Archivo por meses: octubre 2008

La planta que bloguea

Pues el caso es que hay una planta que la han bautizado como Midori-san, que significa algo así como Doña Verde, que la tía tiene un blog. Ahora que lo pienso, si bautizas a una planta es como darle de comer, ¿no?, es como si el cura en vez de echarte agua por la cabeza te diese un bocata!, eso si que molaría! a mi me han dado de bautizar uno de salchichón!!

Jodé, se me va la pinza. Bueno, pues eso que en Kamakura, donde el Buda de Bilbao, hay un bar con una planta que le han plantao, valga la redundancia, unos sensores que miden la temperatura, humedad, vibración, ondas electromagnéticas y hasta si hay gente cerca. Además, le han puesto una lámpara fluorescente encima que se puede activar desde internet a través del widget este que os planto yo aquí ahora mismo:

Así que todo lo que los sensores detectan sobre la planta llega a un ordenador que se encarga de escribir frases acordes con la situación del estilo de:

– «Hoy parece que hace resolillo, aunque hace frío. Me pongo contenta con la luz que me dáis»

Podéis leer el blog del vegeta este aquí si sabéis plantojaponés.

Yo me he enterado de todo esto por que se pusieron en contacto conmigo de Radio Euskadi para que les hablase de ello, así que he estado investigando un poquillo y les conté lo que más o menos he escrito aquí. Al principio de la conversación me preguntan sobre lo que yo creo sobre el futuro de internet y menudo rollo que suelto!! Además, paré de grabar como 5 segundos antes de que acabase…

En fin, para el que se aburra, ahí queda:

El blog de Ikusuki en realidad lo hago yo, lo que pasa es que le pago a un pringao para que salga en las fotos… ay que solete! ay que bien fotosinteo!

La almohada abrazable

El otro día me fui a dar una vuelta a un Muji, que esto tenéis que apuntarlo también porque ya que el Ikea queda a tomar por cleta es una muy buena alternativa para comprar algo para la casa. Porque una cosa es lavar la ropa en una lavadora de segunda mano y otra muy distinta dormir en un futón de segundo sudor. Vamos, que hay cosas que tienen que ser nuevas sí o sí!!!

Allí me compré una almohada abrazable, que diréis: eso es una chorrada como un contrabajo de grande porque todas las almohadas son abrazables! Pues si, también es verdad… pero ¿a que no están diseñadas ahí queriendo para ser abrazables? pues la mía si, ale!

Y tiene tres modos!!

La cosa es que tiene una doblez ahí en medio que sirve para doblarla según para donde soplen las legañas esa noche

Mode güan: la doblez pa por la espalda

Mode chu: envolvimiento almohadil por las bandas

Mode zri: abrazamiento directo

Sayonara sale

Aquí hay una revista bastante famosa de estas gratis que se llama «Metrópolis«. La cosa es que es en inglés y está bastante bien echarle un ojo porque así se entera uno de los conciertos que va a haber, los eventos, nuevos restaurantes o bares…


Pero una de las partes que más consulto yo son los anuncios por palabras del final, especialmente una sección llamada «Sayonara sale», que lo podríamos traducir por «Lo vendo todo, que me piro!».

Efectivamente, la gente que ya se marcha de Tokyo después de una estancia lo suficientemente larga como para tener que alquilar un piso y comprarse algún mobiliario, pues resulta que ya no lo necesita más y trata de deshacerse de todo lo antes posible. Una razón obvia es sacarle un dinerillo, y la otra es que aquí tienes que pagar porque vengan a recoger basura «no convencional» como electrodomésticos, sofás y tal y cual, así que según qué cosas conviene más regalarlas que tirarlas. Es más, yo en mi barrio algunas veces me he encontrado con muebles puestos en una esquina en la calle y un cartel que pone algo del estilo de: «vendrán a por ello dentro de tres días, si quieres algo, simplemente cógelo».

Bueno, pues en estos anuncios puedes encontrar de todo, desde gente que te vende el pack casa completo y por 10.000 yenes te llevas una nevera, una mesa, dos sillas y una plancha, hasta otros que simplemente te invitan a que entres en su casa y te lleves todo lo que te guste por un precio simbólico. Uno de los requisitos que te suelen poner es que vayas a recogerlo a alguna estación, aunque hay gente que tiene alguna furgonetilla e incluso te lo lleva a casa.

