No dancing allowed!

Esta si que fue buena. Érase que se era que nos juntamos unos cuantos para ir al ガンビテル寺 (Gambiterji – Templo Gambitero). Todos sabemos que en el Gambiterji hay líquido purificador a cascoporro y feligreses variopintos que le dan el toque risueño y entrañable que le caracteriza, así que nunca está de más hacer un peregrinaje de vez en cuando para sanear el alma de los buenos pensamientos.

Yo venía de tirarme todo el día sin parar entre Karate y cena en casa de Michiko así que no tenía mucha fé en aquella velada porque venía ya con más sueño que oyendo a Maldonado dando chubascos en el litoral (el tema de la sosería implícita de Maldonado será analizado otro día, ¡tío más saborío no existe, que te ponía la misma cara pa un frente frío que pa sol en la mitad norte!). Pero el Gambiterji es el Gambiterji, así que allí nos presentamos previo paso de un servidor por un combini a redbulearme por las bandas.

IMG_0614.JPG

Nada más llegar al santo recinto nos cruzamos con gente que se iba con cara agrímarga, algo se estaba cociendo en el sacrosanto santuario. Al final una rubia se nos puso a cascar inglés a todo meter y sin subtítulos, aunque yo creo que dijo algo así…

You know what? they say you can’t dance in the place!. What the fuck? I have the solution: Roppongi!!!

… después digo yo que se iria al encuentro de los maromos que te llaman brother y las primas de Picio que te ofrecen masajes con Colajets de regalo.

Total que nosotros bajamos las escaleras y de repente un cartel ahí en la entrada:

IMG_0642.JPG

¡Ahí va la otia por lo segao!
:ahivalaotia: :bythesegao:

La cosa tenía tamagos en escabeche moreno, ¿una discoteca que no se puede bailar? :pirao: ¡tócate los tocables!. Resulta que la catedral no se ha sacado una licencia de no se qué gaitas, que les han prohibido que allí baile nadie y la poli viene de vez en cuando a controlar el asunto.

¡Qué realizados se tienen que sentir los policías de la redada bailotera!

A ver los papeles, que te he visto mover el glúteo derecho con una cadencia sospechosamente parecida al ritmo musical!!!
Tu has bailao a Biyonsí que te he visto yo!!!
Que no he bailao!!
Que si!
Que no!
Que caiga un chaparrón!! (y que no lo anuncie Maldonado, por Dios!)

Aunque bueno, pa lo que íbamos a bailar el zordor y yo… lo mismo daba que me daba lo mismo. En fin, nos achantamos y nos vamos al Gaspanic ese donde lo que había era una recua extranjeros dando voces y bailando a lo zote que parecía más una peli que de verdad. Sólo faltaba la pelea de partir sillas en la cabeza, la redada del FBI y el veterano de guerra del Vietnam tomando whiskis.

Una cerveza duramos allí…

¡y porque la habíamos pagao, no te jiba éste!
:menfadao:

El zordor, que resulta que casca italianini el muy perrete de Alpedrete, hizo de enlace con los italianos que venían con nosotros y decidimos que como el Gambiterji no hay due, que aunque no se pueda bailare, mientras haya líquido purificatore, pues que totus tus y Asahi en la de todos.

Dicho y hecho, nos plantamos en el Pure, pagamos entrada y descubrimos que allí no había ni la mitad de devotos que antes. Pintaban bastos, allí parecía que nos íbamos a aburrir más que leyendo el muro del facebook de Zapatero. Pero no hay pena que el brebaje de los monjes no diluya, tomemos posiciones.

De repente la peña se pone a bailar, y el segurata viene a todo meter a decirles que no bailasen, que estaba prohibido. ¡Jodé qué risas nos echamos de lo chorra de la situación! «por favor, no bailéis que nos ponen multa».

La gente se escondía y bailaba así de refilón por las esquinas, porque es que música había como siempre! y no es que pusieran ahí a Vivaldi, ¡que era cañera!. «Os he dicho ya tres veces que no bailéis, copón!«, jajajaja, tiene huevos, «Como lo tenga que decir una cuarta, os ato a la silla, hombre ya!»

Aquí la cuadrilla ikucaricas se ha ofrecido a escenificar lo acontecido.

¡Lucecicas! ¡Camarica! ¡Accionetis!

:secretico:
:vainas: :vainas:
:otiaya: :menfadao:
:vainas: :vainas: :vainas:
:otiaya: :copon:
:vainas: :vainas: :vainas: :vainas: :vainas:
:otiaya: :D

Pues nos salieron las cuentas que entre brebajes purificadores y bailes furtivos, nos dieron las cinco. Mira tu, de las peregrinaciones al templo que mejor me lo he pasado, si es que al final si uno se sabe adaptar, las religiones van a ser buenas y todo!!

IMG_0611.JPG

:ungusto:

Brillando por tu presencia

Fui el tercero de la lista de los tres hijos de mi madre, aunque ejercí del mediano a expensas del mayor según me convenía y eso que me quedé a medio crecer entre cuatro casas, siete bares y un polideportivo que quedaba lejos.

Heredé el gusto musical del que compartía mi habitación, aunque él decía que era suya, y empezaste a acompañarme por entre andenes en polvorosa, pupitres en tela de juicio y noches de picos pardos y lunas negras.

Hablabas de poetas y aeropuertos, de placeres de besos sin amor y mentiras de obligado acatamiento mientras yo buscaba un atajo a Jauja por entre las líneas de mis manos. Levantabas la falda a la luna, te abrazabas a verdades desnudas de tus feas en hoteles dulces de amores furtivos y horas secretas porque se iban dando más allá de las diez. Y yo seguía sin conseguir poner mucho más de metro sesenta entre la suelas de mis zapatos y las entradas de mi frente que se agrandaban con cada intento.

Tu velabas veladas a la vez que yo aprendía a mirar fuera de tiesto, a invertir en velas para estar a alguna más que dos, a provocar que me bajasen de una hostia los humos, con acné, que intoxicaban la poca ilusión de mis amaneceres de tests de autoescuela.

Aquél día tu le hiciste un quiebro a la cerrajera con guadaña que venía a tu derribo, y apareciste con la cara redonda, cigarros de plástico y voz de antes del amanecer. Y todos te dimos por vivo.

A mi un juez que se creía Dios me condenó a soledades forzadas al desamparo de las leyes de la vida, aunque he aprendido a violar, cuando nadie mira, la orden de alejamiento contra la felicidad que también me impuso de propina mientras tu seguías componiendo tus sonetos de alterne con rima canallesca.

Te traiciono cada día, pero cuando el ánimo decide volar bajo dándomelas con queso, te las apañas para aparecer aventándome tu aritmética de pareja, tus doses de más de un par y tus infames verdades como incordios que me dejan la crisma sin blanca y me acartonan el dique.

Y es que, Joaquín, la gran mayoría de mis lágrimas han brillado por tu presencia.

Todo un gusto poder sentirte de nuevo ahora que llega el maldito invierno maquinando cómo cuartearme el talle desde dentro.

El guardián del aposento

Para tener una bici aquí hay que hacer algo más que comprarla, sobretodo si se quiere utilizar como medio de transporte diario. Por ley, la tienes que registrar a tu nombre, y luego no la puedes dejar en cualquier lado, no por largo tiempo al menos porque te arriesgas a que se la lleven directamente. Por ejemplo, eso pasó una vez que entré con una compañera de la oficina a un bar a tomar algo y cuando salimos al de un par de horas, ya se la habían llevado y tuvo que ir a recogerla a no sé qué sitio previo pago de una multica bonica del tó. Que al final es más la gracia de tener que ir a casa Buda a por ella que el dinero, pero bueno.

Cerca de las estaciones es donde la cosa está más vigilada, normal por otra parte porque es donde se acumulan. Siempre hay un parking de pago al lado, pero aún así se siguen viendo todos los días papelicos de advertencia o multas directamente. Si coincide, además, que haya un súpermercado o algún establecimiento con parking de bicis un poco cerca de la estación, ese estará atiborrado aunque la tienda esté vacía.

Vamos, que todos al final todos nos acabamos sabiendo los sitios «buenos» de los alrededores aunque normalmente si no dejas la bici molestando en el santo medio, no pasa nada porque esté unas horicas candada a un árbol.

En la oficina lo mismo, tienes tu espacio para la bici pero el conserje se encarga de que tengas la pegatina que demuestra que has pagado los quinientos yenes anuales de cuota. Michiko me lo contó nada más llegar, y vamos, sin problema porque no es dinero. Y con la pegatina puesta, yo aparco pues donde hay sitio mayormente, porque suele estar bastante lleno.

El otro día estaba dejando la bici y veo a un tipo de pintas raras que trabaja en alguna oficina del edificio. Parecía que estaba esperando a alguien, lo que no pensaba yo es que era a mí:

– Estooo, perdona pero ese no es tu sitio -va y me dice
¿Cómo que no es mi sitio? ¿es que hay un sitio o qué?
Si, cuando pagamos, elegimos el sitio donde queremos aparcar la bici y ese es el mío, también aparcaste ahí el martes y el jueves pasado.

Yo miro al suelo y no veo absolutamente ninguna marca, es más, las bicis están todas puestas unas contra otras prácticamente con lo que eso del sitio queda claro que es una bola como el Godzilla con gases de gorda, y que lo que le da rabia a Matías es que yo haya llegado antes que él hoy también y aparque donde él suele aparcar.

