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Nikko Tobu World Square

Aprovechando la gesta de que el lunes era fiesta, nos piramos a Nikko a asomar el hocico, concretamente un día y pico.

(Tres cuartos de hora para escribir el párrafo anterior y que luego nadie me ría la gracia como el alarde de humor y desparpajo sin precedentes del post anterior. En fin, delfín, también Gaudí murió pobre e incomprendido… sigo en prosa que da menos cosa)

¡Total! que nos fuimos a Nikko y después de la obligada visita al Toshogu y alrededores y una velada de película en un ryokan de quedarse chato y pericueter todo a un tiempo, alquilamos un coche y nos fuimos a una movida que se llama «Tobu World Square«, que no es ni más ni menos que un parque temático con maquetas de las maravillas más famosas del mundo lirundo (aunque faltaba el incomparable «Puente del Charco» de Zalla!!! grrrr).

La Tokyo Sky Tree es la novedad últimamente, y me hizo mucha gracia ver que la maqueta estaba entera, no como la de verdad a la que todavía le queda el pirulín por pinchar. Estoy seguro que si hubiese sacado fotos teniendo cuidado con las montañas de los alrededores, cosa chunga porque estaban por todos los lados, habría dado el pego!! jeje.

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Menudo detalle tenían las maquetas, de flipar, por ejemplo estaba la estación de Tokyo y cuando llegaban trenes de vez en cuando sonaba la musiquita típica y el mensaje de la tía diciendo lo de la «doa ga shimarimaaaaaaasu». O el aeropuerto de Narita yaviones aparcando con sus luces parpadeando en las alas y los coches esos que llevan los equipajes y toda la pesca, y todos los árboles que hacen de árboles eran bonsais de verdad!.

El parque está dividido en Asia, Europa y América (todo englobao dentro del mismo Indautxu) pero tampoco es tan grande como para que no se puedan mezclar monumentos en la misma foto. Era gracioso ver las torres gemelas, el Empire State Building y la Tokyo Tower / Sky Tree al fondo, o la plaza del Vaticano y la Torre Eiffel!

Como era tarde, ya nos quedamos hasta la noche para ver el asunto de la iluminación que me tienen preparada, y la verdad es que fue bastante más bonito aunque como hacía un frío del carajo, no me dió por sacar la cámara y ponerme con el trípode a afotar, si eso en verano vuelvo (a ver si tienen el puente del charco de Zalla hecho pa entonces, que ya puse la reclamación).

Está un poquico lejos desde la estación de Nikko, y aunque fuimos en coche, hay autobuses y trenes (en la web lo pone divinamente). La entrada vale unas cuatro birus y un edamame (2500 ñapos), pero yo creo que merece la pena, es un parque curioso curioso, así que si os sobra tiempo después de ver el Toshogu y las cascadas Kegon, pasaros por allí y saludad a la de la puerta de mi parte que seguro que se acuerda (esta historia otro día ya si eso…).

¡Buen fin de semana, mozalbetes!
¡haced bondad!
:gambiters: :gambi: :gambiters:


Nikko


Hombre, ahí va la ostia pues, la de gente que ha venido hoy, ¿no?.
Yo os venía a contar la historia de Nikko, aunque joer, sabiendo cómo sois, a saber qué publicaréis luego vosotros, que sois muy listos!

Bueno, vamos a ver. En el año 766 había un chavalito que se hizo monje porque no acertaba muy bien a rematar de cabeza, y el tío fue y tuvo los huevos de montar un templo ahí en la punta de un monte. La montaña era como el Pagasarri pero en txikita, pero aún así no le quitéis meritos, la ostia!

Luego fue el shogún Ieyasu Tokugawa, que eso de shogún es como ser el lehendakari, y el buen hombre se murió. No se si de aburrimiento por leer el Marca, o de viejo, pero la cosa es que le fueron a enterrar aquí.

Bueno Clemen, que dices muchos tacos, venga ya sigo yo

Jodé, la culpa siempre al entrenador, ¿no?, mecagüen la ostia

Cleeemen

Vale vale, ya me piro, si no se me quiere, me piro. Cuánto daño hace la prensa!

Qué broncas es el tío!

En fin, que aprovechando el segundo fin de semana largo de la Golden Week, me fui a Nikko, que está a menos de dos horas de Tokio, con lo que es una excursión típica (fijo que Prognatis ha estao, que viaja más que las cajas negras!!).

Nada más bajar del tren, hay una cuestaca que se puede subir andando o en autobús. Así que después de una caminata parriba, uno llega al

Puente Shinkyo
Que significa «puente de los dioses». Es un puentecillo rojo muy chulo que en los tiempos de catapún permitía pasar el río (coño, claro!), pero que ahora está cerrado y no es más que una atracción turística. Si pagas, puedes pasear por él, pero vamos, que el otro lado está cerrado. Lo chulo es ponerse en el puente de enfrente y sacarle fotos, como hizo un servidor.

Tenía hasta un río debajo!

En serio, el puente con el verde de las montañas al fondo, es muy bonito…

Como curiosidad, en medio de la cuesta entre la estación y el puente, a mano izquierda, se lee esto en la puerta de un garito:

Toma ya, esto parece Cuenca!

