Ya os enseñé Honmonji de noche. También de día.
Ahora va Honmonji en directo, bueno, en diferido más bien:
Ya os enseñé Honmonji de noche. También de día.
Ahora va Honmonji en directo, bueno, en diferido más bien:
Pues nada, que la primera vez que he cocinao una paella en mi vida fue el fin de semana pasao.
¿Tiene o no tiene huevos?
Jorge, Cosme, venga, que estáis deseando decir algo!!!
Era un verano en mi empresa anterior, donde la jornada intensiva duraba tres meses. Hacía calor y también mucho aburrimiento, así que Bea y yo decidimos hacer unas camisetas y tratar de venderlas por ahí.
Así empezó más o menos todo este lío que todavía sigue. Yo ahora vivo en Tokyo, pero gracias a Internet podemos seguir con ello. En esta ocasión ha sido un diseño mío el que habéis elegido, así que se lo pasé a Bea y ella le pegó el empujón a la rueda que acabará de girar muy pronto dejándonos a la Tokei en las baldas.
Os cuento esto porque hoy ha pasado una de esas cosas que me hacen ver que todo está mereciendo la pena. Y ha sido una tontería, pero es quizás la que ha colmado mi emocionómetro.
Resulta que en la oficina en la que estoy trabajando, todo el mundo sabe de las camisetas que diseñamos, y en estas que a Eri, una compañera, la llamaron para hacerle una entrevista para una revista sobre bicis. Me dijo que si quería, que ponía una pegatina de Iku en la mochila…
He salido en la tele con el jerol que mis santos padres han tenido a bien dejarme, he hablao en la radio con un acento que ni sabía que tenía, y hasta más de cinco mil personas me oyeron cantando en youtube (aunque luego borraron el video). Pero hoy, he visto el logotipo que Bea y yo diseñamos una tarde en Bilbao en una revista japonesa.
Y ha podido conmigo, aunque casi no se vea, aunque nadie repare en él.
Hola, mis fieles (y generalmente parcos en comentarios) amigos! ¿cómo va la cosa?. Mira que podría hablaros de soseces, eh? como lo de la Miss Japón esta que acaban de elegir, pero como para eso ya están los demás blogs, aquí vengo yo con las historias del tío Toscano. Aunque hoy tengo panorama, mira que está difícil el asunto… ¡¡a ver si soy capaz de contaros lo que es «Don Quijote» aquí en los Tokyos!!.
«Pues que va a ser, el flaco ese de la armadura». Pues no! listo, que eres el listo que tienes que dar el dato!! espabilao!! ale, quitad el cartel que ya tenemos al historiador!! si es que no te puedes estar callao!! Jordi Hurtado que eres un Jordi Hurtado!
Voy a intentar describirlo, aunque es el colmo de lo absurdo. Ya sé! Imaginaos una tienda enorme de dos o tres plantas cuyo logotipo es un pingüino con pijama. Pensad en un todo a cien de pasillos muy estrechos, multiplicad su tamaño por 20 y cambiadme los productos por de todo (porque literalmente hay de-todo). Y ponerle a esta cadena de tiendas el nombre de Don Quijote.
Ale, ya está!, no ha sido tan difícil!!. Es el típico sitio donde ir cuando no sabes qué hacer, te puedes tirar perfectamente dos horas dando vueltas entre calzoncillos, pijamas, disfraces, objetos eróticofestivosexualesmarranenses, comida, cacharros electrónicos, lavadoras, bicis… a que si? a que estáis flipando?
Ya véis, el sábado me aburrí bastante y me llevé la cámara de fotos…
Primero poneos en antecedentes aquí.
Y después el testimonio grabado en video de Ikusuki Test Department:
Acabo de encontrar unas fotos de ayer!!
Yo, como siempre, probando productos nuevos. Esto ya lo había visto yo en algún reportaje de esos de España Directo o así, pero que resulta que hay tés que se hacen con las hojas de los olivos.
No es normal, ojo, no vayáis a pensar que lo bebe aquí todo el mundo, que este no es un blog de esos sensacionalistas sobre Japón que tanto se estilan exagerando todo!. Es raro raro raro!!! tanto que sólo lo he encontrao en una tienda.
