron o qué historias les han contado a ellos sus respectivos mayores… no se si lo llegaré a hacer algún día.
… Nova?
Pues una empresa se ha echo cargo de la mayor parte de las escuelas y está haciendo verdaderos esfuerzos por reflotarla. Parece que la cosa no pinta tan mal como hace unas semanas.
… la vida en directo, o la chorrada esa?
Twitter lo sigo utilizando. Sin ánimo de tirarme el moco, yo escribo muy rápido con el ordenador, así que no me cuesta nada abrir una ventana y poner lo que se me ocurre en ese momento sin pensar. Y así lo hago, sólo tenéis que ver la sección Ikutwitter del blog, o darle aquí para ver todas las gallifantadas que se me ocurren durante el día.
… el tetris humano?
Fue una de las típicas cosas que a mi me hacen mucha mucha mucha gracia, pero que no tuvo casi repercusión en el blog a juzgar por los tres tristes comentarios que dejaron. Dadle otra oportunidad, que los videos son buenísimos!
… las resacas?
Confirmo mi teoría de comer arroz. El otro día cenamos en un restaurante mexicano y tuve al día siguiente una resaca horrorosa de las de antes. Comí todo fritangas y bebí cerveza, y tampoco tanta, así que me parece que me voy a llevar un taper con arroz blanco cada vez que vaya a pimplar.
… el video del bichejo muerde culos?
Lo canté en castellano, lo subí a Youtube y a día de hoy lo han visto 10.744 personas. Ignoro si les gusta o no, pero la cifra me tiene acojonaito perdío.
… la cámara nueva?
Pues me la compré y tiene un montón de modos de los cuales confieso que tristemente sólo utilizo el «Auto» y el «Sin flash». Algún día aprenderé en condiciones, pero de mientras la verdad es que saca unas fotos cojonudas de todas formas.
Aprendiendo español
El otro día me acabé el último libro que tenía en castellano, así que me fui al Instituto Cervantes a comprarme más. Ya os hablaré del pedazo de edificio que acaban de estrenar hace unas semanas, y alguna historia más que me se de ellos.
A lo que iba. Que fui a la librería que tienen allí montada y me compré el libro de Ramón Sampedro y uno de Bernardo Atxaga, y a la vez, aproveché para tantear el género. Había de todo, hasta un diccionario de Euskera, pero lo que más me llamó la atención fue el libro «Castellano sin esfuerzo» pensado para japoneses:
jajajaja
El taxista que no tenía GPS
El otro día mi jefe me invitó a que fuese a su casa. Es una de esas «invitaciones» que no puedes declinar tan a la ligera, y por eso me tuve que ir pronto cuando estaba en lo mejor de la conversación con Aran y Nora.
Mi jefe es una de esas personas que sabe escuchar y que trata siempre de buscar una solución a los problemas sin buscar culpables. Así que tuvimos una de esas charlas en las que se pone cada cosa en su sitio, y al acabar me dijo que me daba unas cuantas cosas para mi casa entre las que se encontraban una estantería y un par de estufas.
Esto requería un taxi, así que paramos uno y le llenamos el maletero. Como siempre que cojo uno, me vi enseñándole al taxista el papel que siempre llevo en la cartera y que tiene mi dirección escrita en japonés. Normalmente lo meten directamente en el GPS y ahí se acaba la conversación hasta la hora de pagar la carrerita.
Esta vez fue muy diferente. El taxista, un señor de unos sesenta y muchos años, no tenía GPS y no tenía ni idea de por donde caía lo que ponía en el papelote aquel. El hombre, lejos de avergonzarse o enfadarse, se partía de la risa y a mi me entró una risa floja que todavía me dura. ¡Era super gracioso el señor!. Total, que le empecé a contar cómo ir a mi casa, porque más o menos me sabía el camino.
Seguro que yo sonaba a algo así en japonés:
– Mi casa, estación a la derecha, por favor.
