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Lluvias

El 26 de agosto de 1983 empezó a caer en Bilbao una tromba de agua que nadie se esperaba, provocando que la ría se desbordase y que el agua cubriese hasta más de cinco metros en algunas calles del Casco Viejo.

Yo recuerdo vagamente verlo por la televisión, y que también hubo «riada» en mi pueblo donde el garaje de mis padres, que siempre se inundaba al de dos txirimiris, se llenó hasta arriba de agua y mi vecino del cuarto, el bombero, allí andaba con el camión achicando. Que, por cierto, me hice la picha un lío porque yo pensaba que los bomberos sólo apagaban fuegos y aquello era poco menos que lo contrario.

Después de ver cómo estaban ayer las cosas por Bizkaia, yo creo que a muchos nos ha venido a la mente la historia de aquél verano del 83.

Y entonces me he acordado que en navidades, cuando estuve con Bea de pintxos por el
Casco Viejo, en un bar tenían señalada la marca de hasta donde llegó el agua:


Y aunque no tiene nada que ver con el tema, me encantó el mensaje de la pizarra que tenían al lado:

El ikuapañao 2: pasando la aspiradora

Bienvenidos a una nueva entrega del Ikuapañao. Hoy os recomiendo que pongáis el cronómetro y veáis lo que se tarda en realizar en Tokyo una de las tareas domésticas más tediosas.

Pasemos, sin más dilación, a los hechos documentados audiovisualmente:

Para que los que tienen un iPhone no se pierdan tan impresionante documento, aquí está el video en youtube también.

Ikukarate

Erase que se era que me apunte a Karate nada mas llegar a Tokyo, y que me ha pasado de todo… hasta recibir el mayor soplamocos que me han dado en mi vida.

Aunque echando la vista atras, me volveria a apuntar sin dudarlo y lo cierto es que no veo el momento de la revancha…

Ossss

Aqui todas las entradas sobre Karate:

El ikuapañao

Un piso de 20 metros cuadrados, una nevera que se llena con cinco yogures, un baño de plástico prefabricao y un servidor que duerme en el suelo encima de dos futones del grosor de un tebeo de Mortadelo de los de historieta larga con relleno de Rompetechos.

Amigos, llegó la de hora que os desvele mis secretos de supervivencia: durante todo este tiempo he desarrollado una capacidad de adaptación sin par, mi destreza ya no conoce límites y es justo y necesario que todo este invaluable conocimiento que llevo dentro de mí sea revelado a la humanidad.

Así que inauguro nueva sección:

¡¡ El ikuapañao !!

Primera entrega:

La tortilla de patatas cuando no se tiene ganas de cortarlas y se sabe de antemano que no hay huevos suficientes

Se sigue el proceso normal de cocineo de una tortilla de patatas, pero con tres puntos clave:

a) Nada de cortar las patatas en cuadraditos, se le pegan cuatro cortes y como quede, que uno lo que quiere es cenar, no pintar un cuadro. El tiempo ganado es perfectamente compartible con veinte minutos de la vida de Jack Bauer y Chloe O’Brian

Tiene más saborcillo si dejamos que se requemen un poquillo ahí en el aceite

b) Da igual que los huevos no cubran las patatas. Los huevos no son una manta y total, eso se va a freír en una cazuela en vez de una sartén… así que se echan los que a uno le parezca más o menos y se baten sin ganas. Recordad: somos ikuapañaos, no ikuaburguesaos.

Dentro de un bol de ramen y con palillos, con dos huevos!!! (o tres, no me acuerdo)

c) La sal es mala, retiene líquidos y lo que es más importante: hay que encontrar el salero rebuscando por detrás de los paquetes de patatas fritas, palomitas, triskis y tabletas de chocolate que todo buen ikuapañao debe tener en su ajuar. Pero tampoco se puede decir que no tengamos gusto, así que utilizaremos condimentos que homogeinicen el sabor y texturicen el alimento al estilo que el paladar está acostumbrado:

Productos que nunca nunca nunca deben faltar en toda ikunevera

Impresiona, ¿eh?, lo sé, lo sé. No me déis las gracias, yo soy así
Bueno familia, hasta la siguiente entrega en la que analizaremos en detalle cómo he sido capaz de pasar la aspiradora en lo que tarda la cisterna del báter en llenarse.