Yo compré la lavadora y la secadora por uno de estos, y después de tres horas esperándole, al final vino un tío italiano a eso de las doce y media de la noche porque no encontraba mi casa, y se dedicó a hacer chistes sobre franceses mientras pegaba martillazos para instalarla. Menudas risas me eché con él!!

Peazo invento la secadora, por cierto!

Corazón de neón

La ciudad donde vivo es ir en el mismo tren día a día a la misma hora y sin embargo ver a miles de personas desconocidas cada vez. Es tener siempre prisa, acostumbrarse a esquivar gente y a hacer colas, es un mundo de luces y sonidos artificiales que sustituye al real cuando cae la noche y los gatos no se vuelven pardos porque se siguen viendo.

A veces es una chica que quiere ser tu novia por un rato, porque eres diferente aunque sea fácil que a uno se le olvide pero otras sea tan obvio. También es sentirse sólo entre millones de personas, que es como estarlo dos veces… como la soledad al cuadrado. Aunque casi siempre es una cara amable, una sonrisa de alguien que se interesa por saber por qué ahora tu vives en su ciudad y te alaba por intentar hablar su idioma.

La ciudad donde vivo es poder comprar cualquier cosa a cualquier hora mientras algunos leen sin pagar. Y que te calienten la comida y te den unos palillos y una servilleta húmeda, y te cuenten las vueltas dos veces, y que se te estanque la canción del local en la cabeza.

Es un paseo que se acaba cuando uno se cansa, porque el camino, muchas veces marcado de amarillo, nunca tiene fin y es casi impensable encontrar una cara conocida. Es recorrer calles sin estructura aparente, sin ordenar, donde doblar la esquina dos veces no suele significar volver hacia atrás.

A veces el sol sólo se ve reflejado en cristales de rascacielos de alturas imposibles donde siempre hay alguna luz encendida en pisos casi inalcanzables para la vista, dando a entender que alguien sigue trabajando sin importar la hora o que haya un mundo allá abajo.

Otras veces es una anciana barriendo la puerta de su casa de madera mientras su marido riega las flores con una toalla anudada en la cabeza. Es una boda donde los familiares visten de negro mientras los novios llevan trajes preciosos en templos que evocan tiempos pasados. Es un grupo de niños jugando al beisbol en la calle y hombres de oficina en traje yendo en bici con el maletín en la cesta cruzándose con madres cuyo equipaje, esta vez, son sus hijos a los que llevan al colegio.

La ciudad donde vivo tiene un mar sin playas que inviten a pasar, pero con puentes de película que lo sobrevuelan y túneles que lo esquivan por debajo. Es un mar lleno de pensamientos, de recuerdos, de deseos, de miradas porque siempre hay alguien absorto en él. Muchas veces yo.

Es escuchar graznidos desagradables de cuervos, zumbar de cigarras, ladridos de perros… interrumpidos por el estruendo de los locales de alterne, de los hombres anuncio, del sonido de las estaciones, de carcajadas sincronizadas, de melodías de teléfonos móviles.

Es que el suelo tiemble y que parezca no importar, que salga un día increiblemente despejado que hace olvidar que el día anterior hubo un tifón. Que los árboles se vistan de rosa, verde y rojo, y después irónicamente se desnuden en invierno. En un ciclo sin fin.

En la ciudad donde vivo a veces alguien decide no seguir viviendo y salta a las vías del tren.

La ciudad donde vivo tiene un corazón de cemento y otro de neón.







Una más de esas historias que aburrirán a muchos, pero que a mi me harán recordar pensamientos, y también sentimientos, que están mucho más allá…

Voy a conocer al rey!

¡Esta si que es buena!.

Bueno, yo y todos los que estén registrados en la embajada, que nos han mandado una invitación para ir a una recepción que van a dar.

Lo primero que pensé cuando vi la invitación fue en regalarles unas camisetas, pero nos han dicho que no se pueden dar regalos. ¡¡¡Cachis!!!

Me he sentido como Chloe ahí borrando los datos de cuando y donde es!! Bauer, puedes entrar, he cerrado el protocolo!!

A ver cómo sale la cosa!, jaja, qué curioso! ¿me dará la mano? ¿le llenaré de orgullo y satisfacción?

