Japón – España 2017

El sábado aterrizamos en Narita los tres: Kota, Chiaki y yo. Las otras dos veces anteriores fui yo solo el que se bajó de aquel avión; tenía tanta pena encima que el que recorría pasillos y andenes no era más que alguien que caminaba arrastrando su alma veinte pasos por detrás. No he conseguido quitármela, probablemente nunca lo haga, solo que uno aprende a sobrellevar esa pena disimulándola con la rutina o cubriéndola exagerando los momentos alegres.

Son capas que uno echa encima haciendo por no escarbar.

Creo que jamás seré capaz de hablar de todo aquello sin romperme.

Era obligatorio volver. Es tremendamente injusto que Kota y su abuela apenas se conozcan, esa culpa es exclusivamente mía y por eso asumo y cumplo el deber de juntarles todas las veces que pueda. Por ellos y por mi.

Esta vez nos tomamos el viaje con mucha calma y es que de todo se aprende: lo de coger el coche nada más llegar a Madrid para pegarnos la segunda paliza hasta Badajoz no tenía sentido alguno y sabiendo que con Kota hay que prever imprevistos, reservamos hoteles donde pasar la noche antes de cada uno de los viajes. También pillamos el vuelo directo a Madrid de Iberia y optamos por viajar a Badajoz en tren porque Kota se marea en cuanto huele un volante.

El vuelo salía el lunes, pero el sábado por la tarde ya teníamos que tener preparada la maleta porque el señor de Kuroneko venía a buscarla para llevarla al aeropuerto. Es un servicio muy conveniente por el que por apenas 3000 yenes te la recogen desde la mismísima puerta de tu casa y tu ya la pillas en el mismo aeropuerto justo justo para facturarla, que pilla todo cerca.

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Total, que el domingo nos fuimos acercando tranquilamente a Narita. Paramos a comer por ahí a mitad y al llegar tiramos directos al hotel que había reservado Chiaki. La idea era simplemente pasar allí la noche, desayunar como campeones en el buffet y acercarnos al aeropuerto, que queda a dos paradas de tren, bien duchadetes y fresquetes. Pero tuvimos la gran suerte de que había matsuri así que de quedarnos en el hotel nada de nada: allí estuvimos viendo el omikoshi y zampando yakitoris, yakisobas y plátanos de esos cubiertos de chocolate de los puestos.

Empezó bien el viaje.

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El lunes nos montamos en el avión con más miedo que otra cosa, no porque fuese a pasar algo, que si que pasó, sino por tener encerrado a Kota tanto tiempo en un mismo sitio. Ibamos muy preparados: un montón de tebeos, el iPad lleno de películas, unos auriculares para niños… hasta una maleta con ruedas de Jet Kids, que resulta que se monta encima y le llevas por todo el aeropuerto y luego eso se abre y se ajusta al asiento del avión quedando todo como una cama…. ¡un invento de la hostia!, ya siento no tener foto dentro del avión.

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Como siempre, pasamos con el primer grupo al avión; viajar con niños tiene que tener alguna ventaja. Después subieron los demás, incluyendo a cuatro personas de una misma familia que resulta que estaban en asientos muy separados y que llegaron corriendo a última hora montando además un circo del copón. Para que os hagáis una idea, una fila del avión tiene dos asientos, después cuatro en el medio y después otros dos a la derecha. Nosotros estábamos sentados en los del medio ocupando los tres de la derecha, la madre y uno de los hijos estaban sentados a la izquierda del todo y la hija estaba sentada a mi derecha. Es decir, unos en una punta del avión y la hija en la otra con dos pasillos y cuatro asientos de por medio. Pues bien: a grito pelao estuvieron hablando entre ellos como si el resto no existiésemos… yo flipaba, que puta gente más maleducada hay por el mundo, la vírgen santa. Si la madre quería hablar con la hija, le chistaba: tsssssseee, tssssseee, pero un ruido arquerosísimo a volumen absurdo… acojonante, qué hostia tenían.