El frigodiploma

Ay majos, que pensabáis que no lo iba a conseguir, ¿ein?, que mi cuerpo no iba a resistir tamaño desafío, que me iba a convertir en un CamiPicha, ¡¡pues no!!, de hecho lo peor no fue el frío sino las agujetacas de hacer tanto ejercicio durante tres días seguidos. El último día tenía las piernas y el culo que parecían algarrobos.

Como ya os hice un resumen del primer día, podemos decir que el segundo fue muy parecido pero doblando el tamaño de las legañas y cambiando la segunda parte por una clase de Karate normal. Es decir, que el madrugón, calentar un poco al principio y correr una media horita por la calle se mantuvo.

El tercer día fue el mejor sin duda. Fuimos corriendo hasta el río Tamagawa, que resulta que no estaba tan lejos de allí, y cuando llegamos estuvimos echando carreras. ¡¡Fue divertidísimo!! que si corriendo de espaldas, que si a saltos, que si de lao, que si por equipos… me recordó muchísimo al campamento del verano pasado y pienso que es genial volver a hacer estas cosas que uno deja olvidadas en las clases de gimnasia de la escuela. Yo por lo menos, me lo pasé como un cuis, y gané un pilón de carreras, la cosa sea dicha con dicha.

Así que volvimos, nos enkaratekamos otro ratillo más y nos dieron los diplomas. Resulta que había gente que había estado yendo a esto 10 años seguidos y toda la pesca lerela!!

Aquí el diploma acreditativo de que hice el trientrenamiento megamadrugador congelatítico

Y ayer apareció una lista con los que participaron, para orgullo y soberbia de los que fuimos (aunque la Z de Díaz no entrase, jeje)

¿Y os podéis imaginar qué vino después?, pues las madres de los chavales prepararon unos perolos con sopa miso, onigiris, sandwhiches… y, como por arte de magia por allí aparecieron más botellas de cerveza y de sake que ni sé. Estamos hablando, amigos míos, de las ocho de la mañana. Con lo que ya puedo tachar de la lista que un día fui a correr con un grupo de japoneses durante media hora, eché carreras en kimono y playeras al lado de un río mientras pasaba un Shinkansen cada cinco minutos (que corría más que yo), hice una clase de Karate después y me pillé un moco de los históricos a las ocho de la mañana de un domingo a base de sake de Okinawa.

Ir a correr con un grupo de japoneses durante media hora, echar carreras en kimono y playeras al lado de un río mientras pasa un Shinkansen cada cinco minutos (que corra más que yo), hacer una clase de Karate después y pillarme un moco de los históricos a las ocho de la mañana de un domingo a base de sake de Okinawa.

Eso si, el resto del domingo no se podía saber muy bien qué era yo y qué era futón…

La rutina del sábado

El sábado es el día en el que uno se tiene que acordar de meter las latas en una bolsa, los botellines de plástico en otra, las de cristal en una tercera y bajarlas antes de las ocho de la mañana. Como para mi los sábados no son el mejor día para madrugar, lo que yo hago, como la mayoría de la gente, es dejarlas en su sitio la noche anterior.

Pero los sábados también es el día en que otra gente tiene una rutina bien distinta… como la de intentar sacar algo de beneficio de lo que los demás tiramos.




El día’l kimono

Vosotros habéis tenido que si el día de Navidad, que si reyes… pues que sepáis que hoy el que no he currao he sido yo, que es fiesta en los japones!! Hoy es santo mayor o algo así, el día en el que los que han cumplido 20 añetes recientemente o los van a cumplir en nada se me visten de galas con sus kimonos. Yo no tengo muy claro qué es lo que hacen o lo que dejan de hacer, pero si que se me ha ocurrido tirar para el Meiji Jingu, que es un templaco muy famoso, para ver qué jipiaba.