Ey ey ey ey, que está nevandoooooooo, que bonitoooooooo, ay ay ayyyyyy:
Hola gentes de buen vivir!
Este fin de semana podría ser que hubiese estado haciendo punto tranquilamente en casa viendo la tele, pero ha sido que no me pude estar quieto… Así que me fui a hacer snowboard por primera vez en mi vida, y como soy más guay que Pinocho en una piscina de Titanlux, me he estrenao nada más y nada menos que en Nagano!!!
Hay agencias que te venden todo el pack para que no tengas que pensar mucho. Te recogen en Tokyo, te llevan hasta las pistas, te alquilan el pantalón, la chaqueta, los guantes, las gafas y la tabla de snowboard, te dan un papel para los telesillas, te vuelven a buscar… todo organizao organizao.
Hasta aquí todo sonaba muy bonito, pero la verdad fue que nos pegamos un madrugón de estos de despegar los ojos con espátula, nos montamos en un autobus durante cinco horas y media, estuvimos tres horas en la nieve, y nos zampamos otras cuatro horas para volver. Vamos, viajando el triple que disfrutando.
El americanini yanki Jack Bauer men bro no hacía más que quejarse el muy ladilla (ya le digo yo que es un ladillation, pero no me entiende). Pero yo me lo pasé mu bien!! si es que hay que saber estar, yankiiiii, que no sabes estar! que eres un amargator!
Yo me subí al telesilla ese, me bajé con la nariz por delante ostiándome contra el suelo. Tardé media hora en ponerme el otro pie de la tabla de snow, me caía de culo y cuando me intentaba levantar, me caía de frente. Cuando conseguía estabilizarme, aquello se embalaba, lo que era guay, pero iba para donde le daba la gana, lo que ya no era tan gracioso.
En fin, acabé dominando más o menos el asunto, me lo pasé muy bien, se me congelaron hasta las rayas de la mano, y llevo arrastrando agujetas en el culo desde el domingo.
Como nunca he estado dentro de unas pistas de nieve en Spain 2 points, no puedo deciros si aquí son muy distintas o no. Pero si que me pareció gracioso que cada vez que venía un telesilla (cada 5 segundos aproximadamente), una grabación de una tía decía «ponga atención». Así que escuché el ponga atención como cienmil cuatrocientas treinta veces, más o menos.
Aquí el video testimonio, no perdáis de vista mi oreja izquierda estilo Macario aplastada por el gorro, jajaja:
Pues nada, que en poco más de dos semanas tenemos San Valentín aquí. Por comentar…
Para empezar, nos dices el nombre de tu pareja, y te envíamos la camiseta envasada al vacío y con la etiqueta personalizada:
Con garantía! si no te dan un pedazo de beso al recibirla, te devolvemos el dinero!!!
Echadle un ojo a la web, que seguro que lo véis claro.
Esto sólo dura hasta justo antes de San Valentín, así que daos prisa si queréis que los pedidos lleguen a tiempo…
Es la primera vez que sigo un meme de estos, que me lo ha pasado Nora. Se trata de elegir un video de youtube y poner lo que sea.
De entre todos los videos, he elegido este porque aún viviendo en Tokyo, no importa que esté estudiando japonés, actualizando el blog de Ikusuki, diseñando algo, programando, comiendo, andando por la calle con el ipod… no importa lo que esté haciendo porque cuando suena esta canción, durante los 8 minutos que dura, vuelvo a mi país, a mi casa, a mi habitación.
Y la canto mirando al infinito, y cuando el público corea su parte aproximadamente al final, no siempre consigo contener las lágrimas. Como ahora.
Como seguro que ya sabéis, el 2008 es el año del ratón. Y aquí en Japón es tradición enviar postales a todo kiski deseando un feliz año. Con las empresas sucede igual, hemos enviado más de 300 postales que hemos tenido que firmar una a una para todos nuestros clientes. Y hemos recibido otras tantas, a mi hasta me han mandado postales del Instituto Cervantes y del BBVA en Tokyo!.
Como además tenemos gente de diseño, se hizo una especie de concurso para ver qué postales se imprimían y enviaban. La ganadora fue otra, pero yo me quedo con la que hicieron con nuestros caretos, que me parece super salada. Como no quiero que se pierda por ahí en el disco duro, aquí os la pongo y de paso os deseo, de nuevo,
Pues si, esto es lo que recibí ayer en Karate, un patadón en los mismísimos que me puso la cara del mismo color que el kimono.