Pero lo bonico bonico estaba todavía por llegar: después de un buen rato ya en teoría situados en la pista para despegar, resulta que nos dicen que se ha detectado… ¡¡que una de las ruedas está pinchada!!. Efectivamente, como si de un R5 se tratase, una rueda del avión estaba pinchada y había que cambiar todo el Cristo, que como mínimo 3 horas de retraso y ya se vería si al final salía el vuelo.

En fin, desde que embarcamos hasta que despegó el avión pasaron más de cuatro horas en las que no pudimos salir ni prácticamente movernos del asiento porque encima no nos dejaban. Cuando nos empezamos a amotinar, hubo uno que hasta a gritos con la azafata, ya nos empezaron a dejar ir al baño de uno en uno.

Tiene huevos que no se detecten estas movidas antes de embarcar.

Así que imaginaos a un crío de cuatro años ahí montado sin poder salir ni moverse más allá del asiento durante más de 15 horas, demasiado bien se portó.

Al llegar a Madrid lo primero que tocaba era ir a la estación de Atocha donde teníamos el hotel ya que el tren a Badajoz salía a la mañana siguiente. Yo en Madrid he estado tres veces contadas en mi vida y no tengo absolutamente ni idea de nada, así que el trayecto Barajas-Madrid cargado con los maletones, de noche por el retraso del avión y con Kota es lo que más respeto me daba. El taxi estaba descartado, no por la pasta, sino por todas las experiencias previas en las que Kota acababa vomitando al de dos minutos de habernos montado.

El primer incidente fue al montar en el tren. Subí la maleta grande y luego al ir a subir a Kota, que estaba sentado en la silla, el conductor me cerró las puertas pillándonos a los dos. A Kota le hizo un moratón en la pierna y yo me llevé un susto de la hostia, ¿qué coño pasa? ¡¿¡que no ve el tío que hay gente subiendo al cerrar las puertas?!?!, si es que ni sonó el pitido ese intermitente, mecagüen la puta, que podría haberse liado parda si me llega a tirar a Kota y a mi al anden, ¡cojones!.

El segundo lío fue que simplemente nos equivocamos de NH Hotel, que resulta que en Atocha hay dos. Pero bueno, no estaban muy lejos uno del otro y la verdad es que nos trataron guay.

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Después de dormir bastante más de lo esperado, ducharnos y desayunar como reyes, pillamos el tren a Badajoz que tarda casi seis horas.

Atiende: seis horas.

Pero bueno, mereció la pena, como dijo alguien en instagram: la foto en la que están mi madre, Javi y Kota, es oro puro…

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Luego resulta que los dos primeros días nos pusimos malos Chiaki y yo, con dolor de garganta y fiebre… así que Kota y mi madre tuvieron tiempo de sobra para ponerse al día. Y eso que Kota todavía no entiende mucho castellano y mucho menos habla aunque yo me empeñe que en que sea así, supongo que con el tiempo la cosa mejorará, pero al ser yo el único que le habla en castellano está costando bastante.

Los días pasaron demasiado pronto y nos vimos ya camino de vuelta donde el único incidente reseñable fue el del tren a Madrid, que se retrasó hora y media por alguna razón que no nos contaron. Lo único bueno de esto es que nos devolvieron el dinero de los billetes, pero vamos, encantado me voy yo de la Renfe, sus retrasos y su señor conductor al que se la pela todo, tiene huevos.

A la vuelta en el avión nos sentamos justo detrás de una madre que volvía ella sola con sus dos hijos a Japón; hicimos muy buenas migas con ellos y se nos hizo bastante ameno el viaje. Su situación es al revés de la nuestra: viven en España y vuelven de vez en cuando a Japón a ver a la familia, así que el tema del bilingüismo también está presente aunque al contrario. Los chavales cascaban español perfectamente y sin embargo japonés psi psa (nadie lo diría viéndoles la cara, jaja).