– Esa calle no, la otra a la izquierda jao
– Mi fumar en pipa
Y el hombre en vez de disimular que mi japonés era bueno, como te suelen decir aunque uno sabe que es mentira cochina, se descojonaba más. Y no paraba de repetir «si es que ya me dice mi mujer que me tenía que comprar un GPS, pero yo es que no entiendo esos cacharros». Yo me moría de risa.
Además, cada vez que paraba en un semáforo, se dedicaba a buscar por todos los recovecos del taxi un mapa de Tokyo que él pensaba que tenía: sacaba las cosas de la guantera, se descojonaba, miraba debajo del asiento, se partía… os juro que el hombre era graciosísimo!.
Pero yo de repente vi la luz, la del seven eleven de al lado de la oficina para ser más exactos, y desde ahí ya me sabía el camino, con lo que le seguí explicando en mi indio-japonés cómo ir, y él no podía hacer nada por aguantarse la risa.
Yo le conté por donde volvía yo en bici, pero resulta que una de las calles es en dirección prohibida y no se podía pasar con el coche. Entonces el taxista dice «ayayay», pone marcha atrás, y retrocede hasta el cruce donde puede rectificar, pero en vez de hacerlo, se para y se empieza a reir. Yo hacía un rato que lloraba ya.
Cuando llegamos, por fin, a mi casa, me da las vueltas mal, añadiendo cinco mil yenes de más. Se lo digo, y entonces se pone serio por primera vez (quizás en su vida), y me da las gracias, y mil yenes menos. Le digo que me faltan mil yenes, y más serio que nunca, me pide mil perdones y se pone nervioso no acertando a sacar el billete.
Finalmente, me ayuda a descargar las cosas, le doy las gracias y se va. Yo subo la estantería por las escaleras mientras me doy cuenta que hacía mucho tiempo que no lloraba de la risa.
Colando la cámara en el súper
Hágase, pues, vuestra voluntad!
Google charts lo tiene claro:
De un total de 82 votos, 65 son para Patxi y sus prisas, y 17 para el Caracol…
Nosotros teníamos ya ambos diseños preparados, y a los de la imprenta ahí atados a la máquina de imprimir, así que a partir de hoy empezarán ya con el lío.
¡Ni número secreto ni nada!
¿Para qué? pudiendo utilizar el sistema de reconocimiento de la mano de los cajeros:
Por cierto, ¿ya habéis votado? mañana es el último día, así que daos prisa!!
Examen de Karate
En la despedida de Josep, me enteré que había un examen de Karate el día 22 de este mes y he decidido presentarme, aunque mi trayectoria no se puede decir que sea muy normal:
Empecé con catorce o quince años en Zalla, y estuve practicando por unos diez años durante los cuales acabé dando clases a niños, y no tan niños, tanto en mi pueblo como en algunos de los alrededores.
Después nos vinimos a Japón seis meses, y encontramos un anuncio en una revista de segunda mano donde se vendía una nevera. Cuando fuimos a recogerla, el señor tenía fotos suyas en su casa con el traje de Karate, así que le preguntamos y al lunes siguiente ya estaba en Tokyo pegando patadas (gracias Tsuneo!).
Esto duró unos cuatro meses, el karategui que compré era de tela de niki del mercadillo y me quedaba grande y me lo pisaba, pero aún así la experiencia mereció la pena.
Y entonces volvimos, y empecé en un sitio distinto, en Santoña. Allí Carlos, el profesor, daba también clases de Kick Boxing, con lo que lo mezclaba un poco con las de Karate sin querer y era un poco bestia. Ya nos dimos nuestras palizas Carlos y yo allí, ya.
Después empecé en Bilbao, en Rekalde, pero duré poco. Estuve menos de medio año porque no alcanzaba a encontrar mi sitio, y eso que no me cuesta demasiado adaptarme, mirad donde estoy!
Y entonces pasaron algunos años sin practicar, tres o así, y me vine a Japón de nuevo y he podido empezar otra vez. Pero he querido hacerlo con cinturón blanco, y no con el negro que saqué tiempo atrás. Tengo muchas razones, pero la fundamental es que con tanto jaleo, ya no sabía ni por donde me daba el aire.
