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Crowfunding

El verano se empieza a marchitar y ya va siendo hora de revolver los escasos pasos que quedan para poder sacar el libro adelante. Lo tenemos ya, de verdad, está editado, maquetado, revisado y vuelto a revisar. Está ya hecho, ha sido lo más duro, lo que más tiempo ha llevado y ahora lo que nos toca es buscar la manera de imprimirlo, de poder hacer que ese PDF de más de 200 páginas se convierta en un libro de más de verdad que un simple fichero de ordenador.

He llamado a las puertas de bastantes editoriales sin éxito. Algunas lo han leído pero no les he logrado convencer. Otras ni siquiera contestaron a mis emails. Es igual, yo no me rindo, esto tiene que salir, aunque sólo imprima una copia con la impresora de casa y pegue las hojas yo a mano, he de conseguir que mis padres tengan un ejemplar.

Por éstas.

Así que la siguiente alternativa es sacarlo por nuestra cuenta. Hemos pedido presupuesto en algunas imprentas y más o menos ya tenemos una idea de lo que costaría, pero es mucho dinero para poner así de un tirón (y más ahora que va a nacer Kota), así que hay que financiar esto como se pueda. ¿Y cómo se puede ahora?, pues tirando del crowfunding, que es la gaita esta que está de moda: tu anuncias tu proyecto y si hay gente a la que le gusta la idea, pues aporta distintas cantidades de dinero por las cuales tu te comprometes a darles algo a cambio. Así hasta llegar al tope que hayas puesto que necesitas, y si llegas, pues entonces tienes que cumplir con todos los que han colaborado a que salga tu proyecto adelante.

El caso de un libro es típico: pongamos que sale imprimir cada unidad unos 10€, pues tu prometes que a los que te paguen esa cantidad les envías un ejemplar del libro. Si ponen un poco más, pues el libro va firmado y dedicado por el autor. Si ponen el doble, además de ir firmado, el nombre irá en los agradecimientos especiales del final… y así. La idea es esa: a los que te patrocinan con más dinero, les das más en agradecimiento a su apoyo (al que me pague toda la impresión, llevo una camiseta con su cara el resto del año).

El caso es que no tengo muy claro qué puedo ofrecer yo a parte de lo típico de dedicar el libro o meter en los agradecimientos y ayer hablándolo con un amigo me decía: pues ya que la idea de sacar el libro salió de los lectores del blog, pregúntales a ellos qué querrían.

Del dicho al hecho saco pecho:

¿Qué os gustaría que se pudiese elegir?
¿qué puedo ofrecer yo para animar a más gente a colaborar?

Cualquier sugerencia es aceptada: marcapáginas, libros dedicados, posts en el blog o fotos de Japón por encargo, si queréis que compre algo de Tokyo y os lo mande, si por casualidad venís y queréis que os lleve de excursión por ahí, si hace falta grabar un vídeo cruzando el cruce de Shibuya en calzoncillos bailando el gangnam style… ¡¡lo que sea!! ¡pedid por esa boquita!

:estudier:

Querido hijo

Querido hijo:

No sé cuando leerás esto, ¿a qué edad aprenden los niños a leer?. Bueno, lo cierto es que no sé si serás capaz de leer en castellano aunque yo espero que si, por lo menos yo pondré todo mi empeño en que lo hables. Es que aunque vivas en Tokyo, aunque seas japonés, para mi es muy importante que seas capaz de sentirte también del país de tu padre. Que no se te olvide nunca que tus abuelos son del sur de España, que tu padre es del norte y que acabó en Tokyo después de dar tumbos aquí y allá hasta que por fin conoció a tu madre y ya todo cobró el sentido perdido, sobretodo cuando llegaste tu.

Es importante que hables castellano, bastante duro es que no pueda ver a mis padres todo lo que quisiéramos como para que cuando lo hagamos, no puedan entenderse contigo. Debemos hacer ese esfuerzo juntos aunque sea difícil estando en Tokyo, aunque nadie más que tu padre te hable en ese idioma, debes aprenderlo, hijo mío, debe ser así. Si a estas alturas puedes leer esta carta, sabrás ya que podría haberte contestado todas esas veces que me hablabas en japonés, pero fue por tu bien o más bien por nuestro bien, por poder compartirte. No te contesté en japonés porque debíamos hacer que hablases siempre conmigo en castellano, debía ser así.