Siempre que vuelvo de España y dejo reposar un par de días, me gusta pensar en las sensaciones vividas en el que es mi país de nacimiento y al que, sin embargo, solo me paso de visita un par de semanas al año. Es inevitable comparar ambos en todos los sentidos: su cultura, sus gentes, su gastronomía, su clima… y confieso que nunca hay un claro ganador.

Comparemos, pues:

– En el avión de Iberia la mayoría de azafatas eran españolas. Me sorprendió muy gratamente la calidez del trato. Cuando uno viaja en JAL, por ejemplo, sabes que te van a tratar muy bien, que todo va a ser correcto y que probablemente no vaya a haber ningún problema de ningún tipo, pero tampoco puedes esperar que una azafata se ponga a jugar con Kota con los muñecos de Doraemon un rato largo como pasó en el vuelo de Iberia, o que le trajese zumos y chocolate de vez en cuando sin ni siquiera pedirlo parándose a charlar un rato con nosotros cada vez. Punto para España.

– Tres veces me pasó que metí dinero en máquinas expendedoras y se lo tragó sin más: ni darle mil veces al botón de cambio, ni las hostias pertinentes, ni, por supuesto, la bebida. Esto es intolerable totalmente en mi país de adopción. Punto para Japón.

– En Japón, ahora en verano, se hace de noche sobre las seis y media de la tarde, en invierno el sol nacerá el primero, pero aquí no llega a las cinco. En España a las diez de la noche en verano empieza a anochecer. La vírgen santa, es un estilo de vida totalmente distinto: si Kota se echa una siesta un poco tarde, se acabó lo de ir al parque y prácticamente damos por finiquitado el día. Aquí Japón pierde por goleada.

– Los servicios en España… madre mía, por ejemplo: que te cierren las puertas del tren cuando estas entrando con el carro de un crío, que tarde tantísimo tiempo para el trayecto que es y que encima se retrase o que no sepas en que anden tienes que esperar hasta diez minutos antes que lo anuncian. Otro ejemplo: en el aeropuerto las seguratas de prosegur (no entiendo esto, ¿por qué no es policía? ¿por qué una empresa privada? ¿donde está el chanchullo?) del arco ese detector de metales estaban de charleta entre ellas pasando de la cola que tenían formada. Una de ellas hacía gestos con la mano en plan «pasa pasa» sin mirarte a la cara, por supuesto no esperes que te contesten a un «buenos días», todo en plan no solo ya desgana, sino a mala hostia. Educación nivel cabras cagándose en el establo, es simplemente incomparable con el trato en Japón. Puntazo gordo para ellos.

– Las frutas y verduras que en España no solo son enormes, Chiaki se descojonaba con unos pimientos verdes que parecían gnomos agachados, es que es baratísima. La comida en Japón es cojonuda y yo no echo en falta nada, pero la variedad, el tamaño y el precio de la fruta y la verdura que uno se encuentra en cualquier supermercado en España… la de Japón es ridícula con sus manzanas envasadas de una en una que te venden por 3 o 4 euros.

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Por cierto, ¿¡¿¡esto que mierda es?!?!?:

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– Sin embargo, algo que no me pareció tan bien fue el montón de comida basura que se vende, no solo eso, sino la cantidad: en un súpermercado no hubo huevos de comprar un donuts solo, había que pillarse un pack de 6. La variedad de mierda envasada que se vende me flipa en comparación con Japón: paquetes enormes de galletacas, zumacos con mil de azúcar y bollacos llenan la mitad de las baldas de los supermercados. Eso por no hablar de las tiendas de mierdas, de las que yo siempre he sido un gran fan, pero si miro por la salud de mi hijo, aquí gana Japón donde no es tan tan exagerado el ansía zampabollil. Siendo sinceros, diré que vi mucha gente joven muy obesa, quizás es que al comparar con lo que se ve aquí se magnifican las barrigas… pero jodo, que plan me llevais…

– La limpieza, la educación en este sentido es muy superior en Japón. El parque de al lado de la casa de mi madre nos lo encontrábamos por la mañana lleno de cagadas de perro, montañas de cáscaras de pipas, botellas y latas tiradas por el suelo, bolsas de patatas… y eso que hay papeleras. No le dejábamos jugar a Kota con la arena, como hace aquí, porque había mierda de perro. Es un puto asco y quizás no os dais cuenta porque no tenéis con qué comparar. Japón, donde por cierto, no hay papeleras, wins by far.