Así que el día 22 para mi será el momento en el que los que más saben de Karate del mundo me dirán, con un color, lo que piensan de mis pataditas. Motivante, que no?
Hay un señor mayor al que todos tratan de profesor, aunque nunca le he visto dar clases. Se da aires de superioridad, devuelve los saludos casi con desdén, trata a la gente bruscamente, echa broncas… Yo he intentado no dar demasiado la nota (dificil siendo extranjero), así que hasta hace un par de semanas nos hemos ignorado durante meses.
Pero el otro día después de la clase, se me acercó y me habló en japonés:
– Oskar-san, ponte en zenkyusu-dachi (una posición de karate)
– Hai!
– Esa posición está muy mal, dobla más las piernas!. Y levanta la cabeza, que parece que tienes miedo!.
– Hai!
– Ponte siempre así, no te quiero volver a ver hacerlo mal (y me da la espalda y se va)
– Hai! Oss! Arigato gozaimasu!
Esto se ha venido repitiendo durante las dos últimas semanas casi todos los días. Cuando no es una posición, es un kata o un movimiento, pero siempre de malas maneras.
Ayer yo estaba en la ducha y él no lo sabía, y le escuché en el vestuario que hablaba con el profesor:
– Creo que Oskar lo está haciendo muy bien, se esfuerza mucho.
– Si, eso parece, ya lleva un tiempo aquí, ¿verdad? ¿seis meses?
– Si. Se va a presentar al examen del día 22. Yo creo que su nivel es de cinturón negro, se lo merece.
– Sou desu ne…
Por dejarle seguir guardando las apariencias, no salí de la ducha hasta que supe que se había ido (fue una de las duchas más largas de mi vida).
Para mi ya ha merecido la pena haber empezado desde cero.
Patatas con sabor a huevos con bacón
Obras en Tokyo
Lo que me acabo de encontrar hace veinte minutillos volviendo de Karate…
Y volvía con una bolsa en una mano, con lo que al pasar por las obras he tirado sin querer un cartel. Me he parado para ponerlo en su sitio, y de repente han venido dos obreros haciéndome mil reverencias y pidiéndome perdón, y han recogido el cartel que YO he tirao a tomar por cleta…
Otro detalle: he contado doce obreros currelando y cuatro señalizando…
Ikumaperízate!
La historia de Ikusuki no se podría contar del todo sin Maper . Se trata de un establecimiento de alimentación de Bilbao, uno de esos pocos sitios donde todavía te puedes sentir atendido en condiciones con un trato personal, y que además, tiene productos de primerísima calidad (para muestra, un botón).
Estela, con su labia, ha enseñado nuestras camisetas a todos los clientes que se acercaron a su establecimiento, contando nuestras ideas, explicando los diseños… Manu, por su parte, nos las envasa al vacío para ser entregadas de esta manera tan original.
Y ambos, con su santa paciencia, han aguantado las chapas sobre Ikusuki desde sus inicios.
Ahora, junto con ellos, tenemos el gran placer de presentaros la nueva campaña
Consiste en juntar una camiseta de Ikusuki con un producto de primera calidad de Maper. Así que, para empezar, vamos con el…
- Camiseta Inocente
- Rioja Barón de Ley (Reserva)
Yo no se si tendrá aroma afrutado o será fino en sus hechuras, pero que sepáis que el vino ha sido elegido por Manu, que de esto entiende un rato y su calidad es indudable.
Lo puedes encontrar en la web de Ikusuki, en el nuevo icono que aparece en las camisetas de Inocente. Ale, ya te hemos solucionado el papelón de qué regalar pa Navidades!
Curso de cocina japonesa
秋の日 Un día de Otoño
Esto va por temporadas. Igual es porque estoy yo más al loro ya que estoy tan lejos de casa e intento hacer de todo, pero la verdad es que siempre «toca» algo.
Me explico: cuando llegué hacía biruji y todo el mundo estaba esperando al florecimiento de los cerezos. Un par de meses más tarde, hacía calor y todo el mundo planeaba ir a ver los fuegos artificiales con Yukata. Como era verano, la gente comía anguila que se supone que te da fuerzas para vivir con tanta caló.