Paso a contaros la apasionante y emocionante historia de cómo me hicieron tortilla:
Ayer fue mi primer día con mi cinturón marrón, así que la gente me felicitaba por haber aprobado el examen. El señor mayor me miró con desdén, como siempre, y me dijo en inglés: «that looks good on you» y seguidamente me dio la espalda. Vamos, todo según lo previsto.
Hubo novedades, como que ya no estaba a la izquierda del todo de la fila al empezar y acabar la clase (ahora ya estoy más para el medio tirando a la derecha), y ya no tengo que ir a por el cubo de agua, aunque de lo de pasar trapo no se libra nadie.
Entonces el profesor nos puso por parejas. Eramos impares, así que a mi me tocó con un chico que tendrá unos 16 años y su madre, que aparenta 10 más como mucho (tendrá 20 más). Los dos de cinturón blanco, y recuerdo que él se presentó al examen, aunque ayer comprobé que sin éxito porque no cambió de color.
La cosa era que, por turnos, uno ponía la mano y el compañero le marcaba una patada en la palma. Yo puse la mano primero, y el tío empezó a darme unas ostias como tortos en el brazo. Se suponía que era sólo marcar, pero el tío se estaba pasando. Aún así, era algo que yo todavía podía aguantar, con lo que traté de no inmutarme aunque dolía. En ese punto no sabía si es que no controlaba o lo estaba haciendo queriendo. En mi turno, lo hice como se supone que hay que hacerlo: sin fuerza aunque con velocidad.
Entonces volvimos a cambiar, y se alternaban su madre y él. Cada vez me daba más fuerte, y su madre y los compañeros cercanos se dieron cuenta, ya que los golpes sonaban a ostia de Bilbao. Así que su madre le echó la bronca un par de veces por lo bajini diciéndole que qué coño estaba haciendo.
Yo no decía nada.
Hasta que cambiamos de técnica y entonces se suponía que la patada tenía que ir al estómago. Aquí yo creo que más queriendo que sin querer, me dio una patada en los huevos que me dejó doblado en el suelo!!Jodé hasta me mareé!!!.
Cuando me pude recuperar medianamente y fue mi turno, el profesor nos dijo que atacásemos como quisiésemos. Así que todavía con los bajos boqueando pidiendo Aquarius, me dediqué a darle patadas en la cara, pero sin hacerle daño, simplemente marcándole mientras él intentaba pararlas sin éxito. Creo que esperaba ostio-réplica, pero no iba a darle esa satisfacción.
Al acabar la clase su madre vino donde mi y me pidió perdón con reverencias de esas que duran un rato cabeza abajo. Yo le resté importancia y le dije que fue un accidente, que no se preocupase, que no pasaba nada aunque tenía los redondos desbarataos. Y, sorpresa, al acabar de pasar trapo, el chico vino y me dijo en un inglés muy básico «I’m so sorry» con la cara más roja que la caja de Nestlé, contestando yo lo mismo que a su madre (y acordándome mucho de ella, por cierto).
El chico se marchó sin pasar por el vestuario, supongo que vivirá cerca, no necesita cambiarse y trataba de evitarme, pero la madre me esperaba a la salida y le estaba haciendo reverencias al profesor. ¡¡ Le estaba pidiendo disculpas por su hijo !!, aunque el profesor ni se había enterado, así que le contó lo que había pasado. Entonces el profesor vino y me preguntó si estaba bien, le dije que si, que sin problema (supongo que con voz de tenor). Y ella me volvió a hacer dos reverencias de esas largas pidiéndome perdón en japonés muy muy formal, mientras yo me sentía bastante incómodo.
En el tren camino a casa me dio por pensar que creo que le dio rabia que yo pasase de cinturón blanco a marrón directamente y él ni siquiera cambiase de color. O yo no le caigo bien por algún motivo.
No se, me siento bien pensando que no perdí la calma.
Aunque perdiese los huevos.