Y lo primero que he visto ha sido una exposición de figuras de hielo según iba por el parque:

Que con el frío que hace, si yo me hubiese parao más de cinco minutos, me habría convertido en una!! que birujiiii

A esta pobre se le había descongelao un pie, pobrecitaaa

¿Os queréis creer que me ha dado pena ver el pie ahí suelto? Hasta he pensado en ir a comprar un flash para intentar empalmárselo otra vez!!

Tiene mérito! y viendo el ritmo con el que goteaban, digo yo que las habrán hecho esta mañana

¡Y había un porrón de ellas! A la tercera, he decidido dejar de hacer fotos y meter las manos a los bolsillos, su hábitat natural

Por el camino me he ido cruzando con alguna moza casadera vestida con kimono. La cosa es que se supone que el día no es sólo para las chicas, pero es que son las protagonistas absolutas… y la verdad es que no he visto a un sólo tío vestido con kimono, incluso había parejas que estaban cogidos de la mano, él con vaqueros y ellas así de guapas:





No os olvidéis de pasaros por Nihon mon amour, que Nuria ha contado cómo se llama de verdad el día de hoy, lo que significa y lo que se hace.

Sales de baño

Me he aficionado a tomarme un baño ahí un ratazo largo a las noches, y mucho más ahora que hace más frío que en los bolsillos de Walt Disney. Y como soy un señoritingo, no os creáis que me tomo los baños ahí con agua sólo, no señor, yo me compro sus sales de baño que encima aquí venden de cinco mil tipos.

Estas dos me llamaron la atención:

Las vendían en el barrio chino de Yokohama. Son para adelgazar, y sale un Bruce Lee ahí todo fondón! Be un tirillas my friend!

Yo estas interpreto que son para el día después de su nombre, vamos, pa la resaca

Conversaciones de aeropuerto

Narita, Tokyo. Día de marchar.
Mientras imprimo el billete en las máquinas, donde elijo asiento en la puerta de emergencia al lado de la ventanilla, una chica me pregunta si tengo algún problema con el ordenador y si necesito ayuda. Declino su oferta, saco el billete, facturo y me dirijo a la puerta de embarque. Paso por un control:

– Good morning sir, can you show me your passport, please?
– Yes.

– Buenos diasu, ¿como está? (en castellano y riéndose)
– Bien bien, good good, thank you
– Ok, thank you very much sir

Y me deja pasar sin más.


Frankfurt.
Trato de buscar la puerta de embarque del avión para Bilbao. En la cola para el control de equipaje de mano se nos cuelan cuatro personas: una vieja y tres mostrencos. Llego al control y la chica me habla en inglés sin ni siquiera mirarme a la cara:

– Si tienes un ordenador, ponlo en una bandeja a parte y lo demás ahí y pasa por el arco
– Vale

Al pasar por la maleta, ven algo raro y me paran:

– ¿Esta es tu maleta?
– Si

– Abrela

– Voy

La abro un poco acojonado por las formas, lo primero que se ve son dos sobres de Udón y Soba que Michiko me ha regalado para que se lo cocine a mis padres, con sus respectivos paquetes para hacer la salsa.

– Ah, comida basura, muy bien
– No es comida basura, es comida japonesa, así que todo lo contrario más bien

La tía visiblemente incomodada por la respuesta se dedica a sacar absolutamente todo lo que hay en la maleta y lo desperdiga por la mesa, el resto de gente espera. Cuando se aburre de ver que sólo llevo libros y cuatro tonterías, me dice:

– Vale, puede irse

Y me deja allí volviendo a intentar que todo entre en la maleta mientras se va formando una cola del copón. Yo no tengo otra manera de irme de allí que con todo dentro, así que me tiro un buen rato. La tía, encima, me mira mal como si fuese culpa mía y se dedica a cuchichear con su compañera señalándome en vez de hacer un mínimo esfuerzo por ayudarme a arreglar la que ha preparado ella sola.

Bilbao, día de volver a Japón.