– Ese salir a un bar a tomarse algo y que te saquen un platico de pataticas, ese sentarse a las nueve de la tarde, todavía al sol, en una terraza con toda la calma, esas raciones de jamón, de queso, esos bocadillos gigantescos de lomo con pimientos… esa cultura de irse de potes sin prisa ni conocimiento ninguno… Spain two points!

– Al ir a entrar en la Renfe en Atocha (que según La Vida Moderna, igual no es la más decente de las estaciones tampoco), había un chaval esperando para colarse justo cuando metiésemos el billete. A otro le cazamos rondando las maletas cuando estábamos hablando con la chica de la estación. Me pidieron dinero como cuatro o cinco veces, uno de ellos de bastantes malas maneras que ya pensé que iba a tener otra liada como en el viaje anterior con el ruso aquel. En Japón los críos van solos al colegio, les ves haciendo cola en las estaciones y montándose en trenes ellos solos. La seguridad que hay aquí es impagable y probablemente única en el mundo.

– Y ya para acabar, me flipó en España la cantidad de mierda pura que dan en la televisión. Sabía que había televisión basura, pero no que se había llegado a esos niveles y encima a todas horas. En Japón la tele vale una mierda, también hay que decirlo, salvo honrosas excepciones, la mayoría de programas que dan son una chapa enorme donde no salen mas que idols de estos endiosados haciendo mierdas como comer y decir oishii exagerando mil, pero al menos no se llega al nivel de zafiedad y mala educación de allí. Aquí yo daría un empate: la tele no vale un carajo en ninguno de los dos países.

En fin, me despido con una foto del sushi que nos zampamos en Narita mismo nada más llegar para aplacar los deseos de la jefa Chiaki que se moría por su dosis:

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Espero que no pasen muchos meses desde que podamos volver otra vez…

44 comentarios en “Japón – España 2017

  1. Joer, qué alegria más grande volverte a leer!!!
    (me encanta tu estilo de contar las cosas, no lo puedo evitar)
    Leyéndote, lo primero que pienso es lo de las heridas, tardan en cerrar, pero acabas viviendo con ellas y más en un tio como tu del que estoy convencido que sabrá como tratarla. (O al menos es la impresión de este melón).

    Lo siguiente, es que alegraba mucho ir viendo las fotos que ponías de las vacaciones por la tierra y me hace gracia las comparaciones :)
    No sé, no me enrollo que este blog es tu casa, así que lo dicho, un abrazo grande y espero con ganillas más relatos del tio tosca

    1. Gracias por comentar y leer siempre a pesar de los parones. No puedo prometer nada porque Kota manda, pero a ver is estabilizo esto de escribir posts aunque sea semanalmente.

      :ungusto:

  2. Cuanto tiempo sin leer nada por aquí.
    Un Tokio-Badajoz parece más un viaje a otro planeta que una vuelta a casa.
    es una pena que no sea más barato viajar para poder visitar la familia más a menudo.

    1. No tiene nada que ver con el dinero, seguiría volviendo aunque costase el doble. El problema es con los días de vacaciones, que aquí son una mierda pinchada en un palo.

        1. Ahora mismo 15 porque llevo más de uno año y esto va subiendo con la antiguedad, pero por ley son 12. Luego hay un montón, creo que más que en España, de días nacionales de vacaciones, pero lo jodido es poder cuadrar todo y que te dejen pillarte más de dos semanas seguidas…

          Es importante decir que si te pones malo, te corre día de vacaciones, así que a nada que pilles una gripe jodida dos veces al año, a tomar por culo la mitad!

