Brillando por tu presencia

Fui el tercero de la lista de los tres hijos de mi madre, aunque ejercí del mediano a expensas del mayor según me convenía y eso que me quedé a medio crecer entre cuatro casas, siete bares y un polideportivo que quedaba lejos.

Heredé el gusto musical del que compartía mi habitación, aunque él decía que era suya, y empezaste a acompañarme por entre andenes en polvorosa, pupitres en tela de juicio y noches de picos pardos y lunas negras.

Hablabas de poetas y aeropuertos, de placeres de besos sin amor y mentiras de obligado acatamiento mientras yo buscaba un atajo a Jauja por entre las líneas de mis manos. Levantabas la falda a la luna, te abrazabas a verdades desnudas de tus feas en hoteles dulces de amores furtivos y horas secretas porque se iban dando más allá de las diez. Y yo seguía sin conseguir poner mucho más de metro sesenta entre la suelas de mis zapatos y las entradas de mi frente que se agrandaban con cada intento.

Tu velabas veladas a la vez que yo aprendía a mirar fuera de tiesto, a invertir en velas para estar a alguna más que dos, a provocar que me bajasen de una hostia los humos, con acné, que intoxicaban la poca ilusión de mis amaneceres de tests de autoescuela.

Aquél día tu le hiciste un quiebro a la cerrajera con guadaña que venía a tu derribo, y apareciste con la cara redonda, cigarros de plástico y voz de antes del amanecer. Y todos te dimos por vivo.

A mi un juez que se creía Dios me condenó a soledades forzadas al desamparo de las leyes de la vida, aunque he aprendido a violar, cuando nadie mira, la orden de alejamiento contra la felicidad que también me impuso de propina mientras tu seguías componiendo tus sonetos de alterne con rima canallesca.

Te traiciono cada día, pero cuando el ánimo decide volar bajo dándomelas con queso, te las apañas para aparecer aventándome tu aritmética de pareja, tus doses de más de un par y tus infames verdades como incordios que me dejan la crisma sin blanca y me acartonan el dique.

Y es que, Joaquín, la gran mayoría de mis lágrimas han brillado por tu presencia.

Todo un gusto poder sentirte de nuevo ahora que llega el maldito invierno maquinando cómo cuartearme el talle desde dentro.

24 comentarios en “Brillando por tu presencia

  1. Solo puedo decirte lo que a mi parecer es un cumplido merecido, este texto solo necesitaría un pentagrama y la voz rasposa de la persona a la que va dedicado para ser una gran obra que escuchar

    ;) :ungusto:

  2. Opino lo mismo que DavidGijon. Si me dicen que es la letra de una de las canciones del nuevo disco del SEÑOR Joaquín Sabina, me lo creo a pies juntillas. Me encanta como has escrito este post y a la persona a la que va dedicada. Un 10.

    Un abrazo y saludos.

  3. buenos gustos musicales y poéticos, si señor…

    de aquella habitación, que ya no es mia, ni tuya ( :P ), sólo quedan los recuerdos, más tuyos que mios, el espejo y el armario de más 30 años y una ventana a la resistencia.

    Al final, el mayor, que es el pequeño, se quedo con el botín, aunque tres de cada cuatro dias éste a 1000 km. del territorio conquistado.

    1. Esos recuerdos son nuestros para bien o para bien, mil historias compartidas, trescientas en solitario y cienmil en familia. Me ha encantado leerte por aquí.
      Gracias bro

  4. Simplemente impresionante, al empezar a leer he pensado que estaba escribiendo el maestro Sabina, de donde cojona sacas la inspiración?? o es la letra de una canción no publicada??? :gustico: :ungusto:

  5. SIN PALABRAS…
    Toda una declaración de inenciones. Pones el corazón apretao Oskar. Buenísimo!!
    Hoy más que nunca, UN GUSTAZO!!
    Señor :ungusto:

  6. Me ha encantado, Oskar… Y tú que decías que lo iba a entender cuatro y el taiko (nombre de mi gato, a quien por cierto, debo preguntar si lo entendió :) ), y ya ves que no ha sido así ;)
    Besos :kiss:

  7. Joe tio, impresionante, ya sabia que tenias talento, pero en este texto te has salido, muy bonito, si señor. Habrá próxima entrega para El rober? :jumjum:

    :ungusto:

  8. Y a mi que Sabina no me gustaba hasta que oí, de rebote, el disco de LA MANDRAGORA…

    Mil quinientas doce monjas
    pidiendo con devoción
    al Papa santo de Roma
    pronta canonización.

    1. Gracias Helen!
      Toscano Mid es parte de esta historia más que yo casi, sabe lo que se dice lo mismo lo mismo que yo sé lo que me lloro leyéndole.

      Gracias

  9. Oscar, eres la bommmmmbaaa!!!

    Cada vez te superas.

    Si me das permiso la adapto un poco y trato de hacerle una musica y te la mando si al final me queda digna!!!

    Aceptas?? Por supuesto todo sin afan comercial!!!.

    Saludos

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