Voy con mi maleta de mano un poco acojonado por si me paso de peso, lo pongo todo en la cinta transportadora y al pasar por el arco el guardia civil que está zampando chicle, me dice que deje la chamarra también. La dejo, vuelvo a pasar por el arco y me doy cuenta que llevo el cinturón metálico puesto, pero no se si ha pitado el chisme o no. El tío también se da cuenta:

– Esto te lo tenías que haber quitado antes, hombre (tono de perdonarme la vida)
– Ah vale, no me he dado cuenta hasta ahora
– Ba, ya es igual, venga tira tira

Recojo las cosas y me voy. Aquí también he tenido que poner el ordenador a parte en una bandeja él sólo.

Frankfurt. Último transbordo.
Paso con la maleta de mano por el control, el señor me da los buenos días mientras me pide el pasaporte:

– Buenos días, señor, ¿me permite su pasaporte, por favor?
– Buenos días, si si, claro, tenga
– Muy bien, todo perfecto, que tenga un buen viaje
– Muchas gracias

Narita. Tokyo. Ya llegamos.
Después del viaje más curioso de mi vida, recojo la maleta grande que había facturado y me dirijo al control. El hombre ve mi pasaporte y me habla:

– ¿Puedes hablar inglés? (en inglés)
– Si si
– ¿Puedes hablar japonés? (en japonés)
– Si, un poco (en japonés)

Después de hacer estas dos preguntas, a continuación me dice todo en dos idiomas. Primero en inglés y seguido en japonés, yo le contesto en lo primero que me sale:

– ¿Cuanto has estado fuera? ¿Cuanto has estado fuera? (inglés – japonés)
– Dos semanas

Así me hace dos o tres preguntas del estilo en dual, y después me saca un panfleto donde se ven fotos de drogas: maría, pastis… de todo

– ¿Lleva algo de esto en la maleta?
– No

La siguiente hoja es de armas: pistolas, espadas, cuchillos

– ¿Y algo de esto?
– Tampoco

No se si no se lo cree, o es que está aburrido, así que me pide abrir la maleta. Yo ya resignado la abro, lo primero que se ve es un plumifero de Karate que me compré y que resulta que está más arrugado que la pata de Periko:

– SKIF, esto es de Karate, ¿verdad?
– Si, Shotokan
– Está muy arrugado, disculpe.

Y coge el tío y se dedica a sacarlo, alisarlo con la mano y doblarlo perfectamente cual dependiente de Zara. Yo me quedo chato:

– Muchísimas gracias
– Nada nada. ¿Esto que es?
(señalando a un envoltorio con un regalo)
– Es un regalo, un cuenco

Mete otra vez la chaqueta de la SKIF cuidando que la ropa no sobresalga, y llama a su compañero. Entre los dos me cierran la maleta mientras yo miro el cuidado con el que lo hacen. Después me dice que mueva los números de la combinación por si se abre sin querer, coge la maleta y la saca por el otro lado de la mesa para que no tenga que bajarla yo:

– Vale, vaya con cuidado y muchas gracias
– De nada, a ti

El pastaceites

Érase que se era que la profesora del té nos invitó a su casa el sábado pasado para despedirme, así que el día anterior, como buen invitado docto en las artes culinarias freitiles,

¡Me curré una tortilla de patatas del copón!

Y allí que la llevé y nos pusimos todos como el Toshikiko, pero esto, oh amigos, es otro acontecido que otrora será narrado.

Andaba yo oteando el súpermercado con la cesta llena de huevos, patatas y cebollas cuando me encontré ahí un productaco digno de ser portada de la sección de la madre de Peneke:

A simple vista, parece un mejunje para hacerse ahí tortitas o algo

Pero, queridos lectores, dejadme que os cuente qué es exactamente este nuevo producto que hemos bautizado como

El pastaceites©Ikusuki Names

Al acabar de hacer la tortilla, la sartén quedó llena de aceitaco ahí todo guarro que no es menester tirar por el desagüe, y uno la verdad es que nunca sabe qué hacer con él porque en teoría se puede reciclar pero nunca se sabe dónde. O por lo menos yo no lo sé (seguro que Jonathan si).

Así que uno se compra un paquete de pastaceites, abre una de las bolsillas y echa el polvillo que viene en el aceite:

El aceite tiene que estar todavía caliente, a unos 40ºC (que digo yo… ¿cómo se mide esto? ¿se mete el termómetro rebozao dentro?)

