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Nos vamos a Zalla

Pues si, efectivamente. Este sábado nos vamos los tres a Zalla con la intención de que Kota por fin pueda conocer a la familia que le queda por conocer. Ojalá que al menos una vez al año podamos hacer esto y Kota crezca conociéndoles a todos. Sabiendo que es un poco difícil aquí cogerse más de una semana de vacaciones seguida, en esta ocasión nos vamos dos semanas aprovechando que me cambio de trabajo y que en la nueva oficina me esperan sin problemas.

Estoy convencido de que serán dos semanas llenas de emoción, no puedo esperar a ver a Kota en brazos de mis padres… además que me han contactado de la biblioteca de mi pueblo y resulta que voy a dar una charla allí presentando el ikulibro, que no veais la ilusión que me hace. Había pensado no solo hablar del libro sino contar un poco mi historia, cómo acabé en Japón, cómo se vive aquí y por supuesto dejando mucho mucho tiempo para que la gente pregunte lo que quiera, que yo contestaré como buenamente pueda. Fran me ha enviado ya una caja de libros a mi casa de Zalla, así que si alguien se quiere hacer con algún libro, allí mismo se podrán comprar:

Afinando un sueño, biblioteca Zalla.jpg

De paso contaros que la mitad de los libros que ya están firmados y que envié, llevan retenidos en Madrid casi un mes y Fran ya no sabe que más documentación enviarles… parece que no se creen la historia de que los libros fueron impresos en España y que ahora llegan de vuelta solo por la firma… hay que ver que mal funcionan estas cosas en España.

Así que viendo que esto va para largo, he decidido aprovechar el viaje para firmar allí el resto de libros que me quedan por firmar y que luego ya Fran los envíe dentro de España, así nos evitamos accidentes de libros mojados y aduanas y ya por fin los recibís todos. También contaros que prácticamente no nos quedan libros ya, así que si todavía quieres el tuyo, todavía estás a tiempo pero por muy poco porque una vez que se acaben, no creo que haya más ediciones.

Y nada más. Tengo muchas ganas de llegar a mi pueblo ya y que mi madre me cocine un plato de alubiacas rojas como solo ella sabe. Me voy a poner como el キコ!

Compatriotas

Vivir no ya fuera de tu pueblo o ciudad, sino fuera de tu país es todo un arte que cada cual crea a su manera. Yo tenía ganas ya de venir a hablar de los distintos artistas con los que me he cruzado desde que llegué a Tokio hace casi 8 años, cuarenta penas y dos mil resacas.

Hasta cierto grado, todos somos dueños de nuestro cuadro, somos los pintalienzos de nuestra propia vida con relativa libertad para usar los colores o pinceles que nos de la real gana. Sin embargo es curioso ver como se acaban juntando técnicas y muchas de las obras que se dejan exponer son muy parecidas unas a otras. Total, que según yo lo veo y si tiro por el lado negativo, a los extranjeros que aquí vivimos se nos puede meter en alguno de los siguientes sacos en un ejercicio de generalización de ñús que quizás no sea demasiado sana porque cada persona es un mundo, pero que me apetece hacer esta mañana de domingo, mira tu. Hay gente muy normal por estos lares, insisto, pero también los hay que se las traen. Vayamos con estos últimos:

Posers

Juntas internet con las redes sociales por un lado y el interés que suele haber por Japón por otro y ya está la mezcla hecha, batida y lista para servir: blogueros o facebookeros o instagrameros profesionales. Son estos que buscan cuantos más lectores o megustas puedan conseguir a consta de escribir los tópicos de siempre. Los hay quien programa posts porque tienen estudiada la hora del día en que en teoría más gente va a leer sus joyas de la literatura contemporánea, eligen con cuidado las palabras clave para el SEO que escriben y tienen estudiados hasta los enlaces que mejor les conviene para que San Google les tenga en un altar, eso si, luego a lo mejor lo que cuentan en el post es un truño como mi tío Nuño, pero el contenido es lo de menos mientras puedan twittear cincuenta veces que escribieron un post nuevo. Otros enchufan tantos tags en instagram que para ver la siguiente foto que toque tienes que dejarte media yema del dedo haciendo scroll. Si pueden conseguir esa foto con tal o cual bloguero famoso, son capaces de irse hasta donde esté solo para sacársela y volverse por donde ha venido, eso si, en twitter pondrá algo así como «de hanami con @tarari, que hacia mucho que no le veía y ya tenía ganas de darle un abrazo» y a lo mejor es la segunda vez que le ve y ni le ha saludado. Se estudian Facebook para ver que hacen los demás y tratan de estar en todas las salsas aunque no se les invite, si por lo que sea aparecen en una foto tuya de casualidad, se etiquetan al segundo dos para que quede constancia de la gran cantidad de amigos que tienen aunque a lo mejor en esa foto tu querías sacar a la farola y él salió por yo que se qué (lo mismo saltó a lo matrix para salir).
También están los que mienten haciendo ver que hacen tal o cual cosa y luego no es verdad, como decir que viven en tal sitio o hacen determinada actividad a la que a lo mejor fueron una vez por probar y no volvieron jamás. Todo vale por la fama, por el personaje creado para ganar likes, followers, amigos o cristos benditos.

