Mite mite, papa, el tren da yo!

Aroma de café, pero no de ese de las cápsulas de plástico, que ni es café ni es nada. Café del de darle mucho ajetreo tanto a las neuronas como a los estómagos, del de siempre, del de toda la vida. Aroma de café de verdad es el que envuelve y define la atmósfera de esta cafetería que queda encima de la estación Gotanda de la línea Yamanote de Tokio. Una estación en la que prácticamente no hay nada y sin embargo me abofetean cada mañana media treintena de recuerdos distintos por día; aquí es donde aterricé la primera vez que volví a Japón yo solo hace tres milenios y sietemil lunas. Ya no existe esa empresa donde hice de tahúr con mi destino: no se cruza ya uno con Akira y su frente eternamente inundada, ni se camina junto a Eri y su desafiante sinvergonzería, ni se trata de evitar al irlandés cuyo nombre parece ser que he querido olvidar por razones que jamás olvidaré, ni se abraza ya con la mirada a Michiko y su siempre presta disposición a ayudar en lo que sea.

Las mañanas son tan de otra manera que hasta yo me desentiendo de aquel chaval que era.

Ahora todo es Kota. Ahora yo quiero que todo sea Kota porque debe ser así; porque llegará un momento en que Kota necesitará ser solo él y entonces nosotros volveremos a lo nuestro si todavía nos acordamos como se hacía y qué era lo que fuese que hiciésemos antes de que viniese.

A veces me cuestiono si es verdad que no estuvo siempre con nosotros…

Me sorprendo, una vez más, con como ha cambiado mi rutina. Bueno será, pues, dejar constancia para comparar con la siguiente vez que se me languidezca un viernes:

A las seis y media de la mañana suena el despertador y sin embargo de los tres que duermen en esa habitación, solo se levanta un servidor. No ha lugar a la pereza: hay mucho que hacer. Los despertares siempre habían sido tranquilos: un café o un té mientras se repasan las noticias de este y aquél país con el primer cacharro en el que vaya internet al que se eche mano. Ahora hay que prepararle el desayuno a Kota. Conviene además ser creativos para que, fruto de la sorpresa, el cada vez más chaval se termine lo que hay en el plato sin tardar mucho más de lo debido. Para cuando ellos dos se levantan ya suele haber algo en la mesa, entonces, ese momento en que está entretenido comiendo, me preparo yo.

Chiaki le toma la temperatura y rellena la hoja de ese día del cuaderno de la guardería. Todos los días debemos anotar la temperatura y escribir algo: si ha dormido bien, si le duele algo, si vamos a llegar más tarde a recogerle… Por aquello del japonés, la tarea se la autoasignado Chiaki y al ser yo el que le llevo por las mañanas, también se encarga ella de cambiarle y vestirle.

Entonces bajamos los dos, a veces entre sollozos desconsolados, a veces, diría que la mayoría, entre risas. Y mientras yo saco la bici eléctrica del parking, Kota se dedica a corretear todo lo que pueda dando voces aquí y allá. Cuando consigo darle caza, le siento en el asiento de delante que de momento es el único que hay, aunque seguramente habrá que poner el de la parte de atrás porque Kota ya hace meses que pesa más de diez kilos. Cinturón de seguridad y casco de Anpanman en cabeza, salimos ya pedaleando hacia la guardería.

Por el camino, invariablemente, nos cruzamos con los chavales que van a la escuela que queda al lado de casa, con un señor que no conozco de nada pero que me saluda efusivamente cada mañana, un señor que está allí supongo que para vigilar que los estudiantes llegan bien a clase. Y con un gato gordo blanco al que Kota saluda gritando «ñan ñaaaan!!!» desde el asiento con mejores vistas de toda la bici.

De la misma manera, Kota gritando «tren tren bye byeeee» en su perfecta mezcla de idiomas me hace saber que a nada que pasemos por encima de las vías, estaremos ya en la guardería donde entraré con él en brazos justo justo hasta la puerta que es el lugar de dejar los zapatos. Ya en la habitación grande, nos lavaremos las manos bien con jabón y después nos daremos con alcohol porque este año en Tokyo está dando fuerte la gripe A y están tratando de que no pase en la guardería aunque ya se han dado un par de casos. Lo siguiente que pasa es que una profesora viene y le toman la temperatura, si sube de 37.5, para casa que nos volvemos. Se la tomarán también después de comer y a media tarde llamando para que le vayamos a buscar si es el caso.