Los polvillos se disuelven cual colacao y ya sólo queda esperar a verlas venir

Y en un cuarto de hora, aquello se vuelve sólido!! o mejor dicho, se pastaceita!!

Lo último que queda es coger con la mano la pastaceitez y tirarla a la bolsa de la basura…

¿Y tú? ¿Ya pastaceitas?

La cámara que imprime fotos

Aquí va un tentempié pa de mientras sale el vídeo del horno:

Vi los anuncios en el tren, y me dije, ¡ tate, esto hay que afotarlo !

Y afoté la cámara que afota cual buen afotador que foy… digoooo, ¡ soy !

Y arrebuscando en el tubo ese que es pa tí, voy y me encuentro el anuncio…

La cámara más que imprimir las fotos, las pare !!

A la espera me quedo de que pongáis lo que todos estáis pensando, que me lo veo venir!!!

Onigiri

Nuria lo contó el otro día, pero aquí vengo yo a dar mi versión. El onigiri este no es ni más ni menos que una forma súper cómoda de zamparse un bolondrio de arroz con algo dentro así según va uno. Te tiene que gustar el sabor del alga nori, porque todos tienen, y luego pues lo suyo es escoger bien lo que tiene dentro porque te puedes encontrar casi de todo: salmón, una ciruela toda salada, natto…

Suelen valer muy baratos, del orden de 100 yenes, y te los puedes encontrar en cualquier combini siendo muy llevables para viajes por ahí de esos de viajar viajando. El día que yo fui al monte Takao, me llevé un par de ellos y más contento que unos taikos subí parriba!

Esta es mi cena de ayer, cargado a la cuenta de gastos del blog! (ya podía, jaja)

Pero, ¡espérate!, ¿qué son esos numeracos? ay madre!

Ah vale, que el alga y el arroz vienen a parte para que cuando te lo comas el alga no esté toda ablandurriada.. ¡¡qué MacGyverada!!

Eso si, si uno tiene los dedos como frankfurts (que es el caso), no siempre queda tan chulo…

Este venía ya montao, de ahí que haya quedao tan aparente

No se si os conté que fui a la boda de Akira, pues en la fiesta de después los que la dirigian llevaban dos disfraces: uno de flan y otro de onigiri. ¡Anda que tardé poco en robárselo y sacarme una foto!

¡¡ el IkuOnigiri !!

Los 47 ronin


Estaba yo el domingo delante del ordenador tanteándome un poco a ver cómo andábamos de gripe, cuando al abrir las cortinas vi un pedazo de día ahí puesto. Así que cerré el paint y solté el ratón que manejaba con la mano izquierda para hacer el nuevo diseño de Ikusuki (por lo visto), y me fui hasta Sengakuji donde, amigos, aconteció una gesta digna de ser narrada:


Resulta que había dos señores feudales allá por los años de Mariacastaña que no se llevaban muy bien que digamos. Uno de ellos, un tal Kira Kozukenosuke, no hacía más que tocarle los tocables al otro, un tal Asano Naganori. Tanto le provocó y le humilló en público, que éste último mientras estaban dentro del castillo de Edo, perdió los papeles y sacó una daga con la que intentó matarle sin éxito. Cuando se quiso dar cuenta, los guardias le habían detenido.



Y si cualquier acto de violencia era considerado una ofensa terrible dentro del castillo, lo que Asano hizo se consideró tan grave como para ordenarle que se suicidase. El provocador, el tal Kira, sin embargo, quedó libre el muy perrete.

El hombre se suicidó y todos los bienes de la familia de Asano fueron requisados, quedando arruinados, y los samurais se convirtieron en ronins al quedarse sin dueño. Kira, por su parte andaba temeroso porque se vengaran, así que reforzó su seguridad, menudo gañán que sabía perfectamente que caía más mal que mal.


Oishi Kuranosuke, el jefe de los samurais, se dedicó a actuar extrañamente, yéndose de juerga y haciendo barbaridades y chorreces por las noches con lo que se ganó fama de borrachucio y de estar echao a perder. Un tiempo después se divorció de su mujer, y dicen que sus hombres le pagaban compañía de geishas para tratar de que se calmase.