Con el pí piribipipí, con el pá parabapapaaa

La verdad es que en Tokyo se puede encontrar de todo, el otro día hasta me enteré de donde había un bar que te daban txakolí, que tengo que ir por cierto. Pero también hay que decir que no hay variedad de vinos españoles, o si que hay, pero uno se tiene que ir a alguna tienda especializada, vamos que la cosa no está generalizada.

En el súpermercao de mi barrio sólo hay uno: Marques de Riscal, que además vale 2500 yenes la botella (lo que al cambio loco actual son casi 3500 pesetas), pero lo que si tenemos son un montón de vinos franceses y chilenos.

¡¡ Da rabia !! ¿será que las bodegas españolas no se han preocupado por promocionarse en Japón? ¿será que en Japón se tiene mejor imagen de otros vinos y es más difícil meterse?

A ver si la cosa cambia, que me haría ilusión comprar ahí un Rioja según voy, que además le veo yo que pega con el yakitori. De momento, ayer vi un anuncio en el tren cuando volvía para casa:



Cuanto me ha costado el cinturón negro

Sin contar sudores, nervios, esguinces, ampollas y agujetas:

Matrí­cula dojo y licencia 15.000 円
Traje y cinturón blanco 13.000 円
17 meses x 8.000 円 136.000 円
Campamento Karate 20.000 円
Examen 2kyu 4.000 円
Cinturón marrón 3.000 円
Examen 1kyu 4.000 円
Matrí­cula examen dan 12.000 円
Examen shodan 6.000 円
Cinturón negro 8.000 円

Total: 221.000 円
1.808 €
300.825 pts

En el precio están incluidas alegrías, amistades, emociones, carcajadas y millones de imborrables recuerdos…

Ranking de Ikupuntos

¿Os acordáis de este invento? aunque lo expliqué en el primer video de la historia que tenía pies pero no cabeza, fue muy fácil de entender, más que los corticoles!!

Bueno, pues que ya tenemos a gente más cerquita de conseguir esos pedazo de premios japoneses. Como dijo el que inventó el lego, vamos por partes:


Jonathan, 10 Ikupuntos

Porque raudo y veloz fue y compró una Kurosuwado



Nagore, 5 Ikupuntos
(dadle tiempo, jjeje)

Si contásemos todos desde el principio, tendría más puntos que la pantalla del comecocos nada más echar los cinco duros. Esta vez nos manda unas fotos con la Tokei desde el 56 festival de San Sebastián. La cosa es que las mandó hace un tamago de tiempo, pero como soy más desastre que Godzilla en zancos no las he puesto hasta hoy!!

Vaya sitio chulo, ya tengo ganas de darme un paseo por ahí, Nagore qué guapa te veooo

Momentaco Vidal Sassoon!!!


Prognatis, 5 Ikupuntos

Otro que si nos ponemos a mirar patrás, le tenemos que regalar hasta el coche!!! En esta ocasión nos dedicó un post en su blog:

A por los ikupuntos!!!

El mete la mano en la boca y yo le meto en el ikumapa. Va de meter la cosa!


Hoosk, 5 Ikupuntos

Porque también me dedicó un post que me hizo más ilusión leerlo que cuando Paquirrín acabó el puzzle de tres piezas a la segunda semana!!!


Pata, 5 Ikupuntos

Anda que no presumimos de clientes guapos, porque bien pudiera ser que nos mandáseis fotos con las camisetas y fueséis más feos que cuando Chewbacca se cayó al río, pero coincide que a la elegancia intrínseca de nuestras camis le añadís vuestro gracejo natural y aquello tiene glamour a patadas. Como ejemplo, Pata con la Kotoba en Marruecos, mirad mirad!!

Al de detrás le tenemos que poner una ikucami pero ya, ¿eh?



Nacho y Adela, 5 Ikupuntos

¡¡Ese Buda no tiene una cabeza, tiene un cabezón!!
Por esas dos pedazo de fotos en Tokyo que se sacaron con la Kotoba

¡¡ Tiembla Travel Club !!

Pepsi yogurt

Mira que he visto cosas raras yo, ¿eh?, que si las chupabolsas, que si pipas con sabor a anís… pero lo que no me esperaba yo ni pa Buda es esto!

Totoro se sigue quedando tó toro con las cosas que le enseño, y eso que son de su país!