– Ah vale, pues nada, perdón -le digo mientras cambio la bici medio metro más a la derecha
– No no, no te preocupes, si no lo sabías no pasa nada, porque si lo supieses y lo harías igual… -no acaba la frase, pero concluye con otra en un tono muy extraño y haciendo amagos de reverencias- …pero no lo sabías…

Entro a la oficina y comento la jugada:

Michiko, ¿pues no me dice el de los pelos que estaba aparcando en su sitio?
¡¡Pinche baboso!!, aquí nadie tiene sitios, eso se lo ha inventado él, espera que voy!!!
No no, jaja, tranquila que es igual, prefiero aparcar un poco más para allá que encontrarme un día con las ruedas pinchadas
¡Pero nos quejamos al conserje!
No no, que es igual, de verdad

Y es que el tipo éste viene con traje y corbata por arriba, pero con culotes y zapatillas de ciclismo por abajo, cuando habla lo hace tartamudeando, suele cerrar y abrir los ojos con mucha fuerza y muy seguido y siempre está haciendo el ruido ese de tragar saliva. A veces he coincidido con él y le he oido hablar sólo y reirse consigo mismo, y una vez estaba mirando una por una todas las pegatinas de todas las bicis del aparcamiento apuntando el número en un cuaderno mientras susurraba vete a saber qué por lo bajini.

Así que si Matías me dice que ese es su sitio. Ese ES su sitio. Y si me quiere llamar Yoko Ono, yo SOY Yoko Ono.

DSC08226.JPG

Kawasaki Halloween

Esto que suena a modelo de moto exclusivo de la muerte, es ni más ni menos que donde estuve el sábado por la mañana. Kawasaki está entre Tokyo y Yokohama, y resulta que yo lo tengo relativamente cerca de casa y eso que pensaba que quedaba a tomar por cleta. Y me enteré que había un desfile de Halloween famosico, así que para allí que tiré con mi salero moreno.

El caso es que di más vueltas que el powerpoint de las hijas de Zapaticos, y allí no se veían ni disfraces ni leches desnatadas. Yo, que tengo un sentido arácnido diseñado específicamente para perderme en un súpermercado, empecé a andar para donde parecía que estaba el jaleo hasta que una hora más tarde encontré el desfile en la dirección contraria. Bueno, el final del desfile.

Total, tampoco me había perdido mucho porque aunque ya se había acabado, allí había más gente que en el Gauntlet, ni andar se podía, ¡madre del amor hermoso qué agobio más horroroso!. Pero al de un ratico la gente se empezó a ir y allí se quedaron algunos de los disfrazaos que me ponían unas poses más majas que ni sé!

DSC_0050-1.jpg

DSC_0141-1.jpg

Este japonés iba disfrazado de extranjero que iba disfrazado de Gachapin, súper lograo el disfraz!!

DSC_0046-1-2.jpg

¡Gracias señores de Kawasaki
por disfrazaros
y dejarme afotaros!
:ungusto:

The Pasatela Blues

Desde que llegué a Japón han cambiado muchas cosas en mi vida, seguro que muchas más de las que soy consciente. Algunas forzadas por las circunstancias y el resto pues entre sin querer queriendo y queriendo sin querer. Podría decir, no, afirmo convencidísimo que mi vida tiene poco que ver con la que tenía hace casi tres años cuando llegué.

Si lo pienso un poco, podría poner mil ejemplos, de hecho seguro que si me pongo hasta clasifico los cambios por temas: comida, aspecto, actitud, rutina, costumbres, amistades, prioridades… madre mía, creo que poco tengo que ver con el Tosca de antes. Y esto es para bien o para mal, porque hay de los dos tipos, y lo bueno quizás es darse cuenta de ambos.

MellamoTosca-1.jpg

Últimamente estoy viviendo un cambio del tipo A, de los forzados, y es que la empresa para la que llevo trabajando desde que empecé, se está quedando sin dinero. Llevo unos tres meses sin saber si me van a pagar el mes a tiempo para poder apoquinar el alquiler del piso. Este mes ha sido el que más al límite he estado, la transferencia llegó ayer, y el último día para pagar la renta es mañana, me he salvado por los pelos de tener que echar mano de los ahorricos que tengo en mi otro banco y cada día el de más gente.

A parte de cambios, conscientes o no, también tengo una especie de código a lo padre de Dexter. No es que me dé por salir por las noches a liarla parda con una jeringuilla, la cosa va por establecer una serie de límites dentro de los cuales me he de mover por entender que es mejor seguir por ahí. Una de estas normas es la de no gastar dinero de los ahorros de España, es decir, que mientras viva en Japón debo ser autosuficiente. Esto implica que durante los tres últimos meses no me he comprado nada de ropa, he estado cocinando la mayor parte de lo que me he comido, me he apuntado a menos gambieventos de los habituales… hasta me he comprado un chubasquero de cuerpo entero para seguir viniendo en bici a trabajar aunque caiga la de Dios es Cristo. Bueno, esto no por hablar del desodorante, que he cambiado el Axe pequeñito por uno japonés el doble de grande pero la mitad de efectivo, y si no preguntadle al pastababas que secundará mi opinión a la vez que come gyoza y bebe té sorbiéndose la moquera.

DSC05490-1.jpg

Básicamente el dinero ha sido algo que no me ha preocupado demasiado desde que llegué, no es que cobrase un dineral, lo cierto es que cobro menos que lo que ganaba en Bilbao, pero tampoco es que me dedique a comprarme todo lo que vea. Un izakaya de vez en cuando, visitas al Uniqlo y dos o tres caprichos de los gordos en tres años.

Así que en todo este tiempo de cambios, es normal, pues, que yo haya cambiado también y lo he notado en la manera que he tenido de reaccionar a esta incertidumbre económica en la que me han puesto. ¿Pues no resulta que últimamente me lo estoy pasando mejor que nunca?, no es que no piense en el problema, que está ahí, sino que me he adaptado completamente sin un mínimo de amargura. Es como un paso más que la sola resignación: entiendo lo que pasa, sé lo que puedo y no puedo hacer para remediarlo, y sigo con mis historias.

Si en Bilbao me dijesen de repente que quizás ese mes no me pagasen, habría reaccionado muy diferente aún teniendo el apoyo de mi familia muy cerca y siendo la situación bastante menos grave, incluso si me quedase sin trabajo allí habría sido la mitad de serio que si me pasase aquí.

IMG_0081-1.jpg

Ayer me puse a pensar en las razones por las que aquí estoy tan tranquilo, tan feliz a pesar de todo. Creo que lo más importante es que estoy haciendo lo que me gusta: creo en la empresa, me gusta mi trabajo, me motiva y aprendo algo nuevo casi todos los días. No tengo que tratar con gente que me cae mal, no tengo más presión que la que me pongo yo mismo porque soy juez y parte en el proyecto, no hay ningún mal rollo al que enfrentarme a diario. Así que puedo decir que aunque mi economía ande parecida a la de Rumasa, profesionalmente estoy plenamente satisfecho. Si la cosa sale bien y despegamos, sería el tío más feliz de este lado del quinto pino.

A nivel personal estoy a medio soñar la mayoría de los sueños que he tenido siempre: sigo haciendo Karate y encima en uno de los mejores sitios del mundo. En Bilbao no pude porque no encontré mi lugar, y sabía que mi vida no estaba completa del todo. Así que saber que tres veces por semana voy a ponerme un traje blanco para hacer algo que sé que se me da bien, que me motiva por tanto que me pueden enseñar, hace que la parte física la tenga cubierta. Esto también he descubierto que es importante para mí, no sólo Karate, sino hacer ejercicio, creo que no ha habido ninguna época de mi vida en la que no haya hecho algo de continuo, aunque sea ir a correr por las noches.

DSC06573-1.jpg

Y descubriendo que es una gran verdad eso del Mens Sana in Corpore Sano, me da por estudiar japonés, ceremonía del té y aprender fotografía que me hace sentir que estoy haciendo algo con mi tiempo que merece la pena sólo por lo gratificante de los resultados que no dejan de mejorar, pero sobretodo porque pueden mejorar mucho más.

Añadiría a esto de la mente y el cuerpo, que también hay que cuidar el alma y entonces resulta que me da por escribir y descubro que las lágrimas que a veces mojan el teclado hacen las veces del psicólogo que nunca tuve. Me pasan muchas cosas por entre la mente y el corazón, y escribirlas es ordenarlas. A vosotros os cuento muchas de ellas, otras me las quedo para mi, pero qué alivio es tener las ganas de compartirlo, de sacar los pensamientos a secarse al sol para guardarlos bien templaditos después.

Además ésto es una cadena porque si te sientes bien contigo mismo, las ganas de hacer cosas salen de debajo de las piedras: que si disfraz del gatostiable, que si fotos y vídeos chorras… lo que me río yo con ello no tiene precio.

Así que no tengo un duro, de verdad que no, estoy más pelao que nunca. Pero mientras siga pudiendo pagar el hueco de Tokyo que me ha tocado, mientras el cocedero de arroz siga echando humo y mientras pueda seguir viendo a Hirokazu Kanazawa un par de miércoles al mes… ¡Me da igual!, que tengo muchas camisetas de Ikusuki para ponerme sin tener que ir al Uniqlo, que el Sushi está más bueno si se come una vez al mes, y que el Shinkansen le tengo ya muy visto y anda que Tokyo no es grande como para verlo dando paseos.

Y es que eso del dinero está sobrevalorado, no hay yenes suficientes para comprar lo que yo sentí el día que me saqué el cinturón negro, ni cuando salí en Ikebukuro a bailar. Tampoco me piden entrada cuando me siento en Honmonji por la noche a ver parejas de ancianos de mil años que van cogidos de la mano a rezar, y a día de hoy, eso del querer me lo dejan gratis.

Está claro que si cobrase el doble, mi vida sería mejor, pero ¿sabéis qué? que no sería el doble mejor ni de lejos.