Gomen ne, Kota. Otsukare.

Tengo muchas ganas de verte, de conocerte. Todavía quedan dos meses y no puedo dejar de imaginarte con los ojos de tu madre, cierto aire a mi nariz y, espero, mucha mucha alegría en tu cara. Porque igual que seré estricto a la hora de hacer que aprendas a poder entenderte con mis padres, también te diré que mi misión en esta vida es que tu seas feliz, que te rías la mayor parte del tiempo que es más o menos lo que tu madre ha hecho conmigo porque ella parece ser feliz por naturaleza y eso, Kota, se contagia. Tu lo llevarás en los genes, así que no te será difícil. También te diré que en tus genes puede que esté lo de emocionarse por pequeñas cosas, que quizás el baremo de sentir lo tengas también trastocado como el de tu padre y te encuentres de repente con los ojos desbordados por cosas en apariencia simples, sin importancia. No es algo malo, no te preocupes, te acostumbrarás y ojalá sepas saber ver de más donde la gente sólo mira de reojo.

No sé si cuando leas esta carta, ya sabrás sobre tu tío Javi. Ya sabes que vive con tus abuelos y que es el que tiene todas esas películas de dibujos animados y tebeos que siempre le coges cuando vamos a visitarles. También sabes que no le gusta mucho que le anden en sus cosas, así que intenta pedirle permiso cuando quieras algo que seguro que te lo dejará quizás con cierto aire de condescendencia pero tremendamente contento por poder ejercer del hermano mayor que es, del tío más viejo que tienes a pesar de todo. Y cuando vayáis a jugar, tienes que tener mucho cuidado con él porque es fácil que se tropiece aquí y allá o que le de algún ataque de esos que le evaporan la fuerza del cuerpo… se le pasan pronto, pero nosotros tenemos que intentar que también se le olviden pronto, ¿vale?. Ojalá que os llevéis bien y que juguéis mucho juntos. Con Javi y con tus dos primas, una tiene la misma edad que tu pero me pregunto si el que crezcáis y os eduquéis en países tan distintos uno del otro será obstáculo para que conectéis. ¿Podría ser que culturalmente seáis muy diferentes?… no creo que importe tanto, tu prima la mayor se llevó muy bien con tu madre y no entendían prácticamente nada de lo que ambas se decían. Creo que no es tan difícil entenderse sin palabras, no pasa demasiado a menudo, pero hay personas que de alguna manera parecen estar conectadas, que piensan igual aún haciéndolo en otro idioma como hay tantas otras que hablan el mismo idioma pero son tan tan diferentes.

Pero tu si te entenderás con ellos, porque es importante que lo hagas. Debe ser así, Kota. Onegai.

Tu abuelo es la viva imagen de mi abuelo, su padre. Contigo era ya difícil, pero muchas veces pienso en lo maravilloso que hubiese sido que tu madre hubiese conocido al padre de tu abuelo, que era mi abuelo… me encantaba quedarme a dormir en su casa y que me contara cuentos que se inventaba en ese momento, me lo pasaba tan tan bien… Por eso yo estoy seguro de que te caerá bien tu abuelo porque cada vez se parece más a su padre. Me pregunto cómo le llamarás… ¿ojiichan? ¿abuelito?. Dará igual porque él es un pedazo de pan. Tu mamá le llamó papá aquella vez que vinieron a la boda y se le saltaron las lágrimas, hasta nos hizo una poesía que no se atrevió a leer en la boda donde decía algo así como que me había casado con una chica oriental a la que ya quería como a su hija… hay veces en que les echo tanto de menos a los tres… tenemos que ir a verles mucho, tenemos que hacer que os conozcáis, no puede ser que seáis ajenos cada vez que os volváis a ver. Ahorraré lo que tenga que ahorrar para poder volver al menos una vez al año a España contigo y tu mamá. Porque, ¿sabes Kota?, tu ojiichan y tu obaachan de España te quieren mucho desde ya a pesar de la distancia y de no hayas nacido todavía. ¿Te he contado sobre el paquete que envió tu abuela con toda esa ropa hecha por ella para ti?. Ahora te dará vergüenza hasta ver las fotos que seguro que sacaré, pero no veas las ganas que tenemos ya de ponértela. Tenías que ver a tu madre cómo lloraba cuando abrimos aquella caja de cartón y empezamos a sacar chaquetas y patucos… yo escondí alguna que otra lágrima por hacerme el fuerte, pero es que es algo tan bonito. Recordé, de repente, todas aquellas tardes en el sofá en Zalla viendo la tele mientras ella no paraba de hacer punto. Les echo de menos, si, a veces hasta doler. Echo de menos mucho hablar con tu abuela porque aunque la mayoría de las veces sólo hable ella, me renueva las ganas de ser el niño que sigo siendo.