Más falsos que un pepino cuadrado azul. Eliminados del RSS hace décadas.

Cutres

Esta gente no pensaba yo que nunca me la iba a encontrar por aquí, mira tu. Al fin y al cabo estamos viviendo en un país extranjero lo que te presupone cierto arrojo, cierta manera de ser… pues no, me he topado aquí con gente cutre a rabiar. Ir, por ejemplo, a un restaurante y decir al final que ellos pagan aparte porque tu te has bebido una cerveza de más y has chupado dos cáscaras de edamames que no te tocaban. Elementos que están a la pela más que a cualquier otra cosa. En los últimos eventos que hemos organizado, se traían la bebida del combini y la metían en el bar por no pasar por caja, y eso sabiendo que éramos nosotros «sus amigos» los que organizábamos el sarao, incluso negarse a pagar la entrada y pasarse lo que dura el asunto fuera en la puerta aprovechando el ambiente generado. Otros se apuntan a un hanami en el que la ley ha sido de toda la vida llevar bebida y comida y ponerla en el medio para compartirla entre todos, y esta gente se abren su paquete de patatas fritas y se lo comen prácticamente a escondidas para que no les cojan. Eso sí: zampan de lo de todos como si no hubiese amanecer porque is freeeeeeee. Normalmente tampoco se ofrecerán voluntarios para ir a coger sitio ni moverán un puto dedo para organizar nada pero estarán parasitando todo tinglado en el que se metan. Es acojonante. Luego se extrañarán de que no se les vuelva a invitar a nada.

Gurús

Son los que dicen frases como «en Japón los sueldos son un 150% más alto que en España» o «los japoneses tienen interiorizado el espíritu del samurai y eso se nota en el día a día desde que entras en la oficina». Gilipolleces del estilo. Verdades absolutas que ellos, expertos en Japón, su idiosincracia y su aroma matutino, sueltan a la mínima que pueden. A lo mejor si sacan una foto de un japonés borracho debajo de un cerezo, aprovechan el asunto y ponen la frase «todos los japoneses se emborrachan siempre porque están obligados a asistir a eventos sociales de la empresa y beber siempre que el jefe lo hace». Vamos, chorradas como pianos que ellos sueltan como si estuviesen escribiendo una guía imprescindible y experta para comprender la sociedad japonesa pero que no deja de ser su vivencia personal de ese momento que exageran y topicalizan a todo lo que de la situación. Se preocupan más por sentar cátedra que por vivir sus propias experiencias, tanto es así que alguno de estos con los que me he cruzado están totalmente convencidos de que tienen toda la razón en lo que dicen y tu no tienes ni idea de nada porque ellos llevan más años que tu aquí. Luego a lo mejor no tienen ni amigos japoneses, pero suelen contar con el beneplácito del público porque dicen lo que todo el mundo espera escuchar. Incluso yo he llegado a ver publicados artículos en periódicos contando las tonterías y los tópicos más topicazos que se puedan escribir. No es raro que detrás de uno de estos haya veinte posers con el twit ya escrito y la cámara del teléfono preparada.

Quejicas

Para mi estos son los peores, no puedo con ellos, si se da la casualidad de que conozca a alguno por twitter o por facebook, les borro a la mínima: se quejan absolutamente de todo; aquí los médicos no son como en su país, las medicinas no valen para nada, la comida es una mierda, hay mucha gente… Es raro que te encuentres con uno y venga el tío con buena cara contentete, al revés: vendrá con su cara de vinagres echando pestes de las tres o cuatro putadas que se ha encontrado durante la última hora y que en su país, por supuesto, nunca pasa. Los cajeros cobran comisión y no se puede usar la tarjeta de crédito todavía en muchos sitios, ¿es o no es tercermundista esto siendo Tokio? ¡¡ inaceptable !!. Las quejas son las de siempre, tampoco hay muchas más. En algunas quizás no les falte razón, pero coño, es como si vives en Bilbao y te quejas SIEMPRE de que llueve, o si te mudas a Murcia y te quejas de que no entiendes lo que dicen. Eso si, por muy en su contra que esté compinchado todo Japón, el tío sigue aquí dando por saco gritando a los cuatro vientos la mierda que es esto. Pero es que si se vuelve a su país, seguramente en su barrio le tendrán calado porque probablemente haga lo mismo allí. Inaguantables, totalmente prescindibles y a poder ser que queden bien lejos de uno.