Ikuliadas

Lo primero, así por comentar, es que en la última clasificación parcial de Bitácoras voy segundo…

:ikugracias:¡¡ Ole, ole y ole!! :vainas:
:ungusto: ¡¡ Cienmil gracias !! :gustico:

Lo segundo, mientras busco un wasabi que pique poco, que ayer me llegó un email de Youtube:

We have disabled the following material as a result of a third-party notification from Telecinco claiming that this material is infringing

Vienen a decir que se calzaban un vídeo porque Telecinco se había quejado por infringir el copyright. Tiene huevicos el asunto porque en el vídeo en concreto salía yo con una camiseta de las nuestras, bueno más bien de cuello para abajo porque habían hecho un montaje poniendo jetas de políticos. No es que me importe mucho porque al final es una chorrez y mira, así se hacen famosas las camis, pero sí que me ha dado rabia que se hayan quejado para que quiten el vídeo. Hombreeeee, eso si que noooooo

Dentro vídeo resubido: :jumjum:

Y además añado otro del mismo programa en el que también me utilizan cual capa de photoshop sin corazoncito ni ná:

Por cierto, si la tele está de verdad así por España, ya me habéis visto por allí que yo no vuelvo. Madre del amor hermoso, que sindios, que vergüenza ajena, que dislate y que cutrerío más ruín.

Y la última ikuliada. ¿Os acordáis que hace un montón de tiempo puse la voz a un videojuego de la NDS? Bueno, concretamente puse una palabra que tuve que leer cienmil veces… pues no había vuelto a saber de ello hasta que el otro día me pasaron un vídeo en el que se recopilan todos los «protesto» en todos los idiomas, ¡¡¡y parece que al final si que pusieron la mía!!!! El que se oye en el minuto 1, segundo 18 soy yo y toda la pesca!!!:

Se puede decir que Ikusuki aparece en los medios, de cualquier manera menos normal y en medios mu raros, pero aparecer aparecemos!!!

:D

Ale! Micaela! Fits!

¿Os acordáis del concurso de los chicles al que se presentaron Ale y Micaela?

!Pues que hay nueva edición!
¡y se han vuelto a presentar!
:vainas: :vainas:

Esto va por número de avistamientos YouTuberos, y si quedaron cuartos con el anterior vídeo con 188.490 pares de ojos que lo han visto hasta la fecha…

¡¡Para ésta tenemos que ayudarles a ganar!!
:copon: :otiaya:

Así que entre los dalantepatrases del FlashForward, los cojodiagnósticos del House y las verbenas del Dexter ved este vídeo muchas veces, por favor!!!

También tenemos un «Cómo se hizo» en el que sale Micaela al principio con las gafas de Rapel hablando inglish pitinglish como Muzzy pero en rápido y con voz de chica, y después sale un montaje en el que se ve hasta como un paisano se pone a bailar con ellos!!!

:secretico: Por cierto, Micaela así como pa mi? ¿no? ¿no? :secretico:

Pero el vídeo que hay que efecincoear hasta que no se vea la F es este!!

Además que van ganando!!! jajaja, me encantan estas cosas!!!

¡¡ Mucha suerte !!
:gustico: :gustico: :gustico:

Al llegar las cinco de la mañana

Al llegar las cinco de la mañana, la noche agoniza amenazando con dejar al descubierto lo que ocurra a partir de su muerte, pero jurando llevarse a la tumba los secretos acontecidos bajo su cobijo.

La música se para dando tregua a los oidos y los focos se encienden poniendo a trabajar a las pupilas que estaban a media jornada viendo el doble de la cuarta parte en el mejor de los casos.

Los vasos desaparecen de su sitio y no queda otra que unirse a la procesión de almas desterradas en busca de algo que desayunar al amparo del sol que amanece, a traición, por la espalda.

El olor a tabaco es omnipresente, no hay un sólo zapato limpio y la garganta únicamente alcanza a emitir sonidos cuatro tonos por debajo.

Se hacen amigos que lo son el doble, amistades de hielos, burbujas y grados de fermentación que son testigos, bajo pena de querella por claúsula de nocturnidad, de manos que se escapan y besos con coartada que se esconden, altaneros, por lo bajo.

El estómago no sabe muy bien si aceptar lo que le ofrece el sentido común, y con ambos dando vueltas montamos en trenes cuyo estómago alterna jubilados con mochilas y cuerpos malogrados de almas dormidas que van a su exilio al son de amagos de latidos de corazones agonizantes. Huele a lágrimas de alcohol, a sudor de desencanto y, a veces, hasta a humo de contento.

Volvemos a casa defendiendo, una vez más, el título de campeones trasnochadores del vecindario, aunque, cabeza gacha, tratamos de no ostentarlo por evidente que resulte en un lugar donde lo único fresco que no acompaña al amanecer es lo que se nos vé entre la coronilla y el talón de aquiles.

Al llegar las cinco de la mañana los cuerpos quieren dormir y cuando lo consiguen, las mentes todavía no pueden distinguir si lo que ven es real o ya no.

Lo peor es no saber qué sendero elegir, si seguir un rato más por el de curvas de los sueños, o atreverse a tomar el desvío de cuestas del despertar en el que hay que pagar peaje a la luna por su servicio de confidencialidad. Y es que es terrible acordarse de golpe que ésa tipa sólo se conforma con dolores de cabeza, engrudo en las papilas y tragaderas del revés.

DSC_0057-1.jpg

Nekostiable chronicles

Érase que se era que me presenté a los premios de Bitácoras y que como este blog es raruno como él sólo, al final la categoría elegida fue «Mejor Blog Personal».

Como para votar en Bitácoras hay que estar registrado y puede ser un poco lío, para recompensaros el esfuerzo aunque más en broma de la mala que en verdad de la buena, prometí cantar una canción comiendo Wasabi. Como la cosa prosperó, empecé a poner encuestas, y en la primera elegistéis «Desde Santurce a Bilbao«, bueno, vale, como todavía queda bastante para que acabe el concurso, vamos a seguir con la historia, pensé.

Seguía yendo primero y toda la pesca, así que nueva encuesta para pensar en la ropa con la que se iba a desempeñar tamaña gesta, y en un gesto cabronilense elegistéis al gatostiable.

:gatostiable: :otiaya: :menfadao: :copon: :cry:

Como el blog seguía estando ahí arriba del todo, aunque ya no va primero, pensé que me libraba. Pero como ya había metido en el ajete a más gente para que me ayudasen a grabarlo, decidí que nos vamos a liarla parda de todas formas, que las risas que nos podemos echar todos con ello pueden ser chicas.

Así que ayer me fuí de compras…

El plan: ir a Shibuya disfrazado del gatostiable con txapela y ponerme a cantar «Desde Santurce a Bilbao» dándole un bocao al bote de wasabi entre estrofa y estrofa. Darán cobertura al evento NereLorcoTV y Zordovisión (y todo aquél que quiera apuntarse). Después habrá cervezas (antes casi seguro que también) e izakayamiento nomihodaiense.

:gambiters:

El día: no está claro, un sábado seguramente… de momento vamos a dejar que acaben las votaciones, aunque el vídeo se va a hacer de todas formas.


Pipipipi!! ¿si? ¿compañeros? ¿si? noticia de última hora!!! pipipipi!!!!

Si os dice eso de que no habéis generado actividad o no se qué, lo suyo es votar primero algunos posts que os hayan gustao u establecer contacto con usuarios ya existentes…

Pipipipi!! despedimos la conexión!!! pipipipi!!!!


El caso es que sólo los tres primeros que queden finalistas pueden optar al premio que elige luego un jurado, ¡¡y voy cuarto!! ¡¡cada voto cuenta!!

¡Dadme una alegría, hombre, que no queda ná!
¡peor lo tenemos yo y mi dignidad!
:ungusto:

Votar en los Premios Bitacoras.com
Mejor Blog Personal
:ikugracias:

El ikupodcast

Esto me llevaba rondando por la cabeza bastante tiempo, y la verdad es que todavía no tengo claro si seguir adelante con ello o no, así que aquí lo cuento para ver qué me decís sobre el tema.

La idea feliciana que se me ha ocurrido es hacer un podcast leyendo algunas de las historias escritas en el blog. Últimamente he empezado a releerlo desde el principio para empezar a escoger lo que va a ir en el libro, y la verdad es que me han gustado muchas que son muy antiguas.

Así que mira, ya tengo dos razones para hacer esto: una para que no caigan en el olvido dándoles un nuevo enfoque, y la otra para poder grabar un CD de vez en cuando que enviarles a mis padres y así de paso me escuchan y se enteran de algo de lo que hago yo aquí, que sin internet la verdad es que no saben de mí más que lo poco que hablamos por teléfono.

Tengo que enterarme cómo se hace para poder suscribirse desde iTunes y todo el tinglao, pero de mientras aquí va la historia más reciente a modo de prueba para que me digáis si esto mola, o es una chorrada como un piano que no tiene ningún interés:

En caso de seguir, iríamos a una por semana, y como en el libro, puede que haya alguna inédita que sólo salga por ahí… :secretico:

¡Sed sinceros!

Pepsi Azuki

El Sr. Pepsi que no puede estarse quieto, el tío se ha comprao el quimicefa y si no lo usa le sale urticaria. Ya ni sé las Pepsis que ha sacao el hombre, que si la de pepino, que si la Blue Hawaii, que si al Yogurt, la Shiso que la probé pero que no ikuanalicé…

El azuki éste es un dulce que se hace de pasta de alubias y que aquí se usa muchísimo en un montón de postres. La pasta es roja y eso sabe muy dulzón y es bastante denso, pero está bueno, a mi me gusta por lo menos.

Pues la Pepsi que nos ocupa es de esto mismo, roja como un alemán en Mallorca:

El caso es que el color me recuerda a algo…

DSC_0017-1.jpg

¿El sabor? pues tú imagínate que coges un flash de fresa descongelao y le metes burbujas. Tal cual, de azuki tiene lo dulce porque otra cosa…

Pido perdón de antemano por el vídeo que viene ahora, pero es que no me he podido aguantar… subid el volumen que se oye bajito!

