¿Y ahora que hago yo?

Si la brisa del Cantábrico en los acantilados de Barrika me tergiversa los alvéolos igual que el olor del Pacífico entre el dragón y la campana en Enoshima. Si el sol de enero me caldea los huesos y me da la razón tanto si estoy subiendo Gaztelugatxe como bajando las escaleras de Honmonji, si la luna me miente con la misma cara sin importar que la ventanilla desde la que yo y mi melancolía la miramos sea de la Yamanote o la del último tren volviendo a casa desde Basurto.

Si tus ojos me traen el horizonte que se ve desde lo alto del monte Ubieta de mi Zalla natal, pero ir contigo de la mano me hace sentir que somos sólo dos aun entre cientos de personas que se pierden por senderos del monte Takao bajo un techo de hojas tan rojas como mis arterias.

Ya me dirás tu que hago yo cuando a veces mataría por abrazar a mi madre y escucharla hablar durante días y sin embargo no soy capaz de pasar horas sin tus besos a riesgo de socavar todavía más la poca cordura que presumo que me queda. Si duele celebrar los cumpleaños de Javi sin Javi, si pasarme de visita se convierte en una ecuación de milésimo grado entre incógnitas imposibles de tiempos divisores y distancias al cuadrado.

Si ya no sé vivir sin pelearme de vez en cuando con otros que se visten también de blanco, y se ponen cinturones de colores y quieren pegarme patadas con sus pies tan descalzos como los míos. Y, dime, que algo se te ocurrirá, dime, ¿que hago yo? si pagaría el triple por celebrar con txakolí que pasó otra competición más bajo la mirada de profesores ya legendarios. Si recuperaría fuerzas con sandwhiches del EME de Bilbao a veces y otras con udón del que hace a mano cada día el señor de pelo gris de la pequeña tienda de Nishi-Magome.

Pero es que resulta que echo de menos las celebraciones con los compañeros del equipo con tortillas y pan de verdad en la cafetería de la empresa de Zamudio y sin embargo me sigo derritiendo cuando alguna compañera del equipo de diseño, aquí entre Shibuya y Roppongi, me regala chocolate para darme las gracias, reverencia mediante, por algún trabajo bien hecho. Si es que el kampai de los nomikais de empresa descalzos en izakayas de Ebisu me sabe igual que las nueces con membrillo de después del txotx en las sidrerías del casco viejo.

Que le voy a hacer si el pecho me arde y me quema tanto corriendo entre tumbas y templos con el Fuji a la espalda como dando la vuelta a Ibarra, si el ego crece lo mismo cuando decido apretar y llego hasta Meguro por la orilla del río Nomigawa que si voy hasta Balmaseda y vuelvo por Otxaran acompañando al Cadagua.

Me olvido del rumbo, me pierdo conmigo mismo porque sé que volvería a emocionarme igual escuchando a Sabina en la plaza de toros de Vista Alegre que cuando vimos juntos la exquisita danza de aquellas geishas en Kyoto. ¿A dónde me voy a soñar mis sueños? ¿dónde elijo despertarme? si devolvería mil veces el préstamo de este idioma que no es el mío, pero sé que no podría no saber decirte lo que me vocea con rabia el corazón y volvería a pasar millones de noches en vela estudiando sólo para volver a ver como destellea tu mirar al escucharme.

Si iría de txozna en txozna por el Arenal y luego pararía para comer takoyaki con una buena Kirin sentado en el suelo hasta que pasasen los que llevan el omikoshi, y después subiría a Kobetas a ver los fuegos artificiales sobre San Mamés para bajar hasta las callejuelas de detrás del Sensoji en Asakusa a encontrarme con Guillermo, Nerea, Xabi, Héctor, Antonio, Rodrigo, Carlos, Ferpi y los demás. Y la resaca la pasaría igual sacando fotos a los rascacielos imposibles de Shinjuku que patinando desde el Euskalduna hasta el casco pasando por el Guggenheim.

Dime, ¿qué hago yo ahora? si mis suspiros ya no saben donde evaporarse, si lloro porque las lágrimas mojan sólo un lugar cada vez.

Si lo único que sé es que quiero que tu estés, que sigas, que no te vayas de mi lado mientras la mitad de las veces mataría por estar allí y la otra mitad moriría por morir aquí.

Dime, si tu lo sabes, ¿qué hago yo ahora?…

68 comentarios en “¿Y ahora que hago yo?