Si hay suerte y está la profesora que le gusta a Kota, todo irá fluido. Es una chica con mucha mano para los críos que le tiene cogido el truco a Kota hasta el punto que ya se echa a reír nada más verla. Tiene gafas así que Chiaki la ha bautizado con Mimi-sensei que es el nombre de la profesora con gafas que sale en Anpanman. Kota cualquier día se lo cascará, pero eso será otra historia.

Bien llorando como un descosido o bien más feliz que una perdiz, llegará el momento en que Kota se quedará solo y yo me iré con la bici de batería hasta el parking de la estación donde lo normal es que la aparque, coja la mía que duerme allí y enfile hasta Gotanda. A la tarde Chiaki hará el viaje de vuelta: parking de la estación – guardería – casa.

Aquí en Gotanda siempre aguanto una hora antes de entrar a trabajar para poder tener al menos esos sesenta minutos exclusivamente para mi al día; normalmente entro en alguna cafetería cercana a la oficina y trabajo en algún proyecto personal como la web de viajes o la de Karate o estudio algo de japonés.

Los viernes he pensado que los voy a dedicar al blog y de momento lo estoy cumpliendo, si me seguís leyendo, me seguirá mereciendo la pena.

En la oficina lo haré lo mejor que pueda hasta la una de la tarde que es cuando voy a uno de los dos gimnasios a los que estoy apuntado: o el de pesas o el de crossfit. Al menos una sesión de crossfit a la semana cae seguro, el resto lo divido entre grupos musculares y flexibilidad de piernas en el otro gimnasio, cuando haga mejor tiempo saldré a correr aunque sean 40 minutos aprovechando que tengo donde ducharme.

Después comeré lo que traigo de casa delante del ordenador. Aprovechar los mediodías para ir al gimnasio es algo que se viene manteniendo desde hace un par de oficinas y que seguramente siga haciendo mientras pueda allá donde aterrice a rascateclear. Sigo creyendo que enmascarar lo que quieres hacer entre la rutina del día es la mejor manera de llevarlo a cabo; probablemente después de la oficina no iría al gimnasio la mitad de las veces como tampoco haría 30km en bici más que en alguna ocasión especial. Ahora no lo planeo, no existe ese momento de pensar en ello y quizás echarse atrás: simplemente es lo que hay y se hace.

A mis cuatro de la tarde ya son las ocho de la mañana en España, así que le mando un mensaje a mi madre que ya estará despierta, esto también es invariable. Le pregunto por como han pasado la noche, le cuento alguna cosa mía y siempre le mando alguna foto de Kota para que ella, en la medida de lo posible, pueda seguir la evolución de su nieto por lo menos hasta la siguiente vez que le vuelva a ver. Me sigue sorprendiendo que pueda hacerlo: que haya aprendido a manejar el whatsapp, probablemente por mi culpa y que nos mandemos fotos como si nada.

Seguramente si viviese en España no chatearíamos tanto… con este pensamiento me quiero quedar por aquello del lleno de las botellas.

Ocho horas de trabajo después ya estaré de nuevo camino de casa. En el trayecto andando desde que dejo la bici por la noche en el parking de la estación hasta el súpermercado, revisaré el móvil porque Chiaki me habrá pasado la lista de la compra y a ello me pondré si es que hay compra que hacer. Al llegar a casa, Kota ya habrá cenado pero querrá comer algo de lo que comemos nosotros entre risas, puñetazos y juegos. Chiaki me cuenta lo que le han dicho en la guardería, porque también escriben las profesoras algo todos los días en la libreta: que si le gusta hacer tal cosa o a aprendido a decir tal palabra. Cada frase de Chiaki es inmediatamente reforzada por explicaciones de Kota en su idioma medio inventado… es increíble y emocionante ver como cambia cada día, no me perdería esa recena suya ni aunque me pagasen cuarenta veces mi sueldo por quedarme en la oficina hasta tarde. Como tampoco cambiaría el momento del baño ni el de después de ponerle a dormir. Últimamente cuesta un poco porque le da por saltar y tirarse de cabeza desde nuestra cama hasta su futón, o por medio hacer el pino de cabeza sin manos o por pegarnos con el primer muñeco que tenga a mano que rezamos porque no sea el robot ese de plástico duro.

Raro será que no nos quedemos dormidos con él de puro agotamiento.

Llegará un día en que Kota deje de inventarse palabras, irá y volverá solo a la escuela y quizás no quiera sentarse en las rodillas de su padre para ver el Totoro o el Anpanman que toque. Pero hasta que eso pase, por mis huevos que pasaré el mayor tiempo posible de mi vida llevándole en bici para emocionarme mucho más que él cuando pasemos las vías y grite en dos idiomas y ninguno a la vez: «パパ! 見て! el tren!!!! bye bye treeeeen!!!».