… del John Lennon en bolas, poniendo fotos a cascoporro:
La razón de la venta es por cambio:
y aunque ando pensando en sacar una ikuguía, como soy más majo que los billetes de 500, aquí os cuento las excursiones para que las licuéis por la impresora by the face. Además, voy y lo clasifico y toda la pesca, jodé, nos merecemos que nos
compréis alguna camiseta, ¿eh chatines?
Barrios de Tokyo
Cosas a hacer en Tokyo
Excursiones de un día desde Tokyo
Un poco más pallá
Cosas que yo no volvería a hacer
Esperemos que la lista siga creciendo!
Ver mapa en gordo con las ikuexcursiones
Por cierto, aquí están nuestros colaboradores!!!
Dormí de un tirón, como hacía tiempo que no pasaba, me di una ducha rápida y baje al comedor del hotel. Me recibieron como el extranjero que soy, es un hotel en el que están acostumbrados a tratarnos. De alguna manera, me siento incómodo cuando me hablan en inglés y siempre tiendo a contestar en japonés. Mi conversación todavía no es muy buena, pero nunca mejorará si no me obligo a intentarlo allá donde voy.
El desayuno fue caro, pero mereció la pena. Por las ventanas del comedor entraba un sol radiante que me hacía soñar con que, quizás, hoy iba a ser el día en el que iba a ver el Fuji de una vez por todas. Ya estuve aquí y ni siquiera lo pude imaginar, así que se de lo que hablo.
Pasé rápido el trámite de recoger la habitación y pagar la factura. Con una sonrisa, pasé por delante de la cafetería con baños gratuitos para pies, y cogí el tren que me iba a llevar al telesférico.
Nos subimos en el vagón y de repente estábamos volando en dirección a la cima de la montaña. Un niño no paraba de repetir el color de los vagones con los que nos cruzábamos, y un chico no paraba de hablar en voz muy alta. Yo observaba, con la cámara en una mano y la mochila entre mis pies.
Entonces llegamos a la cima y el monte Fuji cubierto de nieve apareció ante mi. En el vagón todo eran gritos de sorpresa y admiración. Yo callaba. No podía creérmelo. El enorme volcán tantas veces visto en películas y postales, de repente estaba allí pero de verdad.
No podía dejar de mirarlo y todo lo demás pasó a un segundo plano. Alguien me tocaba el brazo, miré y era mi compañero de viaje que me señalaba la mochila, que se había caido. Quizás llevaba un rato intentando avisarme.
Y entonces llegamos a la otra ladera de la montaña. El Fuji se ocultó tras los montes, y yo me dispuse a hacer el viaje en barco a través del lago que baña el valle. Un barco, que bien pudiera ser de la armada española, me llevó hasta otro lugar. En la misma hora había viajado en tren, funicular y barco. De alguna manera, el capitán del barco hizo que el Fuji apareciese de nuevo.
Así que ya iba siendo hora de andar un poco. Y lo hice siguiendo dos o tres kilómetros del antiguo camino Tokaido, que unía la antigua capital de Japón con la nueva. De Kyoto a Tokyo a pie en tiempos de samurais y geishas, de shogunes, katanas y ninjas.
Y llegué al punto de control que unas cuantas décadas antes se estableció en la zona. Los libros dicen que el shogún no permitía salir a ninguna de las familias de los señores feudales de Edo, la antigüa Tokyo, y aquí es uno de los lugares donde se aseguraban de que esto no ocurría.
Entonces me reencontré con algo que ya había visto siete años atrás, y compré lo que ya había comprado antes y pedí a alguien que me sacase unas fotos.
Y un señor de una tienda cercana se me acercó y me preguntó si no me importaría que me grabasen para un anuncio de productos de Hakone. Ultimamente me estoy acostumbrando a que una cámara me vigile desde cerca, y tampoco tenía nada que perder, así que accedí.
El anuncio pretende anunciar los productos de madera de Hakone que son muy característicos, así que yo me limité a recorrer la tienda deteniéndome en cada producto y manteniendo una pequeña charla entre japonés e inglés con la chica de la cámara.
Al acabar, me dieron un sobre con un regalo, y me fui por donde había venido sin acabar de creerme que quizás salga en un anuncio de la televisión promocionando productos de este increible lugar.
Volví en autobus hasta la estación de tren y opté por coger el Shinkansen, el AVE de aquí, que me ahorraba cuarenta minutos de viaje a costa de pagar el triple.