Pues ahora lo que toca es vivir el otoño. ¡¡Anda que no hay árboles en mi pueblo y que nunca me haya fijado!!. Aquí se vive todo de una forma diferente, cada época tiene su acontecimiento característico y la mayor parte de las veces tiene que ver con la naturaleza (y con pimplarse!, jeje).
Y como yo no iba a ser menos que aran, me fui al monte Takao que ya me sabía el camino. Esta vez me quise montar en el funicular que tienen preparao y que te evita la parte más chunga del camino (que tengo una edad ya!).
Una vez en la otra parte, la subida se hace bastante corta y amena, y es un paseo muy chulo. Además, había mucha menos gente que la otra vez, con lo que lo disfruté muchísimo más y pude sacar mis fotos a gusto:
Arriba del todo se debería poder ver el Fuji, y ésta vez no se escondió demasiado aunque sólo se podía entrever la silueta. Verlo así le da un aire misterioso que también tiene su encanto…
¡Y nada, recordaos que tenéis hasta el domingo para votar el nuevo diseño de Ikusuki!
Piscolabis
La mejor foto de Noviembre
Un día soleado después de una tormenta, con nubes deshaciéndose al calor de los rayos del sol. Sin embargo, hace frío.
Tokyo está a mis pies, y desde donde me encuentro, estoy a la par con el monte Fuji que vigila la ciudad desde el otro lado. La cámara no acierta a verle muy bien, pero yo dibujo su silueta y se que está ahí escondiéndose de mi. El sol me ayuda a localizarle, trazando una línea recta entre él y yo.
No me importa que te escondas. Yo ya te he visto.
Latas calentitas
A parte de por el frío, uno sabe que llega el invierno cuando en las máquinas expendedoras cambian el azul de latas frías por el rojo de latas calientes. Da gusto meter veinte duritos y sacar una lata que te calienta las manos!
Lo normal es que haya cuatro o cinco tipos de cafés y tés, pero ayer vi una especie de sopas:
Preparados
Ya es navidad
Tenemos diseños!
¡Empezamos otra vez con la ronda! Esto es fácil: os presentamos los diseños candidatos, y vosotros nos decís cual os gusta más. Tu eliges la nueva camiseta de Ikusuki, eh, esto se dice pronto, pero menudo privilegio!!
En esta ocasión lo vamos a hacer mucho más fácil e intuitivo. Hemos creado una encuesta en la parte derecha del blog, sólo tenéis que marcar el diseño que más os guste y darle al play (o como se llame el botón). Nosotros andaremos atentos y haremos el recuento el día 9 de diciembre por la noche, que es cuando se acaba el plazo.
Sin más rollo patatero, os presentamos los dos finalistas. Tenemos uno nuevo, y, por clamor popular, volvemos a poner un viejo conocido:
Patxi que ha quedao para irse de pintxos con la cuadrilla. El hombre está preocupao. Claro, anda tarde y encima no entiende ni jota del reloj japonés en el que le hemos metido!
Los kanjis que le rodean son los números del 1 al 12, destacando las horas 3, 6, 9 y 12.
Y en los dos kanjis de la parte inferior pone «Tokei» que significa «Reloj».
¡¡No se podía tardar ocho años en andar medio metro!!, así que cogió los ahorros que tenía guardados para el caparazón con ventanas, y se fue a la tienda de tuning.
El chico que se ganaba a la gente
No recuerdo que día era, pero está entre lunes, martes o miércoles. Fui a Karate, como habitualmente, pero ese día llegué mucho antes. Me cambié de ropa, con rapidez y teniendo cuidado de ponerme de espaldas a la pared para no mostrar mi tatuaje, y salí al tatami o dojo, como realmente se llama.
Fue un poco raro, yo era el primero, así que me limité a ponerme en una esquina y estirar un poco los músculos, que falta me hace desde que voy a la oficina en bici.
Poco a poco fue entrando gente y empezaron los saludos. Aquel día había un chico nuevo, él era alto, moreno y con la piel quizás también un poco morena. Me saludó, como a uno más, y se fue a un rincón a hacer lo que todos.