Racistas inversos

Dentro del grupo anterior están estos. Esta gente odia a los japoneses y no tiene reparos en demostrarlo abiertamente. Los japos son todos cuadriculados, los japos son unos pervertidos, los japos esto, los japos lo otro. En su empresa los japoneses son los que menos trabajan o los que peor lo hacen, además no tienen ni idea de inglés y son más sosos que él, que es un salao de los que de partirse el ojete cuando les ves. Por supuesto, todos los japoneses le odian a él por ser extranjero, claro, esto está fuera de toda duda. Eso sí: seguramente el tío no hablará japonés más que diciendo nanka nanka nanka y se sabrá el kanji de árbol, el de río y los de nomihodai si vienen juntos. «Pero es que hasta los japos odian los kanjis y pasan de aprenderlos» llegué yo a escuchar un día. Todos le odian, pobrecito mío, por tener los ojos redondicos…
Estos no se suelen relacionar más que con extranjeros formando sus grupos y yendo siempre a los mismos sitios «gaijin friendly» donde saben que les van a entender si hablan en inglés y van a encontrar a japoneses totalmente entregados con la causa gaijin (esto será otro tema a tratar más adelante, amigos, los japoneses que reniegan de serlo!! atentos a sus pantallas!)

Autonacionalizados

Esta gente son lo contrario. De alguna manera tratan de olvidar su propia cultura y están totalmente envueltos en las maneras y la sociedad japonesa. Si pueden evitarlo, no se relacionan más que con japoneses, no van donde los extranjeros y procuran no hacer cosas de extranjeros. Tanto es así que llegan a hablar de los extranjeros en tercera persona como si ellos no lo fuesen, pierden totalmente su identidad y hasta sienten verguenza ajena de sus paisanos. Normalmente hablan muy bien japonés y se preocupan por mimetizarse con el entorno berreando exageradamente: «eeeeeeeeeeeeee» cuando se sorprenden por algo en vez del típico «ahí va la hostia», haciendo el gesto con la mano cuando pasan por delante de alguien, haciéndole reverencias hasta al cepillo de dientes, diciendo que no cruzando los dos dedos índices y hablando de sí mismos señalándose la napia en vez de el pecho. Una vez en Karate un compañero belga de ojos azules y rubio como él solo le dijo en el vestuario a uno de los sempais japoneses: «hoy han venido un montón de extranjeros, es curioso, a ver como sale la clase!» en referencia a la visita de un grupo de americanos, con lo que el sempai le contestó: «coño, ¿qué pasa, que tu eres de Osaka o que?».

Viajeros ocasionales gurús

Aunque estos no son paisanos que vivan aquí, dejadme que hable de estos: son los que alimentan la mentira de los gurús a los que normalmente siguen y de paso se convierten en uno. Si están leyendo todo el día a uno que dice que los trenes de Tokio están petados y hay empujadores, vendrán de viaje aquí, harán a lo mejor cincuenta trayectos en tren de los cuales dos o tres estarán petados pero alimentarán la leyenda y cuando vuelvan dirán que es acojonante como están aquí los trenes, que ni respirar podías. O como me contaba un amigo, una tía que decía que todos los japoneses comían fuera de casa y nunca cocinaban porque había muchos restaurantes y que eran muy baratos. Me pregunto yo para qué coño tendré una nevera en casa, entonces. Esta sensación la tengo cada vez que alguna televisión de España viene aquí a grabar un programa donde nos hacen ir en busca de estos tópicos ya aburridos para poder sacarlos allí en vez de tratar de dar la visión más normal del día a día aquí.

Anónimos

Son los que no quieren saber nada de redes sociales, ni blogs, ni facebooks ni ná. Gente que hace su vida aquí pero no le da por contarla lo que es muy respetable, por supuesto. Que yo ponga fotos de Kota no significa que sea el primero que he tenido un hijo aquí y que me de por contarlo. Pero dentro de este grupo hay algunos que no solo no quieren saber nada de internet, sino que lo rechazan completamente. Si por ejemplo coincides en un sarao y sacas una foto de grupo te vienen después a decir que no les saques en el blog o que no les pongas en ningún sitio con lo que normalmente haces dos cosas: o les quitas de la foto con photoshop recortando esa parte o directamente no cuentas nada. Totalmente respetable, por supuesto, pero en ciertos casos la obsesión por esa supuesta privacidad absoluta que tienen algunos me resulta incomprensible aunque, insisto, respetable.
O quizás soy yo que siempre me ha parecido mucho más divertido contar las historias que guardármelas para mi y siempre me ha recompensado de alguna manera, sobretodo al principio cuando vine solo. Pero que sepáis que la inmensa mayoría de los expatriados paisanos que viven aquí no tienen blogs ni historias, ni ganas de tenerlas y son mayoría.

IMG_3107-Edit.jpg

Ala, ya me he quedado a gusto, ojo que yo me veo por lo menos metido en dos sacos de los anteriores, a ver si adivináis en cuales. Voy a ver si cocino un amaiketako y así Chiaki y yo zampamos algo que ya estamos a media mañana y hay gazuza. Porque si, resulta que hasta sartenes tengo, no te lo pierdas.

Ah! las fotos, si, es verdad, no tienen absolutamente nada que ver con el post, pero es que quedaba como muy biblia solo con texto, así que he puesto las primeras que he pillado por ahí. Ahora mismo habrá algún poser bloguero experto que se estará tirando de los pelos, jajaja, qué sacrilegio!! y encima publicando un domingo a las tantas de la mañana!! xD

¡Pasadlo bien lo que quede del finde!