25 comentarios en “Mite mite, papa, el tren da yo!

  1. es curioso, con mis padres me pasa exactamente lo mismo que a ti. Al vivir fuera de España, hablo yo mas con ellos por Whatsapp o por Skype que mi hermano, que vive apenas a media hora en coche.

    Una pregunta, las guarderías en Japón son gratuitas?

    Saludos!

  2. «Ahora todo es Kota. Ahora yo quiero que todo sea Kota porque debe ser así; porque llegará un momento en que Kota necesitará ser solo él y entonces nosotros volveremos a lo nuestro si todavía nos acordamos como se hacía y qué era lo que fuese que hiciésemos antes de que viniese.»

    Nosotros no nos acordamos tampoco, aunque Leo ya tiene 8 años y pico, pero creo entrever que era todo mucho mucho más aburrido y rutinario.

    Gracias again por otro estupendo post :ungusto:

  3. Me ha emocionado mucho esta entrada, porque sin ser ni mucho menos igual estoy pasando por una etapa parecida. Pero lo que más me ha emocionado es lo que haces con tu madre todos los días. En cualquier momento sin que te des cuenta será Kota quien escriba a su abuela.

    La felicidad no significa no tener problemas, la felicidad es poner una sonrisa a cada pequeña cosa. Cada pequeño detalle es una ración de felicidad.

    :ungusto: leerte.

  4. ¡Bueno, el bilingüismo va bien entonces!
    Qué cosa más bonita de niño tienes :) y sí, las rutinas cambian muuuuuy mucho con un criajo pero es increíble lo natural que se vuelve todo de repente, como has dicho, que llegas a plantearte si antes de su llegada se hacían las cosas de otra manera.
    Disfrútalo, muchísimo :) Hasta que él marque su propia rutina.
    ¡Besotes!

  5. Curioso, me ha recordado mucho a mi propia rutina.
    Nosotros no damos de desayunar a Sofía en casa porque le dan desayuno en la guardería y así puede dormir un poco más de rato. Y también nos libramos de lo de la temperatura, aquí no son tan estrictos.
    Lo que todavía no he conseguido organizar es lo de la hora antes del trabajo. Hasta que nació Sofía solía hacerlo, pero ahora no puedo porque para eso tendría que dejarla una hora antes en la guardería, o llegar a casa una hora más tarde y verla sólo para dormir, en vez de jugar un buen rato antes de la cena. Y como tú bien dices, yo esto no me lo pierdo, ya tendré tiempo para mis proyectos dentro de unos años.

    Muchas gracias por escribir :)

  6. Tu rutina inspira. Cuando decimos que no tenemos tiempo para algo y vas tú y te ajustas todas las horas del día para hacer todo eso. Un saludo.

  7. Me da a mi que vas a tener que llevar a Kota al crossfit un día, para que suelte energías jejejej
    Esperemos poder seguir haciendo que merezca la pena escribir durante mucho tiempo.

  8. Interesantes las rutinas de la guardería japonesa, la verdad es que así evitaríamos más de un entuerto con los virus. Mi peque lleva dos días en casa :ikukin:

    Por cierto, fue en Gotanda donde te conocí en persona la primera vez jejeje

  9. Siempre que te leo me acuerdo de mi rutina de cada día y de todos esos personajes y sitios que se van sumando a los recuerdos y que sabes, echaras de menos cuando por una cosa u otra no esten.

    Muchas gracias por seguir escribiendo

    Besos para todos

  10. Me impresiona lo bien organizados que estáis…con dos pequeñas las cosas se desmontan un poco y más si padre y madre viajan por trabajo….debo sacar tiempo de donde sea para ese deporte que me espera.
    Felicidades como siempre.

  11. Gran post-kotiano señor Tosca jajajaja. El poder seguir ahora tus cambios de rutina con Kota hace los de los demás aun más llevaderos. Vaya energía que me lleva el colega! Menos mal que estás en plena forma, sino cualquiera lo aguanta jajaja.

    Un gran abrazo!