        2. Concepto baja, que yo sepa no… no cobras…

          Por eso la peña se hace seguros para que si te toca una enfermedad larga, estés cubierto

  3. Como siempre, un placer leerte. Además post como estos son impagables. Estoy deseando dentro de unos años poder leer el «Kotablog» en el que tu hijo explique sus sensaciones y recuerdos durante estos viajes.

  4. Ya teníamos ganas de leer esta crónica, y como siempre no defraudas!!!

    Esperamos que a pesar de los pocos días, la vuelta a la familia te haya servido para recargar esa alma que compartes con nosotros.

    Un abrazo muy fuerte!!

    1. Pues si, el viaje, a pesar de todos los jaleos que hemos tenido, ha ido bastante mejor de lo que pensábamos. Kota parece que ya no se marea en los coches y además se portó muy muy bien… se me hace mayor…. :ikullorer:

      Abrazaco y gracias por comentar!
      :ungusto: :coleguicas:

  5. Como siempre un placer leerte y una alegría abrir el email por la mañana y encontrar un post tuyo.

    Yo pienso que es inevitable comparar ambos países, pero cada uno tiene su propio encanto. Así que lo mejor es quedarse con lo bueno de cada país y sentirse afortunado de pertenecer a los dos mejores países del mundo! O no??

    En breve marcho yo para allá con tres niños!!! A ver qué tal el viaje….!!!!

    Buen día y hasta pronto!!

    1. Muchas gracias por comentar!

      Si tienes razón, ¿pero sabes que pasa?, que cuando uno se acostumbra a algo y de repente te cambian las reglas de juego, te cuesta asumirlo. Por ejemplo: el tema de la seguridad, aquí estamos tan acostumbrados a que no pase nunca nada, que al ir a España te relajas y no te das cuenta que hay gente al acecho para guindarte la bolsa si te la dejas un segundo en una silla…

      Pero vamos, que yo disfruté mucho el viaje!! no quería comentar las cosas a mala baba, ni mucho menos, sino en plan curiosidad!!

      :ungusto:

  6. Como echaba de menos tus relatos tío Tosca. Me he sentido tan identificado con lo de los vuelos, los desplazamientos, los críos, y las mil movidas que nos toca hacer para que el viaje sea lo más confortable posible… pero sin viaje no hay recompensa y al menos a nosotros siempre nos compensa.

    Respecto al duelo «España vs Japón» estoy completamente de acuerdo en todos los puntos. En algunos cuesta darse cuenta, pero se acentúan mucho cuando regresas de viaje.

    Un fuerte abrazo y que vaya bien el verano

    1. Bua, ahí tu tienes mucha más experiencia que nosotros, jajaja, te tenía que haber preguntado antes!

      Al final que los críos tengan el mejor viaje posible, como tu dices, es lo que más importa. Me acuerdo de los días en que me preparaba series y juegos para ver en el ordenador en mis viajes en solitario y me parece mentira, jajaja, como cambia la copla, ¿eh?.

      Un abrazaco!
      :ungusto:

  7. Siento una hemorragia de alegría al volverte a leer. Ezkerrik asko :ungusto:

    Respecto al tema de la falta de educación y respeto al prójimo en España, posí… abunda mucho por desgracia y si lo comparas con Japón el contraste debe ser brutal. Por cierto… vaya huerta molona y vaya tomatacos!!! :cocinicas:

    Suelen decir que vivir y viajar se asemejan mucho… lo que nos falta en este mundo loco y estresado es tiempo para lo que queremos (llámalo vacaciones :olakease: ) que es lo que os deseo de corazón.

    Un fuerte abrazo y que sigáis tan majos. :gustico:

    1. «Hemorragia de alegría» !!! hostias, eso tiene que ser mu weno!!