No sabía a Yogurt ni nada (menos mal!, que mal rollo!) era algo así como una Pepsi más dulce de lo normal

Y del color de cuando sale el agua del grifo con más cloro, ahí todo turbio blanco. Lo que no se es si las burbujas serán activas como los bífidus o no…


Conversación internacional

Dos chicos de California de mi antigua oficina hablando. El parlapuñaos se da cuenta de que estoy medio escuchando las payasadas que está diciendo:

– «…y entonces esos mexicanos no hacían más que pegarse entre ellos, menuda gente, ni entre ellos son capaces de llevarse bien. Normal que luego hagan lo que hagan, yo veo un grupo por la noche y me voy por donde he venido…«. Oh, Oskar, estás escuchando, perdona
– Es igual, si yo soy Español, tú mismo
– Pero tu eres medio mexicano, ¿no?
– No, no tengo nada que ver, de hecho sólo he estado en México una vez y fue de vacaciones, por cierto que me lo pasé muy bien
– Pero habláis español, ¿no?, eso es que sois medio iguales
– Si claro, hablamos español los españoles, mexicanos y como medio mundo más. Somos igual de iguales que tu y un inglés
– No es lo mismo porque vosotros coméis la misma comida picante esa con alubias y chile
– Si, yo como eso cuando voy a un restaurante mexicano, no te vendría mal enterarte un poco de como es el mundo, tío, España es España y México es México.
– Whatever man
– Yeah, whatever

Fue el último día de oficina y dejé constancia del ikusuki traje edition, que vete a saber cuando me lo vuelvo a poner…

Compañeros de Karate

Hace bastante más de un año que empecé aquella primera clase de Karate rodeado de miradas curiosas de gente desconocida, empapado en sudor por los nervios pero con el convencimiento de estar donde yo quería a pesar de saber que aquél momento era el primero de otros malos tragos que tendría que pasar. Desentonaba con mi chandal gris entre tanto traje blanco, aunque creo que llamaba más la atención por otros motivos más obvios.

Algunos me hablaron movidos por la curiosidad de ver a otro extranjero de tantos que están de paso y que deciden cumplir su sueño de practicar Karate junto «a los grandes» como tan bien dijo en su despedida aquél señor gordito de gafas, que resultó ser el embajador de Brasil.

Desde entonces, y sobretodo en verano, han pasado por el vestuario compañeros indios, rusos, franceses, italianos, árabes, peruanos, chilenos y hasta otro español. Es bonito, casi poético, ver cómo este arte es capaz de unir diferentes razas, religiones, culturas, costumbres y maneras de ser. Y aunque el inglés es el idioma universal para intentar comunicarnos, en el tatami todos sabemos qué hacer cuando el profesor nombra un movimiento porque resulta que en todo el mundo se enseñan por su nombre original, que es en japonés.

Hoy, con las más de 160 horas que calculo que suponen las 105 clases a las que he asistido, me descubro mirando a mis compañeros con el trasfondo del roce, del trato que hemos tenido al menos tres veces por semana durante todo este tiempo. Con esa confianza de compartir sudores, errores, caídas, agujetas… infinidad de reverencias y gritos.

Y veo a esa chica canadiense que nos llamó la atención a Bea y a mi siete años atrás cuando vinimos de visita. Envidio el estado deteriorado de su cinturón negro desgastado por todos esos años de ser atado, casi blanco como simbolizando la vuelta al origen aún sabiéndose experta.

Está el señor mayor que en la sombra de su arrogancia juega a ser mi sempai corrigiendo mis movimientos, mi actitud… mi persona con sus malos modos, que yo creo fingidos, quizás obligados por su papel de veterano encargado de poner orden. Sonrío al recordar cuando salí inesperadamente por cuarta vez a competir en el campeonato de Karate, y me gritó un «Oskar ganbate» que abrió brecha en su orgullo y caló hondo en el mío. Me felicitó por el cinturón negro, pero como lo hace alguien que no espera menos de ti, en cierto modo creo que le habría defraudado de no haberlo conseguido.

También hay una chica de gafas con la que durante más de medio año compartí el ir y venir con el cubo por ser los dos cinturones blancos. Es la misma que finge que no me ve cuando compartimos vagón en el metro, por aquello del honne y el tatemae, o quizás por verguenza, quién sabe. Todo lo contrario que otra chica que siempre me cuenta cosas que conoce de España cuando coincidimos en el tren de vuelta, y que no se cansa de repetírmelas, porque siempre son las mismas, al menos un par de veces al mes.