:D

Aquí Matías me lleva la cuenta de todo lo que ha entrado en el ikubuche…

:peneke:

Y eso de Japón… (conclusión)

Esta es la conclusión de la historia de cómo llegué a vivir en Japan sin pan. Lo suyo es leerse primero las otras tres partes:

Y eso de Japón…
Y eso de Japón… (II)
Y eso de Japón… (III)

Hasta este punto podríamos resumir esto de Japón en:

– Me dieron una beca del Gobierno Vasco para ir a Tokyo seis meses en el año 2001
– Bea se vino conmigo con visado de turista, y al de un mes ya estaba trabajando con visado de un año
– La beca se acabó y volvimos a Bilbao con un proyecto de la empresa de Beatriz que hicimos a medias a lo freelance moderno guay
– Después de pasar por dos trabajos basura, acabé con un curro decente en el que estuve una temporada larga olvidándome de volver a Japón

Contaba justo al final de la última parte que después de muchos años Bea y yo dejamos de estar juntos. Lo cierto es que fueron momentos muy duros y los detalles son exclusivamente nuestros, pero sí que contaré que después de aquello la brújula ya no sabía para donde mirar. Sí que pensé que quizás me vendría bien un cambio de aires y empecé a escribir emails aquí y allí. Así retomé contacto con el presidente de la empresa donde Beatriz trabajó en Tokyo, un Irlandés con el que había coincidido algunas veces porque siempre nos invitaban a los dos a las cenas de trabajo.

DSC04061-1.jpg

Yo siempre había tenido muy buena imagen de esa empresa, un sitio donde trabajaba gente de muchas nacionalidades y que habían acogido tan fácil a Beatriz a pesar de saber que sólo iba a estar seis meses, tramitándole el visado y toda la pesca, así que digamos que me caían bien. Además hice trabajos temporales para ellos como traducirles la página web a castellano, así que sabía bastante bien qué era lo que hacían y cómo parecía que lo hacían.

Total, que le escribí preguntándole si tenía algo para mi, y resulta que estaba empezando con un nuevo proyecto que hablaba de crear una red social al estilo de Facebook pero con una perspectiva bastante diferente. La cosa pintaba bien, y después de hacerme llegar, firmar y reenviar un documento de confidencialidad, me pasó la documentación. Allí nos empezamos a emocionar, yo añadí nuevas ideas y empecé con un pequeño prototipo probando distintas configuraciones y tecnologías, tuvimos conferencias por Skype… sonaba serio y hasta habían empezado a tramitar los papeles para crear una nueva empresa.

DSC04067-1.jpg

Pasé un par de meses currando por las noches y los fines de semana mientras el mundo a mi alrededor se había ya desmoronado del todo, así que se me ocurrió que un cambio radical me ayudaría, al menos, a ver las cosas de otra manera. Desde Japón me decían que dejase el trabajo y empezase el proyecto nuevo desde casa, pero no era precisamente lo que yo quería, así que les dije que quería volver a Tokyo, al menos, una temporada.

Pero claro las empresas eran distintas, aunque el dueño era el mismo, y una estaba fundada en Japón mientras que la otra en América, así que si quería tener visado y vivir aquí no quedaba más remedio que trabajar en la de Tokyo, que era la misma en la que trabajó Beatriz, y el presidente de ésa empresa era otra persona distinta que no tenía porqué estar de acuerdo con todo esto…

DSC04064-1.jpg

Total, traduje mi CV y me encontré de repente escapándome de la oficina y yendo al coche porque un señor de madre japonesa y padre americano me iba a llamar para hacerme entrevistas de trabajo en un perfecto inglés del que no entendía de la misa a la half.

Así pasaron un par de semanas hasta que me dijeron que me cogían, que dejase el trabajo, comprase el billete de avión y me mudase a Tokyo. Que me contrataban en la empresa japonesa a media jornada tramitándome el visado, y la otra parte del tiempo lo dedicaría al proyecto de la empresa americana aún estando físicamente siempre en la misma oficina.

DSC04081-1.jpg

Mira por donde, 5 años después me encontré en el mismo lugar al que había acompañado a Bea a hacer su entrevista, pero ésta vez era yo el empleado.

A partir de ahí ya sólo quedaba tirar para adelante con esta nueva vida de salary man dos semanas al mes y programador el resto, con dos sueldos distintos, un inglés que desoxidar, un japonés que aprender y un español que no olvidar.

Así estuve año y medio hasta que finalmente pasé a trabajar sólo para la empresa americana aún viniendo a la misma oficina, y aquí seguimos hasta hoy mismo. Si alguien está interesado en qué paso desde entonces, por aquí se puede empezar. Sobre qué pasará a partir de ahora… eso no sabría decir.

DSC04110-1.jpg

Ikuworld in the suki

Esteeee…..

Ikusuki in the world

Pues nada monada, que estaba yo pensando que si dices kukusutruchuuuuu se te queda la boca ahí con morritos, pero que si dices ikusukiiiiii se te queda una sonrisica. Mira tu qué cosas tiene el cuerpo humano que es sabio como él sólo.

Kukusutruchuuuuu–> morritos, Ikusukiiiiii–> sonrisica

¡Sonrisica! ¡sonrisica! ¡sonrisica!

Bueno, ¡al asunto!, que se nos iba llenando el buzón de mucho bueno, y ya iba siendo hora de enseñar el arte que la ikupeople destila allá por donde pasa.

Como dijo el Sr. Don Lego:

esto yo lo veo más así como por partes

Nacho y Adela se fueron a Estambul este veranito y que si ponte allí, que si me pongo aquí, que si así, que si asao, total, que se acordaron de inmortalizar, kotoba en ristre, tan magno momento:

DSCF4577.JPG

Pero es que luego Nacho pensó que en Libia quedaría así como chulo un IkuFuji ahí nevao puesto, así que para Ubari se fué y en esas estaba cuando le afotaron in ikufraganti y de espaldas (menos mal, porque si me lo sacan de frente, poco Fuji íbamos a catar):

DSCF6385.JPG

:ikugracias:
Nacho y Adela
:ungusto:

Y como Nagore esto de no salir en el ikublog no lo lleva nada bien, y no veas nosotros cómo nos alegramos, marchó a La Pedrera en Barcelona y allí se encaramó en lo más alto de más arriba de según subes. Dice que no hubo tamagos de salir sin gente detrás, pero vamos que todo queda eclipsado por ella y la IkuEki

DSCF4577.JPG

:ikugracias:
Nagoooo
:ungusto:

Después Danikaze, que no tenemos claro si se hace llamar así porque le dan ventoladas, o suspira mucho, o es que tiene fiebre a todas las y cuarto, dijo que qué mejor momento que cuando fuera que fuese para salir con la kotoba en dos fotos flipantes que nos ha hecho llegar:

:ikugracias:
Dani y Canuto
:ungusto:

Gaeta, actualice el mapa!


Ver Ikusuki in the world en morsavisión

Yo mucho Tokyo y mucha gaita, pero la verdad es que últimamente los viajes que hago son al súpermercao a por arrozico, así que me dáis una envidia…. cagüen, a ver si sale el proyecto este bien y me forro y veo un poco más de mundo más alla de Shinjuku y los jostos (que digo yo… ¿y si me meto josto y dejo las teclas? hola shattaaaaa, irazaimaze, ¿qué tal el trabajo? ¿que la yamanote estaba petada hoy? ay pobrecitaaaa, ven aquí, ven aquí, shataaaa, cuéntale a Toscachan…)

Bueno en fin… que así que de tanto que nos hemos emocionado la Tita Bea y el Tito Tosca, hemos decidido así en un ikurepeluco que las dos próximas Kotobas de chica talla S y las dos próximas Kotobas de chico talla M que se compren van sin los 6€ de gastos de envío…

¡A tomar por cleta la biciculo!

Es decir, que te llevas la cami por 16€ tal cual. No preocuparse que con el cartero ya nos entendemos nosotros…

:palizero: :otiaya: :ostiejas: :nunchakero:

¡Ojo! sólo las Kotoba y sólo en estas tallas:
Chica S (36 ancho x 55 alto) quedan 2 – 1
Chico M (50 ancho x 70 alto) quedan 2

La estructura del libro

Como algunos ya me dijeron, quizás lo más difícil de la aventura esta del ikulibro era empezar. «Todo es ponerse, todo es ponerse, resumen de una vida: todo es ponerse» dicen de vez en cuando los Celtas Cortos por mis auriculares, y qué razón tienen. Así que ya que nos hemos puesto y tenemos un título y una introducción, ahora toca pensar en qué va a haber entre la primera y la última página.

Lo primero que pensé fué copiar directamente las entradas del Kokoro del blog y la duda que me surgía era si ordenarlas cronológicamente o por algún otro criterio y rápidamente decidí que lo primero tenía más sentido porque así el lector no se perdería la perspectiva del tiempo, la progresión de estilos y temas.

Y es que recuerdo enviar las primeras historias de este tipo a Bea para que me aconsejase sobre si escribirlas en el blog o no porque quizás eran demasiado personales y no cuadraban con el resto. Al fin y al cabo esto era ya un blog sobre Japón más y no recordaba haber leido nada parecido en ningún otro. Había mucho de vergüenza en ellas, de inseguridad por contar cosas demasiado personales, y además, ¿para qué iba a querer nadie leer que yo pasaba frío por las noches?

Al final se fueron publicando, primero tímidamente y conforme el invierno se iba acomodando la cosa fue a más. Tanto es así que ahora mismo escribo una casi cada semana, a veces con situaciones vividas horas antes, otras sacando espinas clavadas mucho tiempo atrás y lo cierto es que a veces pienso que casi ninguna de las publicadas tiene un final feliz aunque me siento un privilegiado por haber vivido cada una de ellas. Algunas con otros finales también me han pasado, ¿eh?, ya irán saliendo… por si a alguien le interesa.

Así que pasé a la acción y me puse a maquetar algunas de las entradas como la que habla de la entrañable anfitriona de mi barrio y que considero la primera que escribí de este tipo, y empecé a imprimir distintos diseños. Aquello quedaba soso, ahí hacía falta algo más que letras, así que decidí que cada una de las entradas iba a tener, al menos, una foto que la acompañase y a todo color, lo más grande posible y con la mayor calidad que se pueda. Si hay que salir a la calle a sacar nuevas específicamente para el libro, se sale, todavía estoy en Tokyo y estoy muy a tiempo, total esto es algo personal y no tengo a un jefe que me diga que lo saque en un mes. Prefiero tardar el doble y hacerlo lo mejor posible.