Mira la Marta que listiña, cómo dejó ahí el sello!

Por supuesto, entré dentro a zamparme un plato de udón, y allí castellano no sabía ni Blas, pero era un restaurante super pequeño todo lleno de notas que la gente ha ido dejando allí:

Había muchos, muchísimos escritos en castellano. Supongo que atraídos por el cartel de la entrada

Mira que venir a Japón y comer Gyoza que es de China!!!


Después de la panzada, pillé otra cuesta según iba y me planté en otro templo super grande donde se pueden comprar entradas para todo el resto. Efectivamente, amigos, ya podéis venir con la cartera llena de mortadelos!! Así que después de apoquinar, te plantas en el

Templo Rinno
Que bien pudiera ser el sitio donde arreglaban el oído, pero coincide que no. Lo que hay aquí es un templo gordo, que se hace un recorrido por dentro para ver unos budas enormes, y a parte un jardín japonés. Hacedme caso: no paguéis entrada y pasad directamente al siguiente, que esto no merece la pena.

Templo Toshogu
Esto si que es para verlo. De repente uno se encuentra en medio de un bosque rodeado de construcciones que pertenecen al templo y que te dejan sin habla. Mires para donde mires, hay algo.

Como una pagoda ahí entre árboles

O Matías y Clotilde sacándose una foto

O un huevo de gente, como suele pasar…

Es imposible dar diez pasos sin sacar una foto. Kodak se tuvo que forrar antes de las cámaras digitales!!

Aunque lo más famoso son los tres monos que están ahí grabados en la madera de una especie de establo. Cada uno de los monacos se tapa algo en la jeta: uno los ojos, el otro las orejas, y el del medio la boca.

El de la derecha parece que se va a estampar con el coche!

Cómo no!, el centro de atención estaba en el contexto trimonístico

Aquí hay interpretaciones de todo tipo:

– Que si están intentando no hablar, no oir y no ver al diablo
– Que si hay que evitar las malas influencias o tentaciones

Si yo me lo aplico a mi lo simplificaría como “A palabras necias, oidos sordos”. O mayormente: “no hacer ni puto caso a lo que no interesa…”

Merchandising. Qué monada!! (me lo han puesto a huevo, no es culpa mía!!)

Pero vamos, que yo lo que tengo claro es que los jetas de kukuxumuxu (vaya nombrecito) lo copiaron para una camiseta. Lo que la infame competencia no sabía es de la audacia de Ikusuki, que ha ido mucho más allá y ha creado el cuarto mono!!!

Nuevo dilema Zen!! Qué significará? No sonarse? No oler? Comerse los mocos?

Tumba de Ieyasu Tokugawa
Que está subiendo un montonazo de escaleras a lo Rocky Balboa. Pero antes, se pasa por una puerta donde hay un gatico durmiendo al que todo el mundo saca fotos. Casualidad que la semana anterior la profesora de japonés me contó una historia que no se sabe si fue verdad. Así que ahí va: un tal Hidari Jingoro era un carpintero muy famoso que esculpió figuras de dioses ahí a cascoporro. El caso es que se cuenta que un carpintero celoso (y cabrón, añado yo) le cortó el brazo derecho para que dejase de ser el mejor. El hombre, lejos de amargarse, se dedicó a entrenar su brazo izquierdo y consiguió ser tan hábil como con su brazo derecho. Así que, entre otros, talló al gatico mirando hacia la izquierda. La leyenda dice que es el único templo de los alrededores donde no hay ratas…

Además, «hidari» significa izquierda. Esto es una leyenda, amigos! vete a saber!

«Nemuri Neko» o el gato sobao, ahí soñando con ratas adobadas

En cuanto al quintal de escaleras, pues uno sube y ve esto:

Un caminillo estrecho por el bosque para arriba… petao de gente!

La tumba del shogún. Entre que era lo que era, y la niebla… a mi me dio miedo!! ay ay ay

Y aquí la gente reza cosas como «Okanemochi ni naritai! okanemochi ni naritai!!»

Y ya lo siguiente que se hace en Nikko es pillar un autobús para subir al

Lago Chuzenji y cascadas Kegon

La cuesta que sube el autobús es como si cocéis un espaguetti y lo tiráis al suelo, eso tiene más curvas que el pérfil del muñeco de michelín después de estar una hora en el agua!!

Cuando llega arriba del todo, tenemos el lago por un lado y las cascadas por el otro:

El lago, pues es un lago… tampoco le vi mucho misterio…

Pero la cascada ya es otra cosa, esto acojona! Se baja por un ascensor y se está relativamente cerca!

Y como hizo un día frío, entré a tomar un café y de repente veo que se asoman unos monos que vienen del monte y se ponen ahí a hacer el mono delante de la gente!! El dueño del bar no paraba de repetir que eran «malos chicos», jeje, que roban la comida de las tiendas.

Pues a mi me cayeron bien, jajaja

Ikuconclusión: esta hay que hacerla, sin falta. Junto con la de Hakone, son dos excursiones obligadas desde Tokyo!!!