Todo esto llegaba a oidos de Kira, que pensando que no había nada que temer de un samurai tan acabao, relajó su guardia y descuidó su seguridad. En ese momento, dos años más tarde de la muerte de su amo, 47 ronins guiados por Oishi Kuranosuke entraban en la mansión de Kira y le ofrecían quitarse la vida honradamente como un samurai. Finalmente, ante su negativa, Oishi le cortaba la cabeza y la llevaba al templo de Sengakuji.


Como castigo, les ordenadon suicidarse, a los 47, aún gozando de la simpatía del pueblo que entendían y apoyaban lo que habían hecho.
En Sengakuji, que está a muy pocas estaciones de mi casa, están las 47 tumbas de los 47 ronin que se suicidaron un 14 de diciembre del año 1702:

En la estación de metro están grabados los nombres de los 47 ronins

Y nada más entrar al templo, podemos ver la estatua de Oishi Kuranosuke

Es un templo pequeño, apartado por lo que no había mucha gente aunque supongo que se llenará dentro de nada, el día 14, que es el aniversario de los acontecimientos. Lo que más llama la atención es el olor a incienso que hay, no es como en todos los templos, es mucho más fuerte porque hay mucho más ardiendo en ese momento.

Este hombre vendía «fajos» de incienso y te los prendía allí mismo

Después te los daba en una bandeja, con lo que podías ir dejando los que quisieses en las tumbas

Y este es el mapa de las tumbas con los nombres de los 47

Entre el silencio, el humo y el olor del incienso y las tumbas… madre mía, qué momento

En cada una de ellas estaba escrito su nombre y su edad: 25, 27, 32… muy muy jóvenes

Y a parte de incienso, también había monedas en algunas tumbas de 50, 100 e incluso 500 yenes

Cuentan que cuando los samurais venían al templo con la cabeza de Kira, la gente les daba agua y les animaba

Impresiona pensar que la historia fue verdadera… 47 personas sucidándose por defender el honor de su amo, planeándolo durante dos años…

Atención al dato: aquí es donde los samurais lavaron la cabeza de Kira al llegar al templo

Es como un pequeño pozo con agua, que lo tienen así de protegido…

Es el templo de las tumbas y el incienso… y una gran historia detrás

Lo típico del lugar son los tambores usados por los criados de los ronins

Apuntad: estación Sengakuji de la línea Asakusa, el templo está super cerca de la estación. También se puede ir andando desde Shinagawa, pero igual es un poco lío… la línea Asakusa coincide con la Yamanote en las estaciones de Gotanda y Shimbashi, así que no tenéis excusa!


Famas

Me he dado cuenta de que, al igual que los sevillanos tienen fama de no dar un palo al agua, aquí también tienen sus San Benitos. Así que he hecho un ikumaxmix 13, que os pongo junto con mi ikuexperiencia al respecto:

– Los de Osaka tienen fama de ser más abiertos, más graciosos, más majos que los de Tokyo.
Yo no puedo saberlo porque no he estado en Osaka todavía y no conozco a nadie de allí.

– Los de Kyoto tienen fama de ser cerrados incluso con el resto de japoneses.
Yo conozco a un tío de Kyoto y, a parte de que está medio pirao, es más majo que ni sé. A punto hemos estado de hacer una película juntos y toda la pesca. El par de días que fui de visita allí no son suficientes para asegurarlo o desmentirlo.

– Los de Tokyo tienen fama de ser super fríos, de ir cada uno a su bola.

Si que da esa impresión… aunque supongo que una ciudad en la que vive tantísima gente, si todos hablasen con todos, esto no se movería. De mis amigos Tokyotas, que son casi todos, nunca diría que son fríos, eso si que no.

– Los gaijines tenemos fama de aguantar muy bien el alcohol, y de que para emborracharnos tenemos que beber mucho.
Los más de 100kg de Akira se beben una cerveza y ya están torpedos, sin embargo una compañera del curro por más que bebe, nunca parece borracha. Por regla general, es cierto, se emborrachan mucho antes que nosotros.