Pero entonces entró una chica japonesa de las habituales, y fue donde él y le dijo en castellano «¿hola, como está?». Lo siguiente que pasó es que le pregunté de donde era y él me contestó que de Castellón. Por mi cabeza pasaron muchos pensamientos en cadena, la verdad es que no todos los paisanos que he conocido aquí me caen bien, ni mucho menos. Y además en Karate yo tenía la exclusiva hispana y no me esperaba un competidor.
Aún así, me hizo ilusión. No todo iba a ser aguantar el monopolio de franceses, por fin iba a poder hablar con alguien en mi propio idioma, y esto, señores, es algo que nunca parece que se va a echar de menos hasta que todo el mundo a tu alrededor habla en inglés o en japonés. Es una especie de valla que se tiene delante y que no te permite expresar lo que realmente quieres, o no con la libertad habitual. Yo no soy 100% yo, y me he resignado a ello.
Desde aquel día habremos coincidido cinco o seis clases más, como mucho. Él está de vacaciones en Tokyo, y procura ir todos los días. Yo llevo nueve meses aquí y dosifico mi tiempo y esfuerzo, pero él es un habitual.
Las horas de oficina no me han dejado volver en semana y media, hasta hoy, y la verdad es que pensaba que él ya había vuelto a España. Pero la suerte ha querido que hoy fuese su último día, y después de la clase, hemos ido todos juntos a cenar.
De repente, le han empezado a hacer regalos. La gente le ha empezado a hablar en castellano, quizás cuatro o cinco palabras: hola, como estás, mi nombre es… Y todo el mundo se ha querido sacar fotos con él.
De vez en cuando hablábamos los dos en nuestro idioma, y la gente se sorprendía al saber que yo también vengo del mismo país.
El miércoles se va, y ha estado en Japón un mes y medio. Yo llevo nueve meses, de los cuales los últimos siete he ido al menos tres días a la semana a Karate. Hoy la mayoría de la gente se ha enterado de donde vengo, y hoy han empezado a hablarme. Él llevaba un mes y medio y se ha ganado a todo el mundo, le han hecho una mini fiesta de despedida a pesar de ser lunes, y le han hecho muchos regalos.
Es una de esas personas que sabe ganarse a la gente. Y los dos abrazos que nos hemos dado hace menos de una hora han sido realmente sinceros, también me ha ganado a mi.
Espero que algún día nos volvamos a ver… en Tokyo, Castellón, Bilbao o China… seguro que estarás rodeado de gente y no te faltará con quien hablar.
Ikubici en Tokyo
Aquí duermo
Tachiyomi
O «leer de pie». Esto es algo que me deja alucinao. Resulta que en las tiendas de conveniencia, estilo Seven Elevens y así, pues venden de todo. Y no podían faltar revistas, libros y los últimos mangas.
Pues como deporte nacional, siempre te encuentras a unos cuantos tíos leyendo de pies, sin más. Es mucho más que ojear, es leer directamente!!. Yo he llegado a entrar, sacar dinero del cajero automático que hay dentro, volverme loco eligiendo algo para cenar, mirar curioso los tipos de chocolate… vamos un cuarto de hora largo dando vueltas, y los tíos seguían leyendo.
No tengo ni idea de cuantos al final acabarán comprando el libro o la revista, pero no puedo dejar de imaginarme hacer esto en España. Al minuto dos, ya estaría el dueño de la tienda llamándonos de todo!!!
Aquí van las pruebas del Seven Eleven de al lao de casa, las noches de ayer y antes de ayer que volví con la cámara a mano:
Tengo que confesar que yo también lo hago de vez en cuando… y la verdad es que nunca compro, jajaja.
Euro chan
La Unión Europea, que quiere promocionar Europa en Japón. Que nos presentemos a concurso. Que la idea es un juego para los móviles que se pueda descargar desde el móvil. Que con preguntas sobre Europa y así, en plan banderas, idiomas, ciudades. Que diseñemos un monigote.