Kota, de verdad, debemos hacer que os conozcáis y os entendáis. Es importante, hijo, muy importante. Ganbatte. Hontoni ganbatte.

Estoy asustado, esto también tengo que decírtelo. Tengo miedo porque estoy viviendo en un país que no es el mío y ya la locura, la aventura no me afecta sólo a mi. Tengo miedo porque voy a ser padre aquí sin ser capaz, todavía, de dominar el idioma. Tengo miedo de defraudarte, de avergonzarte, de que sea yo el único extranjero en las reuniones de padres de la escuela, de que no sea capaz de leer o escribir mientras todos los demás padres lo hacen sin problema. Me atormenta la idea de que te sientas mal por mi culpa, por ser yo diferente en tu país como a mi me avergonzaba el acento del sur de mi madre en mi pueblo en el norte. Así que si tu has tenido tu tarea con mi idioma, a partir de ahora seré yo el que pondré todo mi corazón en que no seas capaz de darte cuenta que tu padre no sabía leer ni escribir en japonés con normalidad dos meses antes de que tu nacieras. No te preocupes, hijo mío, que seré capaz de ayudarte con los deberes aunque tenga que pasar noches en vela repitiendo mil veces cada kanji, cada frase, cada ejercicio. Porque sin haber nacido siquiera, ya has puesto patas arriba mi mundo y sólo puedo pensar en que tu eres lo más importante y lo serás siempre.

Me pregunto qué pensarán tus abuelos en realidad de que yo viva aquí tan lejos… me pregunto dónde acabarás viviendo tu y cuanto me dolerá a mi…

No hay día en que le de vueltas al tipo de persona que serás: si serás un vago redomado de esos a los que no le importa nada o si por el contrario encontrarás pronto qué es lo que quieres hacer con tu tiempo. Yo intentaré contarte lo que yo pienso de la vida, pero ojalá que seas tu el que encuentres pronto tu camino y veas las cosas a tu manera. Eres nuestro hijo, pero no somos tus dueños. Trataré de que practiques Karate, pero serás tu el que decidas si quieres o no seguir, no seré yo el que te fuerce a seguir tal o cual vereda mientras no vea que vayas directo a ningún acantilado. Seguramente te tropezarás muchas veces y te romperán el corazón otras tantas… eso es así y no lo podemos evitar, pero siempre estaremos para agarrarte de la mano y tirar hasta que te levantes de nuevo, para escucharte y apoyarte siempre aunque la mitad de las veces no nos cuentes nada, como yo tampoco lo hacía con mis padres.

Querido hijo: me aterra convertirme en tu padre y a la vez siento desde lo más profundo de mi corazón que es lo más bonito que me va a pasar nunca.

Kota… nada más que contarte de momento… sólo que muero de ganas de conocerte y que te quiero desde ya mismo hasta siempre jamás. ¿Sabes? tu madre está tan guapa contigo dentro, tan preciosa, se la ve y se la siente tan feliz que imagínate cómo puedo estar yo.

No tardes demasiado en llegar, hijo mío.

No tardes.

お父さんより