      Ba, no te creas, aquí también hay cada rascayú que flipas, ¿eh?, ya lo he comentado otras veces, pero recalcar que en las estaciones de tren y dentro de los trenes, esto es un sindios de proporciones gigantescas… yo es donde más veo que se pierden las formas.

      Pero en cuanto a civismo con el bien común, raro es ver aquí algo destrozado o un parque sucio…

      Ahora que Kota es un poco más grande y se da cuenta de las cosas, mola mucho viajar con el y ver sus reacciones, es muy emocionante!

      Abrazaco!
      :ungusto:

  8. Siento no ser más original, pero repito las respuestas anteriores: Un autentico placer volver a leer el ikublog.
    Las comparaciones entre sociedades son una realidad, lástima que siempre perdemos en las cosas más fáciles de solucionar: educación, cultura, políticas sanitarias, etc.
    Ojala les de por cambiar el tema de las vacaciones y puedas visitarnos más a menudo.

    Un saludo.

    1. Cada año que siga en la misma empresa me dan un día más de vacaciones, pero a no ser que me cambie a otra y deje tiempo entre medias, no creo yo que pueda volver mucho más de un par de semanas…

      Gracias mil!
      :ungusto:

  9. Madre mía, que mayor está Kota ya… Cómo pasa el tiempo…
    Yo estoy un poco como tú, llegué antesdeayer después de dos semanas en Japón, y aunque uno esté deseando volver a casa siempre echa de menos, como mínimo, la atención a la gente.
    La primera, con la paliza del viaje, Renfe me cambia los vagones y mi asiento no aparece por ningún lado, y no hay nadie para dar explicaciones, y cuando protestas te contestan borde… Que no es que tenga yo mitificado el tema Japón, lo mejor en todo, pero sí que hay cosas que como dices, a años luz…
    Un abrazo.

    1. Y tanto, macho, cambia cada día…

      Así que la Renfe también te la lió a ti, ¿no?… joder, es que aquí los trenes funcionan DEMASIADO bien, así que uno se acostumbra y claro…

      Un abrazaco!
      :coleguicas:

  10. Estoy 100% de acuerdo contigo Óskar. Ahora lo puedo decir de primera mano, que la mayoría de las cosas que cuentas es cierta. Yo por encima de todo destaco la limpieza y la educación de Japón.

    Llevo sólo un mes por aquí y estoy alucinando, aunque un bocata de serrano no vendría nada mal jajaja. O una tortilla de patatas con PATATAS no lo que venden por aquí.

    Un abrazo y nos vemos pronto

    1. Jodé, pues en el súper de mi barrio venden pan decente y jamón serrano sin problema… una vez a la semana cae uno mínimo!

      Abrazaco!
      :ungusto:

  11. Por fin vuelves a escribir, ya se te echaba de menos!!!

    Y venga quédate con lo positivo que siempre gana porque es lo que recarga y da ganas de tirar para adelante!!!!

    :ungusto:

  12. ¡Qué bien leerte otra vez! :)
    Es imposible no comparar, nosotros lo hacemos cada vez que vamos a España o a Japón. Una de las cosas buenas de vivir fuera es que aprendes a valorar ciertas cosas que de otra manera considerarías normales o incluso reguleras.
    Y enhorabuena por el Jet Kids, nosotros lo compramos para ir a Tokio en marzo y nos salvó la vida :)
    Por cierto, para la próxima te recomiendo lo que me dijo un amigo: llevamos 10-15 cosas del Poundland (del Daiso a la vuelta) y cada vez que nuestra pobre hija se aburría, toma, juguete nuevo. Lo mejor que hemos hecho en mucho tiempo, y ella se lo pasó en grande :)

    1. La maleta esa es un inventazo, si señor, ya podía haber algo parecido para adultos (o que metan a menos gente en los aviones, copón!! )

      Que buena esa de los juguetes del todo a 100, llevamos unos cuantos tebeos que no había leído y algún que otro juguete pero no se nos ocurrió esa de llevar un carro de ellos e ir sacándolos de vez en cuando!