– Los gaijines ligan mucho, tenemos fama de tenerlo más fácil. Roppongi es el paraiso para un occidental.
Es verdad que llamas la atención y eso da pie a más oportunidades. Algo de verdad hay, pero no tanto como algunos dicen y otros quieren creer. Para mi, Roppongi es un sitio asquerosísimo lleno de gente super chunga.

– Los gaijines la tenemos más grande
Y yo que sé!

– Los chinos en Japón tienen fama de ruidosos y maleducados.
Esto es así, que tienen la fama digo, otra cosa será que sea verdad. Yo una vez estaba sacando una foto cerca del palacio imperial, y una señora china casi me aparta a empujones porque le estropeaba su foto gritándome cosas en chinense. Pero eso fue una vez.

– Los españoles en Japón tienen fama de latinos apasionados.
Esto si me ha pasado, que me cuelguen la fama. Aunque yo pasión demuestre sólo cuando algo no sale y me pongo a jurar. Y de lo de latino me parto…

– Francia en Japón tiene fama de tener excelentes vinos y de ser la cuna de la moda y la cocina.
Esto es así, amigos, a los franchutes se les tiene bien vistos. Con lo bonito que sería Francia sin franceses!

– Los Indios en Japón tienen fama de ser súper inteligentes y de trabajar muchísimo y bien.
Yo conozco a dos, y los dos son ingenieros informáticos (que seguimos siendo ingenieros, os pongáis como os pongáis, que pa eso aprendimos a hacer integrales aunque lo olvidamos al día siguiente), y hablan inglés y japonés acojonantemente perfectos. Además, en Tokyo se ven muchos por la calle entrajetaos con su bigote y su piel morena.

– Los japoneses tienen fama de cabezotas, de no entrar en razones si se les rompen los esquemas.
En la despedida de Akira, el parlapuñaos pidió Shochu sin hielos. El Shochu es una bebida parecida al sake y siempre se sirve con algo, nunca a palo seco, al menos con hielo. Pero lo pidió así en el restaurante y costó como diez minutos que lo trajeran: el camarero con cara de póker consultó al encargado que dijo que no y después de parlapuñar con el encargado un par de puñaos, finalmente le convenció.
Por otra parte, mi línea ADSL está a nombre de mi jefe porque yo no teía la gaijin card. Por supuesto, el domicilio de mi jefe no es el mío, y aún así lo hicieron sin problema y así sigue, por cierto.

– Los americanos tienen fama de maleducados, prepotentes.
Me he encontrado de todo… americanos de brazos enormes y nikis de barbie haciendo el tocho por los bares, y otros super majos y normales. En cuanto a japoneses que conozco, hay algunos que no les tragan, y hay otros que les tienen como lo guay, como que ellos si que saben vivir. Esto mismo se ve en anuncios y por la tele, donde el inglés es como que mola y se usa, a veces sin demasiado acierto.

– El japonés es el idioma más difícil que hay.
Esto me llamó la atención, entre los mismos japoneses se tiene la fama de que su idioma es de los más chungos que existen. Quizás por eso te alaban tanto cuando hablas un poco o cuando escribes cuatro kanjis y medio. La verdad es que si me paro a pensarlo, sólo con el porrón de conjugaciones de verbos que tenemos en castellano, el nuestro también es un idioma chungo chungo, pero está claro que es más fácil aprender a poner acentos que a leer y escribir chirimbolos.

¿Qué? ¿Cómo os habéis quedao?

Aquí dentro los de Tokyo si que son fríos, si

Anda mira!


Si hay gente ahí en la pared que salen de un coche!


Un perro en monopatín y la tía que me ha pillao sacando la foto! glup!

Un disfraz de rena!

No hay ni Blas!

Un panda embelesao con los farolacos!!

El panda se ha zampao al gato sin boca!!! yatta!!!


Y aquí se lo ha zampao Godzilla!!! a ver si no le vemos más!!

Un restaurante que se llama Kura!! bendecirán el café?

Un tren con pantallaca ahí delante!! ¿pondrá «que voy, que voy!!»?

El perro de Héroes!, dale un boli que te pinta el futuro en un guau!

Un cartel del maratón de Tokyo!! Nos apuntamos? que no?, vale!