También decidí que éstas historias iban a estar copiadas tal cual, con correcciones gramaticales y ortográficas, pero que me iba a permitir el inmenso placer de escribir algo sobre cada una de ellas a modo de introducción o conclusión. Por ejemplo, en la historia del malnacido aquél que pegó a la chica en el tren, la cosa quedaría más o menos así:


Lunes, 28 de Septiembre de 2009

Get your fucking hands out of me

Sobre las diez de la noche, apenas cuarenta minutos antes, estaba esperando el tren en la estación de Ikebukuro. Venía hasta Meguro donde, bici mediante, voy a volver a casa a dormir después de escaquearme de Karate y darme el placer de una buena cena en compañía de todavía mejor gente….

[…]

Después de toda la historia, en la siguiente página iría una foto ocupando la hoja entera, en este caso la foto no ha sido tomada aún, así que tendré que sacar una que tenga que ver con lo contado, como por ejemplo del tren marrón de la Yamanote. Esto de buscar imágenes a las historias es emocionante, por cierto.

Y en las siguientes dos o tres hojas vendría una reflexión o conclusión, como ésta que ya tengo escrita:

Lo que pasó después de ese momento es que sentí que era extranjero más que nunca. Esta sensación se nota sobretodo al principio, la de tener muy presente que eres diferente al resto: te entra una especie de complejo por el que crees notar que todo el mundo te mira, que eres el centro de atención allá donde vayas.
Pero luego es fácil que se te olvide porque al final sigues una rutina de diario que te abstrae y te acabas acostumbrando de tal manera que ni te enteras. En Tokyo uno pasa desapercibido excepto a los ojos de algunos niños que hasta te señalan divertidos (o asustados).

Yo ese día ví como uno «de los míos» hizo la barbaridad que hizo con unos aires de superioridad que yo habría imaginado sólo dentro de una película de Tarantino. Fue tan terrible la imagen que dió, tan impactante para todos los que allí estábamos, que yo no puedo evitar pensar desde entonces que a todos los extranjeros nos meten en el mismo saco hasta que nos ganemos la imagen contraria.

Ahora ando con mucho ojo cuando me cruzo con alguna persona del estilo de ese malnacido, y si yo como extranjero tengo ya ese prejuicio metido en la cabeza, me parece lógico pensar que cualquier japonés que se encontrase en ese vagón lo alimentase también.

No es bueno generalizar, no es bueno tener prejuicios, pero son inevitables a veces y, sin tener razón, parecen hasta razonables en según qué situaciones.


Otras veces no será una conclusión, sino una introducción del contexto en el que sucedió la historia, algo como «por aquél entonces yo seguía trabajando en la empresa de Meguro, aunque todos mis compañeros ya eran excompañeros y algunos hasta examigos…».

Y así, con ésta estructura, el libro contendría de principio a fin toda la historia de cómo llegué a Japón y qué iba pasando por el medio: cómo fueron surgiendo las distintas actividades que hago ahora: Karate, ceremonia del Té, Yosakoi… teniendo como eje principal las historias ya publicadas en el blog, pero rodeándolas de un contexto, una continuación e imágenes. También anticipo que habrá alguna historia que estará únicamente en el libro y de hecho ya tengo una en mente que nunca me he atrevido a publicar aquí.

Creo que por aquí van a ir los tiros. Es decir, esto no va a ser una guía de Japón donde me ponga a explicar cómo es un Maid Café, porque para empezar no tengo ni idea, sino que va a contar mi vida aquí tal y como yo la estoy viviendo, sin velocidades de conexión a internet ni megapixeles de móviles, ni tribus urbanas de Harajuku, pero sí con amores al té verde y desengaños con cerveza, soledades de interior y amistades de trenes, bares y futones, patadas con respeto, gritos de contento y llantos de felicidad triste.

Una vez más, necesito vuestra ayuda:
– ¿qué os parece que tire por aquí?
– ¿hay algo más que os gustaría que se incluyese como excursiones u otra cosa?
– ¿algo de lo que he puesto aquí no os pega ni con loctite?

:ungusto:
                        :ikugracias:

La chica de Shimokitazawa

El día que compré la cámara de fotos grande decidí darme una vuelta por Shimokitazawa porque por aquél entonces la energía y la ilusión con las que cogía los fines de semana todavía no entendían de obligaciones y rutinas. Eran otros tiempos, a veces pienso que mejores aunque no los cambiaría por los de ahora de patadas de Karate y bailes de Yosakoi cuyo sudor tiene, a menudo, más que ver con el corazón que la propia sangre.

Recuerdo una lista interminable de barrios de Tokyo que iba recopilando durante la semana. A veces los veía por internet, otras me los contaban y yo siempre lo apuntaba todo. Cuando llegaba el viernes por la noche elegía uno, normalmente al azar, y copiaba los datos a lápiz en el reverso de unos papeles de origami que hacían las veces de postit: líneas y estaciones de tren, horarios, tiendas… Nunca pude hacer nada más que la grulla con ellos, pero supe darles un buen uso, al fin y al cabo componían las figuras de mis fines de semana.

Las pupilas saben que el escenario es el mismo, y el personaje principal sigue siendo el que sale en mis espejos, pero es claro que la función parece haber cambiado de acto y no ha lugar volver atrás porque aquello ya se representó con éxito. Hoy los sábados son de Karate y los domingos de Yosakoi aunque siempre haya entreactos en papel de origami y esperanzas con agujetas.

Había mucho de arrepentimiento aquél día, y los venideros, por haberme comprado una cámara que necesitaba de mucho más que un bolsillo para acompañarme, y supe entonces que el dineral que me había costado iba a costar ser amortizado entre tantos botones y ruedas porque seguramente el modo automático iba a mirar por encima del hombro a las ganas, o la pereza, de aprender a manejarla.

Quizás para tratar de olvidarme de tan caro, pesado y aparentemente inútil colgajo, decidí que ya iba siendo hora de marcar el teléfono que aquella chica me había enviado después de unos cuantos intercambios de mensajes con más mensaje que letras escritas. Siempre habíamos bromeado sobre que no nos íbamos a poder entender porque ella no hablaba inglés y yo tampoco japonés, pero que seguramente nos llevaríamos bien porque, al menos en aquellas palabras escritas en pseudoinglés, parecía que nuestros temples entendían a templarse mutuamente.

La llamada fue un desastre y acabó conmigo esperándola en la salida de la estación opuesta a la que ella me explicó de mil y una formas.

Don’t move, ne, ima ikimasu kara -me dijo
Ok -contesté a lo primero, con esperanzas de que lo segundo fuese lo que yo creía haber entendido
Osukaa? – escuché al de unos minutos- halooo

Cuando me giré vi a la chica más guapa del mundo y pensé que si era ella de verdad, entonces iba a pasar todas las noches de mi vida en vela estudiando japonés para poder seguir viéndola el máximo de los latidos que me quedasen. Me dolían los ojos a causa de su sonrisa y si los cerraba la seguía viendo porque ya me había cegado para siempre jamás. Su piel morena se burlaba de cualquier tópico, su pelo parecía dibujado y colocado al milímetro sobre aquellos ojos tan distintos a los míos, que no podía dejar de mirarlos.

Haloooo, nice to meet you finally -me dijo como pudo
Very nice to meet you -dije como pude esforzándome el doble que ella por hablar y no sólo por el idioma

Después fuimos a un bar, un irlandés de éstos que tan buena suerte me traen y pusimos dos jarras de cerveza negra entre nuestras sonrisas, la mía la más estúpida del mundo, la suya haciéndole competencia al sol. Yo no era yo. Era verano y tenía frío, y habría tenido calor de ser febrero porque mi cuerpo estaba desajustado por no saber qué hacer con todo aquello que le llegaba por los sentidos.

No fuimos capaz de acabar ninguna frase por culpa del idioma, pero el punto y coma lo poníamos riéndonos en todas y cada una de ellas.

Y parecía tan de verdad que yo me lo creí por si acaso.

Quedamos algunas veces más después de aquella, y yo siempre llevaba la cara de tonto puesta desde casa. Hasta que aquella mañana de domingo en el parque de Yoyogi dijo que quería hablar conmigo. Sonó tan serio que estuve nervioso, más si cabe, desde el primer minuto que la ví. Bajo el cotilleo omnipresente del sol paseamos durante largo rato hasta que nuestras piernas acabaron tomándose una tregua consentida en un banco. Allí me cogió de la mano derecha con su mano izquierda y puso la otra encima. Todo el calor del mundo se fué allí, a esos cinco dedos que daban envidia, de la mala, al resto del cuerpo. Deseé ser tan pequeño como mi mano y poder recostarme en una y taparme con la otra para dormir allí acurrucado para siempre.

Costó mucho, muchísimo, que empezase a hablar, y yo que sabía que lo que fuera que fuese que me quería decir tenía que ver con grietas y ventrículos, esperé pacientemente atesorando el tacto de sus manos mientras respiraba el olor pregonero de su silencio agridulce.

Hace tiempo que te quiero decir algo -su inglés sonó perfecto, se notaba que se lo había preparado- y es que tienes que saber…

Ya está, se acabó, un mes había durado el sueño y ya iba siendo hora de despertarse -dijo mi mente- Si, dime -camufló mi garganta.

Con una lágrima quitó el pestillo y las puertas de su alma se abrieron dando un portazo por la corriente provocada por sus miedos y temores. Habló de nacionalidades y de personalidades, de futuros hipotéticos y almas partidas en trozos que nadie supo juntar de nuevo del todo. Y todo sonó tan razonable, tan poco a mentira, que no pude más que acatar todos y cada uno de sus secretos.

Y de doloroso acuerdo, no nos volvimos a ver más que entre las líneas de algún mensaje que todavía hoy compartimos entre primaveras y otoños.

