Aunque cada vez tengo más claro que somos muy iguales aquí mis primos de Japón y yo, si que hay mucho de distinto en vivir aquí. Aunque si cambiamos coche por moto, parque de Zamudio por Aoyama y castellano por inglés/japonés, mi día a día no es tan diferente al que tenía en Bilbao. Se hacen más o menos las mismas cosas aunque sea de otra manera. Por ejemplo: zampo de taper o salgo fuera según me de el aire, esto es igual que allí pero con comida distinta (sushi, ramen, onigiris en vez de alubias, ensaladilla rusa o un bocata lomo), delante del ordenador hago poco más o menos lo mismo… la rutina es rutina, aquí y en Teruel.
Últimamente me ha dado por pensar que yo he vivido toda mi vida en un pueblo donde si andas más de veinte minutos te sales, y si cambiar Zalla por Bilbao ya tuvo su miga, vivir en Tokyo supone no sólo adaptarse a la cultura de otro país, sino al ritmo y velocidad de una de las ciudades más tochas del mundo. Aquí hay mil millones de cosas más que hacer, sería prácticamente imposible probar todos los restaurantes no ya de la ciudad, sino de un sólo distrito. Siempre hay un templo que visitar, un barrio nuevo que ver, un izakaya que nomihodear. Supongo que un tío que venga de Pekín, o de Nueva York, no notará tantísimo cambio como aquí el Zalluco que les escribe (es chica lo que echo de menos mi pueblo a veces, por cierto).
Bueno total, a lo que iba. El caso es que digo yo que por ser la ciudad que es y vivir la pila de almas que viven, aquí lo que hay es un mercado de segunda mano del copón. Están los mercadillos normalmente cerca de algún templo donde cualquiera puede ir con una esterilla de esas azules a vender lo que les sobra por casa (en cuanto ponga el bar, ahí estaré yo con todo lo que se enchufe y tenga pantalla). También es bastante habitual ver tiendas de segunda mano por ahí, que suelen tener de todo y amontonao: lo mismo te venden una pecera con un cangrejo dentro que un ejército de mamacharis.
Centrémonos en el asunto internet. La moto la compré porque el Chiqui contactó con un australiano medio pirao que vende motos poniendo anuncios a través de una web. Las dos pantallas que me traje del curro anterior las vendí poniendo un anuncio en otra web y quedando con un par de pavos para hacer el trapicheo cerca de mi estación. La lavadora-secadora se la pillé a un italiano que me las instaló en casa mientras contaba chistes de franceses, y al que contacté por un anuncio en la metrópolis.
Así que me he vuelto un adicto a esto de la segunda mano y todas las mañanas me recorro mis recursos segundamaniles, más por curiosidad que por realmente acabar comprando nada. Y así, café en mano, me voy pasando por:
– GaijinPot: donde conocimos al rascayú que nos vendió las motos, y que todos los días tienen un montón de anuncios nuevos de todo tipo.
– Metrópolis: donde abundan los Sayonara Sales que últimamente molan muchísimo porque se ha puesto de moda crear álbumes en Picasa con todo lo que pillan por casa para vender
– Craigslist Tokyo: no sale el de Bored to Death (inmenso Ted Danson), pero este es el sitio que más se actualiza con diferencia, incluso tienen una aplicación para el iPhone que abro justo después de la de ver el tiempo cada mañana (mes y pico sin llover en Tokyo, ja, toma ya amortizamiento de la moto!)
Después hay más que ya no miro tanto, sólo si de verdad ando buscando algo concreto… pero ¿esas tres de antes?, ¡esas todos los días! y menudo peligro tiene el asunto, que más de una vez a punto he estado de comprar gilipolleces supinas, menos mal que todavía me controlo… (aunque ando dándole vueltas a una máquina de esas de hacer pan …).