Una vez en casa, descargué las 243 fotos en el ordenador y las fui viendo una por una hasta que se me cerraban los ojos.
Y me metí en el futón. Por primera vez en 8 días, puse la alarma para ir a trabajar al día siguiente.
Y soñé que jugaba entre la nieve.
No no, no hablo de las nobles partes colgantes de Kunta Kinte, sino de lo que me encontré el segundo día en Hakone. Quiero contaros toda la excursión, pero como estoy más liado que Dexter en una ferretería de rebajas, aquí va un pequeño adelanto:
Este ha sido, mis queridos amigos, uno de los más bellos parajes en los que he tenido a bien encontrarme. Humos que aparecen de las entrañas de la tierra, aguas eternamente cálidas que consiguen templar los huesos helados por el gélido viento de estos lugares que parecen sacados de un cuento de dragones y princesas…
Hola gentes! Nada, que me he ido este fin de semana a uno de los sitios más típicos para hacer excursiones desde Tokyo. Nada más y nada menos que a Hakone!!. Vamos por partes no vaya a ser que me deje algo y luego lo tenga que meter con calzador y anda que no está feo eso!
Estaba yo más aburrido que Potxolo con un diccionario, cuando me dio por mirar un catálogo de hoteles con descuento por estar fuera de temporada. De repente, veo un precio super bueno para el hotel Fujiya de Hakone, que no tenía ni idea de lo que era, pero en las fotos parecía chulo. Así que me dije: total, no te van a regalar nada para reyes porque aquí no se usa de eso, así que mira, regálate un viajecillo. Y dicho y hecho! Me pillé un puñao de trenes, y aparecí en la estación del hotel, pero con dos horas de adelanto.
Lo primero que me llamó la atención mirando parriba:
Lo segundo, me fui a un parquecillo que había ahí al lado:
Y finalmente me fui para el hotel. La chica me arrampló la mochila y me acompaño a la habitación mientras me enseñaba donde estaba el jardín japonés, la piscina… y me contó donde John Lennon se había sentado a tomar un café y zamparse un cacho de pastel de manzana!! ahí le tienes!
El hotel resulta que se construyó en los años de María Castaña, cuando el abuelo de Matusalén andaba pensando en sacarse el carnet de conducir, pero ese edificio ya no se utiliza. En su defecto han creado todo un complejo de edificios y jardines que aquello es pa verlo:
Y como aquí se hace de noche a eso de las cinco de la tarde y para cenar en el hotel había que cotizar un dineral, me fui a dar un voltio para intentar encontrar un sitio donde zampar estilo «pagando con lo que tengo suelto». Y llegué aquí:
Al volver a la habitación del hotel, me fijé que en el baño había un cartel:
Y después de ver un par de capítulos de Dexter en la PSP (mamá que miedo), me fui a dormir y a prepararme para el día siguiente… pero esto os lo contaré otro día, que si no alargamos el post y Labord está ya roncando en dolby surround!!! Labooordddd despierta chatín!!
Después del video de antes, que la verdad es que al tío no se le ve ni patrás, os pongo una noticia que me ha dejao un poco chato.
Primero echadle un ojo a este enlace de la Wikipedia sobre el mochi.
¿Ya os habéis coscao de lo que es? ¿seguro?, bueeeno, pues aquí va la noticia traducida por Ikusuki Translation Department:
«Tokyo – Por lo menos cuatro muertes han sido registradas durante el miércoles en Tokyo por comer el tradicional dulce japonés de año nuevo: pastelitos de arroz llamados mochi. Las cuatro víctimas son hombres de entre 59 y 83 años que se atragantaron y asfixiaron, y otras 10 personas, todas mayores de 50 años, fueron hospitalizadas porque trozos de mochi se atoraron en sus gargantas.
Aunque es conocido el riesgo de comer mochi, sobre todo para las personas mayores, sigue siendo un dulce popular. Las autoridades recomiendan comer mochi siempre en pequeños trozos con muchos líquidos, y que los ancianos y niños los coman siempre en compañía de otras personas que puedan ayudarles en caso de atragantamiento.»
Yo he comido unas cuantas veces: es dulce y muy pegajoso, pero está mu bueno!. Ahora andaré con ojo, no vaya a ser…