Ahora yo también guardo un secreto. Y es que la veo a veces cuando amanece sin nubes y después de mirar al sol por un segundo, vuelve su sonrisa a rubricar mis párpados por el lado de dentro.

DSC_0013-1.jpg


El último empujón

No queda nada, la semana que viene los señores de Bitácoras tendrán a bien anunciar los blogs ganadores de éste año. El ikublog resulta que aparece en varias categorías, pero en la que mejor situado está es en la del blog personal. El caso es que después de ir en cabeza todas las clasificaciones parciales, ya había liado a un montón de gente para hacer el vídeo vestido del gatostiable comiendo Wasabi cantando «Desde Santurce a Bilbao«, y teníamos hasta el plan hecho: nos íbamos a Shibuya con más de una cámara, con una me grababan a mi haciendo el asunto y con la otra grababan la reacción de la gente. Ese vídeo iba a ser épico, habría un antes y un después en mi vida…

¡¡¡ Como que estoy por hacerlo de todas formas !!!
:pirao:

Hombre, si ganase lo haría con más gustico, pero total, el ikublog no ha ganado nada nunca y tan felices que andamos. Así que si os pega el quarter of hour, me vendrían bien unos últimos votos, pero vamos que el vídeo ¡lo tenéis fijo!. La que nos vamos a reír haciéndolo el Guille, la Nere, el Rodri y todo el que se apunte va a ser parda.

Votar en los Premios Bitacoras.com
Mejor Blog Personal
:ikugracias:

El bocatakoyaki

Ahí va un haiku…

El post regulero
ha durao poco ahí en primera plana,
que lo he quitao en un sofoco porque me ha dao la gana
y era sosero

Que es que he encontrao los puñaos de megapunticos de colores arrejuntaos (también llamados «foticas») del bocata que me zampé el otro día y esto es menester tener a bien colocarlo para deleite y regocijo de la hija y del hijo.

Todo señor ilustrado que se precie debería saber lo que es el takoyaki: un bolondrio que parece una albondiga pero que dentro tiene un cacho pulpo metido. Eso se come teniendo mucho cuidao porque la pasta esa quema que da gustico, que en la última me cautericé el piloro.

Bueno, compañeros, pues en el combini de la esquina, que está a mano y de ahí el nombre, resulta que han empezado a vender eso entre pan y pan, lo que en un alarde de creatividad sin precedentes documentados he llamado como:

¡El bocatakoyaki!
:cocinicas: :arrozico:

Dentro puñaos de megapunticos de colores arrejuntaos!

Está bueno siempre y cuando se tenga en cuenta el factor cauterizante.

Pinchándole aquí a Matías, salen más productacos:

:peneke:

La patrulla de la bulla de Shibuya

Yo ya había leido algo de ésta gente, pero el vídeo que ví ayer me ha acabado de dejar chato , así que procedo a :comillo: escribir :comillo: el post regulero que, afortunadamente para vosotros, ha dejado de ser semanal para aparecer cuando le sale de sus floridos tamagos perfumados.

El tema de la apotema es que por Shibuya de vez en cuando se ven unos rascayús vestidos del Combat School que no queda muy claro de qué rollo van. Ahora que tampoco llaman demasiado la atención entre los de los pelos cardaos y las gambiteras de las piernacas (te sale un hijo josto y lo tendrás que querer, digo yo)

Pues estos elementos resulta que van en plan patrulla vecinal a «poner orden» llamando la atención a todo aquél que consideran que está molestando. No son policías ni gaitas in vinegar, sino unos tipos que se creen que hacen un servicio a la comunidad pero que se han crecido mucho y se están haciendo famosos por sus malas maneras. Yo no he tenido el placer de tener ninguna con ellos, de hecho sólo les he visto un par de veces, pero si les juzgamos por los vídeos, la verdad es que parecen lo más tonto’l nardo que ha parido madre:

La palma se la lleva éste: resulta que a un chico africano que estaba tranquilamente apoyado en el guardaraíl le empezaron a tocar los mandinguis para que se levantase y él les pregunto que porqué. Entonces ahí fueron subiendo el tono hasta que el marine rantamplán empezó a decir que «le estaba hablando a un samurai» y gilipoyeces del estilo…

:peneke: :porsaquil: :palizero: :otiaya: :nunchakero: :menfadao: :bythesegao:

Para colmo al chico se lo llevó la policía, aunque le soltaron al de nada después de unas preguntas.

Yo lo tengo claro, a mi se me acerca un tarao de éstos a decirme que no me siente en la acera y le hago caso para no tener que aguantar payasadas. Ya nos resentaremos si eso en cuanto doblen la esquina aquí los rangers de Shibuya. Ya véis, ser gilipoyas no entiende de razas ni de nacionalidades… para que luego vayamos por ahí generalizando.

:regulero:

Fuente: Japan Probe
Escrito en ocho minuticos entre bocao y bocao
:cocinicas:

:bythesegao:

Ikebukuro Yosakoi 2009

Domingo 11 de Octubre

Efectivamente, de tanto quererlo, pasan las horas volando y ya estoy otra vez en Ikebukuro, aunque ésta vez no soy el último.
Se repite lo del día anterior, con mejor tiempo y más ganas si cabe, pelamen, maquillaje y ensayos en el parque incluidos.

Miguel, al que conocí el día anterior, se ha apuntado también hoy así que le paso la cámara de vídeo para que no se pierda detalle y ya pasa el día con nosotros (¡gracias Miguel!). Hoy también viene Michiko que se ríe mucho del maquillaje y me dice que no me vuelve a hablar si ese domingo salgo de Ikebukuro sin novia.

Empieza el primer baile, también con nervios que se pasan pronto y con muchas ganas. Tantas que en un punto de estos de gritar se me escapa un naruko volando cerca de la cara de un señor bajito del público. Miguel lo graba en vídeo, yo no sé muy bien qué hacer y me dá por reirme mientras sigo bailando con uno sólo, entonces el señor lo recoge del suelo y me lo devuelve, y yo sigo bailando sin poder aguantarme la risa.

Después bailamos dos veces más y ya sólo nos queda el último, el que puntúa para el concurso. Yasuki, el responsable del grupo, es un tipo pequeño muy flaco que mojado no pesará más de 50kg, pero tiene una personalidad arrolladora. El tío nos junta a todos antes de cada baile y nos grita cosas en un japonés rudo, casi violento que contestamos a gritos. Vaya si motiva el asunto.

Durante la espera de éste último baile, los sentimientos están a flor de piel, algunas chicas se abrazan entre ellas. Ganbatte se escucha entre risas, nervios y juegos. Ganbatte ne.

Otros estiran en silencio… cada cual prepara el momento que está por venir a su manera.
Alguien me coloca bien la capa, la miro, le doy las gracias y no puedo evitar darle un abrazo aunque no sé ni su nombre. Ganbatte ne.

Los sentimientos de todos se entrelazan y forman uno sólo que se debe notar hasta en Shinjuku.

Ya nos toca. El último, el que importa, el que resume todo.

Cuando acaban los de delante, Yasuki nos junta, hacemos un corro en medio de la calle. Grita cosas entre las que entiendo «último» y «corazón», y después las de siempre a las que todos hacemos el coro: sore sore sore soooran hacemos que retumbe, que se oiga y de paso que se nos incomode la espina dorsal al levantar el puño. Ya está liada. Mirar para atrás es de cobardes, no desafiar al mundo está penalizado.

Volvemos a las filas, a la formación y nuestro compañero ya tiene el micrófono. Nos presenta y acaba con un yoroshiku onegaishimasu! que, una vez más, coreamos con una reverencia. Uno… dos… y separamos la pierna derecha. El nombre del baile nos agita las entrañas de nuevo: ¡Appareeee!, ¡Ha! contestamos y después ya sabemos bien qué pose nos toca, más nos vale.

Con el primer acorde elevamos la mano al cielo y las nubes ya son testigo del resto.

Qué sensación. Qué manera de ser feliz por cuatro minutos, qué plenitud. Sólo me acuerdo del corazón, ni idea de qué hizo el resto del cuerpo.

Volvemos a apuntar a las nubes con el último acorde y veo que no se han atrevido a moverse ni un milímetro.

¡¡Arigato Gozaimashita!! gritamos, y salimos corriendo para juntarnos más adelante. Nos abrazamos, reímos… y de repente muchas personas del grupo se ponen a llorar. Nadie consuela a nadie, no hay nada que consolar. Ojalá llorásemos así todos los días de nuestra vida. No quedaba más por hacer que explotar, nos lo hemos ganado.

Iro iro arigato me da por decir a todo el que se pone delante, «gracias por todo». Y de verdad lo siento así: gracias por tener la paciencia de explicarme el baile una y otra vez, de que no importe que no entienda japonés tan bien, por dejarme estar ahí a pesar de haber faltado muchos días. Gracias Jorge por llevarme a esto. Gracias a todos. Por todo.

Después de las cervezas, la cena y las risas, me despido de los que quedan. Me cruzo con Yasuki y me responde con un abrazo, este hombre es todo nervio.

Mientras espero al ascensor viene Hory, la primera persona que ví el primer día que entré a aquella sala donde un montón de gente estaba bailando.

Hory, muchas gracias por todo, de corazón, me lo he pasado como nunca. -no habla, pero sonríe. Me abraza por un rato.

Vete con cuidado, ne, Oskar.

Si -y desde dentro del ascensor veo cómo se queda a esperar que las puertas se cierren.

Hace tiempo que ya es de noche. En la Yamanote camino de casa veo mi reflejo en el cristal de las puertas. Un chico bajito, con un pelo indefinible que deja ver sus entradas con claridad. Va en vaqueros y lleva un niki blanco, una sudadera verde y amarilla con capucha, unas playeras azules y una mochila roja cargada hasta los topes de mucho más que ropa.

Has salido enfrente de un montón de gente en Tokyo a bailar -parece decirme- ¿no es acojonante?