A veces viene el señor que tanto roncó en el campamento de Karate y que vino con su hijo. El que me alaba, me anima, me dedica sonrisas que parecen sinceras y siempre tiene alguna historia que contarme medio en inglés, medio en japonés. Después del «challenge» que era el examen del otro día, ahora me está empujando a que compita el mes que viene. Y yo encantado.

Mi habitual compañero de nomikais, y también el que me echó una mano y algún pie con las técnicas que me tocaba hacer en el examen, se llama Kojima. La chica de gafas le llama sempai, aunque yo creo que nunca le he llamado por su nombre. Ha ido siempre un paso por delante de mí, con lo que memorizo sus exámenes porque el siguiente que haré yo, si seguimos con la misma racha, será igual. Ha habido veces que hemos tenido conversaciones de más de diez minutos en las que yo no me he enterado de nada, pero él no se ha dado cuenta por lo bien que asiento. Dice mucho de él que le pagó el cinturón negro al hijo del señor que roncaba en el campamento.

El americano, y mi sempai oficial aunque el señor mayor sea el de verdad cuando no mira nadie. Un chico amable con muchos años de experiencia, y un japonés perfecto. Supongo que estar casado con una japonesa y tener dos hijos ayuda bastante. Me corrige siempre, me ayuda, me guía en mitad de la clase y fuera de ella. Ahora me doy cuenta de que siempre me habla en japonés a pesar de que en inglés nos entenderíamos mejor. Eso me gusta de él, eso y que siempre viene…

No como los franceses, dos compañeros que aparecen durante dos semanas seguidas y no se les vuelve a ver en un mes, ni falta que hace porque, como buenos franceses, no me caen bien. Son muchos los gestos, aunque el peor fue cuando al principio les dije que en España yo era cinturón negro y se rieron con alguna frase del estilo de «claro, pero normal que empieces de blanco porque para el nivel que hay allí». No todos los franceses me caen mal, pero la verdad es que la mayoría parece que lo hacen a propósito.

La señora de coletas, con un ego que, cual francés, le hizo reirse cuando el profesor me preguntó por el nivel al que me presentaba y yo le contesté que cinturón negro. Ignorarla junto con haber aprobado el examen son mis dos respuestas a ese momento que, por otra parte, hizo que mis compañeros de nomikai tengan el mismo sentimiento hacia ella que yo.

La madre y su hijo, el que casi me deja eunuco. Después de aquél incidente, y con meses de por medio, veo cómo él ha cambiado su carácter por uno más calmado, más reposado, menos adolescente. Llegan juntos, aunque él siempre medio metro por delante de su madre dejando claro que no le gusta ir con ella, y no habla con nadie aunque saluda a todos, y las veces que hemos vuelto a coincidir su comportamiento ha sido noble. El cinturón verde que se ha ganado en tan poco tiempo lo acredita.

El chico del chandal azúl, que ahora tiene uno gris. Sigue haciendo lo que quiere y sigue cuchicheando por lo bajo pensamientos que sólo él entiende y que no es capaz de encerrar en su mente. Hay días en que parece que su progreso es tan grande que parece otra persona, y otros en que parece no haber avanzado nada. Afortunadamente los primeros son los más habituales.

Hay muchos más; en una clase no es extraño que nos juntemos más de veinte personas, pero por alguna razón éstos son los que salen en la foto que mi pensamiento enfoca cada vez que van a ser cerca de las siete de la tarde y yo estoy sentado sólo en un tren con una mochila roja, un libro y un alma que no ve el momento de llegar.

Me pregunto cómo me verán a mi…

Marimokkori

Es una mascota que viene de Hokkaido ahí todo para arriba al norte de Japan con pan, y que es verde y que tiene un paquete del copón!!! Si «algea» es alga y «scrotch» es entrepierna, entonces la wikipedia nos dice que el nombre de nuestro paquetudo amigo viene de: Marimo que es el nombre de un alga que crece en algunos lagos de Hokkaido, y Mokkori que es la nomenclatura de la acepción de lo que viene siendo el paquetovski.

Es igual!, el caso es que el otro día vi una máquina de esas tragaperras del que a partir de ahora se le conocerá como…

El peluche paquetón©Ikusuki Names S.A.