  12. Me parece estupendo que puedas aprovechar todos esos cambios con Kota y que los disfrutes. Mas vale poco tiempo y bien aprovechado que horas vacías.
    Yo no vivo tan lejos de mis padres, pero tampoco en la puerta de al lado, y hablo mas con mi ama por line que incluso por teléfono. Cuando mi hermana y yo nos mudamos a Castro y aún no existía ni el whatsapp, aprendo a usar messenger e incluso se compró una webcam!!! Me encanta mi madre y lo moderna que es!!! :bailongo: :felicianer:
    Ta la próxima!! :ikugracias:

  13. Claro que seguimos leyendo. Aunque más de una vez y más de dos me quedo sin saber qué comentar. Con una sonrisa siempre y más de una vez los ojos húmedos. Quizás son los días que son tontos.
    Así que bueno, solo se me ocurren dos cosas.
    Me encanta como aprovechas los ratos de Kota
    Y mierda, tengo que apuntarme lo que dices de enmascarar lo que uno quiere hacer en la rutina del día. Desastrico que soy

  14. Hola Toscano,

    Personalmente te agradezco que te tomes ese tiempo los viernes para escribir en el blog porque me parece que escribes de puta madre. Aquí tienes un seguidor.

    Por otro lado, haces a diario 30km en bici, ¿en total? Es decir, ¿15 y 15? La verdad es que es bastante, yo hay días en los que hago 15-16 y ya me lo noto.

    Todo lo que cuentas me trae buenos recuerdos de cuando viví en Japón. No me sorprende el control, casi milimétrico de la temperatura y sintomatología de los niños. Al y al cabo es una de las mejores formes de controlar la gripe A. Me temo que en España sería muy complicado de aplicar este método.

    Enhorabuena por el escrito, una vez más. Y buena semana!

  15. Haces muy bien en aprovechar ese tiempo que te aseguro que pasa raaaaaaapido!!! Y la recompensa será tener a un hijo que adora a su padre, porque los hijos, la mayoría de las veces son el reflejo de los padres. Disfrutad del momento!!! Besines a Kota!!! :parriba :yahaaa: :felicianer:

  16. Pues ayer mismo estaba yo pensando que vaya rollo de vida rutinaria… cuando tengo días de esos bajos siempre me da por pensar lo mismo. La cosa es que acabamos haciendo de normal siempre lo mismo y todo por culpa de que no nos toca la lotería para hacer un poco lo que nos da la gana xDD porque si no lo de hacerse rico me da que no puede ser! La conclusión final del pensamiento era que aunque estemos un poco aborregados porque acabamos haciendo siempre lo mismo todo depende del prisa como se mire y que si ese día lo veía todo mal seguro que otro lo vería mejor.

    La cosa es que leyendo tu post veo que tu también andas con una vida rutinaria pero la ves con buenos ojos y como algo muy positivo. Con vida rutinaria no quiero decir que sea siempre lo mismo si no que tenemos pautas ahí marcadas. Y eres el claro ejemplo de cuando se mira el día con el prisa «bueno» y así los días se pasan mejor.

    P.D. Como va tu aprendizaje del Japonés? que veo que pides a Chiaki que escriba y demás así no practicas! XD

  17. A mi me ha gustado mucho la reflexión donde hablas del momento en el que Kota tenga ya su vida propia, y debáis volver a ser 2.
    A veces me parece que mis padres olvidaron ser ellos, y que una vez nosotros nos fuimos de casa, ya no les quedaba nada. Y no quiero que eso nos pase a nosotros, porque, aunque con nuestra peque tenemos sentimientos similares a los tuyos, cuando estábamos sólos éramos más invencibles, y llegará el momento en el que tengamos que volver a buscar lo que éramos hace 5 años, antes de llegar ella.

    En una película alguien dijo. Las parejas funcionan hasta que dejan de tener temas de conversación y se aburren. Entonces, algunas deciden tener hijos, y ya tienen de qué hablar el resto de sus vidas.

    Yo no quiero ser de esos! :asi-no:

  18. ¡Qué buen rollo de post!

    Creo que es algo común entre los que estamos lejos. Yo necesito escribirle algo diario a mi madre. Cuando vivía en España también lo hacía, pero ahora cobra más sentido.

    Pues vaya con la gripe A. ¡Qué control! ¿Y esto de medir la temperatura varias veces al día es algo general? ¿O es solo a los niños?

    Saludos.

  19. Me alegro de que cada día, puedas dedicarte un poco de tiempo. Esos 60 minutos de cafetería :estudier: y el tiempo en el gimnasio, :feliciano: son lo mejor para relajarse.

  20. No siempre sabe uno que comentar, aparte de quedarse con la boca abierta por ese relato del frenético ritmo de vida. Solo decirte que sigas aprovechando el sano agotamiento que os deja dormidos al final de la jornada.

    Que menos que corresponder con un pequeño soplo de ánimo, para que te siga mereciendo la pena seguir escribiendo estos pedazos de post.

    Un saludo. :ungusto: :ungusto:

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