Si lo es, si

Los vídeos que grabaron Guille y Miguel los tengo todavía que procesar con más calma, este de aquí es el que grabó Zordor, que llegó a punto para este último baile.

:ikugracias: ¡Gracias a todos! :ungusto:

¡Por ahora me libro!

¿Os acordáis de la ikupromesa?, ya íbamos concretando el asunto:

Si ganaba el premio de Bitacoras al mejor blog personal cantaba «Desde Santurce a Bilbao» comiendo Wasabi vestido del gatostiable. La siguiente encuesta que tenía preparada era el lugar: en el medio de Shibuya, en Shinjuku, en Asakusa… y ya hasta había liado a otros para que me ayudasen a grabar el vídeo, peeeeeero

¡Nasti de plasti!
:vainas: :vainas: :vainas:

Ha salido la cuarta clasificación parcial y por ahora me libro de convertirme en el Hulk esmirriao… Guardo la encuesta por si acaso, que no se ha acabao, ¡la cosa depende de vosotros!

Votar en los Premios Bitacoras.com
Mejor Blog Personal
:ikugracias:

Un fin de semana de Yosakoi

Jueves 8 de Octubre – The tifón blues :comillo:

Se ha tirado toda la noche lloviendo con una escandalera del carajillo, pero yo he dormido muy bien, supongo que por la fiebre ésta que me tiene más amodorrao de lo normal.

Tengo un mensaje de Michiko, que está parada en Ebisu, que la Yamanote ya no tira pal monte ni nada, que está más quieta que el Hachiko. Decido tomármelo con calma.

Desayuno bien, me tomo la temperatura y sólo tengo unas décimas. Marcho a la oficina, llego sin problema mientras el tiempo ha cambiado radicalmente convirtiéndose en casi verano, las nubes se han ido todas para Korea por lo menos, el Kim Jon-il ese debe andar con chubasquero ya.

IMG_0423.JPG

Estoy sólo, así que trabajo a mi aire pero al de un par de horas noto la cabeza salerosa, seguro que tengo fiebre otra vez. Me vuelvo a casa. Efectivamente, 38 y medio de fiebre. Aspirina y a dormir soñando con tabehodais de kitkatses.

IMG_0629.JPG

Viernes 9 de Octubre – The tontuna’s fever :malico:

Sigo con fiebre que a veces sube y a veces baja, como la bilirrubina, el yen y el ojo izquierdo del Dioni. Decido ir a la farmacia y nada más entrar empezamos bien…

IMG_0631.JPG

En fin, mejor gatostiable que toscamuerto, así que sigo y le cuento al señor calvo de gafas el asunto:

– Señor profesional de la bata, que es que tengo fiebre, pero no me duele nada, ni la garganta, ni el estómago ni nada, ni mocos tengo, esto es más raro que el bote verde ese que vendes ahí.
– Bua, nada hombre, tu te tomas esto y te pones bueno en un chotto, tu matte y ya verás como te pones más flamenco que ni wakaranai.
– Gracias señor farmaceutico de gafas!
– De nada, señor cliente con ojos agarbanzaos! vuelva otra vez pero estando bueno y cómpreme potingues kudasai!
– Hombre, claro! Pero el bote verde no que no me fío
– Haces bien de gozaimasu

IMG_0632.JPG

Me enfutono tomándome la pastilla roja de Matrix, pero de dos en dos. A ver si hay suerte y llaman dos Trinitris a la puerta también, con sus dos pantaloncicos de cuero negro, sus cuatro… buff, ¡dormir dormir!

Pero antes es hora de tomar una decisión: si mañana por la mañana tengo fiebre, ¿voy al baile? y decido que voy aunque se me caiga una oreja y el huevo izquierdo…

¡yo salgo ahí aunque escuche en mono
y ande escorao como hay Budarro en Ushiku !
:menfadao:

Me duermo y allí no aparece Trinitri, ahora que tampoco ha venido el feo de Morfeo alias «The CuloBostezos», así que mejor dejamos las cosas como están.

Sábado 10 de Octubre – The virginity loss :gustico:

Después de dormir como trescientas veinte horas me levanto fresco cual grácil cogollo Tudelano, no tengo fiebre, pero sí unas barbucias y unas bolsas en los ojos que parezco el hermano flaco jóven y con pelo de Bud Spencer.

Me enducho y hago ronda por todos los botes que encuentro: champú, acondicionador, jabón, crema para las ojeras… hasta un líquido azúl que yo creo que es loción hidratante pero que nunca he tenido claro, hasta eso me echo que huele bien.
Afeitao y con medio bote del desodorante ese que no fona muy bien en cada alerón salgo de casa camino de Ikebukuro. Más nervioso que un oso en Corporación Dermoestética, vete a saber lo que va a pasar ahí.

El responsable de mi fila me llama por teléfono porque ya voy llegando un minuto tarde, madre mía, empezamos bien. Allí está todo kiski ya. Nos vamos a cambiar a unas escuelas o algo parecido, allí un compañero me escancia un bote de gomina por la cabeza y me pone cresta a lo Ford Fairlane, que empitono hasta por la nuca, que me ve Elvis y hace pucheros. Después una compañera me maquilla los ojicos y la gente dice que estoy kawaii, (de kakkoii nada, vaya cruz).

IMG_0635.JPG

Vamos a un parque, estiramos y ensayamos el baile, ojo que todo el mundo tenga claro a qué número hay que levantarse y qué parte del triángulo ese hay que hacer.

¡Ojo ojo, no vayamos a liarla que nos está viendo todo el mundo,
mecagüen la okaasan que parió a Penekechan, tengamos ojo aquí!
:copon:

Ya nos toca bailar. Estoy nervioso, mucho, me tiemblan hasta los pelos de las orejas. Pero al segundo de empezar la coreografía, la cosa fluye sola. De refilón veo al público que sonríe y algunos nos señalan: «anda, extranjeros, qué cucos» pensarán, yo sonrío más. Pongo cara de encabronao en los movimientos que son bruscos y me río mucho en los demás. Me doy cuenta de que estoy disfrutando como nunca y cuando toca el paso ese en el que nos juntamos todos agachados corriendo, grito «ike ike ikeeeee» desde la parte más baja del estómago, madre mía, no es que esté metido en el papel, es que el papel me lo he comido con patatas hace un minuto, no te acerques que muerdo.

¡El jibun no kimochi Tosca style!
Sore sore sore soreeeeee

IMG_0826-1.jpg
DSCN2444.JPG
DSCN2451.JPG
DSCN2488.JPG
IMG_0857-1.jpg

Acaba el primer baile y con él mi bautismo yosakoiero publiquense. La gente aplaude, gritamos «arigato gozaimashita» salimos corriendo saludando al público, que sigue aplaudiendo. Me siento pletórico, los nervios hace tiempo que se han evaporado, deben andar persiguiendo al tifón camino de Korea, a ver si no le llueven encima al Kim no vaya a ser que se ponga más cardiaco todavía y le dé al botón de tirar pepinos.

Al primero le siguen un puñado más de bailes con gritos, sudores, emociones y huevos en proporciones aleatorias. Ya dejaremos eso del cansancio y las agujetas para otro día, que ahora toca sentir otras cosas que hace tiempo que no sentía, o que quizás nunca había sentido. Y me gusta, vaya si me gusta.

Nerea, Guille y Miguel están ahí de soporte, otra razón más si cabe para hacer las cosas lo mejor que se pueda aunque sé que yo ya tengo trofeo asegurao: las cervezas de después, porque una biru es una biru esté uno vestido de Obispo o no.

Cuando ya llego a casa y cuelgo el traje en la percha, me siento en el suelo y me quedo mirándolo sonriendo. Pasa no sé cuanto tiempo y por fin me puedo quitar, un poco sólo, la cara de tonto. Me meto en el futón y doy por clausurado el día cerrando los ojos lo más fuerte que puedo para intentar soñar que las ocho horas que voy a dormir se pasan en una y que en un poquito, en seguida, en nada estoy otra vez dando saltos y voces y sudando, de contento, por los poros.

¡ Y todavía queda el mejor día, el Domingo! :vainas:

:ungusto:

¡ IkuYosakoi !

Hace 4 meses que me apunté a esto del bailoteo porque un paisano iba y me sonó a algo muy chulo que me cuadraba con Karate y Té porque era los fines de semana. El primer día que llegamos allí yo lo que ví fue un grupo de gente muy jóven, de menos de veinticinco años la mayoría, que hacían una coreografía en chandal que molaba mucho. Al principio se hacían estiramientos durante bastante rato, como el doble de tiempo de los que hacemos en Karate, así que pensé que se complementarían perfectamente. Después el grupo se dividía, por un lado los que ya se sabían el baile y por el otro los que no teníamos ni idea, y durante unas dos horas y media alguien nos iba enseñando poco a poco los pasos.

Mi amigo volvió a España de vacaciones y a mi me entró una crisis de identidad bailotera muy grande, tanto que no volví en el mes que él estuvo fuera. Era una mezcla entre vergüenza por ir sólo y mucha perezaca por ser fin de semana…

¡¡y que el proceso desgambiteril tiene que ir poco a poco!!
:gambiters:

Además en aquella época yo estaba mucho más centrado en Karate con un campamento y una competición en mente, y cuando llegaba el sábado ya tenía el cuerpo bastante maladao. ¡¡Jaja, qué excusero soy!! buenoo buenooo, que el caso es que acabé volviendo coincidiendo con la vuelta de mi colega, y si de algo me arrepiento es de haber pensado en dejarlo.

A partir de ahí, ellos prepararon el matsuri de Harajuku, y verles en el festival me hizo darme cuenta de que todo era, no sé, como más real… ¡me encantó!.

Así que desde ese día ahí hemos estado ensayando el baile con más ganas que nunca, llegando tarde creo que todos los domingos porque mi ADN es incompatible con madrugar ese día, pero recuperando el tiempo delante del espejo en casa y creo que ya me lo sé… veremos ahí delante de la gente cómo sale la cosa…

¡Hasta tengo el ikutraje y todo!