Lo que no se es si lleva siempre el chandal de Bruce Lee o es sólo en esta máquina

A simple vista destaca la forma de los ojos cual gajos de mandarina… (del bultaco no hago comentario de texto)

El bicho es gracioso, pero la posición en la que están los de arriba a la derecha tiene huevos!!! (ñañañañajajajaja)

Justo al lado había otra de Gachapín y Mukku, pero de esos ya os hablaré otro día:

Con estos me parto, pero dejadme que saque más fotos por ahí y os los cuento!

A por ellos, oeeee

Este tiene su miga… los vagones representan a gente, y el que fuma molesta a los de al lado, ¿no?

¡¡Este está más claro!!

Y en este te cuentan hasta historias de lo que tiene que hacer el resto de la gente por tu culpa

Aquí se han sobrado un poco… compararme un balón con una colilla!!! pero si que es verdad que seguro que algún crío las coge por el suelo, así que mejor que no haya

Jajaja, este es gracioso! Cuando paso al lao de uno que fuma me aguanto la respiración ahí en secreto, jajajaja

Este no tiene que ver con fumar, pero ya que estamos… ten cuidao con el periodicaco si lo lees en el tren, hombre!

Y esta es una de tantas baldosas que hay por la calle para que no fumes andando. Literalmente pone «Peligroso!! andar y fumar»

Que conste que no estoy en contra de que la gente fume, me es igual siempre y cuando tengan un poco de respeto por los que están al lado que hay veces que te meten unas atufadas que vamos!

Tío, ¡eres un vinagres!

Después de un mes de escasez de ideas en el combini, de repente veo ese día una bebida nueva ahí que además estaba toda publicitada. Así que me la compré presto a realizar su previa ingesta ingestítica antes y su posterior análisis analítico después:

A simple vista un botellín donde queda claro que la bebida tiene limón y ¿miel? en plan sano, vale vale, bien bien, bueno bueno

¡¡¡ Pero es que sabe a vinagre !!!! que resulta que tiene 15 ml de vinagre negro!!! como la ensalada!!!

Pero no hay mal que por bien no venga, me he aprendido los kanjis y cómo se dice «Vinagre negro», y ahora canto en la ducha como nadie!!

Es una bebida ahí pensada para la garganta, en vez de hacerte un mejunje tu en casa, te compras esto y te lo bebes lo más rápido que puedas y ale. Sabe a vinagre que tira para atrás, pero le han metido un algo que lo suaviza un poco. Aún así…. ¡¡ buagh !!!


Boda de Ale y Ai: jardines, ryokan y cena

A ver que rebobine patrás… ah! vale! lo dejamos en que nos habíamos quedado Sea Jackal, su novia y yo esperando al felino nipón en la estación. Bueno, pues cuando llegó, nos fuimos los cuatro a los jardines así chulos que nos recomendó Ale mientras ellos estaban con la familia en el banquete.

Bocho bus!!! Este le vendría que ni pintado a Bilbao!!!!. Anda, sale media cabeza del taxista también!! vaya foto más aprovechada!

Por allí estuvimos dando vueltas, charlando un ratico y sacando alguna fotaco:

Entre el día que hizo y lo chulo del escenario, aquí saca fotos chulas hasta el Dioni de resaca!

No me doy cuenta de lo que echo de menos ver montañas hasta que salgo de Tokyo, cagüen!

¿Véís el momiji? ¿las hojas rojas de la izquierda? dentro de poco se pondrá todo Japón chulísimo ahí rojete

Pero lo que más había eran unas arañacas que daban más repelús que chupar un limón teniendo frío!! aghhh

Después Ale y Ai habían fletao un pepibus que nos llevaba a todos juntos a un Ryokan que estaba ahí arribotas del todo en una montaña, y que tenía unas vistas al mar de estas de quedarse chato!!! Fijaos en la panorámica que se cascó el minino japonés!!!

Esta es la habitación, los futones están en los armarios y ahí tienes para hacerte té y eso

Y este es el onsen, vale que es una foto del folleto, pero yo pasaba de llevar la cámara! Además, que estábamos todos en pepino!!

Al llegar allí, dejamos las maletas en la habitación, y cuando todo el mundo estaba abajo de nuevo, una amiga de Ai les dedicó un baile. Después entramos a una sala ahí super grande donde estuvimos cenando un rato hasta que otra amiga de los novios les dedicó otro baile, pero esta chica resulta que estuvo viviendo en Bali y que lo aprendió allí. Fue de todo menos simple, hacía unas cosas más raras con los ojos y con los dedos que ni sé!!! Yo no las tengo todas conmigo que duerma bien a partir de ahora, cómo imponía, qué miedo!