Pues si, total tampoco nos apuntamos al de este año y no pasó nada…

Pescaditos para la ensalada

Hacía mucho que no probaba algún producto así raro que me llamase la atención, ¿será que me estoy acostumbrando?. Así que mientras vosotros estabáis a punto de cancelar la conexión a internet porque sin Ikusuki, pa qué tenerla, yo me iba al súpermercado a ver que veía.

Y me encontré con los pececillos para la ensalada:

Están como refritos con un poco de rebozao y te los venden como complemento de ensalada

Pero tengo que confesar que aunque los he comido muchas veces, no me acostumbro!

He comido peces enteros, y cuando digo enteros quiero decir con cabeza, ojos y cola, que te sirven rebozaos. Que los ojos son como los pone Hiro Nakamura cuando come eso que le da el africano, ahí todo blancos y aunque no veo el futuro, la verdad es que están buenos. Pero estos que son pequeñitos no me acaban de convencer… ¿será por la campaña aquella de los pezqueñines?

Garajes sin persiana

En mi barrio la mayoría de las casas tienen un garaje, pero me parece maravilloso que no sientan la necesidad de ponerle persiana:

Lo que quiere decir que no la necesitan, ¿no es genial? ¿os imagináis esto mismo allí? Aunque en este caso es cierto que la mayoría de los coches no cabrían!

Aunque no se puede comparar, yo hace ya un siglo que no cando la bici (aunque debería porque ya conozco a alguno que se la han pispiao)

En este caso es más un espacio para aparcar fuera de la casa que un garaje… pero fijaos en las bicis de la derecha, yo cuento tres ahí puestas sin candar ni nada

Y no es que aparquen sólo el coche y ya está, sino que guardan las cosas propias de un garaje: juguetes, trastos…

¡¡A mi me parece genial que no hayan ni pensao en poner persianas!!

Que quede claro que mi barrio está alejado del centro, esto no es Shibuya ni Shinjuku, y, para que os hagáis una idea, a parte de reflejao en alguna ventana, yo no suelo ver a ningún extranjero por la calle. Pero el ambiente es tan de pueblo, tan de seguridad que, por ejemplo, no es raro ver algún coche o moto con las llaves puestas y el dueño comprando en la tienda. Y yo alguna vez me he dado cuenta por la mañana que he dormido con la puerta de la calle abierta toda la noche…

Marimokkori II – The Paquete Strikes Back

¿Os acordáis del peluche paquetón©Ikusuki Names S.A. ?…

¡Pues no se vayan todavía, que aún hay más!

En el Tokyu Hands vendían un montón de colgajos con colgajo para poner en el móvil.
¡¡ La foca paquetona !!

¡¡ El Julen Guerrero paquetón !!

¡¡ El peregrino que arrastra un problema !!

¡¡ La maroma que es un maromo !!

¡¡ El Bruce Lee reparteostias, que carga al centro !! ¡¡ El explorador que mira para otro lao por si se lleva alguna !!

¡¡ El repartidor de Correos !! <--utilizando esta última palabra, sírvase pensar el chiste usted mismo

¡¡ El oso más que amoroso !!

12 kimonos, de 15 a 20 kgs

Fui con Michiko a una fiesta de una universidad, y allí había varias actividades: nos hicieron una ceremonia de té, que lo hacían bastante diferente a nosotros, hubo bailes, animadoras de las que le gustan a Flapy y hasta una orquesta!

Nosotros llegamos a una sala donde estaban vistiendo a dos chicas con trajes propios de la corte imperial de hace muchos años:

Le iban poniendo kimono tras kimono mientras la chica ni se movía, duró casi hora y media!

¿Veis el montón de la derecha? quedan pocos ya, pero al principio había un montonazo

Después posó para todos, anda que no le sacaron fotos! Pero a alguien se le ocurrió preguntar si se podía mover…

… y la pobre chica despacito despacito se tuvo que dar una vueltecita. La señora dijo que llevaba 12 kimonos que pesaban entre 15 y 20 kgs…

La chica de la derecha llevaba ropa de hombre, aunque impresionaba mucho más la de la izquierda…