Estos son los narukos, las castañuelas a la japonesa, jajaja, me acuerdo que yo compré unos en un todo a cien en Nakano en el año 2001 y allí estaban en casa sin tener ni idea de qué eran!!

Y también nos ponemos zapaticos de esos de los dos dedos:

DSC_0038-1-1.jpg

Este fin de semana estuvo guay porque hicimos los ensayos con la ropa puesta en plan «los refinitivos». Al acabar tocó charla emotivomotivante y hasta unas fotunas nos sacamos:

Pues eso, si estáis por Tokyo y no tenéis muy claro qué hacer éste fin de semana, que sepáis que en Ikebukuro hay festival de Yosakoi el sábado y el domingo, y que seguro que va a estar chulo.

Aquí va cuando salimos nosotros, todo en Ikebukuro menos el domingo a las tres que es en Otsuka, la siguiente estación. En el mapa de después están señalados los puntos y las horas.

Sábado
13:00 en la calle «Mizuki» que está muy cerca de la salida (みずき通り)
14:30 en el escenario del parque que hay en la salida este (西口公園)
15:30 en la calle principal que hay enfrente de la estación de Ikebukuro, creo que es la salida oeste (駅前メイン会場)

Domingo
12:42 en una calle de tiendas (四商店街通り)
13:48 en la calle «Mizuki» de nuevo (みずき通り)
15:00 estación Otsuka, salida norte, en un escenario (大塚駅北口海会場)
16:24 en la calle principal de enfrente de la estación de Ikebukuro, ésta es la más importante porque es la que puntúan para el concurso (駅前メイン会場)

Dentro mapa!

Ver IkuIkebukuro Yosakoi en gordo

Y nada, si alguien viene que me avise que le paso la cámara de vídeo para ver si me puede grabar alguna actuación, que molaría tener esto de recuerdo!

Dentro previa!

それ それ それ それ~!!!

DSC_0044-1-1.jpg

Y eso de Japón… (III)

En breves se viene un tifonaco a los Tokyos, así que vamos a seguir un poco más de la historia de cómo aparecí yo aquí antes de que aparezca volando en Korea.

La primera y la segunda parte se podrían resumir en tres frases:

– Nada más acabar la uni, me dieron una beca del Gobierno Vasco por la cual me iba a Tokyo 6 meses, y que era la primera y última vez hasta la fecha que ésa beca tuvo como destino Japón.
– Beatriz dejó su curro en Bilbao y se vino conmigo con visado de turista. Al de dos semanas ya estaba trabajando en una empresa de informática con la que consiguió un visado de 1 año
– La beca se acabó y nos volvimos con el shippo entre las piernas

DSC_0049-1.jpg

Bea dice que ella no, pero yo me acuerdo que volvía convencidísimo de que iba a regresar a Tokyo muy pronto. Estaba emocionadete por volver a ver a mi familia y amigos, deseando darles la chapa con todas las historias que viví en todo ese tiempo que al principio parecía una eternidad, pero que se pasó en un estornudo y dos sonadas de mocos. Y vaya si la dí, la chapa digo… preguntad preguntad.

Lo siguiente que tocaba era ver si habría algún tipo de continuidad con la empresa de Vitoria con la que obtuve la beca, y todo parecía indicar que sí. Después de unos días de descanso, me ofrecieron un trabajo de comercial encargado de Asia, eso significaba estar en la oficina dándoles soporte, pero también viajar de vez en cuando a Japón, Korea y China para asistir a ferias y eventos.

DSC_0046-1.jpg

Por otra parte, Beatriz estuvo durante el último mes en Tokyo de reuniones con un cliente que quería que le hiciesen una aplicación y viendo que el proyecto se iba a quedar colgado, intentaron convencernos de que nos quedásemos unos meses más. Pero claro, mi visado era de sólo seís meses y se acababa. Así que lo siguiente que hicieron fue proponer que se sacara el proyecto teletrabajando desde Bilbao.

Después de mucho rehablarlo, decidimos hacer el proyecto entre los dos, así que le conté la situación a los de Vitoria con la esperanza de que me guardasen el puesto y nos tiramos los siguientes siete u ocho meses programando en Filemaker a pachas. Nunca sabré si la decisión fue la correcta o no, pero pintaba mucho más emocionante: la segunda vez que «trabajo» e iba a ser desde casa para un proyecto de Japón, madre mía qué vida más rara…

DSC_0290-1.jpg

Yo mantenía relación con Takeshi y Natsuyo y hacía algún que otro trabajo temporal para los de Vitoria como el manual de usuario de la aplicación en inglés e historias parecidas, todo esto a la vez que el currele de Tokyo. Era una época extraña currelando con emails y todo en inglés mientras estábamos en nuestro mundo «de siempre».

Cuando finalmente el proyecto se acabó, nos vimos los dos en la calle sin otra cosa que hacer que buscar trabajo. Yo arranqué donde los de Vitoria y me dijeron que me cogían… hasta que en el último momento recibí una llamada diciéndome que si por la crisis habían tenido una reunión de urgencia y no se qué gaitas, pero que no me podían contratar, ni de comercial de Asia ni de programador ni de nada. Algo raro pasó por ahí de lo que nunca me enteraré.

Lo de volver a Japón se volvió imposible, de hecho ya ni lo intentábamos, aunque yo empecé a estudiar japonés por mi cuenta. Todos los días intentaba aprenderme el hiragana, katakana y algunos kanjis. La cosa fué a más hasta que saqué el nivel 4 del Noken, que no es decir gran cosa pero era motivante.

DSC00697-1.jpg

Después me enteré de una chica japonesa que vivía en Bilbao y daba clases y estuve con ella una temporada hasta que lo dejó. Seguí a mi aire otra temporada hasta que dí con otra chica, Yuka, que me estuvo aguantando otra temporadilla y acabé sacando el nivel 3, que tampoco es decir gran cosa.

Vamos, que teníamos mucha más afición por todo lo que venía del país donde los cerezos más famosos son los que no dan cerezas: veíamos películas, doramas, escuchábamos música… como mucha otra gente, pero con la diferencia de que nosotros ya habíamos vivido allí.

DSC00670-1.jpg

Así que después de haber vivido una de las experiencias más increíbles de mi vida, de repente me desperté y me encontré empezando desde lo más bajo haciendo un curso en Coritel donde me obligaban a ir con traje y hasta tuvieron los santos huevos de mandarme a programar un proyecto real a un cliente en Bilbao sin hacerme contrato, ni pagarme un duro. No había otra cosa, así que mientras buscaba mi dignidad por debajo de los zapatos de aquellos entrajetados cancamuseros seguí su comedia una temporada.

Tú no digas que estás de becario -me dijo la jefa- tu dí que eres de Accenture y que estás asignado al cliente
O sea que me hacéis venir en traje, no me pagáis un duro, estoy sin contrato ¿y encima queréis que mienta?

A mi me hervía la sangre y se me coagulaban los higadillos, se lo contaba a mis padres y no se lo creían. El día en que me pidieron que me quedase hasta tarde para acabar el proyecto, me llevé a la jefa a una sala y le dije que me iba a casa, que hasta ahí habíamos llegado, que se fuesen a pisotear a otro. Me levanté y me fuí para no volver más a ese cliente. El siguiente día que me pasé por Coritel me dijeron que ya me iban a hacer contrato, pero les dije que no me interesaba y me fuí.

DSC_0056-1.jpg

A parte de para intentar soplarle un poco a mi dignidad para tratar de que no estuviese tan deshinchada, me fuí porque encontré otro trabajo en un cuchitril donde, por lo menos, me hicieron contrato y me pagaban. Quiero creer que tuve mala suerte y que se puede currar en un sitio decente en Bilbao, porque pasé por cada sitio que si cuento lo que hacían no me cree nadie.
Al final la suerte volvió y aparecí subcontratado en el Parque Tecnológico de Zamudio para un cliente de los grandes del País Vasco donde parecía que iba a tener, al menos, muchísima más estabilidad.

Ya véis, buscando estabilidad, y es que lo de Japón estaba más que olvidado. Ya habían pasado como dos años desde que volví y sólo nos planteábamos, si acaso, ir de vacaciones.

Entre medias Bea y yo seguíamos dándole a la cebolla para intentar hacer algo relacionado con Japón y la idea que nos venía una y otra vez fue la de intentar traer turistas japoneses a Euskadi, hacer de enlaces, ir a buscarles al aeropuerto, llevarles aquí y allá enseñándoles una parte del país que es totalmente desconocida para ellos, pero que sabíamos que les iba a encantar.

DSC02970-1.jpg

Nos quitaron la ilusión pronto, en cuanto nos negaron un par de subvenciones. En otras había que ir a cursos de formación que requerían que dejásemos de ir al trabajo…. Así que tiramos por lo de las camisetas, que nos parecía algo bastante chulo que podíamos hacer por nuestra cuenta y con eso seguimos hasta hoy.

Como la vida nunca sabes por donde te va a salir, y por razones que sólo Bea y yo sabemos y que nunca contaré aquí, se separaron nuestros caminos con la gran suerte de que conseguimos mantener una excelente relación, tanto que ella ha sido uno de mis mayores apoyos desde que me vine aquí ésta segunda vez.

Ikusuki sigue, como sabéis, y es ella la que se encarga de lidiar con los de la imprenta, hacer los pedidos y enviaros las camisetas envasadas. Yo sigo con los diseños, el blog y la web.

Así que ahí estábamos, con un buen trabajo pero con la vida destemplada.

Sólo me queda contar cómo después de tres años volví a Japón a intentar montar, pieza a pieza, ventrículo a ventrículo, el saco ese rojo que se empeña en seguir su rutina, la de mantener el pulso pase lo que pase de pupilas para afuera. Y esperemos que tarde muchos años en aburrirse de ella.

DSC_0076-1-1.jpg

Concluirá…