Esta es una de las cuatro mesas que había con todo el condumio ya preparao, qué chulo, eh?

Se curraron una tarjeta distinta para cada uno!! qué detalle!!

Sea Jackal, su novia y Ale, ninguno de los cuales mira para mi cámara…

Después Ale y Ai estuvieron enseñando fotos de ellos y de los invitados de la boda en plan: «aquí estoy yo con los compañeros del trabajo anterior», y éstos se levantaban y todo el mundo aplaudía. De repente salió una camiseta Inocente allí y dijeron: «estas son las camisetas de Oskar, que las hace él, compradle muchas», jaja, y yo ahí todo chulo enseñándoles la Tokei que llevaba puesta, jajaja.

Y ya para acabar Ale y Ai nos regalaron un mini concierto donde cantaron, entre otras, la canción que habían compuesto para la boda. Ya tenían una versión en castellano, pero la de aquél día fué en japonés.

Con el permiso de los dos, he hecho un video-resumen y aquí os lo pongo, a ver si os gusta!!!

Las canciones, en ambas versiones, las podéis bajar de aquí

Cuando todo esto pasó (yo lloraba de risa), nos fuimos al onsen todos juntos, que te metes en una bañera con agua súper caliente ahí al aire libre con vistas al mar. Fue gracioso que todos decíamos de ir al día siguiente a las seis de la mañana para ver amanecer, pero después sólo fueron dos o tres!! (yo no! jajaja).

Y estábamos ya en la habitación, que en la nuestra nos tocó al gato y a mi con tres japoneses y una japonesa, cuando el padre de Ale me trajo una bolsa con pipas y pepes!!! (encargao por twitter, por cierto)

Fue curioso, porque los japoneses estaban ahí todos intrigaos: ¿eto que é lo que é? Allí nos tiramos un rato enseñándoles a comer pipas, los muy perracos me hicieron abrir tres paquetes de pepes, cagüen! Pero eso sí, eran muy majos, y ya estuvimos un rato largo con ellos ahí cascando lo que pudimos.

Quedaron un par de ellos de pepes, pero no llegaron a la foto. Pipas tengo para cinco capítulos más de Héroes, por lo menos!! Gracias señor suegro de Ai!

Al día siguiente hubo desayuno, unas últimas fotos al mar, y enfilamos para la estación a coger el shinkansen de vuelta…

Menudas vistas y encima no fue nada caro, aquí hay que volver

Para esta foto usé un objetivo 34a y una distancia focal de siete tercios.

Y como se vinieron para Tokyo, me apunté a cenar con ellos y con Héctor. En Shibuya, enfrente del Hachiko, me encontré con que uno de ellos llevaba un chubasquero del Athletic!!! Hay pruebas!!

Hachiko gorri ta zuria denontzat zara zu geuria!!!!! Hachiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiko EUP!

Bueno, pues todo esto ha sido lo que yo he vivido de la boda de Ale y Ai, me lo pasé mucho mejor que bien, hasta lloré de risa viéndoles actuar. Y fue todo un placer pasar tiempo con gente tan tan tan maja, ¡¡un lujo!!.

Aquí os pongo algunos posts relacionados con la boda que celebraron en Alicante:
– Nos hemos casao
Fotos y vídeo de la boda
Un montón de fotos de la boda
Gente con Tenugui en la cabeza

Y en este habla del templo en el que se casaron en Japón:
Nos casamos en Hofu Tenmangu

¡¡ Qué seáis muuuuuuuy felices !!

El baile en gayumbos

Bueno, pues no preocuparse, que como no salgo ni entre los cincuenta primeros de la última clasificación parcial de ninguna categoría, parece que no lo voy a hacer al final. Buff, de la que os habéis librao!!!

En teoría, si me votáis todos en una categoría concreta, puede ser que vuelva a salir por ahí, pero habiendo blogs tan geniales como el de Flapy, El Pachinko, Kirai, Nihonmonamour… lo veo más chungo que apuntarle al Dr. House a una ONG.

Yo centraría el asunto en Blog de viajes, aunque la verdad es que hablo más de mi que otra cosa, pero creo que es donde más encaja esto.

En fin, vosotros mismos!

PD: He tenido buenas vibraciones escribiendo este post… concretamente un terremotillo que ha empezado más o menos cuando he escrito «gayumbos». Bien bien!