  1. Normalmente nunca comento, aunque hace ya un tiempo que te sigo. Pero si ya los post que escribes llegan, éste va directo a la boca del estómago. Me ha encantado. :ungusto:

    1. No te creas que lo tengo tan claro… no…. a veces si, pero otras….

      Javi mañana mañana, que pena no estar con él!

      Besicos y gracias!

  2. Hace algún tiempo que sigo tu blog sin dignarme nunca a comentar, pero esta vez tenía que dejar plasmado lo maravillado que me han dejado tus palabras.

    Me quito el sombrero; Impresionante. :ungusto:

  3. Creo que ese es el mal (y el bien) de las personas que viven en otro país diferente al que les vio crecer… (y también de aquellos que han vivido -y querido- en muchos sitios): que tienen el alma partida por la mitad. Yo echo muchísimo de menos Madrid y Salamanca, cada uno por unos motivos (viví en cada sitio unos tres años), y sin embargo sé que allí echaría mucho de menos Barcelona. Y lo mío es light, porque quieras que no se trata de un mismo país (politiqueos aparte)… Pero lo mismo pasa cuando amas varias veces, pero de verdad, y siempre queda un cachito dentro de todas las personas que han pasado por tu vida… las echas siempre de menos, aunque seas feliz con tu actual pareja, con tus amigos.
    Pero bueno, no se pueden seguir varios caminos a la vez, hay que tirarse de cabeza por uno de ellos, y dejar que los recuerdos y las anclas sentimentales queden en un segundo plano… porque si no tiras con toda tu energía por un camino, al final acabas por no recorrer ninguno de ellos y te quedas sentado en la encrucijada… De todas formas, por lo que te voy leyendo, creo que tú eso lo tienes claro, que ya has decidido y que, simplemente, a veces tienes bajoncillos de nostalgia ;)

    1. No estoy tan de acuerdo… yo creo que hay que vivir siempre el momento al máximo y siempre acordarse de los que no están alrededor de uno con la máxima intensidad posible, nunca dejarlos en segundo plano. Creo que es bueno sentir nostalgia para que le entren a uno ganas de ver fotos de antes, de escribir cartas, de llamar por teléfono, de volver de visita… nunca en segundo plano porque eso significa empezar a olvidar.

      No tengo ninguna decisión hecha, a veces lo veo tan claro que no hay ningún problema, y otras lo veo tan difícil que duele.

  4. Y yo volvía pa Saitama pensando que lo que le hace falta a este país es un buen bar de pintxos… Creo que hay cierto vacío hostelero en este país que puede estar en tus manos cubrir, porque el día que alguien lo h aga yo de allí no salgo casi ni para dormir…

    1. Yo alguno ya he visto, pero la idea me parece tan buena como difícil de llevar a cabo, al menos en Tokyo donde los alquileres son tan tan caros por espacios tan tan pequeños…

      Veremos…

  5. Ay… Te entiendo y eso que yo solo llevo dos meses en Inglaterra y aún no he tenido tiempo de echar de menos mi Barcelona. Que pienso en ella y parece que mi cuerpo tenga ansias de perderse por el barrio antiguo una vez más, y luego recuerdo que no puedo estar allí porque estoy en la Inglaterra de mis sueños, de mi sueño, y soy tan feliz que no me lo puedo creer, pero parece que a mis brazos les falta abrazar a mi yaya; y quiero comer una paella de verdad, una que no esté hecha por alguien que la llama ‘payela’, pero estoy contenta también con mi fish&chips y mis pastelitos de carne… Que sé lo qué es tener el corazón dividido, y que yo vuelvo a Barcelona en nada y menos y sé que cuando esté allí me moriré recordando lo bonito que es todo aquí, pero ahora la echo de menos.
    Pero es bonito pertenecer a dos lugares distintos, uno por destino (o accidente, o como quieras llamar el hecho de que el hazar te haya hecho nacer allí) y el otro por elección:)

    1. Es bonito saber de los dos lugares, y poder echar de menos o de más uno u otro aunque a veces se eche demasiado de cualquiera de los dos…

      Gracias!

  6. Me temo Sr. Don Tio Tosca… que ese es el precio que pagais los que vivis otras experiencias (ya sea por obligacion o por devocion). Sorrys! pero me temo, y no es por ser agorera, que nunda podras suplir esos dos amores: Japon y tu tierra… es asi, quieres a los dos (y a ratos odias a los dos… se complementan).
    Pero lo bueno es que sabes disfrutar cada instante magico que tienes tanto aqui como alli, eso es lo bueno
    :vainas:

    1. Esa es la clave, saber disfrutar donde se está, con quien se está, con qué se está y como se está. No habrá dos veces iguales, y sin embargo uno siempre es el mismo y muchas veces está en nuestra mano ser felices o no quizás sustituyendo verbos como «conformar» por «agradecer».