      Abrazaco!
      :coleguicas:

  13. Siempre es un gusto leerte. Muy interesante el tema del bilingüismo. Aquí en casa también intentó crear el ambiente para que mi hijo hable el castellano y mantener los lazos con mis padres, hermanos y sobrinos. Tarea nada fácil pero la lucha le hacemos. Y la comparación con el poderosísimo Japón muy interesante. Saludos y esperando la próxima entrega.

    1. Muchas gracias por el comentario!

      El tema del bilingüismo es un poco complicado, pero poco a poco llegaremos a d donde queremos. El problema en mi caso es que solo yo le hablo en castellano, si Chiaki lo hablase también y lo hiciésemos siempre en casa, seguro que la cosa cambiaba, pero de momento es mi batalla.

      Ba, al final acabarán hablando los dos, ya verás!! jeje

      ;)

  14. Lo primero de todo :ikugracias: por volver a compartir con nosotros una parte de ti.
    Dicho esto, estoy tan de acuerdo sobre lo mal que va RENFE en este país, si no viajas en AVE estás vendido y los Cercanías son de lo peor. Pero como bien dices ningún país es perfecto, así que hay que disfrutar de lo bueno que tenemos.
    No te preocupes por Kota, aunque sólo hables tú en castellano con él, está aprendiendo aunque por ahora no se suelte, de repente, un día comenzará a hablar.
    Saludos desde la calurosa Madrid.

    1. Igual es que tuve mala suerte también, ¿no?, habrá que darles un voto de confianza…

      Kota algún día cascará como un campeón, seguro!

      Gracias por comentar!
      :ungusto:

  15. Cómo mola ver lo grande que se está poniendo Kota, ha tenido que ser genial ver sus reacciones a todas las cosas que veía por España…

    Lo de los aviones y los trenes ha tenido que ser de traca. Digo yo que ahí habéis gastado la mala suerte de dos o tres lustros porque madre mía… :fliper:

    Como curiosidad, yo iba a haber viajado con un colega a Japón este septiembre pero va a ser que no porque a él le salió plaza de profesor y a mí me salió curro en Irlanda. Así que OTRA VEZ a posponer mi primer viaje a tierras niponas. No veo el momento de visitar el país. Al menos tengo tiempo de seguir aprendiendo el idioma. Me he propuesto que tengo que acabar trabajando y viviendo ahí. Ea!

    Un brazo, maestro!

    :chiqui:

    1. Si, mucha mala suerte creo yo porque normal no puede ser lo de los trenes…

      Pos ná, que vaya la cosa bien por Irlanda!!!

      :ungusto:

  16. Por lo que veo Kota es peor que yo con los coches xD aunque es verdad que por allí de normal no se pillarán tanto como por aquí. A ver si tenéis suerte y al crecer se le va quitando los mareos.

    En cuanto a las comparaciones la peor de todas se la llevaría Renfe con los trenes de allí… odio Renfee y mira que la he de pillar a diario xD.

    En fin que un poco tarde en escribir pero como va pasando el tiempo no me entero cuando escribes!

    1. Pues a la vuelta si que cogimos algún taxi desde el hotel al aeropuerto y así, y la verdad es que no se mareó… estamos pensando incluso en pillar un coche nosotros aquí para los días feos de lluvia poder ir aunque sea a algún centro comercial o así (y en verano a la playa sin andar cambiando mil veces de tren).

      Lo de la Renfe… es que como funcionan aquí los trenes tampoco es normal, no tienen comparación con ninguna ciudad del mundo, me parece a mi…

      Oye, pues si te quieres enterar de cuando escribo, suscríbete en el formulario este a la derecha debajo de la nube de categorías y te llega email!

      :ungusto: :ungusto: :ungusto:

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