      Ni tan mal. Ni mucho menos.
      :ikugracias:

  7. Para echarte una Kirin con los sandwiches del EME (se dice se comenta que esta receta se acerca la que más)

    Ingredientes

    1 bote de pimientos rojos
    2 dientes de ajo
    3 o 4 cucharadas de tomate concentrado
    3 huevos cocidos
    Tabasco
    Sal
    Agua
    Mayonesa
    Leche
    Pand de molde de tahona
    Jamon cocido en lonchas gordas
    Lechuga
    Anchoas en salazón

    *_Preparación:_*

    Se fríen en un cazo los ajos con una cantidad normal de aceite y cuando están dorados (no quemados) se añaden casi todos los pimientos, además de la cantidad de agua que quepa en el bote de estos, junto con los huevos cocidos troceados y el tomate concentrado y las anchoas.
    Cocer esta mezcla tapada durante 20-30 minutos, según la intensidad del fuego. Hasta que veamos que casi se ha evaporado toda el agua. Pasarla por la batidora y añadir tabasco y sal a gusto. Una de las tapas del sándwich se unta con esta salsa y la otra con mayonesa, que Habremos puesto muy liquida añadiendo leche. Dejar empapar el pan, para que coja mas gusto. Añadirle el jamón y la lechuga y servir.

  8. Un restaurante aquí con una franquicia allá y viajes durante el año entre Tokyo-Zalla…
    O profesor de Karate aquí y a dar seminarios a las Españas…

    No se loco, pero seguro que al final te lo acabas montando para que cuadre todo bien!

    Que bonito y que duro tener la vida partida entre dos sitios.

    Un abrazo :ungusto:

  9. Como siempre, entro en tu blog y me emociono con lo que, normalmente, escribes… de Jordi, «el que fue corriendo a verte por lo del Karate» pero nunca llego a destino :viejuno:

    1. Cuando llegue el momento? que momento es?

      Lo que está claro es que uno nunca debe olvidar de donde se viene, y mucho menos a los suyos, por muchos kilómetros que haya entre medias…

      Milesker!

  10. Pros y contras, siempre hay de todo, y todo a la vez.
    Y como nunca nada puede ser perfecto, tenemos que aprender a ser felices con las con las cosas malas que traen las cosas buenas…
    Suerte, problema y dilema. Pero lo importante, es vivir la experiencia, que vida solo tenemos una.

  11. De todas esas cosas que sueles contar, de amores que se han ido, de noches magicas, de dias de morriña,… Desde luego y sin dudar este ha sido el post que mas me ha emocionado :ungusto:

  12. El peso de la mochila de todos aquellos que un día nos la pusimos a la espalda se alivia siempre al llegar, donde estés, cuando estés, SIEMPRE hay amigos que te ayudan

    Siempre hay ganas de ponérsela y siempre de dejarla quieta…

    Malditos genes nómadas que nos llevan a salir
    Benditos genes sedentarios que nos hacen encontrar la felicidad allá donde estemos

    :pirao: :pirao:

  13. «..Tenemos memoria, tenemos amigos,
    tenemos los trenes, la risa, los bares,
    tenemos la duda y la fe, sumo y sigo..»

    Como siempre :ungusto:
    Un besazo primo

  14. me has emocionado y me has hecho recordar porqué a veces noto ciertas punzadas en el corazoncito…aunque mis dos mundos no están tan lejos, mi alma también está dividida. Gracias por decirlo tan bonito… :ungusto: :ungusto:

  15. …No está demás decirte y recordarte que la retirada no es la opción correcta, mientras se están quemando aquí monumentos un nuevo año emerge de entre las llamas, y yo se lo que tengo y tienes que hacer, tampoco sabes porque no te lo habia dicho antes, que a mi la música me gusta que suene bajita y el helado lo prefiero en copa, estas son solo algunas de las muchas cosas que tenemos que compartir, porque tu sitio no está en ningún lugar que no sea junto a mi, conmigo, en mi, ya sea aquí, allá o por estos senderos, aunque lleve más tiempo, por eso te pido y confio en que vas a armarte de valor y paciencia, y tomarás el camino que te lleve junto a mi lado, que viviremos juntos donde tengamos que vivir y que decidiremos más tarde adonde morir.

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